Latest Posts:

Mostrando las entradas con la etiqueta inteligencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta inteligencia. Mostrar todas las entradas

15 de noviembre de 2016

¿Somos lo suficientemente inteligentes como para percibir la inteligencia animal?

¿Quién es más inteligente, un ser humano o un pulpo?
"La pregunta es errada", asegura el especialista en inteligencia animal Frans de Waal.
"Yo soy más inteligente que el pulpo en cosas como el lenguaje y la tecnología, pero el pulpo es más listo en otros sentidos".
De Waal, profesor de la Unuversidad Emory, en Atlanta, Estados Unidos, investiga desde hace tres décadas el comportamiento animal.
Y asegura que la "revolución de estudios" en este campo revelan que los animales no sólo son capaces de construir herramientas, sino de cooperar, planear, consolar y reaccionar ante la injusticia.
En su libro, "¿Somos lo suficientemente inteligentes para percibir la inteligencia animal?", el científico nacido en Holanda aboga por una nueva visión, que no da cabida a la antigua "escalera" jerárquica de especies en la que el ser humano tiene la supremacía.
Para De Waal, es hora de apreciar las increíbles capacidades de otros animales del planeta, y de hacerlo sin compararlos con los humanos, sino en su propio entorno.

La inteligencia del pulpo

"¿Cómo podemos comparar la inteligencia humana con la de un pulpo, que tiene un sistema nervioso distribuido en todo el cuerpo?", dijo De Waal a BBC Mundo.
"El pulpo tiene un cerebro grande y también millones de concentraciones de neuronas en todos sus brazos. Probablemente percibe colores a través de células especiales en sus brazos, así que "piensa" y "ve" con todo su cuerpo".
"¿De qué sirve compararnos con delfines, murciélagos u otros animales con entornos y necesidades diferentes?".
El etólogo y primatólogo asegura que la idea misma de una escala de inteligencia está obsolety la distribución "es más como un bosque, con especializacionesen todas las direcciones".
"A veces los animales son más listos que nosotros. Hay aves, por ejemplo, que recuerdan el sitio de miles de semillas que escondieron durante el otoño. Nosotros no podemos hacer eso".

El artículo completo en:

27 de octubre de 2015

MIT: La inteligencia artificial mejora el diagnóstico de enfermedades mentales

Investigadores del MIT desarrollan un software capaz de detectar trastornos cognitivos a partir de dibujos.


En la imagen se muestran las diferencias en los dibujos según la enfermedad. La primera fila muestra dos relojes realizados por pacientes sanos. En la fila central, el paciente sufre de la enfermedad de Alzheimer y en la fila inferior, Parkinson.

Una de las pruebas más comunes para detectar trastornos cognitivos con diverso origen, como por el párkinson o el alzhéimer, es un simple test conocido como el “test del reloj”, en el que el paciente debe dibujar un reloj que debe marcar una determinada hora y, además, debe copiar otro ya dibujado. La observación de alteraciones en la manera de realizar estos dibujos permite a los médicos identificar síntomas de deterioro en el cerebro del paciente.

Muchos desórdenes neurológicos pueden estar presentes mucho antes de comenzar a tener un efecto apreciable en nuestras vidas. Por ejemplo, en el alzhéimer, los cambios en el cerebro pueden empezar a producirse diez o más años antes de que las alteraciones cognitivas sean apreciables. Sin embargo, la evaluación de estas pruebas es subjetiva, puesto que no es fácil llegar a conclusiones definitivas cuando los síntomas son muy leves. Contar con un método de diagnóstico más preciso y fiable podría permitir tratar a los enfermos mucho antes, retrasando el desarrollo de la enfermedad.

Con este objetivo, un grupo de científicos, liderados por investigadores del Laboratorio para la Inteligencia Artificial y Ciencias Computacionales del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), ha creado un programa informático capaz de detectar de manera mucho más precisa y automatizada estas alteraciones, ofreciendo un diagnóstico más fiable y precoz a partir de la misma prueba.

Para ello se han valido de los datos recogidos en el Lahey Hospital, un centro médico a las afueras de Boston (EE UU), que desde hace nueve años realiza el test del reloj utilizando un bolígrafo digital que captura en el ordenador los dibujos realizados por los pacientes, además de registrar el proceso de creación de los mismos con gran precisión. Este bolígrafo no fue creado expresamente para este fin, sino que se trata de un dispositivo comercial que incluso se puede comprar por internet. Sin embargo, ha venido como anillo al dedo para recoger la información necesaria de manera precisa y con un registro temporal, es decir, sabiendo en todo momento dónde está la punta del bolígrafo y, por tanto, si el paciente hace una pausa o duda a la hora de escribir.

En el alzhéimer, los cambios en el cerebro pueden empezar a producirse diez o más años antes de que las alteraciones cognitivas sean apreciables

Basandose en estos datos, el equipo, liderado por los investigadores Cynthia Rudin y William Souillard-Mandar del MIT, ha creado un programa informático capaz de interpretar y evaluar automáticamente el test del reloj, aumentando la precisión y eliminando la subjetividad de una evaluación realizada por humanos. “Hemos mejorado el análisis, de manera que es automático y objetivo” explica Rudin. “Con el equipamiento adecuado es posible obtener un resultado rápido y más preciso”. Los resultados se han sido aceptados para su publicación en la revista Machine Learning.

Para crear el programa, el equipo de Rudin y Souillard-Mandar ha utilizado una serie de casos ejemplares para enseñar a la máquina qué es lo que debe buscar. “Estos ejemplos ayudan a calibrar el poder predictivo de cada una de las partes del dibujo” ha explicado Souillard-Mandar.  “Gracias a ellos, hemos podido extraer miles de rasgos del proceso de dibujo que dan pistas acerca del estado cognitivo de cada sujeto, y nuestros algoritmos ayudan a determinar cuáles de ellos llevan a la predicción más fiable”.

