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15 de junio de 2014

Dinosaurios: quién lo tiene más grande...

La fascinación por los dinosaurios está con nosotros desde antes incluso de que fuésemos conscientes de que existían. Históricamente cualquier excusa ha sido buena para inventar extraños animales imaginarios que, casi siempre, cumplen dos requisitos: ser grandes y feroces. Y así, en ese concepto, tenemos hermanados a tipos tan dispares como un europeo medieval con sus dragones, un babilonio esculpiendo a los defensores de la puerta de Ishtar o un aguerrido hombre azul del desierto atemorizando a sus niños con los jobarias.
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Por lo tanto, ¿cómo no íbamos a ver el cielo abierto cuando los naturalistas del XIX nos dijeron que habían existido unos enormes reptiles millones de años atrás? Y, aún mejor, que habían dominado la Tierra y que eran grandes y feroces. Ambas condiciones necesitan algunos matices: algunos dinosaurios nunca superaron el tamaño de una gallina y muchos sólo formaron rebaños de tranquilos consumidores de vegetales. Pero no estamos para miramientos, los dinosaurios nos permiten satisfacer nuestras necesidades de monstruos. Necesitamos someterlos al enciclopédico y preciso seguimiento científico, ahí está la paleontología. Necesitamos que sigan alimentando nuestras pesadillas, ahí está el relato fantástico o el cine. [Ahora llega Godzilla a la cartelera]. Sólo tenemos que darnos un vuelta por la red para confirmar que los dinosaurios siguen teniendo enorme poder de atracción, y no es necesario desempolvar a Jung y recurrir a la psicología profunda para encontrar dos razones primarias para la fascinación: eran grandes y feroces.

Los 7 patagónicos

Y en esto estábamos cuando la paleontología de dinosaurios nos lanza una noticia magnífica. Un grupo de paleontólogos argentinos ha hallado en el Cretácico Superior de Patagonia un yacimiento con restos de hasta siete de los dinosaurios más grandes que hayan pisado este planeta. La imagen es espectacular, los fósiles se exhiben en la superficie del yacimiento ofreciendo una barra libre de información tanto sobre las faunas del Cretácico de Patagonia, como sobre la evolución del grupo de dinosaurios al que pertenecen o la biología de los animales más grandes que han habitado la tierra.
Pero no debería extrañarnos que la fascinación por los dinosaurios conviva con otro de los rasgos que caracteriza a los humanos: la competitividad. Con estos elementos, el coctel está servido y, ante tamaño espectáculo de huesos en un descampado en Patagonia, se nos cuela otra vez el titular (no necesariamente no provocado por los propios investigadores): ¡Encontramos el dinosaurio más grande del mundo!

El caldo de cultivo en el que se mueven los paleontólogos de dinosaurios es particular. Tipos que pueden hacer el más preciso de los trabajos de investigación para desentrañar una mínima fracción de la historia de la vida o que son capaces de manejar con soltura los más complejos conceptos de la evolución, de repente, ante el espectáculo de una excavación (que probablemente han consumido años de preparación previa y semanas de durísimo trabajo físico) no resisten la tentación de parar, tumbarse al lado del hueso más grande y, con una sonrisa pánfila, pasar a su imaginario personal haciéndose una foto con el gigante recién cazado (dragón, jobaria o cualquier otro monstruo). Y no puedo culparles... yo tampoco puedo evitarlo. Pero, volviendo al tema. Ser un gigante, y más aún ser el mayor de los gigantes, marca un hito. Nos permite precisar uno de los límites de la viabilidad de los vertebrado terrestres.

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia

16 de septiembre de 2013

Científicos descartan teoría planteada en el filme Parque Jurásico

Parque Jurásico

Se concluyó que no es posible obtener dinosaurios a partir de ADN de insectos fosilizados en ámbar.

Científicos han descartado la idea de que los dinosaurios podrían ser resucitados mediante la extracción de ADN de insectos fosilizados en ámbar, una teoría popularizada por la película de 1993 Parque Jurásico (Jurassic Park). 

Investigadores de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, utilizaron técnicas biológicas avanzadas para buscar rastros de ADN de hasta 10.000 años de antigüedad en la resina de ámbar, pero no pudieron detectar ninguna.

Los expertos llegaron a la conclusión de que el ADN no puede sobrevivir en esa sustancia.

Esto sugiere que las posibilidades de hallar ADN en muestras más antiguas, de millones de años, son aún más remotas. Uno de los investigadores, el experto en ámbar David Penney, dijo que el escenario de Parque Jurásico debe permanecer en el terreno de la ficción.

Tomado de:

BBC Ciencia

4 de julio de 2013

Expertos aseguran que fósil de dinosaurio en Arequipa es falso

El hallazgo fue anunciado en los medios locales. Inclusive bautizaron al fósil como "Toñito". Experto de la UNMSM pone en duda su veracidad.
Pese a que el alcalde del distrito arequipeño de Corire, Manuel Alpaca, anunció el fin de semana el hallazgo de un feto fosilizado de dinosaurio, lo más probable es que se trate del resto de un mamífero moderno. "No se trata de un dinosaurio, en lo absoluto, sino de un animal que ha muerto hace muy poco tiempo (no más de 10 mil años) y que está semimomificado", aclaró el paleontólogo del Museo de Historia Natural de la Universidad San Marcos, Rodolfo Salas.

Manifestó que sus características, como la forma de los dientes y del arco cigomático, son las de una marsupial emparentado con las zarigüeyas.  Sin embargo, no descartó que la zona del hallazgo sea rica en fósiles de 100 millones de años.

Igual opinión tuvo César Chacaltana, jefe de proyecto en el Instituto Geológico Minero y Metalúrgico, y señaló que la textura del animal (piel) no es la de un fósil y anunció que acudirá en los próximos días a Corire para reunirse con Alpaca y aclararle que el ejemplar es falso. "No podemos estar tranquilos cuando una autoridad local diga estas cosas a la prensa. Hay gente que no es especializada y lo va a tomar como importante", expresó.

La noticia del hallazgo llamó la atención cuando el alcalde de Corire se aventuró, incluso, a decir que se trataría de un bebé velocirraptor, especie bípeda y carnívora que habitó en lo que hoy sería Asia y no el sur de América.

Sin embargo, no es extraño que dinosaurios nonatos se fosilicen. En 1920, se hallaron en el desierto de Mongolia los cuerpos mineralizados de fetos de protoceratops, antepasados de los populares triceratops.

Fuente:

La República
 

11 de abril de 2013

Los dinosaurios nadadores de China

Recreación artística del dinosaurio nadador. | Nathan E. Rogers

Recreación artística del dinosaurio nadador. | Nathan E. Rogers

Un investigador de la Universidad de Alberta (Canadá) ha identificado algunas de las pruebas más concluyentes hasta la fecha de que los dinosaurios podían recorrer nadando largas distancias.

En colaboración con un equipo internacional de investigación, el estudiante de graduado Scott Persons examinó marcas inusuales de garras registradas en un fondo de río en China, que es conocido por haber sido una ruta importante para los dinosaurios.

