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9 de octubre de 2016

Los beneficios de quedarse calvo

Los vikingos utilizaban una loción de estiércol de ganso. El médico griego Hipócrates creía que lo mejor eran los excrementos de paloma con rábano picante, comino y ortigas.


Una receta egipcia de hace 5.000 años aconsejaba mezclar las espinas quemadas de un erizo, sumergidas en miel y aceite, con alabastro, ocre rojo y muestras de debajo de las uñas, y untar el brebaje sobre la zona afectada.

Miles de años más tarde, seguimos buscando soluciones a la calvicie; gastamos unos US$3.500 millones cada año en intentar curarla.

Tal y como dijo Bill Gates el año pasado, eso es bastante más de lo que invertimos en controlar la malaria (unos US$154 millones al año).

Según una encuesta de 2009 de la Sociedad internacional de Cirugía para la Restauración del Cabello (ISHRS, por sus siglas en inglés), cerca del 60% de los hombres preferiría tener la cabeza llena de pelo que tener más dinero o amigos.

Pero cada vez existen más indicios de que las cabezas calvas no son un espectacular accidente evolutivo, después de todo.

Los hombres calvos son vistos como más inteligentes, dominantes y de mayor estatus social; sus brillantes cabezas peladas podrían ayudarles a seducir a las mujeres o incluso a salvarles la vida.

Pero antes de adentrarnos en los detalles sobre por qué ser calvo puede ser tan genial, aclaremos algunos puntos.

Teorías equivocadas

Contrariamente a la sabiduría popular —y a la existencia de pelones supermasculinos, como Bruce Willis— la propensión a perder el cabello no te hace más hombre.

Fuente:

BBC 

3 de septiembre de 2016

La ropa del 'hombre de los hielos' se hizo con cinco especies animales

El análisis mitocondrial de las pieles usadas para la ropa que llevaba Ötzi revela cómo se fabricaban las prendas de vestir hace 5.300 años.

Conoce los materiales del calzado y lo leggins de nuestros antepasados!!!


Oso pardo, corzo, oveja, vaca y cabra. Estas cinco especies animales fueron utilizadas para fabricar las prendas de vestir que llevaba la momia de Ötzi, el hombre que vivió hace 5.300 años y que fue encontrado en los Alpes en 1991 a más de 3.000 metros de altitud. Así lo asegura un estudio publicado esta semana en la revista Scientific Reports en el que se han analizado nueve fragmentos de las prendas que vestía este individuo, conocido popularmente como el hombre de los hielos.

El hallazgo de la momia de este europeo ha ofrecido a los investigadores una ventana a la que asomarse para averiguar cómo era la forma de vida de nuestros antepasados durante la Edad de Cobre. Su cuerpo fue momificado de forma natural y salió a la luz debido al deshielo de unos de los glaciares de la zona en la que fue hallado, en la frontera entre Austria e Italia, por lo que también se le conoce como el tirolés.

Las distintas investigaciones realizadas hasta ahora han aportado información sobre la dieta, las enfermedades que padecía o su genoma. Se sabe, por ejemplo, que murió de forma violenta y que tuvo una úlcera, como mostró recientemente otro equipo de investigadores al analizar las bacterias de su estómago. Y también sobre las herramientas que usaba, su vestimenta y el grado de desarrollo que tenían a la hora de fabricar ropas y utensilios. 

Y es que como demuestra esta nueva investigación, los habitantes de esa zona europea hace cinco milenios trataban las pieles de los animales. Los procesos de manufacturación empleados, de hecho, han dificultado la identificación de los animales de los que procedían los cueros y pieles empleadas, impidiendo que estudios anteriores llegaran a los mismos resultados que los que recoge esta nueva investigación. Para llevarla a cabo, secuenciaron los genomas mitocondriales de nueve fragmentos de cueros y pieles procedentes de las prendas de vestir de Ötzi y de su aljaba, la bolsa en la que guardaba las flechas.


La momia de O¨tzi fue encontrada en 1991


El artículo completo en:

El Mundo (España)

28 de abril de 2015

L'Oreal: La ciencia desenreda los misterios del cabello

Físicos, químicos, ópticos, expertos en ciencia de los materiales, metrólogos, estadísticos y matemáticos trabajan en el recién inaugurado centro de investigación de L’Oréal en Saint Ouen (París). De una plantilla de 500 personas, 400 son científicos; el resto, peluqueros y estilistas.Todos ellos trabajan para desentrañar los misterios del cabello, una de las estructuras más complejas del cuerpo humano, y diseñar productos que se adapten a la gran diversidad de tipos de cabello del mundo y a las diferencias en su cuidado.

El gigante francés de la cosmética L’Oréal acaba de inaugurar el en barrio parisino de Saint Ouen el mayor centro de investigación del cabello del mundo. La apertura de este centro ha supuesto una inversión de 100 millones de euros. SINC ha visitado estas instalaciones, que son una mezcla de laboratorio con la última tecnología e inmenso salón de belleza.




En este nuevo centro trabajan 400 científicos, desde, físicos, químicos y ópticos hasta expertos en ciencia de los materiales, metrólogos, estadísticos y matemáticos. Otro centenar de trabajadores son peluqueros y estilistas que se encargan de probar con voluntarios de diferentes nacionalidades, razas y edades las últimas formulaciones de champús, acondicionadores, productos de fijación, de coloración y de peinado, y de recoger sus impresiones.
El día de la visita al centro, en la zona del salón, los ‘peluqueros científicos’ (así les denominan en L’Oréal) estaban probando con voluntarios asiáticos un tinte físico que, a diferencia de los químicos, no penetra en el cabello. Sus partículas tienen propiedades ópticas que se depositan en el pelo y aumentan su brillo o aportan reflejos con diferentes tonos.
L’Oréal invierte al año 750 millones de euros a I+D (el 3,5% de su facturación total) y un tercio de esta cantidad va destinado específicamente a investigación sobre el cabello, explica Patricia Pinau, portavoz científica de la empresa.
La investigación sobre el cabello le parece apasionante a esta directiva. “Es único por su estructura biológica altamente desarrollada, autónoma y capaz de auto renovarse En el interior de un cabello se expresan los factores principales que rigen la vida y muerte celular”, subraya.
El artículo completo en:

1 de octubre de 2013

¿Por qué tenemos cejas?

Originalmente, para evitar que la lluvia y el sudor entrara en los ojos. Como especie, los humanos confiamos en nuestra vista más que en cualquier otro sentido, y el agua puede empañar seriamente la visión.

Además, las cejas también pueden desviar los residuos y proteger nuestros ojos de la luz del Sol.

De modo que, aunque la tendencia evolutiva es ir perdiendo la mayor parte del vello corporal, las pestañas y las cejas se mantienen.

Una mujer pinta sus cejas.

Las cejas, no obstante, también cumplen otra función: comunicar.

La expresión facial transmite emociones de un modo que es difícil de falsificar; y las cejas exageran las expresiones.

Incluso en los dibujos animados, una simple línea sobre los ojos es suficiente para denotar enfado, miedo o sorpresa en la cara.

Existen experimentos que muestran que reconocemos una cara familiar con mayor facilidad cuando son los ojos los que están cubiertos y no las cejas.

