6 de febrero de 2019
El fin del sexo reproductivo: llega la técnica que permitirá tener hijos sin la intervención del varón
«En lugar de en una cama, en el asiento trasero de un coche o bajo un letrero de no pisar la hierba, los niños serán concebidos en clínicas». El deseo y el sudor sustituidos por la frialdad del laboratorio y las batas blancas. Así ve un futuro no tan lejano Henry T. Greely, profesor de Derecho de la Universidad de Stanford, experto en bioética y autor del libro The End of Sex and the Future of Human Reproduction (2016).
¿El fin del sexo con fines reproductivos? Probablemente, sí.
El polémico caso del científico chino He Jiankui y sus presuntos bebés modificados genéticamente ha vuelto a poner sobre la mesa el estado de estas prácticas en todo el mundo. Aunque haya detenido sus experimentos, todavía en entredicho, la noticia ha coincidido en el tiempo con la intención del gobierno japónés de aprobar, a principios de 2019, un borrador de ley elaborado por expertos que no sólo permitirá la edición genética en embriones con fines científicos (no destinados a la reproducción), sino que la incentivará.
Japón no pretende seguir los pasos de China, Reino Unido y EEUU, países en los que está permitida la manipulación genética de embriones con fines científicos, previa autorización por parte de diversos comités, sino adelantarlos por la derecha. Si finalmente sale adelante en el parlamento japonés, la ley plantea que los investigadores no necesitarán la aprobación gubernamental para llevar a cabo modificaciones en el ADN embrionario.
La polvareda mediática por el caso Jiankui ha eclipsado otra investigación, también japonesa, que plantea una revolución en la reproducción asistida que evita la edición genética. El avance, publicado en la revista Science en septiembre, lo ha realizado un equipo liderado por el biólogo Mitinori Saitou, que ha conseguido crear células germinales humanas, el estadio anterior a un óvulo, a partir de células de la sangre de una mujer.
Todavía no se ha llegado a obtener un óvulo maduro, preparado para ser fertilizado in vitro, pero hay otros ensayos clínicos con ratones que sí han logrado células reproductoras completas. El resultado es una adorable camada de pequeños ratoncitos provenientes de células de la cola de dos ratones adultos. Lo que plantea la gametogénesis in vitro, que así se llama el proceso, es llevar la magia de la reproducción a una placa de Petri sin donación de óvulos ni de esperma.
Uno de los escenarios más extremos, si finalmente la gametogénesis in vitro llega a convertirse en una realidad, es el de un planeta en el que el hombre ya no sea necesario para la reproducción. Si ambos gametos, masculino y femenino, pueden ser obtenidos a partir de células de la piel o de la sangre, el género masculino en su totalidad sería prescindible. Lo que sigue siendo indispensable para la reproducción humana es la implantación del embrión y el útero de la mujer... de momento. Un útero artificial para ayudar al desarrollo de niños prematuros ya es una realidad, ¿llegará el día en que pueda gestar un embrión desde el principio? «Es posible», señala Henry T. Greely, «aunque yo diría que es una hipótesis lejana en el tiempo. Este órgano externo podría crearse a partir de células madre y estar conectado a máquinas que le proporcionen oxígeno, nutrientes y sangre con los niveles correctos de hormonas».
Greely lleva años estudiando las posibles alteraciones sociales, legales y éticas de unos avances de semejante magnitud. Lo primero es tener un marco temporal: «Yo diría que pasarán entre 15 y 30 años antes de que se apruebe su uso clínico, ya que garantizar que el proceso sea seguro para los bebés resultantes requerirá un estudio sustancial».
Lea el artículo completo en: El Mundo (España)
21 de marzo de 2014
¿Por qué las gallinas ponen tantos huevos?
Una gallina doméstica pone hasta 300 huevos en un año
Las gallinas domésticas ponen huevos todos los días. Son esos los huevos que guardamos como un tesoro en nuestra despensa y cocinamos de las maneras más variadas. Las demás aves ponen huevos en primavera, cuando tienen algún macho cortejándolas y copulándolas porque las condiciones son óptimas para llevar adelante la reproducción: la comida disponible es abundante y la temperatura adecuada.
“Al igual a las mujeres que producen un óvulo cada mes independientemente de su actividad sexual, las gallinas producen un huevo cada día sin importar si tienen acceso a un gallo o no”, explica a RTVE.es José Cózar, veterinario de producción.
Es una tendencia natural de las gallinas que los hombres hemos aprovechado. “Las gallinas ponedoras domésticas están seleccionadas genéticamente para potenciar esta predisposición a poner huevos”, apunta. La Gallus Bankiva, el antepasado de la gallina doméstica, pone conjuntos de unos 12 huevos varias veces al año. Por este motivo seguramente fueron domesticadas en el sudeste asiático hace 9000 años.
A finales del siglo XIX comenzó el frenesí gallináceo. Llegaron a Europa ejemplares de razas raras del exótico Oriente y se inició una cría selectiva para lograr preciosos ejemplares de exhibición. Pronto el interés cambió y la cría selectiva derivó hacia el logro de ejemplares que dieran buena carne y muchos huevos. Así, casi toda la diversidad nacida en el siglo XIX ha desaparecido. Hoy en día la mayoría de las gallinas de uso industrial son de la raza New Hampshire o Leghom y se producen unos 63 millones de toneladas de huevos al año.
Una gallina pone hasta 300 huevos en un año. “Nacen con miles de pequeños folículos (óvulos sin madurar) en su ovario (tiene solo activo el izquierdo, el otro está atrofiado) que a lo largo de su vida se convertirán en óvulos que progresarán hasta formar huevos”, ilustra el veterinario. Empiezan a poner huevos a la edad de cuatro o seis meses.
En vez del óvulo por ciclo de 28 días de las mujeres, “las gallinas tienen racimos de 8 a 10 óvulos que van madurando hasta convertirse en huevos a lo largo de un ciclo de 10 semanas. Van superponiendo ciclos de tal manera que están poniendo huevos casi cada día durante cerca de dos años, lo que dura su vida en la explotación avícola”, puntualiza el experto.
La yema crece en el ovario
Esto sucede con un periodo diario de luz estable de 8 horas de oscuridad y 16 de luz, que se regula en el interior de nave donde viven las gallinas en las explotaciones. “La luz indica al cerebro de la gallina que segregue una serie de hormonas que provocan la liberación del folículo para que se inicie su maduración y se forme un huevo”, explica Cózar.Entonces, en el mismo ovario el óvulo empieza a acumular durante 10 días los componentes para formar la yema (agua, proteínas, grasas, glucosa en su mayoría) que se forman en el hígado y llegan a través del torrente sanguíneo. El color depende de los pigmentos que contiene la comida del pollo. Por ejemplo, la dieta rica en maíz y alfalfa da lugar a una yema más amarilla. La yema es enorme porque contiene provisiones para desarrollar un pollo, proeza que dura 21 días. En su superficie hay un pequeño disco blanco. Es el disco germinal, lugar en el que se inicia la división de las células embrionarias si el huevo se fecunda.
