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20 de agosto de 2018

Un macabro hallazgo revela dónde y cuándo se registró el primer caso de peste bubónica

Dos esqueletos de la Edad del Bronce hallados en Rusia contenían el genoma de la bacteria ancestral que generó las pandemias más mortíferas del Medievo.

Un reciente hallazgo hecho en un túmulo de la Edad del Bronce en la provincia rusa de Samara suma 1.000 años al primer caso comúnmente aceptado de peste bubónica, que habría ocurrido hace 2.900 años.


El cambio se debe a las excavaciones practicadas en el sitio arqueológico Mijáilovski II entre el 2015 y el 2016, cuando fueron extraídos dos esqueletos enterrados hace aproximadamente 3.800 años. Una osamenta masculina y otra femenina yacían juntas y su estado de conservación permitió identificar la enfermedad que los llevó a la tumba.

Fue la peste bubónica, según determinó un equipo integrado por expertos de la Universidad Federal de Kazán (Rusia) y el Instituto Max Planck para la Ciencia de Historia Humana (Alemania). La cepa no solo fue reconocida por su ADN, sino que este fue secuenciado.

Precursor de la muerte negra

La secuenciación estableció que los dos difuntos del mencionado sitio murieron víctima de la bacteria Yersinia pestis, directamente ancestral a la que generó la plaga de Justiniano en el Imperio bizantino del siglo VI y posteriormente la muerte negra en toda Europa en el XIV y la peste china del siglo XIX.

Dichos brotes tenían a las pulgas como el "vector principal" de la transmisión infecciosa, explicó la biólogo Rezedá Tujbátova. El caso aislado de Samara también tenía "todas las propiedades genéticas para la transmisión eficaz a los roedores, los humanos y otros mamíferos".

Todos los casos previamente conocidos de la cepa de la peste en la Edad del Bronce genéticamente no tenían nada que ver con las posteriores pandemias. La evidencia más temprana del bacilo mortal con capacidades epidémicas se remontaba al siglo IX a.C. y fue recogida en Armenia, según los estudios previos al descubrimiento.

Fuente:

RT en español

21 de diciembre de 2015

Eyman: El pueblo cuyo sacrificio logró parar la epidemia de peste negra

En ocho escasos días, en agosto de 1667, Elizabeth Hancock perdió a su marido y a sus seis hijos.
Cubriendo su boca con un pañuelo para disimular el hedor de la descomposición, arrastró sus cuerpos hasta un campo cercano y los enterró.



Los seres queridos de Hancock fueron víctimas de la peste negra, también conocida como peste bubónica o muerte negra, una plaga mortal que asoló Europa de forma intermitente entre el siglo XIII y el XVII, matando a 150 millones de personas.

La epidemia que tuvo lugar entre 1664 y 1666 fue particularmente notoria, el último gran brote de la enfermedad en Inglaterra.

Sólo en Londres fallecieron 100.000 personas, una cuarta parte de la población de la capital.
En medio de esa devastación, en el Distrito de los Picos de Eyam, donde vivían Hancock y su familia, tuvo lugar el más heroico de los sacrificios de la historia de Reino Unido.
Gracias a ese acto la peste negra dejó de propagarse.

Lee: La peste negra, la plaga que EE.UU. no ha logrado erradicar

Telas infestadas

Hoy todo parece estar bien en Eyam.

Los niños recolectan gruesas moras en las zarzas de las afueras del pueblo.
Los ciclistas aminoran la marcha en sus empinadas calles, haciendo a las hojas secas crujir bajo las ruedas.

Situada a 56 kilómetros al sureste de Manchester, es una tranquila ciudad dormitorio de 900 habitantes.

Y cuenta con todos los elementos presentes en cualquier localidad inglesa: pubs, acogedores lugares para tomar el té y una idílica iglesia.

Lea: ¿Por qué sigue muriendo la gente de peste bubónica?

Pero hace 450 años el panorama era muy distinto.

Las calles estaban vacías, las puertas de las casas habían sido pintadas con cruces blancas y sólo se escuchaban los lamentos de los moribundos, infectados por la peste bubónica.

La el artículo completo en:

BBC mundo

10 de junio de 2014

Hasta las ratas se arrepienten de sus errores...

Lamentarse por una mala decisión se creía hasta ahora un comportamiento exclusivamente humano, pero también los roedores muestran su pesar cuando «meten la pata». Lo han visto en su cerebro.

La capacidad de arrepentirse, el lamento por alguna acción pasada considerada indebida o errónea, se creía hasta ahora exclusiva del ser humano (y no necesariamente muy extendida). Pero como ocurre con otros comportamientos que creemos tan nuestros, no tenemos el monopolio. Una nueva investigación del Departamento de Neurociencia de la Universidad de Minnesota (EE.UU.) revela que también las ratas -quién iba a pensar en ellas- muestran su pesar cuando se equivocan. El estudio ha sido publicado en la revista Nature Neuroscience.

