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24 de julio de 2019

Neuroeducación 03: Memoriza en movimiento


¿Sabías que si intentas memorizar algo es mejor si lo haces caminado o moviéndote?

Si tratas de memorizar palabras e intentar aprender algo mientras te mueves, es más probable que la información se te quede. Esta es una técnica respaldada por muchas investigaciones. Y es un secreto d elos actores que deben memorizar mucho texto en sus cabezas.

Entonces ya olvidate del ¡parate derecho y recita esa poesía!, deberíamos decir: ¡ponte en movimiento y recita esa poesía!

Muévete para memorizar mejor 

El movimiento ayuda a mejorar y agilizar el aprendizaje de las materias que, en un principio, pueden parecer difíciles de comprender.

La conexión entre cerebro y movimiento existe. Por ejemplo, los niños pueden aprender matemáticas con mayor facilidad si se conecta esta asignatura con ejercicios de Educación Física.

Entonces una manera eficaz de aprender las tablas de multiplicar sería: 2 x 1 = 2 (puños estilo Wonder Woman), 2 x 2 = 4 (dos símbolos de paz), 2 x 3 = 6 (tres pares de dos juntos), 2 x 4 = 8 (manos como patas de una araña). 

Igualmente, los niños serán capaces de mantener la concentración durante más tiempo y absorberán todos los conocimientos de forma más liviana si se opta por pequeños descansos en movimiento después de un periodo considerable de actividad sedentaria. Es lo que se conoce como descansos activos

Es decir si una realiza un trabajo intenso como cortar leña o cargar costales debe hacer una pausa para descansar. Y si uno está demsasiado tiempo sentado o inactivo debe hacer una pausa para entrar en movimiento. 

Existe una innegable relación entre actividad física y la mejora del rendimiento escolar y/o cognitivo.

Una clave: llenar nuestra vida de experiencias

Las experiencias modifican nuestro cerebro continuamente creando, fortaleciendo o debilitando las sinapsis que conectan las neuronas. A este proceso se le conoce como aprendizaje neuronal (o aprendizaje hebbiano). Y cada nuevo circuito neuronal creado/modificado en el todo cerebral equivaldría (mentalmente) a un aprendizaje significativo.

Asimismo, una emoción (positiva) es fundamental para pensar eficazmente, tomar decisiones inteligentes y permitirnos pensar con claridad.
 
Lo reiteramos, la práctica regular de ejercicio (fundamentalmente de tipo aeróbico) mejora la memoria y procesos mentales asociados, por lo que utilizar el juego y el movimiento, es la fórmula ideal de mejorar las capacidades mentales e incidir sobre la motivación y la predisposición al aprendizaje. En este sentido, aunar aprendizajes con movimiento es la vía para lograr aprendizajes. Por ello, padres y educadores, deben de diseñar actividades donde exista juego y movimiento para desarrollar la capacidad cognitiva general. 

El "sistema espejo" de nuestro cerebro

Asimismo, tenemos zonas del cerebro que funcionan como un sistema espejo. Gracias al sistema espejo aprendemos movimientos viendo los movimientos de los demás. Cuando observamos un deporte, nuestro cerebro realiza una simulación interna de las acciones, como si estuviera enviando las mismas órdenes de movimiento al cuerpo. Es por eso que nos emocionamos tanto con el fútbol. 

Y, por supuesto, los movimientos aprendidos también se almacenan en la memoria; por eso recordamos como nadar o como andar en bicicleta.

Además, los deportes, sobretodo los deportes grupales requieren de una toma rápida de decisiones y demandan un alto grado de atención visual y flexibilidad. Por lo tanto, el beneficio del deporte es integral: tanto para la mente como para el cuerpo.

“Tenemos un cerebro por una y única razón: producir movimientos complejos y adaptables.  El movimiento es la única manera  en la que nosotros podemos afectar el mundo que hay alrededor nuestro”.
 
Nuestro cerebro permanentemente hace millones de “cálculos” para lograr que a veces cientos de músculos se posicionen en la configuración adecuada para lograr un determinado objetivo y fin.

La mayor parte de este “cálculo motriz” está basado en la capacidad que tiene nuestro cerebro de “predecir” y “anticipar” la acción.  Si este nivel de procesamiento no existiera, seríamos sumamente torpes para movernos, y es más, sería imposible que pudiéramos sobrevivir.

Este  computo “neural” es increíble y no superado a la fecha por ninguna máquina existente.

Y cómo aprendemos los movimientos, es simple: haciéndolos. Y repitiéndolos una y otra vez.

Pero este modelo “cognitivo” de aprendizaje del movimiento a través del circuito continuo de repetición y mejora lleva a un modelo matemático de comportamiento que en Neuroingeniería se denomina el modelo de Bayes.

Thomas Bayes fue un antiguo clérigo inglés que desarrollo un algoritmo matemático que calcula la probabilidad de un evento a partir del estado previo del sistema y del nuevo dato que incorporamos en él.  Nuestro cerebro, desde el punto de vista neuro-motriz al parecer trabaja de manera “bayesiana”.

Consejos para mejorar la memoria, ¡moviéndote!

La próxima vez que tengas una exposición o un discurso que aprenderte, ¿por qué no pruebas a pasear mientras lo lees o incluso bailar para ayudar a tu cerebro a memorizarlo?

Crea una coreografía para la tabla del tres, del cuatro o del cinco. Crea una coreografía para el Teorema de Pitágoras.

Recuerda una poesía breve. Recítala de pie, estático, sin hacer ningún movimiento. Ahora recítala caminado (lento o rápido, tú eliges). Ahora recítala moviéndo, de forma exagerada, manos y pies. 

Si llevas clases de matémnaticas, y debes memorizar fórmulas y conceptos, intenta realizar ejercicios físicos 4 horas despúes de tus clases. Tu capacidad de memorizar puede incrementarse hasta en un 100%.

Si eres diestro, prueba a realizar diversas actividades con tu mano izquierda como escribir, tomar los cubiertos o peinarte.

Luego de estudiar tres o cuatro horas seguidas deja tus libros y apuntes, ¡y sal a la calle a realizar un paseo! Aunque sea da la vuelta a la manzana, despeja tu mente y deja de pensar en el estudio, en síntesis: desconéctate por unos minutos, ¡pero desconéctate poniéndote en movimiento!


