Latest Posts:

Mostrando las entradas con la etiqueta pensamiento. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta pensamiento. Mostrar todas las entradas

17 de enero de 2014

El sexo ayuda al cerebro a generar nuevas neuronas

Una investigación de la Universidad de Maryland confirma los beneficios de la práctica sexual para el cerebro.

Los beneficios para la salud de tener una vida sexual activa y satisfactoria son un hecho reconocido por médicos y psicólogos de todo el mundo. Sin embargo, ahora investigadores de la Universidad de Maryland han ido más allá y han descubierto que la práctica sexual contribuye incluso a generar nuevas neuronas.

Los científicos han comprobado que la actividad sexual en ratones mejoraba su actividad mental y hacía incrementar la neurogenesis (la producción de nuevas neuronas) en el hipocampo, según recoge esta semana The Atlantic, haciéndose eco de un estudio publicado el pasado abril.

"Los resultados sugieren que la experiencia sexual puede estimular la neurogenesis y recuperar funciones cognitivas en ratones de edad media", señala el estudio.

Paradójicamente, The Atlantic señala que "si practicar sexo puede hacer a las personas más listas, lo contrario no es cierto: ser más listo no significa tener más sexo". Y es que, al parecer, un estudio de 2012 de la Universidad de Pensilvania señala que una gran memoria se relaciona con una mayor tardanza entre los adolescentes en su inicio sexual.

Fuente:

La Vanguardia

6 de enero de 2014

Sabías que... Cuanto más tontos somos, más inteligentes nos creemos

    Chico con idea

    Usted es listo, ¿verdad? Inteligente, bastante gracioso... Igual que yo. Por supuesto, usted y yo somos personas geniales. Pero, ¿no sería terrible si ambos estuviéramos equivocados?

    Los psicólogos han demostrado que tenemos tendencia a ser ciegos ante nuestras propias fallas, mucho más de lo que llegamos a darnos cuenta.

    Esto explicaría por qué algunas personas incompetentes son tan exasperantes. Y también sirve para inyectar una saludable dosis de humildad a nuestra autoestima.

    En 1999, los investigadores Justin Kruger y David Dunning, de la Universidad de Cornell, en Nueva York, evaluaron si las personas que carecen de ciertas destrezas en un determinado campo son más propensas a no notar esta falta de habilidad que alguien más diestro o hábil para igual labor.

    Al comienzo de su investigación, citaron el ejemplo de un ladrón de bancos de Pittsburgh, llamado McArthur Wheeler, que fue arrestado en 1995, poco después de cometer dos asaltos en plena luz del día y sin usar máscara ni ningún tipo de disfraz.

    Cuando la policía le mostró las imágenes registradas por la cámara de seguridad de una de las entidades bancarias, el hombre protestó:"¡Pero si estaba usando el jugo!"

    El desafortunado criminal creyó que, si se restregaba un limón por la cara y quedaba embadurnado con el jugo, se volvía invisible para las cámaras de seguridad.

    Lea el artículo completo en:

    BBC Ciencia

    13 de diciembre de 2013

    España: El hombre que vivió 12 años entre lobos

    Otros casos conocidos

    John Ssabunnya
    • Rochom Pngieng: hallada en 2007 en una localidad remota del noroeste de Camboya. Cuando la encontraron andaba desnuda, con el pelo largo y en cuatro patas. Se cree que pudo haber pasado 18 años en la selva.
    • John Ssabunnya (en la foto): vivió desde los dos años en la selva de Uganda, criado por monos. Fue encontrado en 1991 cuando tenía 14 años. A John le gusta cantar y practicar deportes.
    • Vicente Caucau: hallado en el sur de Chile en 1984, cuando tenía unos 10 años. Se cree que vivía entre pumas.
    • Víctor de Averyron: encontrado en Francia en 1799. El médico Jean Marc Gaspard Itard intentó enseñarle a hablar y a desarrollar una conducta social sin éxito. Su historia fue llevada al cine por François Truffaut.

    Marcos Rodríguez Pantoja

    Marcos no tiene animales en su casa porque es muy pequeña pero tiene
    un patio lleno de flores y plantas.

    La primera vez que Marcos Rodríguez Pantoja se sentó frente a un plato de sopa no supo qué hacer. Lo miró detenidamente, ahuecó la palma de su mano y la introdujo en él. El contacto con el líquido hirviendo le hizo pegar un salto y el plato acabó hecho trizas en el suelo.

    Corría el año 1965 y él tenía 19 años, pero hacía más de una década que no se sentaba frente a un ser humano que le ofrecía algo para comer.
    Venía de pasar 12 años solo en medio de la sierra, con lobos, cabras, serpientes y otros animales como única compañía.

    "Los animales eran mi familia, mis amigos, todo"

    Cuando era pequeño –"yo tendría unos 6 o 7 años", recuerda- su padre, que se había vuelto a casar, lo vendió a un cabrero que se lo llevó a Sierra Morena, un lugar agreste y de difícil acceso en el sur de España, para ayudar a un viejo pastor a cuidar su rebaño.

    Al poco tiempo el pastor murió y Marcos se quedó solo. Más asustado de la gente -después de años de maltratos y golpizas que le propinaba su madrastra- que de la soledad del monte, Marcos nunca intentó regresar, hasta que lo encontró la Guardia Civil en el 65 y se lo llevó por la fuerza a Fuencaliente, un pequeño pueblo a los pies de Sierra Morena.

    Aunque ya han pasado casi 50 años, Marcos todavía recuerda vívidamente su paso por la sierra y el impacto que le produjo el regreso.

    En el monte


    "Al principio yo lo pasé muy mal. No sabía qué comer, le tenía miedo a los animales y al viejo. Pero después nos hicimos amigos y con los bichos también. Y así fue como empecé a sentirme muy bien. ¡Me sentía estupendamente!, le dice Marcos a BBC Mundo.

    "Para mí aquello era la gloria porque ya no me pegaban palizas", añade.

