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27 de diciembre de 2013

El instinto, la mejor prueba del amor

Recién casados

La nueva prueba está diseñada sólo para recién casados.

¿Cómo saber si una relación amorosa tendrá un futuro feliz? La respuesta, según los científicos, no está en las buenas intenciones de los enamorados sino en algo más primitivo y profundo: el instinto, una reacción visceral.

Eso sostienen los investigadores que diseñaron una prueba de amor para comprobarlo.
Según este trabajo, la respuesta subconsciente a la imagen del compañero/a sentimental puede ser un mejor indicador de cómo resultará un matrimonio.

El estudio, publicado en la revista científica Journal Science, mostró que quienes tienen un reflejo negativo son más propensos a ser infelices años más tarde.

De acuerdo a uno de sus autores, James McNulty, de la Universidad Estatal de Florida, en Estados Unidos, la nueva prueba calibra los verdaderos sentimientos mutuos de los recién casados y no lo que dicen o lo que admiten.

"Estos reflejos inmediatos a nivel instintivo parecen ser muy poderosos a la hora de predecir si la gente será feliz", le dijo McNulty a la BBC.

Boda victoriana

Antes de dar el sí, los científicos sugieren hacer caso al instinto.

Su equipo entrevistó a 135 parejas de recién casados justo después de sus bodas.

Los investigadores les preguntaron a los participantes que evaluaran sus matrimonios utilizando adjetivos positivos y negativos, como "bueno", "malo", "satisfactorio" e "insatisfactorio".

Luego, midieron su reacción instintiva usando la enigmática "prueba del amor".

En ella se mostraba a los sujetos la imagen de sus parejas por un breve instante de menos de un segundo. Justo después, debían responder rápidamente si ciertas palabras como "fantástico", "genial", "horrible"y "temible" eran positivas o negativas.

La velocidad con la que respondías, dicen los científicos, era un indicador de sus verdaderos sentimientos.
La prueba está basada en el principio psicológico de la asociación. La teoría es que después de ver brevemente la foto de su pareja, el estado de ánimo del sujeto será positivo o negativo.

¿Estupendo o temible?

Si ese estado mental es positivo, identificará las palabras positivas como "genial" y "estupendo" más rápido que las negativas como "horrible" y "temible" y viceversa.
"El mejor consejo sería estar atento a las respuestas instintivas sobre lo que piensas al ver a tu pareja. No creo que sea el único factor a considerar, pero debería ser uno de ellos"

James McNulty, investigador de la Universidad Estatal de Florida

McNulty y su equipo observaron que las respuestas conscientes de los recién casados eran todas felices y positivas con respecto a su relación, tal como cabría imaginar.

Pero en cambio, las reacciones reflejas obtenidas con la prueba del amor variaban considerablemente.
El siguiente paso fue entrevistar a las parejas cada seis meses durante los siguientes cuatro años.

Y llegaron a la conclusión de que, en promedio, aquellos que habían tenido reacciones instintivas negativas eran más propensos a decir, con el paso de los años, que eran infelices.

Algunos, incluso, se divorciaron.

"Todo el mundo quiere creer que tiene una buena relación y las personas pueden convencerse a sí mismas de que sí la tienen. Pero estas reacciones a nivel instintivo son más indicativas de cómo se sienten en lo inmediato respecto a sus relaciones", explicó McNulty.

La prueba, de acuerdo a sus creadores, mide la presencia o la ausencia de emociones negativas.

"Las personas pueden sentir amor y emociones negativas al mismo tiempo y esta prueba, probablemente, involucra ambas cosas", agregó McNulty.

Sin embargo, el investigador insistió en aclarar que la prueba del amor no había sido desarrollada lo suficiente como para ofrecerla a la gente antes de que pase por el altar.

También señaló que habían encontrado una tendencia en términos generales, pero que algunos de los que habían tenido una respuesta negativa siguieron siendo felices con sus relaciones.

Del mismo modo, algunos de los que habían reaccionado de forma positiva no habían tenido una relación satisfactoria.

Para aquellos que están a punto de dar el gran paso, McNulty sugiere que puede ser útil prestar atención al instinto.

"El mejor consejo sería estar atento a las respuestas instintivas sobre lo que piensas al ver a tu pareja. No creo que sea el único factor a considerar, pero debería ser uno de ellos".
Fuente:
BBC Ciencia

10 de diciembre de 2013

Tinder: Un app para encontrar el amor desde tu celular...

Manos sostienen un teléfono inteligente

Con sus 450 millones de "aceptaciones" y "rechazos" diarios, Tinder es la aplicación del momento para encontrar el "amor". O algo que se le parezca.

La app de citas en línea ha llegado a millones de usuarios que conversan. Muchos de ellos, al parecer, acaban compartiendo cama.
Para quienes no la conocen, funciona de la siguiente manera: la aplicación muestra una imagen de una potencial pareja (hombre o mujer), junto a con su edad e información que públicamente haya compartido en redes sociales.

Si usted comparte amigos en Facebook con esa persona, por ejemplo, la aplicación se lo hará saber.

Si no le agrada el aspecto de la persona sugerida, deslice su dedo a la izquierda, y no volverá a ver su perfil.

Pero si le gusta lo que ve, deslice el dedo a la derecha, en señal de aprobación.

Sólo cuando ambas partes aprueban el perfil del otro, Tinder lo comunica a los dos usuarios y permite el contacto.

Y, de ahí en adelante, tan simple como una carretera hacia el amor verdadero, ¿no?

Bueno, sólo tal vez. Apenas cumplió un año y ya ha sido descrita como "espeluznante" y "una aplicación para tener relaciones sexuales informales que nos hace más egoístas". Pero otros lo ven como la futura herramienta para conocer gente.

'Un problema de la Humanidad'

Sean Rad, cofundador de Tinder

Según, Sean Rad, la aplicación de flirteo Tinder está "resolviendo un problema para la Humanidad", aunque algunos usuarios no están de acuerdo.

El cofundador de la aplicación, Sean Rad, de 27 años, asegura que el tamaño de la red Tinder está creciendo un 15% cada semana, aunque no especifica el total de usuarios que actualmente alberga.

Esta frenética actividad la ha convertido en una de las compañías más populares de la escena de las llamadas start-ups.

