En su quinta versión, el Global Teacher Prize fue, por primera ocasión para un docente de África, Peter Tachibi, por llevar desde su clase de Innovación Científica cambio a una pequeña comunidad rural de Kenia.
Por primera vez, un docente africano recibió el Global Teacher Prize, también conocido como el Nobel de la educación, que entrega la Fundación Varkey y que reconoce al mejor maestro del mundo.
Este año, en la quinta edición del premio, Peter Tabichi se llevó el galardón, por su proyecto de ciencia en una comunidad alejada de Kenia.
El premio se anunció en el marco del Global Education & Skill
Forum, el evento más grande de educación en el mundo, donde participaron
1.700 personas de 144 países. Tachibi recibirá un millón de dólares para seguir desarrollando su programa pedagógico e invertir en su comunidad educativa.
“Esta es una sorpresa, no
solo para mí, para Kenia o para África, sino para todo el mundo. Estamos
mostrando que los profesores importan”, dijo Tabichi cuando recibió el premio, acompañado de su padre en tarima. Según él mismo dice, lleva la
docencia en la sangre. Proviene de un largo linaje de profesores, que le
enseñaron la pasión por la enseñanza y el servicio a la comunidad. De
hecho, dona 80% de su sueldo a proyectos sociales de su aldea. Este profesor de Ciencia ha
transformado la escuela secundaria Keriko, Pwani, una pequeña aldea en
la zona semiárida del Valle del Rift, mediante diferentes proyectos para
incentivar la ciencia y las matemáticas.
Tachibi empezó un Club de Ciencia tan
exitoso, que 60% de los proyectos clasificaron a competencias
nacionales. En la Feria Nacional de Ciencias y Ingeniería del año
pasado, sus estudiantes inventaron un dispositivo que le ayuda a los
ciegos y a los sordos a medir diferentes tipos de objetivos. Sus estudiantes también ganaron un premio de la Royal Society of Chemistry de Reino Unido por crear una máquina que almacena energía de plantas y desechos orgánicos. También implementaron huertas escolares para ayudar con el problema de inseguridad alimentaria de la comunidad. “Nos reunimos en conjunto con la comunidad y buscamos
soluciones creativas para enfrentar este reto, cosechando lo que se va a
cocinar. Es una zona muy árida por lo que cosechamos raíces tolerantes
en esas áreas. Los fines de semana, arreglé con la gente de la
comunidad para que se organicen para regar cuando están libres.”, le
dijo Tachibi a Semana Educación. Con todas estas acciones, la
cobertura de la escuela se duplicó en tres años y los casos de
indisciplina cayeron 30% en el mismo periodo. Además, aumentó la
proporción de egresados que entran a la universidad y el rendimiento de
las niñas ahora supera al de los niños. Vea en video las acciones que llevaron a Tachibi a ser recnocido como el mejor maestro del mundo:
Estos son los profesores latinos
nominados al Global Teacher Prize que entrega la Fundación Varkey, el
galardón más importante para docentes en el mundo. Uno de ellos, Luis
Emiro Ramírez, es colombiano.
Proyectos de robótica, investigaciones científicas sobre la calidad del agua, una banda musical y hasta un filme sobre Harry Potter, son algunas de las iniciativas ideadas en sus escuelas por docentes finalistas al premio al Mejor Maestro del Mundo, que algunos llaman el "Nobel de la educación".
El galardón, llamado en inglés Global Teacher Prize,
se otorga anualmente desde 2015 y fue creado por una institución
educativa global, la Fundación Varkey, para resaltar la importancia del
papel de los maestros en la sociedad.
El jurado evalúa criterios como el uso de prácticas innovadoras que
puedan escalarse a nivel global, la búsqueda de soluciones a problemas
locales, el impacto en la comunidad y beneficios concretos y mensurables
en el aprendizaje.
De más de 10.000 docentes nominados de 179 países se seleccionó una lista de 50 maestros finalistas, que incluye a ocho latinos. El ganador será anunciado en un evento en Dubai en marzo próximo.
Estos son los docentes latinos candidatos al premio al Mejor Maestro del Mundo por sus creativos proyectos en escuelas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Estados Unidos y Uruguay:
Darío Víctor Greni Oliveri. Crédito: Fundación Varkey vía BBC
Darío Víctor Greni Oliveri, Escuela Rural N° 88 de Las Violetas Canelones, Uruguay.
Greni quiere formar ciudadanos globales que resuelven problemas."En
nuestra escuela, los alumnos se dieron cuenta de que no solo pueden
detectar un problema, sino que son capaces de buscar una solución y compartirla con los actores sociales que pueden llevar adelante el cambio que ellos plantean", señaló el maestro a BBC Mundo.
Los niños presentaron en una cumbre educativa en España
su proyecto para disminuir la polución sonora en las ciudades y buscan
soluciones a problemáticas como la tala de árboles nativos, el uso de
combustibles alternativos, los perros callejeros y el reciclado de
residuos.
Tras la visita de un ingeniero de la NASA al colegio, los
propios niños se motivaron a investigar la calidad del agua del arroyo
Canelón Chico empleando macroinvertebrados como bioindicadores.
Para ello, asistieron a charlas en la facultad de Ciencias
y trabajaron con el apoyo de un biólogo, una ingeniera química y un
limnólogo, quien les enseñó la relación entre los macroinvertebrados y
el pH del agua.
Débora Garofalo. Crédito: Fundación Varkey vía BBC
Débora Garofalo, Escuela Municipal de Enseñanza Fundamental Almirante Ary Parreiras Sao Paulo, Brasil
Cuando Garofalo llegó a su escuela cerca de cuatro favelas, los alumnos no recibían educación en tecnología que los preparara para el mundo del trabajo.
La docente se inspiró en sus alrededores y pidió a sus alumnos que
registraran el gran problema local de residuos. A partir de ello, creó un programa de robótica y transformación de residuos en prototipos tecnológicos.