Si está pensando en rediseñar sus cejas afeitándolas o depilándolas, recuerde sus múltiples usos.

Fuente:

BBC Ciencia

13 de agosto de 2013

¿El estrés saca canas?

En 1982, el piloto Eric Moody estaba listo para un apacible vuelo nocturno desde Kuala Lumpur hasta Perth, en Australia. El cielo estaba claro y la tripulación feliz pues habían comido satay malayo esa noche.

Pero cuando volaba sobre Java, un motor falló. Y luego otro. Y otro. Unos minutos más tarde, no había ningún motor funcionando.

Con voz calmada, Moody hizo el anuncio: "Buenas noches, damas y caballeros. Les habla el capitán. Tenemos un pequeño problema. Todos los motores dejaron de funcionar. Estamos haciendo todo lo posible para arreglarlos. Espero que no se pongan muy nerviosos".

Tampoco se le notó que estaba aterrorizado cuando llevó a cabo el aterrizaje forzoso en el aeropuerto de Yakarta.

Sin embargo, en cuestión de seis meses desde que ocurrió el incidente, se dio cuenta de que la punta de su copete se había vuelto blanca. Al año, le había pasado lo mismo al resto de su cabello.

Eric Moody no es el único. Se dice que lo mismo le ocurrió a varios personajes históricos, incluso en un período de tiempo más corto.

Cuentan que el pelo de la reina consorte de Francia María Antonieta se tornó blanco en una noche, aquella que precedió a su encuentro con la guillotina, cuando tenía 37 años de edad.

El pensador inglés Tomás Moro, quien luego fue canonizado, fue ejecutado en la Torre de Londres en 1535, y también se reportó que su cabello se blanqueó antes de su muerte (1).

Son buenos cuentos pero ¿serán científicamente posibles? ¿Es verdad que el pelo se puede descolorar en una noche? ¿Hay un proceso psicológico en el que el estrés extremo pueda causar que el cabello cambie de color así de rápido?

Pérdida repentina

El pelo recibe su color de dos tipos de melanina: la eumelanina, que dicta cuán oscuro es, y la feomelanina, que determina cuán rojo o amarillo es.

cabello canoso

Con la edad el pelo pierde el color pero ¿con el estrés también?

A medida que envejecemos, las células en los folículos pilosos dejan de producir esos pigmentos y el cabello pierde el color. Eventualmente, el efecto general de la combinación de hebras con color y sin él, particularmente en gente con pelo oscuro, es gris.

El proceso aún no se entiende bien. Un estudio mostró que el pelo produce el mismo químico que venden en botella para descololarlo (2).

La hipótesis, que derivó de estudios en ratones, es que las células que producen melanina también hacen peróxido de hidrógeno, que normalmente se diluye con una enzima llamada catalasa.

Sin embargo, la producción de esa enzima baja con la edad y la acumulación de peróxido de hidrógeno bloquea la de melanina.

El nombre médico por el descoloramiento repentino del cabello es canities subita. La mejor explicación que se le da no es que el pelo cambia de color, sino que las hebras con pigmento se caen. 

Una condición llamada alopecia areata causa que el pelo se caiga de repente, dejando pedazos calvos.

Se piensa que la causa es una respuesta autoinmune, en la que el sistema de defensa del cuerpo actúa en contra del mismo. Y puede exacerbarse con estrés, lo que podría explicar la asociación entre las canas y las experiencias aterradoras.

Dado que en algunos casos, a las canas no les afecta esa condición, un shock severo puede disparar la pérdida de pelo pero sólo del de color, dejando a quienes ya tienen algunas canas con una cabeza blanca.

O es posible que la respuesta inmune ataque al sistema de producción del pigmento, lo que explicaría porqué los folículos que ya no están produciendo hebras de color no son afectadas (3).

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

29 de abril de 2013

¿Cortarle el cabello a un bebé hace que crezca más fuerte?



Corre por ahí la creencia popular de que si le cortamos el pelo a nuestro bebé, entonces el nuevo pelo que nacerá lo hará con más fortaleza. Pero ¿cuánto hay de cierto en ello?

Pues en apariencia, es cierto: cuando cortamos el pelo a alguien, sea o no bebé, su consistencia parece mayor, sobre todo si lo cortamos muy corto, al cero o al uno. Pero sólo en apariencia. Si bien el pelo tiene el mismo grosor tanto en la base como en la punta, a medida que se alarga el pelo experimenta variaciones causadas por el desgaste: por eso las puntas del cabello que es largo se percibe más delgadas y estropeadas que el resto. 

Al raparle el pelo a un niño, lo que queda es la parte del pelo que está en mejor estado: incluso si lo rapamos al cero, los nuevos cabellos también nacerán menos desgastados. Sin embargo, tanto la cantidad, como la calidad del pelo será exactamente la misma. Es decir, que salvo por una cuestión estética (y temporal), cortar el pelo a un bebé no sirve para nada. 

Por cierto, al nacer tenemos una media de 1.135 folículos pilosos por centímetro cuadrado. Pero la cifra cae en picado a la edad de 80 años: 435.

Este efecto estético no sólo podemos observarlo en el cuero cabelludo, sino en las barbas, incluso de una forma más llamativa: cuando los pelos sobresalen menos de un milímetro, incluso parecen que tengan mucha fuerza, porque ofrecen más resistencia y se pliegan menos que al ser más largos. Cuando la barba crece, entonces es suave y esponjosa como la de Papa Noel. Pero la calidad del pelo continúa invariable. El pelo de la barba puede llegar a medir 30 centímetros, aunque siempre hay excepciones, como la barba de Hans Langseth, de Iowa, que tuvo una barba de 5,33 metros cuando murió en 1927.


 Además, las células del folículo capilar fabrican queratina sin ser conscientes de si cortamos o no el pelo: el crecimiento tiene lugar a partir de la base. Por muy arrán que cortemos el pelo, ello no afecta a estas células. En nuestra cabeza tenemos entre 100.000 y 150.000 folículos pilosos. Los rubios tienen más que los morenos o castaños.

Axilas: 12.000 pelos.
Pubis: 7.000 pelos.
Cejas: 1.400 pelos.
Pestañas: 320 pelos.


Los cabellos crecen entre 0,37 y 0,44 milímetros cada día, aunque esta cifra varía según de qué lugar de la geografía corporal hablemos:

Cabeza: 0,35 milímetros diarios.
Barba: 0,27
Tórax: 0,44
Muslos: 0,29
Axilas: 0,36
Pubis: 0,40
Cejas: 0,16
Espalda: 0,13
Frente: 0,03



Otra cosa sería que tuviéramos el pelo muy largo o muy maltratado: entonces la tensión que generarían los cabellos sobre el folículo podría llegar a dañar algunas estructuras celulares.


Abunda en el proceso de crecimiento capilar Pedro Ramos en su libro Anécdotas de médicos:

El cuero cabelludo es muy similar a una tierra de cultivo (…) El pelo evoluciona por ciclos, de tal manera que el folículo piloso crece continuamente durante 3-5 años unos 3 mm por semana. Pasado ese tiempo, para de crecer durante 3-4 meses y, finalmente, el pelo se cae. Su raíz, la del folículo piloso, descansa durante 3 meses para “reponer fuerzas” e iniciar un nuevo ciclo de 3-5 años de crecimiento continuo del pelo. Como cada folículo tiene su ritmo, apenas notamos estos ciclos en el aspecto de nuestro cabello.
Y hablando de mitos sobre el crecimiento del pelo: sobre la leyenda de que las uñas (y el cabello) siguen creciendo después de muerto, cabe advertir que es completamente falsa. En realidad no crecen, pero visualmente parece que lo hagan porque la carne del cadáver se encoge y provoca que resalten más.