Cuando la memoria está afectada, el periodo de reflexión se alarga

Los distintos desórdenes se revelan de diferente manera en el test del reloj. Por ejemplo, mientras que es normal que los adultos sanos pasen más tiempo pensando que dibujando, cuando la memoria está afectada, el periodo de reflexión se alarga. Por otra parte, en el caso del párkinson, los enfermos tienden a necesitar más tiempo para dibujar los relojes que, a su vez, tienden a ser más pequeños, sugiriendo que les está costando un mayor esfuerzo realizar la tarea. Estas consideraciones se podían pasar por alto en la prueba tradicional, ya que, en muchas ocasiones, el médico no ve en detalle cómo el paciente realiza el dibujo, sino tan solo el resultado final.

Este trabajo no sólo permite diagnosticar mejor una serie de patologías muy graves para quienes las sufren, sino que además ofrece un gran avance a la hora de automatizar procesos que pueden resultar tediosos y poco eficientes cuando se realizan por humanos. Una vez conseguido el propósito inicial de demostrar la eficacia de su método, el equipo científico ya se dispone a desarrollar un sistema sencillo que permita tanto a los neurólogos como a los no especialistas utilizar esta tecnología en los hospitales y centros de salud.
Fuente:

18 de mayo de 2015

Siete alternativas para hacer crecer nuevas células en el cerebro (y volvernos más inteligentes)

Hace algunos años se creía que el cerebro era un sistema relativamente estático —nuestras conexiones neurales podían desligarse y nuestras neuronas destruirse pero no transformarse, regenerarse o formar nuevas conexiones sinápticas. Esta creencia hizo que muchos creciéramos bajo un extraño paradigma en el que se nos decía que debíamos de atesorar nuestras neuronas —porque jamás podríamos recobrarlas— y en este sentido ingerir drogas era un acto severo, contranatural, digno de la más abyecta estupidez. Bajo esta impronta uno incluso podía experimentar una nostalgia por neuronas perdidas, una especie de efecto de miembro fantasma entre los tallos neurales de flores decapitadas.
Evidentemente el daño cerebral es una realidad —pero es una realidad dinámica y reversible. Por suerte para aquellos que exploraron quizás un poco demasiado las dimensiones psiconáuticas, también es una realidad la neuroplasticidad —la capacidad de transformarse estructuralmente que tiene el cerebro adulto—, y la neurogénesis —la capacidad que tiene el cerebro adulto de regenerar células o generar nuevas neuronas. El cerebro se comporta como un sistema abierto (por no decir holístico) que puede ser cincelado lo mismo por estímulos químicos que por estímulos emocionales o meméticos  y nuestras neuronas, particularmente las del hipocampo y la zona subventricular, son como salamandras que transmutan en el fuego electroquímico de la sinapsis.
Investigación científica reciente muestra que la neurogenésis y la neuroplasticidad podrían tener un papel importante en el aprendizaje y la memoria en el cerebro adulto, así como ser un factor vital en la reducción del estrés y en el tratamiento de la depresión. Un estudio incluso sugiere que nuestro estado de ánimo podría ser regulado por la plasticidad  —por el movimiento dinámico de nuestras neuroconexiones—– más que por la química.
Emerge un nuevo paradigma, un nuevo mapa —y el mapa no es el territorio porque el territorio se está moviendo siempre. La neuroplasticidad sugiere que las conexiones individuales en el cerebro están siempre recreándose, según cómo se usan. En inglés se dice “neurons that fire together, wire together”/”neurons that fire apart, wire apart” (las neuronas que disparan al mismo tiempo se conectan entre sí, las que disparan o se encienden por separado conectan aparte). Esto significa que constantemente están emergiendo nuevas relaciones sinápticas, nuevos mapas corticales —colectivos que desempeñan funciones específicas pero que pueden estar separados. La sinfonía cerebral actúa de manera global, continentes aparentemente inconexos llegan a sincronizarse para ejecutar operaciones complejas al unísono.
La capacidad neuroplástica del cerebro puede ejemplificarse en el desarrollo de la capacidad de ecolocación que algunas personas ciegas logran recableando su cerebro. Resonancias magnéticas muestran que estas personas adaptan áreas de procesamiento visual para esta nueva habilidad de ecolocación, en la que intervienen áreas de procesamiento auditivo.
De la neuroplasticidad y de la neurogénesis surge la posibilidad de tomar control de los procesos neurales y, como si nuestro cerebro fuera una etérea plastilina, esculpir estados mentales de diseño. Según Michael Merzenich, uno de los pioneros en el campo de la neuroplasticidad, los ejercicios mentales pueden ser tan útiles como las drogas para tratar padecimientos tan severos como la esquizofrenia (pero, ¿quizás la gimnasia mental podría curar no sólo enfermedades del cerebro sino de todo el organismo?). De este nuevo acercamiento se atisba toda una gama de posibilidades: la dirección de orquestas neurales, el self-hacking, la reingeniería de neuronas y la manipulación de mapas corticiales para el aumento de funciones específicas o, por supuesto, para la sanación de daño cerebral —así que nunca es demasiado tarde para hacer de tus neuronas, especialmente de los astrocitos, vitales en la neurogénesis, nuevas y brillantes constelaciones en tu propio firmamento.
1. Ejercicio físico
Un estudio realizado por el Dr. Kwok Fai So de la Universidad de Hong Kong mostró un correlación entre personas que solían correr frecuentemente y la neurogenésis. “Investigación ha demostrado que el ejercicio puede mejorar el estado de ánimo y la cognición y también se ha demostrado que un déficit en la neurogénesis adulta puede resultar en una depresión”. El estrés, especialmente la depresión, llegan a encoger el hipocampo —una de las zonas en la que ocurre la neurogénesis. Científicos creen que existe una relación entre el ejercicio, y en general aquello que reduce el estrés, con la neurogénesis.
 2. Meditación
Uno de los líderes en el campo de la investigación neurocientífica de la meditación, el Dr. Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, ha estudiado lo que llama “la respuesta de relajación”, la cual induce una serie de cambio bioquímicos en el cerebro. Benson sugiere que la meditación renera células cerebrales, reduciendo de esta manera el estrés.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oregon indica que la técnica de meditación conocida com IBMT (entrenamiento integral de mente cuerpo) puede facilitar la neurogenésis.
3. Comida /Antocianinas
Consumir antocianinas, pigmentos hidrosolubles que pueden encontrarse en las zarzamoras, arándanos, frambuesas y hasta en el vino, parece tener propiedades neuroregenerativas. Comer este tipo de moras silvestres es recomendado para prevenir el Alzheimer y podría tener un efecto positivo en la función del hipocampo.
Otros alimentos que se cree podrían fomentar la nuerogénesis son los alimentos ricos en Omega-3 o fitonutrientes como la oroxilina.
4. Reducción de calorías /ayuno
Un estudio publicado en el Journal of Molecular Science muestra que la restricción de calorías produce estados favorables para la neurogénesis: ratas a dieta desarrollaron nuevas neuronas en el hipocampo.
Diferentes tradiciones, particularmente en Oriente, hablan sobre la importancia de celebrar ayunos con cierta regularidad para restaurar las funciones corporales y cognitivas. Es posible que una ciencia del ayuno pueda llevar a la neurogénesis.
5. Tener (mucho) sexo
Como hemos visto la neurogénesis —y en general la salud— está ligada a la reducción del estrés y a promoción de la relajación —la salud es tranquilidad en movimiento. Evidentemente uno de los actos que mayor reduce el estrés —en diversas capas— es el sexo.
Un estudio científico realizado por la doctora Benedetta Leunemuestra que mientras el estrés reduce la neurogénesis adulta y restringe la arquitectura dendrítica en el hipocampo, la copulación tiene el efecto opuesto, promoviendo la generación de nuevas células cerebrales. Explica Leuner:
Ratas adultas fueron expuestas a una hembra sexualmente receptiva una vez (aguda) o una vez diariamente por 14 días (crónica) y se midieron sus niveles de circulación glucorticoide [...]. Los resultados mostraron que experiencias sexuales agudas incrementaron los niveles de circulación corticoide y el número de neuronas en el hipocampo. La experiencia sexual crónica dejó de producir un incremento en los niveles corticoides pero continuó promoviendo la neurogénesis y estimuló el crecimiento de la espinas dendríticas y la arquitectura dendrítica. La experiencia sexual crónica también redujo el comportamiento relacionado con la ansiedad.
6.  Fotoestimulación /casco de luz infrarroja
Uno de los campos de investigación más interesantes pero menos probados es el de la estimulación de ciertas zonas cerebrales a través de la luz o el magnetismo.  Las populares máquinas de luz y sonido —LEDs programados a cierta frecuencia para emular ondas cerebrales y sonidos binaurales— llegan a generar estados similares a la meditación, por lo cual podrían también inducir estados de neurogénesis. El incipiente campo de la medicina biomagnética, basada en los pares magnéticos descubiertos por el Dr. Isaac Goiz, es un novedoso tratamiento para diferentes enfermedades, incluyendo la depresión, y quizás podría estimular las células del cerebro a regenerarse.
Un casco desarrollado por  el Dr. Gordon Dougal, de la empresa Virulite, asegura revertir la demencia senil, regenerando neuronas  a través de la estimulación de luz infrraroja.