Para medir el arrepentimiento en las ratas, el equipo partió de la definición formulada por economistas y psicólogos. «El arrepentimiento es el reconocimiento de que se ha cometido un error, que si hubieras hecho algo más, habría sido mejor», explica A. David Redish, profesor de neurociencia. «La parte más difícil de este estudio era distinguir el pesar de la decepción, que es cuando las cosas no son tan buenas como cabría haber esperado. La clave para distinguir entre los dos fue dejar que las ratas escogieran qué hacer».

Los investigadores desarrollaron una nueva prueba en la que se «preguntaba» a las ratas cuánto tiempo estaban dispuestas a esperar a ciertos alimentos. «Es como esperar en la cola en un restaurante -apunta Redish-. Si la cola es demasiado larga en el restaurante de comida china, entonces te rindes y te vas a un restaurante de comida india al lado».

En esta tarea, a la que llamaron «Restaurant Row» (La cola del restaurante) a la rata se le presenta una serie de opciones de comida, pero tiene un tiempo limitado en cada «restaurante».

Los resultados de la investigación muestran que las ratas estaban dispuestas a esperar más tiempo para ciertos sabores, lo que implica que tenían preferencias individuales. Como se podían medir las preferencias individuales de las ratas, los investigadores podían medir las buenas y malas opciones. A veces, las ratas se saltaban una buena opción y se encontraban frente a una mala. 

«En los seres humanos, una parte del cerebro llamada corteza orbitofrontal se activa durante el arrepentimiento. Encontramos en ratas que reconocieron que habían cometido un error, indicadores en la corteza orbitofrontal que representan la oportunidad perdida. Curiosamente, la corteza orbitofrontal de la rata representaba lo que la rata debería haber hecho, no la recompensa perdida. Esto tiene sentido porque no te arrepientes de lo que no recibiste, te arrepientes de lo que no hiciste», explica Redish. 

El investigador cree que los resultados del experimento permiten a los neurocientíficos hacer preguntas adicionales para comprender mejor por qué los humanos hacen las cosas de la manera que las hacen.
 
Fuente:
 

19 de septiembre de 2012

Descubren un aumento de tumores en ratas alimentadas con maíz transgénico

Activistas de Greenpeace cortan maíz transgénico en Alemania. | Reuters
Activistas de Greenpeace cortan maíz transgénico en Alemania. | Reuters
Investigadores de la Universidad de Caen, en Francia, han descubierto que las ratas que fueron alimentadas durante toda su vida con maíz transgénico de Monsanto o se habían expuesto a su fertilizante más vendido, 'Roundup', sufrieron tumores y daños múltiples en sus órganos.

El estudio, cuyos resultados publica en su último número la revista 'Food and Chemical Toxicology', analizó a un grupo de ratas que fueron alimentadas con una dieta que contenía NK603, una variedad de semillas modificadas genéticamente para tolerar las dosis de 'Roundup', o habían consumido agua con niveles de este químico permitido en Estados Unidos, y observaron que habían muerto antes que las que siguieron una dieta normal.

Además, según aseguran, los animales que siguieron la dieta genéticamente modificada sufrieron tumores mamarios, así como daños severos en el hígado y los riñones.

Dudas sobre la seguridad de la comida trasngénica

Los investigadores dijeron que el 50% de los machos y el 70% de las hembras murieron de forma prematura, frente a sólo el 30% y el 20% en el grupo de control.

Gilles-Eric Seralini, autor del estudio, había formado parte en 2009 de un equipo que mostró sus dudas acerca de la seguridad de la comida transgénica basándose en un estudio en ratas de menor. No obstante, ahora se da un paso más al seguir a los animales durante todo su ciclo vital.

En aquel momento, Monsanto dijo que el estudio ofrecía "conclusiones no corroboradas", algo que ahora ha sido contestado por Seralini con un estudio "más realista y mejor documentado" sobre los riesgos de los cultivos modificados genéticamente.

Monsanto insiste en que sus productos son seguros y que no hay evidencias creíbles de un posible riesgo para la salud de humanos o animales derivados del consumo de cultivos transgénicos.

Fuente:

El Mundo Ciencia

9 de julio de 2012

El azúcar de las gaseosas borran tu memoria



En el experimento ratas olvidaron el camino para salir del laberinto por su mala dieta.

El alto contenido de azúcar en refrescos y alimentos industrializados se ha convertido en un gran problema de salud pública: su relación con enfermedades como el sobrepeso y el síndrome metabólico en poblaciones de menores de edad se le agrega un problema poco estudiado hasta hoy: la relación entre el consumo de azúcar y la salud mental.

Sucede que, en realidad el endulzante de bebidas gaseosas y comida chatarra no tiene ya mucho que ver con el azúcar de caña que se adquiere en el supermercado. En realidad se utiliza una variedad llamada fructosa, que posee una composición química diferente al del azúcar. Sin embargo, en los últimos años, estudios han encontrado que la fructosa tiene una interacción distinta con el metabolismo, alterando la manera en la que se retienen los nutrientes en el organismo.