Fuente:

FayerWayer

5 de abril de 2013

¿Si te arrancas una cana te salen seis más?

El otro día me descubrí una cana. Horror. Al menos no era una cana en la cabeza, sino en la barba. Sólo era una pero, por un segundo, la imagen de Santa Claus riéndose (ho-ho-ho) cruzó por mi cabeza. Así que me la arranqué. Y, aunque suena ya medieval, alguien me dijo que cuidado, que si te arrancas una cana, entonces te salen seis más. 

Pero ¿realmente hay algún sustento científico tras esta creencia popular?

El color de nuestros pelo lo determina la melanina, el mismo pigmento que provoca que la piel se ponga morena en verano (si nos da el sol, claro). Hay dos tipos de melanina, una más oscura y otra más amarillenta. Las proporciones de ambas son las responsables de nuestro particular color de pelo. A su vez, todo ello está determinado genéticamente. 

También la genética es la responsable de que haya familias que tienen el pelo de color muy intenso durante mucho tiempo, y otras que enseguida empiezan a notar que se les blanquea el pelo. Junto a la genética, influye el estilo de vida: la alimentación, el estrés, etc.

La razón de que aparezca un cabello blanco, y solo uno, rodeado de otros cabellos que no han perdido el color, es que la melanina se sintetiza individualmente en el folículo capilar de cada pelo por separado. Las primeras zonas que tienen a blanquear son la barba, el bigote y las sienes. 

Pero si observamos que determinado cabello empieza a blanquear, ya sea por factores genéticos o de estilo de vida, dichos factores también estarán actuando en el resto de cabello. Es decir, que si aparece un cabello blanco, no tardarán en salir más, con independencia de que lo arranquemos o no.

Fuente:

Xakata Ciencia

25 de marzo de 2013

¿Por qué los calvos pierden primero el pelo de la coronilla?


Pelado

Aún no se conoce la razón por la que los hombres pierden pelo primero en la parte superior de la cabeza.
A esto se denomina alopecia androgénica o "calvicie común masculina".

La caída de cabello comienza normalmente arriba de las sienes, donde retrocede la línea capilar, y en la coronilla o "vértice craneal".

Con el tiempo, la calvicie avanzada sólo deja un semicírculo de cabello que rodea la parte posterior de la cabeza.

La probabilidad de quedarse pelado aumenta con la edad, y el momento en el que ocurre está en gran medida determinado genéticamente.

La hormona responsable de este proceso es la dihidrotestosterona, que provoca la reducción de los folículos capilares.

El pelo se va haciendo más fino hasta que el folículo se vuelve inactivo.

Pero aún no se comprende por qué ocurre en esas áreas específicas.

Aunque el 95% de casos de calvicie tiene esta forma, no siempre ocurre igual.

A veces se pierde todo el pelo y a veces por partes.

Fuente:

BBC Ciencia

21 de marzo de 2013

Estos son los riesgos de depilarse la línea del bikini

Bikini

Expertos advierten de las infecciones que se pueden contraer con la depilación o afeitado.

En temporada de vacaciones, el bikini se convierte en una prenda esencial. Los hay de todos tamaños y formas, y para lucirlo -en la mayoría de los casos- se debe "limpiar" de pelillos la zona de la ingle.

Este ritual estético puede suponer riesgos para la salud, según un estudio publicado en el British Medical Journal.
Investigadores franceses aseguran que las mujeres y los hombres que se esmeran en tener bien arreglada la línea del bikini tienen más riesgo a infecciones.

La práctica de eliminación del vello púbico es cada vez más popular entre hombres.

Según los especialistas, la depilación y afeitado ocasiona micro trauma en la piel, dejándola vulnerable a patógenos como poxvirus.

Los especialistas estudiaron a 30 pacientes, 24 de ellos hombres, de una clínica privada de Francia con un tipo de poxvirus llamado Molluscum contagiosum.

En todos los casos estudiados, las lesiones aparecieron en la línea del bikini que fue afeitada, depilada o recortada.

No apretar

Hombre con tanga

El depilado es cada vez más popular en hombres.

El Molluscum contagiosum es altamente contagioso y se esparce con facilidad a través del contacto piel a piel de alguien infectado o tocando objetos contaminados como una toalla o tela.

Normalmente desaparece sólo y el único efecto secundario es la aparición de puntos rojos.

Los especialistas no recomiendan apretar esos granos porque puede ser doloroso y ocasionar sangramiento.

También pueden dejar cicatriz.

Además, al apretarlo se aumenta el riesgo de que la infección se esparza.

Los especialistas sugieren que la eliminación de pelo púbico también puede ser un factor de riesgo de otras infecciones "menores" como verrugas genitales.

Fuente:

BBC Ciencia

12 de octubre de 2012

¿El pelo de los mamíferos surgió para protegerse del calor o del frío?

Especial: Animales

 ducha-elefante¿Pensabas que los mamíferos cubrieron su cuerpo de pelo para protegerse del gélido clima prehistórico? Pues probablemente ocurrió todo lo contrario. Según acaban de demostrar científicos de la Universidad de Princeton, al menos en ciertas especies el vello apareció para poder refrescar la piel en regiones donde el calor apretaba.

Aunque la idea de que pequeñas densidades de vello superficial ayudan a disipar el calor es un concepto bien conocido por los ingenieros, a nivel biológico y evolutivo hasta ahora su misión no estaba del todo clara. Conor Myhrvold y sus colegas decidieron estudiar los efectos de las distintas densidades de la piel de elefantes asiáticos y africanos sobre la termorregulación. Y concluyeron que, si bien cuando la densidad del vello es alta el efecto es de aislamiento, cuando su distribución a lo largo de la epidermis es más escasase alcanza un punto de inflexión en que ayuda a liberar el calor en lugar de retenerlo. Así es como el pelo de la piel de los paquidermos aumenta su capacidad de mantenerse “frescos” en entornos donde las temperaturas diurnas son excesivamente altas.

Según explican los autores en la revista PLOS One, los elefantes son los mamíferos terrestres más grandes que viven en climas cálidos, lo que los convierte en el mejor ejemplo para esta forma de termorregulación.

Fuente:

16 de agosto de 2012

¿Afeitarse hace crecer el pelo más ancho?

Imaginemos por un momento qué pasaría si realmente sucediera esto. Los folículos de nuestro cabello se enterarían de que han sido cortados, y de alguna forma, construyen un cabello más grueso, para evitar que vuelva a pasar. Pero nuestras ganas de afeitarnos (o las pocas ganas de depilarse de muchas) es mayor, y decidimos volver a cortarlo a pesar de saber que la próxima vez crecerá más grueso. Y así sucesivamente. Muchas veces. En poco tiempo los folículos serían tan grandes que algunos desaparecerían o se fusionarían entre sí. Y eventualmente tendríamos una cabellera similar a la de Predator, con cabellos de varios milímetros de ancho, y el miedo a que si los cortamos (aunque sea con alicates), la próxima serán más anchos aun.

