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30 de noviembre de 2011

La hormona que controla el crecimiento... ¡de las plantas!

9 de noviembre de 2011 | 23:05

seed

Investigadores de la Universidad de Queensland han encontrado la única hormona que coordina cómo crecen las plantas en respuesta al medio ambiente.

El Dr. Phil Brewer, biólogo molecular de plantas de dicha universidad , y sus colegas, publican sus hallazgos sobre un producto químico llamado strigolactone esta semana en la revista de la Academia Nacional de Ciencias .

Es una hormona clave

Dice Brewer.

Hace tres años, Brewer y sus compañeros publicaron la investigación en la revista Nature, donde mostraron la relación entre strigolactone y el crecimiento de las plantas.

Cuando los niveles de nutrientes o de luz son bajos, los niveles de strigolactone suprimen el desarrollo de las yemas en las ramas, por lo que la planta crece alta y delgada.

Esto permite a la planta llegar más a la luz y maximiza la cantidad de energía que dedica a la reproducción. La energía, por lo tanto, se centra en la producción de flores y semillas en lugar del crecimiento vegetativo.

En este estudio los investigadores han encontrado que el strigolactone no se encarga únicamente de esto.

Al principio pensamos que la hormona strigolactone se centraba en las ramas, pero ahora estamos descubriendo que la hormona está involucrada en un montón cosas variadas

Brewer y colegas encontraron que cuando los niveles de strigolactone son altos, no sólo hace que dejen de crecer los brotes, sino que también actúa en el tallo.

Esto asegura a una planta crecer para alcanzar la luz, teniendo también fuerza para hacerlo.

Ahora pensamos que esta hormona coordina la respuesta de toda la planta. No se trata sólo de la ramificación, se trata también de otras partes de la planta. Se trata de optimizar su crecimiento.

Desde hace muchos años, los científicos pensaban que el engrosamiento del tallo era controlado por una sustancia química llamada auxina, pero estos últimos hallazgos lo ponen en duda.

Este es un gran avance para nosotros porque demuestra que la auxina actúa a través de estrigolactonas para hacer este trabajo, un gran cambio en el dogma

Dice Brewer, que está encontrando influencias de strigolactone en otras partes de la planta también.

Cuando los niveles de nutrientes son bajos los niveles de strigolactone aumentan, lo que estimula la producción de pelos radicales y hongos micorrícicos que contribuyen a aumentar la absorción de nutrientes.

La parte negativa es que algunas malas hierbas parásitas se han apropiado de este sistema.

Vía | ABC Science

Tomado de:

Xakata Ciencia

4 de noviembre de 2011

Experimento en laboratorio logra retrasar síntomas de la vejez

Científicos en Estados Unidos lograron retrasar, e incluso eliminar, la aparición de los signos de envejecimiento como arrugas, cataratas y desgaste muscular en ratones.

Anciana

Los científicos eliminaron del organismo las células que han dejado de dividirse.

Lo lograron eliminando un tipo de células que, con la edad, se acumulan en el organismo porque dejan de dividirse.

Los investigadores de la Clínica Mayo afirman que el hallazgo demuestra por primera vez que estas células "agotadas" juegan un papel importante en el envejecimiento.

Y pueden ser la clave para ayudar a que la gente permanezca sana durante más tiempo cuando envejece, expresan los científicos en la revista Nature.

La investigación se centró en la llamada senescencia celular, el momento en el que las células dejan de dividirse.

La capacidad de división celular juega también un papel en el desarrollo de tumores, que son causados por la multiplicación indefinida de las células.

En los 1960 los científicos descubrieron que las células llevan a cabo un número limitado de divisiones pero llega un punto en que dejan de dividirse.

En ese momento quedan en un estado de limbo, la llamada senescencia celular, en el que ni mueren ni se continúan multiplicando.

El sistema inmune se encarga de eliminar a estas células regularmente, pero con el tiempo sus números comienzan a acumularse.

Los científicos creen que cerca del 10% de las células de las personas muy mayores están en senescencia.

Eliminación

Los investigadores de la Clínica Mayo descubrieron una forma de matar a todas las células senescentes en ratones genéticamente modificados.

Estos ratones envejecían mucho más rápido de lo normal, pero cuando les dieron un fármaco diseñado para matar a las células senescentes los animales mostraron "un retraso drástico" de los signos de envejecimiento.

En particular se analizaron tres síntomas de la vejez: la formación de cataratas en el ojo, el desgaste de tejido muscular y la pérdida de depósitos de grasa bajo la piel, que provoca las arrugas.

Cuando el fármaco fue suministrado después de que los ratones envejecieran, los científicos encontraron una mejora en la función muscular.

"Nunca había visto algo semejante" explica el doctor James Kirkland, uno de los investigadores.

Su colega, el doctor Jan van Deursen, explica a la BBC que "quedamos muy sorprendidos por este efecto tan profundo. Realmente creo que es muy significativo".

El hallazgo plantea la tentadora posibilidad de retrasar los signos de envejecimiento en humanos. Sin embargo, las células senescentes no pueden ser tan fácilmente eliminadas en el humano.

"Me siento optimista de que esto pueda realmente tener un impacto. Nadie quiere vivir más si la calidad de vida es mala" dice el doctor Deursen.

La gente joven, explica, puede eliminar sus propias células senescentes.

"Todo lo que se necesitaría sería preparar, o estimular, al sistema inmune para que se encargue de eliminar a las células senescentes".

"O desarrollar un fármaco que las ataque basado en las proteínas especiales que estas células producen".

El doctor Jesús Gil, del Consejo de Investigación Médica del Reino Unido, afirma que "el hallazgo debe ser tomado con un poco de cautela, porque es un estudio preliminar".

Pero agrega que es una investigación "fascinante" que "sugiere que si te deshaces de las células senescentes puedes mejorar los fenotipos (características físicas) asociados al envejecimiento y mejorar la calidad de vida en el humano envejecido".

Fuente:

BBC Ciencia

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20 de octubre de 2011

El coeficiente intelectual puede cambiar en la adolescencia

Estudiantes

La habilidad mental de los adolescentes puede mejorar o empeorar en una escala mucho mayor de lo que se pensaba hasta ahora, según un nuevo estudio de la Universidad de Londres.

Hasta ahora se asumía que la capacidad intelectual, medida en el coeficiente intelectual (CI), se mantenía más o menos estática durante toda la vida.

Pero varios exámenes realizados a adolescentes de 14 años en promedio, y repetidos cuando cumplieron 18 años, determinaron que el CI puede mejorar o deteriorarse.

La investigación, que fue publicada en la revista Nature, podría influir en la forma en que son evaluados los alumnos y en la edad en la que se espera que tomen decisiones acerca de su futuro.

Validez

En el estudio participaron 19 niños y 14 niñas. Todos se sometieron a una combinación de escáneres cerebrales y pruebas de inteligencia verbal y no verbal en 2004 y luego en 2008.

En el 39% de los adolescentes se observaron cambios en el coeficiente intelectual verbal, mientras que el 21% de los jóvenes registró una variación en su rendimiento intelectual a través de una prueba de razonamiento espacial.

Se considera que estos resultados tienen una mayor validez, porque por primera vez las variaciones en el coeficiente intelectual se relacionaron con cambios en dos áreas particulares del cerebro de los adolescentes.

El aumento en el coeficiente intelectual verbal ocurre al mismo tiempo que crece la densidad de una parte de la corteza motora izquierda, una región que se activa durante el habla.

Mientras que el desarrollo del coeficiente intelectual no verbal se relaciona con el incremento de la densidad del cerebelo anterior, un área asociada con los movimientos de la mano.

Esperanza

El trabajo fue dirigido por la profesora Cathy Price del Wellcome Trust Centre de la Universidad de Londres.