Junto a huellas fosilizadas de fácil identificación de muchos animales del Cretácico, incluyendo un largo y gigante cuello de dinosaurio, los investigadores encontraron una serie de marcas de garras que Persons considera la prueba de una progresión coordinada izquierda derecha y derecha a izquierda.

"Lo que tenemos son los arañazos dejados por las puntas de los pezuñas de un dinosaurio de dos patas", dijo Persons. "Las marcas de la garra del dinosaurio muestran que estaba nadando en este río, y que de puntillas estuviera tocando fondo".

Las marcas de garras cubren una distancia de 15 metros, que los investigadores dicen que es una prueba de la capacidad de un dinosaurio de nadar con movimientos coordinados de sus patas. Las huellas fueron hechas por dinosaurios terópodos carnívoros que se estima que se levantaban a alrededor de un metro hasta la cádera.

La ondulación fosilizada y la evidencia de grietas de desecación indican que hace 100 millones de años, el río, en lo que hoy es la provincia de Sichuan, registró ciclos secos y húmedos. El lecho del río que Persons describe como una autopista para dinosaurios ha proporcionado un montón de impresiones a todo pie de otros terópodos y saurópodos gigantes de cuatro patas.

Con sólo arañazos de garras en el fondo del río, la identidad exacta de los dinosaurios no se puede determinar, pero se sospecha que podría haber sido un tiranosaurio pequeño o un Sinocalliopteryx. Se conocen dos especies de depredadores que han estado en esa área de China
Fuente:

24 de enero de 2013

Descubren el diminuto cerebro de un dinosaurio gigantesco

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(Vídeo: CSIC)
Los restos de un gigantesco ampelosaurio hallado en 2007 en el yacimiento de Lo Hueco (Cuenca) han permitido la reconstrucción en 3D del cerebro del animal, que sólo alcanzaba los ocho centímetros de largo. El trabajo, recién publicado en la revista PLOS ONE, se ha llevado a cabo gracias a los restos fosilizados de su cráneo, de unos 70 millones de años de antigüedad (Cretácico superior).

Hasta ahora, sólo se conoce una especie de este género, 'Ampelosaurus atacis', que fue descubierta en Francia. No obstante, las diferencias entre el fósil español y el francés no excluyen la posibilidad de que pudiera tratarse de dos especies diferentes.

El investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, Fabien Knoll, que ha dirigido la investigación, considera que "serían necesarios más restos para garantizar que se trate de una nueva especie". Por ello, el equipo ha clasificado al ejemplar como 'Ampelosaurus sp.', lo que deja abierta su identificación a nivel especifico.

El ampelosaurio pertenece al grupo de los saurópodos, dinosaurios de gran tamaño que llegaron a colonizar grandes extensiones del planeta durante la Era Mesozóica (hace entre 253 millones de años y 66 millones de años). En concreto, se trata de un titanosaurio, un grupo de herbívoros dominantes en la última mitad del Cretácico (última fase del Mesozoico).

Larga evolución

Los primeros saurópodos surgieron unos 160 millones de años antes de la aparición del ampelosaurio. No obstante, a pesar de ser el fruto de una larga evolución, el cerebro del ampelosaurio no muestra ningún desarrollo notable. Knoll explica: "Este saurio podría haber llegado a medir hasta 15 metros de largo, sin embargo, su cerebro no ocupaba más de ocho centímetros".

Para el investigador del CSIC, "el aumento del tamaño del cerebro no ha sido favorecido durante la evolución de los saurópodos".

Otra de las características halladas en la reconstrucción cerebral del saurio conquense es el pequeño tamaño de su oído interno. Según Knoll, "esto podría indicar que el ampelosaurio no estaría adaptado a mover rápidamente ni los ojos, ni la cabeza, ni el cuello".

En enero de 2012, Knoll lideró la investigación para recrear el cerebro de otro saurópodo, 'Spinophorosaurus nigeriensis'. La simulación en 3D de su cerebro reveló que dicho ejemplar, al contrario de lo que ha evidenciado el estudio de la caja craneana de ampelosaurio, presentaba un oído interno muy desarrollado.

Para el investigador del CSIC, "resulta un misterio que haya tanta diversidad en el desarrollo del oído interno dentro de un grupo tan homogéneo de dinosaurios, por lo que es necesario seguir trabajando en este tema".

La investigación ha contado con la colaboración de investigadores de la Universidad de Ohio (EE.UU), la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Fuente:

11 de diciembre de 2012

Las víctimas olvidadas del asteroide que acabó con los dinosaurios


Recreación artística del hábitat de estas especies. | Carl Buell
Recreación artística del hábitat de estas especies. | Carl Buell
Hace 65 millones de años un asteroide impactó contra la Tierra provocando la conocida extinción de los dinosaurios. Sin embargo, sus efectos fueron bastante mayores, acabando con otras tantas especies que habitaban la Tierra. Un estudio acaba de revelar que este asteroide mató, entre otras, al 83% de las especies de lagartos y serpientes.

Estudios anteriores ya habían sugerido que numerosas especies de mamíferos, aves, insectos y plantas se habían extinguido después de que un asteroide golpeara la Tierra en el periodo final del Cretácico en la Península de Yucatán. Esta nueva investigación, publicada en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), evidencia que las consecuencias fueron aún más graves de lo que se creía para las especies de la Tierra.

El estudio precisa el porcentaje de especies desaparecidas por efecto de la colisión y, añade, que cuanto más grande era la criatura, más probable era su extinción. La muestra es que ninguna de las especies supervivientes superaba los cinco kilogramos de peso. Solo los pequeños animales, y probablemente, aquellos con una amplia distribución geográfica, sobrevivieron en este periodo. Los niveles de variedad de especies no se recuperaron hasta más de diez millones de años después, ya durante el Paleoceno y el Eoceno.

Los investigadores realizaron un examen detallado de los fósiles de serpientes y lagartos previamente recogidos en territorios que cubren el oeste de América del Norte, desde Nuevo México hasta Alberta, en Canadá, regiones idóneas para el estudio por su variedad de fósiles de reptiles de la época.

Muestras del estudio

Muestras del estudio

Entre todas las especies estudiadas, 21 de ellas eran conocidas y las otras nueve eran totalmente desconocidas. Es uno de los conjuntos de reptiles fósiles más grandes jamás descubierto. Este estudio además ha podido reconstruir las relaciones de los reptiles extintos a partir del material de mandíbula fragmentada, toda una innovación.

Esta variedad de especies de reptiles muestra una biodiversidad grandísima en esta época, más allá de la simplificación en los conocidos dinosaurios. "Los lagartos y las serpientes rivalizaban con los dinosaurios en términos de diversidad, por lo que es justo hablar tanto de la 'Edad de los Lagartos' como de la 'Era de los Dinosaurios'", dijo Nicholas R. Longrich, del Departamento de Geología y Geofísica de Yale y autor principal del estudio.

Esta fauna estaba dominada por los 'Polyglyphanodontia', una amplia categoría de lagartos que incluye hasta el 40 por ciento de todos los que vivían entonces en América del Norte, según los investigadores.