Tiene su sede en Los Ángeles -no en Silicon Valley- y comparte la ciudad con otra aplicación del momento, Snapchat. Incluso, ambos equipos salen juntos a pasar el rato.

clic Lea: Snapchat, la aplicación de mensajes que se autodestruyen

Al igual que muchas ideas existosas, Tinder nació de la necesidad de sus propios creadores.

La aplicación, según Rad, resuelve "el problema que tiene la Humanidad". "Conocer gente nueva era un problema en general del que nadie hablaba", admite.

Para el cofundador de Tinder, la forma de socializar ha cambiado. "Antes íbamos a un bar a conocer a gente. Ahora vamos para pasar tiempo con nuestros amigos", le dice a la BBC.

Rad cuenta que "una de las cosas que oímos todo el tiempo -especialmente de las mujeres- es que en el mundo real, cuando alguien se acerca a ellas -aunque fuera la persona más interesante de la sala- sienten que su espacio personal está siendo invadido y se sienten abrumadas".

"Ocurre entonces que las personas que están interesadas acaban por sentarse y deciden ser introvertidas y no lo intentan", explica.

Sean Rad era uno de esos introvertidos y, gracias a su propia creación, conoció a la que actualmente es su novia. "Es una chica estupenda. Creo que con eso, lo digo todo", dice entre sonrisas.

Fuente:

BBC Ciencia

5 de diciembre de 2013

Estudio asevera que la fidelidad es cosa de genética

Siempre se recomendó a los hombres que miraran a su suegra para ver cómo trataría la edad a su mujer. Ahora un nuevo estudio sugiere que las mujeres harían bien en fijarse en los hábitos de su suegro para conocer de antemano si su marido va a ser fiel o no.

Investigaciones de científicos checos sobre los motivos por los que algunos son infieles cuando están en relaciones estables descubrieron que, si bien tanto los hombres como las mujeres tienen aventuras extramatrimoniales, es más probable que los hombres las tengan si su padre fue infiel durante su infancia. En un estudio que el doctor Jan Havlicek y sus colegas presentaron ante un congreso de la Asociación Europea de Comportamiento y Evolución Humanas, observaron que las hijas no se veían afectadas en igual medida por la infidelidad de las madres.

Havlicek dijo que, durante su etapa de crecimiento, los varones aprendían de su mundo social qué conductas eran apropiadas y qué cosas podían hacer sin recibir castigo. El padre, agregó, era el modelo evidente de comportamiento.

Las conclusiones del estudio parecerían quedar confirmadas por ejemplos de padres e hijos mujeriegos que se han hecho famosos en la vida pública, como el golfista Tiger Woods y el futbolista británico Ryan Giggs.
Havlicek, que trabaja en la Universidad Charles de Praga, reclutó a 86 parejas para la investigación e interrogó a los hombres y las mujeres por separado y en confianza sobre sus relaciones, sus actitudes hacia el sexo, sus antecedentes familiares y sus infidelidades.

Martie Hasleton, psicóloga evolutiva de la Universidad de California en Los Angeles, dijo que el hecho de que las hijas no parecían ser afectadas por la infidelidad parental del mismo modo que los hijos varones tenía una explicación genética: si bien los padres buen mozos suelen tener hijos igualmente atractivos y esos hombres tienen más oportunidad de ser infieles, las hijas atractivas de madres atractivas se comportarían diferente.

“Las chicas que son más atractivas no necesariamente van a ser infieles. En primer lugar, es probable que tengan un compañero de más calidad. Los hombres y las mujeres buscan cosas distintas en las relaciones y por lo tanto lo esperable es que los hombres y las mujeres usen su atractivo de manera también distinta: ellos para obtener variedad sexual y ellas para conseguir el mejor compañero y un buen papá para sus hijos.”

La investigación checa sí da sustento a la idea de que los hombres y las mujeres tienen aventuras extramatrimoniales por diferentes motivos. Havlicek y su equipo descubrieron que el hecho de que un hombre estuviera satisfecho y feliz en su relación principal no tenía incidencia en la probabilidad de que fuera infiel. Los hombres, en general, tienen aventuras porque quieren sexo y un mayor número de compañeras sexuales, no porque están hartos de sus esposas.

Las mujeres, en cambio, eran mucho más propensas a ser infieles si estaban insatisfechas con algún aspecto de su relación. Según Havlicek, tienen aventuras para encontrar un nuevo compañero.

“Puede que sea mejor quedarse en una relación porque, en algunos casos, es mejor tener a alguien que no es perfecto que estar sola, en particular cuando se tienen hijos”, dice. “Pero, entretanto, se puede mirar alrededor en busca de otras opciones. Muchas de las mujeres que entrevistamos dijeron que estaban haciendo eso”.

Hasleton opina que la infidelidad es un tema que va a pasar más por las mujeres que por los hombres. “Podría deberse al aumento del anonimato de nuestro medio social, que hace que sea más difícil que a una la pesquen”, señaló. “Nuestro mundo se ha vuelto cada vez más anónimo, ya que cada vez somos más los que vivimos en grandes ciudades llenas de extraños. Si el comportamiento de una mujer puede quedar más protegido por el secreto, veremos más comportamientos infieles.”

Tomado de:

16 de septiembre de 2013

Conozca las otras recompensas de la "hormona del amor"

Cristales de oxitocina

La oxitocina es conocida como la "hormona del amor" por su papel en las relaciones de persona a persona. En la foto, cristales de oxitocina.

Científicos de la Universidad de Stanford demostraron que la oxitocina, conocida como la "hormona del amor", tiene más repercusiones en nuestras interacciones sociales de lo que se creía.

Investigadores han concluido que la hormona del amor juega un papel relevante en la formación y mantenimiento de los lazos que se crean entre una madre y un hijo, así como en los apegos sexuales. Lo que hasta ahora no estaba claro era qué rol tenía en otros aspectos de la socialización, como pasar una tarde con los amigos.
En el estudio publicado en la revista Nature, el equipo de especialistas sugiere que el papel de la oxitocina en las relaciones de persona a persona pudo haber evolucionado hacia áreas relacionadas con la afinidad grupal.

Los resultados de la investigación abren las puertas a posibles nuevos tratamientos para el autismo y otros trastornos neuropsiquiátricos como la esquizofrenia.

