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4 de mayo de 2014

¿Cómo compiten las mujeres en la carrera reproductiva?

Mucho se ha escrito sobre la competencia con fines reproductivos entre hombres, sin embargo y con distintos métodos, esta lucha también se da con fuerza en el sexo femenino. Veamos de qué forma.

mujer competencia reproducción

Fue Charles Darwin el primero en decir que la competencia y la agresividad entre hombres tenía un objetivo fundamental: lograr la atención del sexo femenino con la finalidad de aparearse.

Bajo esta influencia (quizás también haya contribuido que hasta no hace mucho tiempo, los científicos eran casi todos hombres), la inmensa mayoría de las investigaciones sobre la competencia con fines reproductivos, estaban centradas en la lucha entre hombres con el objetivo de tener un más fácil acceso al sexo opuesto. 

Recién a fines de la década del 70, la ciencia comenzó a investigar seriamente el mismo fenómeno del lado femenino. Bastaron algunos estudios para demostrar de forma convincente, que la visión clásica que hasta ese momento imperaba, de la mujer como poco competitiva, era errónea.
A partir de allí, algunos investigadores se dedicaron a estudiar la competencia propiamente femenina y su posición en la batalla para conseguir a la pareja adecuada.

De acuerdo con la teoría evolutiva de Darwin, la competencia sexual se refiere principalmente a resaltar aquellos rasgos que son atractivos para el sexo opuesto.

Los primeros estudios realizados a principio de los años 80 aseguraban que esta competencia tiene, en ambos sexos, dos características primordiales: la auto promoción y la degradación del competidor.
En los hombres, la auto promoción funciona exaltando su estatus social y sus capacidades físicas (los rasgos masculinos más deseados por las mujeres), en cambio la degradación de sus rivales pasa por menospreciar su fuerza física y económica.

En las mujeres, la auto promoción funciona enalteciendo su juventud y atractivo físico (los rasgos femeninos más deseados por los hombres), mientras que la degradación de sus rivales pasa por criticar la edad, la apariencia y el carácter de sus competidoras. 

Poco tiempo después, un equipo de investigadores canadienses agregó dos técnicas adicionales: la manipulación de la pareja y la manipulación de la competencia. 

La manipulación de la pareja implica, en cierto sentido, tratar de ganar la carrera lo antes posible, cuando todavía estamos primeros y antes que la competencia nos alcance. Por ejemplo, una chica trabaja en una oficina y es visitada por su novio en el lugar de trabajo asiduamente, un día comienza a trabajar en la oficina un compañero que le resulta muy atractivo, seguramente la chica se sentirá motivada para decirle a su novio que su jefe no ve con buenos ojos que él la visite mientras trabaja.
La manipulación de la competencia es hacer creer cosas negativas a los demás sobre la persona que nos interesa. Una analogía podría ser ir al cine, ver una película que nos parece excelente y al otro día decir a nuestros amigos que no vale la pena pagar una entrada para verla. O sea, desalentar a la competencia para que no coincida con nuestros gustos.

¿Cómo compiten las mujeres? 

Refiriéndonos exclusivamente al sexo femenino, la competencia entre ellas tiene 3 características principales: 

a) Proteger el cuerpo: Si bien pueden haber agresiones físicas entre mujeres, todos sabemos que son infinitamente menos frecuentes que las agresiones entre hombres. La mujer debe proteger su cuerpo del daño físico con el fin de no poner en riesgo su maternidad (presente o futura). Es por eso que el sexo femenino es más proclive a la confrontación verbal que a la física. 

b) La motivación: La motivación para competir no funciona igual en todas las mujeres, por ejemplo, una mujer muy atractiva y de alto status está menos motivada para lidiar con determinadas competidoras (que no tienen su belleza y ni status), sentiría que es una pérdida de tiempo. Además una mujer bella que pretende distinguirse claramente del resto, podría ser blanco de hostilidades. Distintos estudios han corroborado que cuando una mujer muy atractiva y con status social pasa a integrar un cierto grupo (trabajo, universidad, etc.) las demás mujeres se tornan más solidarias entre si. 

c) Exclusión social: En algunos casos las mujeres pueden protegerse contra posibles competidoras por medio de la exclusión. Si por ejemplo, una mujer muy atractiva entra en determinado círculo (barrio, estudio, club, etc.) las demás mujeres pueden darle la espalda, obligándola a retirarse de la escena, lo que aumentará las posibilidades con los hombres del entorno. 

Lea el artículo completo en:

1 de mayo de 2014

El condón femenino y el futuro del sexo

Aunque su ‘sex appeal’ se haya equiparado al de una medusa, y su aspecto al de una bolsa de plástico, el condón femenino va camino de transformarse en la gran novedad del sexo seguro. Casi dos décadas después de su presentación en sociedad y con solo el 1,6% del mercado, un puñado de investigadores, ingenieros y empresarios va a presentar un amplio repertorio de condones vaginales rediseñados y reinventados.




