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14 de junio de 2014

Se resuelve el misterio del lado oculto de la Luna (después de 55 años)

Investigadores explican por qué el lado que la Tierra nunca ve tiene un aspecto astroncompletamente distinto al que siempre tenemos enfrente.

El lado oculto de la Luna

«El hombre de la Luna», que se ve durante el plenilunio en la cara vista de nuestro satélite natural, es una aparente figura humana que, según la tradición, representa a un condenado enviado allá arriba por cometer un horrible crimen. Leyendas aparte, la figura apareció en realidad cuando los meteoritos golpearon el lado que mira hacia la Tierra, creando grandes mares planos de basalto que vemos como áreas oscuras. Sin embargo, no existe ningún «hombre» en la cara oculta de la Luna. Allí hay valles, montañas y cráteres, pero ninguno de estos extensos mares inertes. ¿Por qué? Un equipo de astrofísicos de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE.UU.) cree tener una buena respuesta.

«La primera vez que vi un globo de la Luna siendo niño me asombró lo diferente que se veía la cara oculta», recuerda Jason Wright, profesor de astrofísica. «Era todo montañas y cráteres. ¿Dónde estaban los mares? Resulta que ha sido un misterio desde los años cincuenta».

Este misterio se llama el problema de las Tierras Altas Lunares y se remonta a 1959, cuando la nave espacial soviética Luna 3 transmitió a la Tierra las primeras imágenes del lado oscuro de la Luna. Fue llamado oscuro porque no se conocía, no porque la luz del Sol no llegara hasta allí. Los investigadores se dieron cuenta de inmediato de que en ese lado desconocido, siempre de espaldas a nuestro planeta, existía un menor número de mares. Su aspecto era completamente diferente. 

Los investigadores de la Estatal de Pensilvania creen que la ausencia de mares en ese lado se debe a una diferencia en el espesor de la corteza entre el lado de la Luna que vemos y el lado oculto, consecuencia de cómo se formó nuestro satélite natural originalmente, según explican en la revista Astrophysical Journal Letters.

La historia a la que hacen referencia comienza hace 4.500 millones de años, cuando un objeto del tamaño de Marte, bautizado como Theia, chocó violentamente contra nuestro planeta. Capas externas de la Tierra y de ese misterioso mundo salieron disparadas hacia el espacio y con el tiempo formaron la Luna.

«Poco después del impacto gigante, la Tierra y la Luna estaban muy calientes», explica Steinn Sigurdsson, profesor de astrofísica. La Tierra y Theia no sólo se derritieron; partes de ellas quedaron vaporizadas, creando un disco de roca, magma y vapor alrededor de nuestro mundo. 

Su situación era similar a la de los exoplanetas rocosos descubiertos recientemente muy cerca de sus estrellas. La Luna estaba de 10 a 20 veces más cerca de la Tierra de lo que está ahora, y los investigadores encontraron que rápidamente asumió una posición de acoplamiento de marea con el tiempo de rotación de la Luna igual al período orbital de la Luna alrededor de la Tierra. Desde entonces, probablemente la Luna siempre ha mostrado la misma cara. El anclaje de marea es un producto de la gravedad de ambos objetos.

Lea el artículo completo en:

30 de mayo de 2014

Matemáticas: Dame un papel y te llevaré a la luna… (solución y más)

Como ya ha habido una persona que ha sido rápida en contestar a este acertijo o problema, voy a dar la solución y ampliarla un poco más.
Recordamos primero cuál era la pregunta que se hacía:
Imagina que tienes un papel lo suficientemente grande.

¿Cuántas dobleces tendrías que hacerle para llegar a la luna suponiendo que dicho papel tiene un espesor de una décima de milímetro (0,1 mm)?
 
Ten en cuenta que la distancia de la tierra a la luna es, aproximádamente, 384.400 km.

SOLUCIÓN


Si coges una hoja de papel, la doblas por la mitad, vuelves a doblarla por la mitad, la doblas otra vez por la mitad, y otra vez, y otra… cada vez te cuesta más ¿verdad?, es que cuando vas doblando tienes más capas que doblar, la primer doblez hace que tengas dos capas, la segunda el doble, es decir 4, la tercera otra vez el doble que son ahora 8, y así sucesivamente.


Por tanto, si un papel tiene un grosor de 0.1 mm, al doblarlo la primera vez tendrá el doble de grosor:

2 x 0,1 mm = 0,2 mm


Al doblarlo una segunda vez, el grosor será el doble que el anterior:


2 x 2 x 0,1 mm = 2 x 0,2 mm = 0,4 mm


Si lo doblamos una tercera vez, ahora el grosor será:


2 x 2 x 2 x 0,1 mm = 2 x 0,4 mm = 0,8 mm


Y así sucesivamente…

 Si doblamos el papel n veces, el grosor que tendremos será:



Por otro lado, el grosor al que nosotros queremos llegar realizando dobleces es la distancia que hay de la Tierra a la Luna, es decir, 384.400 km. Si lo expresamos en milímetros, serían:



En definitiva, nuestro problema se reduce a resolver la siguiente igualdad, donde la incógnita es n (el número de dobleces):
luna 1
multiplicando por 10 a los dos lados de la igualdad, tenemos:
luna 2
aplicando logaritmos en ambos lados de la expresión:
luna 3

o, lo que es lo mismo:
luna 4

Para calcular este logaritmo en base 2 hacemos un cambio de base a base decimal (base 10):
luna 5

Por tanto, respondiendo a la pregunta inicial que se nos hacía, con 42 dobleces superaríamos incluso la distancia que hay de la Tierra a la Luna.
¿Sorprendente?

