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28 de agosto de 2012

¿Por qué fue Armstrong el primero en pisar la Luna?

Neil Armstrong, el primer ser humano en caminar sobre otro mundo, ha fallecido. Su nombre forma ya parte de la Historia y será recordado durante los siglos venideros. Pero, ¿por qué fue él el elegido?¿Qué factores influyeron en que fuese él y no otro el comandante del Apolo 11? De acuerdo con un mito que circula por ahí, Neil fue seleccionado por ser el único civil con experiencia en vuelos espaciales dentro del cuerpo de astronautas de la NASA. Pero este mito es falso. Sí, es cierto que Armstrong era civil en el momento del alunizaje, pero no es menos cierto que había sido piloto militar y de hecho realizó misiones de combate durante la Guerra de Corea (durante una de las cuales estuvo a punto de morir, por cierto).
¿Por qué fue Neil Armstrong y no otro? (NASA).

Lo cierto es que Neil Armstrong logró hacerse un hueco en la historia por puro azar. Era un magnífico profesional y un astronauta excelente, pero no era un superhombre ni un dios en la Tierra. Otros astronautas podrían haber ocupado su lugar fácilmente, astronautas que son desconocidos por la mayor parte del público hoy en día. En realidad, el principal culpable de que todo el mundo conozca a Neil Armstrong tenía un nombre y se llamaba Deke Slayton.

Deke fue uno de los primeros míticos siete astronautas de la NASA que participaron en el programa Mercury, aunque no llegó a volar en esta nave por culpa de una enfermedad cardíaca que le fue detectada de forma tardía. Con el tiempo, Deke terminaría por alcanzar el espacio durante la misión Apolo-Soyuz en 1975 después de curarse de su dolencia, pero su papel más destacado fue el que protagonizó durante el programa Apolo como 'astronauta jefe'. Bajo este extraño título, se escondía uno de los trabajos más importantes de la NASA: seleccionar las tripulaciones de las misiones espaciales de los programas Gemini y Apolo. A diferencia de la Unión Soviética, donde las tripulaciones eran asignadas mediante una Comisión Estatal en la que participaban numerosas organizaciones, la NASA le había otorgado a Deke a principios de los años 60 el poder supremo en este asunto. Nadie mejor que él para evaluar las habilidades y defectos de los miembros del cuerpo de astronautas, un cuerpo formado por excelentes pilotos, tan capacitados como competitivos.

Deke Slayton, el dios de los astronautas (NASA).

Deke era lo más parecido a un dios para los astronautas, aunque hasta su poder divino tenía límites. En concreto, su capacidad de maniobra dependía de los criterios impuestos por el director del Manned Spaceflight Center -actualmente el Johnson Space Center de Houston-, Robert Gilruth y del jefe directo de éste, George Mueller. Por lo general, Gilruth no se entrometía en las decisiones de Deke, salvo por unas cuantas excepciones. La más sonada fue la relacionada con el Apolo 7. Durante la primera misión tripulada del programa Apolo, la tripulación -Wally Schirra, Donn Eisele y Walter Cunningham- se enfrentó de forma abierta al control de tierra en varias ocasiones, desatando la ira de Gilruth. Como resultado, Gilruth ordenó a Deke que se abstuviese de elegir a cualquiera de los tres para cualquier misión posterior. Ninguno volvería a viajar al espacio.

Pero Deke no era un tirano. Como astronauta, sabía que si algo podía minar la moral de sus compañeros era la apariencia de arbitrariedad a la hora de ejercer su poder. Y por este motivo, durante el programa Gemini se estableció el rito de la '
rotación'. Según esta regla no escrita, la tripulación de reserva de una misión se convertiría -salvo accidentes o imprevistos- en la tripulación principal tres misiones más tarde.