Estoy poniendo como ejemplo el pelo de la cabeza, pero el argumento podría aplicarse a cualquier parte del cuerpo.

Predator se afeitó  repetidas veces la cabeza y su cabello ahora es más ancho.

"El pelo crece más ancho pero llega hasta un límite" podría ser un argumento de alguien que creía que esto pasaba, pero comprende que el relato anterior es imposible y estúpido. Un argumento interesante porque logra dos cosas: 1- creerse que sigue teniendo razón y 2- evitar investigar qué pasa realmente con el cabello.

¿Por qué muchos creen en este mito entonces? Porque sienten un pelo suave en los bigotes, piernas, etc, y al día siguiente de afeitarse, esa misma superficie parece haberse transformado en cepillo de cerdas de acero (algo que no sucede si se aplica algún método de depilación como la cera caliente).



Lo que en realidad sucede es que cuando el cabello nace del folículo, comienza siendo finito y se va ensanchando, hasta tener un diámetro más o menos constante. Si el cabello tiene cierta longitud y una punta menos ancha, va a ser más flexible y se va a sentir suave (aunque se vea horrible).

A la hora de eliminar ese pelo, se pueden hacer dos cosas: depilarlo (arrancarlo dolorosamente desde el folículo mismo), o afeitarlo (cortarlo superficialmente). Si lo depilamos, va a tardar unos cuantos días en volver a crecer y va a hacerlo con una punta finita al principio, hasta tener el mismo diámetro de siempre.


Pelo siendo afeitado. Imagen robada de la publicidad de Gillete Mach 3 Turbo de 1999

En cambio, si procedemos por la rápida y poco dolorosa solución de la afeitadora, el pelo va a seguir existiendo, y cuando crezca apenas una fracción de milímetro va a sentirse áspero porque va a ser casi igual ancho que alto, y los bordes van a ser rectos.

Por lo que la respuesta a la pregunta inicial es: no. Afeitarse hace crecer el pelo igual de ancho, y no existe el riesgo de tener una cabellera como el monstruo hollywoodense. Aunque depilarse hace que dure más tiempo y se sienta más suave.


Otras curiosidades sobre nuestro cuerpo:


¿Cuántos megapíxeles tienen nuestros ojos?

El frío no resfría: tus padres te mintieron

El Efecto Forer (o cómo estafan los astrólogos)

Tomado de:

30 de mayo de 2012

Los roedores usan sus bigotes para trepar

Lirones castaños

Lirón castaño o común Muscardinus avellanarius
  • Pasan hasta el 75% de su vida durmiendo
  • Han sufrido un declive de 50% en el siglo pasado
  • Viven hasta cinco años, hibernando en pequeños nidos en el suelo
  • En verano construyen nidos en huecos en los árboles
  • Es una especie muy vulnerable a cambios en su hábitat, como la fragmentación de bosques y la introducción de algunas prácticas agrícolas
Una especie de roedor nativa del norte de Europa utiliza sus bigotes para orientar sus movimientos cuando trepa árboles, según investigadores en Inglaterra.

Moviendo los pelos de su bigote hacia arriba, hacia adelante y hacia afuera hasta 25 veces por segundo, el animal puede identificar hacia dónde se dirige.

El mismo mecanismo es utilizado por otros mamíferos como como morsas y focas.
Los bigotes funcionan como "un sentido paralelo del tacto", dijo Robyn Grant, investigadora del Laboratorio de Tacto Activo de la británica Universidad de Sheffield, ATL@S por sus siglas en inglés.

Bigotes que vibran

Grant y sus colegas estudiaron los movimientos del lirón castaño o común, Muscardinus avellanarius, un roedor que suele hibernar entre octubre y mayo.

Los lirones castaños usan sus bigotes en forma similar a como los seres humanos utilizan sus ojos, "escaneando" el entorno para reconocer el mundo que los rodea.

"Cuando se encuentran ante la superfice despareja de un tronco, hacen vibrar sus bigotes para determinar hacia dónde darán el siguiente paso. También detectan cuándo deben cambiar de rama", dijo Grant.

Los lirones son una especie amenazada en el Reino Unido. Hibernan en nidos a nivel del suelo, pero en el Opciones verano viven en las copas de los árboles.

Los roedores poseen además sensores en los folículos de los pelos del bigote, que les ayudan a localizar fuentes de comida.

Cámaras de alta velocidad

Lirón castaño o común Muscardinus avellanarius

El lirón castaño común hace vibrar los pelos en su bigotes hasta 25 veces por segundo.

Los científicos del Laboratorio de Tacto Activo están comparando la función sensorial de los bigotes en diferentes especies de animales.

El mecanismo utilizado por cada especie difiere en la frecuencia de las vibraciones o la dirección los movimientos, según Grant.

"Buscamos clasificar estas estrategias y determinar si todos los animales trepadores se sirven de mecanismos similares. También esperamos comprender mejor la evolución de estos sistemas sensoriales", señaló la investigadora.

Utilizando cámaras infrarrojas de alta velocidad, los científicos registraron el movimiento de animales nocturnos en la oscuridad, en una filmación de 500 cuadros por segundo. Los científicos analizaron luego los movimientos en cámara lenta.

En el pasado, para estudiar los movimientos de los roedores algunos investigadores cortaban los bigotes de los animales. Sin sus bigotes, los roedores no pueden caminar bien y se caen con facilidad cuando comienzan a trepar.

Fuente:



14 de mayo de 2011

¿Sabías qué lla mayoría de gatos tricolor son hembras?

Todos hemos visto alguna vez estos bonitos gatos tricolor: blancos, anaranjados y negros; pero, ¿sabíais que la vasta mayoría son hembras? Esto se debe al tipo de herencia que tienen estos colores.

Lo que determina esta apariencia tricolor se encuentra en el cromosoma X de los gatos. Tanto el color negro como el anaranjado (del blanco hablaremos después) se encuentran codificados en el cromosomas X. Como sabemos uno de los cromosomas X se hereda del padre y otro de la madre, y cabe la posibilidad de que uno de ellos lleve el gen del color naranja y otro el del negro. Pues bien, en las hembras se lleva a cabo la inactivación (por un proceso llamado heterocromatización) de uno de los cromosomas X. Esto es así para evitar problemas de dosis génica, es decir, que los genes que se encuentren en el cromosoma X se expresen más en hembras que en machos ya que estos poseen un único cromosoma X. Sin embargo, esta inactivación del X ocurre cuando el embrión está formado por pocas células y sucede totalmente al azar. Por lo tanto, parte de las células, y por tanto todas sus células descendientes, tendrán inactivado el gen del color anaranjado y otras las del color negro. En cuanto al color blanco, este no es un color en sí, sino ausencia de coloración, y se produce por problemas en la expresión de cualquiera de estos dos genes de coloración. Ya que los machos poseen un solo cromosoma X, solo expresarían alguno de los dos colores y el blanco, ya que también se pueden producir problemas de expresión genética, pero no tres colores. Entonces, ¿por qué existen unos pocos gatos tricolores machos?