Para los autores, estos resultados muestran como los orígenes de la fauna moderna solo pueden entenderse a raíz de grandes catástrofes que ocurrieron en tiempos pretéritos. Además, destacan que las alrededor de 9.000 especies de lagartos y serpientes vivos hoy no lo están porque se adaptaran mejor, sino que básicamente han ganado "por defecto, ya que todos sus competidores fueron eliminados", explica el investigador.

Fuente:

El Mundo Ciencia

8 de diciembre de 2012

Identifican restos de un dinosaurio que puede ser el más antiguo


Nyasasaurus parringtoni

Nuevas investigaciones sugieren que unos huesos fosilizados que se guardan en el Museo de Historia Natural de Londres desde los años 30 pueden ser los restos del dinosaurio más antiguo conocido por la ciencia.

Tras nuevas investigaciones y pruebas, científicos de Estados Unidos y Reino Unido dicen que la criatura vivió hasta unos 15 millones de años antes que sus más cercanos rivales para el título de antigüedad.

Esto retrasa la fecha en la que los dinosaurios comenzaron a deambular por la tierra hasta hace unos 243 millones de años atrás.

Los investigadores creen que la criatura tenía alrededor de 80 centímetros de altura, una cola larga y gruesa, caminaba erguida y pesaba entre 20 y 60 kilos.

Fuente:

BBC Ciencia

8 de noviembre de 2012

Cómo se hicieron las marionetas de los Velociraptors en Jurassic Park



Si alguna vez te preguntaste cómo desarrolló el equipo de efectos especiales de Jurassic Park al “temido” Velociraptor, hoy tenemos la respuesta. El equipo de producción ha liberado un vídeo donde detallan el “truco” por el que millones de espectadores en el mundo quedaron atrapados con las escenas del dinosaurio.

Y es que Jurassic Park supuso un antes y un después en lo que a efectos especiales se refiere. Una película pionera dado el gran realismo que consiguió la producción de Spielberg.

Todo gracias a unos dinosaurios que literalmente ponían los pelos de punta. Unos dinosaurios que ahora sabemos que eran realmente unos trajes, marionetas manejadas por profesionales en su interior.

Los encargados de conseguir uno de los iconos de esta superproducción fueron los estudios Stan Winston, los mismos que han trabajado en películas como Avatar, Indiana Jones o Iron Man. El equipo construyó una serie de versiones hasta perfeccionar la apariencia de las criaturas.

El resultado, espectacular, nos muestra a los profesionales dentro del traje junto a unos mandos por cable para mover la cabeza de la “criatura”.

Fuente:

Sauron: científicos ponen nombre a una nueva especie de dinosaurio

La mayoría recordaréis el nombre como el famoso personaje de El Señor de los Anillos, el antagonista principal del universo creado por Tolkien. Bien, ese nombre a partir de ahora lo compartirá con una nueva especie de dinosaurio que vivió y aterrorizó el norte de África hace 95 millones de años, una criatura tan grande como el T-Rex.

Ilustración del dinosaurio "Sauron"

Y es que se trata de una nueva familia a la que un estudio de cinco años la ha acabado denominando como el célebre personaje de los escritos. La especie, Sauroniops pachytholus u “ojo de Sauron” en griego, fue identificada a partir de un sólo fósil descubierto en el sureste de Marruecos en el año 2007.

Un fósil que incluía tan sólo una parte del cráneo, incluyendo la cuenca del ojo superior. Según Andrea Cau, líder del estudio:
La idea de un depredador al que físicamente lo conocemos tan sólo por su feroz ojo me recordó a Sauron, en particular, a la manera en la que lo muestran las películas de Peter Jackson. Como la familia de los carcharodontosaur, un tipo de tetrápodos grande o carnívoro de dos patas, los Sauroniops probablemente tenían un cráneo largo y profundo que acababa en afilados dientes.
Según el análisis y las comparaciones de los fósiles del cráneo con las especies relacionadas, los investigadores sugieren que la criatura tenían una altura de 12 metros de longitud. Para Cau:
El hueso del cráneo de los Sauroniops era muy amplio y particularmente espeso. Esto sugiere que se trataba de un animal tan grande como el Tyrannosaurus Rex, pero sin más fósiles similares que comparar se nos hace imposible tener una estimación más precisa de su tamaño en la actualidad.
Además, el estudio del fósil también reveló que el dinosaurio tenía una especie de pequeño bulto en la frente, una protuberancia distintiva al resto de familias cercanas. Una característica que se cree que utilizaba para luchas con sus congéneres.

Una nueva criatura con denominación tras cinco años de estudio y análisis del fósil. Un dinosaurio que habría vivido a lo largo de las orillas al norte de África, bajo un clima cálido y cuyo sustento alimenticio se basaba posiblemente en peces y cocodrilos, una abundancia de alimentos en la zona que explicaría la gran cantidad de dinosaurios depredadores.

Fuente:

2 de noviembre de 2012

Libro: "Pequeña gran historia de los dinosaurios"

Cómo y cuándo aparecieron los dinosaurios, qué comían, si rugían, mugían o trinaban o si inventaron ellos las flores son algunas de las cosas que todo buen "dinomaníaco" debería conocer, cuestiones que trata de responder el paleontólogo José Luis Sanz en su nuevo libro "Pequeña historia de los dinosaurios".

[foto de la noticia]

Un "dinomaníaco" es una persona que siente especial atracción por el mundo de estos animales, "no muy distinta socioculturalmente" a los seguidores o "maníacos", por ejemplo, de las estrellas del deporte o del cine, señala José Luis Sanz en una entrevista con Efe.

Sanz, quien admite ser un "friki perdido" de los dinosaurios, aunque "los hay peores", explica que "afortunadamente" hay muchos aficionados a estos animales, "un tema ideal para interesarse por la ciencia".

A su juicio, una de las principales razones de esta fascinación es que el dinosaurio ha sustituido al mito del dragón en las sociedades actuales. Editado por Espasa y con ilustraciones de Luis Doyague, este libro de 190 páginas está dividido en 24 capítulos escritos con un lenguaje coloquial, con expresiones como "alucinando pepinos" o "fliparías", pensando sobre todo en los jóvenes de entre 8 y 15 años.

Steven Spielberg y los dinosaurios

Sanz hace comparaciones constantes con elementos fuera de la ciencia, como la literatura, los cómics, el cine o internet, con el objetivo de favorecer el acercamiento de la ciencia a los jóvenes porque, insiste, ésta y la paleontología en concreto "pueden ser divertidas".

El libro comienza con el capítulo "el estudio de los fósiles descubre mundos inesperados", en el que se podrá aprender por ejemplo que los dinosaurios más antiguos y primitivos que se conocen aparecen en el Triásico de Argentina, hace unos 230 millones de años.

A este le sigue el capítulo titulado "Steven Spielberg se une a los paleontólogos". Y es que este director de cine fue el primero en tratar a los dinosaurios como animales y no como monstruos.

Según Sanz, la interpretación de los dinosaurios como monstruos a destruir y no como seres vivos reales que tienen sus derechos ha sido constante en el relato de ciencia ficción.

No son monstruos, sino animales normales

Estas ideas tienen mucho que ver con la paleontología de cada momento histórico, las cuales han cambiado radicalmente desde 1970. El nuevo paradigma (conclusiones ampliamente aceptadas por los científicos), en el que todavía estamos, los interpreta como animales normales, no monstruos, y el cine ha absorbido esta idea.