7. Ayahuasca/antidepresivos
Se sabe que algunos antidepresivos,  inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina,facilitan la neurogénesis. Sin embargo, producen numerosos efectos secundarios, entre ellos la falta de libido (lo cual resulta un tanto contradictorio). Una alternativa a esto parece ser la ayahuasca, el cada vez más popular brebaje medicinal psicoactivo del Amazonas, utilizado con particular efectividad en el tratamiento de adicciones pero que podría tener aplicaciones incluso en la cura de enfermedades como el cáncer.
A diferencia de los antidepresivos, la ayahuasca, una medicina que algunos llaman un psicointegrador, ofrece una experiencia integral en la que los beneficios químicos son complementados por beneficios emocionales y hasta espirituales que redondean el tratamiento y permiten una asimilación más profunda.
Estudios con personas que han tomado ayahuasca por un periodo sostenido de tiempo muestran una mayor recaptación de serotonina. Según la investigadora Jace Callaway, esto se podría deber a la tetrahidroharmina que contiene la ayahuasca. Luego de dosificarse con esta molécula por seis semanas y  realizarse una tomografía computarizada por emisión de fotones individuales, Callaway descubrió un incremento en su recapatación de serotonina, algo que disminuyó cuando la dejó de utilizar.
Otro estudio, realizado por  Stuckey y Echenhofer en el California institute of Integral Studies, mostró que la ayahusca incrementa la coherencia en la banda de ondas gamma. Según el Dr. Luis Eduardo Luna: “La coherencia es una medida de la similitud del electroencefalograma en dos sitios distintos y puede considerarse una medida de comunicación entre dos regiones del cerebro. Una hipercoherencia distribuida ampliamente parece razonable dado los intensos y sinestéticos fenómenos que suelen ocurrir durante una experiencia de toma de ayahuasca”. Esta misma alta actividad de coherencia gamma ha sido observada en monjes zen en estados profundos de meditación.
Fuente:

17 de abril de 2015

Las desventajas de ser muy inteligente

En un episodio de Los Simpsons, vemos a Lisa explicarle a su padre que mientras más inteligentes se es, menos feliz uno se vuelve. Es decir ella establece que los niveles de felicidad son inversamente proporcionales a los niveles de inteligencia. Veamos:


Lisa Simpson. The Simpsons. Episode 257. January 7, 2001.“A mayor inteligencia, menor felicidad. Mira, tengo un gráfico. Hago montones de gráficos”El vídeo completo aquí. Más frases de Lisa Simpson aquí.
Si la ignorancia da la felicidad, ¿es la inteligencia sinónimo de tristeza? La opinión general parece decir que sí. En este informe la BBC analiza este tema.
A pesar de las ventajas que tiene ser más listo que los demás, la realidad es que poseer un coeficiente intelectual alto no está relacionado directamente con tomar mejores decisiones, de hecho, muchas veces puede implicar exactamente lo contrario. La búsqueda de la inteligencia ha sido una constante a lo largo de la historia, pero, ¿qué pasaría si esa búsqueda ha sido en vano? Los primeros pasos por identificar a los más inteligentes de entre nosotros se dieron hace casi un siglo, cuando una prueba del coeficiente intelectual (CI) empezó a ganar popularidad.