Por ello, los científicos Charles Young y Fernando Gómez-Pinilla en la universidad de California en Los Angeles se dieron a la tarea de analizar lo que sucedía en el cerebro cuando se le suministraban altas dosis de fructosa. Para ello suministraron una alimentación rica en esta sustancia a un grupo de ratas de laboratorio, mientras que a otro se le mantuvo con una dieta regular. Para registrar su desempeño, se les hizo pasar periódicamente por laberintos para que recordaran el camino de salida.


Así, tras cinco días de alimentación, los científicos hallaron que las ratas alimentadas con fructosa olvidaban el camino correcto de salida del laberinto respecto de sus compañeras que se alimentaban con la dieta normal. Al parecer, según el estudio publicado en la revista
Journal of Physiology, la ingestión de fructosa altera los mecanismos que dan energía al cerebro de las ratas, disminuyendo la cantidad disponible para procesos mentales como la memoria.

Por ende, y aunque se requerirán estudios para validar esta teoría en humanos, quizá el mito de un refresco para llenar el cerebro de energía durante una sesión de estudio, puede no ser más que un mito contraproducente para él.

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3 de junio de 2012

Fascinante: Ratas paralíticas aprenden a caminar

ratas escalando

El experimento no es una cura para heridas en la médula espinal de seres humanos.

Un grupo de científicos en Suiza asegura haber restaurado la movilidad de ratas paralíticas por lesiones en su médula espinal al estimularlas con químicos y electricidad.

El estudio, publicado por la revista Science, explicó que las ratas podían incluso correr tras la estimulación de sus médulas.

Los expertos dijeron que era un estudio "excepcional" y que restaurar las funciones motrices después de una parálisis "no puede ser descartada más como un sueño imposible".

En 2011, un hombre de Oregón, Estados Unidos, fue capaz de ponerse de pie de nuevo a medida que su médula fue estimulada con electricidad. Rob Summers había quedado parapléjico después de que lo atropellara un auto.

Ahora, investigadores en el Instituto Federal Suizo de Tecnología dicen que las ratas fueron capaces de correr y subir escaleras tras ser estimuladas.

Estimulación y electricidad

La médula espinal de las ratas fue cortada en dos partes. Eso significa que la información no podía viajar del cerebro a las piernas, pero la médula seguía completa.

Los investigadores trataron luego de reparar el daño.

Inyectaron químicos en la médula para estimular los nervios en la espina dorsal y también estimularon la base de la médula con electricidad.

Los científicos dicen que estaban despertando el "cerebro espinal".

Eso, sin embargo, no fue suficiente para restaurar el movimiento. Con el apoyo de un arnés robótico, las ratas fueron capaces de caminar y hasta correr en la búsqueda de una recompensa comestible.

El investigador jefe, Gregoire Courtine, dijo: "con el tiempo el animal recupera la capacidad para realizar uno, dos pasos, luego correr de manera progresiva y eventualmente correr a toda velocidad, subir escaleras e incluso superar obstáculos".

Le dijo a la BBC: "Es completamente inesperada esta recuperación. Ellas caminan y suben escalones voluntariamente".

Los científicos mostraron que se estaban formando nuevos nervios a través de la herida y que había cambios en el cerebro.

Sin embargo, esta no es una cura para heridas en la médula espinal de seres humanos.

"Importante"

Reggie Edgerton, de la Universidad de California en Los Ángeles, fue parte del equipo que ayudó a que Rob Summers, el hombre de Oregón, se pusiera de nuevo de pie.

Rob Summers

Rob Summers: "Cuando me levanté, no podía dar crédito a lo que estaba viendo".

Le dijo a la BBC que el estudio es "importante" y que está quedando claro que la clave está en involucrar el cerebro. "Uno tiene que hacer que la rata quiera dar el paso. Demuestra la importancia del entrenamiento y la rehabilitación", dijo.

Todavía no está claro cómo ocurre esto. Edgerton especula que "estamos activando la médula espinal hasta niveles críticos", cerca del nivel en el que causaría movimiento y una pequeña señal del cerebro ocasiona el movimiento.

Bryce Vissel, del Instituto Garvan para la Investigación Médica en Sídney, Australia, dijo que está "emocionado" por la investigación.

"El mayor avance de este nuevo estudio es mostrar que es posible estimular casi toda la recuperación funcional en las ratas con una lesión profunda, utilizando una combinación de drogas terapéuticas inyectadas a la médula espinal, estimulación eléctrica de la médula y ayuda inicial para caminar".

"Estamos a punto de un avance verdaderamente profundo en la medicina moderna: la posibilidad de reparar la médula espinal después de una lesión".

Mark Bacon, el director de investigaciones en la organización benéfica Spinal Research, dijo: "Esta es una demostración fuerte de que la investigación médica está yendo en la dirección correcta".

