Como expliqué en mi anterior entrada, tal suceso nunca fue un misterio; sin embargo, en el Apolo 10 hubo un pasaje que sí que fue realmente espeluznante. Se trata del momento en el que Tom Stafford y Eugene Cernan experimentaron cómo el módulo lunar que tripulaban comenzó a girar sin control y sin causa aparente cuando estaban solos en la vecindad de la Luna, a 380.000 km de la Tierra.
El módulo lunar, bautizado como Snoopy, se encontraba descendiendo hacia la superficie lunar en su objetivo de sobrevolarla a una altitud mínima de unos 15 km. Ambos astronautas estaban configurando la nave para llevar a cabo la separación de la etapa de descenso y el encendido del motor de la etapa de ascenso para volar al encuentro del módulo de mando y servicio tripulado por John Young, que los esperaba en órbita alrededor de la Luna.
Cuando estaban a unos 50 km de altitud, ya próximos a iniciar estas maniobras, Stafford advirtió que la nave se desviaba ligeramente de la orientación deseada. Uno de los giróscopos -el sensor que mide la velocidad angular de la nave- estaba mostrando valores erróneos. Durante las tareas involucradas en la diagnosis y en la reacción ante el problema presentado por el giróscopo, Stafford, según reconoció él mismo más tarde, cambió de forma involuntaria uno de los interruptores relacionados con el control de la orientación del módulo lunar y, de repente, Snoopy comenzó a girar sobre sí mismo de forma caótica.
El efecto del cambio inadvertido que Stafford había dado al interruptor era el de comandar a la nave para que buscara al módulo de mando y servicio con su radar, y que se orientara hacia él de una manera específica de forma automática. Snoopy no podía encontrar al módulo de mando y servicio porque su orientación de partida era muy diferente de la requerida, pero giraba sin control en su intento por encontrarlo. "Estamos en problemas", anunciaba un Stafford que no se había percatado de haber cambiado ese interruptor, por lo que la tripulación no conocía en ese momento la razón del giro descontrolado de su nave.
En vista de la situación, Stafford y Cernan trataron de controlar el módulo lunar mediante el encendido directo de los pequeños motores de orientación, alojados en la etapa de ascenso. Sin embargo, el sistema de control no tenía en ese momento la capacidad de controlar semejante giro de la nave pues ya estaba configurado para controlar solamente la etapa de ascenso -de menor masa-. Ante esta circunstancia, y dado que estaban a 5 segundos del momento planeado para separar la etapa de descenso, Stafford la eyectó en medio del giro, cuando advirtió que estaban en una orientación segura.
Durante el episodio, Stafford se percató también de que la orientación de la nave se aproximaba a una condición de bloqueo llamada gimbal lock. Así lo decía la luz ámbar del indicador de gimbal lock que acababa de encenderse. Esta condición se daba cuando los ejes de los giróscopos de la plataforma inercial se orientaban de una cierta manera en la que el sistema de navegación no podría resolver la orientación de la nave en el espacio.
Recobrar dicha capacidad involucraba que la tripulación se viera inmersa en un proceso tedioso que consumía bastante tiempo; faltaban apenas unos minutos para que llegara el momento de ejecutar la inserción de ascenso (el encendido del motor de la etapa de ascenso que les llevara de regreso al módulo de mando y servicio), de manera que el momento no podía ser menos oportuno para un bloqueo de la navegación. Afortunadamente, Stafford y Cernan pudieron evitar entrar en gimbal lock comandando el cabeceo directo de la nave a través de los pequeños motores de orientación, que ahora afectaban a una etapa de ascenso de menor masa.
Hasta ese momento, el módulo lunar había estado usando el sistema secundario de guiado (AGS, Abort Guidance System) en lugar del primario (PGNS, Primary Guidance and Navigation System) ya que uno de los objetivos de esta misión era precisamente poner a prueba el desempeño del sistema secundario, más simple y de menor capacidad que el primario. Durante el giro, y dado el fallo anterior en el giróscopo, Stafford pensó que la anómala situación podía deberse a algún error en el sistema secundario, de modo que pasó a desactivarlo y a activar el primario, momento en el que se pudo detener finalmente el giro de la nave.
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El Mundo Ciencia