El proyecto de robótica ya transformó la vida de 2.000 jóvenes y
niños, que retiraron una tonelada de basura reciclable y aparatos
electrónicos. "El trabajo generó un cambio de actitud en los alumnos,
que no se creían capaces de crear prototipos o mejorar el problema de la
basura en sus comunidades", señaló Garofalo a BBC Mundo.
"El proyecto cambió su autoestima y nos hace repensar el papel de la
escuela, que no solo debe transmitir conocimiento, sino contribuir a
soluciones locales", concluyó.
Felipe Ramírez. Crédito: Fundación Varkey vía BBC
Felipe Ramírez, Escuela Hospitalaria Puerto Montt Los Lagos, Chile
Ramírez supo desde un principio que su trabajo como maestro en la escuela de un hospital no era simplemente enseñar Ciencia o Historia. Se trataba de alentar la esperanza y, a través de la educación, invertir en el futuro de los niños.
En la escuela de Ramírez hay niños de todas las edades, algunos de los cuales han estado en hospitales durante toda su vida. Otros padecen enfermedades que hacen que su aprendizaje fluctúe cada día.
Ramírez desarrolló formas de enseñar para superar esos desafíos. Una
de sus herramientas poderosas es involucrar a toda la escuela en
proyectos, por ejemplo, participando en una competencia para crear una
obra de arte pública.
Cada niño contribuyó a un libro gigante de poesía,
Poemario de Color, en el que exploraron sus experiencias personales de
enfermedad y usaron matemáticas para ilustrar las páginas con la técnica
japonesa shibori. El proyecto fue parte de una exhibición en el Museo
Nacional de Bellas Artes, en Santiago de Chile.
Jayse Ferreira, Escuela de Referencia de Enseñanza Media Frei Orlando Itambé, Brasil
Como profesor de historia del arte, Ferreira hizo encuestas entre los alumnos para entender por qué las clases tradicionales les parecían tan aburridas.
"¿Por qué Harry Potter, Percy Jackson y Minecraft no son parte del debate en la escuela, en la misma escala de importancia que tiene en el imaginario de los jóvenes fuera de ella?", señaló Ferreira a BBC Mundo.
Su objetivo era lograr que la escuela incorporara las experiencias de vida de los jóvenes
y, para ello, inició un programa en el que los estudiantes escriben y
graban filmes cortos como "Harry Potter, el recomienzo" o "Minecraft
apocalipse".
"Todo culminó en una gran noche de exhibición de cine a cielo abierto en la plaza de la ciudad (porque en Itambé no tenemos cine)", dijo. Además, ya está en curso una exposición fotográfica y el lanzamiento de un libro y de juegos para celular.
"Gracias a este trabajo, hoy nuestros jóvenes están cursando facultades de periodismo,
diseño gráfico, teatro y otras disciplinas, una realidad muy diferente a
la de sus padres, que solo tenían como opciones de trabajo los
almacenes locales o el corte de caña".
Luis Emiro Ramírez. Crédito: Fundación Varkey vía BBC
Luis Emiro Ramírez Gómez, Intitución Educativa Rural Avenida el Caraño Florencia, Colombia
Luis Emiro Ramírez es ingeniero electrónico, pero el deseo de enseñar
lo llevó a una escuela rural. Muchos alumnos veían su comunidad como un
lugar sin oportunidades, pero el docente vio ante todo jóvenes con
potencial.
El ingeniero desarrolló un programa de "agricultura aplicada" llamado Agromática, que permite a los alumnos investigar problemas agrícolas y hallar soluciones usando ciencia y tecnología. Sus estudiantes crearon, por ejemplo, una sistema de alerta temprana
para inundaciones y un dispositivo para monitorear la clorofila en las
plantas a través de la longitud de onda de la luz.
Algunas del las invenciones se transformaron en pequeños negocios,
generando nuevas fuentes de ingreso para las familias de los
estudiantes. Además, el año pasado cerca de 30 estudiantes ingresaron a
la universidad.
María Cristina Gómez. Crédito: Fundación Varkey vía BBC
María Cristina Gómez, Colegio Santa Margarita Rosario, Argentina
Rendirse no es una palabra en el vocabulario de Gómez. Dos de sus
hijos tienen discapacidades y desafiando las predicciones de los
médicos, la maestra luchó hasta lograr que fueran a la universidad y
cumplieran sus sueños.
Toda la vida de esta docente ha estado dedicada a evitar que los
jóvenes caigan en las redes de la desesperanza, las drogas o el embarazo
adolescente. Uno de sus métodos es involucrar a sus estudiantes en iniciativas que le den acceso a personas más allá de su comunidad.
En 2018 la escuela fue sede del primer evento escolar ExpoEdu Paz, en
el que numerosos colegios compartieron experiencias en herramientas que
promueven la convivencia pacífica.
Gómez transforma problemas en ventajas. En lugar de prohibir los celulares en la clase, Gómez los usa para que sus alumnos accedan a herramientas que ella misma desarrolló,
como un blog con recursos de aprendizaje. Como si esto fuera poco, la
maestra triplicó el número de becas para que sus estudiantes accedieran a
la universidad.
Martín Salvetti. Crédito: Fundación Varkey vía BBC
Martín Salvetti, Escuela Técnica Secundaria No. 5 Buenos Aires, Argentina
Los alumnos de Salvetti iniciaron una radio escolar que transmite a la comunidad 24 horas al día los 365 días del año y ha ganado numerosos premios.
"El proyecto de la radio en la escuela arrancó en el año 2001, en plena crisis socio económica que vivía la Argentina. Los chicos no venían a la escuela
y sin los chicos en la escuela no hay educación y sin educación no hay
futuro", relató Salvetti a BBC Mundo. "Uno de los programas se centró en
la contaminación del agua -contó-. La iniciativa del tema fue de los
chicos, ellos eligieron ese tema porque tenían un compañero con plomo en
sangre".
En 2007 ganaron un concurso de la Fundación YPF. "Esto nos permitió
equipar la radio para poder transmitir a la comunidad. Hicieron las
conexiones los chicos de electrónica, montaron las placas acústicas los
chicos de electromecánica, quedó una radio de primer nivel realizada íntegramente por los chicos, la radio era y es de ellos".
