A las tortugas de la imagen les sorprendió la muerte hace 47 millones de años mientras se apareaban. La de la izquierda, más grande, es la hembra, y ambas se hundieron en las aguas del lago Messel hasta llegar a una zona sin oxígeno. Sus cadáveres, y los de otras ocho parejas, quedaron impregnados en la roca y permanecieron allí durante millones de años. Sus fósiles proporcionan ahora una valiosísima información.
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Tomado de:
Fogonazos