En 1926 el psicólogo Lewis Termin decidió usar esta prueba para estudiar a un grupo de niños superdotados, muchos con más de 170 de CI, que fueron conocidos como los Termitas.

Como era de esperar, muchos de los niños que participaron en el experimento alcanzaron fama y fortuna a lo largo de sus vidas, pero otros eligieron profesiones mucho más humildes, como policía, marinero o mecanógrafa. Además, la felicidad tampoco estaba asegurada para los más inteligentes.

Los niveles de divorcio, alcoholismo o suicidio eran igual que los de las personas normales. La conclusión que se pudo sacar de los Termitas es que, mirando el lado positivo, un gran intelecto no implica ninguna diferencia a la hora de medir la felicidad, y mirando el lado negativo, puede significar una menor satisfacción con la vida. ¿Por qué entonces los beneficios de un coeficiente superior no se amortizan a largo plazo?

Una carga pesada

Una de las posibles respuestas es que el mismo conocimiento de tu propio talento se puede convertir en una carga a la que estar atado.

En los años 90 del siglo pasado se les preguntó a los Termitas que sacasen conclusiones sobre su vida, y en vez de reconocer sus éxitos muchos parecían tener la sensación de no haber cumplido con las expectativas que tuvieron de jóvenes.

El artículo completo en:


7 de abril de 2015

¿Cómo afecta el bilingüismo a nuestra inteligencia?

Resulta que, al utilizar un idioma, el segundo está también activo, por lo que el cerebro tiene que seleccionar entre uno y otro continuamente. Esto produce beneficiosos efectos en la inteligencia.



El lenguaje es el fundamento de la educación, porque nuestra inteligencia es estructuralmente lingüística: pensamos con palabras, transmitimos el conocimiento mediante palabras y organizamos nuestra acción mediante ellas. El lenguaje nos sirve para comunicarnos, y por eso es también el fundamento de nuestra vida social, pero, por si eso fuera poco, nos sirve también para comunicarnos con nosotros mismos. ¿Se han fijado en que continuamente nos estamos hablando, formulándonos preguntas, planteándonos alternativas, haciendo planes? Ni siquiera podemos conocer lo que pensamos o sabemos hasta que no lo hemos dicho. ¿Recuerdan cuando de niños pedíamos a alguien que nos tomara la lección “para ver si me la sé”? Hasta que no lo expresamos no sabemos nada de nosotros mismos. Como dijo E.M. Forster, el autor dePasaje a la India: "¿Cómo voy a saber lo que pienso sobre algo si aún no lo he dicho?".  

A la vista de este panorama, es lógico que todo lo que tenga que ver con el lenguaje sea fundamental para la educación. Hasta el aprendizaje de las matemáticas necesita del lenguaje natural. Como decía una niña de nueve años: “Estoy segura de que entendería las matemáticas si comprendiera las palabras con que me las explican”... Pero en el pasado siglo, el debate educativo se volvió confuso porque el lenguaje –genial herramienta comunicativa– se convirtió en factor identitario. Lo que era una función secundaria pasó a ser protagonista. La herramienta se sacralizó. El lenguaje –maravillosa vía de comunicación– se convirtió en acceso único para comprender el mundo. Excluyente, en vez de comunicativo. José Luis Alvarez Emparanza, 'Txillardegi', uno de los primeros ideólogos de ETA, se apoyaba en estas ideas para decir que el euskera era más que una herramienta de comunicación, era un modo de ver el mundo, insustituible e irrepetible. Algo así, decía Heidegger, que en su barullo espiritista, místico, transcendental y nazi escribía cosas como “La palabra es el acontecimiento de lo sagrado. Esta palabra aún no oída está conservada en la lengua de los alemanes”. Y mucha gente se dejó conmover por esta retórica. Era falso, porque la inteligencia humana, que ha creado todas las lenguas, está por encima de ellas, de la misma manera que la humanidad está por encima de las anecdóticas separaciones nacionales, culturales o religiosas.

Espero que el nuevo siglo haya puesto las cosas en su sitio. El lenguaje es la más prodigiosa invención del ser humano, y debemos valorarla, protegerla, comprenderla y usarla. En un mundo globalizado, saber hablar en varias lenguas va a ser un estupendo pasaporte para el futuro. Por eso, desde finales del siglo pasado, tanto la UNESCO como la Unión Europea han apostado por la enseñanza trilingüe, que puede tener dos modalidades: dos lenguas nacionales y una extranjera, o una lengua nacional y dos extranjeras.

Pero hoy quiero hablar de bilingüismo en sentido estricto. Es decir, de niños que crecen en un ambiente bilingüe y aprenden simultáneamente dos lenguas. Es una hazaña formidable. ¿Qué supone este esfuerzo para su cerebro? En España, es un tema de gran relevancia, porque una parte importante de su población vive en comunidades bilingües. Es curioso ver cómo han cambiado las ideas sobre este asunto. Hasta los años sesenta del siglo pasado, se suponía que los sujetos bilingües presentaban una ejecución inferior en una diversidad de pruebas intelectuales. Poco a poco empezó a imponerse la idea de que no sólo no era un impedimento, sino que se asociaba a puntuaciones más elevadas en tests de inteligencia, y correlaciones positivas entre rendimiento académico y bilingüismo. La capacidad infantil para el aprendizaje lingüístico es pasmosa. Los niños monolingües aprenden con lo que llamamos “principio de exclusividad”: cada objeto tiene una palabra. El perro se llama “perro”. Pero los niños bilingües desde muy temprano aprenden que tienen, al menos, dos. El perro se llama “perro” y se llama dog. Lo maravilloso es que el niño organiza cada palabra dentro de un idioma, y de acuerdo a la situación utiliza uno u otro sin mezclarlos.