Melissa Salguero. Crédito: Fundación Varkey vía BBC
Melissa Salguero, Escuela Pública 48 Joseph R. Drake Bronx, Nueva York
Salguero trabaja en un barrio donde cerca del 60% de los niños viven
en la pobreza. "Soy una cubano estadounidense orgullosa, que ama enseñar
a sus alumnos lecciones de vida a través de la música", relató la maestra a BBC Mundo.
"La música salvó mi vida. Cuando era niña tuve
muchas dificultades en la escuela y comencé a pensar que no era
inteligente. Pero todo cambió cuando me uní a la banda del colegio y
aprendí a tocar el trombón. Aprendí que el éxito tiene muchas formas, no
solo es académico, y quiero transmitir eso a mis alumnos. La música ha
transformado la escuela, mantiene a los niños interesados en su
educación, enseña el poder de la creatividad y la emoción, y desarrolla
un tipo de pensamiento divergente, en el queno hay respuestas ‘correctas‘ sino posibilidades infinitas".
El docente Pablo Arias Santos pidió a sus alumnos en un colegio de Ica crear perfiles de Facebook de personajes de la Historia del Perú. Aprendieron datos, intereses y vínculos de figuras como Túpac Amaru II y Francisco Bolognesi, además los episodios históricos que protagonizaron.
Alumnos de un colegio de Ica aprenden Historia del Perú con perfiles de Facebook
de los personajes y héroes patrios más emblemáticos. Atahualpa, el
último Inca; la precursora Micaela Bastidas o el Caballero de los Mares,
Miguel Grau, entre otras figuras históricas, revelan sus datos,
intereses y amistades en interfaces imaginarias impresas sobre
cartulina.
El responsable de esta iniciativa es Pablo Arias
Santos, un profesor de historia con 20 años de experiencia en las aulas,
que el último jueves compartió fotografías de su trabajo en un colegio
iqueño.
"Personajes de la Historia del Perú, los chicos de 4to y
5to año investigaron sobre ellos, analizando que imagen debían colocar,
que amigos tenían estos personajes y a quienes bloquearían de "sus
facebook". El saber que debían poner los obligaba de manera necesaria a
leer profundamente sobre los personajes elegidos", escribió en su cuenta
de Facebook y su historia se viralizó.
Arias Santos le dijo a RPP
Noticias que planteó la actividad a sus alumnos y ellos eligieron
libremente a sus personajes. "La mayoría trabajó a Túpac Amaru II,
Atahualpa, (Francisco) Bolognesi y mi personaje preferido Miguel Grau".
También crearon perfiles de Mario Vargas Llosa, Francisco Pizarro y Alberto Fujimori.
El maestro destaca el ingenio de sus alumnos en los ‘posteos’ de los
personajes. Por ejemplo, Atahualpa escribe: "Hoy comencé un nuevo hobby,
jugar ajedrez" o "hoy le gané a (Francisco) Pizarro, en alusión a las
partidas que jugaban el Inca y el Conquistador, según los primeros
cronistas.
También comenta, en tono divertido, que en el perfil de
Tupac Amaru II un grupo de alumnos incluyó una imagen de su matrimonio
con Micaela Bastidas y las felicitaciones escritas en los comentarios
por los familiares históricos de los próceres.
El profesor comentó que tomó la idea de un grupo de docentes
mexicanos, en el que mostraban la recreación del perfil en Facebook de
un personaje histórico creado por un alumno. Luego a él se le ocurrió
ampliar la experiencia con contenidos que complementen la información
sobre los personales.
Arias dijo a RPP que a través de los
perfiles les cuenta episodios históricos a sus alumnos, como la Guerra
del Pacífico, entre otros.
Tras el éxito de esta experiencia, los
alumnos del profesor iqueño le preguntan cuál es la próxima actividad,
una responsabilidad que, dice, asume como un reto.
Juan Ebert Quispe Aguilar se ha ganado la admiración de los alumnos por sus singulares clases de historia en las cuales interpreta a personajes como Manco Cápacy el faraón Ramsés.
Juan Ebert Quispe Aguilar ejerce desde hace cinco años la docencia en colegios públicos y privados de la región Cusco
y lo hace de un modo singular, vestido de inca, faraón, hombre
prehistórico y hasta presidente de la República para dictar sus clases.
Juan es natural de la provincia de Canchis y estudió la carrera profesional de Historia, en la Universidad Nacional de San Antonio Abad de Cusco.
Los padres de familia lo han bautizado como el ‘Peregrino de la
Historia’, porque en sus tiempos libres viaja a comunidades alejadas
para impartir lecciones de historia.
En diálogo con RPP Noticias, Quispe Aguilar,
dijo que la idea de disfrazarse surgió cuando en una de sus clases vio a
sus alumnos aburridos y desmotivados. Al día siguiente decidió
convertirse en el protagonista de las lecciones. Ahora espera que su
metodología se replique en otras partes del país para despertar en los
estudiantes un profundo interés por la historia y la cultura.
“Con ustedes el periodo incaico…. así que hermanos y hermanas logren
sus objetivos, sé que para estos años, ustedes y mis Apus, disfrutarán
de sus éxitos, pero volveré con ustedes para recordarles siempre que
tienen que luchar como lo hicieron nuestros incas por sus objetivos, me
despido pero volveré con más historias del periodo incaico”, les dice a
sus estudiantes vestido con traje inca.
En la actualidad enseña en un colegio privado en la provincia de Anta, viaja por una hora diaria desde Cusco para enseñar a escolares de nivel secundario, aunque eventualmente se da un salto por salones de primaria.
El director del colegio, Domingo Ariza Rojas, dijo que fue complicado contactar con el profesor para que enseñe en el colegio Elíseo Ccorahua y aplaudió su modo pedagógico.