"A pesar de toda la complejidad, el mensaje importante acá puede ser que nuestro enfoque estándar hacia la rehabilitación puede no estar aprovechando al máximo el potencial de restaurar las funciones si no ofrecemos una retroalimentación 'gratificante' a todas las partes del sistema nervioso, incluyendo el cerebro".

Sin embargo, el científico advirtió que lesiones "del mundo real" pueden ser más complejas.

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16 de diciembre de 2011

La rata "desnuda" que soporta las quemaduras del ácido


Rata topo lampiña, en el laboratorio

La extraña rata «desnuda» que resiste al ácido
C.M.D.
La rata topo lampiña

La rata topo lampiña africana (Heterocephalus glaber) es una superviviente nata. Ciega y sin asomo de pelo, su aspecto puede resultar repulsivo, pero la naturaleza ha compensado sus carencias estéticas con una enorme capacidad de resistencia. Estas criaturas son famosas por sobrevivir en condiciones extremas, en colonias bajo tierra donde apenas hay oxígeno y las proporciones de dióxido de carbono son muy altas. Además, son inmunes a las quemaduras del ácido, ante las que no sienten dolor. Esta capacidad de superhéroe inmune a los infiernos había resultado un misterio hasta ahora, pero científicos del Centro Max-Delbrück de Medicina Molecular en Berlín han conseguido desvelar el secreto de la resistencia de esta especie. Los hallazgos, publicados en la revista Science, pueden ayudar a entender el dolor crónico que los seres humanos pueden experimentar debido a la acumulación de ácidos en ciertos tejidos.

La extraña rata «desnuda» que resiste al ácido
C.M.D.
La rata topo vive en comunidad

Pese a su inusual insensibilidad hacia las quemaduras que causa el ácido, las ratas topo que habitan en Etiopía, Kenia y Somalia tienen las mismas moléculas detectoras de ácido dentro de sus receptores de dolor que el resto de vertebrados. Sin embargo, el equipo dirigido por el investigador Ewan St. John Smith muestra que los receptores de dolor de las neuronas de las ratas topo tienen una variante específica en sus canales de sodio. Los protones bloquean fuertemente esta variante y de este modo inhiben a la neurona de encender una señal de dolor.

Madrigueras pestilentes

La extraña rata «desnuda» que resiste al ácido
C.M.D.
Las extrañas ratas, bajo observación

Las ratas topo lampiñas comparten su madriguera con varios compañeros, en profundos túneles que contienen poco oxígeno y altos niveles de dióxido de carbono. Según los científicos, parece que la presión evolutiva ha seleccionado esta variante genética para permitir al animal sobrevivir en su difícil entorno subterráneo. Estos roedores son capaces de soportar media hora de extrema hipoxia o privación de oxígeno sin que sus células cerebrales queden dañadas, según otro estudio publicado en 2009 por expertos de la Universidad de Illinois. Las ratas topo desnudas ostentan el récord de aguantar sin respirar entre los mamíferos.

La vida de estas criaturas no es fácil. Están acostumbradas a un ambiente pestilente y se revuelcan en sus propios excrementos para mantener un olor uniforme en la comunidad. Sin embargo, tienen una longevidad excepcionalmente larga para un roedor de su tamaño -26 años de vida- y conservan siempre la capacidad infantil que todos los mamíferos tienen cuando están en el útero de proteger sus cerebros en bajas condiciones de oxígeno. Feas, pero resistentes a todo.

Fuente:

ABC Ciencia


9 de diciembre de 2011

Las ratas son solidarias con sus compañeras

Las ratas de laboratorio son solidarias con sus compañeras, según revela un estudio publicado esta semana en 'Science', que demuestra que también son capaces de desarrollar empatía con sus pares.

La empatía ha sido con frecuencia considerada como propia de los primates, pero, según revela este estudio realizado por Inbal Ben-Ami Bartal, profesora del departamento de Psicología de la Universidad de Chicago, también las ratas pueden ponerse en el lugar del otro.

Bartal y su equipo analizaron el comportamiento de una rata cuando estaba sola en su jaula con un contenedor vacío y su reacción cuando colocaron en el contenedor otra rata o un objeto cualquiera.

La rata actuó de forma más agitada cuando su compañera estaba encerrada que cuando estaba sola en la jaula, lo que asocian a un "contagio emocional" por la inquietud de la rata encerrada.

La empatía es un fenómeno observado en hombres y algunos animales cuando ven a algún otro sujeto sufrir miedo, estrés o dolor, pero que hasta ahora no estaba claro que sucediera en roedores. Según el estudio, tras varias sesiones, la mayoría de las ratas aprendieron rápidamente a abrir el contenedor en el que estaba encerrada su compañera y liberarla.

El hecho de que las ratas fueran capaces de liberar a sus compañeras indica que reconocieron la angustia de la otra y además fueron capaces de mantener la suficiente calma como para abrir la reja, en vez de quedarse estáticas o correr alrededor, explican.