La clara protege al hipotético embrión
La clara se forma cuando el ovario libera la yema terminada (los curiosos huevos de dos yemas se producen cuando se liberan dos a la vez). La clara sirve para proteger la yema y amortiguar los golpes del hipotético embrión. Su formación dura unas 25 horas. La yema discurre por el oviducto (un canal de unos 60 centímetros) cuya pared va liberando proteínas que cubren la yema formando la clara en tres capas de distinta densidad.El huevo en formación sigue discurriendo por el oviducto. El siguiente paso es la formación de dos membranas que protegen la estructura de microorganismos. Más tarde, ya en el útero, se forma la cáscara durante unas 14 horas. Es una corteza de carbonato de calcio con unos 10.000 poros para que entre aire.
El toque final es una cutícula formada en su inmensa mayoría por proteínas y pequeñas cantidades de lípidos y carbohidratos. Recubre toda la superficie de la cáscara. La principal función de esta película consiste en sellar los poros, formando una barrera física contra la penetración de microorganismos. También evita la pérdida de agua y da un aspecto brillante al huevo. El color final del huevo depende de la concentración de pigmentos incluidos en la película y que quedan atrapados en los poros. Así, los huevos marrones incluyen ovoporfirinas, procedentes de los glóbulos rojos, los blancos nada y los azules llevan ovocianinas, que provienen de proteínas procedentes de la síntesis de la bilis, que es verde intenso. Y así es como se forma el magnífico alimento que protagoniza los platos más deliciosos a lo largo y ancho del mundo.
Fuente:
RTVE Ciencia
16 de enero de 2014
La tecnología pionera que permitirá a los padres escoger el embrión más inteligente
Sin embargo, su salto a la fama se ha debido a su controvertida investigación en busca de las raíces genéticas de la inteligente, que promete que en pocos años permitirá que los padres seleccionen a los embriones en función de su coeficiente intelectual potencial.
Con más de 100 máquinas de secuenciación de genes, el equipo de Bowen está descifrando alrededor de 2.200 muestras de ADN, la mayoría procedente de los estadounidenses más brillantes, con un coeficiente intelectual (CI) de 160 o más. El gobierno de Shenzen acordó pagar por la mitad del proyecto y BGI aportaría el otro 50%.
Bowen, quien espera publicar los hallazgos de su equipo a mediados de año, señala:
Por mucho tiempo, la gente ha decidido ignorar la genética de la inteligencia. (…) La gente cree que es un tema controvertido, especialmente en Occidente. Pero no es así en China, donde estudios del cociente intelectual (IQ) son considerados más como un reto científico y por lo tanto son más fáciles de financiar.
El artículo completo en:
Xakata Ciencia
21 de mayo de 2013
La clonación terapéutica, ¿un peligro para el ser humano?
Diferentes estadíos del proceso de clonación. | OHSU
¿Qué son las células madre embrionarias?
Son células presentes en el embrión humano y que tienen capacidad para convertirse en cualquier tipo de tejido. De hecho, gracias a ellas, se desarrollan todos los órganos del feto.
¿Para qué son útiles?
Desde que se aislaron por primera vez en un embrión humano dentro del laboratorio, los científicos están convencidos de que son una vía futura para curar enfermedades incurables, como el Parkinson, el Alzheimer o la diabetes.
¿Qué problemas han surgido?
Con los primeros experimentos, surgieron voces críticas sobre el empleo de embriones para la investigación. En algunos países, como hizo en su momento Estados Unidos, no destinan fondos públicos para crear nuevas líneas celulares cultivando estas células embrionarias. En otros, como España, está permitido este tipo de estudios siempre que los embriones procedan de clínicas de fertilidad y hayan sido deshechados para la reproducción.
¿Qué aporta la clonación?
La clonación o transferencia nuclear es una herramienta que permite crear células madre embrionarias casi idénticas a las que se obtienen de un embrión gestado de forma natural pero, en este caso, se crea artificialmente, en el laboratorio. Se recurre a un óvulo de una donante y a una célula adulta, como una célula de la piel, estos dos componentes se fusionan con un sistema electroquímico.
¿Cuál es la novedad ahora?
Nunca hasta ahora se había logrado aplicar la transferencia nuclear con éxito en humanos. Se había conseguido en mamíferos y otros animales. El más famoso fue Dolly, aunque antes de que esta oveja fuera clonada, ya se había realizado esta técnica en otros animales como las ranas. Posteriormente, se ha conseguido con camellos, toros, gatos, y monos.
¿Es lo mismo clonación terapéutica que reproductiva?
No. La clonación reproductiva es la que persigue generar clones de seres vivos, como Dolly. La clonación terapéutica tiene otro objetivo: desarrollar un embrión para extraer sus células madre y aplicarlas en la medicina, para crear tejidos u órganos dañados. Ningún científico se opone a este objetivo, es la clonación reproductiva en humanos la que está por todos los investigadores cuestionada y prohibida en la mayoría de los países.
¿Sólo hay una forma de producir células madre embrionarias?
No. En 2007, el científico japonés Shinya Yamanaka desarrolló una técnica denominada de pluripotencialidad inducida (iPS) con la que se consigue, a partir de una célula adulta, células similares a las embrionarias. Sin embriones, sin óvulos y sin clonación.
¿Se puede utilizar las células iPS o las células madre procedentes de la clonación?
No. Todavía no han demostrado su seguridad. Hay un riesgo de que al inyectarlas en una persona se formen tumores u otros problemas médicos.
¿Cuáles serán los siguientes pasos?
El japonés Yamanaka ya ha solicitado a su gobierno el permiso para llevar a cabo ensayos clínicos con células iPS para demostrar su seguridad y su falta de toxicidad. Si estos estudios demostraran que son seguras, el siguiente paso será realizar ensayos grandes, con un mayor número de personas, para comprobar que estas células son eficaces.
De momento, las células madre embrionarias procedentes de la clonación no se pueden utilizar en la clínica práctica. Hacen falta estudios sobre su seguridad.
¿Se puede clonar a una persona?
Es una pregunta sin repuesta. Aunque se han clonado muchos especies de animales, como camellos, toros o gatos, según los investigadores estadounidenses, su técnica no ha logrado clonar monos y, por tanto, tampoco puede clonar humanos.
Otros científicos apuntan que si ahora se ha logrado crear embriones con esta técnica, en un futuro quizás algún grupo de científicos, en aquellos países donde no exista legislación que lo prohiba, pueda llegar a clonar a una persona. De momento, esto es ciencia ficción.
