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9 de mayo de 2018

El conocimiento es el nuevo dinero: tienes que seguir aprendiendo cada día

Cuando Benjamin Franklin dijo que «una inversión en conocimiento paga el mejor interés», se olvidó de puntualizarnos a qué conocimiento se refería exactamente y dónde podía obtenerse. Sin embargo, en aquellas palabras subyace una verdad esencial cocinada en el actual contexto tecnológico y social: que el conocimiento tiene muchísimo más valor que el dinero. Más valor desde el punto de vista crematístico, pero también psicológico.

Así pues, si Franklin viviera ahora mismo, no solo repetiría su sentencia con más firmeza, sino que se entusiasmaría al conocer las posibilidades que ofrece la tecnología para desmonetizar los bienes y servicios.

Desmonetización

Gracias a la tecnología, la mayor parte de los productos y servicios que antes eran caros ahora resultan mucho más baratos y, en algunos casos, incluso son gratuitos. La gratuidad suele aparecer en aquellos productos que pueden digitalizarse (transformarse de átomos a bits), es decir, los productos susceptibles de un coste marginal próximo a cero. Por ejemplo, el buscador de Google, la enciclopedia Wikipedia o las miles de horas de entretenimiento audiovisual de YouTube.
En su libro Abundancia, Peter Diamandis, uno de los fundadores de la Singularity University, pone una serie de ejemplos de desmonetización, haciendo hincapié en el smartphone. Si bien parece un dispositivo caro, en realidad estamos empleando una contraparte un millón de veces más barata y mil veces más potente que una supercomputadora de 1970, y además nos ahorramos adquirir muchas otras cosas:
Cámaras, radios, televisiones, navegadores de Internet, estudios de grabación, salas de edición, cines, navegadores GPS, procesadores de texto, hojas de cálculo, estéreos, linternas, juegos de mesa, juegos de cartas, videojuegos, toda una gama de aparatos médicos, mapas, atlas, enciclopedias, diccionarios, traductores, manuales, educación de primera categoría, y la siempre creciente y variada colección conocida como el app store. Hace diez años la mayoría de estos bienes y servicios solo estaban disponibles en el mundo desarrollado; hoy casi cualquiera y en cualquier lugar puede tenerlos.
El coste de la energía también va a desplomarse en breve gracias a la mayor eficiencia de las placas fotovoltaicas. El transporte personal podrá compartirse gracias al blockchain y el de mercancías será autónomo. La inteligencia artificial asumirá muchas tareas automáticas que encarecen los servicios, tanto médicos como financieros o legislativos. La fabricación se democratizará gracias a las impresoras 3D y nos acabaremos convirtiendo en prosumidores (productores + consumidores).
En otras palabras, para vivir de forma medianamente confortable no será necesario ganar demasiado dinero. De hecho, gracias a las iniciativas de renta universal básica que ya se están experimentando, puede que ni siquiera necesitemos trabajar. O, al menos, no demasiadas horas al día.
Ante este panorama, ganar más dinero solo servirá para obtener bienes conspicuos o servicios exclusivos que nos desmarquen socialmente de nuestros semejantes. El dinero, en ese sentido, quedará más que nunca, porque será fácil de obtener y servirá para poco.

El dinero no te hace feliz

Pero no solo el dinero irá perdiendo progresivamente su valor, sino que éste ni siquiera fue tan rutilante como habíamos creído.
Cuando decimos que no tenemos tiempo para aprender algo nuevo o para leer un libro generalmente se debe a que estamos invirtiendo ese tiempo en ganar más dinero, directa o indirectamente. La mayoría de veces nos preocupamos en ganar más dinero porque creemos que así seremos más felices: podremos viajar más, comprar más cosas, disponer de una vivienda más confortable, adquirir ropa más cara y, en definitiva, cumplir todos esos sueños que reflejan los anuncios de la Lotería.
Una vez obtenido un mínimo para vivir cómodamente, el dinero extra apenas afecta a nuestro bienestar psicológico
Sin embargo, todos los experimentos que se realizan sobre el vínculo entre felicidad y dinero concluyen que, una vez obtenido un mínimo para vivir cómodamente, el dinero extra apenas afecta a nuestro bienestar psicológico. Por ejemplo, un estudio reciente ha sugerido que la gente que gana más de 90.000 dólares al año no es más feliz que la que está en la franja entre los 50.000 y los 89.999 dólares. Incluso ganar la Lotería tiene un efecto sorprendentemente efímero en nuestro bienestar, como explica Nicholas A. Christakis en su libro Conectados al comparar a estos agraciados con pacientes aquejados de una enfermedad:
En realidad, el seguimiento de personas que han ganado la lotería y de pacientes con daños en la médula espinal revela que, al cabo de un año o dos, esas personas no son más felices ni más tristes que los demás.