"Los resultados podrían ser alentadores para aquellos que consideran que su potencial intelectual puede mejorar... y una advertencia para aquellos alumnos exitosos, cuyo potencial podría disminuir", explicó la profesora.

"Tenemos una tendencia a evaluar a los niños y determinar el curso de su educación en un momento relativamente temprano de la vida".

"Pero aquí hemos demostrado que es probable que su inteligencia esté en vías de desarrollo", agregó Price.

"Debemos ser cuidadosos en no descartar a aquellos cuyo desempeño a una edad temprana sea pobre, porque en realidad su coeficiente intelectual pudiera mejorar de forma significativa en unos cuantos años más".

¿Por qué?

Profesora Price

La investigación de la profesora Price demuestra que el coeficiente intelectural puede mejorar de forma significativa.

La investigación no buscaba comprender las causas de los cambios.

Sin embargo, una posible explicación puede ser el hecho de que los adolescentes maduren a edades relativamente distintas. La calidad de la educación que reciben también podría influir.

Uno de los participantes, Sebastián Friston, ahora de 23 años, registró un marcado aumento en su coeficiente intelectual entre las dos pruebas: pasó de tener una calificación promedio a una de las categorías más altas.

Educado en colegios estatales, Friston aseguró que había luchado en sus primeros años e incluso llegó a necesitar clases extras de matemáticas, pero ahora está planeando realizar un doctorado de ingeniería en computación.

"Creo que el cambio se produjo en la escuela cuando empecé a estudiar temas que realmente me interesaban. A partir de ese momento me sentí más comprometido y todo me pareció más fácil y mucho más interesante".

La investigación, que fue financiada por el Wellcome Trust, es uno de los muchos proyectos del programa de la comprensión del cerebro.

Se espera que futuros trabajos se centren en cuán adaptable pudiera ser el cerebro después de la adolescencia y en las implicaciones que ello pudiera tener en la lucha contra las enfermedades mentales y neurológicas.

Fuente:

BBC Ciencia

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26 de septiembre de 2011

Un dispositivo para vivir hasta los 150 años

Genómica personalizada
  • Hay 2.200 genes (de 20.000) que son predecibles y accionables, o sea, que los doctores tienen idea de qué pasará si uno no los tiene.
  • A las mujeres que tienen una mutación en los genes BRCA asociados con el cáncer de mama, por ejemplo, se les suele aconsejar que se saquen los senos y el ovario para evitar el riesgo de cáncer.
  • Pero quienes tienen la variación de gen asociada con el mal de Alzheimer no pueden hacer mucho más que preocuparse.
  • Secuenciar el genoma entero -encontrar el patrón de ADN de cada gen en cada célula- cuesta ahora casi lo mismo que determinar si alguien tiene un gen particular. Eso implica que si se va a secuenciar uno de los 2.200 genes de los que se sabe algo, probablemente vale la pena secuenciar el genoma entero.
  • Durante el brote de E. coli en Alemania este año, le tomó menos de dos días a los investigadores secuenciar el genoma entero de una sepa hasta entonces desconocida.


George Church

El cerebro de Church funciona como el de pocos.

Uno se pregunta qué tiene en su ADN el profesor de génetica de la Universidad de Harvard George Church.

Si es cierto que los genes cuentan la historia de la vida de las personas, entonces deben tener alguna alteración en su secuencia de A, C, G y T pues su cerebro funcionan como el de casi nadie más.

Hace unos 30 años, Church era uno del puñado de personas que fantaseaban con secuenciar el genoma humano: todas las letras del código que nos distingue tanto de las moscas, como de nuestros padres.

Su laboratorio fue el primero en inventar una máquina para descifrar el código, y Church ha seguido mejorándola desde entonces.

Una vez se secuenció el primer genoma, impulsó la idea de que no era suficiente tener una sola secuencia; que necesitábamos tener las de todo el mundo. Cuando le recordaron que había costado casi US$3.000 millones secuenciar el primero, construyó otra máquina.

Ahora, el costo se ha reducido a menos de US$5.000 por genoma, y Church asegura que pronto bajará 10 o 20 veces más, hasta que cueste más o menos lo mismo que hacerse un examen de sangre.

Genes: leer, escribir, editar

Genoma

Si nos secuenciaran a todos nuestros genomas, el mundo empezaría una nueva etapa, asegura Church.

Para Church, llegar a que sea rutinario secuenciar el genoma marcaría el inicio de una nueva era tan transformativa y llena de posibilidades como la edad de internet.

Y no son sólo las compañías de seguros las que quieren tener los genomas enteros de todos sus clientes en sus archivos.

Para Church, ese será apenas el principio del proyecto, más que la culminación de tres décadas de trabajo.

El científico apunta una meta más alta: como leer el código del ADN ya es casi sencillo, él quiere escribirlo y editarlo.

Vivir hasta los 150

Church contempla un día en el que un implante en el cuerpo será capaz de identificar las primeras mutaciones de un tumor potencial, o los genes de una bacteria invasora.

Será posible tomarse un antibiótico que ataque al invasor o una pastilla contra el cáncer cuyo blanco sean solamente esas pocas células renegadas.

Otro dispositivo revisaría el medio ambiente que rodea a las personas y les avisaría si están entrando a un lugar que pone en riesgo su salud.

Una amplia gama de desórdenes genéticos podrán ser identificados al nacer, incluso en el momento de la concepción, y diminutos virus preprogramados serán introducidos al cuerpo para que penetren las células indicadas y corrijan el problema. Modificar el cuerpo adulto ante las primeras señales de enfermedad sería igual de fácil, predice.

No hay razón, según Church, para que la gente no pueda llegar a vivir hasta los 120 años de edad, y luego hasta los 150.

"Solía prevalecer la actitud de: 'éste es su destino genético, acéptelo', pero ahora la actitud es: la genética realmente se trata de los cambios que se pueden hacer en el entorno para cambiar su destino".

Ciencia democrática

Con su 1,93m de altura y su desordenada barba rojiza, es difícil que George Church pase desapercibido. El científico de 57 años de edad es tan imponente como sencillo. Y tiene cierta torpeza y candidez que lo hace simpático.

Su instinto democrático se evidencia en su ciencia. Church asesora a 20 de las alrededor de 30 firmas de genómica avanzada estadounidenses, pero su alma claramente está en la academia, trabajando con ciencia básica que ayuda a todo el mundo.

Lo que Church quiere es que se publiquen muchos genomas en la red, para que los científicos puedan investigar.

Mientras presiona para que se hagan más inventarios de genómas completos, también insiste en que esos genomas deben estar en el dominio público, para que los investigadores puedan aprender sobre las condiciones médicas por comparación. Él mismo ya ha subido 11 a internet, incluyendo el suyo propio, y pretende hacer lo mismo con otros 100.000 más.

Una vez miles de personas de diversos orígenes publiquen sus genomas y su estado de salud, los investigadores podrán profundizar sus conocimientos sobre una amplia gama de enfermedades y desórdenes, desde esquizofrenia hasta cardiopatía, de diabetes a discapacidades de aprendizaje, en busca de patrones.

"Si el precio es más bajo, muchos retoños florecen", dice.

Church no quiere hacer ese tipo de descubrimientos. El ritmo de ese tipo de ciencia es demasiado lento para él, y no está dirigido por la tecnología.

"Evolución en esteroides"

Hay una habitación con el clima controlado en medio del amplio laboratorio de Church, donde una pequeña bandeja se mueve para adelante y para atrás, agitando muestras de ADN de E.coli.

En un proceso de cuatro horas de producción, los investigadores pueden apagar o prender un sólo par de bases de ese ADN, o regiones enteras de genes para ver qué pasa. La meta es encontrar la manera de mejorar la producción de químicos industriales o medicamentos, o poner a prueba la resistencia viral.