Fuente:
El Mundo Ciencia
11 de diciembre de 2012
El gen que transforma una aleta de pez en una pata
Reconstrucción de un Acanthostega, un tetrápodo primitivo. | G. Bechly
Embrión de pez cebra modificado.
La hipótesis de que un conjunto de cambios genéticos condujo al árbol de la vida hacia la colonización de la tierra firme desde el medio acuático era algo más o menos aceptado en la comunidad científica, pero que aún no había sido demostrado. Un trabajo liderado por investigadores españoles ha demostrado por primera vez que las aletas de los peces cebra ('Danio rerio'), uno de los organismos de laboratorio más utilizados por la ciencia, pueden transformarse en estructuras parecidas a las patas de los tetrápodos si se incrementa la actividad de un gen denominado hoxd13.
Los resultados de la investigación, que aparecen publicados en el último número de la revista científica 'Developmental Cell', demuestran funcionalmente esta teoría clave para entender el paso de los animales acuáticos a los terrestres. Según los autores del experimento, en esta transición fue crítica la aparición de estructuras óseas distales que formaron lentamente los dedos y la muñeca en los apéndices precursores de las patas de los tetrápodos.
La clave del paso evolutivo hacia tierra firme
La investigación ha sido llevada a cabo por los investigadores José Luis Gómez-Skarmeta, Fernando Casares y Renata Freitas, en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pablo de Olavide."Nuestros experimentos demuestran por primera vez que, si aumentamos los niveles del gen hoxd13 en aletas de peces cebra, se incrementa la aparición de tejido óseo de carácter distal similar al que genera los dedos en animales con patas como nosotros”, explica Gómez‐Skarmeta. Sin embargo, los científicos no han podido saber hasta qué punto afecta la mutación a la formación de estas 'protopatas'. Sólo han podido llevar el desarrollo de los organismos modificados hasta el cuarto día de vida debido a que llegado ese punto las larvas necesitan alimentarse por sí solas y para ello necesitan nadar, algo que no pueden hacer con estos miembros modificados artificialmente.
"Hemos acelerado un proceso de 10 millones de años hasta hacerlo en 24 horas", asegura Fernando Casares. "Pero este cambio evolutivo ocurrió muy lentamente y acompañado de otros muchos cambios fisiológicos que hicieron que estos cambios no fuesen deletéreos, como sí lo son en los peces cebra de laboratorio", explica.
Los genes Hox, que forman parte de una familia encargada de distinguir las partes del cuerpo durante el periodo embrionario y son esenciales para la formación de los dedos y la muñeca, cuentan con unos niveles de expresión mucho mayores en la zona distal del rudimento embrionario de las patas que en la región de la aleta equivalente.
En los últimos años, varios estudios han comprobado que las grandes cantidades de expresión de los Hox en las patas dependen de elementos de ADN reguladores que actúan conjuntamente potenciando su expresión. "Es muy interesante que algunos de estos elementos reguladores no se encuentren en el genoma de los peces, lo que sugiere que ha sido la aparición de nuevos elementos reguladores lo que ha facilitado alcanzar los niveles de expresión de genes Hox requeridos para la formación de los dedos y la muñeca", indica Gómez‐Skarmeta.
De forma resumida, el trabajo liderado por los científicos españoles buscaba comprobar si el pez cebra tabién es capaz de activar esta función de la misma forma que lo hacen los tetrápodos. Según su hipótesis, de ser así, el ancestro común de ambos linajes también era capaz de activar este programa 'diseñado' para la formación del cartílago que da lugar a las muñecas y tobillos. "Estos datos indican que el ancestro común de los peces y los tetrápodos tenía un genoma preparado para adquirir progresivamente nuevos elementos reguladores que fueron aumentando los niveles de los genes Hox que permitieron el desarrollo de las manos y los pies", dice Casares.
Fuente:
El Mundo Ciencia
29 de octubre de 2012
Fotos: Embriones de murciélago
La imagen ha quedado clasificada en el puesto 20 en el concurso Small World de Nikon de este año. Lo que veis son embriones de murciélago de la especie Molossus rufus, una especie que vive en Sudamérica. Las fotografias han sido tomadas por Dorit Hockman, de la Universidad de Cambridge, quien ha desarrollado un método para captar las etapas de desarrollo de estos embriones. Para ver los ganadores pincha aquí.
15 de septiembre de 2012
Sorprendente imagen de un embrión de pollo (con un aumento de 6x)
17 de julio de 2011
La falacia del continuo
Imaginad que tenemos un grano de arena. Evidentemente, no diremos que es un montón de arena. Ahora tenemos dos granos. ¿Es un montón? ¿Y tres? ¿Y cuatro? … ¿Y un millón? A esta última pregunta podemos responder que sí. Pero si en uno, dos, tres y cuatro hemos dicho que no y en un millón hemos dicho que sí, la pregunta es ¿cuándo decimos que n granos de arena no son un montón pero n+1 granos de arena sí son un montón? Bienvenidos a la falacia del continuo o paradoja sorites.
Podemos decir que un grano de arena es un montón ya que si tenemos un millón vamos quitando grano a grano y sigue siendo un montón, llegando un momento en que tenemos un solo grano, concluyendo que un grano es un montón. Y viceversa, podemos decir que si un grano de arena no es un montón, vamos sumando grano a grano y aunque lleguemos a un millón seguirá sin ser un montón. Pero, seamos realistas, pocas personas dirían que un grano de arena es un montón y otras pocas dirían que un millón de granos no lo es. Y esto que parece una nimiedad tiene unas repercusiones bárbaras, ya que hay quien lo utiliza, a veces en un sentido (diciendo que un grano y un millón de granos es lo mismo) y a veces en otro (diciendo que un grano es una cosa y un millón otra). La paradoja se da siempre que utilizamos el “sentido común” sobre conceptos vagos.
El caso dónde ha sido aplicada de forma más famosa es en si los embriones son seres humanos o no. Todos podemos tener más o menos claro que cuando vemos un ser humano lo reconocemos al instante. Pero, dejando fanatismos religiosos aparte, hemos de reconocer que el concepto “ser humano” ya en sí es un concepto vago. ¿Qué es un ser humano? ¿una cadena de ADN? ¿una célula con potencial de convertirse en un ser humano? Si lo creéis así, os recuerdo que la oveja Dolly salió de la célula de una ubre de otra oveja, así que por la misma regla de tres, cualquier célula humana también sería un ser humano. Un ser humano, por ejemplo, debe tener neuronas y estas tardan alrededor de 20 días en aparecer después de la fecundación y el encefalograma de un feto no sale hasta la semana 30 de gestación (fuente). Y si creéis que reconoceríais un ser humano y pensáis que los fetos de siete semanas lo son, decidme cuál de estos es humano y cuál no:
(foto: vía)
Cabe recordar que nuestro concepto sobre los embriones ha ido cambiando con el tiempo. Aristóteles creía que el embrión estaba formado de sangre menstrual y que el elemento dinámico masculino le daba forma. Se preguntó si todas las partes del embrión empezaban a existir al mismo tiempo o se iban formando sucesivamente, como cuando se teje una red. Después de abrir huevos de gallina entre distintas fases o etapas, argumentó a favor de la existencia de estructuras embrionarias. Pero su rechazo de la preformación, de la idea de que todo estaba ya preformado en miniatura desde el primer momento, se basaba no en observaciones, sino en argumentos filosóficos. Por otro lado, en tiempos pasados, la idea predominante entre los teólogos era que el alma humana entraba en el feto masculino alrededor del día número 40, y en el feto femenino en torno al día 80. Y sin alma, ya no eran humanos, ¿no?