Este reportaje fue publicado originalmente bajo licencia CC-BY en Mosaic, una iniciativa de la Wellcome Trust. Ha sido traducido por Diego Zuategui.


1. Excitación

En 1987, la ejecutiva farmacéutica americana Mary Ann Leeper viajó a Copenhague para conocer de primera mano lo que creyó que podría ser la siguiente gran novedad sanitaria mundial. Lo que no esperaba era encontrarla escondida en el interior de una vieja caja de puros. El médico e inventor Lasse Hessel la recibió, puro en boca, en la granja de su propiedad, y acto seguido le hizo entrega de la caja: “Un cajón de sastre con todo tipo de plásticos y objetos metálicos”, recuerda Leeper. “Así que respiré profundamente y me dije ‘¿en qué diantres te has metido?’”. De alguna forma, todos aquellos cachivaches, una vez unidos, formaban un artilugio que podría servir a las mujeres para prevenir embarazos y evitar enfermedades de transmisión sexual. Se trataba del primer condón vaginal.

La presentación fue de todo menos convencional, pero Leeper y sus colegas de Wisconsin Pharmacal tenían puestas grandes esperanzas en el invento de Hesse. “En Estados Unidos se empezaba a reconocer la verdadera magnitud de la crisis del sida y teníamos claro que ofrecer a las mujeres un producto con el que protegerse tendría un impacto positivo”, dice Leeper.

Desde luego, cuando Wisconsin Pharmacal lo introdujo finalmente en EEUU, en 1993, los expertos en salud pública lo recibieron como un verdadero factor de cambio. El condón, una funda de poliuretano a introducir en la vagina antes del coito, iba a proteger a las mujeres de posibles infecciones de transmisión sexual aunque sus parejas masculinas se negaran a utilizar preservativos.

Técnicamente, el condón femenino funciona. Se calcula que, utilizado correctamente, reduce el riesgo para la mujer de contraer el VIH entre un 94% y un 97% en cada intercambio sexual. Los estudios demuestran que la presencia del preservativo femenino junto a su versión masculina aumenta el porcentaje de relaciones sexuales seguras y reduce la prevalencia de infecciones de transmisión sexual. Y, aún así, dos décadas tras su aclamada presentación, el condón vaginal sigue sin hacer honor a su potencial. Lastrado por un modo de empleo menos intuitivo y familiar que el masculino, no llegó a despegar. Fue ridiculizado por los medios, ignorado por los médicos y rechazado por las mujeres, que lo encontraron antiestético y difícil de usar. A día de hoy, sólo el 1,6% de los condones distribuidos a nivel global son vaginales.

Pero el destino del preservativo femenino podría no estar sellado. Durante años, un puñado de investigadores, ingenieros y empresarios ha estado trasteando discretamente con el ingenio. Sus esfuerzos empiezan a dar fruto, y un amplio repertorio de condones vaginales rediseñados y reinventados comienza a abrirse paso en el mercado. La llegada de productos novedosos y de fácil manejo, unida a los renovados esfuerzos por promover la tecnología a nivel mundial, podría estar colocando finalmente al preservativo femenino en posición de provocar al fin un verdadero cambio.

2. Meseta

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Materia

2 de marzo de 2014

Dick Swaab: 'La orientación sexual se determina en el útero'

12 de febrero de 2014

Esta semana, en una pequeña tertulia en la residencia del embajador de Holanda en España, el neurólogo Dick Swaab (Ámsterdam, 1944) mostraba una foto de sus hijos cuando eran pequeños: la niña entretenida con unas muñecas y el chico con un coche. A continuación, mostró la misma escena pero protagonizada por dos monos, hembra y macho. Las preferencias de unos y otras por unos juguetes y no otros, explicó, no tienen nada que ver con el ambiente o la educación recibida de los padres, sino con las preferencias del cerebro femenino por los rostros (las muñecas) y por los objetos en movimiento (los coches) en el caso del cerebro masculino.

Swaab ha visitado esta semana Madrid invitado a los 'Diálogos por la Ciencia' que organiza la Obra Social La Caixa para presentar su best seller Somos nuestro cerebro (Plataforma actual), un libro que lleva vendidos más de 400.000 ejemplares en Holanda y al que acompaña la polémica desde su publicación por sus puntos de vista sobre la homosexualidad o la religión, entre otras cuestiones. "Sé cuántos se han vendido, pero no cuántos de los lectores lo han acabado o comprendido", bromea con EL MUNDO ante las más de 600 páginas de su manuscrito.


