15 de abril de 2019
Notre Dame: la historia de la catedral en el corazón de París
3 de septiembre de 2016
China y Estados Unidos ratifican el acuerdo climático de París para reducir sus emisiones de CO2
El presidente Barack Obama, que llegó a China para la cumbre del G-20 que se celebra en la ciudad de Hangzhou, dijo: "La historia juzgará como cruciales los esfuerzos que hagamos hoy".
Las emisiones de CO2 son las principales impulsoras del cambio climático.
En un acuerdo histórico alcanzado en diciembre, los países estipularon reducir las emisiones lo suficiente como para que el aumento medio global en temperaturas no sobrepase los 2C.
La Casa Blanca emitió una declaración el sábado anunciando la ratificación de EE.UU.
En un discurso en Hangzhou, Obama declaró que el acuerdo de París era "la mejor oportunidad para enfrentar un problema que puede llegar a transformar este planeta".
Y elogió a los líderes chinos por su ratificación al tratado: "Estamos logrando un avance significativo del mundo hacia el objetivo que nos hemos trazado".
Antes de la ratificación de ambos países, las 23 naciones que habían firmado el acuerdo sólo sumaban el 1% de las emisiones globales.
El Acuerdo de París es el primer acuerdo general sobre cambio climático del mundo. Sólo entrará en vigor legalmente después de que sea ratificado por al menos 55 países, que en conjunto producen el 55% de las emisiones globales de carbono.
El artículo completo en:
BBC Ciencia
22 de abril de 2016
Paris: Más de 170 países firman el Acuerdo del Clima
Ollanta Humala, presidente del Perú, firmando el Acuerdo del Clima (viernes 22 de abril de 2016)
Representantes de 171 naciones comenzaron el viernes a firmar el Acuerdo de París sobre el cambio climático que entrará en vigencia con años de anticipación.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry, con su nieta en brazos, se sumó a decenas de líderes mundiales para la ceremonia de la firma. Es la primera vez que tantos países firman un acuerdo en la primera fecha disponible. Los países que no firmen el viernes tienen un año para hacerlo.
Muchos prevén que el acuerdo entrará en vigencia antes del plazo original de 2020. Algunos dicen que podría suceder este año.
Después de firmar, las naciones deberán aprobar formalmente el acuerdo por medio de sus procedimientos nacionales.
La ONU dijo que quince países, varios de ellas pequeñas naciones insulares amenazadas por la elevación del nivel de las aguas, lo harán el mismo viernes depositando sus documentos de ratificación.
China, que lidera el mundo en emisiones de carbón, dijo que "realizará los procedimientos internos" para ratificar el acuerdo antes de la cumbre del G20, que se realizará en China en septiembre.
Estados Unidos dice que lo ratificará este año. El mundo observa con ansiedad. Según los analistas, si Washington lo ratifica antes del fin del período del presidente Barack Obama en enero, le resultará más difícil a su sucesor denunciar el acuerdo, porque debería esperar cuatro años bajo las normas acordadas.
Normas
El acuerdo entrará en vigencia después que 55 países, en representación de por lo menos el 55% de las emisiones contaminantes, lo hayan ratificado. Estados Unidos y China, que suman casi el 40% de las emisiones en el mundo, han dicho que se proponen unirse al acuerdo este año.
Maros Sefcovic, director de energía de otro importante contaminante, la Unión Europea de 28 miembros, dijo a la prensa el jueves que la UE quiere estar en la "primera ola" de países ratificantes.
El presidente francés Francois Hollande, el primero en firmar, dijo que pedirá al Parlamento ratificar el Acuerdo de París para este verano. El ministro ambiental de Francia está a cargo de las negociaciones y dijo a la reunión que "ahora no hay marcha atrás".
Entre los países que no han dicho si ratificarán el acuerdo se encuentran algunos de los mayores productores de petróleo del mundo, como Arabia Saudí, Irak, Nigeria y Kazajistán, informó el jueves el Instituto de Recursos Mundiales.