No obstante, no quiero entrar en si un embrión es un ser humano o no lo es, pues me parece que pocos vamos a cambiar la opinión que tenemos formada. Lo que sí quiero poner sobre el tapete es que no me sirve el razonamiento de que un embrión es un ser humano porque si lo dejamos desarrollarse llegará en una serie de pasos continuos a un adulto. Y un adulto, no cabe duda que lo es. Quiero decir que si queréis decirme que un embrión es un ser humano, buscad otro razonamiento, pues ese argumento no me sirve. Y ¿por qué?, porque si lo aceptáis por también tendréis que aceptar que un chimpancé también es un ser humano, cosa que no me vais a admitir, ¿verdad? Pero este punto tengo que explicarlo con algo de detalle.
Tomemos como ejemplo la gaviota sombría (Larus fucus) y la gaviota argéntea (Larus argentatus). Ambas pertenecen claramente a especies distintas, sobre todo, en lo que respecta al color. Cualquiera puede distinguirlas. En Gran Bretaña conviven ambas especies.
(foto: vía)
La gaviota argéntea y la sombría jamás procrean entre sí, pero entre ellas hay una relación fascinante. A medida que nos desplazamos por la Tierra hacia el oeste (alrededor del Polo Norte; pasando por América del Norte, Alaska, Siberia, y luego regresando otra vez a Europa) las gaviotas argénteas van dejando gradualmente de parecerse a gaviotas argénteas y se parecen cada vez más a gaviotas sombrías. Finalmente se observa que nuestra gaviota sombría es, en realidad, el otro extremo de un anillo que partió como gaviota argéntea. En cada punto del anillo, las aves son lo suficientemente semejantes a sus vecinas como para procrear entre sí, pero no sucede con los extremos de ese anillo.
(foto: vía)
Volvemos a topar con la falacia del continuo: por un lado, podríamos decir que ambas son una misma especie, pero por otro no. Este tipo de especies reciben el nombre de especies anillo.
Y ahora vamos a suponer que una persona da la mano su madre quien, a su vez, da su otra mano a la suya (abuela de la primera), esta última a su madre y así sucesivamente. Si pudiéramos hacer eso iríamos poco a poco a encontrarnos a nuestro antepasado común con los chimpancés. Supongamos ahora que este antepasado, en vez de dar la otra mano a su madre, se lo da a su hija que empieza la rama de los chimpancés: formaría la cadena que llevaría a los chimpancés modernos. Si pudiéramos recorrer la cadena humana, llegar al antepasado común y volver a caminar por la línea de los chimpancés, llegaríamos al que estamos mirando. Y todo ello sin discontinuidades. Cuando miramos a un chimpancé a los ojos, estamos mirando realmente a un primo lejano nuestro.
Y aquí viene el problema: ¿cuál es el primer ser humano cuya madre no lo es? No me sirven explicaciones que afirmen que se es humano al 80% o al 90%, pues es una característica que nosotros asignamos o no asignamos; no sirven términos medios. Es cierto que serían unas cuantas generaciones. Carl Sagan decía que si un hombre entrara en su habitación, detrás viniera su padre, detrás su abuelo, etc., ¿cuánto tiempo deberían estar pasando personas hasta que entrara uno que caminara a cuatro patas? La respuesta es que una semana. Una semana pasando una persona detrás de otra. En fin, continuemos.
Fijaos que el ejemplo de la cadena (del anillo, tal como hemos explicado antes) de los seres humanos es totalmente análogo al de las gaviotas argénteas y sombrías, solo que ahora tenemos a un ser humano por un lado y a un chimpancé (para el caso de los religiosos y su famoso anuncio, un lince; ¿por qué no?, solo que el antepasado común estaría más lejos). Bien, ¿cuál es el principal problema de lo que os estoy hablando? ¿Cuál es la diferencia real entre el anillo que formaban las gaviotas y el que forma el ser humano con un chimpancé? Yo os lo diré: los seres intermedios entre gaviotas argénteas y sombrías están vivos y los seres de las cadenas intermedias entre chimpancé y hombre han muerto. Y de muchos de ellos todavía no se han encontrado fósiles. Ahora, ¿os imagináis que estuvieran vivos? ¿No da para pensar si tendríamos clar0 qué es un ser humano y qué un chimpancé si existieran todos los pasos intermedios?
Aun así, si seguís pensando que los embriones tienen un estatus particular, os propongo una situación particular. Imaginad que tenéis que tomar una horrible decisión. Un misil nuclear va a caer sobre España y debéis decidir entre dos objetivos: una ciudad de un millón de habitantes y un pueblo abandonado donde vive una única persona. ¿Qué haríais? Y ahora imaginad que entráis en un hospital en llamas y solo tenéis una oportunidad para salvar a alguien. En una habitación hay una mujer y un recipiente con un millón de embriones congelados. ¿A quién salvaríais? ¿Elegiríais igual que en el caso anterior? Quizá todos seamos seres humanos, pero unos más que otros.
Y es por ello que yo no podré deciros si un embrión es o no un ser humano, pero si me decís que lo es por una serie de pasos continuos hasta llegar a un ser adulto, entonces un chimpancé también es un ser humano.
Para finalizar, os dejo con esta misma reflexión pero en palabras de Richard Dawkins:
Fuentes:Quiero pensar que todos nosotros abogamos por los derechos humanos. Hay personas, sin embargo, que abogan por los derechos de los gorilas. En ese momento, todos le haremos la pregunta: ¿y qué tienen de especial los gorilas? Si a esas mismas personas les dijéramos que para nosotros son más importantes los cerdos hormigueros africanos, a buen seguro, nos preguntaría: ¿qué tienen de especial los cerdos hormigueros africanos?