Pues esto no es todo…
con 52 dobleces, alcanzaríamos los ciento cincuenta millones de kilómetros que nos separan del Sol.


después de haberlo doblado 58 veces, el espesor del papel será superior al ancho del sistema solar (que es aproximadamente doce mil millones de kilómetros)
y con 70 dobleces llegaría más allá de Alfa Centauro, que es la estrella más cercana a la Tierra y que se encuentra a 4 años luz (un año luz, la distancia que la luz recorre en un año, equivale a diez millo­nes de millones de kilómetros).
Con 86 dobleces el papel sería más ancho que nuestra galaxia y con 90 dobleces alcanzaría Andrómeda, la galaxia más cer­cana a la Tierra y que se encuentra a dos millones de años luz.
Con 100 dobleces, se encontraría a mitad de camino de los objetos más lejanos observados en el universo, a diez mil millones de años luz,


y con 101 más, sería más ancho que todo el universo conocido.
 
Estos sorprendentes resultados se deben al rápido crecimiento de las progresiones geométricas (1, 2, 4, 8, 16, 32, etc.), que aumentan a una velocidad extraordinaria y anti intuitiva.

El único problema de todo esto es que nadie ha conseguido doblar una hoja de papel ni 15 veces, por muy grande que fuera la hoja. El record está en 12 veces.
Fuente:

9 de mayo de 2014

El rayo verde captado durante la Luna roja

Luna roja con rayo verde

La Nasa destacó esta foto del rayo verde en pleno eclipse.

¿Cómo llegó este misterioso rayo verde hasta la eclipsada luna roja?

"No es una escena de una película de ciencia ficción. El rayo verde de luz y la luna roja son totalmente reales y fueron fotografiados en las primeras horas del 15 de abril", explicó la NASA, que eligió esta imagen como fotografía astronómica del día el pasado viernes.
Y tan sorprendente retrato tiene una explicación científica.

El tono rojizo de la luna es fácil de explicar, ya que la imagen fue tomada durante el eclipse lunar total de la semana pasada, que fue seguido con gran fascinación en gran parte del continente americano.

Tal como explica la NASA, la Luna, al estar sumergida en la sombra de la Tierra durante el eclipse, refleja la luz rojiza de todos los atardeceres y amaneceres filtrada desde los bordes del planeta.
clic Lea también: La Luna se vuelve roja en la mayor parte de América

Retro-reflector

Pero el rayo verde es en verdad un rayo láser, disparado desde un telescopio de 3,5 metros en el Observatorio de Point Apache, en el sur de Nuevo México, EE.UU.

Luna roja desde Montevideo

Así se vio el eclipse de Luna del 15 de abril desde Montevideo, Uruguay.

La atmósfera dispersó parte de la intensa luz del láser, lo que dejó al descubierto la trayectoria del rayo, que apuntaba al retro-reflector Apolo 15, un experimento que dejaron los astronautas en la Luna en 1971.

Un equipo experimental de astrónomos de la Universidad de California, San Diego, disparó el rayo para ser capaz de medir la distancia entre la Tierra y la Luna con una precisión de milímetros y de proveer una prueba de la Relatividad General, la teoría de la gravedad de Einstein.

La Nasa explicó que el experimento Laser Ranging Retro-Reflector instalado en la Luna utiliza la Tierra como si fuera un interruptor de luz cósmico durante un eclipse total.

Con la luz solar directa bloqueada, el efecto del reflector mejora con respecto a una noche de luna llena normal.

La poderosa imagen fue capturada durante el primero de cuatro eclipses lunares totales que ocurrirán entre 2014 y 2015, por lo que los científicos tendrán pronto más oportunidades de dirigir sus rayos a la luna roja.
El siguiente eclipse será el 8 de octubre de este año y será visible desde Asia, Australia, el Pacífico y el continente americano.

El tercero ocurrirá el 4 de abril de 2015 y se podrá ver en las mismas zonas que el anterior.

El 28 de septiembre de 2015 será último de los eclipses de la tétrada, visible en casi todo el planeta, excepto en Australia y el Extremo Oriente.

Fuente:

BBC Tecnología

26 de abril de 2014

¿Existe una luna del tamaño de la Tierra?


La Luna

No hay lunas más grandes que la Tierra.

El proceso normal con el que se forman las lunas, la llamada acreción, no es lo suficientemente eficiente para producir lunas de más de 0,025 veces la masa de la Tierra.

Esto explica porqué la luna de Júpiter, Ganímedes, que es el satélite más grande del Sistema Solar, tiene sólo 2% de la masa de la Tierra.

Pero existen otras formas con las cuales los planetas pueden obtener lunas.

Un planeta grande puede trastornar un sistema binario de dos planetas del tamaño de la Tierra expulsando a uno de ellos y capturando al otro para convertirlo en luna.

Fuente:

BBC Ciencia

30 de diciembre de 2013

2013: China celebra su llegada a la Luna


Dibujo del robot Yutu

Se espera que el vehículo pase tres meses reuniendo datos científicos.

Pocas horas después de alunizar, la sonda espacial china ensambló y liberó el robot de seis ruedas Yutu (Conejo de Jade) que explorará la superficie de la Luna.

El vehículo robótico bajó por una rampa hasta una planicie volcánica conocida como Bahía de los Arcoíris.

Se espera que el vehículo pase tres meses reuniendo datos científicos y buscando minerales valiosos que China pueda explotar en algún momento.

Sin embargo, el corresponsal de la BBC en Pekín asegura que estos potenciales descubrimientos son menos importantes que el simbolismo que representa el que una superpotencia emergente haya alcanzado la superficie lunar.
Fuente:

BBC

16 de septiembre de 2013

¿Puede un cadáver descomponerse en la Luna?

Astronauta
No completamente. Si un astronauta muriera en la Luna con su traje sellado puesto, las bacterias de su intestino empezarían a multiplicarse fuera de control y harían que el cuerpo se hinchase por el gas, en su mayoría dióxido de carbono, metano y sulfuro de hidrógeno.

Pero esto no duraría mucho. Si la muerte ocurriese durante la noche, las bacterias sólo durarían lo que el cuerpo tardara en congelarse, ya que las temperaturas llegan a alcanzar los -150ºC durante la noche. El cuerpo del astronauta permanecería congelado hasta el amanecer, cuando empezaría a calentarse de nuevo. Durante el día, se cocinaría en temperaturas que ascienden a los 120ºC.