Cuando Spielberg abordó, según Sanz, la realización de 'Parque Jurásico' señaló algo así como que quería hacer una película de animales, no de monstruos como Godzilla o Gorgo.

Hay un "antes y un después" con este director de cine, aunque, incluso, Parque Jurásico se permite "algunas licencias". Para Sanz, el cine de dinosaurios no supone ninguna agresión a la ciencia paleontológica, pero una cosa es la ciencia y otra el cine.

Este profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, quien apunta que conoce entre 150 y 200 películas de dinosaurios, dedica un capítulo a los dinosaurios 'españoles': "Españoles con tronío".

En él dice que la paleontología española se "tomó su tiempo", 163 años, para participar en la carrera de descubrir estos animales (de los aproximadamente 600 géneros de dinosaurios conocidos en el mundo, 14 están en España). Desde entonces se ha aprovechado el tiempo, afirma este investigador, quien no obstante alerta de que los nuevos recortes en ciencia pueden provocar un retroceso, como en muchas áreas del conocimiento científico.

Fuente:

El Mundo Ciencia

29 de octubre de 2012

París se transforma en un 'Parque Jurásico'

Fémur de saurópodo. | Museo de Historia Natural de París Vea más fotos aquí)
Fémur de saurópodo. | Museo de Historia Natural de París Vea más fotos aquí)
Hace 140 millones de años los saurópodos eran los reyes de la selva. Su tamaño hace insignificante al más grande de los elefantes: podían llegar a medir hasta 40 metros y pesar hasta 90 toneladas. En los yacimientos de Agneac, en Charente (Francia), se hallaron en 2010 fósiles de algunos de los saurópodos más grandes del mundo.

Estos hallazgos se exponen ahora en el Museo de Historia Natural de París. Un fémur, varias vértebras, dientes y otros restos que permanecían ocultos y que han sido recuperados gracias a estas excavaciones. En total se han encontrado cerca de 2.000 piezas en esta zona, pero en la exposición parisina se exponen solo algunos ejemplares.

Bajo el título 'Dinosaures, la vie en grand', la exhibición trata de explicar cómo vivían estos gigantes herbívoros: se explora su biología y se recrea su hábitat a través de dispositivos interactivos y didácticos que permiten, por ejemplo, tocar los dientes de uno de estos colosos.

Un grupo de paleontólogos, botánicos, nutricionistas y biólogos se han encargado de recrear este parque Jurásico, que permite conocer, por ejemplo, qué comían y donde encontraban su alimento estos animales. No era una labor fácil pues necesitaban 100.000 calorías diarias para mantenerse en pie y no podían correr más allá de los 40 kilómetros por hora debido a su peso.

600 litros de sangre

Además, por sus venas circulaban hasta 600 litros de sangre y cada vez que respiraban a sus pulmones llegaban 75 litros de aire. Sus huevos tenían el tamaño de un balón de fútbol y al nacer, las crías pesaban alrededor de 5 kilos, aunque multiplicaban su peso por 10.000 en la edad adulta.

En la exposición se muestra, por ejemplo, la reproducción de un dinosaurio de 18 años, que mide más de tres metros de altura y 18 de largo y cuya cola es tan larga como la mitad de su cuerpo. También se ha incluido una maqueta a tamaño real de una pierna de uno de estos ejemplares, de 5 metros de altura.

Además, un fresco de siete metros de largo recrea con detalle el entorno del citado yacimiento de Angeac hace 130 millones de años. Este es el único terreno en Francia en el que se sabe que vivieron estos colosos de la naturaleza.

Fuente:

El Mundo Ciencia

11 de octubre de 2012

Científicos dicen que no es posible "resucitar" dinosaurios por su ADN

Parque Jurásico

Es improbable que la ficción recreada en Parque Jurásico por Steven Spielberg pueda ocurrir en la realidad.

Científicos australianos descubrieron que el ADN no sobrevive más de 6,8 millones de años y por eso es "sumamente improbable" la extracción de material genético de los dinosaurios, que desaparecieron hace 65 millones de años.

"Hemos estado permanentemente afligidos por el mito creado por Parque Jurásico (filme de Steven Spielberg) desde principios de 1990", dijo al diario Sydney Morning Herald Mike Bunce, uno de los científicos que participó en la investigación al comentar el estudio que derriba estas creencias.

La película de Spielberg avivó la creencia de que el ADN de los dinosaurios se podía extraer de mosquitos preservados durante millones de años en el ámbar y reconstruir así los cromosomas para reproducir a los grandes reptiles de la era mesozoica.

Los científicos hallaron que el ADN sobrevive en fragmentos óseos durante 6,8 millones de años si se conservan a una temperatura de cinco grados bajo cero, lo que hace inviable resucitar a los dinosaurios.

Fuente:

BBC Ciencia

31 de agosto de 2012

Los dinosaurios pequeños que "cazaban como gatos"

Sinocalliopteryx cazando un Sinornithosaurus Cheung Chungtat

Uno de los fósiles tenía en su estómago restos de un dinsaurio volador pariente del velocirraptor (Ilustración: Cheung Chungtat).

Un dinosaurio que vivió hace más de 100 millones de años se alimentaba cazando ágilmente aves primitivas que aún no dominaban el arte de volar, según un nuevo estudio.

Un equipo internacional de científicos encontró los restos fósiles de tres aves en el estómago de un dinosaurio Sinocalliopteryx desenterrado en la región de Liaoning en China. 

Todas las presas fueron identificadas como Confuciusornis, un tipo de dinosaurio volador o ave primitiva, que probablemente era muy lenta al iniciar su vuelo y sólo conseguía desplazarse distancias cortas.

Dos de las aves parecen haber sido consumidas en rápida sucesión, ya que se encuentran en estados similares de digestión parcial. Las aves podrían ser carroñadas, pero los científicos señalan que la presencia de varias aves en el estómago de los dinosaurios implica que habrían sido el producto de una caza deliberada.

Cazador voraz

El hallazgo significa que Sinocalliopteryx, que vivió en el period Cretácico, entre 100 y 145 millones de años atrás, acechaba a sus presas y era un cazador muy hábil y sigiloso, que recurría a técnicas de emboscada simalares a las utilizadas por los gatos.
"El hecho de que tuviera en el estómago no una sino tres aves digeridas parcialmente indica que era un cazador muy activo y voraz"
Scott Persons, Universidad de Alberta

"Sinocalliopteryx no tenía alas o mecanismos físicos para trepar árboles", dijo uno de los autores del estudio, el paleontólogo Scott Persons, del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Alberta en Canadá.

"El hecho de que tuviera en el estómago no una sino tres aves digeridas parcialmente indica que era un cazador muy activo y voraz", agregó Persons.

El tamaño del trozo de pierna de una de las víctimas, correspondería a un individuo de casi un metro de longitud. Estos dinosaurios serían capaces por lo tanto de capturar y devorar a otros carnívoros de gran tamaño.

Sinocalliopteryx tenía el tamaño aproximado de un lobo y su cuerpo estaba cubierto de plumas rudimentarias, que probablemente cumplían una función de aislamiento térmico.