Ahora bien, nadie se plantea la pregunta que debería ser más obvia: ¿qué tienen de especial los seres humanos? Como somos especistas, la respuesta es evidente: los seres humanos son humanos y los gorilas son animales. En ese momento se abre un abismo, ya que la vida de un solo ser humano vale más que la vida de todos los gorilas del mundo. Y si le adosamos la etiqueta de “Homo sapiens a un trozo insensible de tejido embrionario, el valor de esa vida se catapulta repentinamente hacia el infinito.
(…)
A una persona con mentalidad discontinua no se le ocurre la posibilidad en un término medio entre gaviotas argénteas y sombrías. Esto, por supuesto, es totalmente extrapolable a las especies. Muchas asociaciones autodenominadas “provida” y otras se tiran el día hablándonos del momento exacto en que un feto se torna humano. Es inútil decir que un feto es “medio humano” o “en una centésima parte”. Para ellos no puede haber etapas intermedias y de ahí surgen muchos males.
(…)
Si alguien tuviese éxito en producir un híbrido de chimpancé y ser humano, la noticia produciría un terremoto. Los obispos plañirían, los abogados se regocijarían malignamente de antemano, los políticos conservadores tronarían, los socialistas no sabrían dónde levantar sus barricadas. El científico que hubiese logrado la hazaña sería muy solicitado en las salas de profesores, denunciado en el púlpito y en la prensa amarilla y condenado, tal vez, por la fatwah de algún ayatolá. La política no volvería a ser la misma, al igual que la teología, la sociología, la psicología y la mayoría de las ramas de la filosofía. El mundo, que se estremecería por un acontecimiento de índole incidental como lo es una hibridación, es, por cierto, un mundo especista, dominado por una mentalidad discontinua.
Richard Dawkins, El capellán del diablo.
Stephen Jay Gould, Ciencia versus religión.
omado de:
Historias de la Ciencia
6 de julio de 2010
Los 10 pasos evolutivos más relevantes
Martes, 06 de julio de 2010
Los 10 pasos evolutivos más relevantesLa evolución de las especies a lo largo de su historia ha permitido la aparición de cualidades impresionantes a los seres vivos. En este post me gustaría repasar los que creo son los 10 cambios más relevantes que han ocurrido en la historia de la vida en la Tierra desde que aparecieron los primeros seres vivos. Evidentemente estos pasos fueron todos muy graduales y es difícil acotarlos en “un paso”. La lista está ordenada por orden cronológico de aparición partiendo de los primeros seres replicantes cuyas características concretas sólo podemos especular actualmente:
1 - La fidelidad en la copia del DNA
Una bacteria actual comete un error en la copia del DNA cada 10E10 generaciones aproximadamente. Este ratio entre mutaciones y fidelidad permite adaptaciones pero limitando acumular grandes errores rápidamente que acabarían con la especie. La principal artífice de esta maravilla evolutiva se llama DNA polimerasa que por si sola es capaz de copiar fielmente varios miles de bases de DNA antes de cometer un error. Las versiones más avanzadas y que aparecieron más tarde en la evolución de los eucariotas tienen además mecanismos de revisión para minimizar los errores cometidos. Su necesidad para la vida es tal que no existen seres vivos que carezcan de este mecanismo. Sólo algunos virus como el HIV que a cambio utilizan la perfecta maquinaria celular.
2 - El flagelo
De esperar a que la comida llegue, a ir a p0r ella. Este uno de los cambios principales cambios que supuso el flagelo. Aunque anteriormente las bacterias desarrollaron pequeños filamentos (cilios) que permitían cierto movimiento lo cierto es que estás estaban totalmente sometidas a las fuerzas que gobiernan el movimiento browniano: Imaginad que estáis dentro de una piscina llena de canicas que se propulsan a toda velocidad en todas direcciones. El flagelo suponía además una mejora en la capacidad de colonizar nuevos y lejanos ambientes o de escapar de circunstanrcias adversas. Puedes ver un vídeo sobre la evolución del flagelo aquí donde se postula su aparición a partir de un organulo destinado a la sujeción.
2 - El fotoreceptor
Y se hizo la luz. La capacidad de reconocer la luz suponía inicialmente acceso a alimento (la síntesis de muchos compuestos orgánicos es catalizada por la luz) y una guía para el movimiento (define arriba y abajo). Sin embargo este pequeño avance sembraría la semilla para dos futuros mecanismos de gran relevancia: la fotosíntesis y la visión. Los fotoreceptores se basan en pigmentos capaces de excitarse con la luz y de transmitir dicho estado excitado a alguna proteína.
3 - La fotosíntesis
¿Quién necesita comida cuando puedes fabricarla? Este es quizás el salto evolutivo más impresionante: la capacidad de producir compuestos orgánicos a partir de inorgánicos, mucho más abundantes. Estas reacciones requieren de gran energía que los seres vivos obtienen del calor, degradación de otros compuestos orgánicos/ inorgánicos o de la luz. Podéis leer algo más sobre la fotosíntesis en este otro post que escribí. La fotosíntesis no podría ser posible sin los fotoreceptores que además probablemente coevolucionaron con la mejora del flagelo. Ninguno de estos “castillos de naipes” habria aguantado sin la fidelidad en la copia del DNA.
4 - El ciclo de Krebs y la respiración oxidativa
La fotosíntesis trajo consigo una nueva época de problemas u oportunidades según se mire. El principal deshecho de la fotosíntesis es el oxígeno. Una molécula que ahora nos parece inocua pero que cuando apareció era como vivir en un mar de arsénico. El oxígeno tiene la capacidad de oxidar el DNA y las proteínas e interfería en muchas de las reacciones necesarias para las bacterias de la época. La aparición del oxígeno atmosférico probablemente fue un proceso rápido que acabo de un plumazo con la mayoría de las especies. Algunas especies (entre ellas las productoras de oxígeno) desarrollaron mecanismos para inactivar el oxígeno, entre estos mecanismos encontramos la utilización de electrones y protones que reaccionan con el oxígeno produciendo agua. Curiosamente se pueden obtener electrones como productos de deshecho del metabolismo de compuestos orgánicos. La sofisticación del metabolismo de los azucares en el denominado ciclo de Krebs junto a un complejo sistema de transporte de electrones permitió aprovechar al máximo la energía de los compuestos orgánicos.
5 - La célula eucariota
La complejidad de la aparición de la vida es el único hecho comparable a la aparición de la célula eucariota. Se ha especulado que los eucariotas provienen de la simbiosis de varios tipos bacterianos, hipótesis que cobra fuerza con los análisis genéticos. En cualquier caso la aparición de células con núcleo definido y orgánulos es una gran caja negra. Uno de los procesos evolutivos más interesantes que nos quedan por descifrar. El gran avance de la célula eucariota puede describirse con algo tan simple como la compartimentalización. Cada cosa en su rincón. Muchas de las reacciones químicas celulares requieren un ambiente muy específico incompatible con otras reacciones.