La MAGE es descrita como "un acelerador de la evolución".

"Uno podría concebirlo como una especie de evolución en asteroides: es hacer que vaya a velocidades altas", explica Church.

El aparato es una segunda generación de la máquina de ingeniería automatizada genómica multiplex, o MAGE. La primera, que está en la oficina de Church, fue una tesis de un doctorado. Y al lado de la nueva MAGE hay otro proyecto de tesis. Conocido como el Polonator, es un secuenciador de genoma de fuente abierta que puede leer y escribir mil millones de pares de bases a la vez.

Esas dos máquinas ponen al laboratorio de Church en la vanguardia de la biología sintética, un nuevo campo que busca hacer cosas que la Madre Naturaleza nunca pensó hacer, como combustibles altamente eficientes no contaminantes y virus que puedan llevar medicina contra el cáncer directamente a un tumor.

Con estas máquinas, Church está haciéndole a la biología sintética lo que ya le hizo a la genómica personalizada: tornándola más barata, veloz y al alcance de todos.

Cuestiones éticas

El Polonator puede leer y escribir mil millones de pares de bases a la vez.

"Está empezando a llevar a la biología sintética a una mayor escala", señala James J. Collins, un profesor de la Universidad de Boston y colega de Church en el Instituto Wyss para la ingeniería inspirada en la biología de Harvard.

Collins reconoce que hay gente que alberga ciertas preocupaciones éticas frente a la idea de que los científicos escriban códigos genéticos. Sin embargo, dice, la realidad de la biología sintética no es tan aterradora como la pintan. Nadie está creando criaturas apocalípticas ni humanoides. A duras penas son capaces de crear una célula nueva, asegura.

"Creo que nosotros, como comunidad, tenemos una necesidad, un papel y la responsabilidad de educar al público así como de tomar medidas de precaución para asegurarnos de que no estamos introduciendo algo problemático", dice Collins, quien crea sus células con interruptores automáticos de manera que se autodestruyan antes de reproducirse o mutar.

Par de bases

En genética un par de bases consiste en dos nucleótidos opuestos y complementarios en las cadenas de ADN y ARN que están conectadas por puentes de hidrógeno.

Wikipedia

George Annas, el director del departamento de leyes de la salud, bioética y derechos humanos de la Universidad de Boston, concuerda con que es demasiado pronto para preocuparse por la ética de la biología sintética.

"En este punto, no sabemos cómo se desarrollará o siquiera si lo hará".

Sobre los posibles temores ante nuevas formas de vida, Annas dice que no piensa "que estemos aún en el reino de la ciencia ficción".

De la retórica a la realidad

El optimismo de Church respecto a la posibilidad de leer y escribir el ADN es contagioso, pero no irresistible.

"Uno necesita tener la imaginación de George y su visión para poder siquiera progresar. Pero es u

na bobada pensar que va a progresar tanto como lo que él se imagina", apunta Annas.

"Si uno no intenta hacer lo imposible, nunca logra realizar lo que es casi imposible"

Chad Nussbaum

El sistema médico es

tadounidense ya está quebrado, señala. Añadir tratamientos más personalizados sólo puede encarecer el servicio. Y aunque la medicina pueda añadir años a la vida de alguien, la calidad de esos años probablemente no será buena, advierte Annas.

Chad Nussbaum está de acuerdo.

"Hay un chance estadístico de que a uno lo atropelle un camión, lo que hace difícil que uno viva hasta los 150 años, no importa cuán saludable esté", dice Nussbaum, codirector del programa de secuenciamiento y análisis del genoma del Instituto Broad de Harvard y MIT, un instituto de investigación genética en el que Church es un miembro asociado.

El envejecimiento extremo no es sólo genética, dice Nussbaum. Es ingeniería básica: las partes sencillamente se desgastan con el tiempo. "Es maravillosamente ingenuo pensar que todo lo que tenemos que hacer es aprender todo sobre genética y podremos vivir hasta los 150".Enlace

No obstante, Nussbaum dice admirar la visión de Church y su "genialidad".

"Es una gran cosa pensar en grande e intentar hacer cosas locas", dice Nussbaum. "Si uno no intenta hacer lo imposible, nunca logra realizar lo que es casi imposible".

Fuente:

BBC Ciencia

31 de julio de 2011

¿Por qué encoge nuestro cerebro?

Sabemos que el cerebro humano se atrofia y pierde facultades con los años, pero ¿sucede lo mismo en todas las especies? Un estudio comparativo con cerebros de chimpancés demuestra que somos los únicos primates que sufren este desgaste. Tener cerebros más grandes y vivir más años podría tener un precio para nuestras mentes.


El cerebro humano se encoge. Incluso en los individuos sanos, aquellos que no sufren ninguna enfermedad neurodegenerativa como el temido Alzheimer, esta reducción paulatina de tamaño se registra desde los 25 años de edad y el proceso se acelera a partir de los 50. Pese a lo que dice el mito, no se trata de una pérdida masiva de neuronas, sino de cambios en la microestructura de estas células y las conexiones dendríticas de la corteza cerebral. Esta atrofia está localizada sobre todo en el lóbulo frontal y el hipocampo, la zona donde se fijan los recuerdos, de modo que tiene consecuencias directas en facultades como nuestra capacidad de razonar, la rapidez mental o la memoria episódica.

Hasta donde sabemos, los humanos somos las únicas criaturas que desarrollamos enfermedades degenerativas como las demencias o el Alzheimer. De alguna manera, el deterioro natural de estas zonas de la corteza cerebral por la edad podría predisponernos a sufrir estas enfermedades. Para conocer mejor lo que nos diferencia, resulta muy útil comparar lo que sucede en el cerebro de otras especies, y eso es lo que ha hecho el equipo liderado por Chet Sherwood, de la Universidad George Washington, en un estudio publicado esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Para su análisis, los científicos escanearon con resonancia magnética los cerebros de 99 chimpancés (con edades entre los 10 y los 51) y de 87 humanos (con edades comprendidas entre los 22 y los 88 años). A diferencia de lo que ocurre con los cerebros humanos, que muestran un descenso de volumen en todas las estructuras a lo largo de los años, los cerebros de los chimpancés no presentaron cambios significativos relacionados con la edad.

Las tasas de cambio en los cerebros humanos, sin embargo, son importantes. Algunas regiones se encogen hasta un 25% a la edad de 80 años. El encogimiento de la materia gris en el lóbulo frontal, por ejemplo, es de alrededor de un 14%, y de un 13% en el hipocampo, mientras que en la denominada "materia blanca", el lóbulo frontal puede llegar a reducirse hasta un 24%.

¿Por qué se producen estas diferencias? Los científicos ya habían realizado estudios similares con monos Rhesus, pero es la primera vez que se compara de forma detallada con un primate superior como los chimpancés. Todas las pistas apuntan a un origen evolutivo y al aumento de la longevidad, vivimos proporcionalmente más que los chimpancés y tenemos un cerebro hasta tres veces más grande con una demanda energética considerablemente superior.

El cerebro humano consume un 25% de la energía disponible para el resto del cuerpo, frente al 10% que consume el cerebro de un chimpancé. Esta mayor demanda energética conlleva algunas consecuencias, como el deterioro de la eficiencia de las mitocondrias o un mayor estrés oxidativo, un cambio metabólico que, a largo plazo, explicaría la atrofia de nuestros cerebros a medida que envejecemos.

"Mi impresión es que las neuronas hacen básicamente todo lo mejor que pueden para mantener el máximo funcionamiento durante todo el tiempo posible", asegura Chet Sherwood en Science. "Pero la edad se acumula en su contra después de años de alto consumo energético".