Finalmente, el traje empezaría a abrirse y de él saldría vapor de agua. Luego el cadáver se desecaría en el vacío hasta parecer un trozo de carne seca.

A lo largo de los años, la radiación y los rayos cósmicos transformarían las proteínas del cuerpo en cortas cadenas de aminoácidos. Lo mismo pasaría con la grasa.

Incluso después de milenios, todavía quedaría una cáscara con forma humanoide, y si el astronauta muriera en uno de los cráteres cercanos al polo, su cuerpo congelado quedaría perfectamente preservado casi para siempre.

Tomado de:

BBC Ciencia

4 de agosto de 2013

Comprobado: La luna llena quita el sueño

Las personas duermen 20 minutos menos cuando el satélite está en su plenitud

Científicos de Basilea demuestran que su influjo dificulta pegar ojo



Los mitos sobre la luna llena deben ser tan antiguos como la especie, y tan virales como un tuit de Lady Gaga, pero al menos uno de ellos ha resultado finalmente cierto: que no deja dormir bien a la gente. Con la luna llena, las ondas delta en el electroencefalograma —un indicador estándar del sueño profundo— se reducen un 30%, se tarda cinco minutos más en conciliar el sueño y se duerme en total 20 minutos menos. Por el momento sigue sin haber evidencias del hombre lobo.

Si el lector es escéptico sobre el influjo de la luna llena, lo será aún más cuando sepa que los dos principales autores del trabajo, Christian Cajochen y Anna Wirz-Justice, trabajan en un tal Centro de Cronobiología de un hospital psiquiátrico suizo. Pero lo cierto es que tanto el centro como el hospital forman parte de la prestigiosa Universidad de Basilea, y que los resultados se acaban de publicar en la revista Current Biology, una excelente publicación científica poco dada al género gótico.

La investigación ofrece, según los editores, “la primera evidencia científica” del efecto de la luna —¿o habría que decir influjo de la luna?— sobre el sueño humano. Cajochen y Wirz-Justice, en realidad, van más lejos en su artículo técnico y sostienen que su trabajo es la primera demostración científica de cualquier efecto de la luna sobre las personas, sea sobre el sueño o sobre cualquier otra cosa. Estos científicos admiten algunas evidencias recientes de que los ciclos lunares afectan el comportamiento de ciertos organismos marinos, pero certifican que nunca se ha probado nada parecido en el ser humano. No, ni siquiera los ciclos menstruales. Y no, tampoco el hombre lobo.

Pero el influjo de la luna llena sobre el sueño ya se puede considerar apoyado por los hechos. “El ciclo lunar parece influir sobre el sueño humano”, dice Cajochen, “incluso cuando el individuo no ve la luna y ni siquiera conoce cuál es la fase lunar en ese día”. El equipo ha hecho un gran esfuerzo por erradicar esos y otros sesgos de sus mediciones, y ha trabajado en doble ciego: ni los sujetos ni los investigadores de base sabían realmente de qué iba el estudio de Cajochen. Esto evita el efecto placebo y otros efectos relacionados con las cosas raras en que suele creer la gente.

Los científicos utilizaron a 33 voluntarios de dos grupos de edad, y les hicieron dormir en el laboratorio, situado como queda dicho en un hospital psiquiátrico de la Universidad de Basilea. No se fiaron de sus descripciones subjetivas sobre la calidad de su sueño —aunque también las recabaron—, sino que les sometieron a una batería de aparatos y analíticas para medirla: registro electroencefalográfico, estructura del sueño, fases de movimientos rápidos de los ojos o de la falta de ellos y secreción de melatonina y cortisol, dos de las hormonas más relacionadas con el simple acto de dormir.

La actividad cerebral es lo bastante diferente en la vigilia y en el sueño como para detectarse desde fuera del cráneo con técnicas neurológicas tan venerables como el electroencefalograma (EEG), que no percibe la actividad de cada neurona, sino la de muchas que se disparan al unísono, o establecen armonías identificables.

Una correlación bien establecida se da entre el sueño profundo, cuando los ojos dejan de dar sacudidas, y una onda de EEG llamada delta. Y el principal resultado de Cajochen y sus colegas de Basilea es que la actividad de onda delta se reduce en un promedio del 30% en la fase de luna llena. El trabajo parece minucioso, estadísticamente significativo, y ha pasado los controles de una revista científica revisada por pares.

"Es la primera evidencia fiable de que un ritmo lunar puede modular la estructura del sueño en las condiciones altamente controladas de un protocolo de laboratorio circadiano y sin pistas sobre el tiempo", dicen Cajochen y sus colaboradores. No sé ustedes, pero yo no me presentaría como voluntario a uno de estos estudios suizos.

Si el hombre lobo existiera, tendría insomnio. No lo olviden.

Cerca de un día

La biología está llena de ritmos circadianos, o de cerca de un día. Sus periodos no son de 24 horas exactas, sino más bien de 23 y media, de algo menos de 26 y cosas así. Pero no por imprecisión, sino por diversidad: si una especie, o un proceso biológico dentro de ella, tiene un ritmo de 23 horas y media, lo tiene de forma reproducible; es solo que otras especies lo tienen distinto. Como relojes que atrasan o adelantan en cada casa, y esto es casi más una descripción que una metáfora, porque los seres vivos estamos llenos de relojes por todas partes.

Nuestros ritmos circadianos nos hacen dormir y despertarnos, pero también regulan la tasa de crecimiento de nuestras células —más alta durante la vigilia—, el nivel de funcionamiento de nuestro metabolismo (la cocina de cada una de nuestras células), la temperatura del cuerpo, el latir del corazón y la tensión de la sangre. No es que todos los subsistemas se vayan a dormir a la vez —el sistema digestivo acelera su funcionamiento durante el sueño, al contrario que el urinario—, sino que todos están bajo el control del mismo reloj biológico.

