Latest Posts:

Mostrando las entradas con la etiqueta medio ambiente. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta medio ambiente. Mostrar todas las entradas

7 de mayo de 2019

"Gran parte de la naturaleza ya está perdida, y lo que queda continúa en declive", según la ONU

¿Qué estamos haciendo con nuestro planeta? Estas son las conclusiones tras un proyecto de estudio de 1.800 páginas según la Organización de las Naciones Unidas.

Los expertos de la ONU sobre la biodiversidad hicieron un informe que enumera los ecosistemas devastados, el agua contaminada, el aire viciado y las miles de especies con amenaza de extinción. Este es un proyecto de la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPBES).

Gracias a la naturaleza es que el hombre tiene agua, alimentos, energía, minerales y medicamentos. Entonces, ¿Qué estamos haciendo para cuidar el planeta? ¿Cuando vamos a dejar de destruirlo? 

Para mencionar uno de los trabajos de la naturaleza, está la producción agrícola, la cual se encuentra en constante alza y la pesca que ha aumentado un 50% en los últimos 50 años. Asimismo, más de 2.000 millones de personas usan la madera como fuente de energía. Entre el 25 a 50% de los productos farmacéuticos provienen de la naturaleza. La vegetación es de vital importancia en nuestras vidas, pues filtran el agua y el aire, además, junto al océano absorben más de la mitad de las emisiones de CO2. 

Explotación y contaminación

A pesar de ello, el hombre está explotando y contaminando la naturaleza como nunca antes en la historia.

"Hoy en día el 75% del medio ambiente terrestre, el 40% del medio ambiente marino y 50% de los cursos de agua presentan signos importantes de degradación", afirma el proyecto de informe. 

Más de 40% de las tierras son ahora agrícolas y urbanas, y sólo el 13% de los océanos y 23% de las tierras están clasificados como "vírgenes", en lugares muy aislados o improductivos. 

El deterioro de los suelos redujo la productividad agrícola en más del 20% de la superficie terrestre, afectando a más de 3.000 millones de personas. 

"Más de un tercio de las tierras y tres cuartas partes de los recursos de agua son utilizados para la producción agrícola y ganadera", de acuerdo con el texto. 

Y la agricultura continúa expandiéndose, sobre todo "a expensas del bosque tropical". 

Además, entre 1990 y 2015, la cobertura forestal mundial bajó cerca de 6%, de 4.280 millones de hectáreas a 3.990 millones. 

Más de 80% de las aguas servidas del planeta son vertidas en el medio ambiente sin tratamiento y al mismo tiempo de "300 a 400 millones de toneladas de metales pesados, aguas residuales tóxicas y otros desechos son arrojados por año al agua". Asimismo, "el 40% de la población del globo no tiene acceso a agua limpia y potable". 

Los océanos, es donde se vierten cada año millones de toneladas de plástico. Los 70.000 navíos de la flota de pesca industrial cubren ahora "al menos el 55% de los mares". Además, "cerca del 75% de las principales reservas de peces" se encuentran actualmente agotadas o sobrexplotadas.  

Consecuenciencias
 
Cerca del 25% de las 100.000 especies estudiadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) están clasificadas en peligro de extinción, y 872 se han extinguido desde hace 500 años.

Pero el informe del grupo de expertos del IPBES es mucho más dramático: entre 500.000 y un millón de especies estarían hoy en día en peligro. Y los científicos, que utilizan otro método de estimación basado en la desaparición de los hábitats, llegan a la cifra probablemente "prudente" de medio millón, entre ellos 3.000 vertebrados y más de 40.000 plantas. 

Estas especies están "muertas en suspenso", porque ya se encuentran probablemente "condenadas a la desaparición" a raíz de los daños provocados a su hábitat. 

 

BBC: 4 gráficos que muestran la "alarmante" degradación de la biodiversidad del planeta


La tala de bosques, el saqueo de los mares y suelos, y la contaminación del aire y el agua están llevando al mundo natural al borde del abismo.

Este lunes, la ONU presentó un nuevo informe sobre el estado de la biodiversidad del planeta.

El estudio señala que la destrucción de la naturaleza se está dando a una velocidad nunca antes vista y nuestra necesidad de más alimentos y energía son los principales impulsores.

Un millón de especies animales y vegetales están ahora en peligro de extinción.

Esto es lo que sabemos sobre la salud del planeta en términos de biodiversidad, la
variedad de seres vivos en la Tierra y los ecosistemas a los que pertenecen.

1. La biodiversidad del planeta está desapareciendo rápido

La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) es una medida crítica de nuestro impacto en la naturaleza.

Casi 100.000 especies forman parte de este inventario de especies amenazadas. De estas, más de un cuarto están en peligro de extinción, desde los lemures de Madagascar hasta anfibios como ranas y salamandras, y plantas como coníferas y orquídeas.
Los científicos creen que la Tierra se dirige hacia un "evento de extinción masiva", el sexto en los últimos 500 millones de años.

