Sin embargo, su salto a la fama se ha debido a su controvertida investigación en busca de las raíces genéticas de la inteligente, que promete que en pocos años permitirá que los padres seleccionen a los embriones en función de su coeficiente intelectual potencial.
Con más de 100 máquinas de secuenciación de genes, el equipo de Bowen está descifrando alrededor de 2.200 muestras de ADN, la mayoría procedente de los estadounidenses más brillantes, con un coeficiente intelectual (CI) de 160 o más. El gobierno de Shenzen acordó pagar por la mitad del proyecto y BGI aportaría el otro 50%.
Bowen, quien espera publicar los hallazgos de su equipo a mediados de año, señala:
Por mucho tiempo, la gente ha decidido ignorar la genética de la inteligencia. (…) La gente cree que es un tema controvertido, especialmente en Occidente. Pero no es así en China, donde estudios del cociente intelectual (IQ) son considerados más como un reto científico y por lo tanto son más fáciles de financiar.
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