La culminación de la inteligencia humana

¿Qué supone esto para la inteligencia? ¿Tal sobrecarga es buena o mala? Pues, en principio, es buena. Resulta que al utilizar un idioma, el segundo está también activo, por lo que el cerebro tiene que estar seleccionando entre uno y otro continuamente. Esto produce beneficiosos efectos en la inteligencia, porque refuerza las “funciones ejecutivas”. Como este es el tema que investigo desde mi cátedra en la Universidad Nebrija, permítanme que se lo explique en dos líneas. Las funciones ejecutivas son la culminación de la inteligencia humana, porque nos permiten dirigir voluntariamente nuestro comportamiento. Activan la memoria de trabajo, fijan la atención, eligen la respuesta, dirigen la acción hacia metas lejanas; y todo esto resulta beneficiado por el bilingüismo, como han mostrado Albert Costa y su equipo en la Universidad Pompeu Fabra.

El artículo completo en:

18 de diciembre de 2014

Una alternativa al test de Turing

¿Cómo se compara la inteligencia artificial a la humana? Actualmente -y desde hace 65 años- el método empleado por los científicos para evaluar y definir si la inteligencia artificial es capaz de compararse con la de los humanos es el test de Turing (en honor al científico Alan Turing). Ahora, un profesor del Instituto de Tecnología de Georgia (EEUU), Mark Riedl, ha puesto sobre la mesa una nueva forma para realizar esta evaluación.

El nuevo test, conocido como Lovelace 2.0 (nombrado así por la matemática Ada Lovelace) y que es una actualización del presentado en 2001, se basa en que la máquina en cuestión debe ser capaz de escribir una historia de ficción, crear un poema o elaborar una pintura para superar la prueba.

“Para superar este test, el agente artificial debe desarrollar un artefacto creativo a partir de una serie de géneros artísticos que requieren un mínimo desarrollo de inteligencia. Además, el artefacto debe cumplir con ciertas limitaciones que son impuestas por el evaluador humano. La creatividad no es exclusiva de la inteligencia humana, pero sí es uno de sus sellos de identidad”, explica Riedl.

Por el momento ninguna máquina ha sido capaz de superar el test de Lovelace 2.0 y las reacciones ante esta alternativa al test de Turing son encontradas: “Hay una creencia popular que los humanos nos diferenciamos fundamentalmente de la inteligencia artificial, porque los humanos somos creativos y la IA solo puede dar respuestas racionales”, afirma Alan Woodward, experto en tecnología computacional de la Universidad de Surrey (Reino Unido).

Fuente:

Muy Interesante

26 de octubre de 2014

Fans del reggaetón son menos inteligentes, según este estudio

Aquellos que oyen reggaetón o a Beyoncé serían menos listos que aquellos que escuchan a Radiohead,


El análisis fue hecho en base a la media de los alumnos en sus pruebas de ingreso y sus gustos musicales.

Algunos estudios científicos suelen arrojar resultados que pueden dejarte más que sorprendido. Como aquel del 2004 en el que se aseguraba que en los lugares donde más se escucha la música country, son los que más suicidios presentan.

Ahora un nuevo estudio, no tan radical y con una metodología muy discutible, ha desatado una nueva polémica entre los amantes de la música.

El trabajo fue realizado por un programador de aplicaciones denominado Virgil Griffith, el cual arrojó que aquellos que oyen música de Beyoncé o Jay Z tienen menos habilidades intelectuales que aquellos que oyen a Radiohead o a U2.

¿Cómo es esto posible?

Para obtener dicha conclusión, Griffith analizó los gustos musicales de los estudiantes de varias universidades de Estados Unidos.

Primero, ordenó las instituciones según la media de sus alumnos en la prueba SAT, el exámen de admisión que realizan todos los alumnos que deseen estudiar en un centro de estudios superior.
Luego, investigó en Facebook los gustos musicales de los que acuden a cada una de estas 1352 universidades y tras esto, creó esta tabla de resultados:


Como se observa, en la parte media figuran bandas como Rage Against the Machine, Tool, Outkast o Queen.

Mientras que aquellos que prefieren los sonidos latinos o son amantes del rap, aparecen en la zona de los "menos listos".

Fuente:

El Comercio 

Bonus:





5 de agosto de 2014

Aprender a leer a edades tempranas mejora el razonamiento

Un equipo de investigadores de la Universidad de Edimburgo y el King College de Londres (Reino Unido) ha presentado un estudio con gemelos monocigóticos que relaciona la lectura precoz con una mejor capacidad intelectual para el razonamiento. El trabajo ha sido publicado en la revista Child Development.





  ¿Por qué los niños de una misma familia pueden obtener resultados muy diferentes en las pruebas de inteligencia a pesar de tener muchos factores en común? Este fue el punto de partida de la investigación. Los expertos realizaron un ensayo con 1.890 gemelos monocigóticos o idénticos, examinando las puntuaciones de cinco pruebas de lectura e inteligencia realizadas a los niños cuando tenían 7, 9, 10, 12 y 16 años, comprobando que las desigualdades en el aprendizaje en la lectura entre los gemelos estaban vinculadas a las diferencias posteriores en la inteligencia.


Leer no solo se asocia con el desarrollo de la inteligencia verbal, sino que también se relaciona con capacidades no verbales como el pensamiento abstracto. Las variaciones intelectuales ya estaban presentes cuando los niños tenían 7 años, por lo que, según los investigadores, aprender a leer enseguida tiene consecuencias muy positivas en el desarrollo intelectual de los pequeños.

“Lo más interesante es que hemos demostrado cómo las desigualdades en la destreza lectora también pueden traducirse en diferencias en las habilidades no verbales. Estas se midieron mediante tareas como la terminación de rompecabezas, lo que implica el uso de pensamiento abstracto. Y sí, leer influye en la inteligencia. Los niños que no reciben ayuda suficiente para aprender también pueden ver limitadas competencias intelectuales que van más allá de la alfabetización”, afirma a la agencia Sinc Stuart J. Ritchie, líder del estudio.