15 de marzo de 2019

Las clases de música generan nuevas conexiones cerebrales en niños

Estudiar este arte favorece el neurodesarrollo. Los expertos creen que ayuda también al tratamiento de menores con TEA o TDAH 


La música puede ayudar a tratar los trastornos del espectro autista (TEA) y los trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en niños, así lo concluye la Sociedad Norteamericana de Radiología (RSNA, por sus siglas en inglés). Una característica más de este arte en esta jornada en la que se celebra el Día de la Música. Según estos expertos, que los pequeños reciban clases de música incrementa y crea nuevas conexiones cerebrales y “puede facilitar los tratamientos en niños con estos trastornos”. “Ya se sabía que la música era muy beneficiosa, pero este estudio ofrece un mejor entendimiento sobre qué está ocurriendo en el cerebro y dónde se producen estos cambios”, asegura Pilar Dies-Suárez, jefa de radiología en el Hospital Infantil de México Federico Gómez, en un comunicado. "Experimentar la música a una edad temprana puede contribuir a un mejor desarrollo del cerebro, a la optimización de la creación y establecimiento de redes neuronales y a la estimulación de las vías existentes del cerebro”, añade la experta.

Estudios anteriores ya hablaban de los beneficios de la música en el desarrollo cerebral. Por ejemplo, uno elaborado por el Instituto de Aprendizaje y Neurología de la Universidad de Washington (Seattle, EE UU) y publicado National Academy of Sciences concluyó que “ciertas melodías mejoran el procesamiento cerebral de pequeños de nueve meses, tanto en lo que se refiere a la música como a nuevos sonidos del habla”. La investigación sugería “que experimentar patrones rítmicos musicales mejora la habilidad de detectar y predecir patrones rítmicos del habla. Esto significa que escuchar música en edades muy tempranas puede tener un efecto global en las habilidades cognitivas de los bebés”, aseguraron los autores. 

El artículo completo en: El País (España)

22 de enero de 2019

Una máquina se enseña a sí misma a ganar en todo

DeepMind desarrolla una inteligencia artificial invencible en los tres juegos de tablero más complejos gracias a un algoritmo que compite sin instrucciones.


El objetivo está lejos: conseguir una sola máquina capaz de enfrentarse a cualquier reto o tarea sin ayuda. Hasta ahora, los grandes logros de la inteligencia artificial se generan con máquinas dedicadas específicamente a una tarea, entrenadas para ello en una condiciones muy concretas, incapaces de adaptarse a un cambio sustancial. Pero los pasitos que se van dando hacia ese objetivo son firmes. El último progreso lo firma DeepMind, que ha conseguido que un mismo programa se convierta en invencible en ajedrez, shogi (una versión japonesa del juego) y go, los tres juegos de tablero más exigentes para el intelecto. Pero el mundo real es mucho más complejo e imprevisible.

El logro de DeepMind, la división de inteligencia artificial de Google, promete generar importantes avances. Este programa, llamado AlphaZero, ha aprendido solo a jugar sobre estos difíciles tableros, como explican sus desarrolladores en la revista Science. De cero (de ahí su nombre), sin ayuda ni ejemplos de jugadores reales. En otras ocasiones, el ordenador aprendía porque lo alimentaban con todo el conocimiento humano, millones de jugadas y ejemplos reales, y a partir de ahí el cerebro de silicio elegía las mejores estrategias. Deep Blue venció así a Kaspárov. Y AlphaGo venció así a Lee Sedol. Pero AlphaZero aprende de sí mismo y en apenas un puñado de horas; tan solo le explican las reglas del juego y a partir de ahí ha sido capaz de convertirse en el mejor jugador de todos los tiempos en estas tres disciplinas. Los programas que mejor juegan al ajedrez, al shogi y al go —sin rival entre los humanos y diseñados durante años específicamente para esta tarea— apenas son capaces de arañar una victoria entre miles de derrotas.

Es más, esta inteligencia artificial es capaz de vencer con una mano atada a la espalda. Al enfrentarse ordenadores contra ordenadores, se otorgaban unos tiempos a cada aparato para pensar su movimiento. La inteligencia de AlphaZero era tan superior que ganaba incluso cuando se le concedía tan solo una décima parte del tiempo que a sus rivales para procesar la información y mover. Y no es una cuestión de potencia computacional, es porque se le ha otorgado una forma de razonar más profunda y selectiva. En ajedrez, valora únicamente 60.000 posibilidades por segundo frente a los 60 millones de opciones que baraja su rival, Stockfish, el más potente jugador de ajedrez hasta ahora. El algoritmo busca solo entre los movimientos más prometedores.

Pero AlphaZero no solo vence, revoluciona el juego. Como la máquina aprende sola, sin modelos ni ejemplos, empieza con decisiones aleatorias y al cabo de un tiempo empieza a descubrir las jugadas y planteamientos que llevan usando siglos los humanos. Pero enseguida encuentra mejores enfoques, completamente nuevos, creando un estilo de juego propio y poco ortodoxo. "Está libre de las limitaciones del modo en que los humanos piensan sobre el juego", explica Demis Hassabis, jefe de DeepMind, por lo que ha incorporado al tablero estrategias desconocidas que ya están fascinando a los expertos. En ajedrez, se habla de cómo sus piezas se arremolinan en torno al rey del oponente con fuerza, dinamismo y determinación. Desprecia el valor material de las piezas y prefiere hacer sacrificios impensables desde el principio de la partida porque al final merecerá la pena. En el shogi, realiza movimientos que van en contra de todos los manuales, como mover al rey al centro del tablero, porque supone ponerlo en peligro, pero para AlphaZero se convierte en una forma de mantener el control del campo de batalla. Cuando se hizo lo mismo en el milenario go, la máquina llegó a la conclusión de que el conocimiento humano era un lastre.

Lea el artículo completo en: El País (España)


23 de septiembre de 2018

Las pseudociencias más famosas (y que debes evitar)

¿Qué es pseudociencia? ¿Es el feng shui una pseudociencia? ¿Y la hipnosis? ¿Distinguir entre ciencia y pseudociencia te resulta confuso? Hoy te ayudamos con esta clasificación.