De entre todos los astronautas del programa Gemini, la mayoría podía haberse convertido en el primer hombre en caminar sobre la Luna. Pero hubo dos acontecimientos que marcarían a fuego la elección de tripulaciones del programa Apolo. El primero fue la muerte en accidente de aviación de la tripulación de la
Gemini 9 en febrero de 1966, formada por Charles Bassett y Elliot See. Si Bassett y See no hubiesen fallecido, habrían entrado en la rotación del Apolo y habrían desplazado con toda seguridad a algunos de los astronautas que participaron en estas misiones. El segundo acontecimiento, más traumático aún, fue el accidente del Apolo 1 (AS-204) en febrero de 1967, en el que perecieron Gus Grissom, Ed White y Roger Chaffee. Grissom era uno de los favoritos de Deke y siempre se dijo que era figuraba en la lista de candidatos para comandar la primera misión de alunizaje. No ocurría lo mismo con White y Chaffee, a quienes Deke pensaba trasladar al AAP (Apollo Applications Program) tras la misión. De no haberse producido esta tragedia, quizás hoy en día estaríamos hablando de Grissom como el primer hombre sobre la Luna. ¿Y su compañero? No lo sabemos, obviamente, pero lo más probable es que hubiese sido Eisele, Aldrin o Bean.
Elliot See y Charles Bassett, la tripulación original de la Gemini 9 (NASA).

Gus Grissom bien podría haber sido el primer hombre en pisar la Luna (NASA).

Por supuesto, todo esto no son más que simples especulaciones. El accidente del Apolo 1 cambió por completo la planificación del programa Apolo y el orden de misiones. El momento clave para determinar quién sería el primer hombre sobre la Luna tendría lugar en mayo de 1967, cuando Deke anunció las tripulaciones principales y de reserva de los Apolo 7, 8 y 9. Según Deke, una de esas seis tripulaciones sería asignada a la primera misión de alunizaje. En concreto, Deke designó seis comandantes: Schirra, Borman, McDivitt, Stafford, Armstrong y Conrad. Cualquiera de ellos podía haber pilotado la misión para aterrizar sobre la Luna.
La segunda selección de astronautas de la NASA: See, McDivitt, Lovell, White, Stafford, Conrad, Borman, Armstrong y Young. Casi cualquiera de ellos podría haber sido el primer hombre en la Luna (NASA).

Por entonces, no estaba nada claro que el Apolo 11 fuese la primera misión en alcanzar la superficie lunar -cabía la posibilidad de más accidentes o misiones adicionales de prueba-, pero de ser así, la implacable rotación dictaba que la tripulación de reserva del Apolo 8 sería la tripulación primaria del Apolo 11. Estaba previsto que el Apolo 8 despegase a finales de 1968 para llevar a cabo la primera prueba del módulo lunar en órbita baja. La tripulación principal del Apolo 8 debía estar formada por James McDivitt, David Scott y Russell Schweickart. Pero, y aquí viene lo importante, la tripulación de reserva estaba formada por Charles Conrad, Richard Gordon y Clifton Williams. De haberse mantenido los planes originales de 1967, es posible que los primeros hombres en pisar la Luna hubieran sido Charles Conrad y Clifton Williams. Desgraciadamente, Williams murió en un accidente aéreo a finales de 1967 y su puesto fue ocupado por Alan Bean a petición expresa de Conrad. Finalmente, Conrad y Bean pisarían finalmente la superficie lunar en el Apolo 12.
Clifton Williams (NASA).

Sin embargo, en 1968 la NASA decidió lanzar de forma imprevista el Apolo 8 hacia la Luna sin módulo lunar para adelantarse a un posible lanzamiento tripulado soviético del programa Zond/7K-L1. Y, aunque hoy nos pueda parecer una decisión increíble, McDivitt rehusó el honor de comandar la primera misión tripulada a nuestro satélite. Su tripulación se había entrenado para pilotar el módulo lunar y eso es lo que iban a hacer, con Luna o sin Luna. Como resultado, Deke cambió el orden de las tripulaciones principales y de reserva de los Apolo 8 y Apolo 9. ¿Y adivinan cuál era la tripulación de reserva del 'nuevo' Apolo 8? Efectivamente, Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Mike Collins. Bueno, en realidad, eran Armstrong, Aldrin y Lovell. Vale la pena recordar que en principio Collins debía haber volado en el Apolo 8, pero tuvo que ser sometido a una operación de cuello y su puesto lo ocupó Jim Lovell.

En realidad, de entre los seis comandantes del grupo de 1967, los favoritos de Deke para dirigir la primera misión de aterrizaje en la Luna siempre habían sido James McDivitt y Frank Borman, con Tom Stafford siguiéndoles muy de cerca. Aunque la rotación dictaba que Armstrong y su tripulación debían viajar en el Apolo 11, es muy posible que Deke se hubiera saltado su sacrosanta regla -como de hecho lo hizo en posteriores misiones- si McDivitt o Borman hubiesen pedido expresamente comandar el Apolo 11.
Frank Borman, comandante del Apolo 8 (NASA).