Fuente:

Muy

10 de junio de 2014

Máquinas y test de Turing: ¿Inteligencia real o imitación?

El test propuesto por el matemático inglés Turing en su artículo Computing machinery and intelligence, publicado en 1950 en la revista Mind, está considerado uno de los hitos históricos del desarrollo de la inteligencia artificial. Originalmente se denominaba El juego de imitación y era ligeramente diferente, con un hombre, una mujer y un interrogador, situado en una habitación separada, que debía determinar cuál era el hombre y cuál la mujer, mientras éstos trataban de engañarle. 


Turing usó está misma idea para su test, y actualmente el interrogador se comunica con un humano y una máquina con mensajes de texto durante cinco minutos, y decide cuál es el humano. Si la máquina consigue ganar más del 30% de las veces supera el test. Es lo que se supone que han conseguido Eugene Demchenko y Vladimir Veselov

Esto no significa que ya existan máquinas con una inteligencia igual a la humana: el test planteado por Turing es muy controvertido, y muchos aseguran que es tan bueno como sus jueces. Un buen examinador debe ser capaz de detectar respuestas fuera de contexto, ya que a fin de cuentas, se enfrenta a un simple algoritmo. Y lo que mide es solo una parte de la inteligencia humana; es decir, es un buen simulador de conversaciones, pero, por ejemplo, no necesariamente creativo. Imita la inteligencia pero ¿es realmente inteligente?

El logro rompe un reto que se resistía, como ocurrió con la victoria de Deep Blue a Gari Kasparov en ajedrez en 1997, pero no va a suponer grandes avances en la teoría de computación o en la inteligencia artificial. Tiene, eso sí, implicaciones sociales. Actualmente, con miles de robots y humanos buscando nuestros datos e invadiendo nuestra intimidad, este paso debería servirnos para reflexionar sobre nuestra creciente indefensión para discernir la verdad o falsedad de lo que se nos comunica por las redes. 

Tomado de:

El Mundo (España)

30 de abril de 2014

¿Pueden pensar las máquinas?

El matemático británico Alan Turing, decisivo para derrotar a los nazis en la Segunda Guerra Mundial, propuso un test para averiguar si una máquina determinada puede ser tan inteligente como un ser humano.





Este texto es un capítulo del libro ‘Rompiendo Códigos. Vida y legado de Turing’, recién publicado por el CSIC y la editorial Los Libros de la Catarata. El matemático británico Alan Turing (1912-1954) fue uno de los científicos más brillantes del siglo XX y su obra sentó las bases de la informática actual. Su trabajo aceleró el final de la Segunda Guerra Mundial al vulnerar las comunicaciones alemanas rompiendo los códigos de las máquinas de cifrado nazis.


Los debates que se generaron en aquella época en torno a las futuras relaciones (beneficiosas o peligrosas) entre las nuevas máquinas y los humanos influyeron seguramente en la siguiente etapa de la investigación de Turing: la in­teligencia artificial. En 1950 publicaba un artículo clave para el futuro desarrollo de esta disciplina: Máquinas de computación e inteligencia.

El artículo, publicado en Mind, una revista de corte fi­losófico, estaba basado en una conferencia que Turing ha­bía pronunciado tres años atrás; empezaba con el epígrafe El juego de la imitación, y decía:

Propongo que se considere la siguiente cuestión: “¿Las máquinas pueden pensar?”. Para ello, lo primero sería dar definiciones del significado de los términos “máquina” y “pensar”. Estas definiciones pueden plantearse de manera que queden lo más alejado posible del uso habitual, pero esta acti­tud es peligrosa. Si los significados de las palabras “máquina” y “pensar” se obtienen del uso común, es difícil escapar de la conclusión de que el signi­ficado y la respuesta a la pregunta “¿las máquinas pueden pensar?” tendrá que ser rastreada en una encuesta estadística del tipo “sondeo de Gallup”. Pero esto es absurdo. Entonces, en vez de intentar dar ninguna definición, deberíamos quizá cambiar la pregunta por otra, que esté muy relacionada y que esté expresada en palabras relativamente precisas.

Tras esta introducción propone el método alternativo a la pregunta, lo que él llama el Juego de la imitación y que hoy conocemos más familiarmente como test de Turing, que se usa para averiguar si una máquina determinada puede ser tan inteligente como un ser humano. Esa era la propuesta de Turing: puestos a debatir si las máquinas pueden pensar, dejemos de reflexionar de manera teórica, atrapados en definiciones imposibles, cambiemos de tercio y veamos, de manera práctica, si una máquina se puede comportar de manera indistinguible de un ser humano.

Lea el artículo completo en:

Materia


2 de marzo de 2014

Dick Swaab: 'La orientación sexual se determina en el útero'

12 de febrero de 2014

Esta semana, en una pequeña tertulia en la residencia del embajador de Holanda en España, el neurólogo Dick Swaab (Ámsterdam, 1944) mostraba una foto de sus hijos cuando eran pequeños: la niña entretenida con unas muñecas y el chico con un coche. A continuación, mostró la misma escena pero protagonizada por dos monos, hembra y macho. Las preferencias de unos y otras por unos juguetes y no otros, explicó, no tienen nada que ver con el ambiente o la educación recibida de los padres, sino con las preferencias del cerebro femenino por los rostros (las muñecas) y por los objetos en movimiento (los coches) en el caso del cerebro masculino.

Swaab ha visitado esta semana Madrid invitado a los 'Diálogos por la Ciencia' que organiza la Obra Social La Caixa para presentar su best seller Somos nuestro cerebro (Plataforma actual), un libro que lleva vendidos más de 400.000 ejemplares en Holanda y al que acompaña la polémica desde su publicación por sus puntos de vista sobre la homosexualidad o la religión, entre otras cuestiones. "Sé cuántos se han vendido, pero no cuántos de los lectores lo han acabado o comprendido", bromea con EL MUNDO ante las más de 600 páginas de su manuscrito.


