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27 de junio de 2012

'Bicentenaria argentina', un nuevo dinosaurio de hace 90 millones de años

Esqueletos de la nueva especie de dinosaurio. | Efe
Esqueletos de la nueva especie de dinosaurio. | Efe
El Museo Argentino de Ciencias Naturales ha anunciado el hallazgo de los restos de un dinosaurio carnívoro que se puede considerar como una nueva especie y podría aportar datos clave sobre la evolución de los lejanos antepasados de las aves.
La nueva especie, presentada hoy por investigadores del Museo (MACN), de Buenos Aires, fue bautizada como 'Bicentenaria argentina' y sus restos fueron hallados en la sureña provincia de Río Negro.

"Es muy probable que sea el primer representante que se encuentra de un linaje nuevo dentro de la familia de celurosaurios, aquellos dinosaurios que eventualmente darían origen a las aves", destacó asimismo en un comunicado el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, del que depende el MACN.

El jefe del museo e investigador independiente del CONICET, Fernando Novas, señaló que "si bien dentro de los celurosaurios hay miembros como el Tyrannosaurus rex o el velociraptor, no se conoce mucho acerca de las formas primitivas, los primeros celurosaurios".

Los ejemplares adultos del 'Bicentenaria' medirían entre 2,5 y 3 metros de largo, y eran ágiles y delgados y, por la forma de sus dientes y la presencia de garras, seguramente eran cazadores.

"Se puede sospechar que podrían haberse alimentado de dinosaurios más pequeños, herbívoros o crías de dinosaurios", señaló Novas.

Los investigadores creen que este dinosaurio pudo tener el cuerpo cubierto por plumas. Las rocas que contenían los huesos del 'Bicentenaria' tienen alrededor de 90 millones de años y corresponden al período cretácico superior, entre 65 y 98 millones de años atrás.

Fuente:

El Mundo Ciencia

24 de junio de 2012

Un coito de 47 millones de años



A las tortugas de la imagen les sorprendió la muerte hace 47 millones de años mientras se apareaban. La de la izquierda, más grande, es la hembra, y ambas se hundieron en las aguas del lago Messel hasta llegar a una zona sin oxígeno. Sus cadáveres, y los de otras ocho parejas, quedaron impregnados en la roca y permanecieron allí durante millones de años. Sus fósiles proporcionan ahora una valiosísima información.


Leer más:
Abrazados para la eternidad: un coito de 47 millones de años

Tomado de:

Fogonazos

12 de junio de 2012

Corea del Sur se apunta a la cruzada contra la evolución



En las costas de Corea se encuentra uno de los yacimientos más importantes del planeta de dinosaurios. Espero que los creacionistas no lo dinamiten con su estilo talibán

Según informa el corresponsal de la revista Nature en Corea del Sur, este país se rinde a las demandas de los creacionistas. El asunto ha llegado tan lejos que incluso los creacionistas de EEUU sentirán envidia cuando lean esta noticia.

El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Coreano informa que ha demandado a las editoriales que eliminen de los textos toda referencia a evidencias a favor de la evolución, como por ejemplo la existencia de fósiles de transición. Así organismos como el Archeaopteryx o el Ambulocetus dejarán de existir para los estudiantes de ciencias coreanos. La campaña creacionista está organizada por la “Society for Texbook Revise” (STR) que quiere eliminar cualquier información acerca de la evolución con el fin de los alumnos sean instruidos en una “visión correcta del mundo”. De la misma forma, cualquier referencia a la evolución humana será eliminada, en una censura dictatorial y premeditada, tal y afirma el profesor de evolución coreano Joonghwan Jeon.

El STR es una rama independiente de la Asociación Coreana para la Investigación de la Creación, una organización que basa su ideario en una lectura literal del Génesis bíblico.
Que la barbarie aumenta, es algo que no sorprende, al fin y al cabo es un fenómeno cíclico en nuestra historia. Lo que me llama la atención es que de seguir a este ritmo, los de mi generación llegarán a contemplar la Edad Media con sus propios ojos. Que el FSM nos acoja entre sus tallarines.

21 de mayo de 2012

El esqueleto de un tiranosaurio supera el millón de dólares en una polémica subasta

El fósil fue encontrado en Asia Central hace dos años. | Heritage Auctions

El fósil fue encontrado en Asia Central hace dos años. | Heritage Auctions
  • El Gobierno de Mongolia presentó una reclamación para detener la subasta
  • Sostiene que la pieza, encontrada hace 12 años, podría pertenecer a su país
  • La subasta se llevó a cabo pese a la orden de un juez de Texas de paralizarla
  • 'Heritage Auctions' dice que puede demostrar que obtuvo el fósil legalmente
El fósil de un ejemplar de Tiranosaurio bataar, el pariente asiático del temible Tiranosaurio rex de Norteamérica, se ha vendido por algo más de un millón de dólares pese a que un juez de Texas ordenó la paralización de la venta tras una reclamación de Mongolia, informo hoy la casa de subastas 'Heritage Auctions'.

La firma señaló en un comunicado que el esqueleto de ese ejemplar de dinosaurio se vendió en Nueva York por un monto de 1.052.500 dólares, durante una subasta por internet que se cerró en la noche del domingo.

"Ha sido una venta que ocurre una vez cada generación y los coleccionistas han respondido muy bien ante la rareza y salvaje belleza de este dinosaurio", señaló el director de historia natural de esa casa de subastas, David Herskowitz.

Reclamación del Gobierno de Mongolia

Esta venta ha sido la primera de carácter público que se realiza de un ejemplar casi completo y montado de un fósil de tiranosaurio, y no ha estado exenta de polémica, ya que el Gobierno de Mongolia emitió un comunicado el pasado viernes señalando que la pieza podría pertenecer a su país.

"Respetamos las opiniones e intentamos proteger los derechos legales de las partes involucradas", señaló a ese respecto el presidente de 'Heritage Auctions', Greg Rohan, que subrayó que la casa dispone de "garantías legales" de que el espécimen se obtuvo de manera legal.

Rohan agregó que "por lo que sabemos, el Gobierno de Mongolia no ha presentado prueba alguna de que la pieza procede de su territorio", al tiempo que subrayó que la decisión final al respecto correspondería a la justicia estadounidense.

Un representante legal de ese gobierno asiático presentó el sábado pasado una reclamación ante un juez de Texas para intentar bloquear la venta de ese fósil prehistórico, pero la firma de subastas por internet señaló que la acción no tiene validez ante el sistema judicial del estado de Nueva York.
Según las autoridades mongoles el fósil de ese dinosaurio fue encontrado en el desierto de Gobi, una región situada entre el norte de China y el sur de Mongolia, por lo que podría pertenecer a su país.

Se encontró hace 12 años

El fósil del tiranosaurio vendido procede de Asia Central y data del periodo Cretácico, hace unos 80 millones de años, dijo la firma, que añadió que permaneció almacenado en Inglaterra hasta el año pasado, en que se trasladó a Estados Unidos.

Ese esqueleto, de 2,44 metros de alto y 7,32 metros de largo, unas dimensiones mucho menores que las del feroz T-rex norteamericano, se encontró hace doce años en Asia central, lugar en el que habitaban estos saurios durante el periodo Cretácico.

En la subasta se ofrecieron también otros fósiles como el cráneo de un anquilosaurio del Cretácico o un diente de otro Tiranosaurio bataar, de 27 centímetros, así como una monumental mandíbula de tiburón Megalodon, con 138 dientes, entre otras piezas por las que se ha recaudado un total de 2,63 millones de dólares.

Fuente:

El Mundo Ciencia

Hallan tortuga gigante que vivió en Colombia hace 60 millones de años

Edwin Cadena compara su altura al tamaño de la caparazón de la tortuga gigante

El paleontólogo colombiano Edwin Cadena compara su altura al tamaño de la caparazón gigante hallada en el norte del país. Fotos: gentileza Edwin Cadena

Los restos de una tortuga gigante que vivió hace 60 millones de años fueron hallados en lo que es hoy territorio colombiano.