El Acuerdo de París, en respuesta al aumento de las temperaturas, el alza del nivel del mar y otras consecuencias del cambio climático, fue un avance espectacular en las negociaciones climáticas en la ONU, empantanadas durante años debido a las disputas entre países ricos y pobres.
Cada país fija sus propias metas para la reducción de emisiones de dióxido de carbono y otros gases invernadero. Las metas no son vinculantes, pero los países deben actualizarlas cada cinco años.
Fuente:
El Tiempo (Venezuela)
Lea también:
Las organizaciones ambientales Amigos de la Tierra y WWF consideran que el acuerdo del Clima alcanzado en París el pasado mes de diciembre y que será firmado este viernes en Nueva York, en el Día Mundial de la Tierra, es "insuficiente" para frenar el cambio climático, pero al mismo tiempo, señalan que es momento de hacerlo "realidad". Así, Amigos de la Tierra ha criticado que la mayoría de los gobiernos están celebrando este acto como un "triunfo histórico" mientras que "no const ...
Leer mas: http://www.europapress.es/sociedad/medio-ambiente-00647/noticia-ong-creen-acuerdo-paris-insuficiente-debe-ser-realidad-20160421144112.html
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Plantón de 27 países el Día del Acuerdo del Clima
28 de abril de 2015
L'Oreal: La ciencia desenreda los misterios del cabello
Físicos, químicos, ópticos, expertos en ciencia de los materiales, metrólogos, estadísticos y matemáticos trabajan en el recién inaugurado centro de investigación de L’Oréal en Saint Ouen (París). De una plantilla de 500 personas, 400 son científicos; el resto, peluqueros y estilistas.Todos ellos trabajan para desentrañar los misterios del cabello, una de las estructuras más complejas del cuerpo humano, y diseñar productos que se adapten a la gran diversidad de tipos de cabello del mundo y a las diferencias en su cuidado.
El gigante francés de la cosmética L’Oréal acaba de inaugurar el en barrio parisino de Saint Ouen el mayor centro de investigación del cabello del mundo. La apertura de este centro ha supuesto una inversión de 100 millones de euros. SINC ha visitado estas instalaciones, que son una mezcla de laboratorio con la última tecnología e inmenso salón de belleza.
28 de enero de 2015
Paris y su proyecto para convertirse en 2050 en la ciudad del futuro
29 de octubre de 2012
París se transforma en un 'Parque Jurásico'
Estos hallazgos se exponen ahora en el Museo de Historia Natural de París. Un fémur, varias vértebras, dientes y otros restos que permanecían ocultos y que han sido recuperados gracias a estas excavaciones. En total se han encontrado cerca de 2.000 piezas en esta zona, pero en la exposición parisina se exponen solo algunos ejemplares.
Bajo el título 'Dinosaures, la vie en grand', la exhibición trata de explicar cómo vivían estos gigantes herbívoros: se explora su biología y se recrea su hábitat a través de dispositivos interactivos y didácticos que permiten, por ejemplo, tocar los dientes de uno de estos colosos.
Un grupo de paleontólogos, botánicos, nutricionistas y biólogos se han encargado de recrear este parque Jurásico, que permite conocer, por ejemplo, qué comían y donde encontraban su alimento estos animales. No era una labor fácil pues necesitaban 100.000 calorías diarias para mantenerse en pie y no podían correr más allá de los 40 kilómetros por hora debido a su peso.
600 litros de sangre
Además, por sus venas circulaban hasta 600 litros de sangre y cada vez que respiraban a sus pulmones llegaban 75 litros de aire. Sus huevos tenían el tamaño de un balón de fútbol y al nacer, las crías pesaban alrededor de 5 kilos, aunque multiplicaban su peso por 10.000 en la edad adulta.En la exposición se muestra, por ejemplo, la reproducción de un dinosaurio de 18 años, que mide más de tres metros de altura y 18 de largo y cuya cola es tan larga como la mitad de su cuerpo. También se ha incluido una maqueta a tamaño real de una pierna de uno de estos ejemplares, de 5 metros de altura.