A partir de ahora habrá que hablar también de ritmos circalunares, o de cerca de 29,5 días.
Tomado de:

30 de julio de 2013

Un astro para medir el tiempo e impulsar la inteligencia


Imagen de la Luna durante su perigeo, el momento en el que está más próxima a la Tierra. | Efe

La Luna es el objeto astronómico que más ha hecho pensar, imaginar, sufrir y deleitarse a nuestra especie desde sus mismos orígenes, incluso desde antes de que nos convirtiéramos en los actuales 'Homo sapiens'. Su imponente presencia en el firmamento nocturno y la regularidad cíclica de sus fases han ayudado a la humanidad a ahondar en dos de sus más importantes éxitos evolutivos: la capacidad de medir y dominar el tiempo y la ambición de trascender los estímulos sensitivos para intentar explicar el mundo con la mente.

Contra la monotonía del ciclo solar del día y la noche, al que estamos ya acostumbrados desde antes de nacer gracias a la acción en nuestro cuerpo de ciertas hormonas, las fases de la Luna debieron suponer un auténtico reto para el primer sapiens que miró con curiosidad el cielo. Entender que, tras los ligeros cambios que se observan cada noche en el astro, subyace un patrón, y que, por tanto, la mente humana es capaz de adelantarse a ellos y predecirlos, fue sin duda uno de los más grandes hallazgos de la historia. Quizás, incluso, fuese el primero de ellos: había nacido el tiempo para nosotros, y con él la posibilidad de dividir las estaciones, los trabajos, los periodos de caza y siembra... La vida ya no sería nunca más un continuo fluir hacia ninguna parte, sino una sucesión más o menos organizada de tareas, eventos, etapas que concluyen y nuevos retos por venir. Todo bajo aquel preciso e inclemente reloj que fue la Luna para las primeras sociedades humanas, marcando sin cesar el paso de los días, los meses, los años.

Las lenguas indoeuropeas contienen un amplísimo registro etimológico de esta relación entre la Luna y la medida del tiempo. La raíz más antigua que se conoce es el término indo-ario ‘me’, que significa ‘luna’ y del que se derivan las palabras en sánscrito ‘mas’ (luna), ‘masas’ (mes), ‘mati’ (medida) y ‘ma’ (tiempo). En el griego antiguo, la Luna pasa a ser ‘mene’; el mes, ‘men’; la medida, ‘metron’. Por eso hoy usamos palabras como ‘mensurable’ o ‘menstruación’, un ciclo que casualmente coincide con el lunar y, por tanto, con el mes de los calendarios lunares (en los solares, que son posteriores, la duración del mes está ligeramente ampliada para hacer coincidir al año con el ciclo de las cuatro estaciones).

Platón. | E.M.

Platón. | E.M.

Estas raíces aún se conservan, de un modo u otro, en todas las lenguas indoeuropeas. Distintos idiomas de Europa usan las palabras ‘mane’ (danés), ‘maan’ (holandés), ‘mond’ (alemán) u otras similares para referirse a nuestro satélite. En inglés aún se dice ‘moon’ (luna), ‘month’ (mes), ‘measure’ (medida)... En castellano, todos estos términos también mantienen su raíz sánscrita, excepto ‘luna’, que, al igual que en italiano, francés o ruso, proviene del latín. Pero también en esta lengua había una estrechísima relación entre la medición del tiempo y el satélite terrestre. En la Roma clásica, el máximo sacerdote tenía la labor de subir a la colina Capitolina y anunciar (en latín, calare) el comienzo del nuevo mes cuando veía aparecer la Luna nueva. Por ello, el primer día del mes recibía el nombre de calenda, y de ahí deriva nuestra palabra 'calendario'

Lea el artículo completo en:

El Mundo Ciencia

29 de julio de 2013

Cuando Newton convirtió la Luna en el 'GPS' de los mares


Isaac Newton, considerado por muchos el mayor científico de todos los tiempos, publicó su célebre teoría lunar en el año 1702. En ella describía con total precisión la órbita de la Luna. Muchos otros lo habían intentado a lo largo de la historia, y algunos se acercaron mucho, pero sólo Newton había entendido realmente por qué la Luna gira alrededor de nuestro mundo: debido a la atracción gravitatoria que ambos cuerpos ejercen entre sí. En ese momento, Gran Bretaña disfrutaba ya de la hegemonía en los mares, la cual le había arrebatado al Imperio español y le garantizaba una importante ventaja estratégica respecto al resto de naciones.

Sin embargo, y pese a que las grandes potencias militares y comerciales no escatimaban esfuerzos en dar con una solución satisfactoria, el viejo problema de la longitud seguía sin resolverse: nadie sabía aún cómo determinar la posición exacta en alta mar con respecto a un meridiano, y los barcos se seguían perdiendo.

Fue tristemente famosa la tragedia del navío del almirante Cloudesley Shovell, que chocó con tierra un día de niebla de 1707, provocando la muerte de 2.000 hombres. Hasta el mismo instante del accidente, la tripulación creía que se encontraba en mar abierto.

El Parlamento británico aprobó en 1714 la concesión de un nuevo premio, muy similar al anunciado en España más de un siglo antes y en otros países a lo largo del siglo XVII; en esta ocasión, se ofrecían 10.000 libras para quien ideara un método capaz de medir la longitud con una precisión de un grado, o de 20.000 libras para quien redujera el margen de error a menos de medio grado.

La magnitud de la recompensa era más que considerable, teniendo en cuenta que el astrónomo real -es decir, John Flamsteed, enemigo acérrimo de Newton- ganaba 100 libras por un año de trabajo, y con ellas tenía que pagar impuestos y comprar los telescopios

Lea el artículo completo en:

El Mundo Ciencia

24 de julio de 2013

Conozca a la persona más sola del mundo


Desde el módulo de mando, al orbitar la Luna, Worden veía por la ventana la salida de la Tierra.

Hay siete hombres en la historia de la humanidad que se distinguen de todos los demás. Son los pilotos de los módulos de mando de las misiones espaciales Apollo que pasaron tiempo solos en órbita alrededor de la Luna, mientras sus colegas caminaban en la superficie lunar.