El fósil con restos de tres aves fue hallado junto a un segundo Sinocalliopteryx que también se había alimentado poco antes de morir.

Este segundo fósil había ingerido un Sinornithosaurus, un pariente alado de los temibles velocirraptores, que comía carne y probablemente podía volar o planear durante distancias cortas.

Debate

Los dos fósiles hallados sugieren que Sinocalliopteryx atrapaba presas voladoras, pero ¿cómo lo lograba?
"Los gatos son un ejemplo perfecto, son increíblemente sigilosos en la forma que acechan a sus presas antes de dar el zarpazo", señaló Phil Bell, de la Iniciativa para el Estudio de Dinosaurios Pipestone Creek de Canadá, otro de los autores del estudio.

Sinocalliopteryx cazando un Confuciusornis, un ave primitiva

Se cree que este dinosaurio era un depredador ágil (Ilustración: Cheung Chungtat).

"Puedo imaginar a Sinocalliopteryx acechando un ave entre arbustos, esperando el momento justo para saltar en el aire y capturar al ave en vuelo. Eran animales elegantes con extremidades largas y musculosas y dientes afilados, una máquina perfecta de matar".

Jingmai O'Connor, profesor de la Academia de Ciencias China, concuerda: "Sí, la presencia de más de un Confuciusornis sugiere que Sinocalliopteryx era un depredador ágil y sigiloso".

Otros investigadores creen que el depredador probablemente atacaba cuando las aves se alimentaban a nivel del suelo.

Sin embargo, esta conclusión no es compartida universalmente.
"No estoy totalmente convencido de que Sinocalliopteryx era necesariamente un cazador sigiloso (...) no tenemos suficiente evidencia para probar eso"
Zhonghe Zhou, Academia de Ciencias China

El profesor Zhonghe Zhou, también de la Academia de Ciencias China, señaló: "No estoy totalmente convencido de que Sinocalliopteryx era necesariamente un cazador sigiloso. Era un cazador muy hábil y podría haber sido sigiloso, pero aún no tenemos suficiente evidencia para probar eso".

Jakob Vinther, de la Universidad de Bristol, dijo a la BBC que "el hecho de que Sinocalliopteryx tenía una dieta variada de dinosaurios de distinto tamaño y aves primitivas podría sugerir que no eran depredadores especializados sino más bien carroñeros".

"El hallazgo de dos aves en el mismo Sinocalliopteryx plantea que potencialmente podría haberlas cazado. Para defender esta hipótesis se requiere más evidencia".

El estudio fue publicado en la revista científica online PLoS ONE.

Fuente:

BBC Ciencia

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11 de julio de 2012

Descubren un huevo fósil que enlaza los dinosaurios con las aves actuales

Fotografías de un ejemplar de huevo de dinosaurio Sankofa pyrenaica. | UAB-UCM
Fotografías de un ejemplar de huevo de dinosaurio Sankofa pyrenaica. | 
Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universitat Autònoma de Barcelona han identificado en Lleida huevos de dinosaurio con una característica única: tienen forma ovoide. El descubrimiento representa una prueba a favor de la hipótesis de que los pájaros y los dinosaurios del Cretácico podrían haber tenido un ancestro común.

La paleontóloga de la Universidad Complutense de Madrid, Nieves López Martínez, investigó, antes de su muerte en diciembre de 2010, unos huevos de dinosaurio de forma ovoide, asimétrica. Junto al paleontólogo de la Universitat Autònoma de Barcelona, Enric Vicens, los dos científicos hicieron un análisis exhaustivo del hallazgo que ha sido publicado recientemente en la revista 'Palaeontology'.

Los ejemplares que se han encontrado corresponden a huevos pequeños, de unos 7 centímetros de altura y 4 de ancho. Todos los huevos de estos yacimientos pertenecen a una misma especie y la diferencia principal respecto de otros huevos de la misma época es su forma asimétrica, parecida a la de un huevo de gallina.

La forma de estos huevos es una característica única en los ejemplares de terópodos del Cretácico Superior y sugiere un vínculo con las aves. La asimetría en los huevos de los pájaros está asociada a la fisiología de las aves: toman esta forma por la existencia de un único oviducto que no puede formar más de un huevo a la vez. En este caso, el istmo, la región del oviducto que origina la membrana de la cáscara, confiere esta forma asimétrica al huevo. Gracias a esta forma el extremo más grueso aloja una bolsa de aire que facilita la respiración del pájaro en las últimas etapas de desarrollo. Se trata de un paso evolutivo que aún estaba muy poco desarrollado en los dinosaurios.

Los investigadores han bautizado el nuevo tipo de huevo de dinosaurio con el nombre científico de 'Sankofa pyrenaica'. Los ejemplares han sido descubiertos en el área de la sierra del Montsec, en Lleida, en dos yacimientos muy cercanos situados a ambos lados del paso de Terradets.

La zona sur-pirenaica es rica en yacimientos de huevos de dinosaurio. En aquella época, el paisaje correspondía a un litoral plagado de playas. En los bancos de arena de las playas y de las planicies aluviales ponían los huevos grandes grupos de estos animales. La arena y el barro de la época han dado lugar, a lo largo de millones de años, a las areniscas y margas donde ahora se encuentran los restos de dinosaurios.

El huevo encontrado por los investigadores de la UCM y la UAB representa, en cierto modo, el eslabón perdido entre los huevos de dinosaurio y los de las aves. Sólo un ejemplar de huevo hallado en Argentina, correspondiente a un ave primitiva de la misma época, tenía características similares.

Fuente:

El Mundo Ciencia

27 de junio de 2012

'Bicentenaria argentina', un nuevo dinosaurio de hace 90 millones de años

Esqueletos de la nueva especie de dinosaurio. | Efe
Esqueletos de la nueva especie de dinosaurio. | Efe
El Museo Argentino de Ciencias Naturales ha anunciado el hallazgo de los restos de un dinosaurio carnívoro que se puede considerar como una nueva especie y podría aportar datos clave sobre la evolución de los lejanos antepasados de las aves.
La nueva especie, presentada hoy por investigadores del Museo (MACN), de Buenos Aires, fue bautizada como 'Bicentenaria argentina' y sus restos fueron hallados en la sureña provincia de Río Negro.

"Es muy probable que sea el primer representante que se encuentra de un linaje nuevo dentro de la familia de celurosaurios, aquellos dinosaurios que eventualmente darían origen a las aves", destacó asimismo en un comunicado el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, del que depende el MACN.

El jefe del museo e investigador independiente del CONICET, Fernando Novas, señaló que "si bien dentro de los celurosaurios hay miembros como el Tyrannosaurus rex o el velociraptor, no se conoce mucho acerca de las formas primitivas, los primeros celurosaurios".

Los ejemplares adultos del 'Bicentenaria' medirían entre 2,5 y 3 metros de largo, y eran ágiles y delgados y, por la forma de sus dientes y la presencia de garras, seguramente eran cazadores.

"Se puede sospechar que podrían haberse alimentado de dinosaurios más pequeños, herbívoros o crías de dinosaurios", señaló Novas.

