Investigaciones de científicos checos
sobre los motivos por los que algunos son infieles cuando están en
relaciones estables descubrieron que, si bien tanto los hombres como las
mujeres tienen aventuras extramatrimoniales, es más probable que los
hombres las tengan si su padre fue infiel durante su infancia. En un
estudio que el doctor Jan Havlicek y sus colegas presentaron ante un
congreso de la Asociación Europea de Comportamiento y Evolución Humanas,
observaron que las hijas no se veían afectadas en igual medida por la
infidelidad de las madres.
Havlicek dijo que, durante su etapa de
crecimiento, los varones aprendían de su mundo social qué conductas eran
apropiadas y qué cosas podían hacer sin recibir castigo. El padre,
agregó, era el modelo evidente de comportamiento.
Las conclusiones del estudio parecerían
quedar confirmadas por ejemplos de padres e hijos mujeriegos que se han
hecho famosos en la vida pública, como el golfista Tiger Woods y el
futbolista británico Ryan Giggs.
Havlicek, que trabaja en la Universidad
Charles de Praga, reclutó a 86 parejas para la investigación e interrogó
a los hombres y las mujeres por separado y en confianza sobre sus
relaciones, sus actitudes hacia el sexo, sus antecedentes familiares y
sus infidelidades.
Martie Hasleton, psicóloga evolutiva de
la Universidad de California en Los Angeles, dijo que el hecho de que
las hijas no parecían ser afectadas por la infidelidad parental del
mismo modo que los hijos varones tenía una explicación genética: si bien
los padres buen mozos suelen tener hijos igualmente atractivos y esos
hombres tienen más oportunidad de ser infieles, las hijas atractivas de
madres atractivas se comportarían diferente.
“Las chicas que son más atractivas no
necesariamente van a ser infieles. En primer lugar, es probable que
tengan un compañero de más calidad. Los hombres y las mujeres buscan
cosas distintas en las relaciones y por lo tanto lo esperable es que los
hombres y las mujeres usen su atractivo de manera también distinta:
ellos para obtener variedad sexual y ellas para conseguir el mejor
compañero y un buen papá para sus hijos.”
La investigación checa sí da sustento a
la idea de que los hombres y las mujeres tienen aventuras
extramatrimoniales por diferentes motivos. Havlicek y su equipo
descubrieron que el hecho de que un hombre estuviera satisfecho y feliz
en su relación principal no tenía incidencia en la probabilidad de que
fuera infiel. Los hombres, en general, tienen aventuras porque quieren
sexo y un mayor número de compañeras sexuales, no porque están hartos de
sus esposas.
Las mujeres, en cambio, eran mucho más
propensas a ser infieles si estaban insatisfechas con algún aspecto de
su relación. Según Havlicek, tienen aventuras para encontrar un nuevo
compañero.
“Puede que sea mejor quedarse en una
relación porque, en algunos casos, es mejor tener a alguien que no es
perfecto que estar sola, en particular cuando se tienen hijos”, dice.
“Pero, entretanto, se puede mirar alrededor en busca de otras opciones.
Muchas de las mujeres que entrevistamos dijeron que estaban haciendo
eso”.
Hasleton opina que la infidelidad es un
tema que va a pasar más por las mujeres que por los hombres. “Podría
deberse al aumento del anonimato de nuestro medio social, que hace que
sea más difícil que a una la pesquen”, señaló. “Nuestro mundo se ha
vuelto cada vez más anónimo, ya que cada vez somos más los que vivimos
en grandes ciudades llenas de extraños. Si el comportamiento de una
mujer puede quedar más protegido por el secreto, veremos más
comportamientos infieles.”
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