Cuando pasaban sobre la cara oculta de la Luna, estos astronautas estaban completamente incomunicados, y más lejos de la Tierra de lo que cualquier ser humano había estado antes. O después.

Sólo cinco de los siete están vivos y me encontré con uno de ellos: Al Worden, quien todavía luce como un astronauta veterano.

A pesar de lo incongruente del lugar en el que nos reunimos, un concurrido restaurante en el norte de Inglaterra, este expiloto de prueba sobresale entre la multitud. Es un "hombre alfa" con su corte, un grupo de admiradores pendientes de cada palabra que modula.


Worden voló a la Luna en julio de 1971, junto con el comandante Dave Scott y el piloto del módulo lunar Jim Irwin

Por el tiempo que pasó solo en comando de la nave, entró en el registro de récords como "el ser humano 
más aislado" de la historia. Hubo momentos en los que sus acompañantes estaban a 3.600km de distancia, en la superficie de la Luna. Y ellos eran las personas más cercanas.

Como otros astronautas de Apollo que he conocido, Worden prefiere hablar sobre la misión y los logros, no de sí mismo. Apollo 15 es considerada como la misión más rigurosa científicamente del programa Apollo.

No obstante, cuando nos sentamos en una tranquila esquina del bar, de lo que yo realmente quería hablar era de cómo se siente estar tan lejos de casa.

Me gustaría saber qué le pasaba por la mente cuando el módulo de descenso lunar se separó del módulo de mando y usted lo veía por la ventana a medida que se volvía cada vez más pequeño. 

Al Worden

Sólo hay siete hombres que le han visto la otra cara a la Luna.
Al principio, uno les desea suerte: ''¡Que tengan un buen alunizaje!". El segundo pensamiento es: "¡Yipi! Qué rico que se fueron pues tengo todo este sitio para mí". Así que tuve tres maravillosos días en una nave espacial.

¿No se sentía solo?

Hay una diferencia entre estar solo y sentirse solo. Estaba solo pero no me sentía solo. Yo había sido un piloto de combate en la Fuerza Aérea y después un piloto de prueba -sobre todo de aviones de combate-, así que estaba acostumbrado a estar solo. Y lo disfrutaba plenamente.

Ya no tenía que hablarle a Dave y Jim, excepto una vez en que se comunicaron (cuando el módulo de mando orbitaba encima del lugar de alunizaje) y les dije "hola".

En la cara oculta de la Luna ni siquiera tenía que hablar con Houston y esa fue la mejor parte del vuelo.

¡Estaba a 400.000 kilómetros de casa!

Dibujo de la misión

Los otros dos tripulantes se fueron a caminar por la Luna...

Sí, uno está muy lejos pero lo que más me impresionó de estar en la órbita lunar -particularmente cuando estaba solo- es que todas las veces que le daba la vuelta a la cara oculta, podía ver por una ventana la salida de la Tierra y eso era fenomenal.

Además, tuve la oportunidad de ver el Universo desde una perspectiva muy distinta y de una manera muy diferente que cualquier otra persona jamás.

Lo que vi es que el número de estrellas es tan inmenso que no podía distinguir una sola, lo que veía era un manto de luz.

Me pareció fascinante pues cambió mi idea sobre cómo pensamos sobre el Universo.

Hay billones de estrellas allá afuera. Nuestra galaxia, la Vía Láctea, contiene billones de estrellas, no unas pocas. Y hay billones de galaxias. ¿Qué te dice eso del Universo? Que no pensamos con la suficiente grandeza. Para mí, ese es el propósito del programa espacial, que lleguemos a entender todo.

¿No lo hizo sentirse aún más pequeño y más solo?

Ah, sí... ¿quiere sentirse insignificante? Paseé detrás de la Luna. ¡Ahí sí que sentirá que no es nada!

Lea la entrevista completa en:

BBC Ciencia

17 de julio de 2013

Escocia: Descubren el calendario más antiguo del mundo

Sigue los ciclos de la Luna y se cree que fue elaborado por comunidades de cazadores-recolectores que habitaron Escocia hace unos 10.000 años.

Arqueólogos británicos creen haber descubierto el que puede considerarse el calendario lunar más antiguo del mundo, hallado en un campo de Aberdeenshire, en Escocia.

Durante sus excavaciones en un terreno del castillo de Crathes, los arqueólogos encontraron unos hoyos que parecen representar las fases de la Luna.

Un equipo liderado por la Universidad de Birmingham, en Inglaterra, sugiere que el antiguo monumento fue creado por comunidades cazadoras-recolectoras hace unos 10.000 años.

Más antiguos que los de Mesopotamia

Las excavaciones, realizadas en el terreno conocido como Warren Field, se iniciaron en 2004 y desde entonces los expertos que analizaron los hoyos concluyeron que estos habrían contenido postes de madera.
Se estima que este calendario mesolítico es miles de años más antiguo que otros sistemas para medir el tiempo descubiertos en Mesopotamia.

La disposición de los hoyos también se alinea con el solsticio de invierno. Se cree que era para dotar a estas comunidades de un sistema anual de “corrección astronómica”, para así calcular mejor el paso del tiempo y el cambio de las estaciones.

Vince Gaffney, profesor de arqueología en la Universidad de Birmingham, lideró el análisis del proyecto.

Según dijo, la evidencia “sugiere que las sociedades de cazadores-recolectores en Escocia tenían tanto la necesidad como la sofisticación para seguir el tiempo a lo largo de los años, con el fin de corregir los cambios estacionales del año lunar, y esto ocurrió casi 5.000 años antes de los calendarios conocidos en oriente”.

El Dr. Richard Bates, de la Universidad de St. Andrews, que también participó en el proyecto, dijo que el descubrimiento demuestra “excitantes nuevas evidencias” de la temprana Escocia mesolítica.