    Lo poco que le enseñó el pastor antes de morir fue suficiente para que no pasase hambre. Aprendió a cazar conejos y perdices con trampas hechas de palillos y hojas, y a despellejar a los animales para aprovechar su carne y su piel.

    Casa de Marcos

    Marcos hizo pintar esta leyenda en la entrada de su casa.

    "Para comer me guiaba por los bichos. Lo que comían ellos lo comía yo", cuenta. "Los jabalíes comían unas patatas que estaban enterradas. Las encuentran porque las huelen. Cuando iban a desenterrarlas yo les tiraba una piedra, ellos se escapaban y entonces yo me robaba las patatas".

    Librado a su suerte, Marcos estableció un vínculo especial con los animales.

    "Un día me metí en una lobera a jugar con unos cachorritos que vivían allí y me quedé dormido. Cuando desperté, la loba estaba cortando carne de ciervo para los cachorros. Yo traté de quitarle un pedazo, porque también tenía hambre y me pegó un zarpazo", dice imitando el gesto de la loba.

    "Cuando terminó de alimentar a sus cachorros, me miró y me tiró un trozo de carne. No quería tocarlo porque pensé que me iría a atacar, pero me lo fue acercando con el hocico. Lo cogí, lo comí y ella se me acercó. Pensé que me iba a morder, pero sacó la lengua y me empezó a lamer. Después de eso, ya era uno más de la familia. Íbamos a todos lados juntos", recuerda.

    Marcos cuenta además que tenía una serpiente como compañera.

    El artículo completo en:

    BBC Ciencia

    12 de octubre de 2013

    Nuestra mente: Una fábrica de recuerdos falsos

    Memoria

    La memoria humana se adapta y se moldea para ajustarse al mundo, y para ello es capaz de crear falsos recuerdos.

    Todos creamos recuerdos imaginados, y el artista británico Alasdair Hopwood se ha propuesto recopilar y mostrar una colección de ellos.
    Durante el último año, Hopwood le pidió a la gente que contribuyera con anécdotas de recuerdos falsos que él luego convirtió en representaciones artísticas.

    Y las historias que recibió van desde alguien que recuerda haberse comido un ratón vivo a quien recuerda cómo voló cuando era niño.

    Exposición "Archivo de Falsos Recuerdos"

    Para la muestra "Archivo de Falsos Recuerdos", Hopwood pidió a una psicóloga Kimberley Wade que registrara su vuelo en globo.

    Uno de los participantes contó que estaba convencido erróneamente de que la hermana de su novia había muerto en el consultorio del dentista. Tan firme era esta idea que mantuvo en secreto todas sus propias visitas al odontólogo.

    Así lo cuenta: "Un día, durante la cena, ella dijo que iba a ir al dentista la siguiente semana. Se hizo silencio en la mesa, y mi madre dijo que debía ser duro para ella luego de lo que le había pasado a su hermana". Y esto bastó para convencerlo.

    Pero este no es un caso excepcional. Los neurocientíficos dicen que muchos de nuestros recuerdos cotidianos están falsamente reconstruidos porque nuestra visión del mundo cambia constantemente.

    Trucos de la imaginación

    Las pistas que pueden dirigir nuestros recuerdos en la dirección equivocada son sutiles.

    Elizabeth Loftus mostró en 1994 en un célebre experimento que era capaz de convencer a una cuarta parte de los participantes de que se habían perdido en un centro comercial cuando eran pequeños.

    En otra prueba similar en 2002 se logró convencer a la mitad de los participantes que habían volado en globo en la infancia con el simple truco de mostrarles "evidencias" fotográficas manipuladas.

    Falsos recuerdos

    Varias personas "recordaron" que se habían perdido de niños por una imagen trucada.

    La psicóloga Kimberley Wade estuvo detrás de este trabajo en la Universidad de Warwick, en Reino Unido.

    Para su proyecto, Hopwood le pidió Wade que hiciera un viaje real en globo aerostático, y las imágenes de ese vuelo ahora se exhiben con el resto de falsos de recuerdos recopilados y recreados por el artista para The False Memory Archive (Archivo de falsos recuerdos), una muestra que tiene lugar en Penzance, Reino Unido.

    "He estado estudiando la memoria por más de una década, y aún me parece increíble que la imaginación pueda engañarnos para que pensemos que hicimos algo que nunca hicimos e impulsarnos a crear recuerdos ilusorios tan convincentes", dice Kimberley Wade.

    La razón de que los recuerdos sean tan maleables es simplemente que hay demasiada información para absorber, explica la psicóloga.

    "Nuestro sistemas preceptivos no pueden notar absolutamente todo de nuestro entorno. Recibimos información a través de todos nuestros sentidos pero hay huecos", añade.

    "Así que cuando recordamos un evento, lo que hace nuestra memoria es rellenar esos huecos con lo que sabemos sobre el mundo".

    Perder las llaves

    La mayor parte de los recuerdos falsos se refieren a situaciones cotidianas sin consecuencias reales, a excepción de las discusiones ocasionales sobre cosas triviales del tipo quién perdió las llaves.

    Pero a veces, los recuerdos ilusorios pueden tener ramificaciones serias. El Proyecto Inocente (The Innocent Project), de Estados Unidos, ha elaborado una lista de personas que han sido absueltas tras lograr la anulación de identificaciones incorrectas por parte de testigos oculares.

    El experto Christopher French, de la Universidad de Goldsmiths de Londres, dice que hay una falta de conciencia de lo poco confiable que es la memoria, especialmente en los sistemas legales.

    "Aunque dentro de la psicología es una noción bien conocida y ampliamente aceptada por cualquiera que haya estudiado la bibliografía al respecto, no se conoce más generalmente en la sociedad", explica French.

    Proyecto "Archivo de falsos recuerdos"

    Otra foto manipulada convenció a algunas personas que habían volado en globo.

    "Aún hay gente que cree que la memoria actúa como una cámara de video, así como personas que aceptan la noción freudiana de la represión, que sugiere que cuando sucede algo terrible se empuja el recuerdo hacia las profundidades del subconsciente".