El artículo completo en:

Foro Económico Mundial

29 de julio de 2016

Experimentos para niños: Còmo hacer una impresora de dinero

Saludos

En esta oportunidad le traigo un experimento que impresionará mucho, sobe todo a los más pequeños de la casa, ideal para realizar en estas fiestas patrias con nuestros hijos: una impresoa que crea dinero!!!! (ualquier parecido con la "maquinita" de fines de los ochentas es pura coincidencia).

Sí. Solamente colocas un papel en blanco, mueves la manivela y listo!!!! Obtienes un billete real!!!! Obviamente que en todo esto hay un truco, pero lo que te divertirás cuando veas a tus amigos quedarse con la boca abierta...

En el video se explica todo, es muy sencillo. Pero si tienes menos de doce años debes realizar este experimento en compañía de un adulto ya que se empleará fuego y metal caliente, y nadie quiere que sufras quemaduras.


Hasta pronto

Leonardo Sánchez Coello
leonardo.sanchez.coello@gmail.com

18 de febrero de 2013

¿Adiós al efectivo?: las nuevas tecnologías y el fin del dinero


Dinero en efectivo

El dinero en efectivo podría tener los días contados.

El dinero en efectivo está sufriendo serios reveses, y su sustituto podría existir solo en nuestras pantallas.

La semana pasada, Canadá acuñó su último penique. Las países de la eurozona trabajan para restringir los pagos en efectivo, y la moneda electrónica Bitcoin esta en pleno auge.
Empresas tecnológicas como Square y iZettle se han embarcado en una misión antiefectivo, mientras que varias ONG, gobiernos, el Banco Mundial, pequeños comercios, multinacionales, desarrolladores de aplicaciones, hippies, liberales y gente de derecha, todos tienen agendas en las que incorporan alternativas al efectivo, y todos están intentando avanzar en el tema. 

Pero, como el mito de los autos voladores, las predicciones de un mundo sin efectivo tienen un largo historial de no cumplirse.

Esto es en parte debido a que el progreso se produce en fases lentas, y en parte porque el dinero físico es una tecnología que ha funcionado satisfactoriamente a lo largo de muchísimo tiempo.

Es rápido, aceptado ampliamente, anónimo y útil para contabilidad clásica y cuando falla la electricidad.

Y aun así, poderosas fuerzas se están alineando contra él.

Las iniciativas antiefectivo nos muestran una imagen de cómo sería un futuro sin dinero, e iluminan la promesa del dinero digital, sin tener en cuenta qué pasará con la moneda corriente tal como la conocemos hoy en día.
Más rápido, más barato…

La guerra contra el efectivo viene principalmente de tres frentes: las nuevas tecnologías, el escepticismo sobre la administración de las monedas soberanas y el creciente entusiasmo en las formas de pago alternativas, y un mayor escrutinio sobre el costo del uso de las monedas físicas.
"El dinero en efectivo es rápido, aceptado ampliamente, anónimo y útil para contabilidad clásica y cuando se ha ido la luz. Y aun así, poderosas fuerzas se están alineando contra él"
David Wolman

Entre los costes estarían: los esfuerzos por combatir el fraude y las falsificaciones, los camiones blindados, la seguridad bancaria, la evasión de impuestos, y otros crímenes relacionados con las monedas corrientes.

Las innovaciones en dinero digital, particularmente las herramientas relacionadas con los teléfonos celulares, ofrecen formas más fáciles y rápidas de pagar cuentas, comprar y vender productos, enviar y recibir dinero y hacer transferencias bancarias.

Las monedas alternativas, mientras tanto, se están moviendo desde la periferia al centro del debate, a medida que más y más gente se preocupa por el valor a largo plazo de las monedas corrientes.