Estudiar este arte favorece el neurodesarrollo. Los expertos creen que ayuda también al tratamiento de menores con TEA o TDAH
La música puede ayudar a tratar los trastornos del espectro autista (TEA) y los trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en niños, así lo concluye la Sociedad Norteamericana de Radiología (RSNA, por sus siglas en inglés). Una característica más de este arte en esta jornada en la que se celebra el Día de la Música.
Según estos expertos, que los pequeños reciban clases de música
incrementa y crea nuevas conexiones cerebrales y “puede facilitar los
tratamientos en niños con estos trastornos”. “Ya se sabía que la música
era muy beneficiosa, pero este estudio ofrece un mejor entendimiento
sobre qué está ocurriendo en el cerebro y dónde se producen estos
cambios”, asegura Pilar Dies-Suárez, jefa de radiología en el Hospital
Infantil de México Federico Gómez, en un comunicado. "Experimentar la
música a una edad temprana puede contribuir a un mejor desarrollo del
cerebro, a la optimización de la creación y establecimiento de redes
neuronales y a la estimulación de las vías existentes del cerebro”,
añade la experta.
Estudios anteriores ya hablaban de los beneficios de la música en el
desarrollo cerebral. Por ejemplo, uno elaborado por el Instituto de
Aprendizaje y Neurología de la Universidad de Washington (Seattle, EE
UU) y publicado National Academy of Sciences
concluyó que “ciertas melodías mejoran el procesamiento cerebral de
pequeños de nueve meses, tanto en lo que se refiere a la música como a
nuevos sonidos del habla”. La investigación sugería “que experimentar
patrones rítmicos musicales mejora la habilidad de detectar y predecir
patrones rítmicos del habla. Esto significa que escuchar música en
edades muy tempranas puede tener un efecto global en las habilidades
cognitivas de los bebés”, aseguraron los autores. El artículo completo en: El País (España)
La especialista estadounidense en Educación Jennifer Groff e investigadora del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), de Estados Unidos, hace parte de los expertos que defienden la llamada Enseñanza Basada en Competencias (EBC), que se enfoca en desarrollar habilidades y raciocinio en vez de memorización de contenido.
Para el alumno del siglo 21, habilidades como el pensamiento crítico,
la colaboración y la creatividad son mucho más importantes que la
enseñanza a través de fórmulas o contenido memorizado y sin contexto.
Los contenidos tradicionales como matemáticas o incluso más nuevos,
como lenguaje de programación, de nada sirven si se enseñan sin
aplicación en el mundo real y sin razonar.
Es lo que dice laespecialista estadounidense en Educación Jennifer Groff, cofundadora del Center for Curriculum Networkign e investigadora del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), de Estados Unidos, donde lidera el desarrollo del diseño de juegos para uso en las aulas.
"No se puede enseñar fuera de contexto.Para
que exista la esperanza de que al final entiendan todo lo demás (los
niños) tienen que comenzar a adquirir experiencia con los problemas
reales a lo largo del vida", dice.
Groff es autora de estudios sobre temas curriculares, enseñanza
personalizada y sobre cómo redefinir ambientes de aprendizaje y
experiencias a través de innovaciones y tecnologías educativas. El año pasado, fue nombrada una de las 100 personas más influentes en tecnología de la educación por la revista Ed Tech Digest.
La especialista también es desde 2017 directora pedagógica de Lumiar,
organización de escuelas y tecnologías de aprendizaje creada en Brasil.
Groff explica por qué un número cada vez mayor de expertos defienden la llamada Enseñanza Basada en Competencias (EBC)que se enfoca en desarrollar habilidades y raciocinio en vez de memorización de contenido.
En ese sistema, los alumnosaprenden a través de la realización de proyectos,
en lugar de recibir un contenido listo dividido en disciplinas. Esta
enseñanza tampoco depende de materiales como libros didácticos o
división de los alumnos en grados.
La metodología fue elegida como una de lasmás innovadoraspor
la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en
2017 y está siendo implementada en escuelas de países como Holanda,
Estados Unidos, Inglaterra y Finlandia.
A pesar de las diferencias, las escuelas que siguen el método se
adaptan para no dejar de seguir las directrices obligatorias de
educación de cada país.
La mayoría de las culturas cuentan en base 10: tienen 10 dígitos diferentes y los combinan para describir cualquier cantidad. ¿Por qué? Para conocer la causa solo hay que mirarse las manos.
Las matemáticas que aprendemos en el parvulario tienen una base 10.
Eso quiere decir que tenemos 10 dígitos diferentes y con combinaciones
de ellos describimos cualquier cantidad, agrupada siempre en decenas o
en potencias de 10. Contar en base 10 no es algo nuevo ni propio de
nuestra cultura. El lenguaje protoindoeuropeo que se hablaba hace
alrededor de 6.000 años en algún lugar cercano al mar Negro (quizás en
Anatolia o en la estepas de Ucrania, en este punto no hay consenso) ya
utilizaba base 10 y de ahí pasó a la mayor parte de culturas a través
del griego clásico, el latín, el sánscrito o el germánico. Pero contar
de 10 en 10 es algo que se descubrió varias veces en culturas que no
tenían contacto entre ellas. Otras protolenguas como el sinotibetano, la
nigerocongolesa y la austranesia, que son precursoras de lenguas con
millones de hablantes como el chino mandarín o el suajili también
utilizan una base 10. ¿Por qué 10? En principio se podría haber elegido
cualquier base. En este caso la filología nos da una idea.
Cuando
estamos en el parvulario y aprendemos a sumar, el gesto instintivo es
ayudarnos con los dedos. Puesto que tenemos 10 dedos, parece lógico
pensar que la mayoría de culturas utilizaron 10 dígitos por tener 10
dedos, y esto se refuerza por el hecho de que etimológicamente dígito y
dedo comparten origen en la mayoría de lenguas que cuentan en base 10.