James McDivitt, comandante del Apolo 9 (NASA).

El 6 de mayo de 1968 tuvo lugar otro incidente que podía haber cambiado el curso de la historia. Ese día, Armstrong tuvo que eyectarse del vehículo LLRV-1 usado para simular el descenso del LM en la Luna. El LLRV había perdido el control y se estrelló poco después. De haber resultado herido de consideración, sin duda habría sido desplazado de la rotación. ¿Quién habría ocupado su puesto? No lo sabemos con certeza, pero sí sabemos que el comandante de reserva del Apolo 11 sería Jim Lovell. En este caso, la tripulación del Apolo 11 quizás habría estado formada por Lovell, Aldrin y Collins. ¿Y si el Apolo 11 no hubiese logrado su objetivo? Cabía dentro de lo probable que algo saliese mal y que la misión no lograse llegar a la Luna. En un gesto sin precedentes, Deke anunció a los astronautas del Apolo 11 justo antes del lanzamiento que si algo salía mal, ellos serían los tripulantes de la siguiente misión. Por supuesto, nunca sabremos si habría cumplido su palabra. Por otro lado, en el caso de que la tripulación hubiese muerto, los primeros hombres en la Luna habrían sido Conrad y Bean en el Apolo 12.
Armstrong en paracaídas tras el accidente del LLRV-1 (NASA).

Jim Lovell, comandante del Apolo 13 (NASA).

Pero el hecho de que Armstrong y Aldrin viajasen juntos a la superficie lunar a bordo del Eagle no implicaba necesariamente que Armstrong fuese el primero en pisar la Luna. ¿Por qué no Aldrin? Al fin y al cabo, durante las misiones Gemini, era el piloto, no el comandante, el encargado de realizar las actividades extravehiculares. Bien podría ocurrir lo mismo en el Apolo. En realidad, el debate no tenía sentido, porque los ingenieros de Grumman habían decidido mucho antes que la escotilla del LM se abriese hacia la derecha para que el astronauta situado en la parte izquierda -es decir el comandante- saliese al exterior primero. Aunque a petición de Aldrin se ensayó en tierra una maniobra que permitiese salir primero al piloto del módulo lunar -o sea, a él-, la NASA la consideró demasiado arriesgada. El pequeño espacio dentro del LM limitaba severamente las contorsiones de dos hombres enfundados en trajes espaciales A7L presurizados y equipados con sus respectivas mochilas de soporte vital. No había nada más que discutir. Armstrong sería el primero.

Como vemos, el que Armstrong se convirtiese en el primer hombre en pisar otro mundo nunca fue algo garantizado. Si la historia hubiese seguido otro camino, hoy podríamos estar hablando de Grissom, McDivitt, Borman o Conrad como el primer ser humano en pisar la Luna. Sea como sea, siempre tiene que haber un primero. Y el destino quiso que fuese Armstrong.

Fuente:

El discurso que Nixon tenía preparado 'en caso de desastre lunar'

Fragmento del discurso redactado por Safire. | http://blog.thedaily.com/
Fragmento del discurso redactado por Safire. | http://blog.thedaily.com/
  • El discurso, de William Safire, ensalzaba el sacrificio de los astronautas
  • 'La parte más peligrosa era que el módulo lunar volviera a ponerse en órbita'
  • 'Si fallaba, tendrían que ser abandonados a la muerte en la Luna'
"En caso de desastre lunar". Así se titulaba el discurso que Richard Nixon tenía preparado en caso de que fuera necesario comunicar al mundo el fracaso de la expedición del Apolo 11 a la Luna. Ahora, con la reciente muerte de Neil Armstrong, el discurso está dando muchas vueltas por la red.

Lo que es considerado por muchos uno de los mayores logros de la humanidad y que tuvo lugar el 20 de julio de 1969, no era un hecho todavía. Por ello se encargó a William Safire, columnista del New York Times y ganador del premio Pullitzer, que redactara unas conmovedoras palabras que ensalzaran los méritos de los astronautas, tan sólo unos días antes del alunizaje.

El propio Safire comentó el discurso en el programa de la NBC 'Meet The Press' en 1999. Así, explicaba que "la parte más peligrosa de la misión, era conseguir que el módulo lunar volviera a ponerse en órbita y se uniera a la nave de mando".

