Deke fue uno de los primeros míticos siete astronautas de la NASA que participaron en el programa Mercury, aunque no llegó a volar en esta nave por culpa de una enfermedad cardíaca que le fue detectada de forma tardía. Con el tiempo, Deke terminaría por alcanzar el espacio durante la misión Apolo-Soyuz en 1975 después de curarse de su dolencia, pero su papel más destacado fue el que protagonizó durante el programa Apolo como 'astronauta jefe'. Bajo este extraño título, se escondía uno de los trabajos más importantes de la NASA: seleccionar las tripulaciones de las misiones espaciales de los programas Gemini y Apolo. A diferencia de la Unión Soviética, donde las tripulaciones eran asignadas mediante una Comisión Estatal en la que participaban numerosas organizaciones, la NASA le había otorgado a Deke a principios de los años 60 el poder supremo en este asunto. Nadie mejor que él para evaluar las habilidades y defectos de los miembros del cuerpo de astronautas, un cuerpo formado por excelentes pilotos, tan capacitados como competitivos.
Pero Deke no era un tirano. Como astronauta, sabía que si algo podía minar la moral de sus compañeros era la apariencia de arbitrariedad a la hora de ejercer su poder. Y por este motivo, durante el programa Gemini se estableció el rito de la ' rotación'. Según esta regla no escrita, la tripulación de reserva de una misión se convertiría -salvo accidentes o imprevistos- en la tripulación principal tres misiones más tarde.
De entre todos los astronautas del programa Gemini, la mayoría podía haberse convertido en el primer hombre en caminar sobre la Luna. Pero hubo dos acontecimientos que marcarían a fuego la elección de tripulaciones del programa Apolo. El primero fue la muerte en accidente de aviación de la tripulación de la Gemini 9 en febrero de 1966, formada por Charles Bassett y Elliot See. Si Bassett y See no hubiesen fallecido, habrían entrado en la rotación del Apolo y habrían desplazado con toda seguridad a algunos de los astronautas que participaron en estas misiones. El segundo acontecimiento, más traumático aún, fue el accidente del Apolo 1 (AS-204) en febrero de 1967, en el que perecieron Gus Grissom, Ed White y Roger Chaffee. Grissom era uno de los favoritos de Deke y siempre se dijo que era figuraba en la lista de candidatos para comandar la primera misión de alunizaje. No ocurría lo mismo con White y Chaffee, a quienes Deke pensaba trasladar al AAP (Apollo Applications Program) tras la misión. De no haberse producido esta tragedia, quizás hoy en día estaríamos hablando de Grissom como el primer hombre sobre la Luna. ¿Y su compañero? No lo sabemos, obviamente, pero lo más probable es que hubiese sido Eisele, Aldrin o Bean.
Como vemos, el que Armstrong se convirtiese en el primer hombre en pisar otro mundo nunca fue algo garantizado. Si la historia hubiese seguido otro camino, hoy podríamos estar hablando de Grissom, McDivitt, Borman o Conrad como el primer ser humano en pisar la Luna. Sea como sea, siempre tiene que haber un primero. Y el destino quiso que fuese Armstrong.