Sin embargo, no siempre se elegía contar de esta forma. En algunas
lenguas de Centroamérica, el Cáucaso y África Central y Occidental los
números se definen en base 20. De hecho, en algunas lenguas europeas
quedan rastros de una convivencia entre la base 10 y la base 20, por eso
en francés la palabra para “ochenta” es quatre-vingt, es
decir, cuatro veces 20, y en inglés antiguo la palabra score define una
veintena. Una base 5 es infrecuente en idiomas antiguos; sin embargo, en
España no nos es ajena, solo hay que pensar en la palabra lustro para
definir periodos de cinco años y en el uso de los duros para definir
cinco pesetas. Y de la base 15 solo nos queda una referencia: el conteo
del tenis, que parece motivado por un antiguo sistema de apuestas
francés, aunque hay teorías alternativas que lo relacionan con la forma
en la que medimos un círculo. El origen de la base 10, 5 y 15 se
relaciona también con los dedos de la mano, y hace referencia a utilizar
también los dedos de los pies, una sola mano, o las dos manos y un pie
(por eso la base 15 es tan rara).
Hay otras culturas que también han contado con los dedos, pero de
forma diferente a como lo hacía la mayoría. Por ejemplo, el sistema de
base 60 fue utilizado originalmente por los sumerios y más tarde por los
babilonios, y es el origen por el que dividimos las horas en 60 minutos
y los minutos en 60 segundos y por el que una circunferencia tiene 360
grados. Ese sistema deriva de otro de base 12: solo hay que ver que los
babilonios dividieron el año en 12 signos zodiacales. Y aquí volvemos a
tener los dedos, aunque los sumerios los utilizaban de forma diferente a
los protoindoeuropeos. Si miramos la palma de la mano y utilizamos el
dedo pulgar como puntero para contar, veremos que el resto de dedos
están divididos en tres falanges cada uno. Si contamos las falanges, ya
tenemos la base 12, y este parece ser el origen más probable de esta
numeración. Aunque hay explicaciones alternativas, puesto que 60 se
puede dividir de forma exacta entre 2, 3, 4, 5, 6, 10 y 20, lo que
permite hacer diferentes agrupaciones que hoy día seguimos utilizando
(las medias horas, los cuartos de hora o los 5 o 10 minutos).
Y todavía existe una tercera forma de utilizar las manos para contar.
Hay unos cuantos idiomas antiguos que contaban los números de forma
octonaria, en base 8. Y también contaban con la mano, con la diferencia
de que, en vez de asignar cada cantidad a un dedo (base 10) o a una
falange (base 12), utilizaban los huecos entre los dedos, y así salen
los cuatro huecos en cada mano. Queda claro que, independientemente de
nuestra cultura, todos hemos contado con los dedos.
La base está en todo el cuerpo
De los miles de idiomas que han existido, no todos se ajustan al
patrón general de contar con los dedos. Por ejemplo, hay lenguas con
sistemas en base 2: en este caso, las palabras para los números
recuerdan a las palabras para ojos u orejas, indicando que esa parte del
cuerpo fue la que más llamó la atención a sus hablantes. Pero hay más
casos: la lengua salinera de los nativos de California tiene base 4, y
la que se habla al sur de Nueva Guinea, base 6, aunque parece que
utilizaban como patrón la forma de agrupar alimentos más que el cuerpo. Y
la lengua oksapmin, de la provincia de Sandaun, en Nueva Guinea, tiene
base 27 debido a que utiliza todas las partes del cuerpo contables,
incluyendo dedos, ojos, brazos y hombros.
DeepMind desarrolla una inteligencia artificial invencible en los tres juegos de tablero más complejos gracias a un algoritmo que compite sin instrucciones.
El objetivo está lejos: conseguir una sola máquina capaz de
enfrentarse a cualquier reto o tarea sin ayuda. Hasta ahora, los grandes
logros de la inteligencia artificial se generan con máquinas dedicadas
específicamente a una tarea, entrenadas para ello en una condiciones muy
concretas, incapaces de adaptarse a un cambio sustancial. Pero los
pasitos que se van dando hacia ese objetivo son firmes. El último
progreso lo firma DeepMind, que ha conseguido que un mismo programa se
convierta en invencible en ajedrez, shogi (una versión japonesa del
juego) y go, los tres juegos de tablero más exigentes para el intelecto.
Pero el mundo real es mucho más complejo e imprevisible. El logro de DeepMind, la división de inteligencia artificial de
Google, promete generar importantes avances. Este programa, llamado
AlphaZero, ha aprendido solo a jugar sobre estos difíciles tableros, como explican sus desarrolladores en la revista Science.
De cero (de ahí su nombre), sin ayuda ni ejemplos de jugadores reales.
En otras ocasiones, el ordenador aprendía porque lo alimentaban con todo
el conocimiento humano, millones de jugadas y ejemplos reales, y a
partir de ahí el cerebro de silicio elegía las mejores estrategias. Deep
Blue venció así a Kaspárov. Y AlphaGo venció así a Lee Sedol.