Probablemente uno de los aspectos más controvertidos de su libro es el que indica que la orientación sexual se determina durante la gestación del embrión en el embarazo. 
 
La orientación sexual del individuo se determina en el útero materno por una serie de factores. Un 50% de ellos son genéticos y los otros son interacciones entre las hormonas y las células en el cerebro en desarrollo. Puede haber muchos factores implicados, también externos. Como el estrés de la madre durante la gestación, que segrega altos niveles de hormonas como el cortisol que atraviesan la placenta e interactuan con las hormonas del cerebro en desarrollo, también el tabaco (la nicotina también afecta al cerebro en desarrollo), ciertos fármacos, compuestos de tipo hormonal... Hay otro factor interesante que también influye: el número de hijos varones nacidos antes que tú. Es una cuestión inmunológica, cuando la madre está embarazada de un niño, éste genera una proteína que el organismo de la madre reconoce como extraña, y produce anticuerpos contra este compuesto que reconoce como extraño. Cuantos más hijos varones haya tenido, más eficientes son esos anticuerpos y eso influye en la orientación sexual del cerebro del niño en desarrollo.
Sus puntos de vista sobre la homosexualidad han sido criticados por quienes consideran que se trata de una manera de 'patologizar' o medicalizar la cuestión. 
 
La ciencia es una búsqueda de la verdad. En los años 60 ó 70 se creía que la homosexualidad era fruto de una madre dominante, era la madre a la que se patologizaba sin ningúna razón. Ahora sabemos que la base está en el cerebro, hay variabilidad en todo lo que hacemos, todos nuestros potenciales. La variabilidad es el motor de la evolución. Hay variabilidad en todos los aspectos del comportamiento, y debería aceptarse. Nada más lejos de patologizar, sino aceptar que la gente es diferente, que hay que proteger esas diferencias y permitir a cada uno vivir de acuerdo a lo que marca nuestro cerebro.
Algunos colegas argumentan que sus afirmaciones no se han replicado en otros ensayos, que no hay evidencias científicas suficientes. 
 
Sí, hay estudios que demuestran eso. No estoy muy de acuerdo con esa afirmación. Además, se demuestra también porque la gente ha intentado corregir la homosexualidad de diversas maneras hasta la fecha sin éxito. Se ha tratado con hormonas, castración, trasplante de testículos, psicoanálisis, compuestos como la apomorfina... También se ha encarcelado a la gente, pero nada de esto logra cambiar la orientación sexual. Hay otra línea de investigación más reciente, sobre los hijos adoptados de parejas homosexuales, y se ha demostrado que criar a un niño en este entorno no influye en su orientación sexual, porque todo está programado desde muy temprano en el desarrollo cerebral.
Según esos puntos de vista, ¿no hay nada entonces que podamos hacer para cambiar lo que viene escrito de serie en nuestro cerebro? ¿Nada que la educación o el ambiente social puedan aportar? 
 
No es una cuestión de nada, pero la orientación sexual no se puede influenciar después del nacimiento. Por supuesto que todo lo que aprendemos cambia nuestro cerebro, nuestras sinapsis. El cerebro está cambiando por todo lo que aprendemos, lo que hacemos, lo que vemos, lo que pensamos... el cerebro tiene una cierta plasticidad, pero para algunos comportamientos -como la orientación sexual- no hay esa plasticidad. Igual que la identidad de género. Si eres hombre o mujer está escrito en el cerebro desde que nacemos, y los niños pueden tener fuertes convicciones a la edad de dos o cinco años de que han nacido en un cuerpo equivocado, sin que se pueda hacer nada más que cambiar ese cuerpo, el cerebro no se puede cambiar, me refiero a la transexualidad. 
También ha dicho que hay diferencias físicas entre el cerebro de un hombre y una mujer. ¿Cuáles son?
 
Hay diferencias a todos los niveles. Los genes del cromosoma Y de los varones están ya expresados en todo el cerebro masculino desde la segunda mitad del embarazo, por lo que hay diferencias moleculares, funcionales, también de la conexión entre los hemisferios izquierdo y derecho, que es mayor entre las mujeres. Ellas son capaces de combinar distintas piezas de información para llegar a conclusiones, ésa es la base de la intuición femenina, son mejores en la interacción social, el lenguaje, mientras que los hombres son más capaces de focalizar y centrarse en un aspecto. En todos los niveles, del molecular al tamaño, hay muchas diferencias entre hombres y mujeres.
¿Qué hay sobre la inteligencia? ¿Hay una especie de gen de la inteligencia?
 
El cociente intelectual [IQ en inglés] es un 88% genético, por eso es importante elegir bien a tus padres. La inteligencia es el producto de todos los genes que componen el cerebro, no hay un gen de la inteligencia. Es la forma en que el cerebro reacciona al entorno y soluciona los problemas.
¿Pero hay algo que las madres puedan hacer durante el embarazo para que sus hijos sean más inteligentes?
 
Las madres pueden hacer mucho para evitar daños, dejar de usar fármacos que no sean absolutamente necesarios, evitar el tabaco, el alcohol, la contaminación... Todo eso es muy importante para el desarrollo del cerebro en el útero. También se puede ejercitar el cerebro después de nacer si el niño nace en un entorno sano y estimulante, la estimulación es ejercicio para el cerebro. El niño tiene unos potenciales que debe desarrollar, en base a la estimulación que recibe de su entorno. Si crece por ejemplo en un hogar bilingüe, se puede retrasar hasta cuatro años la aparición del Alzheimer. Se pospone porque estás estimulando el cerebro con las dos lenguas. Una buena educación, un trabajo interesante y mantenerte activo hasta una edad tardía son algunas cosas que se pueden hacer para mantener tu cerebro intacto.
De alguna manera admite entonces que el entorno es importante. 
 
Sí, yo no he dicho lo contrario. Pero sí hay cosas importantes que están programadas en el cerebro en el momento de nacer y que no se pueden cambiar después. Tenemos memorias, cambiando todos los días, pero son cambios microscópicos, la plasticidad es muy limitada en algunas cuestiones. 
Fuente:
El  Mundo Ciencia

20 de enero de 2014

¿Los genios nacen o se hacen?