Causas exógenas

Otros estudios sobre el envejecimiento cerebral en sujetos sanos apuntan a la pérdida de conectividad por factores naturales. "Teóricamente se pierde hasta un 40% de esa conectividad solo por el proceso de envejecimiento", nos cuenta el catedrático de Fisiología de la UCM, Francisco Mora. "Y éste es el límite en el que uno puede mantener unas facultades mentales normales". Pero estos estudios se han puesto en duda, apunta Mora, "por no tener en cuenta algo tan importante como los factores ambientales".

Que los hábitos de vida pueden encoger el cerebro y atrofiarlo, más allá de la edad, ha sido ampliamente comprobado. Trastornos como la depresión, el insomnio, o hábitos como el vegetarianismo extremo prolongado, también se han mostrado como factores que hacen encoger el cerebro. Entre estos factores, el consumo de drogas es una de las causas de atrofia más importantes.

"Las alteraciones morfológicas que produce el alcohol en el cerebro", nos explica Koldo Callado, investigador del banco de cerebros de la Universidad del País Vasco, "son muy parecidas a las del Alzheimer, con alteraciones en los surcos, atrofia cortical, etc.". También sabemos que el éxtasis, o las drogas de diseño, como apunta Callado, producen destrucción de neuronas. "Y eso se ve cuando se trata a animales y aplicamos neuroimagen", asegura. "Vemos cómo se reduce el volumen cerebral y se pierden determinado tipo de neuronas".

Entre los factores externos que han modificado nuestro cerebro también se contemplan motivos antropológicos y evolutivos. Un beneficio hipotético de la prolongación de la vida después del período reproductivo en humanos, explica el estudio, es que los abuelos podrían haber desarrollado un papel esencial en el cuidado de las crías. "Estas soluciones adaptativas", asegura el estudio, "crearon también un marco único en que los humanos desarrollaron un envejecimiento neuronal progresivo mayor que el de nuestros parientes los primates".

Con todos estos elementos, nuestra especie desarrolló evolutivamente un cerebro mucho más grande y exigente metabólicamente, además de una larga esperanza de vida. Estos factores han dado unas ventajas decisivas a los humanos, concluye el trabajo, pero finalmente estas adaptaciones también tienen un "coste" en forma de una mayor neurodegeneración.

Referencias: Aging of the cerebral cortex differs between humans and chimpanzees (PNAS)

Fuente:

La Información

5 de abril de 2011

Las diferencias cerebrales de los jóvenes antisociales

El período de la adolescencia tiene la reputación de ser una época de travesuras y conductas atrevidas. Pero para algunos jóvenes es mucho más problemática.

Algunos adolescentes exhiben lo que los expertos llaman "trastornos conductuales", que pueden resultar en comportamientos violentos y delincuencia.

Ahora, una nueva investigación reveló que los adolescentes con estos comportamientos antisociales agresivos y severos tienen diferencias en su estructura cerebral.

Específicamente, muestran diferencias en la región del cerebro que controla las emociones, dicen los investigadores en la American Journal of Psychiatry (Revista Estadounidense de Psiquiatría).

Durante la adolescencia el cerebro continúa desarrollándose y determinados cambios que ocurren en este período, afirman los científicos de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, parecen estar vinculados con los problemas de conducta.

El hallazgo, dice la investigación, cuestiona la idea establecida de que los trastornos conductuales de la adolescencia son sólo una consecuencia de la imitación del mal comportamiento de los pares.

Conducta antisocial

Los trastornos conductuales se caracterizan por un comportamiento cada vez más agresivo y antisocial y pueden desarrollarse en la niñez o en la adolescencia.

En el Reino Unido se cree que estos afectan a cinco de cada 100 adolescentes, los cuales están en un mayor riesgo de desarrollar problemas mentales y físicos en la edad adulta.

Los neurocientíficos de la Universidad de Cambridge utilizaron imágenes de resonancia magnética para medir el tamaño de algunas regiones cerebrales en 65 adolescentes varones con trastornos conductuales.

Y también estudiaron a 27 jóvenes que no mostraban síntomas del trastorno.

Tal como le explicó a la BBC el doctor Ian Goodyer, profesor de psiquiatría de la niñez y la adolescencia, quien dirigió el estudio, los individuos que participaron en el estudio habían mostrado al menos 12 meses de conductas antisociales, que involucran la violación de las reglas de la sociedad.

"Roban, mienten, pueden ser violentos, destruir la propiedad ajena o ser destructivos con la gente o los animales. No son conductas que ocurren todo el tiempo, pero son episódicas y surgen durante un periodo prolongado", afirma el investigador.

Los resultados de los escáneres revelaron que la amígdala y la ínsula -las regiones del cerebro que contribuyen a la percepción de las emociones, la empatía y el reconocimiento de la angustia ajena- eran "extraordinariamente" más pequeñas en los adolescentes con trastornos conductuales.

Falta de empatía

Adolescentes (SPL)

Cinco de cada 100 adolescentes sufren trastornos de conducta.

"Por ejemplo -explica el profesor Goodyer-, una parte muy importante de la experiencia es humana es que si miramos el rostro de alguien podemos diferenciar distintas emociones en esa persona".

"Pero estos adolescentes parecen tener más dificultades para poder distinguir distintos tipos de emociones en los demás, también muestran dificultades para tomar decisiones y parecen estar más dispuestos a tomar riesgos", dice el neurocientífico a la BBC.

Según el investigador, ahora será necesario llevar a cabo más investigaciones para analizar si estos cambios en la estructura cerebral son la causa o la consecuencia de los trastornos conductuales.

"Es importante conocer más sobre las causas de estos trastornos porque criar a un adolescente con estas conductas, además de enorme impacto emocional, es muy costoso", dice el profesor Goodyer.

"Cuesta casi diez veces más que criar a un adolescente 'normal', al menos en países como el Reino Unido y Estados Unidos".

"Y, además, presentan un alto riesgo y una carga para la sociedad, porque tienen dos o tres veces más probabilidades de cometer un delito en su vida adulta", añade el experto.

Fuente:

BBC Salud

18 de febrero de 2011

Los matrimonios contraídos a temprana edad condenados al fracaso, según investigación

Los matrimonios contraídos a temprana edad corren mayor riesgo de ser anulados en los cinco años posteriores a su registro, en el Reino Unido, y la causa en muchos aspectos tiene que ver con la nueva moda de las estrellas pop jóvenes de casarse sobre los 20 años y después rápidamente divorciarse, según una nota The Telegraph.



A pesar de que la estadística general de divorcios mejoró en los últimos tiempos, el intervalo de edades de las personas que se divorcian aumentó. Ahora las personas de 25-29 años se divorcian dos veces más a menudo, que las personas de otra edad, según datos de la oficina de Estadística Nacional de Gran Bretaña.

Además las parejas gastan menos tiempo en sus tentativas de reconciliación antes de presentarse ante el Tribunal.

Expertos en psicología creen que la sociedad moderna no está apta para aceptar en forma adecuada la concepción de relaciones largas en el matrimonio cuando los conyugues son jóvenes.

La edad joven supone la presencia de otras prioridades más importante que la unión, tales como las ambiciones personales. Bajo este motivo muchos se niegan a casarse y procrean hijos fuera del matrimonio. Pero también las personas que se han casado con edad menor a los 30 años se divorcian más a menudo.

Jenny North, dirigente del Departamento de Política de la Compañía Relate, afirma que la relación de las personas hacia el matrimonio y el divorcio cambió. Ahora, el divorcio no se aprecia como algo horroroso. La idea de la ruptura de las relaciones hasta antes del nacimiento del primer hijo es cada vez más frecuente.