La angustia frente a las monedas del gobierno ha hecho que la gente tradicionalmente se refugiase en el oro, y para muchos devotos del preciado mineral éste sigue siendo el único valor seguro, y para siempre.

Pero el oro no es la encarnación del valor. Es tan solo otro producto, aunque con una importancia histórica capital.

Todos los que apoyan este hecho, pero aun así desconfían de las monedas atadas a un banco central, buscan alternativas locales y en el mundo online, o electrónicas, como Bitcoin. 

Pero el aspecto quizás más importante de esta revolución monetaria es el reconocimiento de que los costes del uso de efectivo afectan principalmente a la gente que menos dinero tiene.

¿Cuándo fue la última vez que vio a un rico usar un cheque, mandar dinero a través de Western Union, o visitar a un prestamista?

El dinero en efectivo es caro no solo por el riesgo de que te roben al salir de un cajero automático, perder tus ahorros en un incendio, una inundación o por una pareja abusiva, es también caro por lo que se gasta en tiempo, comisiones y costes de oportunidad.

Para la mayor parte de la gente este costo es, principalmente, nominal.

Celular

Cada vez hay más gente que usa su celular para hacer pagos.

Pero para miles de millones de personas que subsisten con US$2 al día, no lo son.
Hacia la tecnología móvil

Las herramientas digitales proveen a millones de personas en todo el mundo con la oportunidad de evitar el efectivo. Y muchas la aprovechan.

Mucha gente está almacenando valor y haciendo transacciones por medios electrónicos en sus teléfonos celulares.

Por primera vez, gente atrapada en la economía informal puede evitar a prestamistas locales sin escrúpulos, ahorrar tiempo y dinero y beneficiarse de los servicios financieros básicos que todo el mundo da por hecho.

Y así se recluta a una mayor cantidad de gente para que participen en la llamada economía formal.

De hecho una cuenta bancaria, recibos electrónicos, pagos persona a persona, el acceso al crédito y a seguros… Todas estas herramientas de estabilidad económica dependen del dinero electrónico en alguna forma.

Sin todas estas oportunidades es mucho más difícil salir de la pobreza de manera permanente.

Realmente no importa demasiado si la marginalización del efectivo lleva a su extinción, lo que realmente importa es el potencial del dinero electrónico para mejorar las condiciones de vida de tantas personas.

Fuente:

BBC Tecnología

Contenido relacionado

31 de enero de 2013

¿Para qué servían en Roma las monedas en las que se representaban posiciones sexuales?

Igual que hace poco descubrimos una moneda de Roma con la forma de un jamón, ahora tenemos las spintriae, monedas o fichas en las que se representaban distintas posiciones sexuales en el anverso y una numeración en el reverso…

spintriae

¿Para qué se utilizaban este tipo de monedas?

Las versiones más conservadoras, y menos originales, establecen que las spintriae (acuñadas en la época de César Augusto y su hijo adoptivo Tiberio) se acuñaron como burla a la campaña de moralidad que implantó César Augusto. Según Suetonio, por tener alguna de estas monedas en las que se representase al emperador en un burdel o letrina, te podían acusar de alta traición. También se dice que podrían ser fichas de algún tipo de juego.

Pero yo me voy a quedar con otras versiones mucho más originales…

Sabiendo que en Roma tenían todo perfectamente organizado -la prostitución estaba regulada por la licentia Stupri- no me extrañaría nada que hubiesen sido utilizadas como fichas en los lupanares. Al entrar al lupanar, se pagaba al leno -el propietario- el servicio contratado, éste te entregaba la spintriae que representaba dicho servicio y en la que el número del reverso indicaba el habitáculo donde serías atendido. Sobre la puerta del habitáculo estaba pintado el número y en su interior tenían una cama de mortero sobre la que se colocaba un colchón de paja o plumón; unas lucernas y una palangana para asearse eran el único mobiliario. En el de Pompeya, todavía pueden verse los arañazos en sus paredes, idénticos a las que hoy pueblan los aseos de medio mundo, mostrando frases tipo “Varinia ama a Marcelo”, “el hornero es un felón”, “Craso la tiene de un palmo” o “Cato se tira a Lucila”…

Y puestos a darles utilidades -ésta rayando lo cómico-, se dice que las spintriae también podrían haber sido utilizadas por los legionarios. En sus conquistas por medio mundo, los legionarios tenían que tratar con gentes de diferentes lenguas que eran desconocidas para ellos, así que utilizando las spintriae le decían a los prostitutas locales el servicio que querían…

spintria1
spintria2
spintria7

Fuentes e imágenes: Coins Weekly, Historia del arte erótico, The Straight Dope


Tomado de:

Historias de la Historia

24 de enero de 2013

Y la historia se repite: La crisis del Imperio romano

«La principal lección de la historia es que los hombres no aprenden las lecciones de la historia» (Aldous Huxley).