Pero AlphaZero aprende de sí mismo y en apenas un puñado de horas; tan
solo le explican las reglas del juego y a partir de ahí ha sido capaz de
convertirse en el mejor jugador de todos los tiempos en estas tres
disciplinas. Los programas que mejor juegan al ajedrez, al shogi y al go
—sin rival entre los humanos y diseñados durante años específicamente
para esta tarea— apenas son capaces de arañar una victoria entre miles
de derrotas. Es más, esta inteligencia artificial es capaz de vencer con una mano
atada a la espalda. Al enfrentarse ordenadores contra ordenadores, se
otorgaban unos tiempos a cada aparato para pensar su
movimiento. La inteligencia de AlphaZero era tan superior que ganaba
incluso cuando se le concedía tan solo una décima parte del tiempo que a
sus rivales para procesar la información y mover. Y no es una cuestión
de potencia computacional, es porque se le ha otorgado una forma de
razonar más profunda y selectiva. En ajedrez, valora únicamente
60.000 posibilidades por segundo frente a los 60 millones de opciones
que baraja su rival, Stockfish, el más potente jugador de ajedrez hasta
ahora. El algoritmo busca solo entre los movimientos más prometedores. Pero AlphaZero no solo vence, revoluciona el juego. Como la máquina
aprende sola, sin modelos ni ejemplos, empieza con decisiones aleatorias
y al cabo de un tiempo empieza a descubrir las jugadas y
planteamientos que llevan usando siglos los humanos. Pero enseguida
encuentra mejores enfoques, completamente nuevos, creando un estilo de
juego propio y poco ortodoxo. "Está libre de las limitaciones del modo
en que los humanos piensan sobre el juego", explica Demis Hassabis, jefe
de DeepMind, por lo que ha incorporado al tablero estrategias
desconocidas que ya están fascinando a los expertos. En ajedrez, se
habla de cómo sus piezas se arremolinan en torno al rey del oponente con
fuerza, dinamismo y determinación. Desprecia el valor material de las
piezas y prefiere hacer sacrificios impensables desde el principio de la
partida porque al final merecerá la pena. En el shogi, realiza
movimientos que van en contra de todos los manuales, como mover al rey
al centro del tablero, porque supone ponerlo en peligro, pero para
AlphaZero se convierte en una forma de mantener el control del campo de
batalla. Cuando se hizo lo mismo en el milenario go, la máquina llegó a la conclusión de que el conocimiento humano era un lastre. Lea el artículo completo en: El País (España)
En los últimos 20 años, Islandia ha reducido radicalmente el consumo de tabaco, drogas y bebidas alcohólicas entre los jóvenes. ¿Cómo lo ha conseguido y por qué otros países no siguen su ejemplo?
Falta poco para las tres de una soleada tarde de viernes, y el parque
Laugardalur, cerca del centro de Reikiavik, se encuentra prácticamente
desierto. Pasa algún que otro adulto empujando un carrito de bebé, pero
si los jardines están rodeados de bloques de pisos y casas
unifamiliares, y los críos ya han salido del colegio, ¿dónde están los
niños? En mi paseo me acompañan Gudberg Jónsson, un psicólogo islandés, y
Harvey Milkman, catedrático de Psicología estadounidense que da clases
en la Universidad de Reikiavik durante una parte del curso. Hace 20
años, cuenta Gudberg, los adolescentes islandeses eran de los más
bebedores de Europa. “El viernes por la noche no podías caminar por las
calles del centro de Reikiavik porque no te sentías seguro”, añade
Milkman. “Había una multitud de adolescentes emborrachándose a la vista
de todos”. Nos acercamos a un gran edificio. “Y aquí tenemos la pista de patinaje cubierta”, dice Gudberg.
Hace un par de minutos hemos pasado por dos salas dedicadas al
bádminton y al pimpón. En el parque hay también una pista de atletismo,
una piscina con calefacción geotérmica y, por fin, un grupo de niños a
la vista jugando con entusiasmo al fútbol en un campo artificial. En este momento no hay jóvenes pasando la tarde en el parque, explica
Gudberg, porque se encuentran en las instalaciones asistiendo a clases
extraescolares o en clubs de música, danza o arte. También puede ser que
hayan salido con sus padres. Actualmente, Islandia ocupa el primer puesto de la clasificación
europea en cuanto a adolescentes con un estilo de vida saludable. El
porcentaje de chicos de entre 15 y 16 años que habían cogido una
borrachera el mes anterior se desplomó del 42% en 1998 al 5% en 2016. El
porcentaje de los que habían consumido cannabis alguna vez ha pasado del 17 al 7%, y el de fumadores diarios de cigarrillos ha caído del 23% a tan solo el 3%. El país ha conseguido cambiar la tendencia por una vía al mismo
tiempo radical y empírica, pero se ha basado en gran medida en lo que se
podría denominar “sentido común forzoso”. “Es el estudio más
extraordinariamente intenso y profundo sobre el estrés en la vida de los
adolescentes que he visto nunca”, elogia Milkman. “Estoy muy
impresionado de lo bien que funciona”. Si se adoptase en otros países, sostiene, el modelo islandés podría
ser beneficioso para el bienestar psicológico y físico general de
millones de jóvenes, por no hablar de las arcas de los organismos
sanitarios o de la sociedad en su conjunto. Un argumento nada
desdeñable. “Estuve en el ojo del huracán de la revolución de las drogas”, cuenta
Milkman mientras tomamos un té en su apartamento de Reikiavik. A
principios de la década de 1970, cuando trabajaba como residente en el
Hospital Psiquiátrico Bellevue de Nueva York, “el LSD ya estaba de moda,
y mucha gente fumaba marihuana. Había un gran interés en por qué la
gente tomaba determinadas drogas”.
La tesis doctoral de Milkman concluía que las personas elegían la
heroína o las anfetaminas dependiendo de cómo quisiesen lidiar con el
estrés. Los consumidores de heroína preferían insensibilizarse, mientras
que los que tomaban anfetaminas preferían enfrentarse a él activamente.
Cuando su trabajo se publicó, Milkman entró a formar parte de un grupo
de investigadores reclutados por el Instituto Nacional sobre el Abuso de
Drogas de Estados Unidos para que respondiesen a preguntas como por qué
empieza la gente a consumir drogas, por qué sigue haciéndolo, cuándo
alcanza el umbral del abuso, cuándo deja de consumirlas y cuándo recae. “Cualquier chaval de la facultad podría responder a la pregunta de
por qué se empieza, y es que las drogas son fáciles de conseguir y a los
jóvenes les gusta el riesgo. También está el aislamiento, y quizá algo
de depresión”, señala. “Pero, ¿por qué siguen consumiendo? Así que pasé a
la pregunta sobre el umbral del abuso y se hizo la luz. Entonces viví
mi propia versión del “¡eureka!”. Los chicos podían estar al borde de la
adicción incluso antes de tomar la droga, porque la adicción estaba en
la manera en que se enfrentaban a sus problemas”. Lea el artículo completo en: El País (España)
A nuestro alrededor, una gran variedad de tecnologías están
llegando a la mayoría de edad, transformando nuestro mundo en formas
complejas que son difíciles de predecir.