6 - La especialización celular
El hijo favorito. Una célula se divide en dos pero no deja lo mismo en cada célula hija: una contiene más deshechos que otra, diferente concentración de proteínas o le falta algún componente. Estos podrían haber sido los antecedentes de la especialización celular. Ocurre actualmente en bacterias, levaduras o algunas algas unicelulares y que en algunos casos viven en colonias, donde algunos individuos se especializan en ciertas funciones en función de su localización dentro de la colonia. La especialización supone una mayor eficiencia. De allí hasta células como las neuronas o los glóbulos blancos quedaría aun un buen trecho.
7 - La reproducción sexual
¡Qué sería de nosotros sin el sexo! Se ha sugerido que la reproducción sexual permite una rápida adaptación de las especies al eliminar rápidamente las mutaciones perniciosas y esparcir las beneficiosas. Su aparición podría estar relacionada con virus y otros parasitos o bien como un resultado colateral de la estrategia de duplicar el genoma para reducir los efectos de las mutaciones. En cualquier caso los seres vivos con reproducción sexual se han diversificado y adquirido una complejidad que ningún ser asexual puede superar.
8 - El desarrollo embrionario
“Nada de lo que te ocurra en la vida te marcará tanto como la gastrulación“. Las instrucciones para formar un cuerpo de forma progresiva y ordenada supusieron el salto entre un mundo de medusas y gusanos al actual. Instrucciones que se encuentran agrupadas en bloques o paquetes genéticos que permiten gran adaptabilidad. Un paso a destacar en el desarrollo embrionario es la gastrulación, que consiste en la invaginación de una capa de células del embrión. Así, a primera vista no parece tan importante pero su aparición supuso la especialización en 3D, como ocurre en la mayoría de animales como nosotros frente a la especialización en 2D que ocurre en los gusanos.
9 - El sistema nervioso y el cerebro
Mucho antes de la aparición del sistema nervioso las células se comunicaban solamente mediante contactos con su célula vecina y la emisión de señales, como hormonas. En mi opinión el salto no está tanto en la formación de una red para hacer llegar las señales más rápido sino en una centralización de las señales, que a largo plazo supondría la aparición del cerebro. El estudio de las redes neuronales ha avanzado considerablemente en los últimos años gracias a los estudios en varios animales modelo, especialmente en el gusano C. elegans, del que conocemos la red que forman sus 302 neuronas.
10- La percepción del individuo
Hasta hace unos pocos años se creía que sólo los primates superiores teníamos esta capacidad. Sin embargo varios estudios demuestran que otros mamíferos como el elefante o el delfín, e incluso aves como la urraca poseen dicha habilidad. Se ha especulado que esta capacidad es la precursora de la aparición de lo que llamamos el yo y del pensamiento racional. Si bien este último merecería una escala entera por si mismo.
Edit: me pongo a escribir y ya ni cuento, al final he escrito 11 ejemplos
Dejo fuera de la lista los Los primeros pasos sobre la tierra , la respiración pulmonada, la aparición de las flores y algunas otras maravillas más.
Si te ha gustado la entrada puedes menearla aquí.
Fuente de las imágenes: Flagelo, embriones
Enlaces relacionados:
- Péptidos: ¿La clave para la evolución química? (Ciencia Kanija)
- 40.000 generaciones evolucionando en un tubo de ensayo (Tall&Cute)
- Evolución del sexo (Wikipedia)
Tomado de Tall & Cute
27 de junio de 2010
Diez años de células madre embrionarias
Domingo, 27 de junio de 2010
Diez años de células madre embrionarias
La alquimia del siglo XXI
- Hace 10 años se demostró que era posible obtener células madre de un embrión
- Desde entonces se ha avanzado más con las células madre adultas y la reprogramación
Vea el gráfico (Ilustración:Gracia Pablos)
"Un grupo de científicos ha logrado uno de los hitos más esperados de la biología moderna: aislar, a partir de embriones humanos, un tipo primitivo de célula que puede convertirse en cualquier tipo de tejido. Desde músculos, huesos o cerebro". Así comenzaba una de las crónicas periodísticas que se hacía eco del descubrimiento, el 6 de noviembre de 1998, de las células madre embrionarias.
El diario 'The Washington Post' decía que se habían hallado las 'minas de oro de la biotecnología', y apostaba por que el nuevo material permitiría a los científicos reemplazar tejidos dañados en pacientes con varias enfermedades en el futuro. "Neuronas para gente con Alzheimer o células pancreáticas para diabéticos".
La predicción no se ha cumplido aún, diez años después de que James Thomson (de la Universidad de Wisconsin) en la revista 'Science' y James Gearhart (de la Johns Hopkins de Baltimore) en las páginas del 'Proceedings of the National Academy of Sciences' llegasen a la misma conclusión: Era posible obtener células madre a partir de la masa celular interna de un embrión humano en su fase de blastocisto, es decir, cuando está formado por unas 50-150 células y apenas han transcurrido cuatro o cinco días de la fecundación.
Ambos utilizaron entonces medios y material de procedencia absolutamente privada ("hasta el último cable del laboratorio") para evitar cualquier controversia relacionada con la financiación pública de sus trabajos. Thomson empleó embriones sobrantes de procesos de fecundación 'in vitro' donados por las parejas y Gearhart, tejido de fetos abortados. Curiosamente, la controversia ética alrededor de estas investigaciones y los problemas para utilizar fondos federales en EEUU son de las pocas cosas que no han cambiado desde entonces en un campo que no deja de dar pasos de gigante hacia una verdadera medicina regenerativa.
Controversia ética, avances científicos
A pesar de que se han conseguido grandes logros en terapia celular (conocimiento de la biología celular y avances con otras células madre), en lo tocante a las embrionarias (las que dan lugar a todos los tejidos durante el proceso de formación del organismo, y que se conocían en los ratones ya desde 1981) parece que han protagonizado en este tiempo más titulares por cuestiones políticas y éticas que científicas.
"En la última década hemos estado trabajando con una mano atada a la espalda", se lamenta Robert Lanza, director científico de la compañía Advanced Cell Technology y profesor de Medicina Regenerativa en la Universidad Wake Forest, que critica a los grupos "provida y religiosos" por encabezar "esta controversia política".
Lanza, uno de los pioneros en la clonación de embriones con el fin de extraer células madre embrionarias, reconoce a elmundo.es que "éste ha sido un capítulo triste en la historia científica, y por primera vez se han aprobado leyes para criminalizar a los científicos. La consecuencia es que prácticamente no ha habido dinero público [para investigar con células madre embrionarias] y, claro, sin dinero no se puede investigar. Me duele pensar dónde habríamos podido llegar y cuántas vidas se habrían podido salvar".