En el siglo tercero después de Cristo el mundo sufrió un cambio climático. Hasta entonces el imperio Romano había disfrutado de un clima estable, cálido y húmedo, que incluso permitía el cultivo de la vid en Inglaterra, pero entre el año 200 y el 300 el clima se hizo más frío y seco, probablemente debido a varias importantes erupciones volcánicas registradas (ver bibliografía).

Como consecuencia del cambio climático la producción de cereal en Egipto, el norte de África y la península Ibérica, sus principales graneros, se redujo, como demuestran los registros. Al mismo tiempo las conquistas del Imperio Romano se habían detenido por falta de vecinos lo suficientemente ricos y débiles para que valiera la pena la expansión, y consecuentemente no había ingresos militares, pero los gastos militares no se redujeron sino que aumentaron. Las legiones debían mantenerse bien pagadas o se rebelaban y nombraban nuevos emperadores. La disminución de ingresos por debajo de los gastos y la reducción de cosechas provocaron la grave crisis económica del siglo tercero. La respuesta fue devaluar la moneda reduciendo su contenido en metales preciosos.






















           



La inflación es tan antigua como el dinero: Contenido en plata del denario romano durante
 la crisis fiscal del siglo III.

El efecto de disminuir el valor del dinero es siempre el mismo, los precios se disparan, la economía se resiente y disminuyen aún más los ingresos por impuestos. La siguiente respuesta fue aumentar los impuestos y se incrementó la burocracia destinada a producir y hacer cumplir leyes cada vez más numerosas y complejas con el objeto de extraer la mayor cantidad de riqueza posible de las clases productivas, mientras los muy ricos estaban exentos de impuestos. El comercio a larga distancia, la principal fuente de riqueza del imperio, se colapsó por el exceso de impuestos, la inseguridad de las rutas, el empobrecimiento de la clase media y la devaluación de la moneda. Los ciudadanos hartos de impuestos abandonaban los oficios para vivir de los subsidios y en general los habitantes de las ciudades, la marca distintiva del imperio, las abandonaban por el campo. Los terratenientes cambiaban las cosechas de exportación por productos locales utilizados en trueque. Las monedas de oro y plata desaparecieron, acumuladas para retener su valor en una economía en declive. Aún hoy en día se siguen encontrando tesoros enterrados por sus dueños en los turbulentos siglos III y IV, y que no pudieron recuperar, como el reciente tesoro de 159 monedas de oro en St. Albans (Inglaterra).


Algunas monedas del tesoro romano de St. Albans (UK), encontrado por un buscador novato en su primer día.

La posesión de tierra no era una solución al problema de los romanos. Fácilmente imponible, estaba además sujeta al pillaje de las bandas de bagaudae, peligrosísimos indignados anti-sistema de la época. Para evitar que las tierras se abandonaran surgieron leyes obligando a los que las trabajaban a seguir haciéndolo de por vida y haciendo que los hijos heredaran esa obligación, creando la servidumbre que dio origen al sistema feudal, que sería adoptado dos siglos más tarde por los invasores bárbaros, que no eran terratenientes sino nómadas pastoriles.

En el año 251 una plaga de viruelas (auténtico cisne negro) diezmó a la población complicando la situación. En el año 260, aprovechando la derrota y captura del emperador por los persas sasánidas, el imperio se rompió en tres estados, los imperios Romano, Gálico y Palmirano, en guerra entre ellos y contra los invasores que los atacaban en todas sus fronteras. La Dacia y los Campos Decumanos fueron abandonados y Mesopotamia entregada a los persas, territorios perdidos para siempre.


                  




















          



El 260 fue el momento álgido de la crisis, con el imperio roto en tres estados y bajo 
ataque por todos los frentes.