Albert Einstein
Ambos. Eso sí, por mucho que estudiemos o practiquemos una disciplina no nos volveremos genios.

Sin embargo, el aprendizaje persistente y la práctica son esenciales incluso para quienes han nacido con un potencial extraordinario.

Una vieja teoría resurgió recientemente al encontrar una nueva evidencia, señala que toma aproximadamente 10 años alcanzar una pericia sólida en cualquier disciplina, ya sea, música, deporte, matemáticas...

También cuenta la personalidad. Se ha probado que los genios están más abiertos a experimentar, también son introvertidos, hostiles, resueltos y ambiciosos.

¿Y la personalidad, se desarrolla o es innata? Nuevamente, son ambas.

Fuente:

BBC Ciencia

17 de enero de 2014

El sexo ayuda al cerebro a generar nuevas neuronas

Una investigación de la Universidad de Maryland confirma los beneficios de la práctica sexual para el cerebro.

Los beneficios para la salud de tener una vida sexual activa y satisfactoria son un hecho reconocido por médicos y psicólogos de todo el mundo. Sin embargo, ahora investigadores de la Universidad de Maryland han ido más allá y han descubierto que la práctica sexual contribuye incluso a generar nuevas neuronas.

Los científicos han comprobado que la actividad sexual en ratones mejoraba su actividad mental y hacía incrementar la neurogenesis (la producción de nuevas neuronas) en el hipocampo, según recoge esta semana The Atlantic, haciéndose eco de un estudio publicado el pasado abril.

"Los resultados sugieren que la experiencia sexual puede estimular la neurogenesis y recuperar funciones cognitivas en ratones de edad media", señala el estudio.

Paradójicamente, The Atlantic señala que "si practicar sexo puede hacer a las personas más listas, lo contrario no es cierto: ser más listo no significa tener más sexo". Y es que, al parecer, un estudio de 2012 de la Universidad de Pensilvania señala que una gran memoria se relaciona con una mayor tardanza entre los adolescentes en su inicio sexual.

Fuente:

La Vanguardia

16 de enero de 2014

Marvin Minsky: “Se crearán máquinas al menos tan inteligentes como los humanos”

La Fundación BBVA premia al padre de la Inteligencia Artificial Marvin Minsky 
El científico ha sido elegido en la categoría de Tecnologías de Información y Comunicación 
Es la sexta edición del premio Fronteras del Conocimiento 


Imagen de vídeo facilitada por la Fundación BBVA de Marvin Minsky
 
— ¿Una máquina podría tener sentido común o creatividad?

— No hay ninguna razón para pensar lo contrario.

Esta es la opinión de Marvin Minsky, considerado el padre de la Inteligencia Artificial, que ha sido galardonado este martes con el premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Tecnologías de la Información y la Comunicación, en su sexta edición. La idea de desarrollar máquinas tan inteligentes como las personas, presente desde hace años en el imaginario colectivo, no es una utopía para Minsky, pero no se atreve a aventurar el plazo en el que podría lograrse. "Depende de cuánta gente trabaje en los problemas adecuados. Ahora mismo no hay ni recursos ni investigadores suficientes”.

“Los grandes avances en Inteligencia Artificial se dieron entre los 60 y los 80 del pasado siglo. En los últimos años no he visto nada que me sorprenda", ha criticado el científico desde el hospital donde se encuentra ingresado después de una intervención quirúrgica. "Ahora hay muy poca financiación pública, y los fondos se destinan más a aplicaciones de corto plazo que a ciencia básica. Para el científico, el punto de inflexión fue el final de la guerra fría. "De los 50 a los 70 había mucha financiación para investigación básica y no esperaban aplicaciones de manera inminente. Pero en los 80 todo cambió. El Gobierno de EE UU dejó de tener la motivación que le movía a invertir. Las investigaciones empezaron a depender de la industria privada y eso significa que nadie va a apoyar investigaciones que necesitan muchos años para conseguir resultados, lo que supone una gran limitación”.

Minsky ha señalado, sin embargo, que es previsible que la inteligencia de los ordenadores, entendida como la capacidad para aprender del entorno, siga aumentando en los próximos años de forma exponencial. "Es esperable que continúe creciendo el conocimiento humano en este área, con la presencia de nuevos jóvenes científicos, repletos de brillantes ideas y retos".

Lea el artículo completo en:

El Páis Ciencia

6 de enero de 2014

Sabías que... Cuanto más tontos somos, más inteligentes nos creemos

    Chico con idea

    Usted es listo, ¿verdad? Inteligente, bastante gracioso... Igual que yo. Por supuesto, usted y yo somos personas geniales. Pero, ¿no sería terrible si ambos estuviéramos equivocados?

    Los psicólogos han demostrado que tenemos tendencia a ser ciegos ante nuestras propias fallas, mucho más de lo que llegamos a darnos cuenta.

    Esto explicaría por qué algunas personas incompetentes son tan exasperantes. Y también sirve para inyectar una saludable dosis de humildad a nuestra autoestima.

    En 1999, los investigadores Justin Kruger y David Dunning, de la Universidad de Cornell, en Nueva York, evaluaron si las personas que carecen de ciertas destrezas en un determinado campo son más propensas a no notar esta falta de habilidad que alguien más diestro o hábil para igual labor.

    Al comienzo de su investigación, citaron el ejemplo de un ladrón de bancos de Pittsburgh, llamado McArthur Wheeler, que fue arrestado en 1995, poco después de cometer dos asaltos en plena luz del día y sin usar máscara ni ningún tipo de disfraz.

    Cuando la policía le mostró las imágenes registradas por la cámara de seguridad de una de las entidades bancarias, el hombre protestó:"¡Pero si estaba usando el jugo!"

    El desafortunado criminal creyó que, si se restregaba un limón por la cara y quedaba embadurnado con el jugo, se volvía invisible para las cámaras de seguridad.

    Lea el artículo completo en:

    BBC Ciencia
    google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0