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5 de agosto de 2013

Cómo se vería el Wi-Fi si sus señales fuesen visibles

Convivimos con ellas pero no las vemos. Las ondas de Wi-Fi están alrededor nuestro en casi todos los ambientes en los que convivimos. En la oficina, plazas, cafés y en nuestra casa convivimos con estas ondas. ¿Cómo sería vivir en un mundo en donde las podamos ver? Eso fue lo que imagino el artista Nicholay Lamm del sitio Mydeals.com, quién trabajó en conjunto con M. Browning Vogel, quién tiene un doctorado en astrobiología y trabajó en la NASA por cinco años.


El artista ilustró en distintos escenarios cómo se verían las señales de Wi-Fi, utilizando diferentes colores para dividir los distintos subcanales de la banda en la que se transmite la señal.


Según sostienen en el sitio, "una imagen congelada de los pulsos generados por las ondas de Wi-Fi se encuentran a 6 pulgadas de distancia. Los routers Wi-Fi son antenas que pueden enviar datos sobre múltiples frecuencias a la misma vez. Estas frecuencias se muestran en color azul, verde, amarillo y rojo que invaden el espacio".



Toamdo de:

InfoTechnology

7 de junio de 2013

¿Por qué las nubes son de color blanco?



El cielo es azul y las nubes blancas. Eso está claro. ¿Y por qué no al revés? ¿O de otro color?

Cuando un rayo de luz topa con un objeto, determinadas longitudes de onda son absorbidas mientras otras son reflejadas. El color asociado a aquellas que rebotan es el que nuestros ojos perciben y por ello decimos que el objeto en cuestión es de determinado color. Ahora bien, cuando el objeto con el que la luz topa no es sólido o bien siéndolo no opone resistencia o pone poca al paso de la luz (objetos transparentes o translúcidos) la luz los atraviesa.

El cielo es de color azul porque las minúsculas partículas de polvo y de agua en suspensión que contiene son más pequeñas que las longitudes de ondas de la luz visible. Así que no tienen un tamaño suficiente grande como para repeler la onda y solamente la desvian ligeramente de su camino original y nuestros ojos perciben el color azul.

Pero cuando los corpúsculos difusores de la luz, esto es, las gotas de agua en suspensión que forman la nubes, son bastante más grandes que la longitud de onda de la luz, actúan como simples reflectores. Y todos los componentes de la radiación visible se comportan del mismo modo y la luz solar difusa mantiene el mismo color: el blanco.

Ahora bien. No siempre son blancas, a veces son grises. Y las nubes de tormenta prácticamente son negras.

¿Por qué?

Cuanto más densa es la aglomeración de gotas de agua en suspensión, menos luz solar llega a atravesarlas, y la tonalidad se oscurece hasta diferentes tonos de gris.

Y en las nubes de tormenta, la acumulación de agua es tal que la luz no llega a atravesarlas. Y por ello las vemos de color negro.

Tomado de:

Saber Curioso

28 de mayo de 2013

¿Cómo se mide el sonido?


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iStockphoto/Thinkstock
 
¿Sabes cómo se mide el sonido? -A diario escuchamos sobre decibelios, hertz, ondas... muchos conceptos entreverados que puede que no sepamos muy bien qué significan. No te preocupes, es más sencillo de lo que parece. Sigue leyendo para descubrir cómo se mide el sonido.

Cómo medir el sonido

En un mundo en que parece no haber silencio, los oídos son uno de los sentidos que más usamos, junto con la vista.

El sonido es una vibración del aire o del agua -nunca se puede producir en el vacío-, que llega a nuestra oreja, hace que esta vibre, y de esa forma escuchamos algo. Esta vibración se realiza en forma de ondas sonoras.

Cualidades del sonido

El sonido tiene distintas cualidades:
  • Altura: nos permite distinguir entre un sonido agudo y uno grave. Se mide en Hertz (Hz, frecuencia)
  • Timbre: nos permite reconocer las características de la fuente sonora (si es un instrumento de cuerda, de metal, una voz... cada uno tendrá sus características propias: el sonido puede ser más brillante, opaco, aterciopelado, metálico, etcétera)
  • Intensidad: Nos permite reconocer un sonido fuerte de uno débil o suave (comunmente lo conocemos como "volumen" en los equipos de sonido). Se mide en decibelios (dB)
Esas son las las tres principales, pues son propios de lo sonoro. Pero hay otros dos factores, que coinciden con la variable Tiempo y Espacio (que por cierto, rige a todas las cosas): Duración (podemos distinguir un sonido largo de uno corto) y Espacialidad (somos capaces de reconocer de dónde proviene un sonido, si de la izquierda, la derecha, arriba, abajo, cercano o lejano).

Por lo tanto, los sonidos pueden ser medidos de distintas formas. Algunos medidores nos pueden determinar la intensidad, mientras que otros nos permiten reconocer la altura, la duración, o muchas cualidades a la vez.

Cómo se miden las frecuencias del sonido

Los sonidos se pueden identificar por su espectro de frecuencias. El elemento fundamental de estas frecuencias es la onda sinusoidal, es decir, una superposición lineal de sinusoides.

Cada sinusoide se caracteriza por su amplitud, su frecuencia y su relación con la marca de tiempo cero. Los sonidos más graves tendrán ondas sonoras más alargadas (una frecuencia más baja), mientras que los sonidos más agudos serán representados por ondas de sonido más cortas (una frecuencia más alta y por lo tanto más Hertz).

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Ingram Publishing/Thinkstock

El sonido se mide por la amplitud de los componentes espectrales, mediante la colocación de un metro calibrado de sonido en el centro de la cabeza de un oyente potencial.

El oído humano es capaz de captar las ondas coprendidas entre los 20 Hertz y los 20.000 Hertz (aproximadamente). Las ondas que están por debajo de los 20 Hertz (aproximadamente) son sonidos tan graves que nuestro oido no es capaz de captarlas y las conocemos como Infrasonido. Por otra parte, las ondas más cortas (más agudas, mayores a los 20.000 Hz) las conocemos como Ultrasonido. Tampoco las podemos captar con nuestro oído, pero otros animales como los murciélagos las suelen utilizar para sus vuelos nocturnos.

