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14 de septiembre de 2011

La primera huella de dinosaurio que preserva un esqueleto completo

  • El fósil fue descubierto en el desierto del Gobi (Mongolia) en 1965
El rectángulo señala la huella. | Cretaceous Research.

El rectángulo señala la huella. | Cretaceous Research.

El estudio de un esqueleto de dinosaurio de más de 80 millones de años de antigüedad ha revelado que sus huesos estaban encajonados en una única huella. Los paleontólogos creen que el reptil, un Protoceratops, quedó atrapado durante una inundación y acabó enterrado en su propia huella.

Los expertos de la Academia Polaca de las Ciencias, en donde el esqueleto de dinosaurio lleva guardado casi medio siglo, se dieron cuanta de la existencia de una huella única cuando se preparaban para exhibir al animal por primera vez.

Al ver la gigante huella en la que estaba preservado decidieron estudiarla, y el resultado determinó que se trataba de una marca del propio Protoceratops. Ante este hallazgo, los expertos defienden el estudio de los restos que acompañan a los fósiles porque, según han apuntado, "podrían contener indicios de cómo vivían estos".

Según se explica en el trabajo, publicado en la revista 'Cretacious Research', el dinosaurio fue descubierto en el desierto del Gobi (Mongolia) en 1965 y ha estado almacenado desde entonces en la Academia Polaca de las Ciencias.

El desierto de Gobi es una auténtica mina para los paleontólogos. Allí se han encontrado numerosos fósiles de dinosaurios en buen estado de conservación. Los fósiles de Protoceratops son bastante comunes en esa zona por lo que en principio, el hallazgo de los restos de este ejemplar no parecían particularmente.

Fuente:

El Mundo Ciencia

19 de agosto de 2011

El dinosaurio que podía parir


Científicos del Museo de Historia Natural de Los Ángeles han encontrado la primera evidencia de que unos gigantescos reptiles, que nadaban en los mares del mundo en el Mesozoico, parían vivas a sus crías en vez de poner huevos.

La clave se encuentra en un fósil único, ahora expuesto al público en el mismo museo, de una hembra embarazada que, sorprendentemente, contiene un embrión. El descubrimiento aparece publicado en la revista Science.

El animal protagonista se llama Polycotylus latippinus. Son unos reptiles enormes que dominaban los océanos hace entre 200 y 65 millones de años, mientras los dinosaurios reinaban en tierra firme.

Eran carnívoros, tenían cuatro aletas que usaban a modo de remos y una cola fuerte y larga que usaban como timón. La forma de su cuerpo era parecida al de una tortuga sin caparazón y el cuello era estilizado y sostenía una cabeza pequeña.

Aunque este tipo de nacimiento, llamado viviparidad, también se ha documentado en otros grupos de reptiles acuáticos del Mesozoico, nunca antes se había descubierto en la importante familia de los plesiosaurios.

Este hecho había desconcertado a los científicos, que sabían que el cuerpo los de los plesiosaurios no se adaptaba bien a abandonar el agua, moverse por tierra y poner huevos en un nido.

Además, el embrión es muy grande en comparación con la madre, mucho más grande de lo que los científicos podían esperar, por lo que creen que estos animales parían una sola cría de gran tamaño, vivían en grupos sociales y se comprometían en los cuidados maternos, como las ballenas o delfines modernos.

Los plesiosaurios no tienen parientes vivos conocidos, se encontraban entre los principales depredadores de la vida marina en las aguas tropicales que separaron América del Norte durante el Cretácico, cuando las aguas del Océano Ártico y del Golfo de México inundaron el continente y se encontraron.

Vía | Science

Tomado de:

Xakata Ciencia


4 de agosto de 2011

Océanos de lava podrían haber acabado con los dinosaurios

Especial: Planeta Tierra

Los científicos británicos han establecido una nueva y controvertida hipótesis sobre las causas de la desaparición de los dinosaurios de la Tierra. Según ellos, los reptiles prehistóricos podrían haber desaparecido a causa de la aparición de unos océanos de lava, informa la web New Scientist.

Las mortíferas eyecciones de lava, según los investigadores, se debían a dos grandes concentraciones de manto caliente a una profundidad de 2.800 kilómetros bajo la corteza de la Tierra. La formación de estas concentraciones, de acuerdo con los especialistas, se remonta a los tiempos del nacimiento de nuestro planeta, hace unos 4.500 millones de años.

Fuentes de lava caliente salieron a la superficie a través de grandes grietas en la corteza cubriendo vastos territorios de unos 100.000 kilómetros cuadrados durante cada erupción, envenenado la atmósfera y aniquilando a todo ser vivo en su camino. Estos fenómenos dejaron huellas geológicas formando las llamadas grandes áreas ígneas (LIP, por sus siglas en inglés), algunas de las cuales datan de la época en la que los dinosaurios habitaban la Tierra.

Andrew Kerr, de la Universidad de Cardiff, Reino Unido, señala que “existe una correlación sorprendente entre la extinción masiva de especies antiguas y las LIP”.

Según otros científicos, la idea de que formaciones gigantes de magma podrían haber terminado con los dinosaurios es interesante, pero se necesita realizar una serie de investigaciones adicionales para comprobar esta versión.

En la actualidad la versión más divulgada de la extinción de los dinosaurios es la caída de un meteorito que ocurrió hace unos 65 millones de años.

Fuente:

Actualidad RT


19 de julio de 2011

El caparazón antiincendios de las tortugas mora

Especial: Seres vivos


Un ejemplar de tortuga mora tras el incendio de la Sierra de la Carrasquilla.| Andrés Giménez

Un ejemplar de tortuga mora tras el incendio de la Sierra de la Carrasquilla.| Andrés Giménez

  • Un incendio en Murcia acabó con todas las tortugas menores de 4 años
  • Las tortugas mayores pueden sobrevivir un incendio cada 30 años

"Las tortugas de tierra pueden resistir altas temperaturas, pero eso no significa que su caparazón sea un armazón a prueba de incendios". Son las palabras de Ana Sanz-Aguilar, la autora de un reciente estudio que ilustra que la reacción al fuego de estos animales varía en función de la edad que tengan.

El 1 de agosto de 2004, uno de estos incendios arrasó la Sierra de la Carrasquilla en Murcia calcinando un área de 250 hectáreas en la que vivía una importante población de estos longevos reptiles. Hace una década que los responsables de este hallazgo decidieron estudiar el comportamiento de más de 1.000 tortugas.