Anticipar lo que va a venir requiere prestar atención a elementos
menos conocidos pero importantes del mundo natural antes de que nos
atrapen sin estar preparados. Varios de estos ya están listos para
generar tecnologías que serán un punto de inflexión y crearán nuevos
conocimientos.
Con esto en mente, pedimos a una red de expertos que nos dijeran
cuáles son los temas de investigación que más los entusiasman y cuáles,
los que más les preocupan. Seiscientos sesenta respondieron. Creemos que
sus respuestas lo sorprenderán.
Futuras fronteras
Como es de esperar, las mismas tecnologías de las que muchos de
nosotros leemos y hablamos son también prioritarias en las mentes de los
expertos. Los problemas complejos que surgieron incluyeron a los
sospechosos habituales, la inteligencia artificial, la modificación del
genoma humano, la energía sostenible y el futuro de las armas.
Pero si queremos estar mejor preparados para esperar lo inesperado,
debemos escuchar con más atención. La Encuesta de Futuras Fronteras
apunta precisamente a eso. En lo profundo de los datos, encontramos
voces cuyas esperanzas y temores sonaron diferentes a los del resto.
A partir de estas respuestas intrigantes, extrajimos ocho Fronteras
Futuras de la ciencia y la tecnología que todos deberíamos conocer más.
Cuatro son muy prometedoras y cuatro representan grandes riesgos.
Las cuatro más prometedoras
1. Biología cuántica
¿Cómo pueden las plantas convertir la luz solar en energía química
con la que pueden vivir en una milmillonésima parte de un segundo? ¿Cómo
pueden las aves detectar el campo magnético de la Tierra para navegar
miles de millas? ¿Cómo puede nuestro ADN mutar al azar sin causa
aparente? ¿Qué es la conciencia?
Comprender cómo evolucionó la biología para aprovechar el
comportamiento manifiestamente cuántico y qué papel puede tener la
física cuántica en el cerebro humano es un área de investigación
incipiente pero en crecimiento. Podría responder a algunos de los
mayores misterios de la ciencia y conducir a tecnologías que superan
nuestra imaginación. Obtenga más información en este artículo.
2. Aprendizaje automático a través de pequeños datos
No pasa un día sin que aparezca alguna noticia sobre cómo la
inteligencia artificial cambiará nuestro mundo. Pero la IA que hoy
conocemos tiene grandes limitaciones. Para que las máquinas aprendan, se
requieren enormes conjuntos de datos de capacitación. Cuando se
enfrentan a situaciones que difieren de los ejemplos utilizados en la
capacitación, colapsan. La inteligencia humana hace exactamente lo
opuesto. Vemos una nueva situación que nos sorprende, y con datos muy
escasos, nuestros cerebros se programan para generalizar y, la mayoría
de las veces, con excelentes resultados.
Los sistemas de inteligencia artificial que conocemos hoy en día
siguen siendo impresionantes, pero probablemente son como un pequeño
poni que repite siempre el mismo truco. Un sistema que puede aprender
con tanta agilidad como un ser humano y ofrecer servicios valiosos sin
la necesidad de grandes cantidades de datos de capacitación sería un
verdadero cambio. Podría equiparar o superar nuestras propias
capacidades.
3. Superconductividad a temperatura ambiente
Pocas cosas han cambiado la condición humana más que nuestra
capacidad para aprovechar la energía eléctrica. Pero con el tiempo, la
electricidad que almacenamos en una batería se degrada, y cuando
transmitimos electricidad a través de cables, siempre algo de energía se
pierde. Los materiales superconductores pueden lograr la transmisión y
el almacenamiento de electricidad sin pérdidas, y crear poderosos campos
magnéticos que nunca se debilitan.
Imagine trenes de levitación que pueden alcanzar velocidades
increíbles; un mundo alimentado enteramente por granjas solares en el
desierto; computadoras ultrarrápidas; máquinas económicas de resonancia
magnética; y otras tecnologías que jamás hemos soñado.
Sin embargo, los superconductores que tenemos hoy en día solo
funcionan cuando se enfrían a cientos de grados bajo cero. Esta es una
hazaña técnicamente difícil que hace que la tecnología superconductora
sea imposible de escalar comercialmente. Lograr la superconductividad a
temperatura ambiente transformaría el mundo de una manera comparable a
cuando comenzamos a usar electricidad.
4. Venómica
Desde arañas y escorpiones hasta ranas y caracoles, existen más de
220.000 especies que producen los complejos cócteles de toxinas llamados
venenos. Los venenos contienen proteínas poderosas que han evolucionado
para actuar con rapidez y de manera muy precisa, uniéndose a objetivos
específicos en el cuerpo como un candado y una llave, con un efecto
devastador. En resumen, son las drogas perfectas que nos provee la
naturaleza. Si los expertos en química pudieran producir medicamentos
que funcionen tan bien como el veneno, veríamos un aumento drástico en
la eficacia de los medicamentos y una disminución en los efectos
secundarios.
Una de las razones por las que los fabricantes de medicamentos no
han usado más los venenos es la dificultad de esclarecer su compleja
composición química para identificar los ingredientes activos. Pero la
aplicación de nuevas tecnologías 'ómicas', herramientas que caracterizan
sistemáticamente las diferencias en el ADN, el ARN, las proteínas y las
moléculas involucradas en las estructuras celulares y el metabolismo,
están permitiendo que los científicos descodifiquen y cataloguen la
estructura del veneno a un ritmo mucho más rápido. Podrían conducir a
una revolución en el descubrimiento de medicamentos para tratar
enfermedades humanas.
Ya sean drones, armas de fuego o robots, lo que define a los
sistemas de armas letales autónomas (lethal autonomous weapon systems,
LAWS) es que, una vez desplegados, toman sus propias decisiones sobre
cuándo usar o no su fuerza letal.
Para obtener información completa, lea este artículo de Peter Maurer, Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja.