A partir del 270 Aureliano empezó a restaurar el imperio expulsando a los invasores y derrotando a los secesionistas. Pero Roma nunca volvería a ser la que fue. A pesar de que el clima empezó a mejorar, su sistema económico había quedado irremediablemente dañado. Los bancos habían quebrado en masa. No había dinero para reconstruir lo destruido. La Pax Romana era una quimera y las ciudades se rodeaban de murallas. El imperio era ingobernable y se hizo necesario dividirlo. El feudalismo se extendía con los terratenientes que oprimían a sus siervos al amparo del estado. Lo único que quedaba de la antigua Roma era su ejército que se transmutó en un ejercito de mercenarios dirigido por mercenarios.


Lea la historia completa en:

Ciclo Inversor

7 de enero de 2013

Este juego tiene ganancia esperada infinita. ¿Cuánto pagarías por jugar?

Estamos en época navideña y, por tanto, en una época en la que la lotería es protagonista, más protagonista que el resto del año. Principalmente la Lotería de Navidad, rodeada por un montón de mitos infundados, aunque también la Lotería del Niño tiene su lugar en estas fechas. Lotería de Navidad y Lotería del Niño, ambas, al igual que cualquier juego tipo lotería que se precie, con esperanza negativa. Es decir, ambas son juegos en los que el jugador tiene una ganancia esperada negativa, algo así como que el jugador espera perder dinero. Por ejemplo, la de la Lotería de Navidad es -0,3, lo que significa que por cada euro jugado esperamos perder 30 céntimos. Y con todo y con eso jugamos, y en ocasiones demasiado.
Para todos los que jugáis, y también para los que no jugáis, va la siguiente cuestión:
Si os ofrezco un juego con una ganancia esperada muy grande, ¿cuánto estaríais dispuestos a pagar por jugar?
Posiblemente muchos diréis que como máximo un poco menos de esa ganancia esperada. Bueno, es razonable. Ahora, ¿y si la ganancia esperada fuera infinita?
Un momento, ¿ganancia esperada infinita? Sí, infinita. Esto es, esperamos ganar una cantidad infinita de dinero si jugamos a este juego…Creo que ya va siendo hora de que os cuente de qué va el jueguecito:

El juego consiste en lo siguiente:
Tiro una moneda al aire. Si sale cara continúo tirando, hasta que sale la primera cruz (excluimos la posibilidad de que caiga de canto), momento en el que el juego termina. Si esa cruz ha salido en la tirada n yo te pago 2^n euros.
La pregunta es: ¿cuánto dinero estarías dispuesto a pagar inicialmente por jugar?
Antes de responder analicemos el juego con algo más de detenimiento. Si la primera cruz sale en la primera tirada el jugador gana 2^1=2 euros; si sale en la segunda tirada gana 2^2=4 euros; si es en la tercera 2^3=8 euros…Y así sucesivamente. Conforme aumenta el número de tiradas realizadas hasta la aparición de la primera cruz la cantidad a pagar sube considerablemente (recordad, no subestiméis el crecimiento exponencial). Por ejemplo, si la primera cara sale en la tirada 10 ya iríamos por 2^{10}=1024 euros a pagar. Después de estos datos repito la pregunta: ¿cuánto dinero estarías dispuesto a pagar inicialmente por jugar?

La esperanza del juego (es decir, la cantidad que esperamos ganar al jugar) puede ser una buena medida para decidir cuánto estaríamos dispuestos a pagar por jugar, ¿no? Pues vamos a calcularla. Recordemos que la esperanza de una variable aleatoria discreta (como la que tenemos entre manos) se calcula sumando los productos que se obtienen al multiplicar cada valor de la variable por la probabilidad de que se dé dicho valor. En nuestro caso, los valores de la variable son las ganancias obtenidas según la posición en la que salga la primera cruz (2 euros si es en tirada 1, 4 euros si es en la tirada 2, 8 euros si es en la 3,…), y la probabilidad de cada uno de ellos es la probabilidad de que la primera cruz salga en cada posición. Dicha probabilidad es:
  • 1/2 para la primera tirada, ya que tenemos dos casos posibles (cara y cruz);
  • 1/4 para la segunda tirada, ya que también tenemos dos casos posibles (cara y cruz), por lo que la probabilidad sería 1/2, pero para llegar a esta opción debió salir cara en la primera, hecho que tiene también probabilidad 1/2 de suceder. Como las tiradas son independientes (el resultado de una tirada no influye en el resultado de la siguiente), la probabilidad de que la primera cruz salga en la segunda tirada es 1/2 \cdot 1/2=1/4;
  • 1/8 para la tercera, por el mismo razonamiento anterior;
  • y así sucesivamente. En general, esta probabilidad, p_n, vale 1/2^n, siendo n la tirada en la que sale la primera cruz.
Ya podemos calcular la ganancia esperada al jugar a este juego:

E=2 \cdot \cfrac{1}{2} + 4 \cdot \cfrac{1}{4} + 8 \cdot \cfrac{1}{8} + \ldots=1+1+1+ \ldots \; (infinitas \; veces)= \infty

¡¡Ganancia esperada infinita!! ¡¡Esperamos ganar infinitos euros si jugamos!! Estaréis de acuerdo conmigo en que con estas condiciones deberíamos estar dispuestos a pagar cualquier cantidad de dinero, por grande que sea. Qué digo yo, ¿100000 euros por ejemplo? ¿No? ¿Os parece mucho? 

Veamos…¿10000? Sigue siendo demasiado…¿1000 euros quizás?

Estoy convencido de que la mayoría de vosotros seguirá pensando que todavía es demasiado dinero, aun teniendo una ganancia esperada de infinitos euros. Esta aparente paradoja es la razón por la que este juego es conocido como paradoja de San Petersburgo. Bueno, esto y la relación que en sus inicios tuvo con esta ciudad rusa. Parece ser que este problema fue planteado por primera vez por Nicolaus Bernoulli en 1713. Nicolaus pasó un tiempo reflexionando sobre él, pero en 1715, al ver que no obtenía resultados concluyentes, se lo pasó a su primo Daniel Bernoulli, que para Nicolaus tenía mayor capacidad matemática que él mismo. Éste, después de unos años de estudio y reflexión, publicó su análisis y su propuesta de solución en las Actas de la Academia de Ciencias de San Petersburgo en 1738. De aquí que esta paradoja lleve ese nombre.

Volvamos a nuestro juego-paradoja. ¿Cómo solucionamos el tema? Por un lado tenemos ganancia esperada infinita, pero por otro parece una locura pagar una cantidad muy grande (de hecho hasta lo parece con una cantidad relativamente grande) por jugar, ya que es bastante probable que la primera cruz salga bien pronto. Pues parece que no hay lo que podríamos llamar una solución de esta paradoja, aunque es cierto que sí se han realizado muchos estudios sobre ella y hay propuestas interesantes.

Daniel BernoulliPosiblemente la idea más interesante sea la que tuvo el propio Daniel Bernoulli, que fue considerar que una cantidad concreta de dinero no tiene el mismo valor para todo el mundo. Me explico: 1000 euros es algo extremadamente valioso para alguien que no tiene ningún tipo de recurso, pero no lo es tanto para alguien que sea millonario. Esto es, la utilidad del dinero es subjetiva, depende de la persona, por lo que el jugador decidirá qué cantidad máxima estaría dispuesto a jugar en función de la utilidad que para él tenga dicha cantidad de dinero. Este argumento puede parecer muy obvio y sin mucho interés, pero en la práctica ha derivado en lo que actualmente se conoce como teoría de la utilidad, introducida por Von Neumann y Morgenstern a mediados del siglo XX. De todas formas es cierto que argumentos como éste se adentran en muchas ocasiones en cuestiones de índole psicológica y abandonan en parte las matemáticas.

Hay otras ideas de estudio y propuestas de solución del juego, principalmente relacionadas con la imposibilidad de que puedan darse los infinitos resultados posibles del mismo o de que pueda existir una banca que pueda cubrir un posible premio descomunal. En los enlaces que podéis encontrar al final del texto podréis encontrar información sobre todo esto.

Y ahora os toca a vosotros: ¿qué os parece este juego? ¿Jugaríais? ¿Cuánto? Todas vuestras opiniones serán bienvenidas.


Fuentes y enlaces relacionados:


Fuente:

Gaussianos

22 de junio de 2012

La probabilidad de que al lanzar una moneda salga cara no es del 50 %

Si lanzáramos una moneda siempre con las mismas condiciones iniciales y con la misma fuerza inicial, las probabilidades de que el giro termine en cara o cruz son evidentemente iguales. Sin embargo, en el mundo real las cosas no son tan ideales.