El estudio, que refleja la importancia de la edad en la supervivencia de las tortugas moras ('Testudo graeca'), ha sido publicado en la revista 'Biological Conservation'. Es el fruto de la colaboración entre el Centro de Ecología Funcional y Evolutiva de Montpellier (Francia), la Universidad Miguel Hernández (UMH) y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA-CSIC).

Las benjaminas: las más vulnerables

Los investigadores constataron que el incendio de la Sierra de la Carrasquilla acabó con el 100% de los animales menores de 4 años y provocó un aumento de la mortalidad del 62% en subadultos (entre 4 y 8 años) y del 12% en adultos (mayores de 8 años). Según la experta, "para la dinámica de la especie, es más grave que un incendio incremente la mortalidad de los adultos en un 12% que desaparezcan todas las tortugas jóvenes".

El trabajo recoge que la viabilidad de las poblaciones de estos animales depende de la baja mortalidad y de la longevidad de los adultos. Los autores señalan que cualquier factor que haga aumentar la mortalidad de los adultos, como la mayor vulnerabilidad a los incendios en terrenos rocosos, "aumenta las probabilidades de extinción de una población".

No obstante, según los modelos confeccionados por los investigadores, si estos fuegos ocurren cada 30 años, frecuencia similar al ritmo natural en paisajes mediterráneos, las poblaciones de tamaño mediano-grande de tortuga mora no se extinguirían. Los expertos advierten de que si se sobrepasa ese límite, "las probabilidades de extinción aumentan de forma estrepitosa".

Refugios insuficientes

Las tortugas más jóvenes corren menos suerte ya que ninguna de ellas sobrevive el paso de las llamas debido al tipo de refugios que escogen. Optan por sitios que están bajo la vegetación y en agujeros muy superficiales. Además, puesto que su caparazón aún no ha sido osificado, resisten menos a las altas temperaturas.

Pese a que el fuego acabó con decenas de animales, los científicos encontraron ejemplares vivos en refugios que ellos mismos habían excavado en la tierra para pasar los períodos de mayor 'estrés térmico': invierno y verano. Durante las otras estaciones, su comportamiento cambia y su ritmo de actividad aumenta. Sanz-Aguilar lo confirma: "en primavera, las tortugas están ocultas bajo algún arbusto por lo que, si en ese momento se produjera un incendio, acabaría con todos los ejemplares".

La tortuga mora se puede encontrar en Europa, África y Asia. En el continente europeo, las poblaciones más numerosas se localizan en el sureste ibérico, entre Murcia y Almería donde ocupan una extensión de 2.600 kilómetros cuadrados. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la ha catalogado como 'vulnerable', y cree que podría desaparecer a medio plazo, mientras que el Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles Españoles la clasifica 'en peligro'.

Fuente:

El Mundo Ciencia

15 de julio de 2011

Lagartijas ingeniosas resuelven acertijos

Especial: Reino Animalia


Las lagartijas fueron capaces de reconocer colores

Unas lagartijas lograron sorprender a los científicos al resolver con gran ingenio las pruebas a las que fueron sometidas.

En primer lugar, los investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, ocultaron un gusano debajo de un disco para saber si el reptil sería capaz de superar el obstáculo.

Las Anolis Evermanni, una especia de lagartija que vive en Puerto Rico, giraron los discos con la cabeza o los desplazaban con el hocico hasta hacerse con la lombriz.

Esta especie de lagartos, que saltan de rama en rama, usualmente capturan a sus presas desde arriba y no tienen que utilizar estas artimañas para abrir tapas, ni escarbar agujeros. Su capacidad de adaptación llamó la atención a los científicos.

"No esperábamos encontrarnos con esta capacidad para resolver problemas", según dijo a la BBC el líder del proyecto, Manuel Leal.

Todo por comida

Según los resultados publicados por Biology Letters, las lagartijas además fueron capaces de reconocer colores y recordar la solución de un enigma en busca de comida.

Al igual que hacen en experimentos con pájaros, los investigadores pusieron dos pequeños discos, uno completamente azul y otro con una franja amarilla, para esconder la lombriz.

"Ellos aprendieron a asociar el color del disco con un premio de comida," dijo el profesor Leal.

Para asegurar los resultados, los científicos escondieron el gusano bajo el otro disco. Primero las lagartijas instintivamente giraban el disco donde su experiencia les decía que estaba escondida la lombriz, pero luego aprendieron a buscar en el otro.

"Y cuando se intercambian los discos, fueron capaces de revertir lo que había aprendido", enfatizó el investigador.

Estos resultados sugieren que los reptiles son más inteligentes de lo que se pensaba anteriormente. Según los investigadores, además, este experimento desafía la creencia de que las lagartijas poseen una limitada capacidad cognitiva ya que lograron superar las pruebas con más facilidad que algunos pájaros.

Fuente:

BBC Ciencia

9 de mayo de 2011

La vitamina E aumenta el atractivo sexual del lagarto verde

Un macho de lagarto verde corteja a una hembra. | Kati Bajer/Orsi Molnár.

Un macho de lagarto verde corteja a una hembra. | Kati Bajer/Orsi Molnár.

El lagarto es uno de los animales más complejos. Su capacidad para el aprendizaje y la plasticidad de su conducta lo convierten en un gran candidato para estudiar la evolución del comportamiento social y desarrollar teorías sobre la comunicación animal. Casi todos los reptiles se comunican mediante múltiples tipos de señales. Las señales químicas, en forma de marcas olorosas, son las más extendidas y permiten transmitir información compleja. Científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC han investigado esta especie y han descubierto que las hembras de lagarto verde ('Lacerta viridis') prefieren a aquellos machos cuyas secreciones femorales tienen mayor cantidad de vitamina E.

Los machos de numerosas especies de lagartos poseen glándulas femorales que segregan unas sustancias llamadas feromonas que actúan como señales sexuales. Estas secreciones podrían ser utilizadas por las hembras para elegir a sus compañeros, ya que pueden transmitir información sobre la calidad genética y condición física de los machos.

Los investigadores aún tienen que averiguar a qué responde este comportamiento. Tal vez las hembras interpretan este atributo como una señal honesta de la fortaleza del sistema inmune de los machos.

También podría ser un indicador de la calidad del territorio que ocupan o, más concretamente, de la abundancia de alimento de alta calidad. Asimismo, los autores señalan que sería necesario investigar hasta qué punto la vitamina E puede incrementar la duración e intensidad de la información proporcionada por otras moléculas químicas también presentes en las secreciones femorales de los machos.