Debemos tener en cuenta también que el oído humano no es igualmente sensible a los tonos diferentes en un mismo nivel de presión, ya que son diferentes frecuencias. A esto se le llama sonoridad. Para medir esto se utilizan las ondas isofónicas, que relacionan el tono de un sonido en dB con su nivel de sonoridad subjetiva (como dijimos, entre los 3 kHz y los 20kHz el oído es más sensible, por encima y por debajo de estos valores no).

Cómo se mide la intensidad del sonido

El primer medidor: el microPa

En un primer momento, el sonido se medía en microPa o Pa, el nivel de presión de la onda. El rango audible en los humanos iba de 20 microPa a 20 Pa -un nivel doloroso-. Sin embargo, como esta era una escala muy grande, se comenzaron a utilizar los decibelios (dB).

Los decibelios, la medida actual de intensidad sonora

En este nuevo rango, el esquema de audición humano iría de los 0 dB a 120-140 dB, en los que ya notamos dolor en los oídos. En 0 dB está el sonido más bajo que podemos escuchar, y significa casi silencio absoluto. Una conversación normal está aproximadamente en los 60 dB, un concierto de rock en los 120 dB, y un disparo de un arma en 140 dB.

A partir de los 85 dB podemos tener pérdidas auditivas: podemos identificar este nivel cuando para conversar tenemos que levantar la voz. Ocho horas al día con esta intensidad causa daños en los oídos.

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iStockphoto/Thinkstock

Por lo general, las mediciones de sonido siempre deben hacerse en dB, pero en caso de que estemos hablando de la audición humana, es importante hacerlo también relacionado a este valor subjetivo.

El daño auditivo depende del nivel del sonido y del tiempo de exposición al mismo. También debemos tener en cuenta que la distancia afecta la intensidad del sonido: si estamos lejos de él, la potencia disminuye.
Los dejo con una pregunta para reflexionar: si un árbol cae en un bosque, y no hay nadie para oírlo, ¿hay sonido?

Fuente:

Ojo Científico

4 de mayo de 2013

¿De qué color es un espejo?

Bajo luz blanca, la cual incluye la longitud de onda de todo el espectro visible, el color de un objeto está determinado por las longitudes de onda de luz que la superficie de sus átomos no logran absorber.

Un espejo perfecto reflejaría todos los colores comprendidos en la luz blanca, por lo tanto, sería blanco.

Sin embargo, los espejos reales no son perfectos y los átomos de su superficie le dan a sus proyecciones un tenue tinte verde, ya que los átomos del vidrio reflejan la luz verde más fuertemente que cualquier otro color.

Fuente:

BBC Ciencia

1 de abril de 2013

¿Quién me empuja? El fundamento del principio de Huygens

Todos sabemos que el sonido dobla las esquinas: escuchamos chismorreos tras una puerta abierta, nos alertamos al escuchar una ambulancia que se acerca por una calle que aún no hemos visto o escuchamos el claxon de un coche que está a punto de salir de la cochera. Es una experiencia cotidiana cuya explicación se basa en el principio de Christian Huygens.

El sonido no es más que una propagación en forma de onda que está generado por la vibración de un cuerpo. Cuando un cuerpo vibra, mueve el aire ( u otro medio) que está a su alrededor produciendo una diferencia de presión que se va propagando a través de dicho medio.  El sonido es una onda longitudinal, es decir, que el medio se comprime y se descomprime en la dirección de la propagación, como si fuera un muelle.

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Por ejemplo, cuando la membrana de un altavoz vibra hacia delante y atrás, y cuando se abomba hacia afuera comprime un poco el aire y en ese lugar aumenta la presión. Esta presión se propaga en todas direcciones porque, debido al empujón que les ha proporcionado la membrana, las moléculas de aire colisionan con sus vecinas y les transmite la energía recibida. La molécula en cuestión no llega muy lejos, lo justo para empujar a la siguiente y que la onda se propague.

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Según este planteamiento, de entrada una onda sonora se expande en forma de esfera alrededor de la fuente. Sin embargo, los choques entre las partículas de aire no se producen estrictamente en la dirección de propagación, sino aleatoriamente en todas las direcciones. Fue el físico neerlandés Christian Huygens quien ya descubrió en el siglo XVII que en realidad hay que ver en cada punto del frente de onda (el lugar geométrico en que los puntos del medio son alcanzados en un mismo instante por una determinada onda) un punto de partida de una nueva onda.

 ¿Quién me empuja? El fundamento del principio de Huygens




Las partículas no saben si el empuje lo han recibido directamente de la fuente sonora o si ya es el enésimo eslabón de una larga cadena de choques sucesivos.

¿Por qué suponer que cada punto de un frente de ondas actúa como fuente de ondas esféricas secundarias? Pues por algo muy sencillo:

Supongamos que el altavoz vibra y empuja a las partículas que están justo en contacto con él. Estas primeras partículas a las que llega la perturbación será el primer frente de ondas. Las partículas de este frente pasan el testigo a las siguientes y así sucesivamente. Pero ¿saben estas partículas si han sido empujadas por el altavoz o por otras partículas? Las partículas no saben si el empuje lo han recibido directamente de la fuente sonora o si ya es el enésimo eslabón de una larga cadena de choques sucesivos. Por tanto, cada partícula que forme parte de un frente de ondas y que haya sido perturbada actúa como una fuente de ondas.

Por tanto, el frente de ondas que llega al cruce de calles es a su vez fuente de nuevas ondas sonoras, de modo que los conductores que circulan por la calle transversal perciben el sonido.

 ¿Quién me empuja? El fundamento del principio de Huygens

Imagen extraída de bitacorasonora.org

Tomado de:

Ciencia Explicada

13 de febrero de 2013

¿El WiFi es perjudicial para la salud?


WiFi

Probablemente sería más peligroso tropezar con todos los cables que necesitaríamos si no existiera el Wi-Fi.

El WiFi se basa en ondas de radiofrecuencia, similar a la de los microondas.

Teniendo en cuenta que en los hornos microondas se puede hacer, por ejemplo, nuggets de pollo, no sorprende la posibilidad de que la exposición al WiFi sea perjudicial para la salud.

Afortunadamente, aunque son bastante omnipresentes, las ondas wifi se emiten a intensidades mucho más bajas que las de los hornos de microondas.

Por lo tanto, no pueden producir los mismos efectos de calor.

Aun así, a algunos les preocupa que pueda resultar dañino después de años de exposición.

Hasta la fecha, los epidemiólogos no han revelado ninguna evidencia consistente que compruebe que es perjudicial.