Como en todo, existen anomalías y problemas genéticos, de manera que hay gatos que son XXY. En los gatos, al igual que en los seres humanos, lo que determina el sexo del individuo es la presencia/ausencia del cromosoma Y, de manera que serán machos los individuos que tengan el cromosoma Y y hembras los que carezcan de él. De esta manera, un gato XXY sería macho, al poseer un cromosoma Y, y al tener dos cromosomas X podría tener dos copias del gen y ser, por tanto, tricolor. Debido, sin embargo, a esta anomalía genética estos gatos son estériles en la mayoría de los casos, aunque hay casos extremadamente raros de gatos tricolores machos fértiles. Las proporciones serían de 1 gato macho tricolor por cada 3000 hembras y de 1 gato tricolor macho fértil de cada 10000.

Yolanda González Flores

Tomado de:Enlace

Tornillos y Genes

25 de febrero de 2011

Descubren de forma accidental un tratamiento contra la calvicie

El nuevo compuesto induce el crecimiento capilar al bloquear una hormona relacionada con estrés.


Los ratones, los primeros días del tratamiento de la alopecia (izquierda) y semanas después (derecha)

El estrés tiene un efecto directo y conocido en la salud capilar: a más tensión, más caída y también más canas. Pese a conocer la relación causa-efecto ninguno de los remedios para tratar la alopecia se han dirigido específicamente a alterar el circuito del estrés en el organismo. Ahora un equipo liderado por investigadores estadounidenses de la Universidad de California ha conseguido que el pelo vuelva a crecer de forma sorprendente al bloquear con un compuesto químico una hormona relacionada con el estrés. El hallazgo, que publica la revista “PLoS One” ha sido casual, como muchos de los grandes descubrimientos científicos. Si funcionara en humanos, el nuevo tratamiento no sería útil contra todos los tipos de calvicie. Se piensa que funcionaría en la alopecia relacionada con el estrés y también con la pérdida capilar asociada al envejecimiento.

Pese a ser una de las grandes búsquedas de los laboratorios, el equipo de investigadores no pretendía dar con un remedio contra la calvicie. Se toparon con el hallazgo cuando estudiaban los efectos del estrés en el funcionamiento del sistema digestivo. Para sus experimentos utilizaron ratones transgénicos, modificados para sufrir estrés. Por esa alteración, los roedores producían en exceso una hormona relacionada con el estrés denominada CRF. A medida que envejecían, perdían su pelo hasta el punto de dejar completamente despoblado su lomo.

Resultados prolongados


Los científicos bloquearon esta hormona inyectando un compuesto químico (astressin-B) para observar los cambios en la función intestinal de estos ratones con estrés crónico. El tratamiento fue relativamente corto, una inyección diaria durante cinco días. Tres meses después de aquella inyección, aquellos ratones que habían perdido casi todo su pelaje resultaban casi indistinguibles de otros compañeros de laboratorio de la misma especie. Estudios posteriores confirmaron que el resultado no fue casual y aquella inyección había provocado el crecimiento capilar.

Million Mulugeta, uno de los responsables del estudio, destaca que el compuesto consigue resultados prolongados si se tiene en cuenta que la vida de un ratón no supera los dos años de vida.

Ahora queda probar el efecto en humanos. El equipo de la Universidad de California es optimista porque un fármaco conocido para la caída del pelo, el minoxidil, consigue efectos positivos en ratones. No consigue el nacimiento abundante de nuevo pelaje, pero sí un ligero aumento del espesor, como ocurre en los humanos. Si el minoxidil funciona en ratones como en las personas, los nuevos hallazgos podrían trasladarse al pelo humano.

Fuente:

ABC

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Crean ratones que pueden «oler» la luz

5 de enero de 2011

Descubren el origen de la calvicie

A pesar de la enorme angustia que causa la alopecia común, hasta ahora se conocía muy poco sobre sus causas en el nivel celular.

Pero ahora investigadores en Estados Unidos descubrieron que las células madre juegan un sorprendente papel en el origen de la calvicie.

Según el estudio publicado en Journal of Clinical Investigation (Revista de Investigación Clínica), el problema no es la pérdida de pelo sino la producción de cabello tan pequeño que apenas es visible al ojo humano, lo que hace aparecer los clásicos parches de calvicie.

Esto se debe a un defecto en la forma como las células madre de los folículos producen el cabello, afirman los científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania.

Los investigadores esperan eventualmente crear una cura para la alopecia restaurando la función normal de estas células.

Por ejemplo, dicen, se podría desarollar una crema que pueda ser aplicada al cuero cabelludo para ayudar a las células madre a producir pelo normal.

Células faltantes

En la piel, los folículos pilosos son los encargados de producir el crecimiento de cabello gracias a las células madre que se concentran en estos.

Los investigadores utilizaron muestras celulares de hombres que estaban siendo sometidos a trasplantes de cabello y compararon los folículos de cueros cabelludos calvos y normales.

Hallaron que, en el cuero cabelludo de una misma persona, las zonas con calvicie tenían el mismo número de células madre que las regiones con pelo normal.

Pero también descubrieron que, en los folículos de los cueros cabelludos calvos, el número de otro tipo de células más maduras, llamadas células progenitoras, era marcadamente reducido.

Esta diferencia significa que los folículos de las zonas calvas se encogen -pero no desaparecen- y que por lo tanto producen cabellos microscópicos comparados con los pelos de las áreas normales.

Lea el artículo completo en:

17 de octubre de 2010

Las canas y el sindrome de María Antonieta




Así se le llama, sin más, el Síndrome de María Antonieta; es esa historia que se cuenta de que una noche de terror nos lleva a un amanecer de pelo blanco. La Reina María Antonieta fue condenada a la guillotina por el Terror, en la Revolución Francesa, y fue la última noche antes de subir al cadalso la que encaneció su pelo.


Gerald Weissmann, editor del FASEB Journal, asegura que algo parecido, no tan espectacular, les ha ocurrido a Barack Obama y a Sarah Palin después del verano de 2009, marcado por un duro debate político sobre el sistema de salud de Estados Unidos.

Ambos llegaron al otoño con más canas de las que tenían en primavera. Es decir, está asumido que el estrés (¿es comparable el estrés que provoca el debate político y la pena de muerte) provoca canas. Por cierto, la literatura, la historia, y en menor medida la bibliografía médica, abundan en anécdotas sobre cómo el terror emblanquece las sienes, la barba o todo el pelo de la cabeza, que es el habitualmente visible sin provocar escándalo. J.E. Jelinek, de la Universidad de Nueva York, hizo una interesante revisión de todo esto en 1972. Allí desfilan la Biblia, Shakespeare, sir Walter Scott, Carlyle o Lord Byron. Fernando el Católico y su nieto, Carlos V, están entre los soberanos que perdonaron a delicuentes condenados a muerte al descubrir, en la mañana de la ejecución, como habían encanecido en la espera. Pero este síndrome, este súbito encanecimiento por el estrés, todavía está en debate entre los expertos en este campo.