2. Fenotipo digital
Los fanáticos de la ciencia ficción han soñado durante mucho tiempo
con dispositivos portátiles que diagnostican enfermedades y dolencias
con un escaneo rápido del cuerpo. Dicha tecnología está ahora cerca de
hacerse realidad, con la llegada de algoritmos que pueden analizar
grabaciones de video, texto y audio para identificar patrones sutiles, o
anomalías que los ojos y oídos humanos no pueden captar.
Si bien el fenotipo digital podría empoderar a las personas,
también podría usarse para evaluar de forma pasiva a las poblaciones sin
su consentimiento o conocimiento. Las cámaras de seguridad y vigilancia
se han convertido en un hecho cotidiano en ciudades, centros de
transporte, oficinas e incluso escuelas. Pronto, estos sistemas podrán
captar cambios en nuestra salud física y mental sin que nosotros lo
sepamos.
La expansión de dispositivos digitales que rastrean nuestros
patrones de comportamiento podría incluso estar a punto de cambiar el
campo de la psiquiatría, escribe Amit Etkin, Profesor Asociado de
Ciencias de la Psiquiatría y el Comportamiento en la Universidad de
Stanford, en este artículo.
Lo que hagan las empresas, los gobiernos o terceros con esos datos
abrirá una nueva frontera en los ya complicados debates sobre privacidad
de datos y derechos digitales.
3. Neuromodulación no invasiva
Fuerzas intangibles, como las corrientes eléctricas, las ondas de
ultrasonido y la estimulación magnética, pueden utilizarse para alterar
los estados mentales, los comportamientos o la fisiología del cerebro en
formas que solían requerir traspasar el cráneo por medio de una cirugía
o ingerir medicamentos. Esto ha dado como resultado nuevos tratamientos
para la depresión persistente o el alivio de los temblores de la
enfermedad de Parkinson sin tener que implantar un dispositivo en el
cerebro del paciente.
Pero sin una regulación clara, esta tecnología es fácil de usar en
formas no aprobadas, que podrían poner a los consumidores en riesgo. Ya
existe un pequeño mercado que se desarrolla en torno a los kits de
estimulación cerebral caseros. Llevando las conclusiones a un extremo,
no es difícil imaginar un futuro en el que las empresas y los gobiernos
puedan implantar dispositivos para manipular los estados mentales de los
trabajadores, soldados o ciudadanos, regulando sus niveles de vigilia,
sumisión a la autoridad, temores o inhibiciones.
Para obtener más información sobre la ciencia de control mental no invasiva, vea nuestra entrevista con Antoine Jerusalem, Profesor en el Departamento de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de Oxford.
4. Justicia predictiva
Esta es la capacidad de usar inteligencia artificial, técnicas de
neuroimagen y datos masivos para identificar individuos y situaciones
hipotéticas donde existe una alta probabilidad de que ocurra un delito.
La inteligencia artificial utilizada en las salas de juzgados puede
ayudar a que la justicia sea más eficiente, pero considere los riesgos
en un mundo donde proliferan los algoritmos de falsificación de pruebas.
Nos enfrentamos a una revolución digital, sostiene Daniela Piana en este artículo que analiza la ética de la justicia predictiva.
Depende de nosotros garantizar que sigamos siendo gobernados por la ley
en lugar de caer en la trampa de hacer que el imperio de la ley sea
igual a la regla del código.
Martha, de 17 años y Erika, de 12 años, programan un robot.
"En México hay un auge de escuelas de robótica en clases extracurriculares.
En Brasil empieza este movimiento, en Costa Rica lleva un par de años,
pero en México lleva una década", dice Carlos Pérez, director en México
de World Robot Olympiad (WRO), una competencia mundial de robótica para jóvenes.
México es el único país de América Latina en ganar uno de los primeros tres lugares en WRO. Fue con un equipo de adolescentes de Robotecnia, en Qatar en 2015.
"Los equipos de México son los que lo hacen mejor a nivel América Latina en este concurso", dice Pérez.
También los equipos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ganan premios a nivel universitario.
Juan
Huberto Sossa Azuela, jefe del laboratorio de robótica e ingeniería
mecatrónica del centro de investigación en computación del IPN explica
que en México hay mucho potencial en ese campo, no sólo en los concursos.
Estudiantes de Robotecnia, una de las escuelas más reconocidas en robótica extracurricular en México.
Dice que México y Brasil son los "gigantes" en robótica en América Latina, aunque aclara que a nivel mundial están muy atrás de los países industrializados.
Pero... falta dinero
Pero, apunta, falta apoyo económico para que puedan llevar sus proyectos a un nivel más alto. En México la robótica está en auge a nivel académico y teórico. Además, es el país de América Latina que más importa robots industrializados y el cuarto en todo el mundo según la Organización Mundial del Comercio.
"En México somos buenos en la teoría, y tenemos potencial. Pero falta dar un paso más y llegar a producir robots, aunque para ello falta una política de Estado y dinero", explica el académico.
Hasta ahora, la producción de estas máquinas se circunscribe a pocos países en el mundo, entre los que están a la cabeza Corea del Sur, Singapur, Japón, Estados Unidos y China.
Sossa dice que México destaca en el diseño de redes neuronales artificiales y de sus algoritmos de aprendizaje para que sean implantadas en las computadoras a bordo de los robots.
También, hay talento para el control inteligente, por ejemplo, el control difuso, que significa que las máquinas razonen en una forma más parecida al ser humano.
"Las personas entienden en un lenguaje que no es tan numérico, como
cuando le dices a alguien: 'gira a la derecha' y no le dices cuántos
grados".
Otro aspecto por desarrollar es la robótica de servicios.
"En los próximos 20 años vamos a ver las ciudades inundadas de máquinas
desarrollando distintas tareas, como limpiar, servir el café, haciendo
de guías turísticos, auxiliares de hospitales o cargando maletas en el aeropuerto", dice el especialista del IPN.
El IPN también desarrolla un vehículo de exploración tipo ROVER, como los destinados a la exploración espacial, pero este es para utilizarse en tareas de búsqueda en la tierra.
Aunque
no está definido todavía, podría realizar tareas como minería, labores
de rescate o toma de muestras que podrían ser analizadas por el propio
robot.