Los negacionistas del cambio climático son acusados de practicar la pseudociencia, como lo son los creacionistas del diseño inteligente, los astrólogos, los ufólogos, los parapsicólogos, los practicantes de medicina alternativa y, a menudo, cualquiera que se aleje de la corriente científica principal. El problema reside en el límite entre la ciencia y la pseudociencia; pues, de hecho, está notoriamente cargado de desacuerdos definitorios porque las categorías son demasiado amplias y confusas, y el término "pseudociencia" está sujeto al abuso adjetivo contra cualquier afirmación que a uno le disguste por algún motivo.

Muchos científicos reconocen que los límites que separan ciencia y pseudociencia son mucho más difusos y permeables de lo que muchos quieren creer.

Fue el filósofo austríaco Karl Popper quien identificó lo que llamó "el problema de la demarcación" como objeto de encontrar un criterio para distinguir entre ciencia empírica, como la exitosa prueba de 1919 de la teoría general de la relatividad de Einstein y la pseudociencia, como las teorías de Sigmund Freud, cuyos seguidores solo buscaban confirmar la evidencia ignorando los casos que no se confirmaban. La teoría de Einstein podría haberse falsificado si los datos del eclipse solar no mostraran la desviación necesaria de la luz de las estrellas doblada por el campo gravitacional del sol. Las teorías de Freud, sin embargo, nunca podrían refutarse, porque no había ninguna hipótesis comprobable abierta a la refutabilidad. Por lo tanto, Popper declaró que la "falsabilidad" es el último criterio de demarcación. Las teorías científicas no son falsables.

El problema es que muchas ciencias no son infalsificables, como la teoría de cuerdas, la neurociencia que rodea la conciencia, los grandes modelos económicos y la hipótesis extraterrestre. Respecto a esto último, a falta de buscar en cada planeta alrededor de cada estrella en cada galaxia en el cosmos, ¿podríamos decir alguna vez con certeza que los extraterrestres no existen?

Según el historiador de la ciencia de la Universidad de Princeton Michael D. Gordin "Nadie en la historia del mundo se ha autoidentificado como pseudocientífico. No hay persona que se despierte por la mañana y piense a sí mismo: Me dirigiré a mi pseudolaboratorio y realizaré algunos pseudoexperimentos para tratar de confirmar mis pseudoteorías con pseudofactores".

Sin embargo,
la pseudociencia confunde al público sobre la naturaleza de la teoría evolutiva y cómo se desarrolla la ciencia.

Aquí, quizás, hay un criterio práctico para resolver el problema de la demarcación: la conducta de los científicos reflejada en la utilidad pragmática de una idea. Es decir, ¿la nueva idea genera interés por parte de los científicos que trabajan para su adopción en sus programas de investigación, produce nuevas líneas de investigación, conduce a nuevos descubrimientos o influye en las hipótesis, modelos, paradigmas o visiones del mundo existentes? Si la respuesta es no, es probable que sea una pseudociencia.

Así las cosas, la ciencia es un conjunto de métodos destinados a probar hipótesis y construir teorías. Si una comunidad de científicos adopta activamente una nueva idea y si esa idea se extiende a través de distintos campos y se incorpora a la investigación que produce conocimiento útil reflejado en presentaciones, publicaciones y especialmente nuevas líneas de investigación, lo más probable es que sea ciencia.

Determinar qué es pseudociencia no es discriminatorio, sino que no hacerlo es perjudicial para la sociedad.

Pero, ¿cómo identificar ciencia vs. pseudociencia?


24 de junio de 2018

Por qué un ‘spoiler’ no te arruinará la película: así funciona la ciencia del giro argumental

Una parte del placer causado por los giros argumentales no deriva del impacto de la sorpresa, sino de contemplar las partes anteriores del relato a la luz del giro.


Recientemente he hecho algo que a muchos les resultaría impensable, o al menos perverso. Antes de ir a ver Los vengadores: Infinity War, leí deliberadamente una reseña que revelaba los principales puntos del argumento, de principio a fin.

No se preocupen; no voy a compartir aquí ninguno de esos spoilers. Aunque sí pienso que la aversión a ellos –lo que A. O. Scott, de The New York Times lamentaba recientemente como “un tabú fóbico e hipersensible contra la discusión pública de todo aquello que ocurre en la pantalla”– es un tanto exagerada.

En mi trabajo como científica cognitiva estudio la relación entre cognición y narraciones, y sé que las películas –como todos los relatos– aprovechan nuestra tendencia natural a anticipar qué va a pasar a continuación.

Estas tendencias cognitivas ayudan a explicar por qué los giros argumentales pueden causar tanta satisfacción. Pero de manera un poco ilógica, explican también por qué el hecho de conocer por adelantado un giro argumental –el temido “spoiler”– no estropea en absoluto la experiencia.

La maldición del saber

Cuando tomamos un libro por primera vez, normalmente queremos tener una idea de qué debemos esperar; las novelas de misterio blandas, por ejemplo, no deben contener violencia o sexo expresos. Pero probablemente también esperemos que lo que vamos a leer no sea completamente predecible.

Hasta cierto punto, el miedo a los spoilers está fundado. Solo tenemos la oportunidad de descubrir algo por primera vez. Una vez descubierto, ese descubrimiento afecta a lo que percibimos, a lo que anticipamos, e incluso a los límites de nuestra imaginación.
Lo que sabemos nos hace equivocarnos en muchos aspectos, una tendencia general conocida como la “maldición del saber”.

Por ejemplo, cuando sabemos la respuesta a un enigma, ese conocimiento hace que nos sea más difícil calcular cuánto le costará a otra persona resolverlo: lo vemos más fácil de lo que realmente es.

Cuando conocemos la resolución de un suceso –ya sea un partido de baloncesto o unas elecciones– tendemos a sobreestimar en qué medida dicho resultado era probable.
La información que encontramos antes influye en nuestro cálculo de lo que es posible después. Da igual que estemos leyendo un relato o negociando un salario: cualquier punto de partida inicial para nuestro razonamiento –por arbitrario o aparentemente irrelevante que sea – “ancla” nuestro análisis. En un estudio con expertos jurídicos a los que se les presentaba una causa penal hipotética, los participantes proponían penas más largas cuando se les presentaban números más elevados obtenidos con dados lanzados al azar.