El fósil, descubierto por paleontólogos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte en Estados Unidos, recibió el nombre de Carbonemys cofrinii, que significa tortuga de carbón, en referencia a la mina de carbón en la que fue hallado en el norte de Colombia, en el llamado Cerrejón. 

Ilustración de la tortuga gigante encontrada en Colombia Ilustración de Liz Bradford

Carbonemys cofrinii tenía una potente mordida. Ilustración de Liz Bradford.
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El cráneo tiene 24 cms de largo y la caparazón 172, una medida similar a la altura del estudiante de doctorado de la universidad estadounidense que descubrió los restos, Edwin Cadena, autor principal del estudio publicado en la revista Journal of Systematic Palaeontology.

"Cerrejón está en el norte de Colombia, casi en el centro de una península que sale en el Mar Caribe. Es la mina a cielo abierto de carbón más grande en el mundo y hay unos huecos gigantes donde se extrae el carbón. Gracias a esos huecos podemos ver los fósiles", dijo el paleontólogo colombiano desde Carolina del Norte a BBC Mundo. Los restos de la tortuga gigante fueron hallados en el mismo sitio donde se encontró Titanoboa cerrejonensis, la serpiente más grande descubierta hasta ahora.

¿Cómo era territorio que habitó la tortuga gigante?

El lugar donde vivía Carbonemys "era muy similar a un bosque tropical actual como los bosques cercanos a los deltas del Orinoco y Amazonas, pero era mucho más diverso. Y una de las grandes diferencias es que era mucho más caliente, entre cuatro y seis grados más caliente que un bosque tropical actual", explicó Cadena".

"Lo interesante del Cerrejón es que se trata de la primera vez en el registro fósil en que podemos entender como era todo el ecosistema, no sólo los animales sino también las plantas porque tenemos fósiles de plantas, hojas, frutos, incluso polen y esporas".

Gigantismo

El desarrollo de especies de gran tamaño o gigantismo fue por diversos factores.

Edwin Cadena

Los restos fueron encontrados en el Cerrejón, en la mayor mina de carbón a cielo abierto del mundo.
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"Es muy difícil pensar que sólo hubo una razón por la cual estos animales desarrollaron un gigantismo. En primer lugar, Cerrejón es una de las primeras localidades que conocemos justo después de la extinción de los dinosaurios. E incluso Cerrejón no está muy lejos de donde ocurrió el impacto en México que causó la extinción."

La desaparición de los dinosaurios significó que las tortugas ya no tenían esos grandes predadores, porque "seguramente los ancestros de estas tortugas vivieron al mismo tiempo que los dinosaurios y tuvieron que competir por espacio y por comida o tratar de evadir ataques".

El segundo factor es que las tortugas, serpientes y cocodrilos en Cerrejón competían entre sí por espacio y alimento. Si el predador crecía la presa también tuvo que crecer para poder sobrevivir y ambas continuaron aumentando su tamaño en una secuencia de eventos, explicó Cadena a BBC Mundo.

"Todo esto ayudado por un ingrediente grande que es la temperatura, que en los reptiles es fundamental porque dependen de la temperatura exterior para funcionar bien. En mi opinión el gigantismo es el resultado de una combinación de esos tres grandes factores".

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia


17 de mayo de 2012

Mordiscos de cocodrilo en la historia de la especie humana

Unos cocodrilos de Faunia que participaron en el experimento. | IDEA
Unos cocodrilos de Faunia que participaron en el experimento. | IDEA
Los caminos para estudiar la evolución humana llevan a lugares insospechados, como el recinto del parque zoológico Faunia de Madrid. Un equipo de investigadores españoles ha descubierto el papel de los cocodrilos ('Crocodylus niloticus') en la historia de la Humanidad acudiendo a alimentar a un grupo de estos saurios en el parque zoológico.

Los científicos del Instituto de Evolución en África (IDEA) buscaban demostrar, y así lo han conseguido, que los ancestros humanos de hace dos millones y medio de años, los 'Homo habilis', se asentaron en lo que serían los primeros campamentos de la especie, en la Garganta de Olduvai (Tanzania) porque los cocodrilos no eran una amenaza, como defienden paleontólogos de la Universidad de Rutgers(EE.UU.)

Los arcosaurios son de los carnívoros más primitivos y, además, han evolucionado poco en los últimos cuatro millones de años. Los americanos han mantenido, en algunos estudios, que los primeros 'Homo' eran carroñeros que no llegaron a tener asentamientos fijos en Olduvai (en concreto en un yacimiento llamado FLK) porque la zona estaba infestada de cocodrilos, que podían devorarles. Para probarlo, mencionaban varios fósiles de 'habilis' que habrían sido mordisqueados por estos saurios.

Enrique Baquedano, alimentando a los cocodrilos. |IDEA
Enrique Baquedano, alimentando a los cocodrilos. |IDEA

Pero en el IDEA no lo creen así y querían confirmar sus tesis. Por ello, acudieron durante semanas a alimentar con carne a los cocodrilos de Faunia, recogiendo después los restos que dejaban. "Fue muy interesante acercarse a estos animales, que siempre me han atraído", comenta Enrique Baquedano, director del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, uno de los autores del artículo publicado en 'Journal of Archaeological Science'.

Junto con Manuel Domínguez-Rodrigo, profesor de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid y Charles Musiba, de la Universidad de Colorado Denver, comprobaron después, por microscopio, las marcas de los dientes que habían dejado y las compararon con las que hay en los fósiles de Olduvai.

"Esta prueba experimental nos sirvió para comprobar que los dos restos de 'Homo habilis' a los que se referían análisis anteriores no fueron devorados por cocodrilos. Estaban ya muertos cuando se los comieron", señala Baquedano. En concreto, se refiere a los fósiles de un pie izquierdo y una pierna, de hace 1,8 millones de años, en las que no hay las marcas típicas de estos animales.

La experimentación se llevó a cabo en 2011 con ocho cocodrilos del parque zoológico, a los que les alimentaron con pedazos de vaca, potro, cabra, cerdo y jabalí.

Fuente:

El Mundo Ciencia

15 de abril de 2012

El hombre que confundió un dinosaurio con el escroto de un gigante


Dibujo de Richard (1763) del que probablemente fue el primer hueso conocido de dinosaurio, bautizado como 'Scrotum humanum'

Dibujo de Richard (1763) del que probablemente fue el primer hueso conocido de dinosaurio, bautizado como 'Scrotum humanum'

Antes de que Richard Owen pronunciara por primera vez la palabra 'dinosaurio'en 1841, muchos naturalistas ya habían comenzado a extraer del suelo grandes restos fósiles sin saber exactamente a qué pertenecían. Incluso llegaron a ver los testículos de un superhombre en el fémur del primer terópodo descubierto. Lo llamaron 'Scrotum humanum'.

En 1677, el reverendo inglés Robert Plot describió en su libro 'Historia Natural de Oxfordshire' el hallazgo de un enorme trozo de hueso fosilizado. Según el inglés, se trataba de “un hueso auténtico, ahora petrificado” que recordaba “exactamente la figura de la parte de debajo del fémur de un hombre, o al menos de algún otro animal”. Este fósil correspondía en realidad a un dinosaurio, aunque este crucial dato no se conocería hasta un siglo más tarde.

Una de las explicaciones de los fósiles en el siglo XVII era la 'virtus formativa', una capacidad de la Tierra para generar formas caprichosas

Fallidas interpretaciones

Plot, un naturalista inquieto y con las mejores intenciones de hacer avanzar la ciencia de la época, no tuvo demasiado acierto. Basándose en los datos disponibles en aquella época y en partes de la Biblia, el reverendo creyó que el hueso pertenecía a un gigante. Y en una desafortunada serie de hipótesis posteriores, este mismo fósil fue tomado por los testículos petrificados de un coloso. Así, durante años, el primer dinosaurio identificado recibió el nombre de Scrotum humanum.