Por el contrario, las ratas no abrieron contenedores que estaban vacíos o que contenían otros objetos.

Los investigadores destacan que, aun cuando las ratas libres tuvieron acceso a un poco de chocolate como señuelo, que podrían haber comido ellas solas, primero liberaron a sus compañeras atrapadas y compartieron el chocolate con ellas.

Según Bartal, el contagio emocional es la forma más simple de la empatía, pero esta respuesta muestra una expresión más compleja de empatía, ya que "la rata no tiene otra acción para hacer esto, más que acabar con la angustia de las ratas atrapadas", indicó.

Los autores subrayan que hubo una mayor proporción de ratas hembra que abrieron la puerta a la rata atrapada que los machos, enfatizando que las hembras son más empáticas que los machos.

Aunque el comportamiento empático se había observado de manera anecdótica en los primates no humanos y en alguna especie salvaje, esta es la primera vez que se ve en ratas de laboratorio, lo que indica que el origen de esta conducta pro-social podría darse en el árbol evolutivo antes de lo que se pensaba.

Fuente:

El Mundo Ciencia

7 de diciembre de 2011

Carcias matenas contra el consumo de drogas

Las caricias maternas durante la infancia pueden ayudar a los niños de hoy a “resistir” la tentación de consumir drogas y otras sustancias adictivas cuando alcancen la edad adulta. Es lo que se deduce de un estudio realizado por la Universidad de Duke (EE UU) y la Universidad de Adelaida (Australia) y publicado en The Journal of Neuroscience. Según explica Staci Bilbo, neurocientífica y coautora del trabajo, en experimentos con ratas han comprobado que tener mucho contacto físico con la madre aumenta la producción de una molécula del sistema inmune llamada Interleucina-10 (IL-10) que es capaz de modificar la respuesta del cerebro ante sustancias que crean adicción.

Bilbo y sus colegas han comprobado que los cerebros de los animales que habían recibido más caricias maternas tras nacer tenían más genes activos destinados a producir esta sustancia. Tras consumir una droga como la morfina, en el cerebro de los mamíferos se activan células de la glía que producen moléculas inflamatorias que mandan señales a un centro de recompensa llamado núcleo accumbens. Sin embargo, cuando entra en juego la molécula IL-10 contrarresta esta inflamación y reduce la señal de recompensa, lo que evita que se cree una adicción. Sorprendentemente, cuanto más arrumacos maternos se han recibido en edades tempranas, mayor es la capacidad de producir esta sustancia.

Fuente:

Muy Interesante

Y además…

19 de noviembre de 2010

Descubren la causa de la inundación de ratas en Asia


La causa del ataque de ratas es una saturación de semillas de bambú en la zona.

En el futuro podrían existir ejércitos de ratas enormes.


Los agricultores locales la llaman "la inundación". Es una invasión de ratas que ocurre cada 50 años en la que, literalmente, los roedores se desbordan de la selva para destruir las cosechas en India y Bangladesh.

Agricultor cazador de ratas

El evento ocurre cada 50 años y hasta ahora se están estudiando sus causas.

El ataque de ratas gigantes -que ocupa ya un lugar en las leyendas y mitos regionales- es tan grande y tan devastador que muchos científicos no creían que fuera real.

Pero ahora científicos confirmaron que la explosión en la población de estos roedores -que ha provocado la plaga de animales hambrientos- es causada por una saturación en el abastecimiento de alimentos, principalmente de semillas de bambú.

U es un ejemplo perfecto de cómo la simple relación entre dos especies aparentemente inocuas, una planta muy alta y un pequeño roedor, pueden poner de cabeza a la ecología de toda una región, devastando la vida silvestre, destruyendo la agricultura y destituyendo a la gente de su sustento.

Lo que es peor, creen los científicos, es que el cambio climático podría crear en el futuro ejércitos de ratas incluso más grandes.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

26 de octubre de 2010

El experimento que quiso demostrar que las ratas pensaban

Una vez se llevó a cabo un experimento para demostrar que las ratas pensaban. Y no, no se trataban de ratas hermanas de Algernon, el roedor superdotado de Flores para Algernon. Tampoco eran parientes de los roedores que eran dueños del universo en Guía del autoestopista galáctico. Y menos aún una mutación de Mickey Mouse.

En el experimento, la rata tenía que correr a lo largo de un pasillo, pasando por delante de una serie de puertas pequeñitas (escala rata), en cada una de las cuales había un símbolo diferente (por ejemplo, una cruz, un triángulo o un círculo). Las puertas permitían que la rata accediera a una estancia con comida.

Todas las puertas excepto una tenían el mismo símbolo, y todas las puertas que tenía el mismo símbolo estaban cerradas; sólo la puerta que tenía el símbolo diferente podía ser empujada y abierta para acceder a la recompensa en forma de pitanza.