Ahora nos podemos preguntar cuál es el mecanismo que convierten el pelo en canas. Si es por envejecimiento, según nos explican J.M. Wood y su grupo, de la Universidad de Bradford, en Inglaterra, se deben al agua oxigenada (o peróxido de hidrógeno) o a los radicales libres, en general. Es curioso que se utilice el agua oxigenada para aclarar el pelo y que sea este el mecanismo natural de aparición de las canas. El pelo es oscuro porque lleva melanina, y ésta es producida por unas células especializadas llamadas melanocitos. En el proceso de síntesis de la melanina aparece, como subproducto, agua oxigenada que es tóxica y es eliminada por la enzima catalasa. Con el envejecimiento, se fabrica menos catalasa, aumenta la concentración de agua oxigenada y el pelo pierde color según se forma y crece.
Por otra parte, hay multitud de estresantes que dañan el ADN: desde radiaciones hasta productos químicos, desde la luz ultravioleta a las radiaciones ionizantes, desde los agentes que producen mutaciones hasta moléculas que produce nuestro organismo (por ejemplo, el agua oxigenada). Ken Inomata y su equipo, de la Universidad Kanazawa de Ishikawa, en el Japón, utilizan radiaciones en ratones para estudiar este fenómeno. Comentan que el ADN de una célula puede llegar a tener, en un día, unos 100000 encuentros con sucesos que pueden dañar su ADN. Habitualmente, el ADN dañado en una célula supone la puesta en marcha de mecanismos de la propia célula que o reparan el ADN o la suicidan.

Antes he mencionado los melanocitos como células de síntesis de la melanina y, en último término, del color de los cabellos. Cuando un melanocito desaparece, se diferencia otro a partir de la división de una célula madre de melanocitos; esta división nos da el melanocito que falta y una célula madre que permanece para dividirse en más melanocitos en el futuro, cuando sea necesario.

Sin embargo, en el envejecimiento, las células dañadas por el estrés no son reemplazadas por el resultado de la división de la célula madre sino por la propia célula madre que se convierte en melanocito. Esto significa que, según van desapareciendo las células, no hay lugar para producir nuevos melanocitos, estos serán cada vez menos, habrá menos melanina y el pelo terminará blanco.

En resumen, en el envejecimiento, las canas provienen de agua oxigenada y radicales libres, por falta de catalasa, y en el segundo desaparece, por la radiación y daños en ADN, de las células madre origen de los melanocitos, y a menos melanocitos, menos melanina.

Fuente:

La Biología Estupenda

14 de junio de 2010

Dos pelos de mamífero de 100 millones de años de antigüedad

Lunes, 14 de junio de 2010

Dos pelos de mamífero de 100 millones de años de antigüedad


Tendrían un pelaje similar a los actuales


Detalle del pelo fosilizado en ámbar.| Universidad de Rennes

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Detalle del pelo fosilizado en ámbar.| Universidad de Rennes

  • El pelaje de los mamíferos no ha evolucionado apenas en 100 millones de años

Un equipo de paleontólogos de la Universidad de Rennes, Francia, ha descubierto dos muestras de pelo de mamífero conservadas en ámbar de 100 millones de años de antigüedad (Cretácico inferior).

"Estos especímenes son los más antiguos encontrados en los que se puede observar la estructura cuticular", ha declarado el profesor Vullo a la BBC. Aunque se conocían muestras de pelo fosilizado en dos dimensiones de incluso el Jurásico Medio, "las muestras carbonizadas que teníamos ofrecían mucha menos información que un pelo tridimensional bien conservado en ámbar", prosigue.

El periodo Jurásico data de entre hace 200 y 145 millones de años y le siguió el periodo cretácico hasta hace 65 millones de años, época a la que pertenecen estas muestras. Los paleontólogos Vullo y Neaudeau indentificaron los pelos en el ámbar fosilizado que su colega Vincent Girard había encontrado previamente en una cantera de Font-de-Benon, en el suroeste de Francia. Los detalles del descubrimiento han sido publicados en la revista científica Naturwissenschaften.

El mamífero al que pertenecerían los pelos no ha sido aún identificado, pero el estudio del equipo paleontológico francés muestra que la estructura capilar es similar al pelo de los mamíferos actuales. Esto implicaría que la morfología de la cutícula del pelo podría haberse mantenido sin cambios durante miles de años en la evolución de los mamíferos.

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El Mundo Ciencia

14 de abril de 2010

Nos pusimos de pie ¡y se nos cayó el pelo!

Miércoles, 14 de abril de 2010

Nos pusimos de pie ¡y se nos cayó el pelo!

(Evolucionar nios costó sudar la gota gorda)



En el número de este mes de Investigación y Ciencia, Nina G. Jablonski, Directora del Departamento de Antropología de la Universidad Estatal de Pensylvania, presenta un interesante artículo sobre un tema que los biólogos llevan discutiendo durante decenios: ¿porqué somos el único primate sin apenas pelo corporal?. La autora repasa las distintas hipótesis ofrecidas hasta ahora para concluir que el sudor y la optimización de la regulación de temperatura puede ser la clave de nuestra desnudez.

Todos nuestros parientes cercanos, desde los monos aulladores hasta los orangutanes, presentan el cuerpo cubierto de un denso pelaje protector. Sin embargo, en algún momento tras nuestra separación del linaje del chimpancé, la línea evolutiva humana perdió el pelo. No sabemos exactamente en que momento, dado que el pelaje no fosiliza, resultando muy difícil saber si otras especies de Homo eran tan inusualmente lampiños como nosotros.

Todos los mamíferos presentan pelaje corporal en mayor o menor abundancia, aunque la mayoría poseen una densa capa en todo el cuerpo. Precisamente, lo primero que se preguna Jablonski es sobre la utilidad del mismo, clave para comprender su pérdida. El pelo representa una valiosísima protección ante rasguños, radiación solar, parásitos y microorganismos; y especialmente, constituye un aislante frente a la humedad, el calor y el frío.

Sin embargo, algunos mamíferos -además de nosotros mismos- han reducido su pelaje corporal en respuesta a determinadas condiciones del medio: ciertas especies endógeas han perdido el pelo como adaptación a la vida subterránea; algunos mamíferos marinos como ballenas y delfines presentan la piel desnuda para facilitar la natación y la fricción. Por otro lado, los grandes hervíboros como elefantes, rinocerontes e hipopótamos han perdido el pelo corporal debido a que presentan un riesgo constante de sobrecalentamientod, dada su masa corporal (y reducida superficie disipadora de calor) y su vida en climas cálidos.

Ninguno de estos es el caso del ser humano. No somos organismos subterráneos ni acuáticos, y no tenemos una gran masa corporal comparada con la superficie disipadora de calor. ¿Porqué compartimos entonces desnudez con ratas topo, ballenas y elefantes?. Algunos especialistan han visto como única explicación el que nuestra línea evolutiva haya atravesado en algún momento del pasado, por una forma de vida donde el pelo fuera una desventaja, y ese carácter se habría mantenido hasta la actualidad.

La hipótesis más representativa de este tipo de explicación es la que ofreció en 1960 el zoólogo inglés Alister Hardy, que vino a denominarse la hipótesis del Mono Acuático. Según Hardy, entre hace cinco y siete millones de años, nuestros antepasados sufrieron un cambio climático que les obligó a adoptar una vida semiacuática -probablemente en regiones pantanosas del actual valle del Rift- durante cerca de un millón de años. Este tipo de vida habría favorecido la reducción del pelaje, como les ha ocurrido a otros mamíferos. Reestablecidas las condiciones ambientales, los humanos habrían retornado a una vida terrestre, manteniendo el caracter adquirido. La hipótesis del Mono Acuático nunca ha tenido mucha aceptación, y hoy día se encuentra prácticamente abandonada.