El artículo completo en: El País (España)

9 de mayo de 2018

El conocimiento es el nuevo dinero: tienes que seguir aprendiendo cada día

Cuando Benjamin Franklin dijo que «una inversión en conocimiento paga el mejor interés», se olvidó de puntualizarnos a qué conocimiento se refería exactamente y dónde podía obtenerse. Sin embargo, en aquellas palabras subyace una verdad esencial cocinada en el actual contexto tecnológico y social: que el conocimiento tiene muchísimo más valor que el dinero. Más valor desde el punto de vista crematístico, pero también psicológico.

Así pues, si Franklin viviera ahora mismo, no solo repetiría su sentencia con más firmeza, sino que se entusiasmaría al conocer las posibilidades que ofrece la tecnología para desmonetizar los bienes y servicios.

Desmonetización

Gracias a la tecnología, la mayor parte de los productos y servicios que antes eran caros ahora resultan mucho más baratos y, en algunos casos, incluso son gratuitos. La gratuidad suele aparecer en aquellos productos que pueden digitalizarse (transformarse de átomos a bits), es decir, los productos susceptibles de un coste marginal próximo a cero. Por ejemplo, el buscador de Google, la enciclopedia Wikipedia o las miles de horas de entretenimiento audiovisual de YouTube.
En su libro Abundancia, Peter Diamandis, uno de los fundadores de la Singularity University, pone una serie de ejemplos de desmonetización, haciendo hincapié en el smartphone. Si bien parece un dispositivo caro, en realidad estamos empleando una contraparte un millón de veces más barata y mil veces más potente que una supercomputadora de 1970, y además nos ahorramos adquirir muchas otras cosas:
Cámaras, radios, televisiones, navegadores de Internet, estudios de grabación, salas de edición, cines, navegadores GPS, procesadores de texto, hojas de cálculo, estéreos, linternas, juegos de mesa, juegos de cartas, videojuegos, toda una gama de aparatos médicos, mapas, atlas, enciclopedias, diccionarios, traductores, manuales, educación de primera categoría, y la siempre creciente y variada colección conocida como el app store. Hace diez años la mayoría de estos bienes y servicios solo estaban disponibles en el mundo desarrollado; hoy casi cualquiera y en cualquier lugar puede tenerlos.
El coste de la energía también va a desplomarse en breve gracias a la mayor eficiencia de las placas fotovoltaicas. El transporte personal podrá compartirse gracias al blockchain y el de mercancías será autónomo. La inteligencia artificial asumirá muchas tareas automáticas que encarecen los servicios, tanto médicos como financieros o legislativos. La fabricación se democratizará gracias a las impresoras 3D y nos acabaremos convirtiendo en prosumidores (productores + consumidores).
En otras palabras, para vivir de forma medianamente confortable no será necesario ganar demasiado dinero. De hecho, gracias a las iniciativas de renta universal básica que ya se están experimentando, puede que ni siquiera necesitemos trabajar. O, al menos, no demasiadas horas al día.
Ante este panorama, ganar más dinero solo servirá para obtener bienes conspicuos o servicios exclusivos que nos desmarquen socialmente de nuestros semejantes. El dinero, en ese sentido, quedará más que nunca, porque será fácil de obtener y servirá para poco.

El dinero no te hace feliz

Pero no solo el dinero irá perdiendo progresivamente su valor, sino que éste ni siquiera fue tan rutilante como habíamos creído.
Cuando decimos que no tenemos tiempo para aprender algo nuevo o para leer un libro generalmente se debe a que estamos invirtiendo ese tiempo en ganar más dinero, directa o indirectamente. La mayoría de veces nos preocupamos en ganar más dinero porque creemos que así seremos más felices: podremos viajar más, comprar más cosas, disponer de una vivienda más confortable, adquirir ropa más cara y, en definitiva, cumplir todos esos sueños que reflejan los anuncios de la Lotería.
Una vez obtenido un mínimo para vivir cómodamente, el dinero extra apenas afecta a nuestro bienestar psicológico
Sin embargo, todos los experimentos que se realizan sobre el vínculo entre felicidad y dinero concluyen que, una vez obtenido un mínimo para vivir cómodamente, el dinero extra apenas afecta a nuestro bienestar psicológico. Por ejemplo, un estudio reciente ha sugerido que la gente que gana más de 90.000 dólares al año no es más feliz que la que está en la franja entre los 50.000 y los 89.999 dólares. Incluso ganar la Lotería tiene un efecto sorprendentemente efímero en nuestro bienestar, como explica Nicholas A. Christakis en su libro Conectados al comparar a estos agraciados con pacientes aquejados de una enfermedad:
En realidad, el seguimiento de personas que han ganado la lotería y de pacientes con daños en la médula espinal revela que, al cabo de un año o dos, esas personas no son más felices ni más tristes que los demás.

El artículo completo en:

Foro Económico Mundial

31 de octubre de 2016

6 iniciativas de conocimiento abierto que mejoran la educación


Derribar barreras físicas, eliminar requisitos y papeleo y facilitar el amplio acceso a la información que generamos: esos son los pilares del movimiento que promueve el conocimiento abierto, una tendencia que suma cada vez más iniciativas y que apunta a convertirse en un motor importante para la economía de muchos países.

Los datos juegan un papel importantísimo en la educación y no es sorpresa que sea ésta una de las áreas que más puede beneficiarse con la apertura del conocimiento. Solamente en  Estados Unidos, la apertura de conocimiento en el sector educativo representa una oportunidad de negocio cercana al billón de dólares al año.