"Ahora tenemos pruebas abrumadoras de que estamos perdiendo especies a una velocidad alarmante", le dijo a la BBC el profesor Alexandre Antonelli, director de ciencia en el jardín botánico de Londres, Kew Gardens.

Según las estimaciones, las tasas de extinción actuales son aproximadamente 1.000 veces más altas que antes de que aparecieran los humanos.

2. Pérdida de hábitat, cambio climático y contaminación, las mayores amenazas

Según un estudio reciente, si bien el cambio climático es una amenaza creciente, los principales impulsores del declive de la biodiversidad continúan siendo la pérdida de hábitat natural para obtener alimentos, combustible y madera, y la sobreexplotación de plantas y animales por parte de los humanos a través de la tala, la caza y la pesca.

La tala insostenible está contribuyendo a la disminución de la talla de los monos de Myanmar, mientras que la expansión de la agricultura está expulsando a animales como el guepardo.

"Los gobiernos se han centrado en el cambio climático mucho más que en la pérdida de biodiversidad o la degradación de la tierra", dijo a la BBC el presidente de IPBES, el profesor Bob Watson.

"Los tres son igualmente importantes".

Lea el artículo comleto en: BBC Mundo
 

6 de mayo de 2019

¡A cazar el CO2!

El calentamiento global necesita que se frenen las emisiones de gases contaminantes y también retirar los que ya están en la atmósfera.



El calentamiento global es el gran reto medioambiental de este siglo. La previsión de aumento de la temperatura se debe a la concentración de gases contaminantes, principalmente metano y dióxido de carbono (CO2). El Acuerdo del clima de París se comprometió a reducir estas emisiones, pero los expertos indican que no es suficiente. “Hay que retirar el CO2 que ya está en la atmósfera”, asevera el profesor de Química ambiental de la Universidad de Barcelona (UB), Xavier Giménez. Su equipo de investigación trabaja en el desarrollo de materiales porosos que capturen este gas. El docente también es autor del libro Matemáticas y cambio climático. Cuidar el planeta con cálculo superior, que pertenece a la colección de EL PAÍS Grandes Ideas de las matemáticas.

La atmósfera contiene un 0,04% de CO2. Parece muy poco, pero Giménez advierte que impera deshacerse de él. “Es muy complicado porque estamos hablando de muy poco y limpiar algo que casi está limpio, cuesta mucho energéticamente hablando”. Su grupo se encuentra analizando qué materiales retienen mejor este gas mediante simulaciones computacionales. La propuesta de uso será la de crear grandes árboles que configuren un bosque artificial. “Si se exponen al viento, al pasar a través del material, se capturaría el CO2”, explica. Este gas puede utilizarse como aditivo para bebidas o componente de combustibles, entre otras opciones.

El desarrollo de este tipo de soluciones se viene investigando desde hace décadas, aunque la captación de dióxido de carbono no compensaría su emisión. La clave, además de dar con un compuesto capaz de absorber el gas, sino que no sean precisas grandes cantidades de energía. Tampoco productos contaminantes, como las aminas, compuestos derivados del tóxico amoniaco, que actualmente se emplean en técnicas que evitan las emisiones de carbono.

Algunas industrias que liberan este gas con su actividad han implementado acciones para retenerlo y devolverlo a su origen. En 1996 se inauguró el proyecto Sleipner CCS (carbon capture and storage), en Noruega, el primero que tenía como objetivo almacenar CO2. La empresa Statoil Hydro comenzó a explotar un yacimiento de gas natural, el cual contiene hasta un 9% de este compuesto. La compañía lo depura y vuelve a inyectarlo bajo el lecho marino de la zona, de donde extrae el gas natural.

A nivel mundial se capturan más de 30 millones de toneladas de CO2 anualmente gracias a instalaciones de este tipo, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA en sus siglas en inglés). Más del 70% de estas capturas ocurre en Norteamérica. La IEA calcula que los costes de extracción varían desde los 20 dólares por tonelada (unos 17,50 euros) —si la fuente es de alta pureza, como un yacimiento de gasta natural— hasta los 100 dólares por tonelada (87,70 euros). EE UU, frente a la paradoja negacionista del cambio climático de su presidente, Donald Trump, impulsó el pasado abril ventajas fiscales para quienes aplicasen estas técnicas.

 El origen es químico

La comprensión del funcionamiento del cambio climático, así como el desarrollo de soluciones para combatirlo tiene su origen en la química y las matemáticas. “La química participa en toda una serie de casos y procesos absolutamente críticos para poder entender cómo se comporta el clima”, explica el profesor Giménez. “Sin conocer la estructura química de los gases invernadero y su comportamiento no se puede entender el problema”.