Desde el aire

“Este es un ejemplo temprano de tal estructura y no hay un lugar comparable en Reino Unido o Europa en miles de años después de que se construyera el monumento de Warren Field”, añadió Bates.
Warren Field fue descubierto a través de una serie de marcas identificadas desde el aire por la Comisión Real de Monumentos Antiguos e Históricos de Escocia (RCAHMS).

Dave Cowley, director de proyectos de estudios aéreos del RCAHMS, explicó: “Hemos estado tomando fotografías del paisaje escocés durante 40 años, registrando miles de lugares arqueológicos que nunca fueron detectados desde tierra”.

Por su parte, la arqueóloga del Fondo Nacional para Escocia, Shannon Fraser, afirmó: “Este destacable monumento es único en Reino Unido”.

“Nuestras excavaciones revelaron una mirada fascinante a la cultura de hace 10.000 años, y este último descubrimiento enriquece nuestra comprensión de su relación con el tiempo y los cielos”.

Tomado de:

El Comercio

15 de julio de 2013

¿Por qué se forman olas en el mar?

  • El viento sopla con fuerza y riza sobre la superficie del mar
  • Cualquier cambio brusco de presión atmosférica produce olas
  • La ola más grande de España se registró en 2008 en el Cantábrico
Ya empezado oficialmente el verano (en Europa). Pronto muchos viajarán a la costa a disfrutar de los fenómenos únicos que se producen en el mar, como el vaivén del agua y el arrullo cuando las olas rompen en la orilla. Pocas cosas hay más relajantes.

La inmensa mayoría de las olas del mar se forman por fricción del viento en la superficie del agua. Este arrastra ligeramente el agua y se forman pequeñas rizaduras, de escasos milímetros -estas olitas también las podemos apreciar en las piscinas- que pueden seguir deformándose hasta superar el par de metros. Suelen ser olas agudas y de longitud de onda corta, como las que forma una cuerda cuando se sacude repetidas veces a gran velocidad.

Tanto afecta el viento al mar que “cualquier cambio brusco de presión atmosférica provoca una oscilación en la superficie del mar que se propaga y da lugar al típico oleaje. Es un efecto parecido al que sucede cuando tiramos una piedra en medio de un estanque: desde el punto del impacto se propaga la onda”, explica el meteorólogo José Miguel Viñas.

La naturaleza odia los desequilibrios

En general, cuanto más fuerte sopla el viento más alta es la ola que se forma. Pero no siempre es tan sencillo y para que se produzca el adecuado efecto bola de nieve para que la ola crezca en altura entran en juego muchos más factores, como la distancia del viento de la superficie del agua, su velocidad y el tiempo que mantiene estable su dirección.

Otro tipo de olas muy bajas y redondeadas de longitud de la onda muy superior a su altura y que nunca rompen en alta mar son las que forman el llamado mar de fondo.

“Los océanos y el mar están llenos de desequilibrios en forma de diferencias de temperatura, presión y salinidad entre las distintas zonas”, comenta a RTVE.es Paco Castejón, de la Real Sociedad Española de Física. “La naturaleza odia los desequilibrios, así que para intentar homogeneizarlos o al menos disminuirlos, genera turbulencias, en forma de corrientes y olas”, explica.

Así, estas olas mueven agua para transportar la información (los parámetros fisicos) que hay que igualar entre las distintas partes del océano. Mientras esto sucede, el agua de las olas no se desplaza aunque lo parezca. En realidad, se mueve de arriba hacia abajo, como cuando hacemos una ola en la grada de un estadio de fútbol. Por eso, las boyas no se mueven.

Rompen al llegar a la orilla

Las olas se rompen al acercarse a la orilla porque la profundidad disminuye. Como consecuencia la ola viaja más despacio y la cresta aumenta su altura. Llega un momento en el que la parte de la ola sobre la superficie viaja más rápido que la que viaja bajo agua, la cresta de desestabiliza y cae contra el suelo produciendo ese ruido sordo y constante que tanto nos relaja.

Nada sosegada fue la rotura de la ola más grande hasta el momento sucedida en España. Se registró en 2008, en el mar Cantábrico. Alcanzó los 20 metros de altura, “una barbaridad que difícilmente se volverá a repetir”, valora Viñas. Las circunstancias fueron excepcionales: “Se juntaron un mar de fondo generado por fuertes vientos en la zona de Terranova, al norte de Canadá, con una marea viva producida por una gran borrasca”, asegura el experto.

Fuente:

RTVE Ciencia

27 de mayo de 2013

¿Por qué la Luna no tiene atmósfera?

La Luna

La Luna tiene atmósfera, aunque es muy delgada si se le compara con la de la Tierra: 100 billones de veces menos densa.

Un planeta o luna retiene una atmósfera si su fuerza de gravedad puede superar los movimientos naturales de los átomos y moléculas en su vecindad.

Debido a que la fuerza de gravedad de la Luna es seis veces menor que la de la Tierra, no puede retener la mayoría de sus átomos y moléculas que formarían su atmósfera: la mayoría (pero no todos) se han escapado al espacio.

Fuente:

BBC Ciencia

16 de mayo de 2013

El agua de la Luna es idéntica a la de la Tierra

Rastro dejado por hielo derretido en una roca lunar traída por la misión Apolo 17. | Science

Rastro dejado por hielo derretido en una roca lunar traída por la misión Apolo 17. | Science
Desde hace más de 40 años ningún hombre ha vuelto a la Luna. Sin embargo, las muestras que trajeron a la Tierra los astronautas de las misiones Apolo siguen manteniendo ocupados a los científicos. Y su análisis sigue revelando importante información sobre la composición de nuestro satélite, como muestra un nuevo estudio publicado esta semana en la revista 'Science' sobre el origen del agua que hay en su superficie. Según sostiene un equipo de investigadores liderados por Alberto Saal, de la Universidad de Brown, posiblemente tuvo el mismo origen que el agua de la Tierra.