La investigación mostró que uno de cada tres matrimonios termina antes que una pareja celebre su 15 aniversario. Apenas una generación atrás, la relación de divorcio entre las parejas era de un matrimonio por cada cinco.

Tomado de:

RIA Novosti

La nota original en:

The Telegraph

2 de febrero de 2011

Ya casi revelan el secreto de la eterna juventud

Este post no vende cremas antiarrugas ni pociones mágicas o milagrosas, aunque según su título así pudiera parecer. Sí se refiere, sin embargo, a la posibilidad de ser eternamente jóvenes, pero va contado desde un punto de vista científico, mas no estético, así que nada de bótox ni cirugías plásticas involucradas.

Resulta que un estudio publicado en la Revista Nature, realizado por un equipo de científicos del Instituto de Cáncer Dana-Faber, en Estados Unidos, detalla cómo habían revertido el proceso de envejecimiento en ratones. Ojo: Revertido, es decir, que no se trataba de “detener” el proceso de vejez, sino de prácticamente, retroceder el tiempo.

Explica la BBC que para lograrlo los investigadores se enfocaron en los cromosomas dentro del núcleo de las células, específicamente en los telómeros, ubicados en los extremos de los cromosomas, y cuya función es proteger a los cromosomas de los daños y coordinar la multiplicación o división celular.

Con el paso del tiempo, los telómeros se van reduciendo hasta que las células ya no son capaces de replicarse y por ende van envejeciendo sin tener sustitutas. En el experimento, los investigadores manipularon la enzima que regula a los telómeros, llamada telomerasa, logrando obtener resultados “sorprendentes”, según explicaron:

Lo que esperábamos era un retraso o estabilización del proceso de envejecimiento (…) Pero en vez de eso observamos una reversión drástica en los signos y síntomas del envejecimiento: Vimos que el cerebro de estos animales aumentó de tamaño y mejoraron sus capacidades cognitivas. Su pelaje recuperó su apariencia brillante y sana y su fertilidad también resultó restaurada”.

Claro está, tampoco la idea es que nos hagamos ilusiones tan apresuradas, ya que recordemos que se trató de un estudio con ratones, por lo que aplicar el procedimiento en seres humanos es aún un desafío por realizar… Y es que el gran problema es que mientras unos científicos aún trabajan en descifrar cómo se produce el proceso de envejecimiento, pues todavía no se sabe con absoluta, otros dedican sus esfuerzos en probar tratamientos para revertir la vejez.

Este experimento puede ofrecer datos interesantes no solo para revertir el proceso de envejecimiento, sino en todo lo referente a la investigación sobre el cáncer y su tratamiento, así que sin lugar a dudas esperaremos conocer pronto nuevos avances en la materia, aunque mientras sigamos envejeciendo… Ahora bien, suponiendo que esta u otra investigación similar lleguen a feliz término: ¿Cómo crees que nos impactará saber que podemos ser “eternamente” jóvenes?

Con infrmación de:

Fayer Wayer

27 de enero de 2011

¿Cuánto terreno se necesita para enterrar a toda la gente que muere en un año?

Siempre que veo un cementerio a lo lejos (siempre de lejos, porque me dan yuyu), saco a relucir mi mente negociante y me pregunto cuántos inmuebles podrían edificarse en tanto terreno. Cada vez mueren más personas, de modo que, en teoría, cada vez hay más cementerios y los cementerios cada vez son más grandes.

Para calcular realmente el terreno necesario para alojar a los muertos, vamos a averiguar el terreno que se necesita para enterrar a toda la gente que muere en un año.



Si bien algunos cadáveres son incinerados y otros son enterrados en nichos, vamos a fijarnos exclusivamente en los muertos que se entierran en tumbas cavadas. Vamos a escoger una nación como Gran Bretaña, donde es más costumbre usar tumbas cavadas, a diferencia de otros países en que se coloca a los muertos en nichos.

Para empezar con los cálculos, necesitamos conocer la proporción de personas incineradas y, también, la superficie de tierra que ocupa una tumba. Ah, y el número de muertos anuales en Gran Bretaña: 800.000.

Seguramente se me dirá que en Gran Bretaña hay un 70 % de incineraciones por un 30 % de enterramientos. En las ciudades son más numerosas las primeras, mientras que en el campo abundan más los segundos. Si sólo el 30 % de las personas que fallecen cada año son enterradas, habrá un 30 % de 800.000 entierros anuales, lo que nos da 240.000 sepulturas en el mismo periodo.

Vayamos ahora con la superficie del terreno. En la mayor parte de cementerios de Gran Bretaña, las tumbas están dispuestas en hileras. Una tumba está separada de la siguiente por unos 2 metros. Y cada hilera está separada de la siguiente por unos cuatro metros. Eso significa que cada tumba precisa de una superficie de 4 × 2 = 8 m2.

Ahora sólo basta multiplicar esos 8 metros por los 240.000 muertos anuales. El resultado es 1.920.000 m2. Es decir, y para redondear, 2 millones de metros cuadrados.

Para imaginar cuánto terreno representa esta superficie, comparémosla con la de un campo de fútbol. El terreno de juego suele tener 100 metros de largo por 50 de ancho, esto es, 5.000 metros cuadrados. De modo que para enterrar a los muertos no incinerados en Gran Bretaña necesitamos cada año 560 campos de fútbol.
560 campos de fútbol llenos de muertos. Suena muy macabro. Y más sonará imaginar cuántos campos de fútbol haría falta para enterrar a todos los muertos anuales del planeta Tierra. Sólo imaginar los guarismos resultantes me parece una cifra enorme. ¿Alguien se atreve a hacer una estimación?

Fuente:

Xataca Ciencia


12 de enero de 2011

Será posible vivir hasta los 130 años

A partir del 2027, los seres humanos podrán alcanzar esa edad. Un científico ruso desarrolla un medicamento contra el envejecimiento.

O sea, si usted tien menos de 50 años con toda seguriad puede llegar al 2027, y podrá vivir 130 años!!! ¿O no es una tan buena idea? Para meditar.



La esperanza de vida de los seres humanos ha ido en aumento. (Le Figaro)

Mientras varios científicos estudian las causas del envejecimiento e intentan hallar un medicamento que pueda detener su paso, algunos datos arrojan que desde el 2027 el hombre podrá llegar a la edad de 130 años, informó el diario francés Le Figaro.

“Hoy sabemos que la máquina humana está programada para una longevidad media de alrededor de 120 años. Tenemos, por lo tanto, la posibilidad teórica de alcanzar esa edad y algunos incluso de superarla”, dijo el médico y biofísico francés Roland Moreau, autor del libro La inmortalidad para mañana, al citado medio.

“De la proyección de las estadísticas actuales ya puede concluirse que la mitad de las niñas que están naciendo actualmente en el mundo desarrollado llegará a cumplir cien años. Y lo mismo sucederá con todos los nacidos después de 2027. Esto significa que varios de nuestros hijos y nietos llegarán a los 130 años”, agregó.

Por su parte, desde su laboratorio en Moscú, el doctor Valdimir Skoulatchev está investigando las causas del envejecimiento y asegura que está a punto de terminar un medicamento que neutraliza el paso de los años y que podrá ser comercializado dentro de cinco años.

Skoulatchev pertenece a la Academia de Ciencias de Moscú y es decano de la facultad de ingeniería biológica de la Universidad de Moscú. El presidente Dimitri Medvedev apoya personalmente su trabajo, cuenta además con el mecenazgo del millonario Oleg Deripaska y, por si fuera poco, la empresa estatal de nanotecnología Rosnano ha invertido 440 millones de euros en su investigación.

Fuente:

Peru21

9 de septiembre de 2010

¿Está la religión en contra de la investigación antienvejecimiento?