Desentrañando un misterio

En investigaciones con roedores arvicolinos, conocidos por ser monógamos, se había especulado que la oxitocina podía estar involucrada en este tipo de fenómeno. Pero esta hipótesis era confusa en otros mamíferos, sobre todo en el que más se usa para la investigación científica: el ratón.

"En realidad no se sabía lo que intercedía para tener una recompensa social y ni siquiera era seguro que la oxitocina jugara un papel, debido a que los ratones no se casan. Los ratones no buscan una pareja y se quedan con ella de por vida, son promiscuos", le explica a BBC Mundo el doctor Robert Malenka, jefe del estudio.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

11 de agosto de 2013

Helen Fisher: ¿Por qué amamos... y engañamos? (VIDEO)

La científica Helen Fisher señala que la neurobiología del amor gira en torno a distintos núcleos de la amigdala produciendo uno de ellos la hormona dopamina, relacionada con el sistema de recompensa del cerebro. A través de esta hormona, y por medio del aprendizaje, se va a asociar a cierta persona que pasaremos a identificar como nuestro ser amado, cuyo recuerdo o cercanía producirán a su vez niveles más altos de dopamina, originando todos los efectos que caracterizan a algo tan trascendental para la vida de un ser humano como supone el amor romántico....

En este video comprenderemos mejor este aspecto y sus múltiples aristas:

     

Más información en:

El porqué de la Naturaleza

13 de marzo de 2013

Buscando las raíces de la homosexualidad en el comportamiento de los animales

Encuentro sexual entre dos hembras de bonobo. | Corbis

Encuentro sexual entre dos hembras de bonobo. | Corbis
Uno de los muchos falsos mitos sobre la homosexualidad es la idea de que no es un comportamiento natural y por lo tanto se trata de una desviación. Días atrás, el Ministro de Interior Jorge Fernández Díaz, declaró en una visita al Vaticano que estaba en contra de asignar los mismos derechos al matrimonio gay porque "no garantiza la pervivencia de la especie".

Esta opinión entronca con la hipótesis de algunos científicos en el pasado, los cuales pensaban que la homosexualidad era una desventaja evolutiva porque resta tiempo a los encuentros en los que se puede tener descendencia. Es evidente que nuestro Ministro no desea ejercer de biólogo evolucionista pero también lo es que, al igual que aquellos antiguos expertos, desconoce algunos estudios científicos que contradicen sus argumentos.

A pesar de que hasta hace muy poco las referencias a este tema se eliminaban de los informes, hemos detectado comportamientos homosexuales en cientos de especies y no dudamos de que la lista seguirá aumentando cada año. Por ejemplo, las focas leopardo macho seducen a otros machos mordisqueándose y bailando sincronizados. Este cortejo suele terminar con un macho montando a otro.

En los albatros de Laysan, el 31% de las parejas están compuestas por dos hembras. En el ganso común, aproximadamente el 20%. Los ciervos o elefantes del mismo sexo se montan y los delfines macho se acarician. Lo mismo sucede en algunos insectos, jirafas, orcas, búfalos, cabras y un largo etcétera.

Hace un par de años, en el Parque Faunia (Madrid), dos machos de pingüino se hicieron 'novios', lo que incluía rituales de cortejo, monta y todo el repertorio de conductas que una pareja de esta especie realiza. Cuando los cuidadores tuvieron la oportunidad, les dejaron empollar un huevo de otra hembra que había tenido dos. Los 'papas' lo adoptaron y le cuidaron, le dieron calor y regurgitaban la comida para la cría como hubiera hecho su propia madre. El polluelo salió adelante sin ningún tipo de problema.



Vídeo 1: Los pingüinos gays de Madrid

Lo mismo ocurrió en 2006 en un zoo de Alemania, donde ser formaron varias parejas de pingüinos homosexuales que no querían separarse, a pesar de que los responsables del centro importaron varias hembras de Suecia para intentar cambiar su orientación.

También sabemos que la homosexualidad no es un asunto reciente en la historia evolutiva del hombre. Debido a que lo compartimos con otros grandes simios, existe una gran probabilidad de que nuestro ancestro común, el cual vivió hace siete millones de años, ya practicara conductas homosexuales en los grupos en los que vivía.

El bonobo, tan cercano al ser humano como lo está el chimpancé, es el gran simio con mayores tasas de homosexualidad en sus sociedades, tanto masculina como femenina. Ambos sexos se dan besos con lengua, se masturban mutuamente y frotan sus genitales. Estos actos suelen involucrar a dos o más individuos del mismo sexo, llegando a formar verdaderos tríos o cuartetos homosexuales.



 Vídeo 2: La homosexualidad entre bonobos

En humanos la homosexualidad puede estar más extendida de lo que cree el ministro Fernández Díaz y no es practicada exclusivamente por una minoría. Según su teoría, ya nos hubiéramos extinguido hace mucho. En los Informes de Sexualidad Kinsey, realizados en los años 40 y 50 del siglo pasado, los datos revelaban que alrededor del 30% de la población ha tenido alguna experiencia homosexual en algún punto de sus vidas.

Es por esta razón que en vez de pensar en categorías excluyentes, puede ser más apropiado hablar de una escala con numerosas posibilidades intermedias como ocurre en otras sociedades menos dicotómicas, como es el caso de la India o en algunas tribus de África.

Además, los homosexuales que rechazan los contactos heterosexuales también tienen hijos, a veces de parejas pasadas o por medio de otros métodos. Por lo tanto, la pervivencia de nuestra especie está asegurada.

Han pasado sólo cuatro décadas desde que la Asociación Americana de Psicología sacó la homosexualidad de su lista de desórdenes mentales. Pero no fue hasta 1994 cuando finalmente realizó una declaración pública en la que decía que "la homosexualidad no es un desorden mental, ni una enfermedad, ni una depravación moral. Es la manera en la que una parte de la población expresa su amor y sexualidad".

Ésta fue sin duda una magnífica noticia para toda la sociedad. Mi duda ahora es si en este asunto, al igual que en muchos otros que nos afectan a los humanos, hubiéramos ganado mucho tiempo y sufrimiento con un simple vistazo a las otras especies animales con las que compartimos el planeta Tierra.