Feromonas

Los investigadores aún saben poco sobre la composición química de las feromonas y sobre los mecanismos que les permiten funcionar y mantenerse evolutivamente como señales sexuales. En las secreciones del lagarto verde europeo, uno de sus componentes es la vitamina E, también denominada tocoferol, que es un compuesto antioxidante de origen vegetal que desempeña un papel destacado en la defensa de las membranas celulares y en el mantenimiento del sistema inmune.

Como esta vitamina es muy importante desde el punto de vista metabólico, los lagartos sólo la excretaran cuando hayan conseguido obtener un suministro abundante. Para probar esta hipótesis los científicos del MNCN, en colaboración con otros científicos de las Universidades de Budapest y Helsinki, proporcionaron suplementos alimenticios de vitamina E a los machos de lagarto verde, analizando después si mayores niveles de vitamina E en las secreciones femorales constituían un rasgo sexual seleccionado por las hembras.

Los resultados del estudio confirman que los machos de lagarto verde que recibieron el suplemento de vitamina E en la dieta, incrementaron la cantidad de vitamina E en sus secreciones. Además, las hembras muestran una clara preferencia por establecerse en aquellas áreas marcadas por machos con mayor cantidad de vitamina E, con lo que incrementarían las posibilidades de aparearse con el macho que ha marcado ese territorio.

Noticias:Enlace

El Mundo Ciencia

8 de diciembre de 2010

Hallan de un nuevo tipo de dinosaurio en Corea del Sur


Un dinosaurio herbívoro de metro y medio de longitud, con una vida semiacuática. Recreación del Koreaceratops, un dinosaurio acuático. El Mundo.

Un equipo internacional de investigadores ha confirmado que varios huesos hallados en 2008 en Corea del Sur pertenecen a un tipo de dinosaurio de la familia de los ceratopsianos hasta ahora desconocido, que vivió en la zona hace 103 millones de años.

El dinosaurio, herbívoro y perteneciente al período Cretácico Inferior, ha sido bautizado como 'Koreaceratops' en homenaje a su país de origen por los investigadores surcoreanos, japoneses y estadounidenses que integran el equipo, informó la agencia local Yonhap.

Los restos de este dinosaurio fueron descubiertos por casualidad por un trabajador de la ciudad surcoreana de Hwaseong, en la provincia de Gyeonggi, en una roca que contenía huesos de la cadera y la cola unidos, algo que ocurre raras veces.

Los ceratopsianos fueron dinosaurios herbívoros con protuberancias óseas y fauces similares a picos de ave que se extendieron especialmente en Estados Unidos, pero cuyos fósiles también han sido hallados en Mongolia, China y Japón.

Según los resultados de la investigación, publicados en la revista científica alemana
Naturwissenschaften, este dinosaurio fue un bípedo de alrededor de metro y medio de longitud, con una vida semiacuática. El Koreaceratops, relativamente pequeño, se ayudaba de una cola plana para moverse en el agua.

El descubrimiento de este nuevo tipo de dinosaurio respalda la teoría de que los ceratopsianos fueron originarios de Asia, pero llegaron a su apogeo en el Cretácico en lo que hoy en día es Norteamérica.

Fuente:

El Mundo Ciencia

6 de diciembre de 2010

Ancash: Pisadas de donosaurios a 4000 m de altura

Las descubrieron en la Cordillera de los Andes en Ancash (Perú). Las descubrieron en la cordillera de los Andes, en Perú. En el equipo de investigadores trabajaron dos integrantes del Centro Paleontológico Los Barreales, ubicado en Neuquén (Argentina)



Las huellas del paseo de un enorme dinosaurio carnívoro fueron descubiertas en la cordillera peruana a más de 4.000 metros de altura. Se trata de una caminata que quedó grabada en lo que ahora es un enorme cerro pero que hace 110 millones de años fue una planicie donde hubo otros muchos dinosaurios, de los cuales también se encontraron huellas.

Dos investigadores del Centro Paleontológico Los Barreales de Neuquén trabajaron en el "mapeo" de las pisadas junto a científicos peruanos bajo la tutela de Carlos Vildoso.

"Se podría decir que es el registro de huellas de dinosaurios más altas del mundo, algunas superan los 4.300 metros y otras, de dinosaurios saurópodos, en niveles a 5.100 metros sobre el nivel del mar", explicó el paleontólogo Jorge Calvo en un documento que denominó "Huellas de Dinosaurios en el cielo del mundo".

"Este yacimiento de huellas de dinosaurios hallado en el Perú bate todos los récords, no sólo por la calidad excepcional de las mismas, sino por la altura en la que se encuentran", agregó el director del Centro Paleontológico Los Barreales.

El yacimiento se encuentra en la Cordillera de los Andes en la zona de Ancash a unos 400 kilómetros al noreste de Lima.

El estudio se hizo "en un paisaje de ensueño un clima cambiante en pocos minutos: sol, lluvia, granizo y nieve".

Las huellas son de gran importancia científica y turística, afirmó Calvo.

El paleontólogo y su colega Juan Porfiri fueron encomendados a la dura tarea, en conjunto con el equipo peruano liderado por el licenciado Carlos Vildoso.

Los esfuerzos tuvieron su premio. "Se pudieron mapear varios sitios. Las huellas fueron dejadas por dinosaurios que caminaron en la costa de la Pacífico hace más de 110 millones de años en lo que es hoy la cordillera del Perú", comentó el investigador.

"Los movimientos tectónicos y el choque de placas hizo que estas rocas depositadas en forma horizontal hoy estén verticales y puestas como en cuadro para los turistas", graficó.

El sitio esta siendo protegido por la empresa minera Anatamina y su fundación Anacash que a través del gobierno peruano ha decido hacerse cargo no sólo de la preparación y mantenimiento de las mismas, su valoración turística sino también de la investigación científica y el desarrollo de un parque Paleontológico. El parque será por demás llamativo, a más de 4000 metros de altura del nivel del mar. El mismo se complementaría con circuitos alternativos biológicos naturales, y arqueológicos como el importante yacimiento de la Cultura preincaica Chavin.

"Las huellas mas espectaculares corresponden a la caminada de un dinosaurio carnívoro cuya pata es de 86 centímetros, algo así como la dejada por un Giganotosaurus o un pariente cercano", detalló Calvo.