Tomando esto en cuenta, te mostramos seis proyectos que nos muestran el inmenso potencial que tienen las plataformas de conocimiento abierto para abordar problemas complejos en el sector educativo:
  • CIMA
El Centro de Información para la Mejora de los Aprendizajes (CIMA) es el portal de Estadísticas Educativas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Esta innovadora plataforma presenta 40 indicadores comparables entre sistemas educativos de América Latina y el Caribe e incluye perfiles nacionales para visualizar el panorama educativo en cada país. De esta manera, con su uso se ayuda a promover el diseño e implementación de políticas educativas efectivas basadas en la evidencia y que contribuyan a mejorar la calidad de los aprendizajes en la región.
  • Open Text Book
Open Text Book es una iniciativa nacida en Estados Unidos que propone el acceso libre y gratuito a los contenidos de los libros de texto, aprovechando la flexibilidad de las licencias de la plataforma Creative Commons. Este movimiento comenzó a tomar forma en 2010 y ha tenido un fuerte impacto en las universidades americanas. Según algunos estudios, en algunos casos, se han logrado tasas de ahorro en libros hasta del 80%.
  • Portal de Datos Abiertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
El Portal de datos abiertos de la UNAM es un ejemplo de cómo los datos abiertos pueden servir para generar recursos pedagógicos. Por ejemplo, más de un millón de entradas del Instituto de Biología dan cuenta de todas las especies identificadas por la Universidad en el mundo, creando un repositorio de gran valor para estudiantes, investigadores y público en general.
  • El caso Chile: Formulación de políticas educativas utilizando técnicas de análisis de datos masivos
En Chile, este trabajo del Centro de Investigación Avanzada en Educación, ganador  del premio Gobernarte del BID, demuestra el potencial que los datos pueden tener para la formulación de políticas públicas educativas. El proyecto utilizó y comparó datos del censo de población con los datos de matrícula para comprender el desplazamiento de los estudiantes a las escuelas. Se detectó que existen desequilibrios en la oferta educativa y que, en ocasiones, los estudiantes más desfavorecidos se ven obligados a recorrer mayores distancias para poder llegar a la escuela. También demostró que este desplazamiento incluye recorridos por zonas con mayores tasas de inseguridad, lo cual permite predecir y prevenir fenómenos de alto impacto social como la deserción y el abandono escolar.
  • México: Mejora tu escuela
Esta exitosa plataforma permite a los ciudadanos conseguir información sobre el rendimiento de las escuelas en ese país. Con una metodología de análisis de datos que toma como base los resultados agregados de los alumnos en matemáticas y español, la plataforma genera un índice de rendimiento para cada escuela en el país. Los resultados se transforman en un “semáforo educativo” que permite realizar comparaciones entre escuelas. El proyecto genera información relevante para los padres y también para los diseñadores de políticas, quienes pueden identificar las escuelas que necesitan mayor atención. La aplicación también permite conocer los programas públicos para la mejora de la educación.
  • Open Badges
Esta iniciativa puesta en marcha por Mozilla Foundation, busca generar una categorización más precisa de las habilidades profesionales de las personas a través de un sistema de certificados digitales que son accesibles y reutilizables. En el sector educativo, estos certificados se han utilizado para reconocer los esfuerzos de los profesores y educadores que apuestan por la innovación, así como para facilitar la transición de la universidad al mercado laboral.

Estos son solo algunos proyectos emergentes en este campo ¿Conoces algún proyecto más que use datos abiertos para mejorar la educación? Compártelo con nosotros mencionando a @BIDEducacion

Fuente:

BID
 

4 de marzo de 2016

¿Para qué sirven las matemáticas? Cien respuestas

Si eres profesional de las matemáticas –docente, investigador o investigadora– o estudiante, en algún momento te habrás –o te habrán– preguntado: ¿para qué sirven las matemáticas?, ¿para qué debo estudiar trigonometría?, ¿por qué esa obsesión por las integrales?

El Jj, autor del blog Choux romanesco, vache qui rit et intégrales curvilignes, propone cien posibles respuestas a la pregunta ¿Para qué sirven las matemáticas?, que se imagina le ha planteado un joven de 14 años. Aquí, hemos elegido y traducido –y adaptado algunas de ellas– las veinticinco que nos han parecido más simpáticas o representativas.

1. Respuesta tecnófila
¿Conoces Google? Sin matemáticas sería aún AltaVista. ¿Y tu teléfono móvil? Sin matemáticas usaríamos todavía el telégrafo. ¿E Internet? Sin matemáticas estaríamos aún con Minitel. ¿No has visto la última película de Harry Potter en 3D? Sin matemáticas la habrías visto en 2D, en blanco y negro y con alguien tocando el piano en la sala de cine. ¿Has jugado a Super Mario en la Nintendo 3DS? Sin matemáticas, el único personaje con quien jugar sería Mr Game & Watch. ¿Conoces los skyblogs? Sin matemáticas, mmm,… seguirían siendo skyblogs.

2. Respuesta Kwai Chang Caine
La respuesta está en ti, pequeño saltamontes.

3. Respuesta cultural
Las matemáticas, sirven para lo mismo que interesa conocer los personajes principales de las obras de Molière: es el bagaje cultural necesario para ser alguien digno de interés. Es poco probable que la trigonometría, la factorización de polinomios o el crecimiento de la función logaritmo te sirvan para algo, pero en la misma medida que conocer la obra de Shakespeare o de Bach, porque es poco probable que termines siendo escritor o compositor. Las matemáticas forman una cultura como cualquier otra, no tiene sentido pensar en términos de utilidad.





4. Respuesta geek

Sirven para disfrutar hasta el fondo de todo el potencial burlesco de una tira cómica de xkcd o de un episodio de The Big Bang Theory o de Futurama




5. Respuesta física
Las matemáticas sirven para fabricar teléfonos móviles, con todas estas historias de campos electromagnéticos y las ecuaciones de Maxwell asociadas. Sirven para construir microscopios de efecto túnel, por medio del álgebra lineal no conmutativa de la mecánica cuántica. Sirven para hacer hélices que propulsen bien los barcos, o los motores que permiten que los aviones vuelen, usando la mecánica de fluidos y su célebre ecuación de Navier-Stokes.

6. Respuesta “nature is beautiful”
Gracias a las matemáticas ¡podemos percibir que el mundo que nos rodea está formado de curvas y de fractales! Fíjate en la coliflor: en el mejor de los casos sólo ves una verdura más…, yo veo sobre todo su estructura fractal, sus motivos autosimilares. Mira la barriga de tu colega. ¿Ves sus michelines? ¡Pues yo percibo la metáfora de la cicloide!…

7. Respuesta “cuestionamiento de la educación”
¿Para qué sirven las matemáticas? ¿Para qué sirve la filosofía? ¿Para qué sirve la geografía? ¿Para qué sirve la educación física y deportiva? ¿Para qué sirven las ciencias de la vida? ¿Para qué sirve la física? ¿Para qué sirve la historia? ¿Para qué sirven las artes plásticas? ¿Para qué sirve la química? ¿Para qué sirve la música? ¿Para qué sirve la educación cívica y social? ¿Para qué sirve la lengua? ¿Para qué sirven las ciencias económicas y sociales?