Fuente:

El Mundo Ciencia 

3 de marzo de 2013

Físico propone matrimonio a la manera científica


Anillo

La propuesta del físico fue publicada en Reddit.

Un físico australiano derritió muchos corazones en la comunidad científica al publicar una propuesta de matrimonio en una revista científica.

La propuesta publicada en Reddit fue redactada como un estudio y llevaba el título de "Dos interacciones corporales: un estudio longitudinal", en referencia a un problema clásico de física que involucra las fuerzas gravitacionales de dos objetos.

El artículo concluye: "el autor propone a Christie la continuación indefinida de este estudio".

Al parecer la propuesta de Brendan a su novia Christie, ambos físicos de Sidney, Australia, fue aceptada.

El estudio incluye una gráfica de "felicidad vs. tiempo", que muestra una tendencia alentadoramente ascendente durante la relación de siete años de la pareja.
Fuente:
BBC Ciencia

14 de febrero de 2013

La Alexitimia (o haber perdido la capacidad de amar)

tristezaAl menos un 10% de la población mundial ha perdido la capacidad de amar, según estima la Sociedad Española de Neurología (SEN). Se debe a un trastorno neurológico conocido como alexitimia que impide a las personas afectadas identificar las emociones que experimentan así como expresarlas verbalmente.

No obstante, no todos los pacientes presentan el mismo grado de afectación y es importante establecer una distinción entre la alexitimia primaria, producida porque las estructuras neurológicas vinculadas con las emociones están dañadas debido a esclerosis múltiple o tumores cerebrales, por ejemplo, y la secundaria, como consecuencia de un trauma emocional grave o por un desorden en el aprendizaje emocional. La incapacidad para expresar las emociones también puede ser un síntoma temprano de la enfermedad de Parkinson (EP).

“Los seres humanos somos capaces de sentir amor, odio, alegría, miedo, es decir, experimentar sentimientos y emociones, gracias a un cerebro que lo hace posible, tanto estructural como funcionalmente, así como a relacionar dichos sentimientos con estructuras que permiten su verbalización”, explica el Prof. Pablo Duque San Juan, Coordinador de la Sección de Neuropsicología de la SEN. “Si se nace con alguna una anomalía en zonas cerebrales que se encargan de analizar y formular las emociones, o se produce alguna lesión o disfunción que interrumpa el circuito de conexión entre estructuras, se puede generar la imposibilidad de verbalizar e identificar sentimientos”.

La importancia de sentir emociones es muy superior a lo que solemos pensar. "Las emociones influyen muchísimo en la atención, la memoria y el racionamiento, nos indican qué es lo importante y nos ayudan a tomar decisiones”, explica el Prof. Pablo Duque. “Cuando no somos capaces de reconocer nuestras emociones, ni de interpretarlas, no podemos utilizar una información que es muy valiosa, lo que hace que sea mucho más complicado tomar decisiones y crear vínculos sociales.”


Fuente:

Muy Interesante

BBC: ¡Abajo el amor romántico!

Peluche de san Valentín

Ya lo dijo Shakespeare: el romance es una tragedia...

Nuestra noción idealizada del amor es en realidad el mayor enemigo de las relaciones duraderas, dice Mark Vernon, escritor y periodista, especializado en libros de amistad y filosofía. Vernon es el autor del libro "Amor: todo lo que importa".

El amor romántico es celebrado como la cúspide del amor. Se lo mercadea como una experiencia cumbre, sin la cual uno no puede decir que ha vivido. Los signos de su atractivo están por todas partes, no sólo el día de San Valentín.
Considérese, por ejemplo, el costo de una boda promedio. Se ha disparado en años recientes. En países como el Reino Unido puede alcanzar las 20.000 libras (unos US$30.000). Pareciera que para las parejas hubiera una relación directa entre valor romántico y valor monetario.

O piénsese en el cine, donde las comedias románticas son grandes éxitos de taquilla. Si uno logra acertar con la fórmula, y ofrecer un final en el que los amantes se entregan a los brazos del otro, uno se embolsilla cientos de millones de dólares.

Del mismo modo, hay agencias por internet a prueba de recesión. El año pasado solamente, crecieron un 60%, de acuerdo con informes.
"El verdadero arte de amar es navegar la transición entre enamorarse y mantenerse amando."
Dice el dicho que el amor es ciego, pero sería más exacto decir que estamos siendo enceguecidos por una hiperversión del amor romántico, y estamos perdiendo como resultado. Para ir al grano: creo que el mito romántico es uno de los más perniciosos de nuestro tiempo.

Según ese mito, hay alguien ahí afuera que lo completa a uno, y sin el cual nuestra vida es apenas una media vida. El mayor reto de la vida moderna, en consecuencia, es encontrar a esa persona y enamorarse. Dejar de ser dos y convertirse en uno.

Aunque es muy difícil de comprobar, me pregunto si esta visión del romance se ha vuelto tan monstruosa -en tanto y en cuanto pone una enorme presión sobre las parejas para lograr la satisfacción del otro-, al punto de que realmente está afectando más relaciones de las que está ayudando.

Se trata de una idea socialmente corrosiva porque idealiza el amor, en vez de entender que el amor se hace, no se encuentra. El amor se hace con las altas y bajas de estar con alguien que es tan imperfecto como uno mismo.

El poder del mito queda demostrado por el hecho de que muchas personas dicen no creer en él.

Estas personas se quejan de que la historia encaja bien en las novelas y películas románticas, en la publicidad de los sitios de internet para buscar pareja, pero que no se corresponde con la vida real.

Beso romántico

Nació de ti, nació de mí, nació del alma...

¿Y no es precisamente este sueño el que atrae a las personas a las revistas, al cine, a internet? Es revelador el hecho de que la pregunta más común en Google el año pasado fuera "¿Qué es el amor?". Los mitos malignos son más poderosos cuando creemos que no nos dominan.

Me pregunto si esa idea del romance no explica, en parte, el incremento en las cifras de divorcio.
Llama la atención que a las personas que se casan por segunda vez parece irles mejor cuando han superado la etapa del hiper-romance. Un estudio reciente concluyó que hay tres factores principales para el éxito de un matrimonio: el consenso de pareja, el apoyo social y la estabilidad financiera.