Además, un fresco de siete metros de largo recrea con detalle el entorno del citado yacimiento de Angeac hace 130 millones de años. Este es el único terreno en Francia en el que se sabe que vivieron estos colosos de la naturaleza.
Fuente:
El Mundo Ciencia
6 de febrero de 2012
La Torre Eiffel japonesa
¿Una torre Eiffel japonesa?
Bueno, no se llama así. Su nombre es Nihon Denpa To (torre japonesa de ondas eléctricas), se la conoce popularmente como Tokyo Tower y, eso sé, fue diseñada a semejanza de la Torre Eiffel de París, a la que supera en altura.
La construcción de esta gran antena metálica blanca y naranja —que funciona como antena de transmisión de señales analógicas y digitales— finalizó en 1958, alcanzando una altura de 333 metros.
La Tokyo Tower está en el distrito de Minato, relativamente cerca del núcleo de la ciudad, y desde su observatorio superior, situado a unos 250 metros, se puede comprobar que las tonalidades de la ciudad no son solamente grises, también se puede ver el azul del mar, el verde de los jardines del Palacio Imperial y del Santuario Meiji. Y en ocasiones favorables, hasta el blanco de la nieve de la cima del monte Fuji.
En Japón se ha emitido tanto en televisión analógica como digital terrestre con ayuda de la torre, pero la tendencia es dejar la primera en beneficio de la segunda. La Torre de Tokio no es adecuada para la emisión de señal en digital, pues su altura es escasa para que este tipo de señales de altas frecuencias lleguen con claridad a lugares rodeados por bosques o edificios muy altos.
Por ello se empezó la construcción de una nueva torre en julio de 2008. Esta torre —conocida como Nueva Torre de Tokyo, aunque su nombre oficial es Tokyo Sky Tree— es una torre con forma de trípode que alcanza una altura de 610 metros y que tiene prevista su inauguración para mayo de 2012.
Fuente:
Saber Curioso
27 de octubre de 2011
La batalla diaria en la sobrepoplabada Paris
Especial: Demografía
El día a día en la ciudad más poblada —y una de las más caras— de Europa no es fácil. Julie y Alan viven en el distrito número 11. Son de los pocos que aún no se han exiliado a la cada vez más concurrida periferia. Los precios desorbitados de los alquileres y el ritmo de vida en el corazón de la 'ville' han empujado a los parisinos al exilio campestre.
Cada mañana Julie, parisina de 30 años, enciende su portátil aún con las huellas de las sábanas marcadas sobre su rostro. Tiene suerte. Su 'puesta a punto' antes de afrontar la batalla diaria dura exactamente lo que tarda en saltar de la cama a la mesa y prepararse un té. Al contrario que la mayoría de los vecinos de París, ella no tiene que meterse en el pozo suburbano para llegar a su trabajo. Desde que creó su propia agencia de comunicación se ahorra las horas de atascos, empujones y apretones matutinos. «Lo mejor que tiene trabajar por tu cuenta es poder coger el metro a horas fuera de las punta», explica.
Julie Mayer es un punto en la enrevesada madeja de más de dos millones de cabezas que habitan la corona de la capital francesa, una cifra que se eleva a más de 10 millones si en el cálculo se incluye la región. París es la ciudad más densa de Europa. Sus calles son un hervidero de abrigos ajetreados que van de casa al trabajo, del trabajo a casa.
Alan, compañero de Julie desde hace tres años, sí padece la marabunta diaria, aunque siempre que el tiempo acompaña huye del metro y va a pie a trabajar porque así puede disfrutar de la arquitectura parisina, una de las cosas que más le gusta de la ciudad. «Lo peor es la mala educación. La gente que no respecta las reglas, como los ciclistas que van por las zonas de peatones o los que se salta las colas», se lamenta, resignado, este escocés de 32 años.