Dos nuevas fuentes: adultas e iPS
Aunque nadie quiera renunciar a ellas por sus tremendas posibilidades, los científicos han ampliado su campo de investigación a otros dos tipos: las células madre adultas (presentes prácticamente en la mayoría de los tejidos del cuerpo) y las llamadas iPS (células de pluripotencialidad inducida, según sus siglas en inglés).
Estas últimas son, en realidad, una especie de 'tercera vía', una virguería de ingeniería genética que permite tomar una célula adulta (de la piel o el cabello, por ejemplo) y reprogramarla hacia atrás para lograr que vuelva a un estadio similar al embrionario. A partir de ahí, lo que era inicialmente un fibroblasto o un queratinocito (células de la piel) puede manipularse de nuevo para crear neuronas, por ejemplo.
El artífice de la reprogramación celular es Shinya Yamanaka (de la Universidad de Tokio), que describió la técnica por primera vez en 2006. Desde entonces, y sobre todo en estos últimos meses, se están empezando a superar los principales problemas que planteaba este método en sus orígenes para llegar a usarlo algún día como terapia.
Porque para reprogramar células adultas y dotarlas de características embrionarias, hacen falta dos elementos no exentos de riesgo: un virus del tipo adenovirus o retrovirus, que actúa como 'taxi', y que lleva hasta el interior a cuatro 'pasajeros' que serán los encargados de cambiar el mecanismo celular; concretamente cuatro factores de crecimiento, algunos de los cuales son oncogénicos, es decir, que podrían aumentar el riesgo de que aparezca un tumor.
Para solventar estos problemas, se están realizando múltiples ensayos, liderados entre otros por el español Juan Carlos Izpisúa, en los que se ha empezado a sustituir al conductor vírico (que podría llegar a mezclar su ADN con el de la célula humana) por una molécula, un plásmido, que lleva a los pasajeros hasta el interior sin integrarse en el genoma de la célula. En cuanto a los oncogenes, los últimos ensayos están empezando a sustituirlos por otros elementos más seguros (como el ácido valproico), sin ningún potencial cancerígeno.
Fuente:
16 de diciembre de 2009
¡Un pez que se come a us propios hijos!
Miércoles, 16 de diciembre de 2009
¡Un pez que se come a sus propios hijos!El pez tubería extrae nutrientes de sus propios hijos en un comportamiento que podríamos calificar de canibalismo filial.
Los peces tubería (Syngnathus typhle), que están emparentados con los caballitos de mar, cuidan de sus propias crías al igual que éstos, salvo de aquellos a los que se come como un Saturno devorando a sus hijos.
A pesar de que es la hembra la que pone los huevos son los machos los que cuidan de los huevos, recibiéndolos de las hembras y dándoles cobijo durante un largo periodo de tiempo en una bolsa especial en donde los incuba. Allí el macho recrea una especie de placenta que proporciona a los embriones oxígeno y nutrientes. Con esto se aumentan las posibilidades de supervivencia de la descendencia pues están más a salvo de los depredadores y mejor alimentados que si la hembra abandonara los huevos en el medio.
Las hembras regulan el tamaño de los huevos en relación al tamaño del macho. Aunque los machos ajustan la cantidad de oxígeno que transfieren a su prole en respuesta de la cantidad de oxígeno disuelta en el agua, algunos de los embriones pueden padecer hipoxia (carencia de oxígeno), especialmente los procedentes de huevos más grandes.
Algunos de los embriones desaparecen durante este periodo dentro del macho. El macho almacena unos 100 embriones en su bolsa, de los cuales pueden sobrevivir casi todos o ninguno.
Los embriones desaparecidos han sido un misterio que ha estado intrigando a los especialistas durante un tiempo. En el pasado se especuló que quizás otros embriones hermanos podrían reabsorber a los desaparecidos. Ahora Gry Sagebakken y sus colaboradores han descubierto que no se trata de un canibalismo entre hermanos, sino un canibalismo filial.
En su estudio pudieron demostrar que el macho no solamente usa su “placenta” para proporcionar nutrientes a su descendencia sino que también la usa en sentido contrario, para extraer nutrientes de sus propios hijos. Como resultado de esta táctica algunos de los embriones desaparecen de la bolsa.
Para poder descubrir este comportamiento los científicos idearon un experimento en el que marcaron radiactivamente los nutrientes de los huevos de las hembras. De este modo era fácil seguir la ruta que seguían estos nutrientes con un instrumental al uso. Si los hermanos fueran los culpables estos nutrientes pasarían al cuerpo de ellos. Resultó que fue el cuerpo del padre el que absorbía estos nutrientes radiactivos, delatándose así al culpable real.
El padre utiliza, por tanto, este sistema en su propio provecho en virtud de las necesidades del momento.
Como siempre, no es justo juzgar este tipo de comportamientos bajo la ética humana. Es de suponer que este comportamiento sea en beneficio de la especie, pues debe de haber sido seleccionado por evolución para ese cometido. Probablemente esta táctica maximice el número de pececillos que finalmente terminan en el mundo exterior.
Fuente:Neo Fronteras
28 de octubre de 2008
Nacidos para salvar: La medicina de la Vida
La posibilidad de tener bebés seleccionados genéticamente para servir de donantes y curar a hijos gravemente enfermos es una realidad. En España hay cuatro familias que ya lo han conseguido tras seguir un tratamiento en el extranjero. La ley permite esta posibilidad desde 2006, pero no es eficaz. La urgencia de las parejas por salvar a sus niños choca con los trámites que exige la norma.
JAIME PRATS 26/10/2008
¿Cómo puedo curar a mi hija?
-Ten fe. Espera a que salga algo.
A Esther González, de 30 años, los médicos no le dieron más opciones cuando falló la búsqueda de una médula ósea que pudiera tratar la grave leucemia de Erine, su hija. Ahora, en el salón de la casa, la pequeña juega con su hermana Izel, que le ha salvado la vida gracias a las células de su cordón umbilical.
Es una de las cuatro familias españolas que han conseguido curar a sus hijos enfermos gracias a tener otros seleccionados genéticamente. Todas ellas, con las que EL PAÍS ha hablado, viven en lugares muy distantes entre sí y apenas se conocen. Como mucho, han mantenido alguna conversación telefónica ocasional. Para concebir a sus niños, acudieron a los dos principales centros de referencia del mundo en la materia: la Universidad Libre de Bruselas y el Reproductive Genetics Institute (RGI) de Chicago. Unas lo hicieron porque España no autorizaba esta posibilidad hasta mediados de 2006, cuando se aprobó la ley de Reproducción Humana Asistida. Otras, porque se hartaron del alambicado procedimiento administrativo establecido por esta norma, cuya lentitud choca con la enorme prisa que tienen unas familias que ven, día a día, empeorar la salud de sus hijos.