Una vez identificados estos fenómenos, la formulación físico-química se produce en lenguaje matemático. “Es lo que permite tener capacidad predictiva”, apunta Giménez. Los modelos no son infalibles y solo se demuestra su eficacia con el tiempo. En los años 70 se describió el desarrollo del deterioro de la capa de ozono. Las siguientes décadas fueron las que confirmaron que los modelos eran correctos. Por este motivo los modelos matemáticos que estiman un aumento de temperatura de entre 1,5 y 2 grados se revisan continuamente. “Se puede discutir si son más acertados o no, pero el cambio climático existe, eso es incuestionable”, zanja. Reconoce que lo que no se puede asegurar es cuánta culpa tiene la acción del ser humano sobre él, pero matiza que este “no puede perturbar el ambiente de tal forma que pueda llegar a causar un problema grave”.

Giménez considera que todos los problemas de este tipo “o se han resuelto o están en vías de hacerlo”. Aunque advierte: “Excepto el calentamiento global. Es el único problema que aún no tiene un horizonte de solución y eso es porque aún no estamos haciendo lo suficiente”.

Tomado de: El País (España)

6 de abril de 2019

Esta escuela fue hecha a mano y es completamente sustentable


Cuando la arquitectura se combina con el ingenio humano es capaz de salvar y transformar vidas, y eso es lo que el proyecto InsideOut, creado por el arquitecto italiano Andrea Tabocchini.

Conocida como la escuela de ”adentro hacia afuera”, el edificio fue construido durante sólo 60 días en Yeboahkrom, un pueblo rural en Ghana, donde los vientos habían destruido la única escuela en la región. Utilizando sólo tierra y madera, el proyecto costó alrededor de 12 mil euros en total, y el resultado es un triunfo humano y arquitectónico.




Al reunirse con voluntarios locales y otros 20 países, ante la ausencia de energía eléctrica en el sitio, InsideOut fue hecha a mano, y utilizando material disponible en el àrea. 58 kilos de tierra fueron transportados manualmente y cerca de 3 kilómetrs de madera fueron moldeados. La propia falta de recursos y posibilidades de la región de Yeboahkrom sirvieron como la oportunidad perfecta para un increíble proyecto de arquitectura sustentable.

Las paredes fueron hechas compactando tierra sobre una estructura de madera, y la propia naturaleza del edificio ofrece iluminación y ventilación naturales.

Rompiendo los límites entre el exterior y el interior, y al mismo tiempo ofreciendo abrigo y protección necesarios para que la escuela funcione, InsideOut es un modelo funcional, ecológico y sostenible que no sólo puede reproducirse en todo el mundo.

El artículo completo en: Nation (México)

2 de abril de 2019

Cambio climático: cómo nuestro cerebro nos paraliza ante el calentamiento global (y cómo burlarlo)


El resultado del aumento de la temperatura global es un clima más extremo, con más sequías e inundaciones. 
 
Sabemos que el cambio climático es una realidad. 

También sabemos que es el resultado del aumento de las emisiones de carbono causado por actividades humanas como la degradación de la tierra y la quema de combustibles fósiles. 

Y sabemos que es urgente tomar medidas.

Un informe reciente de expertos internacionales advierte que es probable que la temperatura global aumente 1,5°C en tan solo 11 años. 

Si es así, habrá "mayores riesgos para la salud, los medios de vida, la seguridad alimentaria, el suministro de agua, la seguridad humana y el crecimiento económico". 

Los expertos también aseguran que el aumento de la temperatura ya alteró profundamente los sistemas humanos y naturales. 

El resultado es un clima más extremo, la fusión de los casquetes polares, el aumento del nivel del mar, sequías, inundaciones y pérdida de biodiversidad.

Pero toda esa información no fue suficiente para cambiar nuestros comportamientos lo suficiente como para detener el cambio climático. 

Y eso se debe en gran parte a nuestra propia evolución. Los comportamientos que en el pasado nos ayudaron a sobrevivir ahora nos perjudican.

Sin embargo, hay que recordar una cosa. Si bien ninguna otra especie evolucionó tanto como para crear un problema tan grande, también es verdad que ninguna otra especie evolucionó con unas capacidades tan extraordinarias para resolverlo.

La gestión de la información
 
Carecemos de la voluntad colectiva para abordar el cambio climático debido a la forma en que nuestros cerebros evolucionaron en los últimos dos millones de años.

"A los humanos nos cuesta muchísimo comprender los cambios a largo plazo", dice el psicólogo político Conor Seyle, director de investigación de One Earth Future Foundation, una incubadora de programas dedicada a fomentar la paz.

"Evolucionamos para concentrarnos en las amenazas inmediatas. Sobreestimamos las amenazas que son menos probables de materializarse pero más fáciles de recordar, como el terrorismo, y subestimamos las amenazas más complejas, como el cambio climático", añade.

En las primeras fases de la existencia humana nos enfrentamos a una avalancha de desafíos diarios para nuestra supervivencia y capacidad de reproducción, desde depredadores hasta desastres naturales. 

Pero gestionar demasiada información puede confundir al cerebro, lo que nos lleva a la inacción o a malas decisiones que nos pueden poner en peligro.