8. Respuesta demostrativa
Para demostrar cosas de manera rigurosa. Pero también para demostrar que algunas cosas no se pueden demostrar, y esto es fuerte. Pero también para demostrar que la prueba que muestra que algunas cosas no son demostrables es correcta (y que, de paso, existen indudablemente cosas indemostrables). Y esto es muy fuerte.

El artículo completo, y las cien respuestas (pero en francés) en:

Cultura Científica

12 de octubre de 2015

Eres el lugar donde vives (o cómo el ambiente moldea tu mente)

Somos seres intextricablemente unidos al lugar del que emergemos: sus condiciones, reglas, relaciones y campos de información nutren y limitan la forma en la que actuamos.

Now here’s a painting of a landscape
Now, the artist who painted that picture
Says something is missing. What is it?
It is I myself who was part of the landscape I painted.
      – Quantic-Infinite Regression

Todos sabemos que el lugar y el ambiente en donde vivimos tienen una influencia en cómo somos, pero difícilmente dimensionamos hasta qué punto. Creemos generalmente que el lugar es siempre una cosa externa que no opera cambios en nuestra psique, pero quizás lo contrario es verdad. Creemos que somos autónomos y la conducta de los demás no nos afecta de manera sustancial, pero pocos realmente lo somos. El lugar (con todo su ecosistema y red de relaciones) en la vida cotidiana se experimenta como un estado mental o un sistema operativo.
Donde estamos transforma cómo somos, argumenta Adam Alter en el New York Times. Existen numerosos estudios que nos pueden ayudar a entender hasta qué punto está abierta una membrana de influencias psicoculturales entre una persona, sus vecinos (las ideas que pululan) y el lugar en el que habita.

Un grupo de investigadores hizo un experimento tirando cartas con un sello postal listas para ser enviadas en dormitorios universitarios. Los investigadores descubrieron que en los dormitorios de mayor densidad de alumnos sólo cerca del 60% de las misivas lograban llegar a su destino (el porcentaje fue mucho mayor en dormitorios donde se habitaba de manera más holgada); su hipótesis es que el vivir en un ambiente relativamente hacinado los hacía desconectarse de sus compañeros. Posteriormente, los investigadores preguntaron a otro grupo de alumnos cómo habrían respondido en la misma situación: el 95% dijo que habría llevado la carta al buzón postal sin importan el lugar donde vivía–esto es evidentemente un ejercicio imaginario, ya que, como veremos, difícilmente podemos actuar “sin importar el lugar donde vivimos”.

Dos experimentos con los sorpresivos poderes de la luz azul nos pueden ilustrar más al respecto. En el año 2000 contratistas instalaron una serie de luces azules en diferentes puntos de la ciudad de Glasgow. La intención era hacer que ciertos distritos lucieran más atractivos; después de unos meses el ayuntamiento notó una tendencia interesante: el índice de crimen había declinado en los lugares que habían sido bañados en azul. Esto al parecer debido a que las luces mimetizaban las luces azules características de las patrullas de policía en buena parte del mundo. La luz azul, sin embargo, tiene otras cualidades.

En el 2005 la prefectura de Nara, en Japón, instaló luces azules siguiendo la misma línea de evitar el crimen en zonas peligrosas. Si bien los resultados fueron los esperados y el crimen declinó, autoridades japonesas descubrieron un efecto inadvertido a partir de la fotoestimulación: disminuyó la cantidad de basura en la calle y el índice de suicidios en estaciones y sitios que eran utilizados por personas para quitarse la vida. Al parecer la luz azul tiene una serie de propiedades calmantes, que tal vez tengan que ver en que este color es el que más eligen las personas como su favorito. (Otros estudios han mostrado que una pantalla azul de computadora asiste en la solución de problemas matemáticos o que pacientes prefieren ser tratados por enfermeras vestidas de azul). Podemos hablar también de ambientes –jugando a una eco-sinestesia– azules o verdes y rojos, que influyen en nuestra psicología.

Existen diferentes formas en las que el lugar en el que estamos presiona nuestras conductas. Un grupo de psicólogos de la Universidad de Newcastle halló que trabajadores de una universidad tendían a pagar más su café o té cuando el sistema de recolección de pago voluntario era una caja que estaba acompañada de la imagen de un par de ojos que cuando había una imagen de unas flores. Los investigadores alternaron esta “caja de la honestidad” con ojos de hombres y mujeres o flores y siempre hubo más pagos bajo la metáfora de los ojos vigilantes.

Un estudio de la década de los 70, sugiere que las personas hacen menos trampa resolviendo un examen cuando son colocados frente a un espejo, lo que se conoce como el efecto de la autoconciencia en la conducta anti-normativa.

Un efecto inverso parece propagarse cuando el medio ambiente envía señales de descuido y poca vigilancia. Estudios sugieren que las ventanas rotas generan más crimen en zonas donde éstas abundan. Lo mismo ocurre con la basura en la calle: entre más basura existe en la calle no sólo las personas menos tiran la basura en los lugares apropiados, sino que también esto parece fomentar el crimen en la zona. De nuevo es como si hubiera un efecto psicogeográfico y el caos o desorden del espacio físico en el que nos movemos se convierte en el espacio mental que detona respuestas como el crimen.

En un experimento bastante revelador, un grupo de investigadores colocó una serie de fliers de papel en 139 automóviles en el estacionamiento de un hospital y observó que hacían los dueños de los mismos. Cuando los dueños salían del hospital para encontrarse con el estacionamiento llenó de fliers y envolturas de dulces tiradas en el piso, cerca de la mitad tomó el flier de su auto y lo arrojó al piso. Mientras que cuando el suelo estaba limpio, sólo 1 de 10 personas tiraron el flier al piso.
Adam Alter concluye:

Estos estudios muestran algo profundo, y tal vez un poco perturbador, sobre qué es lo que nos hace quiénes somos: no existe una versión única de “tú” y “yo”. Aunque todos estamos anclados en nuestras distintas personalidades, las señales contextuales muchas veces nos llevan lejos de esas anclas y es difícil saber quién somos en realidad –o al menos qué es lo que haremos en ciertas circunstancias.