La idea era que la rata aprendiera a fijarse en los símbolos, hasta aprender qué símbolos eran los que le facilitaban comida y qué símbolos no lo hacían. Sin embargo, al final de cada intento, el experimentador cambiaba los símbolos de las puertas, así que la rata tenía que empezar de nuevo.

Con este añadido, se aseguraba que la rata aprendiera una lección compleja, tal y como refiere Robin Dumbar:

Si la elección es entre un conjunto de círculos y un triángulo, elige la puerta con el triángulo; si en la siguiente prueba lo ofrecido es un conjunto de triángulos y un cuadrado, elige la puerta con el cuadrado, y así sucesivamente.

El resultado del experimento fue sorprendente: las ratas se comportaron mostrando una extraordinaria exactitud y resolviendo el problema correctamente una y otra vez. Las ratas, pues, eran capaces de aprender reglas abstractas. Lo cual demostraba que los animales no sólo eran máquinas: ¡podían pensar!

Sin duda, el experimentador hubiera recibido el Premio Nobel por su trabajo… si realmente hubiese sido tal y como fue planteado. Porque, al emitirse las grabaciones en vídeo del experimento en diferentes clases, alguien detecto algo raro por casualidad.

Al pasar la película hacia atrás a cámara lenta, se observaba que lo que estaba haciendo la rata era correr a lo largo del pasillo a gran velocidad, golpeando cada puerta con su pata trasera según pasaba delante de ella. Tan pronto como llegaba a una puerta que cedía levemente al ser golpeada, se paraba y entraba por ella.

Desafortunadamente, las imágenes de vídeo no engañaban, a pesar del optimismo con que los ojos del investigador registraron el experimento.

Los símbolos de las puertas eran por completo irrelevantes: las ratas habían encontrado otra forma de resolver el problema. (…) Un siglo de experimentos con ratas ha demostrado ampliamente a los psicólogos que éstas pueden burlar a los humanos en cualquier momento.


Fuente:

Gen Ciencia

4 de agosto de 2010

Perú: peste bubónica "no llegará a Lima"

Las autoridades de salud de Perú aseguraron a la población haberse hecho cargo de la situación y dijeron que han tomado medidas para evitar que dos brotes, de peste bubónica y de peste neumónica, se expandan
a otras ciudades incluida la capital, Lima.



Y en Conocer Ciencia acotamos: si el gobierno aprista dice que todo está bajo control es que NADA está bajo control. Es lamentable pero la sanidad nacional retrocede día a día ante la impasibilidad de las autoridades y los presupuestos exiguos o inexistentes.



Hablando con la prensa, el ministro de Salud, Oscar Ugarte, afirmó que están trabajando con la "capitanía de puertos con el fin de que mediante la fumigación u otros procedimientos se impida que la peste ingrese a grandes ciudades, como Lima, Piura, Lambayeque y Cajamarca".


"La situación está bajo control", le dijo a BBC Mundo Nadia García, de la oficina de prensa del Ministerio de Salud y añadió que entre las medidas tomadas está el envío de equipos médicos a la zona, lo que ha permitido paralizar cualquier expansión del mal, aseguró.


Hasta el momento se ha registrado un muerto y por lo menos 30 personas están infectadas, todas ellas en la región de La Libertad, a unos 800 kilómetros al norte de Lima.


Roedores


La única víctima fue un joven de 14 años, quien falleció el 26 de julio en el hospital de la localidad de Cartavio, en la región norteña.
De acuerdo con el ministro Ugarte la muerte se produjo porque "no se le hizo el diagnóstico a tiempo. Ni la propia familia lo detectó".
Según aseguraron las autoridades de salud, la peste mata a entre 30% y 60% de las personas que no reciben tratamiento.


Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

27 de junio de 2010

Logran que ratas respiren con pulmones diseñados en el laboratorio

Domingo, 27 de junio de 2010

Logran que ratas respiren con pulmones diseñados en el laboratorio
  • Científicos de Yale crean tejido artificial capaz de intercambiar gases y oxigenar la sangre
  • En el futuro se empleará esta técnica para evitar el riesgo de rechazo en los trasplantes

MADRID.- Un pulmón fabricado artificialmente a partir de material biológico podría ser algún día una alternativa a los actuales trasplantes, superando los problemas de compatibilidad entre donante y receptor. El éxito de un estudio preliminar con ratas, a las que se ha logrado implantar tejido pulmonar diseñado en el laboratorio, ha despertado las esperanzas de que está técnica pueda ser una realidad en humanos de aquí a unas décadas.

La importancia de la investigación, que publica la revista 'Science', radica en que es la primera vez que se crean pulmones viables a partir de una nueva tecnología conocida como ingeniería de tejidos. Básicamente, consiste en extraer los pulmones de un animal, en este caso de roedores, vaciarlos de su material celular mediante un proceso de lavado químico, y usar la matriz o andamiaje limpio que queda para rellenarlo con nuevas células cultivadas 'in vitro'.