Estas parejas, quizás habiendo aprendido por las malas, ahora pueden hablar racionalmente de sus problemas, apoyarse en el amor de familiares y amigos y sentirse asentados materialmente. Si el romance es lo primero que impulsa a las personas, las relaciones sólo tienen una oportunidad verdadera de florecer cuando el factor crucial no es precisamente el romance.

En "Romeo y Julieta" el romance se roba el corazón de la pareja... con trágicos resultados.

Poniéndonos un poco más espesos, ¿alguna vez se ha preguntado por qué el romance está tan directamente asociado con la muerte?
"Paradójicamente, si todos actuáramos por las reglas del mito romántico, nos enamoraríamos del amor, en vez de enamorarnos del otro. Este amor retorcido nos susurra en la oreja que no importa de quién te enamoras, sino simplemente enamorarse"
Piense en Romeo y Julieta. Pareciera que la historia quisiera enseñarnos que es mejor casarse apurado, sin pensarlo mucho, porque eso es estar enamorado, ser apasionado, ser auténtico.

Sin embargo, nóteses que cuando Shakespeare la escribió, la llamó tragedia. Shakespeare vio una verdad más profunda en aquella trama: el hecho de que cuando la perniciosa acción del romance toma los corazones de los jóvenes enamorados la cosa termina mal.

Hay señales de que cada vez más individuos están rechazando el mito romántico. El número de personas que viven solas se ha incrementado un 50% desde mediados de los 90. Muchos dicen que la soltería representa mayor libertad y más tiempo para otras relaciones, como la amistad.

¿Por qué el romance parece distorsionarlo todo?

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

Contenido relacionado

Fotos: Corazones desde el espacio

La revista Muy Interesante ha publicado un post muy acorde con esta fecha del día del amor: fotos de "corazones" vistos desde el espacio...

1. Explosión solar

Esta explosión solar registrada por el satélite SOHO  tenía, en su parte superior, una curiosa forma de corazón. La llamarada, que se produjo a unos 150 millones de kilómetros de distancia permitió en su día a las personas que habitaban en las zonas polares, disfrutar de bellas auroras.



2. El mar Aral

La parte final, en la zona sur, del mar Aral se ve claramente un corazón quasi perfecto. En realidad no es un mar abierto, sino endorreico o mar interior salado que además, en la actualidad, está siendo el foco de muchas preocupaciones ecológicas en la zona ante la pérdida continua de agua, lo que está poniendo en peligro el propio ecosistema. en los últimos años su superficie se ha reducido en apróximadamente un 60 por ciento y su volumen en un 80 por ciento.


Más fotografías AQUÍ.

El amor y el humor: dos antídotos a los malos humos imperantes

Una buceadora alimenta un pez manta mientra sostiene un corazón en San Valentín. | Efe 
Una buceadora alimenta un pez manta mientra sostiene un corazón. | Efe
Atención, amigos y amigas. Que no pase desapercibido. Esta semana, finalmente, podemos tomarnos un respiro del tsunami imparable de noticias dramáticas que en los últimos tiempos nos desbordan, nos arrollan y nos tienen casi ahogados: esas cifras de paro que amenazan el paro cardíaco, esos recortes que nos dejan en cueros, esas instituciones que se tambalean unas sobre otras, esos sobres y soberanismos que nos sobresaltan...

Esta semana se juntan, en una feliz conjunción del calendario, Carnaval y San Valentín, la fiesta de la risa con la del corazón, brindándonos una rara oportunidad de apreciar las cosas realmente importantes de la vida: el amor y el humor. Y menos mal, porque ya hay señales de que esta Gran Depresión económica y política de nuestros tiempos se está convirtiendo en una verdadera depresión psicológica colectiva. Según un reciente estudio uno de cada tres españoles se ha tomado un ansiolítico en el último año para combatir la ansiedad. Motivos no nos faltan, desde luego. Pero hay otros métodos menos dañinos y más eficaces para recordar que la vida, a pesar de todo, y como cantaba Gonzaguinha a ritmo de samba, es bonita.



El carnaval: una risoterapia colectiva

Los seres humanos somos los únicos animales que montamos fiestas, a veces tan descomunales que requieren sus propios templos (no sé si hay otra palabra para describir el colosal Sambódromo de Río). En estos curiosos ritos de nuestra especie reinan la risa, la música alegre y el buen humor, y suele permitirse una amplia licencia para bromear y romper tabúes. Pero lo más curioso es que a menudo montamos fiestas cuando no hay nada objetivo que celebrar más que el momento en sí y el significado cultural que a éste le damos (como es el caso de los Sanfermines, las Fallas o el propio Carnaval).

En estos casos nos divertimos porque decidimos (o nuestra sociedad ha decidido por nosotros) que es el momento de divertirse. Nos reímos sin motivo aparente, porque sí. Haya bonanza o haya crisis, nos contagiamos la alegría y nos animamos al juego y a la tontería. Es una demostración increíble del poder que tenemos para modificar nuestro estado anímico. Hay psicólogos, de hecho, que consideran los ritos festivos una especie de terapia colectiva.

¿Qué es la fiesta? ¿Cuál es el secreto de su magia? Es muy sencillo. Los ritos festivos son espacios excepcionales en los que se suspenden las reglas y estructuras que rigen la vida social. ¡Y es de agradecer! Sí, es liberador poder fugarnos, aunque sea durante algunas horas, de nuestras rutinas y máscaras cotidianas, y dar rienda suelta al espíritu lúdico que llevamos dentro para burlarnos de las instituciones y personajes que nos tomamos en serio normalmente, para transformar en un mero chiste ese drama que cuentan las noticias, para invertir esas jerarquías que nos someten en la oficina y en la política y así destronar a reyes, banqueros, políticos y papas (bueno, en este último caso se ha destronado sólo).

Lea el artículo completo en:

El Mundo 

15 de noviembre de 2012

Chocolate, amor, placer y ...¡Química!

Chocolate. Niños, jóvenes, adultos ...son muy pocos los que pueden considerarse inmunes a los encantos de este alimento en cualquiera de sus formas. Ya sea líquido (acompañado de churros y porras en un frío día de invierno) , en forma de tableta ( todos recordamos  aquellas meriendas en el parque con pan y chocolate) o de bollos, tartas o cómo lo quieras imaginar, el chocolate es sin duda fuente de placer gastronómico (¿sólo?) para la gran mayoría.  Mal de amores y chocolate...¿verdad o leyenda ? ¡Vamos a ello! 