Quantcast

En un reciente artículo publicado en el periódico de los profesionales sanitarios, Diario Médico, teníamos ocasión de leer las reflexiones de Vicente Bellver acerca de los últimos avances de la investigación biomédica del envejecimiento, aprovechando su participación en el curso de verano que la Universidad Católica de Valencia celebró este mes de Agosto en Santander, con la ponencia titulada “Aspectos éticos en la lucha contra el envejecimiento”.

Vicente Bellver es profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad Católica de Valencia (UCV) y director general de Política Científica de la Generalitat Valenciana. Esto último refuerza la relevancia de sus opiniones en lo relativo a la investigación biomédica del envejecimiento, puesto que hablamos de un cargo público con poder para guiar el sentido y la dirección de la investigación científica en una comunidad autónoma del peso científico de la Comunidad Valenciana.

Foto de Vicente Bellver tomada de diariomedico.com

En el artículo, Bellver expresa su preocupación ante las investigaciones destinadas a descubrir las bases moleculares del envejecimiento y el potencial uso derivado de ellas, en búsqueda de estrategias e intervenciones para alargar la vida. Una de sus conclusiones es que “deberíamos imponernos la prohibición moral de extender la vida más allá de nuestro límite biológico”. Curioso concepto el de imponernos prohibiciones morales, puesto que cabría preguntarse la moral de quién o de qué ideología es la que debemos “imponernos”. Y curioso también plantear no extender la vida más allá de un supuesto “límite biológico”. ¿Quién define cuál es el límite biológico de la especie humana? ¿Qué límite biológico deberíamos usar, el de una persona de principios del siglo XX? Si analizamos las curvas de supervivencia humana y los datos derivados de expectativa de vida a lo largo del último siglo, observaremos un hecho apabullante: ¡hemos duplicado nuestra expectativa de vida! Vivimos ahora el doble que nuestros antepasados gracias a la mejora en las condiciones higiénicas y de alimentación, por un lado, y gracias de los avances de la medicina, por otro.

Asegura además que “pensar que podemos aspirar a ser inmortales es el inicio de la pérdida de la identidad humana, que se fundamenta en la idea de la muerte”. Sin embargo, si atendemos a la historia de la humanidad, yo diría que si algo distingue la identidad humana es precisamente su afán de superación de todos los límites, su inconformismo y rebeldía. Este espíritu nos ha llevado siempre a la búsqueda utópica de la Fuente de la Eterna Juventud como ideal máximo de victoria sobre la muerte. En contraposición, la aceptación sumisa de la muerte sólo se da en los individuos con convicciones religiosas, convencidos de la existencia de una vida espiritual infinita más allá de la muerte, exenta de los rigores de la enfermedad y del dolor, en definitiva, de la inmortalidad.

Más revelador resulta a continuación cuando propone que “es una ingenuidad empeñarse en negar tanto el dolor como la muerte”. No creo que la biomedicina esté intentando negar el dolor; creo que es una necesidad, y un deber, buscar métodos que permitan paliar el dolor y el sufrimiento de todas las personas. Cuando hablamos de envejecimiento y búsqueda de métodos que lo retrasen, estamos hablando fundamentalmente de proponer intervenciones que nos permitan evitar desarrollar enfermedades asociadas al envejecimiento que son las que causan sufrimiento de manera innecesaria, salvo que los gustos personales o las convicciones religiosas le lleven a uno a buscar el goce en el dolor; pero eso tiene un nombre, masoquismo.

Lea el post completo en:

La Eterna Juventud

28 de octubre de 2009

¿Por qué envejecemos?

Miércoles, 28 de octubre de 2009

¿Por qué envejemos?


Ahora ya lo sabemos. Los responsables son los telómeros.
Un grupo de investigadores, liderado por María Blasco, ha constatado que los telómeros cortos son la principal fuente de daño causante del envejecimiento del organismo, y ha descrito por primera vez las alteraciones genéticas y epigenéticas por las que esto se produce. Pero...

¿Qué son los telomeros y cómo trabajan?


Le damos la palabra a Jordi Surralés, catedrático de Genética en la Universidad Autóma de Barcelona:

El Premio Nobel de Medicina galardona este año el descubrimiento de los telómeros y la telomerasa. Los telómeros son unas estructuras que se unen a la punta de los cromosomas. Tienen un papel importantísimo desde un punto de vista biológico pues protegen, a modo de caparazón, la parte terminal de los cromosomas y así evitan que éstos se degraden o se peguen entre ellos. Los telómeros están formados por centenares o miles de repeticiones de una secuencia de nucleótidos (las
letras del ADN). A estas secuencias de ADN se une una maraña de proteínas encargadas de circularizar y esconder en forma de lazo la parte terminal del cromosoma. Esta estructura de ADN y proteínas teloméricas es fundamental para el mantenimiento de la función y estabilidad del genoma

Cada vez que una célula se divide en dos, ésta debe hacer una copia de todos sus cromosomas de forma que cada célula hija recibe una copia idéntica de todos los cromosomas. En este proceso de copia o replicación del ADN, los telómeros se acortan un centenar de letras debido a la imposibilidad de la maquinaria celular de completar totalmente el proceso de copia. Por tanto, los telómeros limitan el número de veces que una célula se puede dividir, a modo de cuenta atrás, como si se tratara de un cronómetro molecular. Esto tiene consecuencias esenciales en el cáncer y el envejecimiento. El acortamiento telomérico actúa como un freno a la excesiva proliferación celular y, por otro lado, células envejecidas tras muchas divisiones, tienen los telómeros tan cortos que el genoma se inestabiliza. Esta inestabilidad genética puede causar tanto la muerte de las células y degeneración de tejidos asociados al envejecimiento como inducir la transformación tumoral. Por eso, en gran parte, el cáncer es una enfermedad mayoritariamente asociada al envejecimiento. Sólo unas pocas células de un organismo pueden evitar el acortamiento de los telómeros: las células madre y las cancerosas, pues su función implica un número casi ilimitado de divisiones.

Para ello, estas células activan la telomerasa, un complejo nucleoproteico que tiene la capacidad de pegarse al telómero y alargarlo (añadiendo varias secuencias teloméricas. Esto evita el desgaste natural de los telómeros en células madre y en tumorales. Así, los telómeros y la telomerasa son blancos terapéuticos en la investigación oncológica: un fármaco que bloquee la capacidad de la telomerasa de alargar los telómeros provocaría la muerte del tumor por exceso de acortamiento telomérico; también se ha propuesto alargar el telómero activando la telomerasa como una estrategia terapéutica para evitar el envejecimiento celular.

Pero eso no es todo, hay nuevos resultados de recientes investigaciones. Esta es la noticia:
Un grupo de investigadores españoles ha constatado que los telómeros cortos son la principal fuente del daño causante del envejecimiento del organismo humano y ha descrito por primera vez las alteraciones genéticas por las que tiene lugar este fenómeno.


A medida que las células se dividen para dar lugar a nuevas células, transmiten una cantidad de material genético (ADN) más reducida debido a la pérdida progresiva de unas estructuras protectoras del ADN denominadas telómeros.

Cuando los
telómeros se acortan por debajo de una longitud mínima, las células interrumpen su ciclo celular y dejan de regenerar los tejidos, produciéndose así el envejecimiento de todo el organismo. La investigadora María Blasco y sus colegas del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han dado un paso más en la comprensión de este mecanismo al identificar una serie de cambios genéticos generados por los telómeros cortos. Estos provocan una disminución de la capacidad de división de las células, así como de su capacidad para reparar el daño en el ADN. Los detalles se publican hoy en la revista PNAS.