Los investigadores creen que este dinosaurio pudo tener el cuerpo cubierto por plumas. Las rocas que contenían los huesos del 'Bicentenaria' tienen alrededor de 90 millones de años y corresponden al período cretácico superior, entre 65 y 98 millones de años atrás.

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El Mundo Ciencia

12 de junio de 2012

Corea del Sur se apunta a la cruzada contra la evolución



En las costas de Corea se encuentra uno de los yacimientos más importantes del planeta de dinosaurios. Espero que los creacionistas no lo dinamiten con su estilo talibán

Según informa el corresponsal de la revista Nature en Corea del Sur, este país se rinde a las demandas de los creacionistas. El asunto ha llegado tan lejos que incluso los creacionistas de EEUU sentirán envidia cuando lean esta noticia.

El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Coreano informa que ha demandado a las editoriales que eliminen de los textos toda referencia a evidencias a favor de la evolución, como por ejemplo la existencia de fósiles de transición. Así organismos como el Archeaopteryx o el Ambulocetus dejarán de existir para los estudiantes de ciencias coreanos. La campaña creacionista está organizada por la “Society for Texbook Revise” (STR) que quiere eliminar cualquier información acerca de la evolución con el fin de los alumnos sean instruidos en una “visión correcta del mundo”. De la misma forma, cualquier referencia a la evolución humana será eliminada, en una censura dictatorial y premeditada, tal y afirma el profesor de evolución coreano Joonghwan Jeon.

El STR es una rama independiente de la Asociación Coreana para la Investigación de la Creación, una organización que basa su ideario en una lectura literal del Génesis bíblico.
Que la barbarie aumenta, es algo que no sorprende, al fin y al cabo es un fenómeno cíclico en nuestra historia. Lo que me llama la atención es que de seguir a este ritmo, los de mi generación llegarán a contemplar la Edad Media con sus propios ojos. Que el FSM nos acoja entre sus tallarines.

21 de mayo de 2012

El esqueleto de un tiranosaurio supera el millón de dólares en una polémica subasta

El fósil fue encontrado en Asia Central hace dos años. | Heritage Auctions

El fósil fue encontrado en Asia Central hace dos años. | Heritage Auctions
  • El Gobierno de Mongolia presentó una reclamación para detener la subasta
  • Sostiene que la pieza, encontrada hace 12 años, podría pertenecer a su país
  • La subasta se llevó a cabo pese a la orden de un juez de Texas de paralizarla
  • 'Heritage Auctions' dice que puede demostrar que obtuvo el fósil legalmente
El fósil de un ejemplar de Tiranosaurio bataar, el pariente asiático del temible Tiranosaurio rex de Norteamérica, se ha vendido por algo más de un millón de dólares pese a que un juez de Texas ordenó la paralización de la venta tras una reclamación de Mongolia, informo hoy la casa de subastas 'Heritage Auctions'.

La firma señaló en un comunicado que el esqueleto de ese ejemplar de dinosaurio se vendió en Nueva York por un monto de 1.052.500 dólares, durante una subasta por internet que se cerró en la noche del domingo.

"Ha sido una venta que ocurre una vez cada generación y los coleccionistas han respondido muy bien ante la rareza y salvaje belleza de este dinosaurio", señaló el director de historia natural de esa casa de subastas, David Herskowitz.

Reclamación del Gobierno de Mongolia

Esta venta ha sido la primera de carácter público que se realiza de un ejemplar casi completo y montado de un fósil de tiranosaurio, y no ha estado exenta de polémica, ya que el Gobierno de Mongolia emitió un comunicado el pasado viernes señalando que la pieza podría pertenecer a su país.

"Respetamos las opiniones e intentamos proteger los derechos legales de las partes involucradas", señaló a ese respecto el presidente de 'Heritage Auctions', Greg Rohan, que subrayó que la casa dispone de "garantías legales" de que el espécimen se obtuvo de manera legal.

Rohan agregó que "por lo que sabemos, el Gobierno de Mongolia no ha presentado prueba alguna de que la pieza procede de su territorio", al tiempo que subrayó que la decisión final al respecto correspondería a la justicia estadounidense.

Un representante legal de ese gobierno asiático presentó el sábado pasado una reclamación ante un juez de Texas para intentar bloquear la venta de ese fósil prehistórico, pero la firma de subastas por internet señaló que la acción no tiene validez ante el sistema judicial del estado de Nueva York.
Según las autoridades mongoles el fósil de ese dinosaurio fue encontrado en el desierto de Gobi, una región situada entre el norte de China y el sur de Mongolia, por lo que podría pertenecer a su país.

Se encontró hace 12 años

El fósil del tiranosaurio vendido procede de Asia Central y data del periodo Cretácico, hace unos 80 millones de años, dijo la firma, que añadió que permaneció almacenado en Inglaterra hasta el año pasado, en que se trasladó a Estados Unidos.

Ese esqueleto, de 2,44 metros de alto y 7,32 metros de largo, unas dimensiones mucho menores que las del feroz T-rex norteamericano, se encontró hace doce años en Asia central, lugar en el que habitaban estos saurios durante el periodo Cretácico.

En la subasta se ofrecieron también otros fósiles como el cráneo de un anquilosaurio del Cretácico o un diente de otro Tiranosaurio bataar, de 27 centímetros, así como una monumental mandíbula de tiburón Megalodon, con 138 dientes, entre otras piezas por las que se ha recaudado un total de 2,63 millones de dólares.

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El Mundo Ciencia

7 de mayo de 2012

Las ventosidades de los dinosaurios influyeron en el clima del Mesozoico

[foto de la noticia]
  • Como los rumiantes actuales, los saurópodos emitían gran cantidad de metano
  • Se trata de un gas que contribuye al calentamiento de la Tierra
  • Los saurópodos expulsaban unas 520 millones de toneladas de metano al año
  • Los rumiantes actuales producen entre 50 y 100 millones de toneladas
Las vacas están en el punto de mira en la lucha contra el cambio climático. A través de sus ventosidades, los rumiantes expulsan una gran cantidad de metano, un gas que contribuye notablemente al calentamiento global. Este problema ambiental debía darse ya durante la era de los dinosaurios, según revela un estudio publicado esta semana en 'Current Biology'.

Los dinosaurios saurópodos que vivieron durante el Mesozoico probablemente emitieron considerables cantidades de metano que contribuyeron al calentamiento del clima, según afirman los investigadores británicos que firman este estudio.

Como ocurre en muchas especies de herbívoros, los microbios que producen metano les ayudaban a hacer la digestión mediante la fermentación de la comida que ingerían. Estas bacterias están presentes en el aparato digestivo de los rumiantes (rumen). La fermentación se produce de forma natural en el estómago de los animales y es la causa de las emisiones de metano.

Este estudio surgió a raíz de una investigación sobre la ecología de los saurópodos. Los científicos se preguntaron: Si las vacas actuales producen suficiente gas metano como para acaparar la atención de los científicos, ¿qué ocurría con los saurópodos? Para calcular la cantidad de gas que podrían haber producido contactaron con Euan Nisbert, experto en metano de la Universidad de Londres.