    Sin embargo, sostiene el experto, las evidencias de recuerdos reprimidos no son muy sólidas.

    French también estuvo involucrado en el proyecto de arte de Hopwood.

    Al artista le fascina cómo las personas pueden estar tan convencidas de eventos completamente imaginarios.

    "Lo interesante es que las contribuciones al proyecto se convirtieron en mini retratos (aunque de forma anónima) y a pesar de que lo único que sabes de esa persona es algo que en verdad no ocurrió. Así que allí hay una bonita paradoja que me atrae como artista", dice Hopwood.

    Salvarnos del tigre

    "(Los falsos recuerdos) Son subproductos de un sistema de memoria que funciona bien, que puede deducir muy rápido."

    Sergio Della Sala, experto en neurociencia de la Universidad de Edimburgo

    De acuerdo con otro investigador, los errores que comete la mente humana a veces tienen un propósito útil.

    Sergio Della Sala, experto en neurociencia cognitiva de la Universidad de Edimburgo, en Reino Unido, lo explica de la siguiente manera.

    Imagina que estás en la jungla y ves que la hierba se mueve. Lo más probable es que un humano entre en pánico y huya, ante la idea de que esté acechando un tigre.

    Una computadora, sin embargo, puede calcular y deducir que en el 99% de las ocasiones es el viento el que produce el movimiento. Si nos comportáramos como computadoras, cuando de hecho hubiera un tigre, nos comería.

    "El cerebro está preparado para equivocarse 99 veces y salvarnos del tigre. Y eso es porque no es una computadora. Funciona con suposiciones irracionales. Es proclive al error y necesita atajos", dice Della Sala.

    Los falsos recuerdos, añade, son señales de un cerebro saludable. "Son subproductos de un sistema de memoria que funciona bien, que puede deducir muy rápido".

    Fuente:

    BBC Ciencia

    25 de septiembre de 2013

    Tienes el cerebro de un pingüino (de Madagascar)

    Los “Pingüinos de Madagascar” son una suerte de actualización infantil del “Equipo A” de los 80. Un equipo de “pingüínos militarizados” que en cada episodio cumplen misiones tan descabelladas como entretenidas. Este equipo de cuatro pingüinos (al igual que pasaba en el “Equipo A”) llama especialmente la atención por tener 4 miembros con personalidades muy diferenciadas pero complementarias.

    Para entender por qué este tipo de equipos (extremadamente diferentes pero complementarios tiene éxito) tenemos que viajar a Suiza a principios del siglo XX. Allí encontramos a Carl Gustav Jung, padre de la Psicología Analítica. Este coetáneo (y amigo) de Sigmund Freud sentó las bases para entender de forma clara por qué cada persona reacciona de una forma distinta ante situaciones idénticas. En su libro “Tipos Psicológicos” (Psychologische Typen, 1921), Jung detallaba dos actitudes básicas (introversión y extraversión) y cuatro funciones (pensamiento, sentimiento, sensación e intuición).




    En una persona equilibrada, una de las funciones será dominante mientras que otras dos serán las auxiliares. Una de las funciones suele quedar inerte quedando únicamente como opuesta a la principal. En cada cuadrante estarán los pensamientos, sentimientos y repertorio conductual de cada indivíduo.


    Si contrapusiésemos los dos cuadros, se formaría un cubo con 4 zonas diferenciadas.


    De este modo, Jung nos presentaba que cualquier persona más allá de la actitud con la que decidiera (consciente o inconscientemente) actuar en cada momento o situación (introvertida o extrovertida) tenía una serie de pensamientos, sentimientos y repertorio conductual idénticos. 

    De forma muy simplificada, podríamos decir que podemos clasificar a las personas en 4 tipos básicos, de los que podríamos conocer tanto la personalidad como la forma preferente de actuación en cada situación.

    A decir verdad, lo único que Jung hizo fue plasmar de forma analítica lo que todos sabíamos desde hace siglos. Frases como: “la cabra tira al monte” y fábulas como la del escorpión y la rana no hacen más que aclarar que desde la antigüedad, podemos saber (aproximadamente) como se comportará una persona a la que conocemos bien en una situación concreta.

    Vamos a hacer una pequeña prueba:

    ● Escribe en un papel una situación que consideres límite (un incendio en casa, un accidente en la piscina, una boda…)

    ● Ahora piensa en como se comportarían en ese caso las siguientes personas:
    ○ Tu jefe
    ○ Tu madre
    ○ Tu mejor amigo
    ○ Tu camarero favorito de tu bar favorito


    Lea el artículo completo en:

    NAUKAS

    7 de septiembre de 2013

    Si alguien nace ciego y sordo, ¿en qué lenguaje piensa?

    No todo lo que pensamos necesita del lenguaje. Pensamos en términos de imágenes, patrones en tercera dimensión, gestos corporales, movimientos y casi cualquier cosa que hemos experimentado.

    Helen Keller

    Las personas que utilizan señas para sordos usan el lenguaje para pensar, pero lo hacen imaginando los movimientos de sus manos, no sonidos.

    Si a un niño ciego o sordo nunca se le enseña un lenguaje, tendrá que depender de otras formas de pensar. A la mayoría, sin embargo, se les enseña un lenguaje por medio de algunos signos.

    Uno de los casos más famosos es el de Helen Keller, quien se volvió sorda y ciega cuando tenía 19 meses de edad. Su maestra le empezó a escribir palabras en sus manos.

    Keller llegó a ser una escritora y una activista política famosa. Se presume que pensaba usando este lenguaje del tacto.

    Fuente:

    BBC Ciencia

    6 de septiembre de 2013

    El hombre que estuvo atrapado en un presente "eterno"

    Atrapado en un eterno presente - Cierta Ciencia podcast - Cienciaes.com

    Cuatro centímetros y treinta segundos

    La memoria a corto plazo

    La memoria crea y define nuestra identidad, el sentido de quiénes somos y de cómo somos. Toda la información a la que estamos expuestos en nuestro día a día y que recibimos por los sentidos, entra al cerebro y se va procesando y almacenando para luego nutrir y forjar lo que somos. 