Por eso nuestros cerebros evolucionaron para filtrar información rápidamente y centrarse en lo que es más esencial para nuestra supervivencia y reproducción.

Esta evolución aseguró nuestra capacidad de reproducción y supervivencia ahorrando tiempo y energía a nuestros cerebros a la hora de gestionar vastas cantidades de información.

Qué son los sesgos cognitivos

Estas mismas funciones evolutivas se vuelven menos útiles en la época moderna y provocan errores en la toma racional de decisiones. Es lo que se conoce como sesgos cognitivos. 

"Los sesgos cognitivos que aseguraron nuestra supervivencia inicial hacen que sea difícil abordar los complejos desafíos a largo plazo que ahora amenazan nuestra existencia, como el cambio climático", dice Seyle.

Los psicólogos han identificado más de 150 sesgos cognitivos compartidos por todos. De estos, algunos son particularmente importantes para explicar por qué carecemos de la voluntad de actuar en relación con el cambio climático.
  • Descuento hiperbólico. Se trata de nuestra percepción de que el presente es más importante que el futuro. Durante la evolución era más ventajoso centrarse en lo que podía matarnos o comernos inmediatamente, no más tarde. 
  • La falta de preocupación por las generaciones futuras. Si bien entendemos lo que hay que hacer para parar el cambio climático, nos cuesta pensar que los sacrificios necesarios para las generaciones futuras valen la pena.
  • El efecto espectador. Tendemos a creer que ya se ocupará de las crisis otra persona. Cuanto más grande es el grupo, más fuerte se vuelve este sesgo.
  • La falacia del costo hundido. Estamos predispuestos a mantener nuestro rumbo incluso frente a resultados negativos. Cuanto más tiempo, energía o recursos hemos invertido en este rumbo, más probabilidades tenemos de mantenerlo, incluso si ya no parece óptimo. Esto ayuda a explicar, por ejemplo, la dependencia de los combustibles fósiles.
Estos sesgos cognitivos evolucionaron por una buena razón, pero ahora limitan nuestra capacidad para responder a lo que podría ser la crisis más grande que la humanidad haya creado.

Capacitados para revertir la situación

La buena noticia es que nuestra evolución biológica también nos dotó de las capacidades para enfrentarnos al cambio climático.

En comparación con otros animales, podemos decir que somos únicos a la hora de recordar eventos pasados y anticipar escenarios futuros.

Individualmente a menudo actuamos según estos planes, cuando por ejemplo invertimos en cuentas para la jubilación.

Desafortunadamente, esta capacidad de planificación de cara al futuro desaparece cuando se requiere una acción colectiva a gran escala, como es el caso del cambio climático. 

Y cuanto más grande es el grupo, más difícil se vuelve. ¿Recuerdas el efecto espectador?
Pero, en grupos pequeños, la cosa cambia.

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

16 de marzo de 2019

Investigadoras arequipeñas elaboran biocuero a base de microorganismos vivos

Emprendimiento de moda sostenible representará al Perú en competencia internacional.


Un grupo de investigadoras arequipeñas ha desarrollado una novedosa tecnología para producir biocuero, un producto similar al cuero, producido a base de microorganismos vivos desarrollados durante su trabajo de laboratorio.

Jacqueline Cruz, una de las intrigantes del equipo señaló que han desarrollado 19 cepas diferentes que se alimentan de plantas y frutas, y que en un periodo de tres semanas pueden producir el biocuero.

Producto cuya textura es similar al cuero, con una suavidad incomparable al tacto, con la misma transpirabilidad que el cuero, porque como el cuero animal proviene de microorganismo vivos, comentó Cruz.

Al mismo tiempo, dijo que durante las pruebas realizadas al producto se pudo determinar que el biocuero puede transformarse en diversas texturas, colores y resistente a temperaturas de 100 grados Centígrados.

La calidad del producto fue sometido también a pruebas de resistencia, elasticidad y otras pruebas de calidad en un laboratorio del país, así como en el extranjero. El material fue enviado a un laboratorio en San Francisco, Estados Unidos que certificó la calidad del biocuero.

Otra característica que hace el producto aún más novedoso es que es biodegradable y los residuos de su proceso pueden ser utilizados como compost líquido. Es decir, es un producto ecoamigable con el medio ambiente.
 
 

1 de marzo de 2019

Tokyo 2020: medallas olímpicas se fabricarán a partir de chatarra electrónica

El país organizador de los Juegos Olímpicos Tokyo 2020 fabricará las medallas con desechos electrónicos reciclados. Japón recolectó celulares y computadoras en desuso.

“Seamos mejores, juntos, para el planeta y la gente”, es el lema de Tokyo 2020

En Tokyo 2020, las medallas para los Juegos Olímpicos de este año serán fabricadas a partir de un material reciclado, como una medida para el “bienestar del planeta”. A fin de reunir el material necesario, Japón lanzó una campaña para recolectar celulares y computadoras malogrados o en desuso.