A simple vista, Jose Luis Sanz, Catedrático de Paleontología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), identifica el fósil de Plot como "el fragmento distal del fémur de un gran dinosaurio terópodo, probablemente Megalosaurus".

Sanz formó parte del equipo que halló en Cuenca el esqueleto del dinosaurio más completo hallado en España hasta la fecha, correspondiente a un nuevo dinosaurio carnívoro, el Concavenator concorvatus. El descubrimiento de Pepito, como se le llamó coloquialmente, fue publicado en la revista Nature en septiembre de 2010.

"La formación de los fósiles ha sido explicada en términos muy diferentes a lo largo de la historia", cuenta este paleontólogo. "Una de las hipótesis más en boga en el siglo XVII era la virtus formativa, una capacidad de la Tierra para generar formas caprichosas, que no eran tanto anomalías sino dones que Dios había puesto, igual que había puesto las flores en los campos para alegrar la vista de los seres humanos. Esta aproximación es la que Plot había utilizado para explicar muchos de los fósiles que encontró".

En este caso particular, la primera hipótesis de Plot fue que se trataba de restos óseos de elefante, probablemente traídos por los romanos en su invasión de las islas británicas. Sin embargo, cuando el reverendo tuvo acceso a los restos de un elefante se dio cuenta de que la forma y el tamaño de su fósil, de unos 60 centímetros de diámetro, no encajaban con la conjetura inicial.

Entonces, inmediatamente, optó por la hipótesis gigantológica. Creyó ver en ese hueso los restos de uno de los patriarcas de los que hablaba la Biblia, personajes como Matusalén, Abraham o Noé a los que se suponía un tamaño y longevidad sobrenaturales.

Los testículos de un gigante

Este argumento no sólo se mantuvo durante décadas, sino que tomó un giro sorprendente a mediados del siglo XVIII. En 1763, el naturalista Richard Brookes reinterpretó el fósil de Plot no como la base del fémur de un gigante, sino como sus testículos petrificados. Brookes aplicó además a este razonamiento el célebre binomio latino que el taxónomo sueco Carlos Linneo había popularizado como sistema de nomenclatura de especies.

En opinión de Sanz, Brookes no denominó 'Scrotum humanum' a este fósil "porque pensase que aquello podía interpretarse como los testículos de un gigante, sino porque de alguna manera le recordaba a un escroto humano", aunque otros naturalistas de la época, como el francés Jean-Baptiste Robinet, sí que se inclinaron por esta aproximación. "Desde el punto de vista linneano, para denominar una especie estás obligado a crear un binomio, y ese 'Scrotum humanum', en mi opinión, era una cualidad descriptiva del fósil, nada más".

En cualquier caso, y merced a las leyes de prioridad del Código Internacional de Nomenclatura Zoológica, pasarían años hasta que este binomio fuera reescrito.

El concepto de 'dinosaurio'

En 1841, durante una conferencia impartida en Plymouth (Reino Unido), el paleontólogo inglés Richard Owen pronunció por primera vez la palabra 'dinosaurio', aunque otros ya se habían aproximado años antes al concepto. Principalmente fueron dos personas: William Buckland, de profesión clérigo, y Gideon Mantell, que era médico rural. Como naturalistas, ambos interiorizaban el sistema de Linneo, por eso Mantell llamó a su especie descubierta Iguanodon –aunque olvidó poner el segundo término del binomio– y Megalosaurus bucklandii al espécimen hallado por Buckland.

Cuenta José Luis Sanz que, pese a todo, Buckland "no estaba muy seguro de lo que estaba publicando. Este Megalosaurus tenía caracteres mixtos, por un lado caracteres que se podían encontrar en cocodrilos o incluso en mamíferos, y por otro caracteres típicos de algunos tipos de lagartos, como los varanos. Entonces, su decisión final fue que se trataba de un lagarto gigante, hipótesis que fue refutada más tarde por Owen" con un paradigma nuevo e integrador.

Desde nuestra butaca en el siglo XXI, las interpretaciones dadas entonces a los fósiles pueden parecer exóticas, aunque como bien apunta Sanz, los hombres de aquella época "podían ser ignorantes en algunos aspectos, pero no eran tontos". La edad de la Tierra, por ejemplo, no fue un conflicto para Buckland, que “representa al paradigma de la teología natural, y dentro de esta, no tenía problema en admitir que el planeta tenía varios cientos de miles de años. Buckland estaba equivocado en tres o cuatro órdenes de magnitud, lo cual hoy nos parece mucho, pero para la época era algo aceptable”.

En el fondo, así es como avanza la historia de la ciencia. La hipótesis errónea de Plot se transformó en la hipótesis, más sofisticada pero igualmente errónea, de Brookes y luego en la de Buckland y luego en la de Owen. Y así hasta nuestros días, donde aún son muchas las piezas que faltan en el puzle de los dinosaurios.

Cuando José Luis Sanz, hoy autor o coautor de ocho géneros de estos animales, comenzó a excavar por primera vez, hace más de veinte años, “no teníamos ni idea de que existiera todo un linaje de dinosaurios, que son básicamente los ancestros directos de las aves, completamente cubiertos de plumas. Hoy en día tenemos una evidencia abrumadora y datos que demuestran el parentesco de estos terópodos, del tipo de los velocirraptores, con las aves”.

La ciencia no puede aún explicar, por ejemplo, para qué servía la 'joroba' que Sanz y su equipo encontraron en mitad del lomo del dinosaurio de Cuenca. La paleontología es una ciencia histórica que, en los últimos tiempos “ha hecho esfuerzos titánicos para generar herramientas de refutación cada vez más fiables y sólidas. Obviamente no pueden ser tan sólidas como en la física o la química”, dice el catedrático de la UAM.

En las últimas décadas, el trabajo de historiadores de la paleontología como Stephen Jay Gould ha contribuido a modernizar los métodos y las pruebas necesarias para validar este conocimiento. Pero en definitiva, como reconoce Sanz, "nuestro conocimiento epistemológico de la paleontología sigue siendo el mismo desde los comienzos del siglo XIX, aunque los paleontólogos de entonces no lo supieran. Todas nuestras hipótesis se contrastan en el registro fósil. Tienes una hipótesis de cómo era el esqueleto, el cerebro o dónde vivía el dinosaurio y la vas desarrollando hasta que nuevos descubrimientos fósiles y herramientas de análisis te permitan refutar todas las incorrecciones que has dicho hasta ese momento".

Fuente:

El Mundo Ciencia

3 de abril de 2012

Un fósil colombiano revela la serpiente gigante que acechó la Tierra

Serpiente gigante

El reciente descubrimiento de una monstruosa serpiente prehistórica ofrece respuestas sobre el pasado y plantea preguntas para el futuro.

Hace unos 58 millones de años, una víbora gigante se deslizó a través de las selvas pantanosas de América Latina y comenzó un reinado de terror.

Con un peso de más de una tonelada y 14 metros de largo, esta culebra gigante era capaz de tragarse a un cocodrilo entero sin mostrar siquiera un bulto.

Hace unos años, sin embargo, los científicos ni siquiera sabían de su existencia.

"Uno no espera encontrar una boa de 14 metros ni en los sueños más arriesgados. La serpiente más grande de hoy representa la mitad de ese tamaño", dice Carlos Jaramillo, científico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y miembro del equipo que realizó el descubrimiento.

Un mundo de reptiles perdidos

Se cree que la serpiente bautizada con el nombre de "Titanoboa" era pariente lejana de la anaconda y la boa constrictor, y no era venenosa (no necesitaba serlo).

En su lugar, aplastaba a su presa con una fuerza de constricción de más de 180 kilos por pulgada cuadrada: el equivalente al peso de un puente de Brooklyn y medio.