16GRAYMATTER-popupPodemos pensar que nosotros sí tenemos un poder de voluntad que evita que nos arrastre la multitud o el ambiente; pero las señales y la influencia del entorno en el que vivimos son innumerables y demasiado sutiles. Así la construcción del ser debe de concebirse de una manera dinámica, constantemente cambiando según el cariz del momento (el tiempo como propiedad continua del espacio). Vivir entre árboles, entre personas que tienen perros, en zonas donde existen muchos bares, en medio de arquitectura que tiende más hacia formas curvas, etc., todo esto influye de manera importante en cómo nos comportamos en ciertas situaciones, en qué pensamos y hasta en nuestra salud. Hasta tal punto el lugar cincela nuestra forma de ser que hablamos de cosas tan abstractas –y abominables– como la conciencia de un país o la idiosincracia (algo como la patria: el paternalismo conductivista). Y aunque no podemos pensar que el país donde nacimos nos define, si podemos conjeturar la existencia de egregors o meta-entidades como la argentinidad o la mexicaneidad, de las cuales participamos en menor o mayor grado.

La epigenética, la rama de la biología que estudia los cambios genéticos producidos por el medio ambiente y las relaciones humanas (como el trauma), deja claro que el lugar (todo el clima físico y mental) en el que habitamos puede hacer que se expresen (o no) ciertos genes. Así muchas de las enfermedades que podemos padecer en la vejez son el resultado de los lugares (en toda su extensión) en los que vivimos de niños.

De manera más amplia todos vivimos en el mismo lugar. Como anticipó Marshall Mcluhan en su visión de la aldea global, la sociedad digital tiene mucho de la sociedad tribal, en la que todos estamos en un estado de cambio constante, cada uno de nosotros afectando a a todos los demás, sin verdadera privacidad. Compartir el mismo espacio mediático es compartir el mismo espacio mental (“la cultura es nuestro sistema operativo”, decía Terence Mckenna). Evidentemente no actuamos exactamente igual en las mismas situaciones, pero una persona que pudiera tener una perspectiva de cientos, tal vez miles de años, se sorprendería ante la uniformidad de nuestra sociedad. La mayoría de las personas del mundo viste con más o menos la misma ropa (jeans, t-shirts, las mismas marcas, etc), utiliza los mismos aparatos de teléfono, televisión, transporte, etc., ve las mismas películas  y programas (y por lo tanto el contenido de su pensamiento y de sus sueños es algo similar).  (Un estudio mostró que un incremento en películas sobre OVNIs y extraterrestres en la cartelera incrementó el número de avistamientos entre ciudadanos británicos). Ante una situación como las presentadas en los estudios científicos que hemos discutido, la mayoría de nosotros actuaría de la misma forma –cediendo ante el dictamen del lugar. Ese lugar está en todas partes y somos todos nosotros. La reflexión va dirigida hacia la posibilidad de visitar y habitar otros lugares psicofísicos en los que las reacciones puedan surgir a contracorriente, con irreverente espontaneidad, aunque por momentos puedan ser absurdas. Operar también desde ahí, en los  espacios liminales, márgenes del camposanto cultural y filtrarnos hacia las zonas que aún no han sido patentadas de la conducta y la conciencia humana.

Enlaces a los estudios mencionados en este artículo del New York Times

Tomado de:

 

20 de enero de 2014

¿Los genios nacen o se hacen?

Albert Einstein
Ambos. Eso sí, por mucho que estudiemos o practiquemos una disciplina no nos volveremos genios.

Sin embargo, el aprendizaje persistente y la práctica son esenciales incluso para quienes han nacido con un potencial extraordinario.

Una vieja teoría resurgió recientemente al encontrar una nueva evidencia, señala que toma aproximadamente 10 años alcanzar una pericia sólida en cualquier disciplina, ya sea, música, deporte, matemáticas...

También cuenta la personalidad. Se ha probado que los genios están más abiertos a experimentar, también son introvertidos, hostiles, resueltos y ambiciosos.

¿Y la personalidad, se desarrolla o es innata? Nuevamente, son ambas.

Fuente:

BBC Ciencia

15 de septiembre de 2013

Concytec presenta concurso para financiar investigaciones hasta con S/.100 mil

Se busca fortalecer los programas de maestrías en las universidades peruanas.

Buscan promover las actividades de investigación y desarrollo. (Difusión)
Buscan promover las actividades de investigación y desarrollo. (Difusión)
A fin de fortalecer los programas de posgrado y contribuir al incremento de investigadores, el Concytec lanzó el Concurso para el Financiamiento de Programas de Maestrías en Universidades Peruanas, el cual contempla subvenciones anuales de hasta 100 mil soles.

Con esta iniciativa, las universidades recibirán financiamiento para el desarrollo de proyectos, derechos de matrícula y pensión, seguro médico y manutención para estudiantes hasta por 2 años, indicó la presidenta del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec), Gisella Orjeda.

“El presente instrumento tiene como objetivo formar de manera directa a profesionales en programas de Maestría de universidades peruanas que acrediten calidad internacional”, anotó.
La funcionaria explicó que el programa incrementará el número de profesionales dedicados a las actividades de investigación y desarrollo, a través de una mejora cuantitativa y cualitativa de las capacidades humanas en ciencia, tecnología e innovación.

Diversos estímulos

Dentro del apoyo económico a las universidades, se ha considerado que las Maestrías en ciencias e ingenierías recibirán subvenciones anuales para proyectos de investigación de hasta S/.100,000 anuales; manutención por estudiante de S/.30,000 al año; seguro médico por estudiante de S/.1,000 anuales; más costos por matrícula y pensión de estudios.
Para el caso de Maestrías en Políticas Públicas y/o Gestión en Ciencia, Tecnología e Innovación, se brindará hasta S/.18,000 por complemento de manutención por cada estudiante, más costos por matrícula y pensión de estudios.

Los programas seleccionados serán aquellos vinculados a las prioridades nacionales establecidas por el Concytec, en temas como: Acuicultura; Biotecnología para la Seguridad Alimentaria y Nutrición; Ciencia y Tecnología de Materiales; Ciencia y Tecnología Ambiental; Tecnologías de la Información y Comunicación; Transferencia Tecnológica para la Inclusión Social, así como Gestión y/o Políticas Públicas en CTeI.

Para acceder al financiamiento, las universidades deberán acreditar que sus docentes cuentan con grados de Magíster y Doctor, que poseen experiencia docente no menor a 2 años y que las obligaciones académicas y de investigación son a dedicación exclusiva, entre otros.
La convocatoria estará abierta hasta el próximo 25 de octubre y las inscripciones pueden efectuarse a través del sistema on line en la página web: www.concytec.gob.pe

Fuente.