El equipo de Blasco demostró el año pasado que la relación entre telómeros y
envejecimiento también aparecía en mamíferos. Ratones tratados con telomerasa, la enzima que controla la integridad de las porciones extremas de los cromosomas, envejecen más tarde y viven hasta un 40 por ciento más. Cuanto más largos son los telómeros, situados en la parte final de los cromosomas, más veces puede multiplicarse una célula, incluidas las células madre que regeneran los tejidos, y por lo tanto el organismo se mantiene más joven durante más tiempo.

Lea también en
Los Archivos de Conocer Ciencia:

Nobel 2009 a los padres de la telomerasa

Fuentes:


El País (España)

COPE

Muy Interesante

27 de abril de 2007

Un estudio demuestra que la cerveza puede prevenir la vejez

Bogotá, marzo (LA FM-Agencias).- Un estudio realizado por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), y la Universidad de Valencia demuestra que los efectos antioxidantes de la cerveza, contenidos en uno de sus ingredientes, el lúpulo, puede prevenir las enfermedades relacionadas con la edad avanzada.

El trabajo, que se presentó a la comunidad científica en el Colegio Oficial de Médicos de Asturias, fue expuesto en rueda de prensa por Victoria Valls, coautora del mismo, y Jesús Román Martínez, director del SEDCA.

Para la realización del estudio se trabajó con un grupo de cincuenta monjas de clausura a las que durante 45 días se les dio de beber cerveza sin alcohol, una bebida que gran parte de ellas no había probado nunca pero que "gustó a todas".

Los resultados del estudio permitieron comprobar que el lúpulo, ingrediente imprescindible que confiere el sabor amargo a la bebida fermentada, hace que disminuya el daño oxidativo del cuerpo, que es el que hace envejecer, y reduce los niveles de colesterol total.

Valls explicó que la investigación confirma, en contra de lo que se ha defendido habitualmente, que los componentes saludables de la cerveza no residen tanto en el alcohol como en los ingredientes antioxidantes de la misma.

A este respecto, aseguró que tanto la rubia con alcohol como la que no lo tiene producen el mismo efecto en el cuerpo humano, y la única diferencia reside en que la primera se manifiesta antes en la sangre, con una diferencia de cerca de quince minutos.

El lúpulo favorece la disminución de los parámetros de inflamación y reduce los niveles de proteína C reactiva, lo cual la hace proclive a mermar la posibilidad de patologías cardiovasculares.

La investigadora comentó los efectos positivos del consumo moderado, que cifró en unos dos o tres vasos al día, dentro de una dieta equilibrada y aseguró que no tiene importancia el tipo de cerveza que se consuma, ya que la negra, rubia y la sin alcohol causan reacciones "muy similares".

No obstante, Valls matizó que los efectos del producto no son iguales para cada persona, ya que influyen factores como la edad, el tabaquismo, el sexo, la menopausia y las enfermedades agudas.

Además del lúpulo, la cerveza contiene diferentes sustancias antioxidantes, entre ellos carbohidratos que actúan como azúcares reductores, vitaminas del grupo B y ácido fólico procedentes de la malta.

Jesús Román Martínez valoró el estudio, impulsado por el Centro de Información Cerveza y Salud, y explicó que el dieciseisavo que realiza la entidad, lo que a su juicio demuestra la importancia de la tradicional bebida y el esfuerzo que se está realizando en su investigación.
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Fuente:

lafm.com
“En el futuro llegaremos a vivir 1.000 años”

William Sims Bainbridge
Sociólogo, experto en computación


Doctor en Sociología por la Universidad de Harvard, director de Computación centrada en el ser humano de la Fundación Nacional de Ciencias de EE UU y uno de los mayores expertos mundiales en la controversia ciencia versus religión, William S. Bainbridge cree que la aplicación de las tecnologías más avanzadas ayudará a la humanidad a vivir más y mejor.

El interés por el progreso humano siempre ha formado parte de la vida de William Sims Bainbridge. Su abuelo paterno, William R. Bainbridge, fue un famoso oncólogo especializado en cirugía reconstructiva en tiempos de guerra, de quien nuestro entrevistado heredó el microscopio y el interés por la investigación. Bainbridge además es editor de uno de los informes científicos más importantes del siglo XXI: Tecnologías convergentes para la mejora de las capacidades del ser humano. De todo eso hablamos con él.

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Tecnologías a medida: Bainbridge dirige parte de sus investigaciones a comprender el funcionamiento de la mente humana con el fin de crear máquinas –en la imagen, un nanorrobot– que nos ayuden a satisfacer nuestras necesidades.
- ¿Podría explicarnos qué es la "Convergencia NBIC"?

-NBIC es la combinación de la nanotecnología (N), la biotecnología (B), las tecnologías de la información (I) las nuevas tecnologías basadas en las ciencias cognitivas (C), y constituirá el corazón del desarrollo ecnológico de las próximas décadas. El impacto de la nano tecnología se debe en parte a la biotecnología y a la informática, pero permite a ambas un nuevo desarrollo de la investigación para comprender el funcionamiento de la mente humana, de nuestra capacidad para crear computadoras, robots y toda clase de máquinas inteligentes que cumplan con nuestras necesidades, en definitiva de tener más herramientas para alcanzar nuestras metas.

-¿Qué impacto tendrá la convergencia NBIC en la sociedad?

-Si no avanzamos en esta dirección, se producirá un estancamiento de la economía de las naciones desarrolladas, lo que podría conducir a una parálisis general. Si no progresamos tecnológicamente en la dirección NBIC, agotaremos nuestros recursos y no seremos capaces de combatir el calentamiento global y otros problemas medioambientales. Pero si combinamos el progreso científico con las ciencias cognitivas, no sólo aprenderemos a utilizar mejor los recursos materiales, sino también a tratar algunos de los problemas sociales que no se han resuelto en los últimos años.

-¿Qué debe hacer Europa para liderar la "carrera" NBIC?

-Europa está bien situada y lleva mucha ventaja en la integración de las ciencias sociales con la tecnología, porque en EE UU no son capaces de fundir los objetivos de la investigación de las ciencias del comportamiento ni de comprender al ser humano de una manera científica, debido a sus inhibiciones culturales e ideológicas, mientras que Europa, en su diversidad de perspectivas y culturas y su profunda historia intelectual, está mucho más preparada.

-¿Coincide usted con el biólogo inglés Aubrey de Grey en que en el futuro próximo el ser humano tendrá una vida muy longeva?

-Estoy de acuerdo en que tanto la cantidad de vida como su calidad aumentarán perceptiblemente en cierto plazo, pero no puedo aventurar cuándo ni qué desafíos tecnológicos tendremos que afrontar. Los demógrafos pronostican que se producirá un frenazo en el aumento de la longevidad sin un verdadero empuje de la tecnología. Pero el verdadero fin de la investigación es alcanzar una vida plena y productiva, no sólo una vida más larga.

-¿Podrá la tecnología vencer a la muerte?

-La tecnología puede proveernos de nuevas formas no sólo de alargar la vida, sino de darle mayor alcance. Podremos movernos hacia el exterior, en la galaxia, a través de las estrellas, pero las distancias y tiempos que eso requiere nos obligarán a desarrollarnos más allá de las limitaciones de nuestra existen cia y de nuestro conocimiento actual. Si usted me pregunta si se puede alargar la vida hasta el infinito, yo estoy convencido de que es posible alcanzar un cifra enorme, como 1.000 años, por ejemplo, pero no sabemos si eso llegará dentro de una década o de un siglo.

-¿Qué piensa del llamado mind uploading -la transferencia a software de toda la información contenida en la mente- como posible solución a la muerte?