Sangre, sudor y lágrimas

Jablonski centra el artículo sobre un aspecto que hemos mencionado antes de pasada: los problemas de regulación de temperatura de los mamíferos. No solamente los grandes hervíboros deben preocuparse de mantener un equilibrio térmico; todos los animales deben hacerlo, y el ejercicio resulta una actividad peligrosa por el riesgo que supone de calentamiento. Muchos mamíferos de distinto tamaño han tenido que desarrollar estrategias para evitar el sobrecalentamiento: el jadeo de los perros o la poca actividad diurna de los felinos son dos remedios para el mismo problema.

En el caso de los primates, aunque lo compartimos con otros mamíferos, el mecanismo principal es la sudoración. Al sudar, la piel se recubre de un líquido que al evaporarse la refresca, incluyendo los numerosísimos capilares que la recorren por debajo a muy poca distancia. Todos los primates sudan, pero no de la misma manera. Existen tres tipos de glandulas productoras de sudor: sebáceas, sudoríparas apocrinas y sudoríparas ecrinas. La mayor parte de los animales presentan sobre todo glándulas sebáceas y apocrinas, situadas en la base de los folículos pilosos. Así, el sudor producido por estas -de naturaleza oleosa- inpregna los pelos y al producirse la evaporación los refresca. El problema es que tras un tiempo, el pelo se enmaraña y empapa de sudor, perdiendo el sistema mucho de su eficacia.

Por el contrario, el ser humano presenta una gran cantidad de glándulas ecrinas, que producen una gran cantidad de sudor más acuoso (hasta 12 litros diarios). Además de no tener tanto pelo corporal, las glándulas ecrinas humanas no se sitúan en la base de los folículos, sino que vierten directamente en la superficie de la piel. De esta forma, la evaporación puede realizarse de forma constante y muchísimo más efectiva.

Evolucionar sudando

Para Jablonski, la clave de la pérdida del pelaje en el ser humano es una adaptación al ejercicio. Los cambios de hábitos que llevaron a nuestros antepasados a abandonar los bosques cerrados y colonizar la sabana les obligaron, por un lado, a enfrentarse a una mayor cantidad de radiación solar y, por otro, a adoptar un tipo de vida múcho más activo, donde la carrera -tanto de persecución como de huída- y el recorrido de grandes distancias, se convirtieron en factores determinantes de la supervivencia.

Esto favoreció varias de las adaptaciones que nos hacen humanos: el alargamiento de los miembros, el bipedalismo, y la pérdida del pelo corporal. Pero Jablonski va más lejos, y afirma que la ausencia de pelo pudo conllevar profundas repercusiones en otras fases posteriores de la evolución humana. La capacidad de disipar una mayor cantidad de calor permitió el incremento del cerebro, que es el órgano más termosensible. De igual forma, la ausencia de pelo ha influenciado las relaciones sociales, especialmente desarrollando sistemas de comunicación puramente “epidérmicos”, como el rubor, las expresiones faciales o -entrando en el desarrollo cultural- la pintura, los cosméticos y los tatuajes.

La autora resume esta idea en una reflexión final: la piel desnuda no sólo nos refrescó, sino que también nos hizo humanos.

Referencias.

Jablonski, Nina G. 2010. El origen de la piel desnuda. Investigación y Ciencia, 403 (Abril, 2010): 22-29. [Resumen]

Fuente:

La Ciencia y sus Demonios

12 de noviembre de 2009

Ochho mitos del Cuerpo y la Salud

Viernes, 13 de noviembre de 2009

Ocho mitos del Cuerpo y la Salud

O, mejor dicho, verdades a medias...


Tal vez no hace mucho tiempo se tragó un chicle y piensa que puede que esté pegado en alguna pared de su estómago. A lo mejor también cree que sólo utiliza un 10% de su cerebro y que el 90% restante lo tiene dormido. O no come por la noche porque le han dicho que engorda más; incluso se niega a levantar mucho peso por si le provoca una hernia. ¿Serán verdad, o simplemente son creencias que han pasado de generación en generación? Un grupo de pediatras británicos se han cansado de escuchar demasiados mitos médicos y han destapado ocho creencias que son mentira -o verdades a medias- y sólo existen en la cabeza de ya demasiada gente.


1. No se ha encontrado evidencia científica que avale que sólo utilizamos un 10% de nuestro cerebro. No existe ninguna área del cerebro inactiva. Como sucede con los músculos, utilizamos las regiones del cerebro según la actividad que se desempeñe. Cuanta mayor complejidad, mayor uso. Nunca se utiliza el 100% del cerebro simultáneamente. De hecho, sólo en grandes ataques epilépticos puede llegar a utilizarse toda la capacidad del cerebro al unísono. Tal vez este bulo se tejió cuando se afirmó que se utiliza el 10% del cerebro de forma consciente, mientras que el 90% restante se hace inconscientemente.

2. La mítica regla de que se puede comer algo que se ha caído al suelo si no han transcurrido cinco segundos también se desmonta. Hay bacterias que tienen una capacidad de adhesión a los alimentos en pocos segundos. La salmonella, por ejemplo, sobrevive en la madera o alfombras durante semanas, y siente especial admiración por subirse a un alimento que cae al suelo en pocos segundos. Depende del tipo de alimento, de la bacteria y del suelo. Pero los microbiólogos afirman que al 99% de estas bacterias les bastan cinco segundos, sobre todo si el alimento es un trozo de carne y el suelo, un azulejo.

3. No crecen las uñas y el pelo una vez muerto. La idea surgió de una ilusión óptica. Al morir, el cuerpo se deshidrata, la piel se seca y es como si encogiera. Por eso parece que el pelo y las uñas crecen, pero es falso. Físicamente es imposible: en el hipotético caso de que pudiera producirse este crecimiento, requiere la actividad de un conjunto de hormonas que, al morir la persona, mueren junto a ella.

4. Hay supuestos que reiteran que el color de la orina indica la hidratación de la persona. “La orina tiene que ser clara. Si es oscura, significa que no bebemos todo el agua que deberíamos tomar”. En este caso, los invetigadores dicen que es una verdad a medias. Sí es cierto que una orina con más color es un síntoma de deshidratación, pero no tiene por qué ser así. Puede ser también por el proceso de ósmosis: a mayor cantidad de sustancia a disolver en una cantidad de orina, es entendible que presente un color más fuerte.

5. No se asuste si convive con un sonámbulo y se levanta por la noche. En ningún caso existe el riesgo de que le dé un ataque al corazón o sufra un daño cerebral si lo despierta. Se recomienda no hacerlo simplemente para no confundir ni asustar al propio afectado. Por nada más.

6. Otra de las creencias que seguro le habrán advertido alguna vez es tener cuidado con los chicles que, si se tragan, pueden quedarse pegado durante años en el estómago. Tal vez este mito nació –es totalmente falso- para evitar que todos los chicles terminasen en el estómago de todos los niños. No se preocupe: el estómago está lo suficientemente preparado como para enfrentarse sin ningún problema a estos ‘contratiempos’.