En cambio, sugieren que nos preocupemos por cosas verdaderamente peligrosas, como tropezar con los cables que necesitaríamos si no usáramos los dispositivos WiFi.


Fuente:

BBC Ciencia

¿Por qué gira el microondas?

 

Para saber por qué gira el microondas es necesario saber primero cómo funciona.

El horno microondas se basa en el magnetrón, un dispositivo que transforma la energía eléctrica en energía electromagnética en forma de microonda.

Esta radiación magnética tiene la frecuencia adecuada para excitar a las moléculas de agua forzándolas a moverse. 

El resto de moléculas no experimentan ninguna excitación pero también se ponen en movimiento acompañando a las moléculas de agua.

Este movimiento molecular libera enegía en forma de calor que es el que calienta o cocina el alimento.

Colocar el alimento sobre un plato o bandeja giratoria garantiza que todas las moléculas de agua serán excitadas por la radiación electromagnética, procurando un calentamiento uniforme en todo el alimento.

Si no ocurriera así, algunas zonas se quedarían frías en contraste con otras zonas muy calientes, o algunas partes de alimento quedarían sin cocinar.

Nota sabionda: Las microondas agitan las moléculas de agua, haciendo que se muevan de un lado a otro rotando a una velocidad tremenda (unos 2.400 millones de veces por segundo).

Fuente:

Saber Curioso

12 de febrero de 2013

Sonogramas. La caligrafía de los sonidos

Los sonogramas son la caligrafía del sonido. Es difícil describir una llamada por medio de palabras. Para ello sólo tenemos onomatopeyas y analogías: estridente, brillante, líquido, melódico... Poca definición para desmenuzar algo tan complejo. Por eso los bioacústicos utilizan estas representaciones gráficas, en las que, de manera intuitiva, se puede deducir cómo y a qué suena algo. Y, sobre todo, se puede medir, la gran pasión de cualquier científico.

En un sonograma el eje horizontal indica el tiempo; el vertical las frecuencias, los tonos, desde las más agudas, en la parte alta, a las más graves, abajo; la intensidad del trazo indica el volumen del sonido. En estos trazos, a veces brochazos, otras sutiles líneas a pincel, aparecen también las frecuencias asociadas a un sonido, lo que los músicos llaman la componente armónica. Sobretonos y armónicos en forma de esas bandas, más o menos paralelas, que se superponen por capas a la frecuencia fundamental y que determinan algo tan indefinido como la dulzura o la estridencia de una voz determinada: su timbre.

Pero en un sonograma hay algo más. Vemos las notas en frecuencia simple, como un trazo plano, o en frecuencia modulada, en formas curvas. Y aparecen, visualmente, y no por medio de signos o anotaciones, las inflexiones, los quiebros, las dobles voces, los entresijos de un canto. Vemos las repeticiones monótonas de una nota, de un motivo, o auténticas marañas indescifrables.

En este video hay un breve recorrido, desde la simpleza caligráfica del reclamo de un pinzón vulgar a la complejidad del canto del mirlo. La variedad de la canción de la naturaleza en unos cuantos trazos. 



Fuente:

El Mundo Ciencia


14 de enero de 2013

Una roca es un reloj

Investigadores de la Universidad de California en Berkeley (EE UU) han creado un nuevo reloj atómico que puede medir el tiempo con la masa de un átomo, y viceversa. El desarrollo de este dispositivo, cuyo mecanismo se presenta esta semana en la revista Science, puede ayudar a definir mejor el concepto de kilogramo.


“Por así decirlo, una roca es un reloj”, señala Holger Müller, un profesor de la Universidad de California-Berkeley (EEUU) preocupado desde niño por saber lo que realmente es el tiempo. Ahora, junto a otros colegas de su universidad, acaba de fabricar un reloj que asocia el tiempo a la masa de una partícula.


Usar la masa para medir el tiempo y viceversa

Medir el tiempo usando la masa, y viceversa Crédito: Pei-Chen Kuan.


Los investigadores han materializado la hipótesis del físico francés Louis-Victor de Broglie, que ya en 1924 planteó que la materia, además de su característica corpuscular, también puede actuar como una onda.


Construir un reloj de materia parecía imposible, ya que la frecuencia –denominada de Compton– de esas ondas de materia se consideraba casi imposible de observar, o aunque se pudiera, las oscilaciones serían demasiado rápidas para medirlas.


“En un reloj de pared hay un péndulo y un mecanismo que puede contar sus oscilaciones, pero no había manera de hacer un reloj de ondas de materia, ya que su frecuencia de oscilación es 10 000 millones de veces más alta que, incluso, las oscilaciones de la luz visible”, comenta Müller.


Sin embargo, el equipo lo ha conseguido gracias a los dos aparatos con los que ha construido su reloj: un interferómetro –instrumento que usa la interferencia de las ondas para medir las longitudes de onda– y un ‘peine’ de frecuencias. Con ellos han podido jugar con las variables de la frecuencia de Compton (w=mc2/h, donde m es la masa, c la velocidad de la luz y h la constante de Planck) en un átomo de cesio.


Como, según la teoría de la relatividad, el tiempo se ralentiza para los objetos en movimiento, el átomo de cesio que se aleja y vuelve es más ‘joven’ que el que se queda parado. Es decir, la onda de materia del cesio viajero oscila menos veces. Así, midiendo las ínfimas diferencias de frecuencia –del orden de 3×1025– se puede calcular el tiempo.


“Nuestro reloj tiene una precisión de siete partes por cada mil millones”, explica Müller, quien reconoce que esto todavía es cien millones de veces menos de lo que ofrecen los mejores relojes atómicos actuales, que usan iones de aluminio.


Mejores relojes y patrones atómicos


“Pero las mejoras en nuestra técnica pueden impulsar la precisión de los relojes atómicos, incluidos los de cesio que hoy se emplean para definir el segundo”, añade el investigador.


Además de poder medir el tiempo con la masa, el estudio plantea lo contrario: deducir la masa conociendo el tiempo de las oscilaciones. Es otra de las ventajas de utilizar la ecuación de Compton.


De esta forma, el trabajo –que publica Science esta semana– también puede ayudar en el futuro a definir mejor el concepto de kilogramo, que se podría relacionar con una unidad de tiempo como el segundo.