Vivir en la ciudad más poblada de Europa no es fácil. Julie lo resume en una frase: «París es una batalla diaria». Hace poco más que un año que la pareja se mudó a un apartamento de dos habitaciones en el distrito número 11 para poder tener un poco más de espacio. Un lujo al alcance de pocos en una ciudad donde la opción para la mayoría no pasa de los 40 metros cuadrados.
Ellos son de los pocos que aún no se han exiliado a la cada vez más concurrida periferia. Los precios desorbitados de los alquileres y el ritmo de vida en el corazón de la 'ville' han empujado a los parisinos al exilio campestre. Todavía ligados a la urbe, Julie y Alan no tardarán en unirse a sus compatriotas. «No me imagino criando a mis hijos en una ciudad tan caótica», explica la joven.
Durante la semana, desplazamientos y obligaciones consumen las horas de vida. Es durante el fin de semana cuando parisina y escocés pueden disfrutar de sus aficiones y casi siempre este paréntesis pasa por huir de París, rumbo a Escocia, donde vive la familia de Alan. En la capital francesa, donde la temperatura media ronda los 10 grados y apenas asoma el sol, sus opciones de ocio se limitan a ir al cine o a ver una exposición. Si Julie es más callejera, Alan prefiere refugiarse en la intimidad de casa para leer. Su pequeño placer es pasarse la tarde entera del domingo devorando novelas. «Es lo que no puedo hacer durante la semana», explica el joven.
Además de ser la más poblada, París cuenta con el dudoso honor de ser también una de las ciudades más caras de Europa. Por eso, la vida social se hace a menudo de puertas para dentro. La cocina es un valor importante en la cultura francesa y también en este reducto francés que comparte la pareja en el barrio de Oberkampf. Amantes de la cocina, las veladas domésticas con amigos son un clásico en casa de Julie y Alan.
«Cuando el tiempo lo permite salimos al patio común. Los parisinos buscamos salidas al estrés de la ciudad, una bocanada de aire fresco», dice Julie, que apunta que esto explica el afán de nuestros vecinos por el universo bio. «El francés siente que ha perdido todo el contacto con la naturaleza, con el origen de lo que come. En ese tipo de alimentación encontramos esta conexión con la tierra que ya no tenemos», explica Mayer.
Sabe de lo que habla, pues desde hace años esta periodista trabaja como asesora en temas de salud y alimentación. Con la creación de su agencia de comunicación hace un año su sueño está casi cumplido. Ahora sólo le queda volar. «Me gustaría trabajar en el extranjero, aplicar todo lo que sé en otros países», explica. Más conservador, Alan asegura que sólo se irá si le garantizan un puesto similar en el banco donde trabaja. «¡Vivir en Asia con el sueldo de expatriado es un auténtico lujo», le advierte su pareja.
Hace dos meses que a su familia se ha unido Cooper, un 'cachorro' de año y medio, y acaban de saber que pronto serán uno más. Francia es uno de los países europeos con la tasa de natalidad más elevada y cada año 830.000 nuevos ciudadanos ayudan a colmar el casi desbordado vaso francés. Según datos del Instituto de Estadística, la mujer francesa se convierte en madre a los 30 años y tiene una media de 2 hijos.
Julie no es una excepción al perfil. A sus 31 años afronta el reto «feliz». «Siempre he pensado que un hijo no tiene por qué impedirte hacer tus proyectos, así que sigo con mi idea de vivir en Asia». Alan ve el momento para salir de la urbe y «tener por fin un jardín». La llegada de un nuevo miembro al clan Mayer-Guetier les da aún más alas para volar de esta ciudad, «maravillosa pero asfixiante a la vez».
Fuente:
El Mundo (España)