"El yacimiento de huellas se desarrolla sobre varios kilómetros y en varios niveles pegados a una carretera que une la ciudad con la mina" dijo. Se "necesitará de muchos paleontólogos para comenzar con sus estudios", añadió el investigador.

Fuente:

Río Negro

4 de diciembre de 2010

La cola de la lagartija

Es bastante conocida la técnica que emplea la lagartija para entretener a sus depredadores mientras ella escapa: desprenderse de su cola.

Así es. Cuando la lagartija se ve en peligro, se desprende voluntariamente de su cola, que se convulsiona y agita distrayendo a su depredador mientra ella se escabulle. El cazador obtiene un cierto botín de alimento y la lagartija salva la vida.

¿Y solamente puede emplear esta técnica una vez en la vida?

No. Lo más curioso del asunto es que le vuelve a crecer.

La regeneración de órganos es bastante común entre los insectos, pero no en los vertebrados. El caso de los lagartos la regereración se limita a la cola, pero en los urodelos (salamandras y tritones) se da una regeneración muy potente y sorprendente, pues no solamente regeneran las colas, también regeneran patas, retinas, cristalinos, mandíbulas, dientes, tejido cardíaco e incluso partes del cerebro.

¿Y cómo lo hacen?

Después de la amputación de una pata, por ejemplo, la epidermis cubre rápidamente el punto de la lesión. En ese lugar se forma una estructura denominada cresta apical epidérmica, que consiste en una masa de células indiferenciadas llamada blastema, que da origen a la nueva extremidad.

En este proceso entran en funcionamiento esas células indiferenciadas que no son otra cosa que células madre y se activan genes en secuencia similar a la acontecida durante el periodo embrionario. En cierto modo vuelven a poner en marcha el mecanismo que formó esa parte inicialmente.

Nota sabionda: La nueva cola que la lagartija regenera no dispone del soporte óseo que tenía la original, pues las vértebras son sustituidas por un tubo cartilaginoso sin segmentaciones y la médula espinal por un tubo epitelial sin terminaciones nerviosas.

Fuente:

Saber Curioso

1 de diciembre de 2010

Un cambio climático trajo a los dinosaurios

El clima seco recondujo la evolución hace 300 millones de años




Recreación de un bosque pantanoso del Carbonífero.MARY PARRISH/NMNH

La repentina desaparición de buena parte de los bosques y selvas generada tras el cambio climático vivido hace 300 millones de años propició que se disparara la biodiversidad, al contrario de lo que pudiera pensarse, alimentando además la posterior aparición de los dinosaurios. "Los animales que sobrevivieron a ese cambio son los ancestros de los dinosaurios, que proliferaron en el espacio vacío creado tras la deforestación", asegura a este diario el responsable del estudio que publica hoy Geology, Howard Falcon-Lang.

"El cambio en el clima propició que los grandes bosques tropicales se fragmentaran en pequeñas islas boscosas. Las poblaciones de reptiles aisladas evolucionaron en direcciones distintas, llevando a una mayor diversidad", defiende Falcon-Lang, investigador de la Universidad de Londres. La dramática deforestación favoreció la adaptación de los reptiles al nuevo clima, mucho más seco, mientras que las poblaciones de anfibios se aislaban en estos oasis húmedos en los que surgieron los primeros endemismos, especies que sólo se desarrollaban en ese determinado lugar.

"Los anfibios, como las ranas, necesitan regresar al agua para desovar. En cambio, los reptiles pueden poner sus huevos en tierras secas y áridas y, en general, están mejor preparados para hacer frente a los desafíos de los climas desérticos, como los surgidos tras aquel cambio climático", asegura el investigador. Cuando las selvas húmedas desaparecieron, hace aproximadamente 300 millones de años, se disparó la extinción de numerosas especies de tetrápodos.

La evolución de los reptiles

Además, mientras que los anfibios mantenían sus antiguas fuentes de alimentación insectos y peces, los reptiles se lanzaron a explorar dos nuevos tipos de manjares, lo que generó una proporción de dietas mucho más parecida a la moderna. Algunas de las especies que resistieron al cambio climático optaron por una nutrición carnívora, alimentándose de otros tetrápodos, y posteriormente se amplió la dieta a los vegetales, lo que propiciaría la evolución de la estructura de sus dientes, mandíbulas y aparato digestivo.

Los autores del estudio, que obtuvieron estas conclusiones al estudiar los registros de fósiles previos y posteriores a la desaparición del bosque del Carbonífero, aseguran que su trabajo es un perfecto complemento de los estudios de Darwin. "Este estudio no sólo apoya las conclusiones de Darwin y su concepto de evolución, sino que además prueba que el cambio climático influye poderosamente en el destino de la vida en la Tierra", concluye Falcon-Lang.

En cualquier caso, sus deducciones son en cierto sentido esperanzadoras: "Si desaparece el Amazonas, habrá una devastadora pérdida de biodiversidad. Pero pasado el suficiente tiempo, evolucionarán nuevas especies y la vida en la Tierra tomará una nueva dirección", aventura el científico.

Fuente:

25 de noviembre de 2010

Mamíferos gigantescos sustituyeron a los dinosaurios


Comparativa de tamaños. |'Science'

  • Estudio comparativo de los grandes mamíferos terrestres
  • La evolución fue mucho más rápida tras el Jurásico de lo que se pensaba

La extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años, debido al impacto de un meteorito sobre la Tierra, hizo posible que los mamíferos conquistaran el planeta. Ahora, un equipo de investigación ha revelado que estos herederos llegaron a ser mil veces más grandes de lo que habían sido en el Jurásico más rápidamente de lo que se creía.

El estudio, publicado en la revista 'Science', es el primero en el que se demuestra un patrón de crecimiento en el tamaño de los mamíferos. "Cuando los dinosaurios desaparecieron no había nadie que se comiera la vegetación. Era una fuente abierta de alimentación y los mamíferos comenzaron a aprovecharla de forma eficiente, hasta llegar a ser grandes herbívoros", señala Jessica Theodor, profesora de la Universidad de Calgary y coautora de este trabajo.

La investigación no sólo ha confirmado el aumento de tamaño, sino que el ecosistema fue capaz de reajustarse con relativa velocidad: si los dinosaurios se extinguieron hace 65 millones de años, bastaron 25 millones de años para que animales de grandes dimensiones volvieran a ocupar el espacio que había quedado vacío. "No es mucho tiempo, hablando en términos geológicos", puntualiza Theodor.