El ‘Medal Project’ fue lanzado por Japón en abril de 2017, debido a que Tokio fue elegida como la ciudad para albergar los Juegos Olímpicos 2020. Este programa gubernamental tenía como fin conseguir una cantidad considerable de ‘basura’ electrónica.

Japón logró recolectar teléfonos inteligentes, cámaras digitales, juegos portátiles y computadoras. Hasta noviembre del año pasado, unas 2400 tiendas NTT DOCOMO y 1594 autoridades municipales actuaron como centros de acopio.

Hasta octubre de 2018 se recolectó el 93,7% de oro, 85,4% de la cantidad requerida de plata y el 100% de bronce. Se recolectaron “aproximadamente 47,488 toneladas de dispositivos descartados y más de 5 millones de teléfonos móviles usados”, según la página oficial de Tokyo 2020.

Esto significa que Japón recolectó 2,700 kg de bronce para los Juegos Olímpicos Tokyo 2020. Además, ha recolectado 3,500 kg de los 4,100 kg de plata que se requieren.

El Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio, Japón, anunció que se espera que se alcance la meta de recolección para reciclar los dispositivos electrónicos hasta el 31 de marzo de 2019, el plazo final.

El uso de materiales electrónicos reciclados para los Juegos Olímpicos de este año está en consonancia con el lema de Tokyo 2020: “Seamos mejores, juntos, para el planeta y la gente”.


Tomado de: La República (Perú)

10 de febrero de 2019

Colombia: una represa casi seca el río Cauca

Aquellos que lo conocen bien señalan que nunca antes vieron algo así.

El río Cauca, el segundo más importante de Colombia, está irreconocible para ellos; reducido apenas al 20% de su gran caudal tradicional.

¿El motivo? Además de la temporada de sequía en la región, la principal causa señalada por los expertos y los pobladores de la zona es el cierre de las compuertas de la cuestionada represa de Hidroituango la que afectó severamente el vertimiento de agua en el sistema hídrico.

El Cauca cruza siete departamentos colombianos de sur a norte, abriéndose paso entre las montañas del país y decenas de municipios y poblaciones que basan en él sus actividades económicas como la pesca, la pequeña minería y la agricultura.

"Jamás lo vimos así, en ninguna temporada de ningún año. El río tenía profundidades de varios metros y ahora hay lugares en los que apenas te mojas los zapatos como nunca antes. Nunca un río tan caudaloso y grande como el Cauca estuvo así", lamenta Jorge Guisao, líder social del municipio de Ituango y uno de los afectados.

Las poblaciones más afectadas se encuentran en el norte del departamento de Antioquia, en el centro de Colombia.

¿Qué pasó?

El 5 de febrero se decidió cerrar la única compuerta que quedaba abierta de la represa de Hidroituango, lo que impidió que el caudal del río Cauca siguiera su paso a través de ella.
La decisión fue tomada por Empresas Públicas de Medellín (EPM), entidad que es socia del proyecto hidroeléctrico junto a la gobernación departamental de Antioquia, ante el riesgo de que la presión del agua comprometiera la resistencia de la estructura de la represa.

Bastaron menos de 24 horas desde que se hizo efectivo el cierre del paso de agua para que los pobladores de las zonas aledañas denunciaran que "el Cauca se está secando" y que los peces agonizaban sobre las rocas por la reducción del caudal.

"Estamos asistiendo a un crimen ambiental en Colombia. Nunca habíamos presenciado que se mate un río con la complicidad de las instituciones sin que se haga nada y que se diga que es por beneficiar a las comunidades", afirmó Isabel Zuleta, del Movimiento Ríos Vivos de Antioquia desde Puerto Valdivia, en las orillas del Cauca.

La activista añade que el río en la actualidad no se parece en nada al que conocieron y que las poblaciones de la zona no fueron consultadas sobre el tema.

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

4 de febrero de 2019

Brasil: Contaminación por colapso de dique minero “mata” a un río

São Joaquim de Bicas. Antonia Alves tiene 88 años, la piel endurecida por el sol y una corona de plumas blancas y moradas rodeándole la cabeza. Dice que no ha tenido una vida fácil, que nacer indígena en Brasil multiplica el sufrimiento, pero que hasta hace unos días nunca había visto morir un río ante sus ojos.

 
Eso ocurrió cuando el lodo del dique minero que se rompió en Minas Gerais llegó al río Paraopeba, tras arrasar la región de Brumadinho, dejando hasta el momento 110 muertos y 238 desaparecidos.

El agua, ahora de un café enfermo y un fuerte olor a pez muerto, trae hasta Nao Xoha, una aldea abrigada por la mata atlántica a 22 kilómetros de donde reventó la represa, el rastro de una tragedia a la que nadie ha escapado en esta tierra forrada de minerales.

"Es muy triste, porque el río era de lo que nosotros vivíamos, donde nos bañábamos, sacábamos agua, lavábamos la ropa, pescábamos... Los indios viven del pez, de la caza", lamenta Antonia con voz pausada.

