En el desierto de Israel hay una planta que se riega a sí misma.
Ésta es la única planta conocida en el mundo que es capaz de auto irrigarse.
Según el equipo de investigadores que la descubrieron, esta característica única le permite florecer en condiciones áridas extremas, al ser capaz de recolectar hasta 16 veces más agua que otras plantas de la región.
A Simcha Lev-Yadun, Gadi Katzir y Gidi Ne'eman, de la Universidad de Haifa, les llamó la atención el ruibarbo por primera vez mientras estudiaban plantas en el desierto montañoso de Israel.
Los investigadores tenían curiosidad por las posibles ventajas de sus excepcionalmente grandes hojas, que son muy diferentes de que suelen tener la mayoría de las plantas en el desierto.
La morfología de las hojas de este ruibarbo es similar a la del terreno de la región montañosa en la que crece, que canaliza el agua de las laderas a los valles.
"Eso alimentó nuestra imaginación", explica el profesor Simcha Lev-Yadun.
Recolección de agua
Su estudio sobre el Rheum palaestinum, publicado en la revista Naturwissenschaften, mostró que las plantas del desierto del Néguev suelen recolectar de media 4,2 litros de agua al año, mientras que el mayor ruibarbo hallado recolecta 43,8 litros.Esta planta canaliza el agua a través de sus hojas, que se encuentran orientadas hacia su base. Además, éstas están recubiertas de una película de cera que repele el agua, lo que contribuye a que el líquido se deslice sobre su superficie.
Así, incluso con la lluvia más escasa, el agua corre por las hojas del ruibarbo hasta su raíz principal. Los investigadores han descubierto que este agua luego penetra en el terreno hasta una profundidad de 10 centímetros, lo que ayuda a irrigar la planta. Eso es diez veces más profundidad que la que suele alcanzar el agua que cae en el suelo del desierto.
"Esta planta recolecta de media 16 veces más agua que otras plantas del desierto", explica el profesor Lev-Yadun.
Eso significa que recoge una cantidad de agua similar a la de plantas de climas mediterráneos.
"Estamos seguros de que se trata de una planta única en los desiertos de Oriente Medio", explica el profesor Lev-Yadun.
"Y no conocemos ninguna planta similar en ningún otro desierto del planeta", concluye.
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