Según los datos, los mamíferos, que no pesaban más de 10 kilos cuando compartían territorio con los grandes saurópodos, llegaron a pesar hasta 17 toneladas. "Nadie había demostrado que había un patrón. La gente hablaba de él, pero no se habían hecho las cuentas", argumenta la investigadora.

En total, 20 investigadores de todo el mundo han colaborado en este trabajo, analizando en cada periodos quienes eran los grupos de mamíferos más grandes y determinando cuál era su masa corporal. Para documentar cómo fue su crecimiento en la competitiva carrera evolutiva que tenía lugar, recogieron datos sobre los mamíferos más grandes que hubo en cada continente.

Entre ellos, el 'Perissodactyla' (ungulados, caballos y rinocerontes); Proboscidea (elefantes, mamuts y mastodontes); Xenarthra (perezosos), armadillos y otros grupos ya extintos. Sus resultados dan pistas sobre cuál es el límite de tamaño de un mamífero terrestre, la cantidad de espacio disponible para cada animal o el clima en el que viven.

Por ejemplo, cuanto más frío es el clima, más grandes son los mamíferos, dado que los animales de mayor tamaño conservan mejor el calor. También comprobaron que no hay un grupo de mamíferos que sea el más grande de todos, sino que hay especies grandes en casi todos, dependiendo del momento y del espacio en el que les tocó vivir.

En todo caso, el mamífero más grande que ha habitado la Tierra fue el 'Indricotherium transouralicum', un rinoceronte cornudo y herbívoro que pesaba unas 17 toneladas y media 18 pies de altura. Vivió en Eurasia hace 34 millones de años.

Fuente:

El Mundo Ciencia

4 de agosto de 2010

El cocodrilo que masticaba como un mamífero

Era un animal pequeño, sin armadura, de pesada cola y cadera ágil

Sus dientes cónicos y afilados revelan que comía insectos y pequeños animales


No fueron parientes de los actuales cocodrilos, sino de una rama lateral


El fósil de una nueva especie de cocodrilo prehistórico que tenía la dentadura como un mamífero ha sido descubierto en el valle del Rift, esa grieta que hiere el este de África desde Etiopía hasta Tanzania que oculta un auténtico tesoro en huesos de hace millones de años.


El hallazgo de gran parte del esqueleto de este antiguo y sorprendente reptil, que vivió hace 100 millones de años, puede cambiar la imagen que se tenía de la vida animal en el Cretácico, según aseguran sus descubridores, un equipo formado por investigadores de varios países, en la revista Nature.



Patrick O�Connor, el investigador de la Universidad de Ohio que dirigió la investigación, reconoce su sorpresa al descubrir que si sólo se vieran los dientes de esta especie, que ha sido bautizada como 'Pakasuchus kapilimai', nunca se pensaría que era un cocodrilo, sino un mamífero o algo intermedio entre ambas familias.



Por los restos encontrados en el yacimiento de Rukwa (Tanzania), se ha averiguado que se trató de un animal pequeño "su cabeza cogia en la palma de una mano", que era mucho menos pesado que otros cododrilos, excepto su cola, y que se alimentaba de insectos y pequeños animales.
Los primeros restos de un esqueleto casi completo del Pakasuchus (Paka en swahili significa 'gato', en referencia a su dentadura), se encontraron en 2008, dentro de un proyecto financiado por la
National Geographic Society y desde entonces han localizado partes de otros siete individuos.



Los investigadores han tardado dos años en desentrañar el misterio de esos dientes de bordes afilados para masticar comida porque las mandíbulas gigantescas de los cocodrilos actuales y de otros ancestros prehistóricos tienen sus dientes cónicos y son únicamente para rasgar las presas y morderlas; siempre se tragan grandes trozos de carne sin masticar.



"Cuando seamos capaces de estudiar los dientes con detenimiento, seguramente nos daremos cuenta de que tenemos algo nuevo y muy excitante", afirma O'Connor.





Lea el artículo completo en:





El Mundo Ciencia

30 de julio de 2010

Encuentran las huellas de reptil más antiguas

Hace 300 millones de años


Huellas fosilizadas de reptil. | University of London/Bristol

Huellas fosilizadas de reptil. | University of London/Bristol

En los acantilados de la bahía de Fundy, New Brunswick, en la actual costa este de Canadá, se han encontrado huellas de reptiles de 318 millones de antigüedad. El hallazgo indica que estas criaturas fueron los primeros conquistadores del interior del continente y pusieron las bases de los diversos ecosistemas que se encuentran hoy en día.

Las primitivas huellas fueron encontradas por Howard Falcon-Lang, de la Universidad de Londres. Los resultados del estudio, llevado a cabo con colegas canadienses y de la Universidad de Bristol, se han publicado en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology.

El mismo equipo ya había descubierto las huellas más antiguas de reptiles en 2007 en otro área de New Brunswick. El actual hallazgo parece ser de la misma época o incluso más antiguo.

El hallazgo corrobora la teoría previa de que los reptiles fueron los primeros 'colonos' de tierras interiores secas, al no tener que regresar al agua para reproducirse, como ocurre con sus primos anfibios. Las rocas en las que se han encontrado las pisadas fosilizadas muestran que los reptiles vivieron en los cauces secos de ríos a cientos de kilómetros del mar.

"Las huellas datan del periodo Carbonífero, cuando existía sólo un supercontinente -Pangea- y la vida se restringía a los pantanales costeros. Cuando los reptiles aparecieron en escena, superaron las fronteras y conquistaron el seco interior continental", explica el investigador Benton.

Fuente:

El Mundo Ciencia

24 de junio de 2010

¿Cómo se convirtieron las aletas en extremidades?

Jueves, 24 de junio de 2010

¿Cómo se convirtieron las aletas en extremidades?

La pérdida de los genes que guían el desarrollo de las aletas puede ayudar a explicar cómo los peces evolucionaron a vertebrados de cuatro extremidades, según un estudio.


En el período Devónico tardío, hace alrededor de 365 millones de años, los peces comenzaron a aventurarse en aguas poco profundas cercanas a la tierra con la ayuda de miembros de ocho dedos. Estos miembros habían evolucionado a partir de aletas; durante la transición, los huesos de nuestros antepasados perdieron filas de fibras rígidas, llamadas actinotriquias, que prestan apoyo estructural y guían el desarrollo de las aletas. Más tarde, se fue seleccionando el número de dedos a un máximo de cinco en cada extremidad.