A continuación, añadió "Pero en caso de que no pudieran, tendrían que ser abandonados en la Luna, abandonados a la muerte. Los astronautas acabarían por morir de hambre o tendrían que suicidarse".
Y es que el discurso hace especial hincapié en el sacrificio llevado a cabo por Armstrong y Aldrin, (el tercer miembro de la tripulación, Michael Collins, se quedó pilotando el módulo de mando y no llegó a alunizar).

"Estos valientes hombres, Neil Armstrong y Edwin Aldrin, saben que no hay esperanza en su recuperación. Pero también saben que hay esperanza para la humanidad en su sacrificio", rezaba el discurso. "(...)serán llorados por la Madre Tierra que se atrevió a mandar a dos de sus hijos hacia lo desconocido".

"En días antiguos, los hombres miraban a las estrellas y veían a sus héroes en las constelaciones. En estos tiempos modernos, hacemos lo mismo, pero nuestros héroes son hombres épicos de carne y hueso".
Afortunadamente esos héroes regresaron sanos y salvos, maravillaron al mundo con su hazaña y nunca fue necesario utilizar estas palabras.

Fuente:

El Mundo Ciencia

27 de agosto de 2012

Neil Armstrong, en su última entrevista: 'Un día alguien volará de nuevo a la Luna'

Neil Armstrong, frente a Alex Malley, Consejero Delegado de CPA Australia, en su última entrevista.
Neil Armstrong, frente a Alex Malley, Consejero Delegado de CPA Australia, en su última entrevista.
La proverbial fama de Neil Armstrong como hombre reservado y huidizo para los medios de comunicación quedó en parte desmentida a comienzos de este año, cuando el legendario astronauta no puso reparos en ser entrevistado en Australia. Aquella cita promovida por la empresa auditora CPA Australia adquiere ahora carácter testamentario, ya que fue la última vez que el primer hombre que pisó la Luna relató su hazaña.

Sorprende la naturalidad con la que el héroe estadounidense se refiere a la supuesta falsificación del aluzinaje, una versión que décadas después de aquel 1969 para la Historia siguen defendiendo no pocos escépticos. "La gente ama las teorías de la conspiración", comenta Armstrong a Alex Malley, Consejero Delegado de la firma patrocinadora del encuentro. "Quiero decir que son muy atractivas. Pero nunca supusieron un problema para mí, porque sé que un día alguien va a volar de nuevo hasta la Luna y recogerá la cámara que dejé allí".

El Comandante del 'Apollo 11', al que se ve cómodo durante una charla a la que tal vez accedió a participar por cuestiones familiares (su propio padre fue auditor en Ohio), confiesa ante las cámaras que la nave que les llevó a 'Buzz' Aldrin, a Michael Collins y a él al satélite sólo tenía un "50% de posibilidades" de posarse con seguridad y un 10% de no poder volver a casa.

La entrevista está salpicada de revelaciones. El veterano astronauta admite asimismo que sólo "un mes antes" de la fecha del lanzamiento él y sus compañeros decidieron que tenían "la suficiente confianzar" para intentar el descenso.

"Los jefes preguntaron: ¿crees que tú y tus chicos estáis listos? Les dije que estaría bien disponer de un mes más, pero que se trataba de una carrera y teníamos que aprovechar la oportunidad cuando se presentase. Tuve que decir que estábamos listos para partir", reconoce Armstrong.

El norteamericano repasa otro momento especialmente angustioso para la tripulación: los 12 minutos del descenso, cuando se percataron de que el piloto automático del módulo Eagle se disponía a tomar tierra sobre la ladera de un enorme cráter. "El ordenador nos mostró dónde tenía intención de aterrizar. Era una muy mala ubicación, al lado de un cráter de unos 100-150 metros de diámetro, con pendientes muy escarpadas y cubiertas de piedras de gran tamaño", rememora aquellos instantes de máxima tensión. Armstrong se hizo cargo de la nave manualmente y logró aterrizar, como si de un helicóptero se hubiese tratado, en una zona más propicia.

En relación a sus inmortales palabras ("Es un pequeño paso para [un] hombre, un gran salto para la humanidad"), Armstrong dice a su interlocutor que no había pensado en pronunciarlas hasta después de haber aterrizado con seguridad.

"Fue algo especial y memorable, pero instantáneo, porque había trabajo que hacer", comenta sobre su 'paseo' lunar. "No estábamos allí para meditar. Estábamos allí para hacer las cosas, así que nos pusimos a ello".