El chocolate  es un alimento procedente de las semillas de cacao, el cual se obtiene del árbol del cacao ( Theobroma Cacao). Hay que decir que el orígen de este alimento se remonta a la época de los Mayas y Aztecas (sí sí, ¡hace mucho!)  , confundiéndose  la leyenda y la mitología. El dios Quetzalcoatl , viendo la falta de alimento de su pueblo viajó al pais del dios Sol y robó una planta para ofrecer a su pueblo. Era el arbol del cacao. Por ello siempre se habla del mismo como el alimento de los dioses. Sin duda, ¡ mucha imaginación!
El chocolate se preparó tal y cómo lo conocemos en el Siglo XVIII  . Para ello se molió las semillas de cacao con azúcar, canela, vainilla , almizcle y colorantes. La masa de chocolate podía adquirir la forma deseada utilizando moldes adecuados.

Desde entonces, el chocolate se ha convertido en el protagonista de panaderías, bollerías, postres y para cualquier aficionado a lo dulce.
Del chocolate se han dicho muchas cosas. Desde su poder afrodisiaco ( anuncios de la televisión en las que comer un pedazo de chocolate se muestra como un auténtico éxtasis) a su capacidad antidepresiva. ¿Rumores? ¿Ciencia? La Química tiene la respuesta.
El chocolate se compone fundamentalmente de cacao  y azúcar. De acuerdo al tipo y calidad del chocolate , además se adicionan leche, vainilla , almendras y otros componenes que confieren color, textura y propiedades organolépticas de interés. 
A escala química podemos señalar una serie de sustancias que van a permitir explicar las distintas propiedades de este alimento. Se conocen nada menos que unas 600 sustancias químicas presentes en el chocolate.  Por ello vamos a considerar las más representativas. 
En primer lugar, el magnesio, especialmente presente en el chocolate negro (aquél que presenta mayor contenido en cacao , con un sabor más amargo).  Este elemento metálico actua como relajante muscular proporcionando una sensación placentera.  
En la manteca de cacao empleada en la elaboración del chocolate encontramos grasas  aunque los estudios médicos han revelado que una ingesta normal de chocolate no supone un aumento de los niveles de colesterol ya que es rico en ácido esterárico.  Por su contenido en grasas e hidratos de carbono presenta un alto contenido calórico. 100 gramos de chocolate aporta 500 calorías. Un poco de energía que no viene nada mal. 
Otra sustancia presente en el chocolate es la teobromina, alcaloide con efectos y propiedades similares  a la cafeína (presente en el café y refrescos), dada la similitud de su estrucutra molecular. 

El cacao en polvo , que también se comercializa para uso y disfrute de todos , presenta niveles destacables de antioxidantes, como algunos polifenoles, lo que supone una herramienta frente al daño oxidativo al que se somete nuestro organismo (envejecimiento celular).  
Además, cabe señalar el papel de algunas aminas bioactivas que provocan la liberación de óxido nitroso (NO)  por parte de las células de las arterias, el cual tiene un efecto vasodilatador (disminuye la presión arterial) , conduciendo a una sensación de bienestar. 
El consumo de chocolate implica un aumento de los niveles de triptófano , aminoácido que actua como precursor de la serotonina, dando lugar a una sensación placentera. Un estudio llevado a cabo en EEUU , revela que derretir chocolate en la boca produce un aumento en la actividad cerebral y en el ritmo cardíaco más intenso que el de un beso apasionado y además el efecto dura cuatro veces más. 
                                                                    Estructura química del Triptófano

El chocolate también contiene feniletilamina, un compuesto al que podemos presentar como la sustancia del amor ,  ya que los niveles de estos compuestos son especialmente  altos en el cerebro de personas enamoradas.
                                                                          Estructura química de la feniletilamina

Esta sustancia es la responsable de los típicos "síntomas" del enamoramiento como vigilia, excitación, taquicardia, enrojecimiento o insomnio y además induce la formación de dopamina, norepinefrina y oxitocina. El amor, sí sí, el amor,  también encuentra respuesta en la Química.  

La dopamina es una sustancia química asociada a la sensación de placer . Que el corazón comienze a latir más fuerte o que nos suden las manos al ver a la persona amada se debe a la norepinefrina. A la oxitocina, hormona fundamental en el parto, se la ha venido a llamar la "hormona del abrazo", ya que se han observado niveles altos  de dicha hormona cuando hay contacto físico en la pareja, siendo máximos los niveles en el orgasmo. 

Algunos investigadores han sugerido que algunas personas son capaces de experimentar sensaciones especialmente placenteras por el consumo de chocolate debido a la presencia de anandamina, una sustancia que estimula los mismos receptores cerebrales que la marihuana (¡sorpresa!)

El chocolate es sin duda un alimento con una química muy interesante. Su sabor no pasa desapercibido y sus efectos, mezcla de mito, leyenda urbana y verdad científica son por todos conocidos. La Química nos ha ayudado a entender mejor los efectos de nuestro dulce e irresistible amigo.

Ahora ya  podemos saber  por qué Hernán Cortés en 1519 hablaba de una bebida divina que aumentaba  la resistencia y combatía la fatiga o por qué Truman Capote decía que Venecia es como comer una caja entera de chocolate con licor de una sola vez.  Por qué Homer Simpson decía Ummmm Chocolate, es más que evidente. 

Chocolate, química, amor y placer; todo un ejemplo de que la Ciencia está presente hasta en lo más subjetivo y etéreo que podamos imaginar. Y esa Ciencia, es la Química. El experimentador en este caso eres tú.

¡Bon appétit!  

Fuente:

20 de septiembre de 2012

Cinco cosas curiosas que puedes hacer para aliviar el dolor

chocolate-imaginaDecir palabrotas, tomar una taza de chocolate caliente, escupir saliva, mirar la foto de la persona a la que amas... Aquí tienes una lista de remedios curiosos y científicamente demostrados para aliviar cualquier dolor.
 