En la actualidad la masa de referencia del kilogramo es un cilindro de platino e iridio que se custodia en una caja fuerte en Francia, con copias exactas repartidas por todo el mundo. La de Reino Unido se hecho popular recientemente porque se ha detectado que ha ‘engordado’ unos microgramos. Para evitar desviaciones como esta, la Conferencia General de Pesos y Medidas trata de sustituir este kilogramo estándar por otro basado en una medida física de mayor precisión.


En este sentido se plantea la propuesta del equipo para hacer un nuevo patrón de masa en función del tiempo, junto a otras alternativas como el uso de la denominada esfera de Avogadro, un cristal muy puro de silicio del que se conoce con precisión su número de átomos.


“Nuestro reloj y las mejores esferas de Avogadro actuales pueden facilitar la nueva definición de kilogramo”, dice Müller, que resume: “Conocer el tictac de nuestro reloj es equivalente a conocer la masa de la partícula, y una vez que sabes la masa de un átomo, puedes relacionarla con las masas de los demás”.


Referencia bibliográfica: S.-Y. Lan; P.-C. Kuan; B. Estey; D. English; J.M. Brown; M.A. Hohensee; H. Müller; H. Müller. “A Clock Directly Linking Time to a Particle’s Mass”. Science, 10 de enero de 2013.
Fecha Original: 10 de enero de 2013 Enlace Original

Tomado de:

Ciencia Kanija

9 de enero de 2013

¿Por qué suena un silbido al acercar un micrófono a un altavoz?



¿Un silbido? Suena un pitido agudo y estridente muy molesto.

¿Y por qué pasa eso? ¿por qué castiga nuestros oídos un inocente micrófono?

Es bastante corriente que se dé esta situación cuando maneja el micrófono alquien que no está habituado a usarlo. Más pronto o más tarde se pone demasiado cerca del altavoz y un chirrido ensordecedor nos envuelve.

Si se da cuenta pronto de lo que sucede y lo aparta del altavoz, el sonido cesa; pero si no se apercibe del motivo de tan infernal aullido y no lo retira, más de uno se lo arrancaría de las manos.

Este fenómeno de amplificación recibe el nombre de retroacoplamiento positivo, ya que se produce una especie de bucle que se refuerza a sí mismo.

Ocurre lo siguiente: las ondas sonoras de la voz llegan al micrófono y salen amplificadas por el altavoz. Pero debido a la poca distancia entre ambos dispositivos, este sonido amplificado llega hasta el micrófono que lo vuelve a captar haciendo que el altavoz lo amplifique y así seguiríamos…

Cuanto menor sea la distancia entre el micrófono y el altavoz más agudo y estridente será el silbido. Y si lo alejanos lo suficiente el ruido cesará.

En el peor de los casos se produce la resonancia catastrófica, en el que las oscilaciones son tan fuertes que llegan a destruir el altavoz. Tal como se muestra al principio de Regreso al Futuro con la ocurrencia de Marty McFly (ver imagen).

¡Qué fuerte, Doc!


Fuente:

Saber Curioso

3 de diciembre de 2012

Los cerebros de los músicos se sincronizan al tocar juntos

musicoscoordinados2Cuando dos guitarristas tocan juntos sus cerebros se coordinan perfectamente, y como resultado de esta perfecta sincronización se obtienen bonitas piezas musicales. Un equipo de científicos del Instituto Max Planck de Desarrollo Humano (Berlín) ha decidido indagar en los cerebros de los músicos y analizar su actividad cuando estos forman duetos. Los resultados revelan muchas similitudes en el baile de ondas eléctricas que se produce en la cabeza de estos artistas cuando se coordinan para tocar, y estas semejanzas se mantienen incluso cuando los músicos interpretan voces distintas de la pieza.

Los investigadores reclutaron a 32 guitarristas profesionales y grabaron la actividad eléctrica de diferentes partes de sus cerebros cuando tocaban una secuencia de la "Sonata en G Mayor" de Christian Gottlieb Scheidler en diferentes voces. El objetivo era averiguar si sus mentes se sincronizaban también cuando tocaban diferentes notas musicales. Además, en todas las pruebas un miembro del dueto debía tomar el liderazgo y asegurarse de que ambos empezaban al mismo tiempo.

La actividad cerebral del dueto mostraba oscilaciones cerebrales coordinadas, incluso cuando cada guitarrista interpretaba diferentes voces de la misma pieza. Esta actividad sincronizada sugiere una base neuronal directa para la coordinación interpersonal.

Además, la diferencia entre el líder y el seguidor se refleja también en los resultados, que se publican en la revista Frontiers in Neuroscience. "En el músico que dirige la interpretación de la obra, la sincronización entre las ondas cerebrales individuales era más fuerte y, sobre todo, ya estaba presente antes de comenzar a tocar", explica Johanna Sänger, una de las autoras. "Esto podría ser un reflejo de la decisión de los líderes de comenzar a tocar en un momento dado".

Losa datos muestran que la sincronización entre individuos se produce en regiones del cerebro asociadas con las cognición social y la producción musical. Y estas redes podrían formarse también en otro tipo de actividades coordinadas: "Pensamos que las ondas cerebrales sincronizadas entre personas también se producen en otras situaciones, por ejemplo en la comunicación o al practicar deportes de equipo", ha añadido la investigadora.


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Muy Interesante

27 de noviembre de 2012

El poder de la música: El control de la mente del sonido rítmico

Entras en un bar y la música te va golpeando. Las cabezas se zarandean y los pies comienzan a seguir el compás en sincronía. De alguna manera el ritmo del sonido asume el control cerebral de todo el mundo en la sala obligándolos a realizar simultáneamente el mismo comportamiento en sincronía. ¿Cómo es posible? ¿Este control mental inconsciente del sonido rítmico conduce sólo a nuestros movimientos corporales, o podría estar afectando a procesos mentales más profundos?



El misterio es más profundo de lo que se piensa, según la psicóloga Annett Schirmer, cuyo informe incluye nuevos hallazgos presentados en una reunión de la Sociedad de Neurociencia en Nueva Orleans. El sonido rítmico "no sólo coordina el comportamiento de la gente de un grupo, sino que también coordina sus pensamientos, los procesos mentales de los individuos del grupo sincronizado."

Este hallazgo, extiende el poder bien conocido de la música para aprovechar los circuitos cerebrales que controlan la emoción y el movimiento, que controlan efectivamente los circuitos cerebrales de la percepción sensorial. Este descubrimiento ayuda a explicar cómo los tambores unen a las tribus en una ceremonia, por qué los ejércitos marchan al son de la corneta y el tambor a la batalla, por qué el culto y las ceremonias están impregnados de canciones, por qué el habla es rítmico, marcado por los ritmos del énfasis en sílabas y palabras particulares, y tal vez por qué bailamos.