    Hay quienes comparan este proceso con el funcionamiento de un computador: codificación de los datos que entran, clasificación y almacenamiento y luego la recuperación de esa información. Pero la neurobiología se ha encargado de demostrar que el cerebro funciona de una manera muchísimo más compleja. Cuando se envejece, por ejemplo, las funciones cerebrales cambian: algunas se vuelven más lentas y otras a cambio, más agudas – se dificulta memorizar un número de teléfono pero la comprensión de fenómenos generales se vuelve más precisa. Un computador funcionando así irá a parar a la basura.

    Casi todos pensamos que la memoria de corto plazo es la que nos permite recordar eventos que han sucedido hace horas, días. Y que la de largo plazo nos trae recuerdos más lejanos, que nos pueden llevar hasta a la infancia. Pero no es así. La neurobiología nos cuenta que la memoria de corto plazo es un proceso que dura como máximo treinta segundos.

    Así cuando estamos en un aeropuerto y nos dicen que nuestro avión sale por la puerta 6A, si no repetimos al menos un par de veces la información, o miramos en el tiquete el número, ya no sabremos por donde sale el avión. Si por el contrario hemos asociado el 6A con algo, si lo hemos “fijado” con cualquier recurso, ya esa información entra a formar parte de la memoria funcional, y se quedará guardada sin peligro de perderse, así el avión se atrase y nos dé por irnos a tomar un café o a visitar una librería.

    El trabajo de la memoria funcional, consolidar, lo hace una estructura del cerebro con forma de caballito de mar, el hipocampo, sumergido en las profundidades de nuestros lóbulos temporales. Sin el hipocampo, no es posible fijar, más allá de los treinta segundos, toda la información que recibimos por el olfato, el oído, el tacto, el gusto, es decir todo lo que nos permite pensar, elaborar, crear, imaginar, querer, sentir, sufrir.

    La terrible tragedia de Henry Gustave Molaison

    Eso fue lo que le sucedió a un hombre conocido hasta el año 2008 como H.M., cuando murió y se le dio su nombre completo, Henry Gustave Molaison.

    Henry vivió una infancia feliz con sus padres hasta que a los diez años empezó a sufrir lo que se llamaba hasta casi mediados del siglo pasado, un mal menor (petit mal), una especie de estupor que duraba poco y que lo alejaba del entorno. Cerraba los ojos y sudaba. Contaba a sus padres que se había ido y que no recordaba nada. Los empezó a sufrir a diario y a medida que crecía, su número aumentaba. Ya en la adolescencia pasó a ser un mal mayor, ataques epilépticos que lo alejaban de la escuela y que día a día lo incapacitaban más. Empezó a recibir dosis masivas de anticonvulsionantes, sin mejoría alguna.

    Henry había sufrido un accidente con su bicicleta alrededor de los siete años, aunque no son muy claras las circunstancias. El resultado sí. Empezó a visitar médicos y especialistas aunque después de varios EEG no se encontró ninguna lesión en su cerebro. Las convulsiones se volvían cada vez más fuertes y a la edad de 27, sin mayores esperanzas, con el consentimiento de sus padres y el suyo propio se decidió recurrir a “un procedimiento bastante experimental”, como lo definiría el mismo neurocirujano, William Scoville.

    Cuatro centímetros y treinta segundos

    En la cirugía, a Henry le fueron removidos cuatro centímetros de tejido en ambos lóbulos temporales. En ese tejido se fue gran parte del hipocampo y toda la amígdala, el lugar donde residen las emociones.

    La neurocirugía era práctica común alrededor de 1953 –año de la de Henry¬– para remediar la epilepsia. Salvo otros dos casos, estos con malformaciones congénitas en sus cerebros, el caso de Henry fue único: sus ataques de epilepsia cesaron pero pronto fue evidente que algo terrible, devastador, irreversible había pasado. Henry no podía recordar nada posterior al día de la cirugía. Su hipocampo perdido no le permitía consolidar la memoria de corto plazo –que permaneció intacta pues reside en otra región del cerebro que no fue tocada– y salir más allá de los tre inta segundos que eran lo único que le quedaba, imposibilitando para siempre la formación de una memoria de largo plazo en lo que le quedaba de vida después de la cirugía.
    La razón para que Scoville extrajera más tejido del usual se debió a que durante toda la preparación para el procedimiento fue imposible localizar, como se hacía con otros pacientes, el lugar de la lesión que causaba las convulsiones. Por el daño ocasionado, Scoville siempre habló de la cirugía como de “trágico error” y nunca más volvió a realizar ninguna.

    Las enseñanzas de un trágico error.
     
    Lo que fue un terrible desastre para Henry Molaison, permanecer atrapado todo el resto de su vida en un permanente tiempo presente, para la neurobiología fue un más que precioso tesoro. Gracias a él, el hipocampo pasó a identificarse como el centro de la memoria.

    Quien se encargó de preservar ese legado fue la neurocientífica del MIT, Suzanne Corkin, quien dedicó su vida a estudiar a Henry. No sólo cuidó de que se lo respetara en su total integridad de ser humano sino que fue más que cuidadosa en escrutar hasta el agotamiento a todos los científicos que se acercaban a él. Por ello Henry, descrito por todos como un hombre tranquilo y apacible, recibió la mejor atención posible.

    Henry fue objeto de miles de estudios y pruebas de los que él, por supuesto no guardaba ningún recuerdo. Corkin entraba cada mañana y a su saludo él respondía como si fuera la primera vez que la viera. “Permanent Present Tense” es el precioso libro que narra las experiencias neurobiológicas, los estudios sicológicos, los estudios de aprendizaje, entre muchos otros, realizados por Corkin y su equipo durante más de cuarenta años con Henry.

    Preguntada si se había logrado establecer algún vínculo entre ella y su paciente, Corkin es clara al decir que del lado de ella sí, que si no de qué otra manera se explica que estuviera subida en una silla durante horas, mirando por una ventana de la morgue cómo el cerebro de Henry era tomado de su cráneo.