Probablemente uno de los aspectos más controvertidos de su libro es el que indica que la orientación sexual se determina durante la gestación del embrión en el embarazo. 
 
La orientación sexual del individuo se determina en el útero materno por una serie de factores. Un 50% de ellos son genéticos y los otros son interacciones entre las hormonas y las células en el cerebro en desarrollo. Puede haber muchos factores implicados, también externos. Como el estrés de la madre durante la gestación, que segrega altos niveles de hormonas como el cortisol que atraviesan la placenta e interactuan con las hormonas del cerebro en desarrollo, también el tabaco (la nicotina también afecta al cerebro en desarrollo), ciertos fármacos, compuestos de tipo hormonal... Hay otro factor interesante que también influye: el número de hijos varones nacidos antes que tú. Es una cuestión inmunológica, cuando la madre está embarazada de un niño, éste genera una proteína que el organismo de la madre reconoce como extraña, y produce anticuerpos contra este compuesto que reconoce como extraño. Cuantos más hijos varones haya tenido, más eficientes son esos anticuerpos y eso influye en la orientación sexual del cerebro del niño en desarrollo.
Sus puntos de vista sobre la homosexualidad han sido criticados por quienes consideran que se trata de una manera de 'patologizar' o medicalizar la cuestión. 
 
La ciencia es una búsqueda de la verdad. En los años 60 ó 70 se creía que la homosexualidad era fruto de una madre dominante, era la madre a la que se patologizaba sin ningúna razón. Ahora sabemos que la base está en el cerebro, hay variabilidad en todo lo que hacemos, todos nuestros potenciales. La variabilidad es el motor de la evolución. Hay variabilidad en todos los aspectos del comportamiento, y debería aceptarse. Nada más lejos de patologizar, sino aceptar que la gente es diferente, que hay que proteger esas diferencias y permitir a cada uno vivir de acuerdo a lo que marca nuestro cerebro.
Algunos colegas argumentan que sus afirmaciones no se han replicado en otros ensayos, que no hay evidencias científicas suficientes. 
 
Sí, hay estudios que demuestran eso. No estoy muy de acuerdo con esa afirmación. Además, se demuestra también porque la gente ha intentado corregir la homosexualidad de diversas maneras hasta la fecha sin éxito. Se ha tratado con hormonas, castración, trasplante de testículos, psicoanálisis, compuestos como la apomorfina... También se ha encarcelado a la gente, pero nada de esto logra cambiar la orientación sexual. Hay otra línea de investigación más reciente, sobre los hijos adoptados de parejas homosexuales, y se ha demostrado que criar a un niño en este entorno no influye en su orientación sexual, porque todo está programado desde muy temprano en el desarrollo cerebral.
Según esos puntos de vista, ¿no hay nada entonces que podamos hacer para cambiar lo que viene escrito de serie en nuestro cerebro? ¿Nada que la educación o el ambiente social puedan aportar? 
 
No es una cuestión de nada, pero la orientación sexual no se puede influenciar después del nacimiento. Por supuesto que todo lo que aprendemos cambia nuestro cerebro, nuestras sinapsis. El cerebro está cambiando por todo lo que aprendemos, lo que hacemos, lo que vemos, lo que pensamos... el cerebro tiene una cierta plasticidad, pero para algunos comportamientos -como la orientación sexual- no hay esa plasticidad. Igual que la identidad de género. Si eres hombre o mujer está escrito en el cerebro desde que nacemos, y los niños pueden tener fuertes convicciones a la edad de dos o cinco años de que han nacido en un cuerpo equivocado, sin que se pueda hacer nada más que cambiar ese cuerpo, el cerebro no se puede cambiar, me refiero a la transexualidad. 
También ha dicho que hay diferencias físicas entre el cerebro de un hombre y una mujer. ¿Cuáles son?
 
Hay diferencias a todos los niveles. Los genes del cromosoma Y de los varones están ya expresados en todo el cerebro masculino desde la segunda mitad del embarazo, por lo que hay diferencias moleculares, funcionales, también de la conexión entre los hemisferios izquierdo y derecho, que es mayor entre las mujeres. Ellas son capaces de combinar distintas piezas de información para llegar a conclusiones, ésa es la base de la intuición femenina, son mejores en la interacción social, el lenguaje, mientras que los hombres son más capaces de focalizar y centrarse en un aspecto. En todos los niveles, del molecular al tamaño, hay muchas diferencias entre hombres y mujeres.
¿Qué hay sobre la inteligencia? ¿Hay una especie de gen de la inteligencia?
 
El cociente intelectual [IQ en inglés] es un 88% genético, por eso es importante elegir bien a tus padres. La inteligencia es el producto de todos los genes que componen el cerebro, no hay un gen de la inteligencia. Es la forma en que el cerebro reacciona al entorno y soluciona los problemas.
¿Pero hay algo que las madres puedan hacer durante el embarazo para que sus hijos sean más inteligentes?
 