Schirmer y su estudiante graduado Nicolas Escoffier, de la Universidad de Singapur, primero probaron a los sujetos mediante los flashes de una serie de imágenes en un monitor de vídeo, y les pidió que identificaran rápidamente cuando una imagen se había vuelto al revés. Mientras los participantes se centraban en esta tarea, un tambor electrónico sonaba con un suave ritmo de cuatro tiempos de fondo, sincopado para saltarse el cuarto tiempo de cada compás.

Los resultados mostraron que cuando la imagen flasheaba en ese latido perdido, los sujetos reconocían la imagen invertida mucho más rápido que cuando la imagen flasheaba fuera de tiempo de sincronización con el compás o cuando dichas imágenes se presentaban en silencio. De alguna manera, la toma de decisiones del cerebro se vio acelerada por el ritmo auditivo externo y acentuaba los puntos precisos en sincronía con el ritmo. Dado que era evidente que el poder del ritmo aumentaba el rendimiento cognitivo con el ritmo perdido cuando no se presentaba ningún sonido, y que el efecto no tenía nada que ver con el sonido del tambor que actuaba como estímulo. El procesamiento mental debía de caer en un ritmo de acentuada expectativa o de un rendimiento superior sobre el ritmo anticipado.

Más adelante, los investigadores colocaron unos electrodos en el cuero cabelludo de los participantes, para determinar si la actividad eléctrica del cerebro se veía afectada de alguna manera por el ritmo del sonido. El registro del EEG detecta la actividad eléctrica combinada de miles de neuronas que trabajan juntas en la corteza cerebral. Igual que el rugido de una multitud en un partido de béisbol, las ondas de la actividad eléctrica del cerebro se generan cuando las neuronas individuales de la corteza cerebral se combinaban en la acción. Los registros del EEG mostraron que las ondas de actividad cerebral (ondas alfa y beta) se sincronizaron en torno al ritmo auditivo. Es decir, el devenir de las oscilaciones de las ondas cerebrales se desplazaba a una fase cuyo pico de onda siempre ocurría en un punto preciso relativo al siguiente latido del ritmo de tambor. El sonido rítmico sincronizaba las ondas cerebrales.

Las grabaciones de las ondas cerebrales también revelaron un efecto más sorprendente del ritmo en la función cerebral. Cualquier estímulo sensorial, como el ver una imagen o escuchar un sonido, podía generar una breve onda cerebral en la región de la corteza cerebral donde se recibe y procesa tal información. Los investigadores descubrieron que la onda cerebral de evocación sensorial, medida en la parte posterior del cráneo, sobre la región donde se procesa la visión, tenía su pico cada vez que se presentaba una imagen, pero cuando la imagen se presentaba simultáneamente con la pérdida de ritmo de tambor, la respuesta eléctrica evocada por la imagen era más grande que cuando la imagen era presentada fuera de ritmo o aparecía en la pantalla en silencio. Estos circuitos visuales eran más sensibles cuando la imagen aparecía en sincronía con el ritmo auditivo.

Esta región del cerebro procesa los primeros pasos de la visión, son los circuitos que detectan los estímulos visuales. Esto significa que nuestra percepción del mundo externo entrar en nuestra mente a través de los ojos y se ve afectado por el ritmo de lo que oímos. Algo visto en un punto preciso de tiempo con ritmo auditivo es más probable que se perciba que si aparece fuera de sincronía con ese ritmo. Esta compuerta de entrada visual por el ritmo auditivo no requiere de una meditación prolongada sobre el ritmo, para hacer que la persona entre en una especie de estado de trance, los efectos son casi instantáneos. "En el espacio de unos pocos compases de la música las ondas cerebrales comienzan a ponerse en sintonía con el ritmo", subrayó Schirmer.

Steven Pinker decía que la música es un "pastel auditivo", sin ninguna ventaja particular en la evolución de nuestra especie. Schirmer cree que sus nuevos hallazgos no apoyan esta opinión. "El ritmo facilita nuestras relaciones interpersonales en términos que no sólo abarca a cómo nos movemos, sino la forma en que hablamos y pensamos", concluye ella. "El ritmo facilita que la gente interactúe mediante la sincronización de las ondas cerebrales y aumente el rendimiento de la percepción de lo que la otra persona está diciendo y haciendo en un momento determinado." El ritmo, ya sea con la letra de canción o con la medida de un poema facilita el procesamiento del lenguaje, por eso ella está llevando a cabo nuevos experimentos para poner aún más a prueba esta idea. "Cuando la gente se mueve en sincronía tienen más tendencia a percibir el mundo de forma sincronizada, lo que facilita su capacidad para interactuar."


- Autor: Douglas Campos una autoridad reconocida internacionalmente en las interacciones neuronas-glía, en el desarrollo del cerebro y los mecanismos celulares de la memoria. Es miembro del consejo editorial de varias revistas de neurociencia y autor de más de 150 artículos y el libro “El otro cerebro” (The Other Brain).
Fuente:

Bit Navegante

19 de noviembre de 2012

Cómo amplificar el sonido del iPhone con una revista




Si bien aquí no se trata de un DIY (Do It Yourself – Hágalo usted mismo) con los pasos a seguir para construir algo, el vídeo que les voy a mostrar les dará una idea de cómo en pocos segundos y muy fácilmente, pueden amplificar el sonido de su iPhone con una revista.

Se trata de un vídeo de la empresa Coca Cola de Brasil, la que junto con la revista Capricho Magazine, llevaron a cabo una promoción que permite transformar el último número de esa revista en un amplificador para iPhone.


Coca-Cola.FM from JWT Brazil Cannes 2012 on Vimeo.

Para hacerlo ustedes solo necesitan una revista y una tijera.  Marcan los dos cortes que deben hacer usando el iPhone como guía, recortan la tapa y listo, en un par de minutos ya tienen su amplificador para iPhone!

Deben tener en cuenta de usar una revista con tapas gruesas y quizás hasta lo puedan hacer con una cartulina o algún cartón.