-Gran parte de mi investigación se dedica a intentar comprender cómo podemos aprovechar el mind ploading. En los tiempos precientíficos, los filósofos distinguían entre el espíritu y la materia, y en cierto modo estaban en lo cierto, no en el aspecto sobrenatural del carácter humano, sino en el espíritu como fuente de la información, ya que los humanos somos patrones de información dinámicos; lo que ocurre es que esos patrones no han de estar obligatoriamente "encerrados" en un cuerpo. Mi investigación parte de las ciencias sociales y del comportamiento para buscar tecnologías prácticas que transfieran aspectos de la personalidad humana primero a un sistema de información y después a robots y otros sistemas que puedan percibir y actuar realmente dentro del mundo. Con la tecnología actual ya podemos conseguir una transferencia de la personalidad, digamos de baja fidelidad. La cuestión es cuándo podremos conseguirla en "alta".

-¿Cuándo podrá la tecnología vencer enfermedades como el sida, el cáncer y el Alzheimer?

-Cada una es un caso aparte. Mi abuelo, eminente oncólogo que en 1914 escribió un libro titulado El problema del cáncer, se quedaría asombrado si pudiera ver que la enfermedad aún no ha sido vencida. Yo creo que es una lucha difícil que puede llevarnos un siglo, pero soy optimista porque ahora empezamos a entender el cáncer. El Alzheimer es una enfermedad muy específica que requerirá un tratamiento específico; hoy ya existen algunos que ayudan, y espero que se encuentre una solución definitiva a corto plazo. El sida es un caso de infección viral crónica y por desgracia la humanidad aún no ha logrado controlar esas infecciones. Así que creo que el sida y el cáncer serán las más difíciles, mientras que el Alzheimer puede tener una curación en una década o dos.

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Jóvenes milenarios Bainbridge está convencido de que la aplicación de la tecnología servirá para alargar la vida diez siglos e incluso lograr la inmortalidad transfiriendo nuestra mente a una máquina.

-¿Cree que la posibilidad de cada uno de usar la tecnología para mejorar su capacidad cerebral debe ser considerada un derecho?

-Como científico social, no veo ninguna base lógica para que la sociedad pueda prohibir a sus miembros que hayan decidido voluntariamente mejorar sus vidas el derecho de hacerlo, lo cual debería ser reconocido por las leyes. Si debe cubrirlo o no el estado, esa es otra cuestión. En mi opinión, hay muchos problemas graves de salud, discapacidad, educación, pobreza..., como para considerar que mejorar la capacidad cerebral deba ser una prioridad. En todo caso, todo el mundo debería tener acceso a esa posibilidad. Creo que deberíamos mantenernos unidos como especie, compartiéndolo todo. Creo en el reparto de labores y en que no cabe otra dirección que el alargamiento de una vida en la que todos saldremos ganando.

-¿Pueden las tecnologías NBIC ayudar a la sociedad a protegerse de la amenaza terrorista?

-Están apareciendo herramientas como la detección química de explosivos que ayudarán a aplicar la ley. Pero el terrorismo no es una cuestión de unos cuantos malvados contra el mundo. Se trata de un conflicto social muy complejo y las soluciones a los problemas sociales deben ser también sociales.


Alejandro Sacristán y Giulio Prisco


Fuente:

Muy Interesante

¿El secreto de la eterna juventud?
BBC Mundo Ciencia

Científicos españoles parecen estar cada vez más cerca de una de las grandes metas de la ciencia: la forma de retrasar el envejecimiento.

Mujer
Los expertos creen que la melatonina previene el envejecimiento.
Los investigadores afirman que la melatonina logra retrasar los efectos oxidantes e inflamatorios del envejecimiento.

La melatonina es una hormona que se produce en el cerebro de forma natural en pequeñas cantidades.

Y también se encuentra en varios tipos de alimentos como maíz, avena, cerezas, arroz y vino tinto.

"El problema es que el ser humano deja de producir esta sustancia alrededor de los 30 años", dijo a BBC Ciencia el profesor Darío Acuña Castroviejo, quien coordinó el estudio en el Departamento de Fisiología de la Universidad de Granada.

"Pero descubrimos que una dosis diaria de melatonina a partir de los 40 años no sólo neutraliza los efectos del envejecimiento, sino también incrementa la longevidad" afirma el investigador.

Los expertos advierten sin embargo, que hacen falta más investigaciones que documenten la efectividad y seguridad de este sustancia.

Efectos

Se sabe que una de las funciones de la melatonina es la regulación del reloj biológico en el ser humano.

Es por eso que se utiliza en tratamientos para trastornos de sueño.

El nuevo estudio, que se publica en la revista Experimental Gerontology, fue llevado a cabo con ratones genéticamente modificados que presentaban un envejecimiento celular acelerado.

Con éstos pudieron evaluar una serie de parámetros de envejecimiento.

Mascarilla de lodo
Existen todo tipo de tratamientos para mantener la piel joven.
La investigación multicéntrica analizó el envejecimiento cerebral, daños en la sangre y piel, envejecimiento del sistema inmunológico y envejecimiento celular.

"Estudiamos cómo envejece la célula, cómo se hace cada vez más incapaz de realizar sus funciones y cuáles son los mecanismos involucrados", señala el profesor Acuña.

"Vimos que a los cinco meses de edad de los ratones -que corresponde a unos 40 años humanos- se empiezan a ver los primeros signos del envejecimiento", agrega.

Este proceso es causado por la acumulación de radicales libres (oxígeno y nitrógeno), lo que causa posteriormente una reacción inflamatoria de la célula.

A los 10 meses -que en seres humanos equivale a unos 70 años- los ratones mostraron efectos mucho más significativos de envejecimiento, como caída de pelo, tumores, baja capacidad de movimiento, etc.

A esa edad los científicos observaron una acumulación mucho más elevada de radicales libres en las células, y signos mucho más marcados de reacción inflamatoria.

Ese proceso provoca que el animal se vuelva mucho más susceptible de infecciones, inflamaciones y todos los síntomas típicos del envejecimiento, que también se dan en el ser humano.

¿Eterna juventud?

"Descubrimos que si a partir del mes de nacidos administramos a los ratones melatonina en el agua de bebida, todos estos signos de envejecimiento no aparecen", afirma el profesor Acuña.

Demostramos que con la melatonina podemos tener una mejor calidad de vida al envejecer, porque prevenimos todos estos procesos internos asociados al envejecimiento
Prof. Darío Acuña, Universidad de Granada
El proceso de envejecimiento se presenta tanto externa (las arrugas y las canas), como internamente.

"Ahora podemos corregir el envejecimiento externo, por ejemplo con cirugía estética" dice el profesor Acuña.

"Pero si no atacamos los procesos de envejecimiento dentro del cuerpo -agrega- sólo estamos haciendo cambios en la fachada del organismo".

"Demostramos que con la melatonina podemos tener una mejor calidad de vida al envejecer, porque prevenimos todos estos procesos internos asociados al envejecimiento", afirma el científico.

La melatonina -un compuesto antioxidante- se encuentra de forma natural en pequeñas cantidades en el cuerpo.

Pero los seres humanos dejamos de producir esta sustancia a partir de los 35 años, lo que provoca una disminución en los efectos protectores del cuerpo.

"Por eso creemos que una dosis diaria de melatonina a partir de los 40 años podría prevenir el proceso de envejecimiento".

Cautela

Varios estudios en el pasado han analizado los efectos protectores de la melatonina, pero hasta ahora no se ha encontrado suficiente evidencia de sus beneficios.

Es por eso que en varios países todavía no se permite la comercialización de la hormona como suplemento nutricional.

El profesor Acuña y su equipo intentarán ahora repetir sus resultados en seres humanos para demostrar su efectividad y seguridad.

"Mientras la sustancia se comercializa -afirma el investigador- recomendamos a las personas que aumenten su consumo de melatonina con los alimentos que la contienen".



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Fuente:

BBC en español
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