El Cerrejón, Colombia

El Cerrejón, la mina de explotación de carbón a cielo abierto, en donde fueron hallados los fósiles.

Los fósiles quedaron expuestos por la excavación en la enorme mina de carbón a cielo abierto de El Cerrejón, en el norte de Colombia. En 2002, científicos habían descubierto en ese lugar los restos de una selva tropical de la era del Paleoceno; tal vez la primera del planeta.

Así como hojas y plantas fosilizadas, desenterraron reptiles tan grandes, que desafiaban a la imaginación.

"Lo que encontramos fue un mundo gigantesco de reptiles perdidos; tortugas del tamaño de una mesa de cocina y los cocodrilos más grandes en la historia de los registros fósiles", dice Jonathan Bloch, un experto en la evolución de los vertebrados en la Universidad de Florida.

También hallaron las vértebras de una serpiente colosal.

"Después de la extinción de los dinosaurios, este animal, la titanoboa, fue el depredador más grande en la superficie del planeta durante al menos 10 millones de años", afirma el Dr. Bloch. "Este fue un animal importante en todo sentido de la imaginación".

Búsqueda de calaveras

Pero los científicos necesitaban el cráneo de la serpiente para llevarse una idea total de cómo lucía, qué comía y cómo podría relacionarse con especies modernas. El año pasado, un equipo se propuso encontrarla, con pocas expectativas de éxito. Debido a que los huesos de la calavera de una serpiente son tan frágiles, pocos sobreviven.

"A diferencia de nuestras calaveras, las de las serpientes no están fusionadas. En cambio, están conectadas con tejido", señala el Dr. Jason Head, especialista estos reptiles de la Universidad de Nebraska.

"Cuando el animal muere, el tejido se decompone y todos los huesos individuales generalmente se dispersan. Son muy delgados y frágiles también y con frecuencia son destruidos. Gracias a que la titanoboa es tan enorme y los huesos de la calavera tan grandes, se trata de una de las pocas serpientes que llegan al registro fósil".

Para su asombro, el equipo recuperó los restos de tres calaveras, con los cuales el reptil pudo ser reconstruido con exactitud por primera vez.

Lea el artìculo copmpleto en:

BBC Ciencia

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Los restos de la hoguera más antigua

Restos de un hueso quemado en la cueva Wonderwerk. | P. Goldberg

Restos de un hueso quemado en la cueva Wonderwerk. | P. Goldberg

Nuestros antepasados ya usaban el fuego en sus hogares hace un millón de años. Un equipo internacional de arqueólogos ha encontrado en Sudáfrica los que probablemente son los restos más antiguos de una hoguera en una cueva. Se trata de plantas y de huesos quemados que sugieren que hace un millón de años ya se cocinaban los alimentos. Los detalles de esta investigación se publican esta semana en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).

Según explica a ELMUNDO.es Francesco Berna, autor principal del artículo, "las pruebas halladas en la cueva Wonderwerk concuerdan con la teoría de que el 'Homo erectus' era ya capaz de alimentarse de alimentos cocinados, aunque será necesario llevar a cabo más estudios. Por ejemplo, no podemos descartar que consumieran la carne cruda y que, posteriormente, los huesos fueran dispuestos en el fuego".

Aunque aún no se han encontrado restos de homínidos en la cueva, Berna señala que "las pruebas del fuego se asocian a las primeras herramientas de piedra de la industria achelense [también denominada de Modo 2]. Datan de hace un millón de años, por lo que el mejor candidato es el 'Homo erectus'".

Restos más antiguos de fuego

Existen restos de pruebas de uso de fuego más antiguos que los de esta cueva de Sudáfrica (de hasta 1.500.000 años), pero los paleontólogos no pueden garantizar que estos restos procedan de incendios naturales.

Según explica Berna, hay otros sitios arqueológicos de la industria achelense, como Koobi Fora (Kenia), Swartkrans (Sudáfrica) y Gesher Bnot Ya'akov (Israel), que tienen una antigüedad de entre 1.500.000 y 750.000 años. Pero todos están en yacimientos al aire libre. Los de la cueva de Wonderwerk serían por tanto los restos más antiguos procedentes del fuego controlado.

"Se trata de las pruebas arqueológicas más tempranas que muestran con seguridad el uso del fuego", afirma a ELMUNDO.es Michael Chazan, coautor del artículo e investigador de la Universidad de Toronto (Canadá).

El descubrimiento del fuego

Los paleontólogos creen que nuestros antepasados comenzaron a utilizar el fuego mucho antes, aunque aún no hayamos encontrado pruebas que lo demuestren. "[El antropólogo británico] Richard Wrangham sugiere que el uso del fuego se remonta a los orígenes del 'Homo erectus', hace 1.800.000 años. Creo que probablemente está en lo cierto y ahora estamos buscando pruebas más antiguas en Wonderwerk, que debió estar habitada en aquella época", señala Michael Chazan. "La otra gran cuestión por resolver es cómo el 'Homo erectus' usaba el fuego, si era capaz de hacerlo él mismo o lo aprovechaba [de la naturaleza], y si lo utilizaba para cocinar".

Jordi Rosell, investigador del Instituo Catalán de Paleoecologia Humana y Evolución Social (IPHES), recuerda que "hasta hace poco, las primeras evidencias del uso controlado del fuego se situaban en Europa durante el Pleistoceno medio y se asociaban a contextos achelenses posteriores a los 500.000 años. Yacimientos como Schöningen y Bilzingsleben, en Alemania, Menez-Dregan y Terra Amata en Francia, Vértesszölös en Hungría o Beeches Pit en Inglaterra, así parecían demostrarlo".

"En los últimos años, el yacimiento israelí, Gesher Benot Ya’aqov, parecía retrasar la cronología hasta los 700.000 años. Aunque nadie pone en duda abiertamente el uso del fuego en este último yacimiento, los autores indican serios problemas de conservación, lo que les lleva a catalogarlos dentro de la categoría de 'Phantom hearths' (hogares fantasmas). Ha habido autores que sugirieron hace décadas la existencia de hogares en yacimientos africanos más antiguos del millón de años, pero estos fueron desestimados hace tiempo por falta de evidencias claras", afirma a este diario.

Des este punto de vista, por tanto, "la cueva de Wonderwerk podría representar el caso más antiguo del uso del fuego". Sin embargo, según el paleontólogo "parece que se trata de un hecho aislado en el contexto del Pleistoceno inferior de África. Si se tratara de un uso controlado del fuego regular y sistematizado, lo normal sería encontrar hogares en buena parte de los yacimientos de esa cronología o posteriores. En África, los hogares más antiguos, si se exceptúan estos, tienen una cronología de 200.000 años o menos". Sin embargo, Rosell aclara que "aunque no se niega la existencia de hogares en Wonderwerk, "a la espera de más datos tampoco se puede considerar que los homínidos de hace más de un millón de años en el África subsahariana usaran el fuego de manera habitual como lo hicieron los homínidos del Pleistoceno medio tardío".

Reunidos en torno al fuego

Pese a que los antepasados del hombre utilizan el fuego desde hace cientos de miles de años, tardaron mucho más en generarlo por si mismos. Seguramente lo aprovechaban de la naturaleza, por ejemplo, cuando se originaba por la caída de un rayo o por un incendio forestal. Por ello, aprender técnicas para conservarlo debió ser una preocupación crucial. Tardaron mucho más en desarrollar técnicas para generarlo, como rotando una punta de palo sobre la madera o produciendo chispas frotando piedras que tuvieran pirita de hierro.

Controlar el fuego no sólo permitió a los homínidos ver en la oscuridad, defenderse de depredadores, fabricar utensilios más sofisticados y cocinar alimentos.

Gracuas al fuego comenzaron a establecer estructuras parecidas a los hogares. Además fomentó que se cultivaran las relaciones sociales, pues, aunque no fueran capaces de hablar, lo más probable es que se sentaran alrededor del fuego para preparar alimentos y comer, construir herramientas e intercambiar costumbres.