Tomado de:

Geeks Room

14 de noviembre de 2012

Sonoquímica

http://www.kalipedia.com/kalipediamedia/cienciasnaturales
/media/200709/24/fisicayquimica/20070924klpcnafyq_69.Ges.SCO.png
Ya hemos comentado otras veces que una reacción química implica una determinada energía de activación para romper los enlaces de los reactivos y que estos puedan dar lugar a los productos. Si la los productos son más estables (energéticamente hablando) que los reactivos, esta energía se devolverá y estaremos ante un proceso exotérmico de manera global. Lo contrario sería una reacción endotérmica. Pero, en cualquiera de los dos casos, siempre es necesario aportar cierta energía (la energía de activación) o activar los reactivos para que den la reacción. Normalmente esto se puede conseguir calentando, porque la temperatura está directamente relacionada con la energía de activación por medio de la ecuación de Arrhenius:
 
http://www.madrimasd.org/blogs/quimicaysociedad/files/2010/06/Ecuacion_Arrhenius.gif
Dentro de la Química Sostenible se buscan métodos alternativos de activar una reacción que no impliquen tanto gasto energético como el calentamiento convencional. Para ello, se utilizan la radiación microondas, los ultrasonidos o las reacciones en ausencia de disolvente, e incluso la fotoquímica.

Con mis prisas por participar en el XV Carnaval de Química, pasé directamente a hablar de las aplicaciones de los ultrasonidos en la medicina (y seguiremos hablando), sin hacer una pequeña introducción. Así que hoy, para empezar el XVI Carnaval voy a intentar explicar el fundamento de usarlos en química. En realidad, casi todo lo que trataremos está muy relacionado con la física. Para empezar, las ondas de ultrasonido no se corresponden con el espectro electromagnético que los químicos estamos acostumbrados a ver...
 
http://radiacionycancerdepiel.wikispaces.com/file/view/espectro_electromagnetico.jpg/30680692/espectro_electromagnetico.jpg
Los ultrasonidos son ondas sonoras, que se caracterizan por su movimiento ondulatorio, diferenciándose de las ondas electromagnéticas en que no están cuantizadas, es decir, no hay una relación directa entre su energía y su velocidad. Se relacionan por la amplitud (A), según la ecuación típica de una onda: v= A· sin(w). Un equipo de ultrasonidos trabaja a 20 Khz-100KHz.

La propagación del sonido necesita un medio (en el vacío no hay sonido) ya sea líquido o gas, y se realiza por medio de una compresión-descompresión: es decir, las ondas de presión se propagan mediante el proceso conocido como rarefacción. La onda ultrasónica es capaz de romper las fuerzas de cohesión de un líquido (estas fuerzas son las que mantienen las moléculas del líquido cerca) generando microcavidades o microburbujas. Es lo que se conoce como el fenómeno de cavitación. Pero una vez que ha pasado la onda, el líquido tiende a restituir su forma provocando el colapso de las burbujas, y así restituyen las fuerzas de Van der Waals y los puentes de hidrógeno. Es decir, que el colapso cavitacional genera la energía suficiente como para romper enlaces químicos.

Se distingue entre la sonoquímica verdadera, que produce una reacción química, y la falsa, que provoca una mera agitación térmica. Cuando hay sonoquímica verdadera se produce la formación de intermedios radicalarios.
 
Fuente:
 

3 de noviembre de 2012

Alphas: Micrófonos y megafonía

Bueno, tras una larga ausencia por las vacaciones, vuelvo por aquí. En EEUU están poniendo la segunda temporada de la serie Alphas, de la que ya comenté algo en una ocasión. El primer episodio de esta nueva temporada empieza con un robo en un supermercado por parte de unos alfas. Uno de ellos tiene el poder de aturdir a la gente con un grito, y para llegar a todo el mundo del establecimiento, utiliza uno de los micros de las cajas, de forma que el sistema de megafonía difunde su voz. No se llega a especificar qué hace exactamente el grito de ese alfa, pero la gente afectada se tapaba los oídos con expresión de dolor, y llegaba a caer al suelo.

Bueno, como ya comenté hace tiempo, cualquier sistema de transmisión, grabación o reproducción de audio, modifica en mayor o menor medida la señal original, lo que haría que el grito fuera bastante inocuo tras pasar por el sistema de megafonía.

Vamos a suponer primero que el grito del alfa es un sonido de muy alta intensidad, algo más que razonable, dado los síntomas que vemos en la escena (gente tapándose los oídos con dolor). Como sabéis, el sonido es una onda mecánica, una vibración. La intensidad de un sonido (el volumen) corresponde a la amplitud de la vibración. Si pintamos en una hoja de papel un seno (la función matemática, claro), la amplitud es la diferencia de altura entre una cresta y un valle.

Todo sistema de sonido, tiene un límite en la amplitud que soporta. Dicho límite puede ser buscado por el propio diseño, o simplemente un límite físico de sus componentes. Bien, si la señal en cuestión tiene una amplitud superior a ese límite, dicha señal es recortada, provocando una distorsión. Siguiendo con la hoja de papel, intentemos pintar un seno, pero con una amplitud tan grande que nos salgamos de los bordes del papel. Lo que queda dentro del papel es un seno con las crestas y valles recortados. Esto es lo que se conoce como saturación, y esa señal distorsionada y limitada sería lo que se transmitiría por el sistema. Fijáos que no sólo implica una distorsión del sonido original, sino una limitación al volumen del mismo. Llegado a ese límite, por mucho que aumente el volumen del sonido original, no aumentará el volumen de lo que se escuche en los altavoces.

Dos gráficos de un seno. El gráfico superior muestra una función seno normal. El gráfico superior muestra un a dunción seno con una amplitud superior al margen del dibujo, y por tanto, con los valles y crestas truncados.

Si el poder aturdidor del grito residía en su volumen, el alfa no ganaría nada usando el sistema de megafonía, puesto que el micro, el amplificador o cualquier otro elemento del sistema, se habría saturado mucho antes. Ocurre lo mismo cuando hablamos por teléfono y nuestro interlocutor está en un ambiente ruidoso y no nos oye bien. Por mucho que nos desgañitemos al hablar, él no nos escuchará con más volumen. De hecho, nos escucharía peor, pues posiblemente nuestra voz le llegaría distorsionada. Así que no gritéis al teléfono.