En este caso, se emplearon células neonatales, del tipo epitelial, para el interior de la matriz pulmonar; y endoteliales para los vasos sanguíneos. Una vez concluido este proceso, los investigadores implantaron los pulmones modificados en las ratas, y éstos funcionaron con normalidad durante breves periodos, de hasta dos horas.

Tras el corazón y el hígado, el pulmón se ha convertido así en el tercer órgano vital desarrollado mediante esta técnica.

Solución de futuro a la lista de espera

En el futuro, se espera que la ingeniería de tejidos pueda convertirse en una alternativa real para personas que necesiten un trasplante. En el caso de los pulmones, el método sería muy útil por dos motivos: su tejido apenas se regenera de forma natural y el rechazo a los órganos donados es muy elevado, ya que sólo entre el 10% y el 20% de los trasplantados sobreviven al cabo de los 10 años de la intervención, según 'Science'.

Además, muchos de los pacientes que necesitan un pulmón no lo encuentran. Incluso en un país como España, con un porcentaje elevado de donantes, la lista de espera (con 450 personas en el año 2009) dobla el número de trasplantes que pueden llevarse a cabo (219 en ese mismo periodo), según detalla a ELMUNDO.es Andrés Varela, jefe de Cirugía Torácica y responsable del Programa de Trasplante Pulmonar del Hospital Puerta de Hierro.

El investigador Tom Petersen y sus colegas de la Universidad de Yale (EEUU) lograron que su tejido bioartificial fuera capaz, una vez implantado, de intercambiar gases (oxígeno y dióxido de carbono) y oxigenar la sangre, que es la función fundamental de los pulmones. Su siguiente objetivo, según explicó el científico a ELMUNDO.es, será conseguir que funcionen durante más tiempo, hasta varias semanas. Después, se probará la técnica con animales más grandes y se tratará de regenerar pulmones enteros.

"Estimo que llevará entre 20 y 25 años hasta que este método pueda utilizarse en humanos", señala Petersen. Además, una vez llegados a ese estadio, se requerirán nuevas fuentes para los pulmones de los que parte el proceso, es decir, los que se vacían y quedan sólo como andamiaje para las nuevas células cultivadas. De acuerdo con el científico, se podrían extraer "de cadáveres, primates o incluso otros animales".

También se necesitarán años de trabajo con las células humanas que se usen para rellenar las matrices. "Esto probablemente conllevará el uso de células madre adultas, que pueden ser específicas del receptor y así el órgano artificial no será rechazado", prevé Petersen. Dichas células aún no están disponibles, pero, como recuerda Varela, "esto va más rápido de lo que creemos, y hay muchos grupos trabajando con células para regenerar el pulmón. Vamos a entrar en una era en la que no habrá listas de espera. Todos los pacientes que lo necesiten podrán tener un órgano a su medida".

Los investigadores de EEUU, por su parte, recuerdan que en la actualidad las enfermedades pulmonares causan 400.000 muertes al año en su país. En España, son la tercera causa de mortalidad, por detrás de los problemas cardiovasculares y el cáncer, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía.

Fuente:

El Mundo Ciencia


29 de marzo de 2010

Adictos a la comida chatarra

Lunes, 29 de marzo de 2010

Adictos a la comida 'chatarra'
  • Los sistemas cerebrales tras la adicción a la cocaína están tras la adicción a la comida
  • Conocen los riesgos, pero los comedores compulsivos no pueden controlar su impulso
Preparación de una hamburguesa. (Paul J. Richards)

Preparación de una hamburguesa. (Paul J. Richards)

MADRID.- Para algunas personas obesas, para aquellas que comen compulsivamente, que no pueden evitar asaltar la nevera por las noches o entrar en una pastelería cuando ven el escaparate, la comida 'basura' es como una droga. Al menos, así lo reconocen sus cerebros, que activan las mismas zonas y reaccionan de la misma manera que cuando alguien es adicto a la cocaína o a la heroína, tal y como acaban de demostrar científicos del Instituto de Investigación The Scripps, en California (EEUU).

Según una investigación con ratones, el impulso que sienten hacia una hamburguesa con patatas o un helado de chocolate es más fuerte que ellos.

Aunque esta teoría ya se había apuntado el pasado mes de octubre, en una conferencia celebrada en Chicago, el trabajo de ahora va más allá y es el primero en demostrar claramente que el desarrollo de la obesidad en ratones coincide con un progresivo deterioro en los circuitos cerebrales de la recompensa. Lo que ha visto el equipo de The Scripps, según publican en la revista 'Nature Neuroscience', es que cuanto más comida basura ingerían los ratones, menos eficaz era la respuesta de placer desencadenada en el cerebro, por lo que debían tomar cada vez mayores cantidades y, por lo tanto, pesaban cada vez más kilos.