Hablar lisuras
Un estudio publicado por Richard Stephens en la revista NeuroReport sugería que diciendo palabrotas somos capaces de resistir durante más tiempo el dolor que se produce al introducir las manos en un recipiente lleno de hielo cuarenta segundos. Además, las palabras malsonantes que pronunciamos hacen que se reduzca también la intensidad del dolor.

Comer chocolate
Según estudio de la Universidad de Chicago (EE UU) publicado en la revista Journal of Neuroscience, cincuenta gramos de chocolate negro o una taza de chocolate caliente pueden hacer que un dolor desaparezca. Eso sí, siempre que no se trate de una cefalea, ya que investigadores de la Universidad de Michigan demostraron que la tiramina que contiene el chocolate negro puede favorecer -e incluso provocar- los ataques de migraña.

Saliva
Científicos del Instituto Pasteur en Francia descubrieron hace algunos años un analgésico natural en la saliva humana hasta seis veces más potente que la morfina. Se llama opiorfina y activa el funcionamiento de opiáceos endógenos –producidos por el propio organismo – que bloquean las señales dolorosas y actúan como antidepresivos.

Miradas de amor
Según Sean Mackey, de la Universidad de Stanford (EE UU), no cabe duda de que el amor puede mitigar el dolor tanto como un analgésico. Estudiando el cerebro de estudiantes enamorados con ayuda de un escáner de resonancia magnética funcional mientras les hacía sentir dolor, comprobó que la magnitud de alivio del dolor cuando miramos las fotos de un ser querido es similar a la morfina. El amor reduce el malestar a través del núcleo accumbens, centro de la recompensa en el cerebro.

Cruzar los brazos
Si tras sufrir una quemadura o recibir un golpe en las manos nos cruzamos de brazos, conseguimos aliviar el dolor. Según un estudio británico publicado en la revista Pain, se debe a que al cruzar las extremidades superiores sobre el cuerpo el cerebro se confunde acerca del origen del dolor. En otras palabras, el gesto engaña al cerebro.

Fuente:

7 de septiembre de 2012

Sobre el amor entendido como imbecilidad transitoria

Los enamorados ignoran la abrumadora evidencia de que su pasión es perecedera, efímera y volátil. Esta es la prueba más concluyente de que estamos ante una formidable arma de idiotización masiva.

Por Manuel Cruz

 

“Te vas a casar con otro, con otro que no soy yo”
El Fary (Paloma que pierde el vuelo)

En nuestra sociedad, cuando uno es requerido a hablar del amor, se diría que resulta poco menos que obligado hacerlo en términos elogiosos, cuando no abiertamente entusiastas. Parece como si constituyera una contradicción conceptual (que colocaría además en el lugar de un antipático aguafiestas al que se atreviera a sostenerla) referirse a dicho sentimiento de manera crítica, señalando sus limitaciones, sus contradicciones y ya no digamos la función oscurecedora o directamente engañosa que a menudo cumple la apelación a lo amoroso en el mundo actual. No resulta difícil comprender tan generalizada prevención: ¿cómo hablar en clave negativa de una de las experiencias que mejor ha representado en nuestra cultura el ideal de felicidad, con la que incluso se ha asociado en múltiples ocasiones a la misma bondad?

Pero de una tal constatación cabe extraer conclusiones de diverso tipo. Una, que puede contar sin duda con buenas razones a su favor, es la de que la consideración inequívocamente positiva del amor constituye una de las columnas básicas sobre las que se sostiene la visión del mundo hegemónica en nuestra sociedad. Cumple dicha función precisamente porque se imbrica con un conjunto de convencimientos fuertemente arraigados en la mente de los individuos, de manera que mucha gente barrunta o intuye que cuestionar la importancia de aquél arrastraría en su caída a éstos, dejándonos en una situación de incertidumbre y desamparo extremos. 

Además, cabría añadir en nombre de un presunto sentido común bastante extendido, ¿para qué tocar aquello que funciona? ¿No parece mayoritariamente aceptado que un gran amor constituye el ideal de la plenitud de sentido para una vida? ¿O que, entretanto éste no se alcanza, los diversos grados de la felicidad o el bienestar imaginables vienen indisolublemente ligados a una proporcional presencia de lo amoroso? Dicho de una forma extremadamente simplificadora, por la que me disculpo de antemano, ¿acaso alguien, cuando fantasea unas maravillosas vacaciones, se representa unos días en un paraje idílico, pero en estricta y rigurosa soledad?

Es difícil hablar en clave negativa de lo que mejor representa en nuestra cultura el ideal de felicidad

Sin embargo, la conclusión anterior no es la única, como ya anticipábamos. A partir de idénticas premisas, también los ha habido que han extraído una conclusión, de signo bien distinto, acerca de la urgente necesidad de combatir la forma dominante de entender el amor a la que nos venimos refiriendo. En efecto, lo arraigado y difundido de la misma, lejos de constituir un argumento incontestable para aceptarla, estaría informando precisamente de la gravedad de nuestra situación. Porque si un tal amor no pasa de ser, como así mismo se ha dicho más de una vez, una variante particular de imbecilidad transitoria, su abrumadora generalización no resultaría un argumento en contra sino a favor de la necesidad de combatir decididamente lo que en última instancia no habría resultado ser otra cosa que una formidable arma de idiotización masiva.

Acerca de la primera conclusión no hay mucho que añadir. Para ella el amor ya está bien como está o, lo que viene a ser lo mismo, alcanzarlo representa una aspiración válida cuando no directamente deseable como horizonte regulador para nuestras vidas. La segunda, en cambio, en la medida en que impugna el imaginario colectivo dominante en uno de sus aspectos vertebrales, implica toda una invitación no sólo a la crítica, sino también a la elaboración de una alternativa existencial adecuada (excepto para quienes pudieran considerar que vivir sin amor ya constituye, por sí sola, la alternativa).

¿De qué rasgos, según esto, debería desprenderse nuestra idea de amor para empezar a resultar, como mínimo, aceptable? ¿Qué nuevas determinaciones debería asumir para que empezara a abandonar su condición de intolerable espejismo engañoso? Para algunos, que dicen saber de la cosa, el hecho de que la beatitud alcanzada por los enamorados sea, de acuerdo con la estadística y el cálculo de probabilidades, perecedera y volátil, pero que, a pesar de tan abrumadora evidencia, sea considerada por sus protagonistas como imperecedera y eterna representa la prueba más concluyente de hasta qué punto el amor constituye el territorio privilegiado de la estupidez humana.