"Está oliendo mucho y sacamos (peces) de gran tamaño muertos porque aquí todos pescábamos. Ahora nos quedamos sin ese alimento", explica igualmente Jocélia Josi, una vecina de 46 años, que todavía aguarda que su hija y su nieto de tres meses regresen de Belo Horizonte, adonde fueron evacuados tras el desastre.

Es la hora de almorzar en Nao Xoha -que significa "espíritu guerrero"- y Antonia y su marido Gervasio, un sereno anciano de 93 años, aguardan a que su hija acabe de preparar la comida a las puertas de su modesta cabaña.

Pero hoy no es un día normal. Nada lo es en el corazón de Minas Gerais desde que el viernes pasado reventara el dique I, afectando a esta aldea donde vivían 27 familias. Sin médico asignado, un doctor llega para chequear el estado de las 15 personas que no fueron evacuadas, mientras voluntarios traen agua y artículos básicos hasta esta comunidad sin electricidad que ahora se ha quedado sin río.

Para llegar hasta aquí, hay que caminar por una vía donde un tren pasa cargando mercancía y adentrarse en el frondoso bosque tropical.

"Resistencia"

El tsunami de casi 13 millones de metros cúbicos de lodo arrasó el viernes 25 de enero unos nueve kilómetros antes de alcanzar el río. Y su impacto se extendió mucho más allá de la losa de barro bajo la cual los bomberos siguen buscando cuerpos.

El gobierno de Minas Gerais alertó de que el agua presenta riesgos para la salud y organizaciones como WWF predijeron que las secuelas ambientales se sentirán por años.
"Nos han quitado parte de nuestra reserva, mataron una parte, pero somos un pueblo de resistencia y no vamos a salir de aquí. Vamos a continuar, aunque el río haya muerto. La naturaleza depende de nosotros, para que la preservemos", afirma el cacique Háyó Pataxó Hã-hã-hãe, portando una exuberante corona de palmas.

Acaba de mantener otra reunión con la Funai (el organismo federal a cargo de asuntos indígenas) y aún no puede adelantar las acciones que emprenderán contra la minera Vale. Solo sabe que los Pataxó resistirán, como llevan haciendo desde hace siglos.

Originaria del sur de Bahía (nordeste), la comunidad llegó a estas tierras demarcadas hace más de un año y no piensa abandonarlas.

"Es una falta de respeto hacia nosotros", afirma Tahh'a, un fornido vigilante de 55 años, frunciendo las pinturas negras de su cara.

"La gran pérdida para nosotros son los peces, porque la caza no está permitida aquí", añade, con una estaca puntiaguda en la mano y un machete colgando del pantalón tras realizar una de sus batidas diarias para preservar el bosque de agresiones.

Justicia

La peor, sin embargo, sigue bajando desbocada por el cauce y, aunque todavía no se conoce su alcance, los precedentes son pésimos. Nadie olvida la destrucción del preciado río Doce, que a unas centenas de kilómetros quedó arrasado por la tragedia de Mariana, la mayor catástrofe ambiental de Brasil. Demasiado daño en solo tres años.

"Quiero decirle no solo a Vale, sino a los gobernantes, que castiguen a los culpables que hicieron esto con nuestra nación indígena, con los agricultores y con los familiares que perdieron a su gente allí dentro", pide el joven cacique Háyó, de 29 años.

"¿Cuánto más van a tener que matar para que la Justicia venga a tomar medidas?", lanza.
Hija de la poderosa naturaleza brasileña, Antonia no había visto tanta destrucción desde que un incendio mató a tres niños de la aldea en Bahía. Sus ojos clareados aún se encogen al recordarlo.

Ahora las víctimas pueden sobrepasar las 340 y el daño ambiental es incalculable.
"Es una gran tristeza. ¿Cuándo va a limpiarse ese río? ¿Cuándo tendrá nuevamente a sus pececitos?".

Nadie tiene respuestas,

 

3 de febrero de 2019

7 razones por las que el Congreso peruano debe ratificar el Acuerdo de Escazú


Han pasado cuatro meses desde que la ministra del Ambiente, Fabiola Muñoz, firmara  en representación del Estado peruano ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el Acuerdo Regional sobre Acceso a la Información, Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales, conocido como Acuerdo de Escazú.

Este compromiso debe ser ratificado por 11 países para que entre en vigencia. Frente a ese escenario y considerando la importancia para el Perú y los demás países de América Latina que el Acuerdo de Escazú sea implementado, la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) propone al Gobierno peruano priorizar en su agenda y la del Congreso de la República la ratificación e implementación del Acuerdo de Escazú a través de un proceso transparente y participativo, por los siguientes motivos:

1. Porque los derechos de acceso a la información, participación pública y justicia son derechos fundamentales inherentes a las personas, permiten el ejercicio de otros derechos, actúan como garantes para su reconocimiento y trascienden la materia ambiental, por lo que deben ser reconocidos, fortalecidos y garantizados.