Marie-Andrée Akimenko, de la Universidad de Ottawa, en Canadá, y sus colegas, han dado una explicación de cómo nuestros ancestros perdieron sus aletas: han descubierto una familia de genes que codifican las proteínas que forman las fibras rígidas de las aletas. El actinodin y sus genes están presentes en el modelo de laboratorio del pez cebra y en el antiguo pez, pero no en los vertebrados de cuatro patas (tetrápodos), según informa el equipo en la revista Nature. Es más, los investigadores encontraron que la expresión de amortiguación de los genes en el pez cebra, también interrumpe la expresión de los genes que regulan el crecimiento de las extremidades y el número de dedos en otros animales.

Estos resultados indican que la pérdida de estos genes está relacionada con el cambio de aletas a extremidades. "Es un buen ejemplo de cómo los cambios en uno o dos genes pueden ser los responsables de una enorme transición evolutiva", señala Axel Meyer, biólogo de la Universidad de Konstanz en Alemania, que estudia la evolución del gen en los peces.

Pero tampoco es cierta una relación de causalidad. "La verdadera pregunta es: ¿perdimos estos genes por no usar las aletas o perdimos las aletas porque perdimos los genes?" señala Denis Duboule, biólogo de desarrollo evolutivo en el Instituto Federal Suizo de Tecnología en Lausanne (EPFL). "El problema es que, cuando se trata de una cuestión evolutiva, no puedes hacer el experimento."

Los investigadores buscaron los genes más activos expresados en las aletas del pez cebra que permitirían volver a crecer después de una amputación y señalaron dos con funciones anteriormente desconocidas. Ambos genes codifican proteínas que conforman una compleja estructura similar al colágeno, llamada elastoidin, en la que se encuentra la actinotriquia. El equipo de Akimenko también realizó búsquedas entre las bases de datos del genoma del pez cebra, y encontró dos genes adicionales que producían proteínas similares. Y se hizo un seguimiento de la expresión de estos cuatro y de los genes que siguen la aparición de la actinotriquia en el embrión del pez cebra y en la regeneración de las aletas de los adultos.

Bases de datos para otros peces óseos también contienen estos genes, pero no se encuentran en los tetrápodos. Esta familia de genes puede tener raíces muy antiguas, aparece en la secuencia parcial del genoma del tiburón elefante, que se desarrolló hace 450 millones de años y perteneciente a la familia viviente más antigua de vertebrados con mandíbulas.

El equipo pasó a usar morfolinos (pequeñas moléculas que se enlazan al ARN e previenen la fabricación de proteínas), para amortiguar la expresión de dos genes en los embriones de pez cebra. No encontraron ninguna actinotriquia en los pliegues embriónicos que normalmente dan lugar a las aletas, y los pliegues estaban poco desarrollados y enroscados.

Cuando, de la misma manera, se interrumpieron los dos genes de la regeneración de las aletas en adultos, hallaron que la distribución de actinotriquia se vio afectada. Por otra parte, en el pez cebra, dicha reducción se mostró en una expresión anormal de los genes que regulan el crecimiento de las extremidades y los dedos. Con anormalidades semejantes en otros animales, estos genes pueden causar el crecimiento de dedos adicionales, como los de aquellos primitivos ocho dedos vertebrados.

Algo se pierde, algo se gana

"Tendemos a pensar que unos genes nuevos traen nuevas funciones, pero este estudio muestra que la presencia de genes constriñe o dirige el desarrollo en determinadas direcciones", explica Meyer. "La pérdida del gen es en realidad una fuerza creativa en la evolución."

El estudio se limitó a tan sólo unos días, dada la corta vida de los morfolinos que bloquean el ARN, por lo que no era posible que Akimenko pudiese determinar si el hecho de interrumpir los genes también previene la formación de otras partes del esqueleto de la aleta, que desapareció durante la transición de las aletas a las extremidades.

En un futuro, se plantea introducir los genes en ratones y observar los efectos sobre el desarrollo de las extremidades. También quiere examinar el papel de los otros dos genes y determinar cómo se regulan. Los genes no son el único factor en la evolución de las aletas a extremidades, "sino sólo una pequeña pieza del rompecabezas que nos puede ayudar a entender esta transición", añadió Akimenko.

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Bit Navegante

27 de mayo de 2010

Un impactante reptil gigante volador, desenterrado en Marruecos

Jueves, 27 de mayo de 2010

Un impactante reptil gigante volador, desenterrado en Marruecos

La criatura, de 95 millones de años, tiene un aspecto aterrador parecido al de una extraña ave y unos extraordinarios seis metros de envergadura


Un impactante reptil gigante volador, desenterrado en Marruecos

Impresión artística del Alanqa saharica / Davide Bonadonna
Un equipo de investigadores irlandeses ha desenterrado en Marruecos los restos de un inquietante lagarto volador gigante, un pterosaurio de 95 millones de años desconocido hasta ahora y que puede ser el más antiguo jamás encontrado.

El animal, bautizado como Alanqa saharicafrom («Al Anq» en árabe significa Fénix, la extraordinaria criatura mitológica que resurgía de sus cenizas) tenía una extraordinaria envergadura de seis metros y un aspecto aterrador. El descubrimiento aparece publicado en la revista científica PLoS ONE.

Encontrado en tres piezas separadas por paleontólogos de la University College de Dublín, Alanqa tenía un hueso de la mandíbula de casi 35 centímetros, lo que nos da idea del tamaño del animal. Los paleontólogos tuvieron la suerte de que cada pieza apareció bien conservada, sin aplastar. A diferencia de la mayoría de los fósiles de pterosaurios hallados hasta el momento, éste mantiene su original forma en tres dimensiones, lo que puede ayudar a conocer más sobre las características del reptil y su forma de vida.
Como el pico de una garza«Este pterosaurio se distingue de todos los demás por su mandíbula inferior en forma de lanza. No tenía dientes y parecía más bien el pico de una garza», explica Nizar Ibrahim, responsable de la expedición en Marruecos. «Durante la excavación, se descubrieron vértebras parciales del cuello que probablemente pertenecieron al mismo animal, de las que la salían las alas, lo que da a entender que tenía una envergadura de seis metros».

En la misma región donde aparecieron los fósiles de Alanqa han sido descubiertos previamente restos de otros pterosaurios distintos, lo que sugiere que varios tipos de estos animales vivieron en el mismo lugar y en la misma época, probablemente cada uno en un nicho ecológico diferente, alimentándose cada uno de su presa preferida. «Cuando estos pterosaurios estaban vivos, el desierto de Sahara era una cuenca de río con exuberantes plantas tropicales y vida animal», explica Ibrahim. Un escenario completamente diferente.