    Ahora, el cerebro de Henry, cuidadosamente preservado en parafina, ha sido cortado en 2401 finísimas tajadas, que con las técnicas actuales, y a disposición de quien lo solicite, permitirá realizar estudios inimaginables. El dolor de una memoria perdida, ayudará a remediar males cerebrales de miles de millones de personas. Por algo el de Henry es el cerebro que lo cambió todo

    Ciencia para Escuchar

    26 de agosto de 2013

    Los niños de cuatro años tienen nociones de geometría euclidiana

    Una niña realizando uno de los experimentos. | Moira Dillon

    Una niña realizando uno de los experimentos. | Moira Dillon

    Los adultos humanos de diferentes culturas comparten intuiciones sobre puntos, líneas y figuras de la geometría. Ya desde niños desarrollan nociones tempranas para orientarse en el espacio y analizar la forma de los objetos.

    Según un estudio que se presenta esta semana en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), a los cuatro años de edad los humanos ya poseen habilidades que demuestran una comprensión temprana de la geometría euclidiana, basada en los postulados del matemático griego Euclídes y que describe la percepción del espacio físico.

    El trabajo, liderado por investigadores de la Universidad de Harvard, ha estudiado en niños la relación entre su sentido de la orientación, su capacidad de analizar formas y su interpretación de mapas simbólicos.

    Según el artículo, muchos animales, incluidos los humanos, poseen un entendimiento innato de la geometría simple. Reconocen objetos mediante ángulos y longitudes relativas, y se desplazan por su entorno empleando nociones de distancias y direcciones. Unidas, estas dos representaciones geométricas básicas podrían formar la base del pensamiento abstracto geométrico exclusivo de los humanos.

    Según este nuevo trabajo, los niños no parecen integrar tales nociones; sin embargo, sí hacen un uso flexible de la geometría abstracta en la lectura de mapas, lo que podría llevar a la posterior construcción de la geometría.

    Uno de los experimentos llevados a cabo en el estudio consistió en vendar los ojos de los niños participantes y hacer que giraran para ver cómo se orientaban, tras destaparles los ojos, en un área con forma rectangular. También se les hizo pasar un test de ordenador que evaluaba su habilidad para reconocer distintas formas geométricas.

    Como animales en su hábitat

    Después se situó a los niños en el centro de dos áreas con forma de triángulo. En uno de los dos escenarios del experimento, el triángulo tenía sus tres lados pero le faltaban todas las esquinas. En el otro, le faltaban los lados y solo tenía las tres esquinas. Los investigadores mostraron a todos los niños los mismos mapas para que localizaran ciertos puntos en el borde del triángulo donde debían colocar un juguete de peluche.

    Moira Dillon, coautora del estudio, explica que los niños que mejor manejaban distancias y direcciones ubicaron bien el peluche en el triangulo sin esquinas. En cambio, los más hábiles en las pruebas de reconocimiento de formas geométricas en el ordenador obtuvieron resultados superiores en el triángulo compuesto solo por esquinas.

    El trabajo sugiere que las habilidades geométricas tempranas son las mismas que las que usan los animales para moverse en su hábitat. Según los investigadores, en torno a los dos años y medio, los niños empiezan a ser capaces de abstraer esos principios para leer mapas adaptando a cada situación el tipo de información que emplean, como en el caso de los dos escenarios triangulares.
    Fuente:

    25 de agosto de 2013

    Argentina: Diseñan una silla de ruedas comandada desde el cerebro

    Es el primer prototipo desarrollado en el país. Puede recibir órdenes a través de guiños, voces o pensamientos.

    Un equipo de programadores e ingenieros, junto con médicos de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe (Argentina) presentaron el primer prototipo de silla de ruedas del país controlada por el pensamiento.

    Este concepto interpreta las directivas del usuario a través de un casco virtual con sensores controlador por un procesador central y está diseñado para pacientes con distintas variables de debilidad muscular o hemiplegías.

    Las órdenes enviadas a través de los sensores varían desde guiños o voces, como la utilizada por el físico Stephen Hawking, hasta pensamientos, modalidad que sería utilizada por pacientes que no poseen movilidad muscular en la cara, según comentó Juan Pablo Manson, encargado del desarrollo del software de la silla, al diario Clarín.

    La empresa Interactive Dynamics, junto con la Fundación Rosarina de Neuro Rehabilitación desarrollaron este prototipo que es el primero en Argentina.

    Además del diseño de software y sensores de mando, la silla posee detección automática de obstáculos, al frente y atrás, para optimizar los niveles de seguridad al utilizarla, un mecanismo similar al que poseen los vehículos automotores para controlar distancias al estacionar.



    Tomado de:

    FayerWayer

    22 de agosto de 2013

    Porqué tenemos pocos recuerdos de nuestros primeros años de vida



    porque-tenemos-pocos-recuerdos-de-nuestros-primeros-anos-de-vida-1.jpg  
    iStockphoto/Thinkstock

    La mayoría de las personas no es capaz de recordar hechos que ocurrieron cuando eran muy pequeños, pese a haber sido protagonistas de ellos, aunque quizá, alguna experiencia si quedó marcada en el cerebro.

    Se trata de algo muy normal y que los científicos denominan Amnesia Infantil. No es una enfermedad, sino que es una consecuencia de la forma en que los niños utilizan su cerebro mientras éste se desarrolla.

    Los niños retienen recuerdos por poco tiempo y, a medida que pasan los años, estos desaparecen y son remplazados por otros. La amnesia infantil suele englobar el período entre el nacimiento y los cuatro años, aunque las memorias pueden ser borrosas hasta los ocho.

    Cómo almacenan los recuerdos los bebés y niños

    porque-tenemos-pocos-recuerdos-de-nuestros-primeros-anos-de-vida-2.jpg  
    iStockphoto/Thinkstock

    A diferencia de los adultos, el cerebro infantil procesa y almacena los estímulos e información de manera diferente y, a medida que los bebés y niños crecen, los contenidos se mueven y analizan de forma distinta, lo que evita el poder acceder a ellos tal como haríamos con un evento reciente o grabado en un cerebro más desarrollado.