2. Porque en el contexto de urgencia de reconstruir la democracia y hacer frente a los actos de corrupción que afectan al desarrollo del país, los derechos de acceso contribuyen en la construcción de la democracia y gobernanza ambiental en el Perú y afianza la relación entre el Estado, las poblaciones y las entidades privadas en la gestión ambiental.



3. Porque reafirma los compromisos del Estado peruano con los ciudadanos y las ciudadanas para asegurar el ejercicio de sus derechos a través de la creación y facilitación en el acceso a herramientas.



4. Porque la institucionalidad peruana de gestión de información es joven y las herramientas de transparencia son precarias. Su fortalecimiento debe ser priorizado a través de medidas que fomenten la difusión proactiva de información relevante sobre el ambiente, los recursos naturales, su aprovechamiento y manejo; y la rendición de cuentas de las entidades públicas.



5. Porque el 63.6%[1] de conflictos sociales en el Perú es de carácter ambiental y es imperativo estrechar los puentes entre el Estado y la población, a través de la participación pública, para fortalecer la confianza y legitimizar procesos de diseño de políticas, normas, programas y toma de decisiones sobre la gestión de los recursos naturales, además de para crear relaciones de cooperación por el desarrollo del país.



6. Porque la justicia es el principio moral que ordena actuar con respeto a la equidad y en cumplimiento de los derechos de las personas; y el acceso a ella de manera temprana y sin obstáculos es un derecho fundamental que todo Estado debe garantizar plenamente para proteger la democracia de los actos que intentan violentar los derechos humanos a contar con un ambiente sano y saludable.



7. Porque en el 2017, el 60% de personas defensoras de derechos humanos ambientales asesinadas en el ejercicio de sus derechos y de sus labores de conservación, eran de América Latina y el Caribe.[2] Este escenario evidencia la urgencia de protegerlos y de establecer mecanismos que puedan garantizar el ejercicio de sus derechos plenamente, sin restricciones y sin amenazas.



[1] Global Witness. “¿A qué precio?” Negocios irresponsables y el asesinato de personas defensoras de la tierra y del medio ambiente en 2017. En: https://www.globalwitness.org/documents/19393/Defenders_report_spanish-7_7LgJLCK.pdf 

[2] Según el Reporte Mensual de Conflictos Sociales Nº 172 a junio de 2018 de la Defensoría del Pueblo. En: https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2018/07/Reporte-Mensual-de-Conflictos-Sociales-N-172-Junio-2018.pdf
<span data-mce-type="bookmark" style="display: inline-block; width: 0px; overflow: hidden; line-height: 0;" class="mce_SELRES_start"></span>

Tomado de: Actualidad Ambiental

29 de enero de 2019

El café podría ser la siguiente víctima del calentamiento global

El proceso de secado de los granos de café en Etiopía. Más de la mitad de las especies está en riesgo de desaparecer de su hábitat natural debido al cambio climático y la deforestación. 

Aaron Davis, un botánico del Reino Unido, se ha dedicado treinta años a caminar por bosques y granjas para registrar el destino de una planta: el café.

Davis ha registrado cómo el calentamiento del planeta está haciendo más difícil el cultivo del café en regiones donde tradicionalmente se produce la planta, entre ellas Etiopía, el lugar de origen del grano más popular del mundo: arábica. Davis ha mapeado los lugares para el cultivo del café en el futuro: en esencia, tierra adentro, donde hace más frío. Ha ido en busca de variedades extrañas en zonas silvestres.

Actualmente, en la que tal vez sea su búsqueda más descorazonadora, Davis ha encontrado que el café silvestre, las decenas de variedades que se daban debajo de las copas de los árboles en al menos tres continentes, está en riesgo de desaparecer para siempre. Entre las 124 especies de café que hay en el mundo, Davis y su equipo de científicos han llegado a la conclusión de que el 60 por ciento está en peligro de extinción en su hábitat natural. El cambio climático y la deforestación son los culpables.

Tiene importancia porque esas variedades silvestres podrían ser cruciales para la supervivencia del café en la era del calentamiento global. En esas plantas podrían estar los genes que necesitan los científicos para desarrollar nuevas variedades que puedan crecer en un planeta más caliente y más seco.

Davis aseguró que a final de cuentas esas plantas silvestres de café son vitales para los millones de agricultores que viven del grano, sin mencionar a las muchas más personas que dependen de la cafeína para comenzar sus días (Davis se limita a “una taza de café muy bueno” al día).

“Hay una amplia gama de rasgos que tienen un buen potencial para enfrentar problemas específicos en el futuro, ya sea tolerancia a la sequía o resistencia a las enfermedades”, comentó Davis durante una llamada telefónica que respondió desde el Real Jardín Botánico ubicado en el suburbio londinense de Kew, donde es investigador sénior. “Si perdemos esas plantas de café, disminuyen nuestras opciones”.

Davis y sus coautores publicaron sus hallazgos el 16 de enero en dos artículos, en Science Advances y Global Change Biology.