Para llegar a esa conclusión analizaron muestras de vídrio volcánico presente en rocas traídas durante las misiones Apolo 15 y 17, que se llevaron a cabo en 1971 y 1972 respectivamente. Este material contenía pequeñas trazas de una especie de cristales denominados inclusiones fundidas, en las que quedan registrados los procesos magmáticos que tuvieron lugar en el pasado en la Luna. La proporción de isótopos de hidrógeno que contenía este magma lunar es similar al que han encontrado en la Tierra, según los autores de esta investigación. De hecho, sostienen que la composición isotópica del agua que se encuentra en el magma de la Luna no se puede distinguir del agua de las condritas carbonáceas con las que compararon el material traído de nuestro satélite.

Durante mucho tiempo los científicos han sospechado que condritas carbonáceas como éstas, entre las que están los meteoritos más antiguos de los que figuran en los registros, fueron las que por primera vez trajeron agua a nuestro Sistema Solar. Según esta teoría, parte del agua que hay en la Tierra se originó cuando estas condritas impactaron contra nuestro planeta. Los científicos creen que el agua de nuestro planeta tuvo su origen al mismo tiempo que se formó la Luna.

Nunca se había demostrado experimentalmente

Jesús Martínez-Frías, jefe del Departamento de Planetología y Habitabilidad del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), explica que hasta ahora "se asumía la existencia de una relación genética, gracias al estudio comparado de los meteoritos condríticos, de las lunaitas (meteoritos lunares) y de las muestras traídas durante las misiones Apolo, pero hasta el momento no se había demostrado experimentalmente, ni se había precisado dicha cuantificación".

Harrison Schmitt cogiendo rocas lunares. | NASA
Harrison Schmitt cogiendo rocas lunares. | NASA

Por ello, este experto en meteoritos y geología planetaria considera "muy interesante" las conclusiones de este estudio, pues "gracias a la geoquímica isotópica del hidrógeno se puede establecer, casi de manera inequívoca, la relación entre planetesimales condríticos, la Tierra y la Luna, a través del posible origen común del agua. Este estudio también subraya la importancia, cada vez mayor, de las caracterizaciones astromineralógicas en las investigaciones sobre planetología comparada, en este caso la investigación de inclusiones fundidas atrapadas en cristales de olivino", añade.

Los científicos creen que la Luna se formó tras una gigantesca colisión entre una proto-Tierra y otro planeta. Aunque durante mucho tiempo se creyó que este choque provocó que la Luna se quedara sin hidrógeno, recientes análisis de vidrios volcánicos y otras muestras lunares han demostrado que el interior de nuestro satélite no carece de agua, como se creía durante muchos años. "Al principio se pensaba que la cantidad de agua en la Luna era mucho menor. Los primeros estudios serios sobre cuantificación de agua en la Luna son los realizados sobre las muestraós lunares a principios de los 70", recuerda Martínez Frías.
Según enumera el científico, las investigaciones sobre la presencia de agua en nuestro satélite han seguido principalmente tres líneas de investigación: "El agua primigenia atrapada en nuestro satélite; el agua que pudiera quedar en los cráteres depositada de manera alóctona a partir de fuentes cometarias y, recientemente, el agua que se podría formar en la propia Luna, incluso en la actualidad, por la posible interacción del viento solar con los minerales del regolito (principalmente óxidos y silicatos)".

Marte sigue siendo la prioridad de la NASA

Una nueva misión tripulada a la Luna permitiría recoger más muestras que ayudaran a esclarecer las numerosas incógnitas que hay sobre el origen y evolución de la Luna y, por tanto, de nuestro planeta.
De momento, la NASA no tiene previsto regresar a nuestro satélite, pues Marte sigue siendo en la actualidad su principal objetivo, según reiteró esta semana el director de la agencia espacial estadounidense, Charles Bolden, durante una conferencia en la Universidad George Washington. Según Bolden, que afirmó que esperan poder enviar una misión tripulada al Planeta Rojo en la década de los 30, "el interés por enviar humanos a Marte jamás ha sido mayor". Todo parece indicar que la próxima bandera que ondee en la Luna será la de China, pues el gigante asiatico sí tiene planes para enviar a sus astronautas en pocos años.

Por lo que respecta a las zonas o a los tipos de muestras que podrían resultar más interesantes para los científicos, Martínez-Frías opina que "una nueva misión ayudaría a validar los tres tipos de agua mencionados, con la realización y posterior análisis de sondeos regolíticos, muestreos detallados en el interior de los cráteres y simulaciones de laboratorio del bombardeo solar, utilizando directamente las nuevas muestras lunares", concluye.

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El Mundo Ciencia

4 de abril de 2013

¿Cuáles son los lugares más fríos de la Luna?

La Luna

El cráter Hermite en la Luna ostenta el récord del lugar más frío de todo el Sistema Solar.

Sorprendentemente, los científicos han hallado que algunas áreas de la Luna son las más frías de todo el Sistema Solar.

En 2009, el sensor de temperatura Diviner, a bordo de la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA, midió la temperatura de la superficie lunar, que era de -248º C.

Esta temperatura fue registrada en el borde suroeste del suelo del cráter Hermite. Ubicado cerca del polo norte de la Luna, el suelo del Hermite está permanentemente en sombra y no recibe prácticamente nada de la energía del Sol.

Temperaturas similares se encontraron en la parte sur del suelo de los cráteres Peary y Bosch. El asombroso frío en Hermite es bastante más intenso que el del distante planeta helado Plutón, con una temperatura de -230º C, y que el del anterior récord de temperatura más baja en el Sistema Solar, marcado por Tritón, la luna de Neptuno, y sus -235º C.

Fuente:

BBC Ciencia

21 de marzo de 2013

Un gas misterioso en Titán

La luna Titán, orbitando el planeta Saturno. | NASA

La luna Titán, orbitando el planeta Saturno. | NASA
El análisis de los datos obtenidos por la misión espacial Cassini en dos sobrevuelos realizados en 2007 ha dado lugar a un sorprendente hallazgo: en la alta atmósfera de Titán, entre los 600 y los 1.250 kilómetros de altura, existe un gas oculto hasta la fecha cuya presencia se manifiesta por una intensa radiación en el infrarrojo cercano cuando el satélite está iluminado.