    Los niños son capaces de absorber información de manera mucho más rápida que un adulto, pero lo que ellos consideran importante de recordar varía mucho de lo que el resto consideraría relevante.

    En la primera infancia, el hipocampo y corteza pre-frontal están muy poco desarrollados, siendo las zonas encargadas de almacenar recuerdos a largo plazo en los adultos.

    Eso podría explicar la falta de recuerdos a largo plazo en la primera infancia. Además, entre los 4 y 8 años, la memoria tiende a ser más borrosa. Quizá se recuerden sensaciones pero no eventos. Un niño puede recordar que sintió al nacer su hermano, pero no el momento en si.


    Cómo perciben el mundo los niños

     

    porque-tenemos-pocos-recuerdos-de-nuestros-primeros-anos-de-vida-3.jpg  
    Hemera/Thinkstock

    Los pequeños tienen una forma única de absorber lo que ocurre a su alrededor. En un principio son siempre protagonistas de una memoria y clasifican el hecho según cómo lo vieron. Al no tener la capacidad cognitiva o de lenguaje para procesarlo y almacenarlo de forma correcta, el hecho se vuelve borroso o simplemente se pierde en el tiempo.

    Aquellos recuerdos considerados como traumáticos, se borran más rápidamente para volverse casi inaccesibles, en lo que quizá sea una forma de protección para un cerebro en plena formación.

    Se cree que las niñas tienden a mantener recuerdos antes que los niños. Estudios determinan que las niñas pueden recordar algo que ocurrió cuando tenían 3 años y medio y, en el caso de los varones, la edad sube a los 4 años.

    Tomado de:

    Ojo Científico

    Humanos construyendo la humanidad (2)

    Los humanos humanizados, al igual que los otros animales, también somos productos del azar, como todo lo que nos rodea. Nuestra racionalidad puede ser  nuestra sentencia de muerte consciente, ya que ha nacido de la autoprospección. Sin embargo, parece ser que no hay otro rumbo posible. Deberemos pues profundizar sobre cómo se ha producido esta situación, para ser capaces de preguntarnos el por qué del todo, si es que esto es posible, más allá de la especulación metafísica o de un voluntarismo quimérico.

    La racionalidad nos construye y nos destruye de forma sincrónica. Probablemente sea nuestra tabla de salvación cuando la mar se embravezca aún más que las procelosas aguas que conocemos los humanes actuales. Más allá de ella, sólo lo metafísico nos habla de un mundo difícil de admitir como propuesta de futuro, para una humanidad consciente.

    La evolución es algo que aún no comprendemos en su totalidad, aunque ya entendemos algunos de sus mecanismos básicos; desde mi perspectiva, aún pocos. Supongo que este es el objetivo: avanzar en saber lo que somos de manera esencial y cómo se ha construido esta esencialidad.

    Náufrago

    La humanidad en evolución puede ser representada por un náufrago encima de una tabla flotando en medio del infinito océano.


    Más allá de la selección natural, mecanismo incontestable de funcionamiento de la vida de acuerdo con el conocimiento actual, está nuestra capacidad de adaptación, que ninguna ley es capaz de establecer empíricamente. Existen demasiados parámetros para que esto sea exactamente así. Con esto no quiero decir que Darwin no tenía razón, sino que no tenemos una teoría unificada que lo explique todo. Sin ella, aún no somos seres autoconscientes de verdad por más evolucionistas que seamos. Seguimos persiguiendo la ilusión de intentar saber quiénes somos.

    Explorar nuestro pasado y entender nuestro presente forman parte de la construcción de nuestro futuro, pero si desconocemos quienes somos no podemos acertar en saber lo que queremos. Por eso mismo podemos desaparecer dejando solamente lo que hemos sido, sin llegar a poder entender qué podríamos ser. Probablemente hemos de ir más allá de lo que es humano para poder humanizarnos.

    La duda metódica

    El conocimiento, a priori, es una forma de intuición donde racionalidad e irracionalidad convergen. Es por eso que se muestra trascendental. No puede haber una crítica a la razón pura, para construir lo inexplicable, que no sea una autocrítica de lo que mezcla consciente e inconsciente. Una vez más, Kant lo escribió, pero probablemente tampoco lo entendió del todo. Puede que fuera un ejercicio tautológico importante y como consecuencia que la conclusión no tenga principio ni final. Aún no tenemos teoría unificada del conocimiento científico. Afortunadamente para la ciencia, esto quiere decir que nos queda mucho camino.

    La duda metódica no nos sirve para establecer los parámetros de la futura epistemología de nuestra razón evolutiva como humanos proyectados hacia la transhumanidad. Descartes descansa y se convierte en poso que descansa en el fondo de nuestra consciencia cultural. No hay mucho más que decir del progreso filosófico seminal, hasta que rompamos la dicotomía en nuestra existencia animal y humana.

    Fuente:

    El Mundo Ciencia

    Humanos construyendo la humanidad (1)

    La ciencia tiene que contribuir a darnos la respuesta sobre quiénes somos. Sólo lo sabremos todo cuando podamos reconstruir por ingeniería inversa nuestro pasado y predecir el futuro con la información del presente. Probablemente, hasta que lleguemos a la sociedad del pensamiento esto no será posible.

    Estamos en el camino de las respuestas a las grandes preguntas. El conocimiento, cada vez más aplicado, lo permite. Eso no quiere decir que ya podamos responder a todo,  pero tampoco significa que no hayamos avanzado, y mucho, en este terreno. De una idea creacionista dominante y dominadora hemos pasado a una teoría bien construida:   la teoría de la evolución es la clave. Esto es un hecho; una realidad incontestable.



    La ciencia nos humaniza en cuanto construye la realidad a partir de lo que es contrastable y no de lo que no lo es.