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ABC.es

19 de mayo de 2010

Las aves primitivas no podían volar bien


Miércoles, 19 de mayo de 2010

Las aves primitivas no podían volar bien




La famosa ave primitiva Archaeopteryx era capaz de aletear, pero no podía volar como lo hacen las aves actuales, según concluyeron científicos del University College de Dublín y de la Universidad de Manchester en base al análisis de fósiles.

En lugar de elevarse sin esfuerzo por los aires, las aves primitivas revoloteaban y planeaban a poca distancia del suelo, indicaron los expertos encabezados por Gareth Dyke y Robert Nudds en un artículo publicado en la revista estadounidense "Science", en su edición de mañana viernes.

Los especialistas analizaron las plumas del Archaeopteryx y del Confuciusornis, dos de las especies de ave más primitivas que existieron sobre la tierra.

Ambas especies vivieron hace entre 100 y 140 millones de años y entre los científicos es motivo de discusión si estas aves podían volar o no.

Según los conocimientos actuales, las aves desarrollaron mucho más tarde que lo que se creía hasta ahora en la evolución la capacidad para volar.

Para lograr un vuelo vigoroso, las plumas deben ser fuertes y robustas, como para soportar el peso del ave sin doblarse, dice el artículo.

Esta fuerza apareció en las aves en estadios de evolución más tardíos, del raquis medio de la pluma, que le otorga estabilidad y fuerza, además de ser hueco para reducir el peso.

Los investigadores analizaron fósiles de las aves primitivas y hallaron que el raquis era más fino que en la actualidad. A partir de ello calcularon que, como mucho, los animales podían revolotear.

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El País (Costa Rica)

1 de mayo de 2010

¿Para qué necesitaban las plumas los dinosaurios si no volaban?

Sábado, 1º de mayo de 2010

¿Para qué necesitaban las plumas los dinosaurios si no volaban?


'Nature' acaba de desvelar las tonalidades de las plumas del pequeño 'Sinosauropteryx'

En las últimas semanas diversos equipos de paleontólogos han publicado en revistas de primera línea hasta cuatro estudios sobre un mismo tema: las plumas de los dinosaurios. Tras este aluvión no hay lugar para las dudas: existieron dinosaurios emplumados y de los colores más variados. Desde discretos grises verdosos hasta llamativos naranjas y rojos.

Uno de los estudios es de científicos de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, y se publicó en Nature. Describe el estampado (precioso por cierto) de Sinosauropteryx, que quiere decir, 'dragón chino emplumado'. Tenía plumas de un intenso color naranja. No las tenía en todo el cuerpo solo en algunas zonas, como la cola con un magnífico dibujo de anillos naranjas y blancos y en la parte de la columna vertebral (a modo de cresta).

Ilustración del Anchiornis huxleyi y sus plumajes de colores.

Otro dinosaurio descrito es el Anchiornis Huxley. Era del tamaño de un gallina y tenía las plumas del cuerpo de color gris y negro con una alta cresta roja en la cabeza. Las alas destacaban porque eran blancas. Estos dinos no volaban como los pájaros actuales, porque no lo eran. Planeaban. Así que no es de extrañar que el Anchiornis tuviera cuatro alas, tantas como patas. Dos superiores y dos inferiores.

Sí, estos dinos tenían plumas, pero no volaban, ¿para qué les servían?

Hay varias hipótesis. Una de ellas sugiere que les servían para camuflarse. Otros expertos creen que servían como reclamo para atraer a las parejas para reproducirse, tal y como sucede con las aves hoy en día. Y otros piensan que les servían de aislante, para no perder calor.

Fuente:

RTVE.es

15 de marzo de 2010

Brontosaurus: El dinosaurio que nunca existió


Lunes, 15 de marzo

Brontosaurus: El dinosaurio que nunca existió

Seguro que a la mayoría de nosotros, cuando oímos Brontosaurus se nos viene a la mente la imagen de un dinosaurio vegetariano gigantesco. Sin embargo, este dinosaurio nunca existió.

¿Qué fue "La Guerra de los Huesos"?

El siglo XIX supuso una eclosión de la paleontología. Fueron numerosos los científicos que ayudaron a que esta ciencia se desarrollara hasta el nivel actual, como Charles Lyell con sus Principios de Geología que inspiraron al propio Charles Darwin. También los coleccionistas de fósiles, entre ellos geólogos y paleontólogos como Mary Anning, pusieron su grano de arena para el conjunto de especies fósiles conocidas.

Entre estos últimos se encuentran dos personajes que lograron identificar a más de mil especies entre ambos, siendo una parte importante de dinosaurios, un grupo de animales que gracias a estos dos hombres consiguieron una gran proyección entre el público general. Sus nombres son Edward Drinker Cope y Othniel Charles Marsh.

La lucha entre Cope y Marsh

Cope y Marsh fueron dos paleontólogos que originaron la denominada “Guerra de los Huesos” en la segunda mitad del siglo XIX en Estados Unidos. La lucha que llevaron ambos entre sí dio lugar al descubrimiento de famosos dinosaurios como Triceratops, Stegosaurus o Diplodocus así como otro tipo de reptiles, entre los que destacan reptiles marinos y pterosaurios, y numerosos mamíferos.

Ambos iniciaron su relación de forma amistosa, sin embargo las diferencias entre ellos empezaron a ser demasiado fuertes y Edward D. Cope y Othniel C. Marsh comenzaron una carrera por ver cuál de los dos era el que conseguía nombrar mayor número de especies en un duelo que no siempre era limpio, ya que en varias ocasiones intentaron desacreditarse mutuamente e incluso sus disputas llegaron a la prensa de aquel momento.

Agotaron sus fortunas

Los dos científicos procedían de familias bien asentadas y adineradas, por lo que no les era difícil contratar los recursos necesarios para realizar las expediciones de recuperación de fósiles y pagar a los recolectores para que les ayudaran. Marsh heredó una fortuna de su tío al que convenció para fundar el Museo de Historia Natural de Yale, en Connecticut (Estados Unidos), y Cope, cuyo padre quiso que fuera granjero, nació en una familia rica. Aunque al final de sus días ambos habían acabado con una gran parte de sus fortunas.