En el mundo real, las probabilidades son de 51 % y 49 %, según si escogemos cara o cruz.

Dicha afirmación nace de una investigación de un equipo de estudiantes de la Universidad de Stanford, que registró en vídeo miles de lanzamientos de moneda con cámaras de alta velocidad. La cuestión es que lanzar una moneda al aire no es un proceso estrictamente aleatorio, tal y como explica John Lloyd en El nuevo gran libro de la ignorancia:
la mínima diferencia en las condiciones (velocidad y ángulo de giro, altura de la moneda respecto al suelo, qué cara está arriba para empezar), influirá sobre el resultado. La investigación de Satanford demostró que, al hacer el promedio de varios lanzamientos, los cambios eran lo bastante significativos para impedir una probabilidad del cincuenta-cincuenta.
Os parecerá que este estudio carece de importancia, a no ser que te dediques a los juegos de azar. Pero no es cierto. Por ejemplo, según la ley electoral británica, si el escrutinio termina en empate, el resultado se decide por sorteo. En las elecciones municipales británicas de 2010 hubo un empate de votos en Great Yarmouth y Bristol. En el primero, ganó el candidato que sacó la carta más alta de un mazo; en el segundo, un funcionario sacó un nombre de un sombrero. No es extraño imaginar que algún día lanzarán una moneda al aire.

Tal y como ya hacen en los partidos de fútbol.

Fuente:

24 de junio de 2010

El billete de dos dólares

Jueves, 24 de junio de 2010

El billete de dos dólares

¿Billete de dos dólares? ¿Pero eso existe?

Pues sí, si pretenden pagarte con un billete de dos dólares no se trata de ninguna broma. El tal billete existe. Lo que ocurre es que circula muy poco y, por ello, es muy poco o nada conocido fuera de los USA (incluso lo es poco dentro).

¿Y por qué circula poco? ¿Y cómo es?

Pues circula poco porque la producción de esta denominación es bastante escasa. Solamente un 1% de todos los billetes que se fabrican en Estados Unidos corresponden a la denominación de dos dólares, debido posiblemente a la ocurrencia de diferentes errores de impresión.

La práctica ausencia de la circulación de este billete ha originado un desconocimiento general sobre el mismo y ha devenido un billete impopular, precisamente porque mucha gente cree que han sido retirados de la circulación y ya no poseen valor alguno.

Esa rareza ha hecho también que los poseedores los atesoren y que circulen historias y mitos, carentes de fundamento, que afirman que es un “billete de la suerte”.

anverso

reverso

En cuanto a su aspecto, en el anverso aparece el retrato del 3er presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson (1801–1809), y en el reverso una reproducción de la obra La Declaración de Independencia de John Trumbull.

Nota sabionda: Pero no es ésta la única denominación, digamos, no habitual. Existen otros billetes que son auténticas rarezas y que fueron retirados de la circulación en 1969. El billete de 500 $ muestra el retrato de William McKinley, 25º presidente de los USA. El billete de 1.000 $ lleva el retrato del 24º presidente de los USA, Grover Cleveland. El billete de 5.000 $ con el retrato del cuarto presidente de los Estados Unidos de América, James Madison. El billete de 10.000 $, el mayor emitido para ser puesto en circulación entre el público, con el retrato del Secretario del Tesoro, Chase.
También está el billete de 100.000 $, que nunca fue puesto en circulación y que fue impreso como certificado de oro, como un dinero que el gobierno imprime para su uso exclusivo en determinados canales fiscales. El certificado de la imagen muestra la efigie del 28º presidente, Woodrow Wilson. Tan solo se imprimieron 42.000 de estos certificados y los únicos que se conservan no están a la venta. Los pocos certificados de 100.000 $ que se conservan están institucionalizados y pueden ser contemplados exclusivamente en museos.

www.sabercurioso.com

Entrada elaborada a partir de la información ofrecida aquí, aquí, aquí y en otros sitios más.



Tomado de:

Saber Curioso

1 de junio de 2010

¿Es posible predecir de que lado caerá una moneda?

Lunes, 01 de junio de 2010

¿Es posible predecir de que lado caerá una moneda?

Todos hemos jugado alguna vez a tirar una moneda y escoger cara y cruz. Pero ¿es posible predecir si saldrá cara o cruz? Pues en principio, sí.