    La geología, la botánica, la arqueología, la antropología, la genética, etc. Ciencias de la vida y de la tierra tienen capacidad de intersección con las ciencias sociales. Todas juntas pueden darnos una visión holística de lo que hemos sido y somos, también probablemente de lo que seremos cuando nuestra especie atraviese las fronteras del conocimiento aplicado y avancemos de manera estratégica hacia la transhumanidad.

    Sin embargo,  a pesar de todo lo que hemos dicho, los humanos aún no hemos conseguido una  autoconciencia sobre nuestro proceso de hominización. Y aún menos sobre nuestra humanización.   No os preguntéis el por qué, hemos tenido tiempo suficiente. Nuestra especie, Homo sapiens, navega perdida en el océano del  espacio tiempo.

    De dónde venimos

    Ni Hegel, ni Kant, ni los  filósofos más geniales que les precedieron, como los naturalistas griegos, todos ellos grandes pensadores, que a pesar de todo lo que nos han aportado teóricamente, no  han sido capaces de abrir una fisura por la que pudiéramos empezar a entender de dónde venimos, quiénes somos, hacia dónde vamos y qué es lo que queremos como especie.

    Ni la filosofía ni la sociología ni la teología, nos acercan a lo que somos; la ciencia lo intenta. Ésta se desmarca de lo holístico,  por vago, y sólo quiere comprender empíricamente los problemas, intenta contestar después de haber problematizado.  Esto no quiere decir que no tenga voluntad holística.

    La ciencia se basa en algo simple: interrogarse sobre todo para poder explicar y descubrir la naturaleza, su estructura y su funcionamiento. Nos hace humanos gracias a su método,  basado en lo empírico y no en la especulación, pero no ha resuelto hasta ahora las preguntas seminales, aunque está en ello. Probablemente, en el futuro próximo, sin ciencia no habrá pensamiento.

    Interrogarse sobre todo

    Descubrimiento de leyes, contrastación y demarcación de hipótesis y formulación de teorías. Este es el aparato que consolida nuestro trabajo como especimenes humanos que nos dedicamos precisamente a construir y experimentar en los procesos que nos han conducido hasta donde estamos y ser quienes somos.

    La ciencia nos humaniza en cuanto construye la realidad a partir de lo que es contrastable y no de lo que no lo es. El principio aristotélico de lo que es, es,  y lo que no es, no es, sigue siendo valido para nuestra humanidad. No hay excepción en la explicación de los fenómenos que la ciencia contrasta, y si la hay, ya no hay ciencia, dado que el fenómeno no es universal y experimentalmente repetible.

    Fuente:

    El Mundo Ciencia

    16 de agosto de 2013

    Imitan el funcionamiento del cerebro con chips neuromórficos

    Las habilidades cognitivas pueden ser incorporadas a sistemas electrónicos


    Un nuevo microchip imita el procesamiento de información del cerebro en tiempo real. Investigadores en neuroinformática de la Universidad de Zúrich y de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, junto con colegas de la UE y EE.UU., han demostrado cómo la complejidad de las habilidades cognitivas puede ser incorporada a sistemas electrónicos hechos con los denominados chips neuromórficos. 

    Ningún ordenador funciona tan eficientemente como el cerebro humano, tal es así que la construcción de un cerebro artificial es la meta de muchos científicos. Investigadores en neuroinformática de la Universidad de Zúrich y de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich han hecho un gran avance en esta dirección mediante la configuración de los llamados chips neuromórficos, que imitan las habilidades de procesamiento de información del cerebro en tiempo real. Lo han demostrado mediante la construcción de un sistema artificial de procesamiento sensorial que exhibe capacidades cognitivas.

    La mayoría de los enfoques en neuroinformática se limitan al desarrollo de modelos de redes neuronales en equipos convencionales o tienen como objetivo simular redes nerviosas complejas en superordenadores. Pocos persiguen el enfoque de los investigadores de Zúrich, desarrollar circuitos electrónicos que sean comparables a un cerebro real en términos de tamaño, velocidad, y consumo de energía. "Nuestro objetivo es emular las propiedades de las neuronas y las sinapsis biológicas directamente en microchips", explica Giacomo Indiveri, profesor en el Instituto de Neuroinformática (INI), en la nota de prensa de la Universidad de Zúrich.

    El principal reto era configurar redes de fibras hechas de neuronas artificiales (neuromórficas), de tal forma que pudieran realizar tareas particulares, que los investigadores han logrado hacer: Desarrollaron un sistema neuromórfico que puede llevar a cabo tareas complejas sensorimotoras en tiempo real.

    Con él efectúan una tarea que requiere memoria a corto plazo y toma de decisiones dependiente del contexto, dos rasgos típicos que son necesarios para las pruebas cognitivas. De este modo, el equipo de INI combinó las neuronas neuromórficas en forma de redes que implementaron módulos de procesamiento neuronal equivalentes a las denominadas "máquinas de estado finito", un concepto matemático para describir procesos lógicos o programas de ordenador.  


    Máquina de estado finito

     

    El comportamiento puede ser formulado como una "máquina de estado finito" y por lo tanto transferido al hardware neuromófico de una manera automatizada. "Los patrones de conectividad de red se parecen mucho a las estructuras que se encuentran también en los cerebros de los mamíferos", dice Indiveri. 

    Lea el artículo completo en:

    Tendencias 21 

    Lea también:

    Descubren la clave para manipular el cerebro con una computadora

    Científicos descubren la clave para manipular el cerebro con computadora

    ¿Quién no deseó alguna vez que aprender un idioma fuera tan fácil como insertar un chip en el cerebro o eliminar los recuerdos de quien le rompió el corazón? Varios experimentos demuestran que esto pronto podría dejar de ser solo cosa de Hollywood.

    Conectar un cerebro a una computadora es tan fácil como enchufar un disco duro. Al menos eso es lo que prueban los experimentos de un grupo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y del RIKEN de Japón, que han conseguido eliminar los malos recuerdos de la mente de un ratón. Tras recibir una descarga eléctrica, los científicos borraron de la memoria del animal cualquier reminiscencia de ese momento, incluido el lugar en el que había recibido la traumática experiencia.