Peru21

20 de marzo de 2013

Una idea genial: "Explícamelo como si tuviera cinco años" (YouTube)

explicalo como si tuviera 5 años

Dentro de todos los interesantes subforos de Reddit hay uno en particular que llamó lo suficiente la atención para que su contenido se convirtiera en la primera miniserie web original del popular sitio web. La serie, al igual que el subreddit (nombre de los subforos en el sitio web), se llama ”Explícalo como si tuviera 5 años”, y es donde los usuarios abordan temas complejos para tratar de explicarlos de la forma más simple posible.

El gerente general de Reddit, Erik Martin, explicó que la serie es financiada por YouTube –aunque no desglosó las cifras–, y es un experimento para estimular la creación de contenidos audiovisuales por parte de los usuarios de Reddit (redditors) basados en el contenido que ellos mismos crean en los diversos y específicos subforos del sitio web.

Los tres episodios creados hasta la fecha son protagonizados por los actores Michael Kayne y Langan Kingsley, quienes les explican a unos niños en una sala de clases temas tan diversos como la crisis en Siria, el existencialismo y Friedrich Nietzsche, y la volatilidad del mercado de valores.




Fuente:

FayerWayer

21 de febrero de 2013

Cómo el excedente cognitivo cambiará el mundo


Clay Shirky es investigador en topología de redes tecnológicas y sociales; profesor adjunto del Programa de Telecomunicaciones Interactivas de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Nueva York; y autor del Excedente cognitivo: creatividad y generosidad en la era conectada. 

Un excelente libro que, junto a las obras de Chris Anderson, me ha permitido alumbrar ideas un tanto chocantes sobre la transmisión de la cultura: por ejemplo, que las librerías son lugares que entorpecen esa transmisión y que los amantes de los libros no deberían ser, como consecuencia inevitable, amantes de las librerías (yo lo soy, de ambas cosas, por si tenéis dudas).

Para Shirky, una de las características del siglo XXI es la abundancia de tiempo libre en los países desarrollados. Y las herramientas digitales ofrecen la posibilidad de usar este excedente de tiempo y talento de manera pública e interconectada, ya sea para crear cosas como Wikipedia o para mantener millones de blogs que, en algunos casos, incluso suplen las carencias de los medios de comunicación tradicionales.

Si no tenéis ganas de leer el libro, os dejo su conferencia TED sobre el tema:


Fuente:

Xakata Ciencia

23 de noviembre de 2012

Richard Dawkins: "Lo que debería enseñarse en los colegios"

El colegio, en un mundo donde el conocimiento está a un click de nuestros dedos, no debería ser tanto un lugar donde transmitir datos como un lugar donde nos enseñen a aplacar nuestros defectos neurobiológicos de fábrica y, sobre todo, fomentar la capacidad de jerarquizar conocimientos, relacionarlos entre sí y descartar fácilmente los que carecen de sostén.

En ese sentido, Richard Dawkins propone una herramienta para mejorar el pensamiento crítico desde el colegio: los experimentos de control a doble ciego. A juicio de Dawkins, si todos los colegios enseñaran a efectuar experimentos de control a doble ciego, los alumnos saldrían con un equipamiento cognitivo mucho más afinado. 

Según Dawkins, se mejoraría del siguiente modo, como podemos leer en Este libro le hará más inteligente, editado por John Brockman:

  • Aprenderíamos a no generalizar a partir de simples anécdotas.
  • Aprenderíamos a ponderar la probabilidad de que un efecto en apariencia importante pudiera deberse únicamente al azar.
  • Comprenderíamos la enorme dificultad que encierra la eliminación del sesgo subjetivo.
  • Aprenderíamos a no dejarnos seducir por los homeópatas y otro tipo de curanderos y charlatanes, los cuales quedarían así fuera de la circulación.
  • Adquiriríamos un hábito de pensamiento crítico y escéptico de alcance aún más general, que no solo contribuiría a mejorar nuestro instrumental cognitivo, sino que podría llegar incluso a salvar el mundo.

Fuente:

Xakata Ciencia

10 de octubre de 2012

Si aprendes como un niño tu cerebro crece

piezasEl cerebro adulto crece después de dos horas de aprendizaje similar al infantil, según un estudio de la Universidad de Hong Kong, en China, que se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Los investigadores, dirigidos por Li-Hai Tan, utilizaron tareas auditivas, de nomenclatura y emparejamiento para enseñar a 19 adultos nombres artificiales de dos tonalidades de color verde y dos de color azul. Las imágenes del cerebro de los participantes mostraron que a lo largo cinco sesiones administradas en 3 días, unentrenamiento total de una hora y 48 minutos, su volumen de materia gris cerebral aumentó en áreas asociadas a la visión del color y la percepción. El entrenamiento fue diseñado para imitar las rápidas e intensas asociaciones entre palabras y objetos que se producen en los inicios del desarrollo verbal infantil.

Estudios previos indicaban que la materia gris aumenta en los adultos pero sólo después de experiencias que duran entre semanas y años. Sin embargo, el nuevo trabajo sugiere que el cerebro adulto humano intacto es estructuralmente más plástico de lo que se pensaba.

Fuente:

10 de septiembre de 2012

Cuanto más aprendemos en la etapa preescolar, más dinero ganamos

parvularioCuanto más aprendemos en la etapa preescolar, más dinero ganamos cuando alcanzamos el mercado laboral. Es la conclusión a la que ha llegado John Friedman, un economista de la Universidad de Harvard. Concretamente,  Friedman asegura que los niños que adquieren abundantes conocimientos en sus primeros años de escolarización en el parvulario ganan por término medio 1.000 dólares más al año al cumplir los 27 que el resto de sus compañeros. También es más probable que tengan una casa propia a los 28.

Por otro lado, una investigación sueca del Instituto para la Evaluación del Mercado Laboral y las Políticas Educativas (IFAU) sugiere que los niños que estudian en clases con un número reducido de alumnos no solo aprenden más sino que, cuando alcanzan la vida adulta, tienen mejores habilidades cognitivas y no cognitivas, tienen más confianza en sí mismos y perciben salarios un 3% más altos que la media. “Que los sueldos de estos niños sean más elevados indican que quienes estudian en clases pequeñas son más productivos”, aclara Björn Öckert, economista y coautor del trabajo. 

Fuente:



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