¿Y si no es una cuestión de intensidad? Tal vez el grito tenga determinadas frecuencias (algunas incluso inaudibles) que combinadas de forma precisa produzcan ese efecto. Bueno, en este caso os recomiendo releer uno de los posts que mencioné antes. Básicamente, salvo que estemos hablando de un sistema de alta fidelidad (y la megafonía de un súper no lo es), los distintos elementos implicados (sobre todo, el micro y los altavoces) no tienen una respuesta lineal en frecuencia. ¿Qué quiere decir eso? Pues que cada frecuencia sufrirá una amplificación algo diferente, lo que también distorsiona la señal. Además, sólo se transmite un determinado rango de frecuencias (lo que se llama, ancho de banda). Un sistema Hi-Fi está limitado al rango audible (hasta 20 KHz). La megafonía de un supermercado tendrá un rango menor. En cualquier caso, eliminamos frecuencias no audibles, y parte de las altas frecuencias audibles. Y las que no eliminamos, las alteramos.

Así que si el secreto del grito está en el uso de determinada combinación de frecuencias, tampoco es útil usar la megafonía del establecimiento. El alfa sólo debería haber afectado con su grito a los que lo estuvieran escuchando directamente.

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14 de octubre de 2012

Mitos y verdades sobre los hornos microondas

El horno microondas es, sin dudas, un electrodoméstico que se ha instalado en la mayoría de los hogares por su practicidad, facilidad de uso y eficacia. Es habitual verlo en salas de descanso y almuerzo en el trabajo e incluso en muchos locales de venta de comidas donde uno puede calentar allí el producto que se almacena frío. Sin embargo, también se lo relaciona con explosiones, accidentes y hasta con desalmados que introducen sapos y gatos dentro del mismo, sólo por “diversión”. He aquí algunas de las cosas que hemos encontrado en la Web acerca de los hornos microondas y la gente.

Primero, un poco de teoría sencilla para aquellos que no sepan aún o no hayan tenido la oportunidad de leer sobre cómo funciona un horno de este estilo. Las microondas calientan principalmente el contenido de agua de los alimentos. La microonda, como toda onda electromagnética, es un campo de fuerza oscilante que empuja a las cargas eléctricas en la materia, y aunque la molécula de agua es neutra en su totalidad, tiene dos polos de carga: uno positivo y otro negativo.

La onda empuja los extremos de las moléculas en direcciones opuestas, haciendo que éstas tiendan a girar y golpearse entre ellas violentamente a la frecuencia de funcionamiento de la microonda, hecho que genera una energía cinética que se traduce en calor. Las moléculas de otros materiales que no son polares, como la madera seca, la porcelana, la cerámica o el vidrio, no se calientan como el agua ya que no poseen la característica de tener facilidad de movimiento en sus moléculas. Es por esta propiedad que pueden manipularse sin problemas luego de haber estado sometidos al influjo de las mencionadas ondas.
Agitación molecular que provocan las ondas de radio sobre los materiales  

Agitación molecular que provocan las ondas de radio sobre los materiales

En 1946, mientras realizaba investigaciones relacionadas con el radar y llevaba a cabo ensayos con un nuevo tipo de tubo de vacío (válvula, lámpara), el doctor Percy Spencer, quien trabajaba en la Raytheon Corporation, descubrió con asombro e incertidumbre cómo una barra de chocolate que guardaba en uno de sus bolsillos se había derretido. Convencido de que el hecho había sido provocado por las emisiones del novedoso magnetrón, colocó frente al equipo un puñado de semillas de maíz y, al aplicarles la energía emitida, comenzó a emocionarse viendo cómo las mismas se agitaban bruscamente y comenzaban a hincharse y saltar cocidas dispersándose por todo el laboratorio. El señor Percy Spencer había inventado lo que revolucionaría la forma de cocinar y lo que sentaría las bases de una industria multimillonaria: el horno de microondas.
Percy Spencer, el inventor del horno microondas  
Percy Spencer, el inventor del horno microondas

A pesar de que las organizaciones gubernamentales, los expertos en salud pública y el consenso de la comunidad científica en general aseguran que los hornos microondas son seguros cuando se los utiliza adecuadamente, mucha gente se hace preguntas (legítimas, por cierto) acerca de los peligros ocultos que puede tener la utilización de una tecnología poco comprendida, poco explicada y, por sobre todo, una tecnología que maneja una energía invisible y difícil de cuantificar en riesgos y probables daños. Echemos un vistazo más de cerca a algunos de los mitos, hechos y conceptos erróneos acerca de los hornos microondas, cuya utilización se estima en al menos el 70% de los hogares de América y Europa, desplazando en muchos casos a la tradicional cocina a gas.

Calentar los alimentos en recipientes plásticos puede ser peligroso: Verdadero
Hay que evitar calentar o cocinar alimentos en recipientes plásticos dentro del horno microondas. Incluso los plásticos que indican que son seguros para usar en microondas liberan dosis tóxicas de “Bisfenol A” al contacto con el calor. Este elemento puede producir daños neurológicos en concentraciones altas. Por ello, lo mejor es calentar los alimentos en recipientes de vidrio o cerámica.

Los metales se pueden calentar peligrosamente en un microondas: Mito
Los metales reflejan las microondas, mientras que el plástico, el vidrio y la cerámica las dejan pasar. El agua las absorbe y allí comienza la acción que deriva en la cocción. Esto significa que los metales no se calientan de manera excesiva en un microondas. Sin embargo, puede suceder que pequeñas piezas de metal, como pequeñas láminas, dientes de un tenedor, etc., actúen como antenas emitiendo un arco voltaico y formando espectaculares chispas contra la estructura metálica interna del horno.
Las bandejas cerámicas o de vidrio, son la mejor opción  
Las bandejas cerámicas o de vidrio, son la mejor opción

Pueden existir fugas inseguras de radiación electromagnética: Mito
Durante décadas, científicos y consumidores han debatido sobre los posibles efectos de las radiaciones electromagnéticas no-ionizantes en los tejidos vivos. Es muy difícil clasificar los distintos riesgos de la emisión de líneas de alta tensión, ordenadores, teléfonos móviles, radares de aeropuertos, radio-relojes y, por supuesto, los hornos microondas. Sabemos que se elevan las tasas de cáncer y otros problemas cuando la exposición es prolongada y ante campos intensos pero nunca ante pequeñas exposiciones. Si te preocupa este tema, por tu seguridad y tranquilidad, mejor aléjate del microondas mientras está en marcha, pero ten por seguro que al abrir la puerta no queda dentro de su habitáculo ningún residuo nocivo y, mucho menos, fuera de él. Como dato adicional podemos agregar que ningún grupo empresarial tomaría el riesgo ni tendría la posibilidad de introducir en el mercado un producto que no esté homologado por los institutos de verificación de normas técnicas.