"La adaptación del sistema de recompensa cerebral visto en las ratas es el mismo que hemos observado en aquellos que desarrollan dependencia a la heroína o a la cocaína, lo que sugiere que el cerebro y las neuronas juegan un papel fundamental en los comedores compulsivos", explica a ELMUNDO.es Paul John Kenny, del departamento de Terapias Moleculares del Instituto y coordinador del estudio. "Nuestro trabajo presenta la evidencia más completa hasta la fecha de que la obesidad y la drogadicción están basados en los mismos sistemas neurobiológicos", añade Kenny.

La adicción a la comida que desarrollaron los ratones del experimento llegó a tal punto que perdieron por completo el control de su comportamiento alimenticio. Así, a pesar de recibir un electroshock cada vez que se decantaban por las salchichas, el bacon o la tarta de queso en lugar de ensaladas o frutas, los animales seguían optando por el primer menú. "El consumo de estos alimentos calóricos se convirtió en algo incontrolable, un impulso que iba al margen de la propia conciencia", señala el autor.

Y no queda ahí la cosa. Cuando los investigadores retiraron a los ratones, ya obesos, la comida 'basura' y les ofrecieron sólo alimentos sanos, éstos se negaron a comer. "El cambio en sus preferencias alimenticias y el cambio a nivel cerebral había sido tal que preferían casi morir de hambre antes que probar algo que no les producía ningún placer", afirma Paul Kenny. La explicación es simple: "El sistema de recompensa cerebral había sido tan sobreestimulado, que ahora se encendía solo y necesitaba la fuente de su placer para no sentirse mal. En este caso eran pasteles y salchicas, pero podría ser también cocaína".

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El Mundo Salud

15 de marzo de 2010

Una isla en guerra total contra las ratas


Lunes, 15 de marzo de 2010

Una isla en guerra total contra las ratas


El plan consiste en matar a todas las ratas con veneno, pero ¿no sería más adecuado colocar depredadores naturales de ratas para un control biológico? Para Conocer Ciencia esta es una muestra de pragmatismo llevada al máximo. Lea:

Estación ballenera en Georgia del Sur (Foto de 1989)

Los cazadores de focas y los barcos balleneros trajeron -sin quererlo- por primera vez las ratas y ratones a la isla.

Si la operación de exterminio masivo que se iniciará en un futuro próximo concluye con éxito, las ratas que desde hace más de dos siglos se apoderaron de la Isla de Georgia del Sur, en una esquina remota del Atlántico Sur, se convertirán en un capítulo superado de su historia.

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Llegaron inadvertidamente con los primeros cazadores de focas, allá por 1875 y más tarde recibieron refuerzos gracias al arribo de los barcos balleneros.

Sin depredadores naturales, las ratas y ratones se transformaron rápidamente en los dueños de la isla y destruyeron en poco tiempo a la población de aves.

"Cuando fue descubierta en 1775 era probablemente la isla con aves marinas más importante de todo el mundo", le dijo a BBC Mundo Tony Martin, director del Programa de Restauración del Hábitat de la Fundación para la Protección de Georgia del Sur (SGHT, por sus siglas en inglés).

Actualmente, esta isla que se encuentra bajo dominio británico y forma parte de la misma disputa que el gobierno del Reino Unido y el de Argentina mantienen sobre las Islas Malvinas o Falklands, alberga más de 30 millones de aves de 31 especies diferentes.

Allí abundan entre otros los albatros de cabeza gris, los petreles gigantes del norte y la mitad de la población total de pingüinos Macaroni (o de penacho anaranjado). Pero esto, "es una mínima fracción de la cantidad de aves que podrían vivir en la isla. Literalmente, se han perdido millones de pájaros", explica Martin.

Que no quede ni una

Petrel

Más de 31 especies de aves marinas habitan la isla.

La tarea que el científico tiene por delante no es sencilla: "no alcanza con erradicar a la mayoría o incluso al 99,9% de las ratas, tenemos que eliminar al 100%".

El problema es que las ratas se reproducen rápidamente. Alcanzan su madurez sexual a los dos meses y son capaces de producir siete camadas de entre 8 y 10 ratas al año. Con sólo dos ratas que sobrevivan al operativo, la isla volvería en pocos años a ser nuevamente una colonia de roedores.

El plan de erradicación, que tiene un costo de cerca de US$8 millones y una duración de cuatro años, consiste en la distribución por toda la isla -con la ayuda de helicópteros- de cebos con veneno.

El Plan

Este veneno hace además que las ratas y los ratones se vuelvan fotofóbicos y por ende busquen refugio en sus madrigueras. De este modo, no sólo mueren sino que se entierran ellas mismas, resolviendo de un solo golpe el problema de cómo deshacerse de los cadáveres.

Para minimizar el riesgo de que los pájaros consuman el veneno, la estrategia debe implementare en la temporada en que la isla cuenta con la menor población de aves posible, entre febrero y marzo, justo cuando las aves de verano se han marchado y antes de que llegue el invierno, para evitar que las bolitas de veneno quedan escondidas bajo la nieve.

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BBC Ciencia & Tecnología

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