Fuente:

El Mundo Ciencia

28 de marzo de 2012

Descubren fósil que reescribe la historia sobre la capacidad de caminar de los humanos

Huesos fosilizados

El descubrimiento de ocho huesos de pie fosilizados en Etiopía -de 3,4 millones de años- ha dado a los científicos una visión excepcional de la evolución de los seres humanos y su capacidad para caminar.

La forma de los huesos, encontrados en la región de Afar, en Etiopía central, sugiere que mientras este pie primitivo muestra una habilidad para caminar erecto, el dedo gordo también podría haberse usado para asirse de ramas.

En un artículo de la revista Nature, los científicos dicen que no hay suficientes fragmentos para identificar la especie humana -o humanoide- a la cual pertenecía.

La criatura es más vieja que aquella conocida como Lucy, también encontrada en esta región, cuyo esqueleto mostraba una clara preferencia por caminar erecta.

Fuente:

BBC Ciencia

27 de marzo de 2012

La extinción de los mamuts no fue por el incesto

Impresión artística de una manada mamuts.

Impresión artística de una manada mamuts.

La última población conocida de mamuts lanudos no murió "inevitablemente" debido a la endogamia y la falta de diversidad genética, sugiere un estudio.

Aseguran que es más problable que la actividad humana o factores ambientales son los responsables.

Aunque la mayoría de mamuts se extinguió y desapareció de la parte continental Eurasia y América del Norte hace unos 10 mil años, alrededor de 500 o mil mamuts lograron sobrevivir en la isla de Wrangel durante unos seis mil años más.

La isla, de siete mil kilómetros cuadrados, está a unos 140 kilómetros de la Rusia continental.

Para realizar un análisis de ADN de las muestras tomadas en la isla de Wrangel, en el océano Ártico, los científicos utilizaron técnicas asociadas al estudio de las escenas del crimen.

El estudio

El estudio fue publicado en la revista científica Molecular Ecology.

Científicos en el Reino Unido y Suecia dicen que la investigación también puede tener un inmenso impacto en programas de conservación.

Examinaron huesos, dientes y colmillos encontrados en la isla. Y los compararon con muestras encontradas en Chukotka, en el noreste de Siberia.

"Nuestros resultados apoyan la idea de que una población de 500 individuos es suficiente para mantener la diversidad genética por miles de años."

Love Dalen, museo de historia natural de Suecia

El coautor del reporte, Love Dalen, del museo de historia natural de Suecia, le dijo a la BBC que la investigación empezó en el 2008. "Queríamos saber por qué estos mamuts se extinguieron.

"La isla de Wrangel no es tan grande y se pensó inicialmente que una población tan pequeña pudo haber sufrido problemas por endogamia y la falta de diversidad genética."

Los estudios genéticos previos se concentraron en el ADN mitocondrial: información transmitida por la línea maternal.

Como las células contienen múltiples copias del genoma mitocondrial, este ADN es más fácil de extraer que el de las células nucleares.

"Pero el problema es que los mamuts no muestran mucha variación genética, sobre todo en sus últimas etapas generacionales", explica Dalen.

"Por eso decidimos concentrarnos en microsatélites (secuencias repetidas de ADN) para comparar las huellas dactilares genéticas de cada mamut. Esto nos dio acceso al ADN nuclear y nos dio resultados más contundentes."

ADN revela que no fue el incesto

Dalen dijo que durante la era de hielo, el total de la población de los mamuts en Eurasia pasó, en poco tiempo, de ser varias decenas de miles a muy pocos.

Y añade: "Las investigaciones de ADN encontraron que hubo una pérdida de 30% de diversidad genética a medida que la población se redujo; aunque esto era esperado.

"Pero cuando examinamos las muestras de la isla, vimos que hubo un punto en el que la pérdida se detuvo. Y este proceso continuó hasta que las criaturas se extinguieron.

"Esto objeta la teoría del incesto. Los mamuts de la isla se aislaron por alrededor de seis mil años, pero después lograron mantener su población estable."

El reporte concluyó que la isla era suficientemente grande para los mamuts y que, por ello, su extinción final "no fue una consecuencia inevitable" como sería el incesto.

Entonces, ¿qué fue?

huesos de mamut en isla

Científicos examinaron huesos, dientes y colmillos encontrados en la isla de Wrangel.

"Esto sugiere que la extinción final fue causada por un cambio rápido en el entorno de los mamuts, como la llegada del hombre o de un cambio en el clima, en lugar de una disminución gradual en el tamaño de la población", concluye el estudio.

Dalen dijo que se necesitan nuevas investigaciones en la búsqueda de los últimos mamuts lanudos, pero añadió: "Si los seres humanos los cazaron hasta su extinción, yo esperaría que podríamos encontrar evidencia de ello. Personalmente estoy inclinando hacia el cambio en el medio ambiente".

Los investigadores, que en total estudiaron 76 muestras, también usaron computadores para examinar el tamaño de la población en la isla y cómo su composición genética cambió a través de los años.

El equipo encontró que hubo una baja en el número de mamuts en el noreste de Siberia durante la transición Pleistoceno/Holoceno (hace unos 12.000 años). Sin embargo, el grupo concluyó que ésta se debió probablemente a que los mamuts en la isla de Wrangel se aislaron tras el incremento de los niveles del mar a su alrededor.

Dalen dijo: "Hicimos un enfoque estadístico a la genética. Encontramos que había al menos 500 o mil mamuts al mismo tiempo en la isla antes de que se extinguieran".

500 individuos pueden sobrevivir solos por siglos

"Nuestros resultados apoyan la idea de que una población de 500 individuos es suficiente para mantener la diversidad genética por miles de años.

"Estos mamuts sobrevivieron con lo que originalmente era considerado un número muy pequeño de individuos", dijo.

El trabajo fue revisado por el genetista y profesor de la Universidad de Londres Mark Thomas.

Dijo que el estudio es un evento importante en la investigación de los mamuts.

"Hicieron la investigación en la manera como tocaba y sin embargo nadie había hecho antes.

"Examinaron el ADN en varias muestras y demostraron que, teniendo una cantidad constante de población, los mamuts de la isla Wrangel no estaban destinados a extinguirse.

"Algo pasó que acabó con ellos, y eso todavía no lo sabemos. Tendrá que ser el siguiente paso a estudiar", dijo.

Fuente:

BBC Ciencia

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2 de marzo de 2012

ADN revela que Oetzi, el "Hombre de hielo", tenía intolerancia a la lactosa

oetzi

Así se veía Oetzi antes de morir.

Se descubrieron nuevas pistas sobre el que podría ser el caso de ciencia forense más viejo de la historia: el de Oetzi, el "Hombre de hielo" que fue muerto por una flecha hace 5.300 años y fue encontrado congelado en los Alpes italianos en 1991.

El genoma completo de Oetzi fue publicado en Nature Communications, un portal de física, química y biología.

Entre otras cosas, el informe dice que Oetzi tenía ojos marrones, sangre tipo O, intolerancia a la lactosa y predisposición a las enfermedades del corazón.

Asimismo, el reporte dice que este es el primer caso documentado de infección por una bacteria de la enfermedad de Lyme.

Los análisis de una serie de anomalías en su ADN también revelaron que el "Hombre de hielo" está más relacionado con los habitantes modernos de Córcega y Cerdeña que con las poblaciones de los Alpes, donde fue descubierto.

ADN nuclear

El estudio revela la foto completa de la genética tal y como se establece en los núcleos de las células de Oetzi.

Este ADN nuclear es más raro y por lo general no se conserva tan bien como el ADN dentro de la mitocondria, "las plantas de energía" de las células, que también contienen ADN.

Una reconstrucción muestra cómo se veía Oetzi antes de que una flecha lo derribara.