Othniel Charles MarshA finales del siglo XIX había una especie de guerra por ver quién encontraba más y mayores dinosaurios. Por aquella época dos paleontólogos rivalizaban con sus descubrimientos, llegando a identificar ellos solos hasta 120 nuevas especies de dinosaurios. Edward Dinker Cope había encontrado hacía poco un fósil de Apatosaurus, un enorme dinosaurio vegetariano y Othniel Charles Marsh quería encontrar otro al menos con el mismo impacto mediático. Ya se que no suena muy científico, pero los investigadores no dejan de ser seres humanos y la fama es algo interesante a tener en cuenta.

En esos momentos aparecieron los restos de un dinosaurio enorme. El único problema es que no aparecía la cabeza por ningún lado. Era gigantesco, herbívoro y tan solo ese “pequeño” detalle le separaba de superar el descubrimiento de Cope. Eso animó a Marsh a seguir buscando y finalmente encontró la cabeza a unos seis kilómetros del yacimiento original. Lo bautizó como Brontosaurus excelsus, pasando a ser el dinosaurio más grande y completo de la época. Sus huesos fueron montados en 1905 para ser expuestos en el Museo Peabody de Historia Natural de Yale.

Pero no era mas que un error. Lo que Marsh había encontrado tan solo era el cuerpo de un Apatosaurus joven con la cabeza de un Camarasaurus. Eso si, mezclados por el error y la ambición a partes iguales.

Oficialmente descartado como especie en 1974, todavía permanece tanto en el imaginario colectivo como en el corrector ortográfico de Microsoft Word®, superando al apatosaurio del cual nadie ha oído hablar.

Brontosaurus excelsus

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Cuánta Ciencia

3 de marzo de 2010

El pariente más antiguo de los dinosaurios


Miércoles, 03 de marzo de 2010

El pariente más antiguo de los dinosaurios

Vivió hace 240 millones de años

Reconstrucción del 'Asilisaurus kongwe'. | M.H. Donnelly

Reconstrucción del 'Asilisaurus kongwe'. | M.H. Donnelly

  • Los fósiles de 'Asilisaurus kongwe' fueron descubiertos en Tanzania
  • Se parecía tanto a los dinosaurios como los hombres a los chimpancés

Los dinosaurios más antiguos que se conocen poblaron la Tierra hace 230 millones de años. Sin embargo, el hallazgo de un animal muy parecido que vivió 10 millones de años de antes sugiere que los dinosaurios habitaron nuestro planeta antes de lo que se pensaba. Así lo asegura el equipo de paleontólogos estadounidenses que halló los fósiles en Tanzania y cuyo estudio recoge el jueves la revista 'Nature'.

La nueva especie descubierta se llama 'Asilisaurus kongwe' y, según los investigadores, se parecía tanto a los dinosaurios como los hombres a los chimpancés. Pertenece a los silesaurus, un grupo de animales con características comunes a los dinosaurios pero con diferencias en algunos aspectos claves.

Según este estudio, liderado por el investigador de la Universidad de Texas Sterling Nesbitt, silesaurus y dinosaurios convivieron durante gran parte del Periodo Triásico (hace entre 250 y 200 millones de años). Por ello, sugieren que ambos tuvieron ancestros comunes hace 240 millones de años.

De carnívoros a herbívoros

La tibia del animal. | R. Smith

La tibia del animal. | R. Smith

Además, sostiene que su forma de alimentarse evolucionó al menos tres veces en menos de 10 millones de años, un periodo relativamente corto cuando hablamos de dinosaurios. Así, pasaron de ser carnívoros a incluir plantas en su dieta. Aunque admiten que no se puede demostrar, los investigadores apuntan la posibilidad de que este cambio se deba a una ventaja evolutiva. Los ecosistemas pueden abastecer mejor a los herbívoros que a los carnívoros por lo que el hecho de que estos animales pudieran comer plantas les habría permitido vivir en hábitats muy variados.

¿Y cómo era este pariente de los dinosaurios? Medía entre 50 cm y un metro de altura, entre uno y tres metros de longitud, pesaban entre 10 y 30 kilogramos, caminaban sobre sus cuatro patas y probablemente comía tanto carne como plantas.

Los investigadores hallaron en el mismo yacimiento del sur de Tanzania restos de, al menos, 14 ejemplares, lo que les permitió reconstruir un esqueleto prácticamente completo, excepto algunas zonas del cráneo y de la pata delantera. Junto a ellos también había fósiles de cocodrilos primitivos, lo que, según este estudio, indicaría que la diversificación de animales emparentados con cocodrilos y aves fue rápida y se dio más temprano de lo que hasta ahora parecía.

Reconstrucción de su esqueleto. | S. Nesbitt.

Reconstrucción de su esqueleto.

23 de febrero de 2010

La tortuga que llenó el vacío entre dos continentes


Martes, 23 de febrero de 2010

La tortuga que llenó el vacío entre dos continentes

Hace 90 millones de años, durante el Cretácico Tardío, buceaban por las aguas de la costa africana tortugas marinas, las primeras que habitaron esas aguas. Un equipo de paleontólogos portugueses acaba de publicar sus conclusiones sobre el estudio de los restos de un cráneo de una de estas emprendedoras tortugas

El cráneo de la tortuga Angolachelys mbaxi

La tortuga prehistórica se llama Angolachelys mbaxi. Sus restos fueron hallados en 2005, en un yacimiento en Tadi, un pueblecito de Angola. Son muy pocos los fósiles que se han encontrado en esa zona porque el terreno no es el más apropiado para la conservación de los mismos.

A pesar de ello este equipo de paleontólogos liderados por Octavio Mateus, del Museu da Lourinhã lleva años excavando en la zona y han encontrado un lugar rico en fósiles, sobre todo marinos. Allí han encontrado a la tortuga.

De acuerdo con sus conclusiones, publicadas por la revista especializada Acta Palaeontológica Polónica, la Angolachelys mbaxi es una prima hermana de las tortugas halladas en la isla de Wight, en Inglaterra. Así que todo apunta a que estas tortugas sureñas proceden del Atlántico Norte.

Por aquel entonces, hace lo que hoy es América del Sur y África eran un solo continente. Poco a poco, ese gran continente se partió en dos. Y a medida que se abría la tierra como una cremallera que se abre hacia abajo, el agua invadía el hueco y las tortugas también. Nuestra protagonista fue de las primeras que lo hicieron.

Aunque no fue la única: los paleontólogos han hallados los restos de un reptil marino llamado Angolasaurus. Un antepasado del dragón de Komodo y uno de los mayores lagartos que han existido.

Tomado de:

RTVE

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