Los mecanismos básicos de la acción de lanzar una moneda son relativamente sencillos, por lo que las ecuaciones resultantes pueden resolverse con un ordenador.

No obstante, un reciente estudio del profesor J. P. Cusumano y del doctor N. K. Hecht de la Universidad de Pensilvania ha demostrado que el estado final de la moneda sólo puede predecirse si la moneda se lanza con tan poco fuerza que apenas ascienda lo suficiente como para dar una vuelta completa.

Esto ocurre porque el movimiento de la moneda se vuelve caótico: es decir, si se producen errores ínfimos en la descripción del estado inicial de la moneda, éstos crecerán a una velocidad tal que daría al traste con cualquier esperanza de predicción sobre cómo caerá.

O dicho de otro modo: en un lanzamiento normal, el movimiento de la moneda será aleatorio y, por tanto, impredecible.

Con todo, ¿qué proporción de caras debería hacer sospechar a alguien que la moneda está trucada?

Esta misma pregunta se la formuló el antiguo capitán de críquet de Inglaterra Nasser Hussain, cuando tuvo una mala racha de 12 cruces en 2001. La probabilidad de algo así es de 1 entre 4.096, que es una probabilidad baja. Pero ¿es tan baja como para sospechar que hay trampa?

Ante este tipo de cuestiones, los científicos hace tiempo que se rigen por una regla que afirma que algo es estadísticamente significativo si la probabilidad de obtener el resultado observado simplemente por azar es inferior a 1 entre 20.

En el caso del lanzamiento de una moneda, eso significa que sacar 5 o más caras (o cruces) seguidas debería levantar sospechas sobre la integridad de la moneda. Por tanto, el sesgo tiene que evitar parecer una racha ininterrumpida de caras: si una serie de 100 lanzamientos incluye al menos 64 caras, independientemente del orden, también se consideraría estadísticamente significativo.

La proporción necesaria para levantar sospechas se va acercando cada vez más al 50 % a medida que se realizan lanzamientos (lo que refleja que, si la moneda es íntegra, la proporción de caras deberá ir acercándose también cada vez más al 50 %): para 1.000 lanzamientos es del 52,7 %, mientras que para 10.000 lanzamientos un 50,83 % debería levantar sospechas de acuerdo con las reglas científicas.

Sin embargo, los estadísticos tampoco están muy de acuerdo con esto. Por ejemplo, en el caso de Nasser Hussain, ¿por qué con tan mala racha debería ponerse el grito en el cielo? Porque las tiradas se produjeron en diferentes lugares y momentos y con diferentes personas, de modo que cabe concluir que no hay ningún engaño o conspiración y que todo ha sido una casualidad.

A pesar de todo, muchos científicos siguen empeñados en creer ciegamente en la regla del 1 entre 20 para encontrar ocurrencias significativas en determinados hallazgos.

Vía | ¿Por qué la araña no se queda pegada a la tela? de Robert Matthews

Fuente:

Gen Ciencia

6 de octubre de 2009

Los primeros billetes de la historia



Miércoles, 07 de octubre de 2009

Los primeros billetes de la historia


El dinero de papel apareció, cómo no, en China en el siglo VII, aunque no se instauró su uso oficial hasta el año 812. Sin embargo, los ejemplares más antiguos que se conservan proceden del siglo XIV.

Los 
primeros billetes europeos se fabricaron en Suecia, en el año 1661. Los imprimió el cambista Johan Palmstruch, que los entregaba como recibo o resguardo a quien depositaba oro o plata en el Banco de Estocolomo que, por cierto, él mismo había fundado. A España llegaron en 1780, durante el reinado de Carlos III, y su uso se popularizó rápidamente por ser mucho más cómodo de llevar. Así no hacía falta cargar con la famosa bolsa llena de monedas, mucho más llamativa y pesada. 

Aunque en esencia no deja de ser otro tipo de moneda, en el lenguaje cotidiano reservamos el nombre de moneda para las piezas de metal y el de 
billete para las de papel. O incluso plástico, material del que se fabrican los billetes de 20 y 50 pesos que circulan desde 2002 en México. Allí prefieren el polímero al papel porque los billetes de ese material duran más, son más limpios y más difíciles de falsificar.

Fuente:

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