De ahí que algunos españoles, angustiados, continúen probando suerte en el extranjero y que la ley española arroje un balance tan pobre dos años y medio después de entrar en vigor: bajo el paraguas de esta norma sólo ha nacido un niño. Fue hace dos semanas en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Y a la noticia de este acontecimiento sucedió la ofensiva de los obispos españoles, que consideran que para ello "se ha destruido a sus hermanos", en alusión a los embriones descartados.
"Yo he salvado una vida y he creado otra, ¿qué más quieren, qué más se me puede pedir?", contesta Esther, quien, gracias al nacimiento de la pequeña Izel -que ahora tiene diez meses- ha logrado la curación de Erine, de cuatro años y medio. "Deberían informarse bien, estamos hablando de pre-embriones, ¿cómo se pueden comparar con niños?", se pregunta Esther.
A más de 1.200 kilómetros, en Tenerife, Cristina comparte el argumento. "No dan ninguna opción; según los obispos, haga lo que haga, cometo un asesinato", comenta. Esta mujer, cuya hija Clara vive gracias a las células de cordón de su hermana María, que repoblaron su maltrecha médula, ve así el dilema: "O me quedo sentada a esperar a que muera mi hija, o mato embriones para salvarla".
Esta técnica es la única opción con la que cuentan decenas de padres para curar a un hijo. Y es real. Tanto como lo son Izel, Pol, Lucas y María; los hijos de Esther, Yolanda, Blanca y Cristina, concebidos mediante este procedimiento. O las hermanas mellizas de Lucas, de siete meses, que crecen ahora en el vientre de Blanca, su madre, sin conocer aún su primera misión vital: que las células de sus cordones umbilicales permitan salvar a sus hermanos.
En la vida de Blanca y su pareja hay material de sobra para escribir un best-seller de superación personal. Y pese a lo torcidas que llegaron a ponerse las cosas y las malas pasadas que les ha jugado el azar, todo apunta a que tendrá final feliz. "Poca gente sabe cuál es el gran objetivo de su vida; yo sí lo sé: curar a mis chavales", comenta Blanca. Y está a punto de conseguirlo. En poco más de un año, en su casa habrán pasado de tener tres a seis hijos. Los tres últimos para salvar a los tres primeros.
Blanca vive en Huelva, pero desde la semana pasada se aloja en casa de unos amigos en Pozuelo de Alarcón para estar cerca del hospital de Madrid en el que deben recoger las células de cordón de sus hijas, que pueden nacer en cualquier momento. Son un tesoro demasiado valioso como para no cuidar los detalles. Con ellas se ha de curar el grave trastorno del sistema inmunitario que padecen sus hijos mayores, de 15 y 11 años: la enfermedad linfoproliferativa ligada al cromosoma X, también conocida como síndrome de Duncan.
Blanca ya sabe en qué consiste todo este camino que tiene por delante. Hace un año lo recorrió junto a su cuarto hijo, Lucas, de un año, y el tercero, Carlos, de cinco. Como las mellizas, Lucas fue concebido en un laboratorio de fecundación in vitro de la Universidad Libre de Bruselas por medio de un programa de selección genética de embriones. Nació en septiembre de 2007. Dos meses más tarde, las células hematopoyéticas recogidas de su cordón sirvieron para curar a Carlos. "Ya está perfecto, ha tenido una recuperación rapidísima". Ahora, tras el nacimiento de las pequeñas, Blanca y su pareja enfilarán la recta final de una larga carrera de obstáculos cuya meta es la curación de sus críos. "Entonces, cuando todo acabe, me dedicaré a disfrutar de mi familia", dice.
Éste será el final de la historia. El principio fue muy duro, debido, en buena parte, a la forma en la que el azar jugó en su contra. La enfermedad, que sólo se da en uno de cada un millón de nacimientos, es recesiva, por lo que sólo había un 25% de probabilidades de que sus hijos la heredaran. Pese a ello, los tres la adquirieron. Podían haber sido niñas, y no la desarrollarían, ya que como está ligada al sexo, las mujeres sólo pueden ser portadoras de la malformación o estar sanas. Pero fueron todos varones. Como mal menor, la enfermedad podía haberse manifestado al poco de nacer el primer hijo; de esta forma, los padres la hubieran podido detectar y tomar medidas ante el riesgo de que los otros dos hijos la tuvieran. Sin embargo, cuando empezaron a atar cabos, después de la aparente casualidad de que los dos hermanos mayores hubieran desarrollado un linfoma, Blanca ya estaba embarazada del tercero. Aún más malas pasadas del azar: los tres hermanos podrían tener el mismo tipo de antígenos HLA (compatibilidad de tejidos), por lo que un sólo hermano compatible con los tres hubiera bastado para curarlos. Pues tampoco. Los dos mayores comparten estos marcadores entre sí, pero no el pequeño, por lo que serían necesarios dos hermanos. Las cosas no podían salir peor. Además, su hijo mayor ya ha pasado por dos linfomas y el segundo por uno, con sus consiguientes tratamientos de quimioterapia e intervenciones para extirparlos. "Tenía dos opciones: quedarme en casa o luchar. Y decidí luchar", apunta Blanca.
En este punto es cuando la historia da un vuelco. Deciden ir a Bruselas a intentarlo y no fue al primero, ni al segundo intento. Pero a la tercera, Blanca consigue quedarse embarazada de Lucas, que era un embrión de pocos días cuando fue elegido para salvar a Carlos por tener sus mismos marcadores de histocompatibilidad HLA y estar libre de enfermedad. Nació en septiembre. "Fue fascinante la sensación de verlo tan pequeño, tan inocente... y él ignoraba que sólo por haber nacido iba a salvar a su hermano". Dos meses más tarde, en noviembre de 2007, fue el trasplante de médula en el hospital Niño Jesús de Madrid. "Fue todo perfecto, y tuvo una recuperación muy buena", insiste. Tanto, que en mayo ya había vuelto al colegio. Ahora sólo quedaban otros dos por curar.
En febrero vuelven a Bruselas. Y, en esta ocasión, Blanca se queda embarazada en el primer ciclo. "Toda la mala suerte del principio da la vuelta y se convierte en buena suerte". Salen adelante dos embriones, lo ideal para tratar a dos hermanos. Y, además, son niñas. "Hay familias que lo han intentado siete y ocho veces sin conseguirlo", apunta Blanca. Ellos tendrán tres hijos con cuatro intentos.
Pero aún no está todo conseguido. Su hijo mayor, debido a la recaída que sufrió recientemente, será el primero en pasar por las salas de aislamiento del Hospital Niño Jesús de Madrid para someterse al trasplante de médula. Luego será el turno de su segundo hijo, de 11 años. "De momento estoy muy contenta, seguro que todo sale bien".
Un artículo fascinante, sin duda alguna, lea el artículo completo en.
El País - España
Desacargue la Ley de Reproducción Umana Asistida en este enlace:
Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida (PDF)