El Mesozoico es el periodo comprendido entre hace 250 millones y 65 millones de años. Los saurópodos se expandieron por la Tierra hace unos 150 millones de años, y se caracterizaban por tener un enorme tamaño, una cabeza pequeña y un largo cuello. Un ejemplar de tamaño medio pesaba alrededor de 20.000 kilogramos.

Cálculo de las emisiones

Los fósiles hallados muestran que estos dinosaurios eran muy diversos y debieron expandieron por amplias zonas, convirtiéndose en una especie clave en muchos ecosistemas tanto durante el Cretácico como durante el Jurásico. Teniendo en cuenta que la densidad de estos animales oscilaba entre unos pocos ejemplares a varias decenas de dinosaurios por kilómetro cuadrado, los científicos han establecido que los saurópodos eran responsables de la emisión de nada menos que 520 millones de toneladas de metano cada año. La cifra, aseguran en este artículo, es comparable a las emisiones totales de metano que se generan en la actualidad.

Antes del desarrollo industrial (hace unos 150 años) las emisiones de metano apenas alcanzaban las 200 millones de toneladas por año, recuerdan los autores. En la actualidad, los rumiantes modernos, entre los que se encuentran, entre otros, las vacas, las cabras, las ovejas y las jirafas, generan entre 50 y 100 millones de toneladas cada año.

Dave Wilkinson, investigador de la Universidad John Moores de Liverpool y autor principal del artículo señala que un simple modelo matemático sugiere que los microbios que vivían en los dinosaurios saurópodos podrían haber producido suficiente metano como para causar un efecto importante en el clima del Mesozoico. De hecho, nuestros cálculos sugieren que estos grandes dinosaurios podrían haber generado más metano que todas las fuentes que en la actualidad generan metano juntas, tanto naturales como debido a la actividad humana", afirma.

Los científicos creen que el clima en el Mesozoico era cálido, húmedo y sin capas de hielo en los polos permanentes. Los cálculos realizados en este estudio, señalan los autores, sugieren que los saurópodos pudieron haber influido de manera significativa en el calentamiento del clima a través de sus emisiones de metano.

Según Naciones Unidas, el sector ganadero es responsable en la actualidad del 18% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Esta cifra engloba tanto las emisiones causadas por la producción de piensos como las generadas por el metano que expulsan los rumiantes

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El Mundo

2 de mayo de 2012

El meteorito que precipitó la extinción de los dinosaurios

Su caida no fue la única causa de su desaparición

Recreación de un 'Tyrannosaurus rex'. | AMNH/J. Brougham

Recreación de un 'Tyrannosaurus rex'. | AMNH/J. Brougham
  • La población de algunos dinosaurios ya estaba en declive 12 millones de años antes del impacto de que cayera un asteroide, hace 65 millones de años
  • Otros grupos de carnívoros y herbívoros de tamaño medio aumentaron su población
El meteorito que impactó en la Tierra hace 65 millones de años no fue el único responsable de la desaparición de los dinosaurios. Según sugiere un nuevo estudio publicado esta semana en 'Nature Communications' algunas especies de estos animales ya habían comenzado a extinguirse 12 millones antes de la caída de ese asteroide. De hecho, los autores creen que, aunque este objeto no hubiera impactado contra la Tierra, es posible que algunos de estos dinosaurios habrían desaparecido igualmente.

Esta investigación, liderada por Stephen Brusatt, del Museo de Historia Natural y de la Universidad de Columbia de Nueva York, sostiene además que otros grupos de dinosaurios, como el célebre 'Tyrannosaurus rex' experimentaron durante ese mismo periodo un notable crecimiento en su población.

Los nuevos hallazgos confirmarían, por tanto, que estas fascinantes criaturas eran en realidad, muy diferentes las unas a las otras en cuanto a morfología y dieta. La evolución de los diferentes grupos de dinosaurios durante el Cretácico tardío fue compleja y refleja la gran biodiversidad que había en estos animales.

Como señalan los autores al inicio de su estudio, pocos temas de la historia de la paleontología han generado tanta investigación entre los científicos y tanta fascinación entre la población como la extinción de los dinosaurios no aviares.
 
Intensa actividad volcánica
Los palentólogos creen que los dinosaurios desaparecieron de la faz de la Tierra al final del periodo Cretácico (hace 65 millones de años) debido a la intensa actividad volcánica y al impacto de un gran asteroide. Según sostienen, la caída de Chicxulu (que según calculan, debía tener unos 10 kilómetros de diámetro) originó un gigantesco cráter en la que hoy es la Península de Yucatán (México).

'Troodon formosus'. | AMNH/J. Brougham
'Troodon formosus'. | AMNH/J. Brougham

Sin embargo, a pesar de las intensas investigaciones llevadas a cabo durante más de 30 años, aún no está claro si estos episodios fueron los causantes de su extinción o bien la población de estos animales ya había comenzado a descender con anterioridad.
 
Declive en los grandes herbívoros
Para llevar a cabo este estudio, Stephen Brusatte y sus colegas analizaron los fósiles de siete subgrupos de grandes dinosaurios que vivieron durante el Cretácico final. Calcularon la variabilidad en la anatomía y el cuerpo de estos animales a escala global y regional. Los resultados obtenidos muestran que la población de dinosaurios gigantes herbívoros (como los hadrosaurios o los ceratópsidos, que recuerdan a los rinocerontes) habían empezado a disminuir con anterioridad.

Por el contrario, otros grupos de dinosaurios carnívoros (como el 'Tyrannosaurus rex' o 'Troodon formosus') y herbívoros de tamaño medio no mostraron esta tendencia y mantuvieron o aumentaron su población durante ese periodo.

 El estudio muestra que al menos algunos grupos de dinosaurios no aviares ya habían experimentado un declive en su población antes de la extinción. Es decir, el Cretácico no fue un periodo estable que fue interrumpido violentamente por la caída de un asteroide. De hecho, sostienen, es probable que algunos de estos grupos de dinosaurios tampoco hubieran sobrevivido aunque no se hubiese caído un asteroide.

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El Mundo Ciencia



15 de abril de 2012

El hombre que confundió un dinosaurio con el escroto de un gigante


Dibujo de Richard (1763) del que probablemente fue el primer hueso conocido de dinosaurio, bautizado como 'Scrotum humanum'

Dibujo de Richard (1763) del que probablemente fue el primer hueso conocido de dinosaurio, bautizado como 'Scrotum humanum'

Antes de que Richard Owen pronunciara por primera vez la palabra 'dinosaurio'en 1841, muchos naturalistas ya habían comenzado a extraer del suelo grandes restos fósiles sin saber exactamente a qué pertenecían. Incluso llegaron a ver los testículos de un superhombre en el fémur del primer terópodo descubierto. Lo llamaron 'Scrotum humanum'.

En 1677, el reverendo inglés Robert Plot describió en su libro 'Historia Natural de Oxfordshire' el hallazgo de un enorme trozo de hueso fosilizado. Según el inglés, se trataba de “un hueso auténtico, ahora petrificado” que recordaba “exactamente la figura de la parte de debajo del fémur de un hombre, o al menos de algún otro animal”. Este fósil correspondía en realidad a un dinosaurio, aunque este crucial dato no se conocería hasta un siglo más tarde.