Leyendas urbanas del hombre y su sexo

7. Es imposible y falso que los hombres piensen en sexo cada siete segundos. Si un hombre permanece despierto 15 horas al día, pensaría más de 7.700 veces al día en el tema. No cuadran las horas en el reloj, aunque no falten ganas. Sí es cierto que piensan más que las mujeres, aunque la diferencia va menguando conforme pasan los años. Un estudio refleja que un 54% reconoce pensar en ello una o varias veces cada 24 horas frente al 19% de mujeres.

8. Quizá la más extendida y popular de las creencias es que el tamaño de los pies se asemeja al tamaño del órgano sexual masculino. No se lo crea. La ciencia creó este mito al contar que los genes Hox, implicados en el desarrollo embrionario, inciden tanto en el crecimiento de los dedos de las manos y pies como en el desarrollo del pene. De ahí surgió la relación entre los tamaños de las distintas partes del cuerpo. Pero no tiene nada que ver: unos pies grandes no necesariamente suponen un mismo tamaño en otras partes.

Fuente:

Elconfidencial.com

17 de agosto de 2009

¿Por qué el hombre perdió el pelo?

Lunes, 17 de agosto de 2009

¿Qué es el pelo?

El sistema tegumentario (formado por la piel, las uñas y los pelos) se encarga de separar nuestro organismo del mundo exterior. El pelo y las uñas están hechos de queratina, una resistente proteína compuesta principalmente por azufre.

El pelo es un atributo exclusivo de los animales mamíferos, casi todos ellos tiene el cuerpo cubierto con pelos. Nosotros, los seres humanos, a pesar de estar emparentados con los mamíferos (orden de los primates, sub orden de los antropoides), carecemos de pelos, aunque nuestros antepasados si lo tuvieron. ¿Por qué el hombre perdió el pelo? El siguiente artículo trata de encontrar una respuesta.




¿Por qué perdimos los humanos el pelo?

Uno de los cambios evolutivos más distintivos de los humanos respecto al sus parientes los monos es el de la pérdida del pelo corporal. Pero ¿cuándo y por qué perdimos los humanos el vello? ¿cuándo empezamos a vestirnos con ropajes? Ambas cuestiones están más allá del alcance de la arqueología y la paleontología.

Dos grupos de investigadores independientes que analizan cambios en el ADN, han propuesto soluciones ingeniosas para ambas cuestiones. El resultado, si las dataciones resultan exactas, es algo embarazoso ya que implica que anduvimos desnudos durante más de un millón de años antes de empezaramos a vestirnos.

El doctor Alan R. Rogers, geneticista evolutivo de la Universidad de Utah, ha llegado a figurarse cuando se produjo la pérdida del pelo corporal gracias a un método indirecto que depende del gen que determina el color de la piel. El doctor Mark Stoneking del Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck en Leipzig, Alemania, cree haber establecido el momento en que los humanos se vistieron por primera vez. Su método también es indirecto, tiene que ver con el estudio de la evolución del piojo corporal humano, que solo infesta las ropas.

Por otro lado, un tercer grupo de investigadores, recuperando una sugerencia de Darwin, ha aportado una nueva explicación al por qué perdieron los humanos su pelo corporal inicialmente.

Los mamíferos necesitan vello corporal para mantenerse calientes, y lo pierden solo por razones evolutivas especiales. Las ballenas y las morsas perdieron el suyo para mejorar su velocidad en el nuevo medio, el mar. Los elefantes y rinocerontes poseen pieles especialmente gruesas y son demasiado grandes como para perder mucho calor en las noches frías. Pero ¿por qué los humanos, los únicos primates calvos, perdieron su pelaje?

Existe una teoría que sostiene que la línea homínida pasó a través de una fase semi-acuática — lo que explicaría por qué tenemos las manos ligeramente palmeadas. Una sugerencia más aceptada sostiene que perder nuestro vello corporal ayudó a nuestros lejanos ancestros a mantenerse frescos la primera vez que se aventuraron fuera da sombra protectora del bosque y cruzaron la tórrida sabana africana. Pero la pérdida del pelo no resulta precisamente una bendición a la hora de regular la temperatura corporal, ya que la piel desnuda absorbe más energía del calor del día y pierde más durante el frescor de la noche.

El doctor Mark Pagel de la Universidad de Reading en Inglaterra, y el doctor Walter Bodmer del Hospital John Radcliffe en Oxford, propusieron una solución diferente al misterio. Su idea, en caso de ser cierta, va más allá explicando actitudes contemporáneas frente al hirsutismo. Los humanos perdieron su pelo corporal, sostienen, para liberarse a si mismos de los parásitos externos que infestaban su pelaje: piojos chupa-sangre, pulgas y garrapatas… y por supuesto las enfermedades que transmitían.

Una vez que la calvicie corporal surgió a través de la selección natural, sugieren Pagel y Bodmer, se vio regulada por la selección sexual, es decir el desarrollo de rasgos en un sexo que atraían al otro. Entre los recién aparecidos humanos sin pelaje, la piel desnuda podría haber actuado (como la cola del pavo real) como una señal de salud. Los tradicionales dolores a los que se someten las mujeres para librar su cuerpo de pelo — al que cada vez se unen más hombres — podrían no ser una mera cuestión estética después de todo, sino el eco final de un instinto antiquísimo. Esto es lo que los doctores Pagel y Bodmer sostuvieron en un artículo publicado hace unos años en la revista The Proceedings of the Royal Society.

El doctor Pagel comentó que recientemente se había dado cuenta de que los anuncios de ropa para mujeres incluían muy a menudo a una modelo mostrando una buena porción de su espalda desnuda. “Siempre habíamos pensado que mostrar la piel era una característica sexual secundaria, pero tal vez sea más sencillo que eso — se trata simplemente de un escaparate para la piel saludable”, comenta.

El mensaje: “No tengo pulgas, piojos ni garrapatas” podría encontrarse presumiblemente oculto en la mente consciente tanto del emisor como del receptor.

Existen varios rompecabezas que la nueva teoría debe explicar. Uno es el del por qué, si la pérdida de pelo corporal privó a los parásitos de un refugio, la evolución permitió que mantuviéramos nuestro vello púbico. Los doctores Pagel y Bodmer sugieren que estas regiones húmedas, densas en glándulas sudoríparas, sirven como plataformas de lanzamiento para las feromonas, hormonas aéreas conocidas por transportar señales sexuales en otras especies de mamífero, aunque en humanos sigamos sin poder identificarlas.

Otro de los enigmas que permanece es el por qué tienen las mujeres menos vello corporal que los hombres. Aunque ambos sexos prefieren que el otro tenga menos pelo, la presión de la selección sexual en este caso, podría ser mayor en las mujeres, bien sea porque los hombres han poseído más poder de decisión en el pasado o porque tuvieran un mayor interés en los atributos físicos. “El uso común de agentes depiladores testifica la continua atracción por la carencia de vello, especialmente en las hembras humanas”, sostienen ambos investigadores.

Visto en New York Times (Autor: Nicholas Wade)

Fuente:

Mailkelnai's Blog

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