De las 124 especies silvestres que se conocen, la mayoría no se cultiva ni se consume. Dos excepciones son la arábica, la cual se ha cultivado durante cientos de años en África oriental, y la robusta, la cual pasó de su estado silvestre a ser uno de los productos básicos más importantes en los últimos cien años. Los agricultores de café ya enfrentan una presión cada vez mayor por parte de las sequías, las enfermedades y los caprichos de los precios de los productos básicos. Para atacar esos riesgos, se requiere acceso a la riqueza genética de las variedades silvestres.

Lea el artículo completo en; NYT en español
 

18 de enero de 2019

La "fiebre" del aceite de palma en Perú amenaza la Amazonía ancestral

Mientras los bosques de Perú se convierten en nuevos manantiales de aceite de palma, el más demandado en todo del mundo, los habitantes de la Amazonía viven amenazados por la creciente deforestación y especulación que propicia este lucrativo cultivo.


"Ya no tenemos acceso al territorio de uso ancestral, ha quedado arrasado por la explotación", explica en una entrevista con Efe Carlos Hoyos Soria, fundador de la Comunidad Nativa de Santa Clara de Uchunya (Ucayali), asentada en plena selva amazónica, la más grande del mundo.

Hoyos llegó a Washington esta semana, junto a otros miembros de su comunidad, para pedir ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que se reconozca el lugar en el que se ubica su pueblo y así quede protegido ante la expansión de los cultivos de palma aceitera.

Este negocio no ha dejado de crecer en Perú desde 2012, una vez que los suelos de Malasia e Indonesia dejaron de ser rentables para la demanda incesante.

En cosméticos, alimentos e incluso como combustible para vehículos, el aceite de palma está presente en casi todo, pero su aparición en el día a día de las comunidades indígenas de Perú ha sacudido a miles de personas que, por los intereses en sus tierras fértiles, pueden perder su casa e incluso la vida.

"No estamos en contra de la inversión, solo queremos que el Estado nos otorgue la titularidad del territorio ancestral de nuestra comunidad para estar a salvo de la especulación y del tráfico de terrenos", relata.

Según la versión de Hoyos, los traficantes de tierras, interesados en adquirir suelo fértil para venderlo a las compañías agrícolas, abrieron fuego mientras él vigilaba los alrededores de su casa, pero las amenazas han llegado a más: un vecino de su comunidad tuvo que huir después de que quemaran completamente su hogar.

"Vivimos de la caza y la pesca, la naturaleza nos da alimentos, medicinas y educa a nuestros niños", narra Hoyos, ataviado con vestimenta tradicional, mientras trata de transmitir en la capital estadounidense la filosofía con la que vive entre los árboles amazónicos.

Esta comunidad quiere resolver el problema de forma diplomática antes de que la sangre llegue al río, ya que, recuerda Hoyos, "cuatro hermanos de otro asentamiento fueron asesinados a tiros".
"Somos gente pacífica (...) no queremos llegar a ese punto", zanja.

Álvaro Másquez, un abogado del Instituto de Defensa Legal a cargo del Área de Pueblos Indígenas, acompaña a la comitiva en su viaje a Washington.

Durante una audiencia solicitó a la CIDH que visite la comunidad y que transmita al Estado peruano su petición, así como que solicite información sobre los procesos judiciales abiertos contra los responsables de agredir y amedrentar a indígenas, abogados y activistas.

Este letrado recuerda que varios jueces rechazaron sus denuncias hasta que el Tribunal Constitucional accedió a revisar el caso, que se resolverá el próximo año y ha abierto un espacio a la esperanza.

Una resolución favorable "podría solucionarlo, pero solo abre oportunidades administrativas", matiza Másquez.

Carlos Reaño, procurador del Estado Peruano, recordó a la CIDH que hay precedentes en el Tribunal Constitucional con resolución positiva, ya que el artículo 89 de la Carta Magna considera que las comunidades nativas pueden hacer uso del territorio.

"Hay cosas que se pueden mejorar", aceptó el representante del Estado, al tiempo que recordó que "la personalidad jurídica de la comunidad no se encontraba inscrita".

Pero el Estado parece no tener la única responsabilidad de la preocupación de estas familias.

Según Jamer López, representante de la Federación de Comunidades Nativas de Ucayali, el Gobierno regional otorgó tierras a especuladores, y algunos funcionarios se benefician de la actividad de las empresas.

López también criticó que las denuncias de abusos interpuestas en comisarías y entes locales abren investigaciones que "no llegan a conclusiones" y quedan a la espera.

Mientras aguardan a que el Constitucional se pronuncie y a que el Estado peruano termine de elaborar un Plan de Desarrollo Sostenible para la Palma Aceitera, además de esperar a que la CIDH elabore el informe que anunció esta semana, la vida de más de 1.300 comunidades, alerta López, seguirá alterada por el aceite más polémico pero más usado del mundo desarrollado.

Fuente: EFE  
google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0