Fuente:

El Mundo Ciencia

Neil Armstrong: El Cristobal Colón de la Luna

Armstrong, en un entrenamiento previo a la misión 'Apolo 11'. | Afp
Armstrong, en un entrenamiento previo a la misión 'Apolo 11'. | Afp
Creo que muchos, sino todos, recordaremos dónde estábamos y qué hacíamos cuando supimos que Neil Armstrong, el primer humano en caminar en otro mundo, murió. Su muerte me tomó por sorpresa tanto como me sorprendía el mismo hecho de que yo estaba vivo al mismo tiempo que este histórico personaje: era como estar respirando el mismo aire de Cristóbal Colón. Simplemente ser un contemporáneo de Armstrong ha sido un honor.

Ver las imágenes de los primeros pasos en la Luna siempre me pareció algo místico. ¿Qué se sentiría llegar a un lugar tan inerte y tan mágico al mismo tiempo, tan lejano de casa pero a la vez con la mejor perspectiva de nuestro planeta? Pienso que en el fondo de mi mente tenía esas imágenes cuando decidí participar en la primera simulación de un viaje a Marte, que tuvo lugar en la Tierra; Mars500.

Misión Mars 500. | ESA
Misión Mars 500. | ESA

¿Qué se sentiría llegar a un 'nuevo planeta' y explorarlo después de haber pasado 8 meses aislado del mundo en una nave espacial? La curiosidad y las ganas de traer nuevo conocimiento a casa son las motivaciones principales de los exploradores. A pesar de nunca haber conocido al señor Armstrong, en ese día de Febrero cuando dimos los primeros pasos en 'Marte' con nuestros trajes espaciales, me sentí en algún modo conectado con él.

Armstrong no solo era el símbolo de que como humanos podemos lograr cosas que parecen imposibles, sino que después de haber hecho incluso la hazaña más grande de la historia, se puede seguir siendo una persona humilde.

En lo que a mí concierne, alguien que aterrizó un artefacto en la Luna, caminó sobre ella por primera vez, volvió para contarlo, y que con todo ello inspiró a generaciones y generaciones, es inmortal. Gracias por la inspiración, Neil. Espero que tarde o temprano honraremos tu memoria con otros 'primeros' en la superficie de otros mundos.

Fuente:

El Mundo Ciencia

25 de mayo de 2012

Neil Armstrong relata su llegada a la Luna en rara entrevista

armstrong

El astronauta Neil Armstrong, el primer hombre en caminar sobre la Luna, dio una entrevista a un contador australiano, que logró convencerlo de que hablara con él. Armstrong es muy reservado y rara vez está dispuesto a hablar en público.

“Un mes antes del lanzamiento del Apollo 11, decidimos que estábamos lo suficientemente confiados como para intentar descender a la superficie”, dijo el astronauta de 82 años en el video que fue publicado en la web de los Contadores Practicantes Certificados.

“Pensé que teníamos un 90% de probabilidades de volver sanos y salvos a la Tierra en ese vuelo, pero sólo un 50% de probabilidad de lograr un aterrizaje en el primer intento”, explicó.
Se le consultó sobre la gente que no cree que en realidad haya llegado a la Luna y que todo es un invento de Estados Unidos. “La gente ama las conspiraciones, son muy atractivas, pero nunca me preocuparon. Porque sé que algún día alguien volverá a ir, y podrá recoger la cámara que dejé allá”, dijo.

Armstrong afirmó estar preocupado por el futuro de la NASA. “Tenemos un problema en Estados Unidos donde la rama ejecutiva y la rama legislativa, la Casa Blanca y el Congreso, tienen visiones contrapuesta sobre lo que debiera ser el futuro de la agencia. Así que están jugando un juego y NASA está en el medio, mientras ambos lados intentan dirigir a la NASA al camino correcto”, dijo. El astronauta señaló que él y sus colegas seguirán participando de las discusiones sobre el tema, luego que el año pasado manifestaran su opinión al respecto en medios escritos.

¿Cómo llego Neil Armstrong a ser entrevistado por un grupo de contadores? Alex Malley, la persona que consiguió y realizó la entrevista, explicó que “sé algo que la mayoría de las personas no sabe sobre Neil Armstrong – su papá era un auditor”.


Tomado de:

FayerWayer
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