    Pero si lo que le interesa es agregar información a su 'computadora' cerebral, científicos estudian desde 2011 la retroalimentación descodificada, es decir, descargar información en nuestro cerebro. A juzgar por los artículos publicados por estos especialistas en neurología de la Universidad de Boston, aprender a tocar instrumentos o hablar un nuevo idioma sería cuestión de una noche. Ni siquiera tendríamos que esforzarnos porque incluso podríamos descargar la información en nuestra mente, mientras dormimos.

    Y si lo suyo es el trabajo en equipo, otro grupo de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, el pasado febrero encontró la clave para conectar en red los cerebros de dos ratas a través de Internet. Los animares fueron capaces de comunicarse mentalmente, de manera que cuando una presionaba una palanca, la otra hacía lo mismo. Lo sorprendente del experimento es que una de las ratas se encontraba en Estados Unidos, mientras que la otra estaba en un laboratorio de Brasil.

    Al margen de los debates éticos que puedan surgir, todos estos científicos consideran que pronto se podrán realizar sus experimentos con humanos, por lo que la realidad que 'Matrix' nos mostraba en las pantallas quizá esté más cerca de lo que pensamos.

    Tomado de:

    Actualidad RT


    11 de agosto de 2013

    40 minutos para simular un segundo de actividad cerebral

    Simular el cerebro humano es algo tan complicado, que incluso uno de los superordenadores más poderosos del planeta apenas pudo hacerlo después de haber procesado datos por un espacio de cuarenta minutos, con un resultado equivalente a un solo segundo de actividad cerebral. El superordenador en cuestión es el Fujitsu K, un “ex primer puesto” en la lista TOP500, y la tarea requirió de casi 83 mil procesadores.


    El silicio ha registrado avances espectaculares en los últimos años, pero desde varios puntos de vista, el mejor ordenador sigue estando entre nuestras orejas, de allí surge el enorme interés asociado a estudiar su funcionamiento. Si bien los expertos ya saben cómo enfrentar un proyecto de simulación cerebral, lo cierto es que el poder de procesamiento para hacerlo no está disponible, un dato llamativo si tenemos en cuenta que hay superordenadores que ya tienen como meta superar la barrera de los cien petaflops. Tomemos por ejemplo al superordenador K, creado por Fujitsu. En su momento, K se quedó con el primer puesto de la lista TOP500, y gracias a sus diez petaflops, aún se mantiene en el cuarto lugar. Sin embargo, al ser enfrentado a este proyecto de simulación, el superordenador K apenas logró reproducir el equivalente a un segundo de actividad cerebral… después de masticar números por cuarenta minutos.

    Lea el artículo completo en:

    NeoTeo

    5 de agosto de 2013

    7 alimentos que favorecen naturalmente tu concentración mental

    La concentración mental también se favorece con lo que comes. Aquí una lista con 7 alimentos que ayudan tanto a mejorar tu atención como, en general, a la salud de tu cerebro, 

    La concentración es una de las capacidades cognitivas que más beneficios trae a nuestra vida diaria, en muy diversos ámbitos, pero al mismo tiempo no es muy fácil conseguirla, ejercitarla. Como uno de esos hábitos virtuosos de la antigüedad, obtenerla requiere disciplina, voluntad, perseverancia incluso.

    Una de las maneras de entender la concentración es que se trata de un punto de encuentro entre la mente y el cuerpo, una zona compartida y creada por la cooperación de ambos que, además, rinde beneficio también para los dos.

    Por esa razón es posible hablar de alimentos que potencian la concentración, en buena medida porque su consumo permite mantener a nuestro cuerpo en el equilibrio necesario para que la mente pueda enfocarse en lo que queremos. Así, por ejemplo, si no se tiene hambre, pues simplemente no se piensa que se tiene hambre (una sensación que cuando ocurre difícilmente nos permite pensar en otra cosa).

    La lista que presentamos se compone de alimentos que tienen una o dos de estas características en común: tienen suficientes nutrientes y fibra para saciar el apetito y, por otro lado, son ricos en ácidos grasos, los cuales favorecen las conexiones en el cerebro.

    1. Aguacate

    El aguacate es rico en grasas monoinsaturadas, cuyo beneficio se da tanto en el cerebro (mejorando la comunicación neuronal) como en el corazón (limpiando las arterias y, por lo mismo, mejorando la circulación sanguínea al cerebro).

    2. Yogur

    Uno de los alimentos lácteos más populares, el yogur posee un aminoácido conocido como “tirosona”, responsable de la producción de neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina, imprescindibles para el sentido de alerta y la memoria.

    3. Plátano

    Los altos niveles de potasio, magnesio, vitamina C y fibra hacen del plátano un alimento inmejorable para la salud cerebral, pues todos esos elemento son conocidos por su efecto en la memoria. Asimismo, la vitamina B6, también presente en dicho fruto, ayuda en la producción natural de serotonina, norepinefrina y dopamina, neurotransmisores relacionadados con la concentración.

    4. Té
    Además de la cafeína (presente en otros alimentos como el chocolate y el café), el té posee un aminoácido propio, la L-theanina, que mejora el sentido de alerta, el tiempo de reacción y la memoria.

    5. Verduras de hoja verde

    Verduras como la espinaca, la arúgula, las acelgas y otras similares, caracterizadas por la intensa coloración verde de sus hojas, tienen una rica combinación de antioxidantes y vitaminas C, E y A que según algunas investigaciones evita el decaimiento de la atención mental.

    6. Huevo

    El huevo posee aminoácidos esenciales para el cerebro que, sin embargo, nuestro cuerpo no puede producir naturalmente. En especial su yema es especialmente nutritiva para este órgano, por la colina y luteína que favorecen la memoria, el pensamiento y otras funciones cognitivas.

    salmon

    7. Salmón
    El salmón es conocido por su alta concetración de omega-3, ácidos grasos que fortalecen las conexiones neuronales. Asimismo, otras grasas benéficas de este pescado previenen enfermedades como la demencia y las embolias.


    Tomado de:


    google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0