Una de las explicaciones de los fósiles en el siglo XVII era la 'virtus formativa', una capacidad de la Tierra para generar formas caprichosas

Fallidas interpretaciones

Plot, un naturalista inquieto y con las mejores intenciones de hacer avanzar la ciencia de la época, no tuvo demasiado acierto. Basándose en los datos disponibles en aquella época y en partes de la Biblia, el reverendo creyó que el hueso pertenecía a un gigante. Y en una desafortunada serie de hipótesis posteriores, este mismo fósil fue tomado por los testículos petrificados de un coloso. Así, durante años, el primer dinosaurio identificado recibió el nombre de Scrotum humanum.

A simple vista, Jose Luis Sanz, Catedrático de Paleontología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), identifica el fósil de Plot como "el fragmento distal del fémur de un gran dinosaurio terópodo, probablemente Megalosaurus".

Sanz formó parte del equipo que halló en Cuenca el esqueleto del dinosaurio más completo hallado en España hasta la fecha, correspondiente a un nuevo dinosaurio carnívoro, el Concavenator concorvatus. El descubrimiento de Pepito, como se le llamó coloquialmente, fue publicado en la revista Nature en septiembre de 2010.

"La formación de los fósiles ha sido explicada en términos muy diferentes a lo largo de la historia", cuenta este paleontólogo. "Una de las hipótesis más en boga en el siglo XVII era la virtus formativa, una capacidad de la Tierra para generar formas caprichosas, que no eran tanto anomalías sino dones que Dios había puesto, igual que había puesto las flores en los campos para alegrar la vista de los seres humanos. Esta aproximación es la que Plot había utilizado para explicar muchos de los fósiles que encontró".

En este caso particular, la primera hipótesis de Plot fue que se trataba de restos óseos de elefante, probablemente traídos por los romanos en su invasión de las islas británicas. Sin embargo, cuando el reverendo tuvo acceso a los restos de un elefante se dio cuenta de que la forma y el tamaño de su fósil, de unos 60 centímetros de diámetro, no encajaban con la conjetura inicial.

Entonces, inmediatamente, optó por la hipótesis gigantológica. Creyó ver en ese hueso los restos de uno de los patriarcas de los que hablaba la Biblia, personajes como Matusalén, Abraham o Noé a los que se suponía un tamaño y longevidad sobrenaturales.

Los testículos de un gigante

Este argumento no sólo se mantuvo durante décadas, sino que tomó un giro sorprendente a mediados del siglo XVIII. En 1763, el naturalista Richard Brookes reinterpretó el fósil de Plot no como la base del fémur de un gigante, sino como sus testículos petrificados. Brookes aplicó además a este razonamiento el célebre binomio latino que el taxónomo sueco Carlos Linneo había popularizado como sistema de nomenclatura de especies.

En opinión de Sanz, Brookes no denominó 'Scrotum humanum' a este fósil "porque pensase que aquello podía interpretarse como los testículos de un gigante, sino porque de alguna manera le recordaba a un escroto humano", aunque otros naturalistas de la época, como el francés Jean-Baptiste Robinet, sí que se inclinaron por esta aproximación. "Desde el punto de vista linneano, para denominar una especie estás obligado a crear un binomio, y ese 'Scrotum humanum', en mi opinión, era una cualidad descriptiva del fósil, nada más".

En cualquier caso, y merced a las leyes de prioridad del Código Internacional de Nomenclatura Zoológica, pasarían años hasta que este binomio fuera reescrito.

El concepto de 'dinosaurio'

En 1841, durante una conferencia impartida en Plymouth (Reino Unido), el paleontólogo inglés Richard Owen pronunció por primera vez la palabra 'dinosaurio', aunque otros ya se habían aproximado años antes al concepto. Principalmente fueron dos personas: William Buckland, de profesión clérigo, y Gideon Mantell, que era médico rural. Como naturalistas, ambos interiorizaban el sistema de Linneo, por eso Mantell llamó a su especie descubierta Iguanodon –aunque olvidó poner el segundo término del binomio– y Megalosaurus bucklandii al espécimen hallado por Buckland.

Cuenta José Luis Sanz que, pese a todo, Buckland "no estaba muy seguro de lo que estaba publicando. Este Megalosaurus tenía caracteres mixtos, por un lado caracteres que se podían encontrar en cocodrilos o incluso en mamíferos, y por otro caracteres típicos de algunos tipos de lagartos, como los varanos. Entonces, su decisión final fue que se trataba de un lagarto gigante, hipótesis que fue refutada más tarde por Owen" con un paradigma nuevo e integrador.

Desde nuestra butaca en el siglo XXI, las interpretaciones dadas entonces a los fósiles pueden parecer exóticas, aunque como bien apunta Sanz, los hombres de aquella época "podían ser ignorantes en algunos aspectos, pero no eran tontos". La edad de la Tierra, por ejemplo, no fue un conflicto para Buckland, que “representa al paradigma de la teología natural, y dentro de esta, no tenía problema en admitir que el planeta tenía varios cientos de miles de años. Buckland estaba equivocado en tres o cuatro órdenes de magnitud, lo cual hoy nos parece mucho, pero para la época era algo aceptable”.

En el fondo, así es como avanza la historia de la ciencia. La hipótesis errónea de Plot se transformó en la hipótesis, más sofisticada pero igualmente errónea, de Brookes y luego en la de Buckland y luego en la de Owen. Y así hasta nuestros días, donde aún son muchas las piezas que faltan en el puzle de los dinosaurios.

Cuando José Luis Sanz, hoy autor o coautor de ocho géneros de estos animales, comenzó a excavar por primera vez, hace más de veinte años, “no teníamos ni idea de que existiera todo un linaje de dinosaurios, que son básicamente los ancestros directos de las aves, completamente cubiertos de plumas. Hoy en día tenemos una evidencia abrumadora y datos que demuestran el parentesco de estos terópodos, del tipo de los velocirraptores, con las aves”.

La ciencia no puede aún explicar, por ejemplo, para qué servía la 'joroba' que Sanz y su equipo encontraron en mitad del lomo del dinosaurio de Cuenca. La paleontología es una ciencia histórica que, en los últimos tiempos “ha hecho esfuerzos titánicos para generar herramientas de refutación cada vez más fiables y sólidas. Obviamente no pueden ser tan sólidas como en la física o la química”, dice el catedrático de la UAM.

En las últimas décadas, el trabajo de historiadores de la paleontología como Stephen Jay Gould ha contribuido a modernizar los métodos y las pruebas necesarias para validar este conocimiento. Pero en definitiva, como reconoce Sanz, "nuestro conocimiento epistemológico de la paleontología sigue siendo el mismo desde los comienzos del siglo XIX, aunque los paleontólogos de entonces no lo supieran. Todas nuestras hipótesis se contrastan en el registro fósil. Tienes una hipótesis de cómo era el esqueleto, el cerebro o dónde vivía el dinosaurio y la vas desarrollando hasta que nuevos descubrimientos fósiles y herramientas de análisis te permitan refutar todas las incorrecciones que has dicho hasta ese momento".

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El Mundo Ciencia

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