El ADN mitocondrial de Oetzi ya había revelado algunas pistas de sus orígenes, cuando fue secuenciado en su totalidad en 2008.

'Muy emocionante'

doctores examinan al hombre de hielo

El 'hombre de hielo' ha sido motivo de estudios durante 20 años.

Albert Zink, de la Academia europea de Bolzano, Italia (Eurac, por sus siglas en inglés), dijo que el estudio del ADN nuclear fue un gran salto hacia adelante en uno de los especímenes más estudiados por la ciencia.

"Hemos estado estudiando al "Hombre de hielo" durante 20 años. Sabemos muchas cosas sobre él –dónde vivió, cómo murió–, pero sabíamos poco de la información genética que cargaba", dijo a la BBC.

En efecto, cargaba un "haplotipo" según el cual sus ancestros probablemente migraron desde el Medio Oriente cuando la práctica de la agricultura formal se volvió más común.

Es probable que este período de transición a una sociedad agraria explique la intolerancia a la lactosa de Oetzi.

Zink dijo que las nuevas técnicas de secuencia para el análisis del genoma en su enteridad hicieron posible el estudio.

"La secuencia del genoma completa te permite secuenciar todo el ADN que sale de una muestra; eso no era posible antes.

"Esto fue muy emocionante y creo que es solo el comienzo de estudios más largos y profundos. Todavía nos gustaría aprender de estos datos: apenas los hemos empezado a analizar."

Fuente:

El Mundo Ciencia

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29 de febrero de 2012

Reconstruyen el fósil de un pingüino prehistórico gigante

Ilustración que muestra a dos pingüinos y un delfín de hace 25 millones de años. | Chris Gaskin / Otago University

Ilustración que muestra a dos pingüinos y un delfín de hace 25 millones de años. | Chris Gaskin / Otago University

Después de 35 años, se ha logrado completar la reconstrucción de un fósil gigante de pingüino, ofreciendo a los investigadores nueva información sobre la diversidad de los pingüinos prehistóricos. Los huesos fueron recogidos en 1977 por el doctor Ewan Fordyce, paleontólogo de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda. En 2009 y 2011, el doctor Dan Ksepka, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, y el doctor Paul Brinkman, viajaron a Nueva Zelanda para ayudar en la reconstrucción del fósil de pingüino; y ahora, han publicado sus hallazgos en el 'Journal of Vertebrate Paleontology'.

Los investigadores apodaron Kairuku al pingüino, una palabra maorí que se traduce como "buzo que regresa con comida". Ksepka se interesó en el fósil porque su forma corporal es diferente a la de todos los pingüinos conocidos, tanto vivos como extintos. Además, el investigador también estaba interesado en la diversidad de las especies de pingüinos que vivían en lo que hoy es Nueva Zelanda, durante el período Oligoceno, que tuvo lugar hace, aproximadamente, 25 millones de años.

Según Ksepka, "Nueva Zelanda fue un lugar ideal para los pingüinos en términos de alimentos y seguridad. La mayor parte de la isla estaba bajo el agua en ese momento, dejando masas rocosas aisladas que mantenían a los pingüinos a salvo de los depredadores, y les proporcionaban comida abundante". Kairuku fue una de las, al menos, cinco especies diferentes de pingüinos que vivieron en Nueva Zelanda durante el mismo período -esta diversidad de especies fue lo que hizo difícil la reconstrucción.

Otago University

Otago University

Uno de los fósiles usados para la reconstrucción

"Kairuku era un ave elegante para los estándares de los pingüinos, con un cuerpo delgado y aletas largas, pero patas cortas y gruesas", explica Ksepka. Los investigadores realizaron la reconstrucción a partir de dos fósiles de Kairuku, por separado, utilizando el esqueleto de un pingüino rey actual, como modelo. El resultado fue un pájaro alto, de pico y aletas alargados - sin duda, la mayor de las cinco especies que eran comunes en la zona durante el Oligoceno.

Nueva Zelanda contiene fósiles excepcionales, que dan pistas importantes sobre la historia de los pingüinos y otras criaturas marinas. Ksepka espera que la reconstrucción de Kairuku dé a otros paleontólogos más información acerca de otros fósiles en la misma zona, así como un mejor conocimiento sobre las especies de pingüinos gigantes.

Fuente:

El Mundo Ciencia



21 de febrero de 2012

Desentierran un bosque prehistórico enterrado por cenizas como Pompeya

Reconstrucción del bosque del Pérmico. | Ren Yugao / PNAS

Reconstrucción del bosque del Pérmico. | Ren Yugao / PNAS

Un bosque de hace 300 millones de años conservado bajo ceniza volcánica al estilo de la ciudad romana de Pompeya ha sido desenterrado en una mina al norte de China. El yacimiento fósil, de una extensión inusualmente grande, ha permitido reconstruir la composición botánica y la estructura de un primitivo bosque del Pérmico, una época geológica anterior incluso a la época de los dinosaurios.

Se trataba de un terreno pantanoso, similar a una turbera actual, en la que prosperaban plantas primitivas como helechos arborescentes y otras formas vegetales de grandes dimensiones pero poco parecidas a los árboles actuales, ya que, por ejemplo, las coníferas actuales y las plantas con flor no existían todavía.

El estudio del bosque fósil ha sido publicado en la revista científica PNAS y ha sido llevado a cabo por investigadores chinos y estadounidenes, que descubrieron el bosque en una mina de carbón de Mongolia interior. La extracción del mineral, realizada en la mina con maquinaria pesada, permitió acceder a grandes extensiones de la capa inferior del terreno, realizando así una cata muy superior a la que los paleontólogos pueden llevar a cabo normalmente, pues estudiaron unos 1.000 metros cuadrados de bosque fósil.

Lo hicieron accediendo a tres grandes parches cercanos entre sí del estrato donde se encontraba el bosque, que estaba enterrado en ceniza y separado de los estratos superiores de carbón por una capa de piedra de toba volcánica. Sobre la ubicación del bosque bajo una mina de carbón, hay que tener en cuenta que los depósitos de ese mineral no son más que la materia orgánica de los bosques y pantanos del pasado que crecieron durante millones de años y fueron acumulándose, comprimiéndose y convirtiéndose en roca.

Los investigadores han datado el bosque fósil en una edad de 298 millones de años, al comienzo del Pérmico, cuando los continentes derivaban en distribuciones muy distintas a las de hoy. Las actuales Europa y América estaban unidas y China era un continente aparte. El clima era similar al del momento actual.

Reconstrucción del bosque fósil del Pérmico. | Ren Yugao

Reconstrucción del bosque fósil del Pérmico. | Ren Yugao

El trabajo lo firman tres investigadores chinos, Jun Wang, de la Academia China de Ciencias, Yi Zhang de la Universidad de Shenyang y Zhuo Feng, de la Universidad de Yunnan; y Hermann Pfefferkorn de la Universidad de Pennsylvania. Según este último, el yacimiento es extraordinario: "Está maravillosamente conservado", afirma, "podemos plantarnos allí y encontrar una rama con todas las hojas, y después encontrar la siguiente rama, y la otra, y la otra, hasta llegar finalmente al tocón principal del árbol". Pfefferkorn y sus colegas asiáticos han encontrado también hojas, ramas, troncos y conos fructíferos conservados íntegramente.

Además, los investigadores pudieron usar la ubicación actual de cada una de las plantas para entender cómo se distribuían en el bosque originario. Identificaron cada especimen y lo localizaron en un mapa, reconstruyendo así la estructura y ecología de la formación vegetal de la antigüedad. Los autores creen que esas excepcional condiciones de consercvción se deben a que la erupción volcánica cubrió con grandes cantidades de ceniza todo el bosque en apenas unos días. Eso hizo que todos los árboles cayeran rápidamente en la ubicación donde crecían y quedaran protegidos de toda perturbación posterior. En consecuencia, lo que quedó es como una fotografía exacta de aquel pantano del Pérmico.