Intentar hervir agua en una taza puede hacerla explotar: Verdadero
Un riesgo potencial de los microondas son las quemaduras por agua sobrecalentada. Cuando se calienta agua en un recipiente de vidrio o cerámica durante demasiado tiempo, no se producen las clásicas burbujas que normalmente enfrían el agua hacia abajo. Con la sobre-exposición al calor y sin que “rompa” en hervor, al mover el agua o dejar caer algo en ella, el calor se libera violentamente provocando una erupción de agua hirviendo hacia afuera de la taza. Para evitar este riesgo, se debe calentar el agua una cantidad mínima de tiempo (entibiar o calentar suavemente) o poner una cuchara de palo dentro de la taza. Observa el siguiente video:



Los hornos microondas cocinan los alimentos desde el interior hacia el exterior: Mito
Las microondas trabajan prioritariamente en las capas externas de los alimentos, y el calor se produce por la excitación y agitación de las moléculas de agua. La parte interna de los alimentos se calienta a medida que se transfiere calor desde fuera hacia dentro.

No se puede calentar aceite en el microondas: Verdadero

Los aceites no se calientan bien en el microondas porque sus moléculas carecen de la misma polaridad que se encuentra en el agua. También es cierto que la manteca fría es difícil de entibiar en el microondas porque la mayor parte es aceite y la porción de agua presente es hielo, lo que mantiene las moléculas cristalizadas haciendo más difícil la oscilación y el movimiento molecular debido a la rigidez que el hielo les provoca.


La energía fluye desde el Magnetrón y se distribuye dentro del horno  
La energía fluye desde el Magnetrón y se distribuye dentro del horno
 
Las microondas degradan los nutrientes de los alimentos: Sin determinar (Poco probable)
Cualquier tipo de cocina (fuego, gas, fermentación) cambia la química de los alimentos. La cocción puede reducir los niveles de algunos nutrientes y aumentar otros. La opinión predominante es que las microondas no alteran los alimentos de manera nociva o perjudicial, no más que otro tipo de cocina. Algunos argumentan que un tiempo de cocción más rápido permite preservar más nutrientes que con métodos más lentos. Sin embargo, todavía se sabe poco de la nutrición y los efectos acumulativos de las microondas, especialmente en torno a la alteración proteica. A pesar de que existe un relativo consenso acerca de su seguridad, no hay un gran número de estudios documentados que permitan sugerir lo contrario.

Tomado de:


Lea en los archivos de Conocer Ciencia:


10 de octubre de 2012

¿Cómo evita tu cerebro las distracciones?

distraidoEs gracias a las ondas alfa del cerebro, largamente ignoradas por los investigadores hasta que, hace poco, captaron la atención de los neurocientíficos por su papel a la hora de discernir qué información conviene ser ignorada. Se trata de ondas que se ocupan de “callar” la actividad irrelevante del cerebro, produciendo pulsos de inhibición aproximadamente cada 100 milisegundos. Estas ondas aparecen cuando se prevé que va a aparecer información distractora, momentos antes, y es máxima cuando aquello que podría disipar nuestra atención está presente, según han demostrado investigadores de la Universidad Nijmegen a través de un estudio que publica la revista Current Biology. “Es como si nuestro cerebro cerrara la puerta instantes antes de que algo nos desconcentre”, aclaran los autores.

El proceso es automático, totalmente inconsciente, y más intenso cuanto más “amenazadora” es la distracción, concluye la investigación.

Fuente:

4 de octubre de 2012

La NASA obtiene registros sonoros de “la canción de la tierra”

earth_song

Una nave de la NASA logró capturar lo que la agencia espacial denomina “La Canción de la Tierra” o “Coro” como prefieren decir los científicos.

Este coro al que la NASA le atribuye rango de canción hecha por nuestro propio planeta, es un fenómeno electromagnético provocado por las ondas de plasma en los cinturones de radiación de la Tierra, conocidos como Van Allen. Durante muchos años, los radioaficionados han estado escuchando estos coros pero nunca con la nitidez de este registro.

Pero ahora, gracias a dos sondas espaciales que cargan con un equipo llamado EMFISIS (Electric and Magnetic Field Instrument Suite and Integrated Science) construído por la Universidad de Iowa, se ha logrado escuchar este coro grabado en el mismo lugar donde se origina.

Craig Kletzing de la Universidad de Iowa explica: “este coro es lo que escucharía un ser humano ubicado en los cinturones de radiación de la Tierra si en lugar de oídos tuviera antenas”. Kletzing aclara que no son ondas acústicas que viajan a través del aire de nuestro planeta, sino ondas de radio que oscilan a frecuencias acústicas, entre 0 y 10 kHz y que las antenas de búsqueda de bobinas magnéticas de EMFISIS están diseñadas para detectar este tipo de ondas.

Algo que llama la atención desde hace años a los científicos son los llamados “electrones asesinos”, partículas de alta energía que pueden poner en peligro satélites y astronautas, de las cuales podría tener responsabilidad estas ondas captadas en forma de canción. En general, explica Dave Sibeck, responsable científico de la misión, la mayoría de los electrones en los cinturones de radiación son inofensivos y poseen muy poca energía para hacer daño a los sistemas humanos o electrónicos. Pero, a veces, estos electrones pueden “subirse a una ola” al estilo de un surfista, y generar suficiente energía como para poner en peligro instrumentos o dispositivos creados por el ser humano.

“La producción de electrones asesinos es un tema de mucho debate, y las olas del coro son sólo una posibilidad”, afirma Dave Sibeck.

Con respecto al registro sonoro, Kletzing se mostró sorprendido por la claridad de la grabación y le adjudica el logro al muestreo de 16 bits, “similar al de un CD”, que se configuró en el instrumental para captar el registro, algo que también esperan pueda servir para lanzar grabaciones inéditas estéreo de los coros de la Tierra (los que seguramente no recibirán ningún tipo de regalía…)

Este avance es sólo el comienzo de una misión que durará dos años y que buscará también determinar qué tan amplia es la región de los cinturones de Van Allen y qué zonas poseen la mayor concentración de “electrones asesinos” que podrían perjudicar a satélites y astronautas. 


Fuente:

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