El descubrimiento, que se publicará en la revista Geophysical Research Letters, lo han logrado conjuntamente investigadores del CNR de Italia y del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).

Gracias a la misión Cassini (NASA/ESA), en activo desde 2004, la atmósfera de Titán se encuentra bien caracterizada (98,4% nitrógeno, 1,6% metano, 0,1-0,2% hidrógeno y pequeñas cantidades de otros compuestos), de modo que el hallazgo de un componente atmosférico no catalogado anteriormente ha constituido una sorpresa.

"Se conocen bien los principales gases de la alta atmósfera de Titán y ninguno de ellos es capaz de generar una emisión tan intensa como la encontrada", señala Manuel López-Puertas, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) participante en el estudio.

Según explica en un comunicado el IAA, el hallazgo ha sido posible gracias a los datos del espectrógrafo VIMS, a bordo de Cassini. "Una molécula de gas, por ejemplo de metano, puede absorber la luz solar, excitarse y, posteriormente, emitir la luz en una longitud de onda característica de dicha molécula. Así, analizando las emisiones de una atmósfera, de la de Titán en este caso, identificamos los compuestos presentes", ilustra el investigador.

La detección de esta nueva especie ha sido, no obstante, muy difícil, ya que su señal se hallaba oculta bajo la fuerte emisión precisamente del metano, uno de los compuestos mayoritarios de esta atmósfera. Gracias a un sofisticado modelo de excitación vibracional del metano, realizado previamente por los investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía, pudo aislarse la huella de este misterioso gas, situada en la parte infrarroja del espectro, a 3,28 micras.

Señal muy intensa

La emisión de ese compuesto sin identificar, que produce una señal muy intensa, se halla presente durante el las horas diurnas de Titán desde los 600 hasta los 1.250 kilómetros de su superficie, con un pico especialmente intenso a los 950 kilómetros. El hecho de que se desvanezca de noche indica que debe tratarse de un compuesto que se excita bajo condiciones de iluminación solar o bien es destruido durante la noche lo que, junto a su clara firma espectral, acota el número de potenciales candidatos.

Tras descartar una serie de compuestos, los investigadores han aislado aquellos que mejor se ajustan a la señal: "La forma espectral de la emisión nos hace pensar que puede deberse a los hidrocarburos aromáticos poli-cíclicos (PAHs) o, quizás, a los compuestos aromáticos heterocíclicos (HACs), es decir, compuestos formados por cadenas de benceno con, quizás, algún átomo de carbono reemplazado por uno de nitrógeno. Sin embargo, cómo estos compuestos pueden producir una emisión tan intensa como la del metano constituye, a día de hoy, un misterio", concluye López-Puertas (IAA-CSIC).

Con una densa atmósfera y un ciclo de metano similar al hidrológico terrestre (con nubes, lluvia y líquido en superficie) caracterizado por una bajísima temperatura -unos 180 grados bajo cero en superficie-, se cree que Titán presenta unas condiciones similares a las que pudo tener la Tierra primigenia antes de la aparición de la vida.

Sin embargo, y a pesar de su evidente interés, no se obtuvo información en profundidad sobre Titán hasta 2004, año en que la misión Cassini (NASA/ESA) pudo no solo atravesar su anaranjada atmósfera y cartografiar su superficie mediante radar sino, además, enviar una sonda que aterrizó sobre ella, la sonda Huygens.
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3 de marzo de 2013

Vulcano, un nombre "lógico" para la luna de Plutón

Plutón

El nombre de Vulcano es honor al legendario personaje de Viaje a las Estrellas, el doctor Spock.

Casi medio millón de personas votó para poner el nombre de Vulcano a una de las lunas recién descubiertas de Plutón.

El nombre es honor a la clásica serie de ciencia ficción, Viaje a las Estrellas.

Vulcano era el planeta ficticio del cual el doctor Spock, el segundo en el mando en la nave USS Enterprise, era originario.

El actor que protagonizó al doctor Spock, Leonard Nimoy, afirmó que Vulcano era la opción lógica.

La votación realizada en internet fue conducida por el Instituto SETI de California, el cual ofreció una lista de 21 nombres para los dos nuevos planetas.

Lea: "Póngale nombre a las lunas de Plutón"

En segundo lugar quedó Cerbero, que en la mitología griega el perro guardián de tres cabezas con una serpiente en lugar de cola que vigilaba la puerta del Hades, el inframundo.

Ambos nombres fueron enviados a la Unión Astronómica Internacional donde serán sometidos a aprobación.
Fuente:
BBC Ciencia 

11 de febrero de 2013

Póngale nombre a las lunas de Plutón

lunas


Plutón puede haber pasado a ser un “planeta enano”, pero igual tiene más lunas que otros planetas de tamaño regular, sumando cinco de ellas. Dos de los satélites, descubiertos en 2011 y 2012, todavía no tienen nombre y han sido llamados temporalmente por los astrónomos como “P4″ y “P5″. Ahora llegó el momento de bautizarlos, y el SETI Institute quiere que votes para elegir los nombres que les sienten mejor.

Plutón tiene otras tres lunas que sí tienen nombre: Caronte, Hidra y Nix. SETI tiene una lista de 12 nombres por los que se puede votar, y además entrega la opción de proponer uno que nos guste. Sin embargo, no se puede proponer cualquier apelativo: de acuerdo a la convención de la Unión Astronómica Internacional, en el caso de Plutón, las lunas deben ser nombradas usando denominaciones mitológicas relacionadas con el inframundo – en la mitología romana, Plutón era el dios de la muerte, equivalente a Hades para los griegos.

Así, no importa cuántas veces la gente proponga a Homero Simpson o Mickey Mouse porque no saldrán elegidos.

La votación estará abierta hasta el 25 de febrero, aunque la decisión final estará de todos modos en manos de la Unión Astronómica Internacional.


Tomado de:

FayerWayer
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