Un gran estado de conservación

Los investigadores han identificado seis grupos de plantas, con helechos arborescentes formando el estrato más bajo y un dosel más alto compuesto por especies del grupo Cordaites - una conífera primigenia- y del grupo Sigillaria, un tipo de plantas relacionadas con los actuales musgos, productora de esporas y que alcanzaba tamaño arbóreo. Las copas más altas podían estar a 25 metros de altura, aseguran los investigadores.

Los paleontólogos también han desenterrado ejemplares casi completos de tres especies del grupo Noeggerathiales, un tipo de árboles productores de esporas que no han dejado descendientes en la actualidad.

El fragmento de bosque desenterrado alcanza los 1.000 metros cuadrados lo que ha permitido ver que las especies no se distribuían de forma homogénea, sino que en ciertos lugares predominaban los Noeggerathiales y en otros lugares no.

"Es como una cápsula del tiempo", asegura Pfefferkorn, quien considera que el bosque permitirá conocer más sobre la dinámica de los ecosistemas antiguos y sobre los cambios en la vegetación de nuestros días.

Fuente:

El Mundo Ciencia

17 de febrero de 2012

¿Por qué los dinosaurios morían en posturas tan raras?

La llaman la «postura de la bicicleta», porque el animal aparece retorcido, y ahora han descubierto qué provoca esta deformación.


¿Por qué los dinosaurios morían en posturas tan raras?

Fósil del dinosaurio Composognathus longines, en la «postura de la bicicleta

Cuando los paleontólogos descubren restos completos de dinosaurios fosilizados, muchas veces se los encuentran en una postura retorcida. Hasta ahora, los científicos han interpretado estas enrevasadas posiciones como señales de los espasmos de la muerte. Sin embargo, una nueva investigación realizada por paleontólogos europeos viene a echar por tierra tan tétrica creencia. Estas deformaciones extrañas, según explican en la revista especializada Palaeobiodiversity and Palaeoenvironments, son provocadas después de la muerte de los dinosaurios, durante la descomposición de sus cuerpos.


No es difícil contemplar imágenes de esqueletos más o menos completos y articulados de dinosaurios de cuello largo y cola que presentan una postura extraña. La cabeza y el cuello se curvan sobre el lomo del animal y la cola parece alargarse hacia afuera, como si todo el cuerpo formara una «c» invertida. Esta postura, en la que por ejemplo ha aparecido el Archaeopteryx, ha fascinado a durante más de 150 años a los paleontólogos, que la han bautizado como opistótonos -un síntoma de los que sufren tétanos o un envenamiento, muy conocido en la medicina humana- o «postura de la bicicleta». Según esta hipótesis, existe la presunción de que trastorno cerebral genera espasmos musculares antes de la muerte. Si el cerebelo deja de funcionar, los músculos se aprietan con toda su fuerza, volteando la cabeza y la cola, y contrayendo las extremidades.

Sumergidos en agua

Científicos de las universidades de Basilea (Suiza) y Mainz (Alemania) han examinado los famosos dinosaurios bípedos Compsognathus longipes de las calizas de Solnhofen, un yacimiento alemán de 150 millones de años especialmente extraordinario. Según explican, la teoría del opistótonos requiere que el animal sea enterrado inmediatamente después de la muerte sin que su cuerpo se mueva, pero la postura también se observa en dinosaurios que han acabado hundidos en el mar. Por este motivo, los científicos están convencidos de que los fósiles de los dinosaurios tenían la espalda arqueada no por los espasmos de la agonía sino por la descomposición de los cadáveres.

En un experimento realizado con cuellos de pollo desplumados y sumergidos en agua, los investigadores comprobaron que los cuellos se arquean hacia atrás de forma espontánea más de 90°. El grado de la postura incluso aumenta con el paso de los meses. Esto se debe a un ligamento especial de conexión de las vértebras en los cuellos. Creen que con los dinosuarios de cuello largo ocurría lo mismo.

Fuente:

ABC Ciencia

23 de enero de 2012

Hallan en Sudáfrica los nidos de dinosaurio más antiguos ¡190 millones de años de antiguedad!

Embrión de dinosaurio hallado en uno de los nidos.| D. Scott

Embrión de dinosaurio hallado en uno de los nidos.| D. Scott

  • Los fósiles fueron encontrados en el Parque Nacional Golden Gate Highlands
  • Encontraron huevos, embriones y huellas de minúsculos dinosaurios
  • La madre debía medir 6 m. de altura y los huevos, entre 6 y 7 cm. de diámetro

Un espectacular hallazgo en Sudáfrica ayudará a entender el complejo comportamiento reproductivo de los primeros dinosaurios. Un equipo internacional de investigadores ha desenterrado diez nidos de dinosaurios de la especie 'Massospondylus'. Según aseguran los paleontólogos, los fósiles tienen 190 millones de antigüedad, lo que los convierte en los más antiguos hallados hasta ahora.

Los detalles del descubrimiento se publican esta semana en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS). Según explica a ELMUNDO.es Robert Reisz, el autor principal de este estudio, las excavaciones en este yacimiento del Parque Nacional Golden Gate Highlands de Sudáfrica comenzaron en 2005 y se prolongaron durante cinco años.

Los dinosaurios de la especie 'Massospondylus' estaban emparentados con los saurópodos, animales gigantes y de cuellos muy largos, que vivieron durante el Jurásico y el Cretácico.

Biología reproductiva

Los nidos hallados en Sudáfrica estaban distribuidos en varios niveles. En cada uno había hasta 34 huevos, muchos de los cuales contienen embriones. También se han encontrado minúsculas huellas que corresponden a las crías. Según destacan los investigadores, las pisadas muestran que los pequeños dinosaurios caminaban a cuatro patas, aunque se cree que los adultos eran bípedos.

Detalle de la huella de una cría. | D. Scott.

Detalle de la huella de una cría. | D. Scott.

Precisamente estas pequeñas pisadas en los nidos constituyen la prueba más antigua de que los dinosaurios recién nacidos permanecían en el nido durante algún tiempo. Al menos, hasta que doblaban su tamaño.

La madre, calculan, debía medir alrededor de seis metros mientras que los huevos tienen un diámetro de entre seis y siete centímetros. Los huevos están dispuestos de forma ordenada en los nidos lo que, según los paleontólogos, indica que la madre los habría colocado cuidadosamente tras la puesta.

Fidelidad al nido

También creen que la disposición de los fósiles muestra que los dinosaurios volvían repetidamente al lugar donde estaban sus crías, un comportamiento conocido como fidelidad al nido.

Los paleontólogos creen que debajo de las toneladas de rocas que cubren la pared en la que fueron hallados podría haber muchos más nidos. Los ejemplares desenterrados vivieron durante el periodo Jurásico inferior. En el Parque Nacional Golden Gate Highlands de Sudáfrica se habían encontrado los embriones más antiguos conocidos hasta ahora pertenecientes a la especie 'Massospondylus'.

A pesar de que se han hallado abundantes registros de dinosaurios, David Evans, coautor del estudio e investigador del Museo Royal Ontario(EEUU), afirma que hay muy pocos fósiles que aporten información sobre la biología reproductiva de estos animales, en particular de los primeros dinosaurios.

Recreación de dinosaurios adultos y crías saliendo del cascarón. | J. Csotonyi

Recreación de dinosaurios adultos y crías saliendo del cascarón. | J. Csotonyi

El Museo Royal Ontario acogerá hasta el mes de mayo una exposición sobre la reproducción de los dinosaurios en la que se exhiben los fósiles de huevos analizados en esta investigación.