Cuando perdemos a la persona amada sentimos que solo queda darse por muerto en vida y añorarla

Siguiendo con el razonamiento, una perspectiva adecuada (¿o deberíamos decir, directamente, postmoderna?) del amor sería aquella en la que los amantes asumieran sin conflicto ni desgarro alguno la condición efímera de su pasión, abandonando tópicos que corresponderían a una concepción anacrónica de la misma, como el tópico de la irrepetibilidad de la persona amada (canónicamente expresada en el verso nerudiano “a nadie te pareces desde que yo te amo”). En su lugar, lo procedente sería interiorizar sin complejos (sobre todo de culpa) la actitud descrita por la cantautora británica Adele en su éxito Someone like you, en el que, dirigiéndose a un antiguo amante, le manifiesta su convencimiento de que encontrara a alguien que ocupe su lugar, esto es, alguien en cierto sentido intercambiable. No puede decirse que en esta perspectiva se esté renunciando por completo a la idea del amor, sino más bien que se la está adaptando convenientemente a la liquidez de los tiempos. Hasta el punto de que uno de estos enamorados de nuevo cuño podría hacer suya la vieja retórica amorosa, sólo que introduciendo un pequeño matiz diferencial, y afirmar “uno se enamora una sola vez en la vida, sólo que de diferentes personas”. En el fondo, a poco que se piense, la expuesta resulta una actitud bastante acorde con la época que nos ha tocado vivir. En efecto, ¿cómo creer, en tiempos de disolución del sujeto, que una determinada persona, y sólo ella, está predestinada a ser el hombre o la mujer de nuestra entera vida?

Aunque tal vez, pensándolo mejor, el problema no sea tanto de la otra persona como de uno mismo. Encuentro en el libro de Miquel Bassols Tu yo no es tuyo una frase del escritor Julián Ríos que tal vez proporcione la clave de la dificultad. Frente a la máxima bíblica “yo soy el que soy”, acaso lo único que en el presente podamos afirmar acerca de nosotros mismos sea “yo soy el que es hoy”. Escaso bagaje, ciertamente, para andar en búsqueda de un otro del que es de suponer que no estamos en condiciones de esperar mayor entidad que la nuestra, tan liviana ella. Probablemente la única pregunta posible, llegados a tal punto, sea la siguiente: ¿consideramos que éste es un lugar para quedarse a vivir?

Porque la propia Adele —a la que alguno opinará que estoy citando como si se tratara del mismísimo Hegel: secuelas del verano, que reblandece las neuronas— señala en otros pasajes de su canción algo particularmente relevante. Encontraré a alguien como tú, proclama, pero eso significa que ese amor perdido ha pasado a convertirse en un punto de referencia y, curioso, no sirve de consuelo para el espíritu ni de bálsamo para el corazón pensar que esa persona ya no es ahora la que uno amó tiempo atrás y ha pasado a ser otra distinta (tan volátil como uno mismo). Acaso esté revelando algo mucho más importante que una mera debilidad el hecho de que cuando se pierde a la persona amada —a ese hombre o a esa mujer que pudieron llegar a ser percibidos en un determinado momento como un auténtico destino— luego ya sólo queda o darse por muerto en vida o añorarla para los restos, y errar como alma en pena, buscándola, en vano, en otras personas.

Muy probablemente lo que todo lo anterior esté mostrando es que en materia amorosa no hemos conseguido escapar de los territorios del posibilismo, más allá de unos cuantos aditamentos ocasionales. Me atrevería a afirmar, con escaso temor a equivocarme, que si hiciéramos una encuesta preguntando a la gente acerca de su opinión sobre ese tópico ideal de relación amorosa en el que una persona colma por completo y para siempre las expectativas de todo orden que cualquiera pudiera plantearse, la inmensa mayoría declararía su radical escepticismo respecto a la probabilidad de dar con dicha persona. Pero si, pertinaces, perseveráramos en la pregunta inicial añadiéndole la puntualización: “en el caso de que Vd. tuviera la insólita fortuna de encontrarla, ¿suscribiría el modelo heredado de relación amorosa?”, albergo pocas dudas de que la inmensa mayoría respondería afirmativamente. Lo cual, por si no ha quedado claro, en modo alguno pretende constituir un elogio indirecto de dicho modelo, sino una constatación de nuestra incapacidad —hasta el momento— para elaborar otro mejor.

Manuel Cruz es catedrático de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona. Premio Jovellanos de Ensayo 2012 por el libro Adiós, historia, adiós.

Fuente:

2 de julio de 2012

Buscando amor en línea

 Especial: Sexualidad


Teclado y pétalos de rosa

Con lo ocupada que es la vida moderna, es difícil conocer gente nueva, por lo que cada vez más de gente está recurriendo a la tecnología para encontrar a alguien especial.

Lo que alguna vez fue el último recurso para los corazones solitarios, los servicios de citas en línea se ha vuelto socialmente aceptables, y consultarlos ya es incluso una práctica generalizada.

Online dating generic

Amor en el mundo virtual... ¿cómo?

Pero por populares que esos sitios sean, encontrar la pareja ideal en línea puede tomar mucho tiempo, pues los tradicionales sitios de citas obligan a los usuarios a leer decenas o hasta cientos de perfiles.

Así que algunos sitios están ayudando a la gente a reducir el tiempo que se invierte y el esfuerzo mediante el uso de un algoritmo para encontrar el amor en línea.

Estos algoritmos -un conjunto de instrucciones lógicas para resolver un problema- toman la información personal, como sus intereses, y la pasa por un programa de computador para calcular el grado de compatibilidad de pareja.

Servicios como GenePartner y ScientificMatch ofrecen pruebas de ADN para verificar la compatibilidad genética, mientras que algoritmo de coincidencia de OkCupid se vale de un test de personalidad generado por el usuario. eHarmony, el segundo sitio más grande de citas, lleva a cabo estudios científicos para mejorar sus algoritmos.

Pero, ¿realmente el amor se encuentra analizando los números en una computadora? Averígüelo a continuación...

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia
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