Fuente:

El Mundo Ciencia

16 de enero de 2012

Dinocéfalo: El 'asesino de la Pampa' del Pérmico

Foto del cráneo encontrado en Rio Grande do Soul (Brasil). | J.C. Cisneros

Foto del cráneo encontrado en Rio Grande do Soul (Brasil). | J.C. Cisneros

Hace 270 millones de años, en el Pérmico, en el territorio que ahora ocupa Sudamérica, vivió un carnívoro depredador, de más envergadura que un león, y unos seis metros de longitud, que llegó a colonizar buena parte del planeta, donde aún no existían los dinosaurios. Se trata de un dinocéfalo, un'cabeza terrible' que perteneció a la familia de los reptiles (terápsidos) y que vivió en Brasil.

En este país sudafricano un equipo internacional, dirigidos por el paleontólogo Juan Carlos Cisneros, de la Universidad Federal de Piauí (Brasil) ha logrado localizar el cráneo completo de un ejemplar, cuya especie ha sido bautizada como 'Pampaphoneus biccai'.

Debido a la intensa vegetación que hay en la granja Boqueirao, en el estado de Rio Grande do Soul, los investigadores utilizaron imágenes de Google Earth para seleccionar las áreas con mayor potencial paleontológico. "Así descubrimos el yacimiento en el año 2008", recuerda Cisneros en declaraciones a ELMUNDO.es, firmante del artículo que publican esta semana en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS).

Recreación del 'Pamaphoneus biccai', en lo que fue su entorno, a la caza de un herbívoro. |Voltaire Neto

Recreación del 'Pamaphoneus biccai', en lo que fue su entorno, a la caza de un herbívoro. |Voltaire Neto

El yacimiento se encontraba en el claro de un frondoso bosque. Fue el color del terreno y de las rocas la pista para que los geólogos detectaran que se trataba de un lugar con mucha antigüedad y podía tener fósiles. "Realmente no es fácil encontrarlos en Brasil debido a la vegetación", reconoce el paleontólogo.

El dinocéfalo es un «reptil mamaliforme", pariente lejano de los mamíferos. Tenían incisivos entrelazados, por lo que eran muy cortantes, y cierto engrosamiento en los huesos del cráneo, que se cree que era una adaptación a las embestidas de otros congéneres cuando se disputaban el territorio o las hembras. Algunas especies incluso desarrollaron un cuerno.

En el caso del 'Pampaphoneus', el cráneo descubierto mide unos 35 centímetros de longitud. El fósil fue encontrado en 2008 en una granja en la región de Pampa del Rio Grande hace Sul. Su nombre se basa en el griego y significa 'el asesino de la Pampa', mientras que el 'apellido' es un homenaje Jose Bicca, propietario de la granja en la que se encontró.

"El hallazgo es importante, en primer lugar, porque es el carnívoro terrestre más antiguo de Sudamérica", señala el investigador. "Ya se han encontrado animales herbívoros que vivieron en el período Pérmico, pero este es el primer carnívoro, o para ser más exacto, 'superdepredador', como lo son los felinos de hoy en día".

El dinocéfalo, a escala respecto a un ser humano. |Voltaire neto

El dinocéfalo, a escala respecto a un ser humano. |Voltaire neto

Además, el análisis comparativo de este fósil con otros dinocéfalos ha permitido descubrir que está relacionado con los restos encontrados con anterioridad en tierras tan lejanas como Rusia y Sudáfrica, lo que, según argumentan los paleontólogos, "constituye una fuerte evidencia de que las faunas terrestres en el 'supercontinente' Pangea tenían una distribución global en aquel período".

En palabras de Cisneros, esto significa que los vertebrados terrestres en el Pérmico ya podían migrar y dispersarse a grandes distancias (desde Brasil hasta Rusia), cuando los continentes estaban juntos.

El 'Pampaphoneus' poseían cuatro grandes dientes (dos superiores y dos inferiores) en forma de gancho para atrapar a sus presas con gran rapidez. Los huesos del cráneo que se han recuperado tenían muchas rugosidades, similares a las que hoy en día presentan los de los cocodrilos.

Compartía su espacio con los 'Tiarajudens', otro género extinto, en este caso de sinápsidos anomodontos herbívoros, que fue descubieEnlacerto en el mismo yacimiento, y publicado en la revista 'Science' el año pasado. También hallaron restos de otros herbívoros.

Fuente:

El Mundo Ciencia

29 de diciembre de 2011

Huellas fósiles de hace más de 500 millones de años permiten saber cómo se movía el animal que las produjo

El análisis de unas huellas fósiles de hace más de 500 millones de años ha permitido saber cómo se movía el animal que las produjo.


Foto
Dibujo de Tegopelte gigas. Fuente: Marianne Collins.

Hay fósiles que no están hechos de los restos de cuerpo de un animal o del hueco que dejó ese cuerpo en los sedimentos. Pero, a veces, un fósil está constituido por las huellas que algún animal dejó en el pasado mientras andaba.
A este tipo de fósiles se les denomina icnitas y las más famosas suelen ser (¿cómo no?) las de los dinosaurios. A través de esas huellas se pueden saber muchas cosas, como el peso del animal o cómo era su locomoción. Es decir, a veces podemos saber la dinámica de un ser vivo o su comportamiento y no sólo su forma.
Hace poco investigadores del la Universidad de Saskatchewan y el Museo real de Ontario publicaron un estudio en el que analizaban unas de las primeras icnitas conocidas. Estos fósiles de huellas que fueron encontrados en Burgess Shale, uno de los mejores yacimiento que describen la explosión del Cámbrico. Burgess Shale está declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO y está en Yoho National Park, en la Columbia Británica.
La mayor parte de estas icnitas fueron encontradas en una expedición de 2008, pero hay fragmentos que proceden de otra expedición ocho años antes. En total suman varios metros de trazas con huellas, el mayor de los fragmentos mide 3 metros.

Foto
Foto de uno de los fósiles. Fuente: Royal Ontario Museum.

Hace 505 millones de años una artrópodo anduvo sobre los sedimentos del fondo de un primitivo mar tropical. Sobre el blando suelo dejo las marcas con sus múltiples patas que fosilizadas nos han llegado a nuestros días y, gracias a las fuerzas tectónicas, llegaron a los 2300 metros sobre el nivel de mar, en lo que hoy es el frío Canadá. Estas marcas nos hablan no solamente del animal que las produjo, sino que además pueden tener cierto impacto sobre la comprensión que tenemos de ese remoto ecosistema.
Además de icnitas puede haber pruebas fósiles de otro tipo de actividades, como huellas de mordiscos, escarbaduras o cropolitos (heces fosilizadas). A veces no se sabe qué animal produjo estos restos fósiles de actividades. Pero en este caso de las icnitas cámbricas se contó con una ventaja: el número de patas. En total 33 pares de patas, así que estas huellas probablemente corresponden a Tegopelte gigas, un artrópodo de unos 30 cm de longitud. En esa época no había otros animales de ese tamaño con ese número de patas. Tegopelte gigas tenía un caparazón blando y carecía de segmentos, está levemente emparentado con los cangrejos de herradura y los milpiés y que pertenece al mismo grupo que los trilobites.
El análisis de estas huellas ha permitido a los investigadores averiguar cómo caminaba este animal. Tegopelte era capaz de moverse rápidamente por el fondo del mar mientras sus patas tocaban el sedimento sólo brevemente. Éstas formaban una onda u oscilación que se desplazaba a lo largo de su cuerpo y que le permitía andar (ver animación). Estos restos fósiles también indican que era capaz de hacer giros bruscos.
El estudio apoya la idea de que este animal era un carnívoro activo en la cumbre de la pirámide alimenticia. Este tipo de actividad tuvo que tener un gran impacto sobre las comunidades marinas durante la explosión del Cámbrico y tuvo que provocar una carrera de armamentos entre cazadores y sus presas, lo que, probablemente y en última instancia, dio lugar a la gran diversidad de vida animal que llamamos explosión del Cámbrico.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3703

Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.
ROM.
Burguess Shale en ROM.
Burguess Shale NeoFronteras.
Animación: University of Saskatchewan/Royal Ontario Museum.

Tomado de:

NeoFronteras

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