Las madres pueden hacer mucho para evitar daños, dejar de usar fármacos que no sean absolutamente necesarios, evitar el tabaco, el alcohol, la contaminación... Todo eso es muy importante para el desarrollo del cerebro en el útero. También se puede ejercitar el cerebro después de nacer si el niño nace en un entorno sano y estimulante, la estimulación es ejercicio para el cerebro. El niño tiene unos potenciales que debe desarrollar, en base a la estimulación que recibe de su entorno. Si crece por ejemplo en un hogar bilingüe, se puede retrasar hasta cuatro años la aparición del Alzheimer. Se pospone porque estás estimulando el cerebro con las dos lenguas. Una buena educación, un trabajo interesante y mantenerte activo hasta una edad tardía son algunas cosas que se pueden hacer para mantener tu cerebro intacto.
De alguna manera admite entonces que el entorno es importante. 
 
Sí, yo no he dicho lo contrario. Pero sí hay cosas importantes que están programadas en el cerebro en el momento de nacer y que no se pueden cambiar después. Tenemos memorias, cambiando todos los días, pero son cambios microscópicos, la plasticidad es muy limitada en algunas cuestiones. 
Fuente:
El  Mundo Ciencia

6 de diciembre de 2013

8 curiosidades sobre la vagina y las mujeres

Te presentamos algunas curiosidades interesantes sobre la mujer y la vagina que quizás no sabías, recopilado y redactado exclusivamente para Culturizando.com por el equipo de CuandoOvulo.com:

1. 500 es el número promedio de óvulos que produce una mujer durante toda su vida. Esto no quiere decir que una mujer podría tener 500 hijos. Históricamente, la rusa Feodor Vassiliyev es la madre más prolífica con 69 niños. Lo interesante es que solo tuvo 27 partos, de los cuales 16 fueron gemelos, 7 trillizos y 4 partos de cuatrillizos. ¡Vaya!

2. El ovulo es la célula más grande, el espermatozoide por el otro lado es la célula más pequeña. Se necesitan 175.000 espermatozoides para pesar lo mismo que un ovulo promedio.

3. En la pubertad las adolescentes al desarrollarse completamente pasan por un cambio radical, aparte de los cambios obvios: su vagina se incrementa en longitud hasta un 50%.

4. Una banana promedio mide 10 centímetros, así mismo la longitud promedio de una vagina es de 10 centímetros. ¡Solo casualidad!

5. Las cremas para la piel suelen utilizar un compuesto orgánico llamado Escualeno, generalmente dicho compuesto se obtiene del hígado de los tiburones pero también se puede encontrar en el lubricante vaginal.

6. La vagina suda. Justo debajo de la piel de los labios y el clítoris hay pequeñas glándulas que secretan aceite y sudor que sirven para proteger la vagina de fricción y recalentamiento.

7. El clítoris contiene al menos 8000 terminaciones nerviosas, para ponerlo en perspectiva: el pene contiene solo 4000, debido a esto el clítoris sin lugar a duda el área más pequeña y más sensible del aparato femenino. Como bono, el área pélvica de la mujer contiene otras 15.000 terminaciones nerviosas.

8. El clítoris y su capacidad nunca envejece: esto quiere decir que las mujeres conservan su capacidad orgásmica luego de desarrollarse, por lo tanto a los 85 una mujer puede disfrutar con la misma capacidad que a los 25.

Fuente:

Culturizando

14 de noviembre de 2013

El sexo oral hace felices a las mujeres, afirman científicos

El sexo oral hace felices a las mujeres, afirman científicos.
El sexo oral hace felices a las mujeres, afirman científicos.
El fluido seminal tiene sustancia antidepresivas que permiten ser más felices a las mujeres, concluyeron.
 
Según el estudio realizado por científicos de la universidad Estatal de Nueva York, el sexo oral permite a las mujeres ser más felices, a aparte de brindar gran aporte para su salud.

Conclusión a la que llegaron luego de haber examinado el semen y encontrar sustancias antidepresivas como la tirotroptina, serotonina y melatonina, la última sería un agente que induce al sueño.

El estudio reveló que las mujeres que tienen relaciones sexuales orales, por tener un contacto directo con el fluido seminal, son menos depresivas, más saludables, más felices y tiene mejores resultados en evaluaciones del nivel de desarrollo intelectual.

El estudio fue realizado en 293 mujeres, quienes detallaron su vida sexual y permitió concluir que aquellas que tiene mayor sexo oral son menos depresivas que aquellas que no lo practican.

Fuente:

La República (Perú)

12 de octubre de 2013

20 datos sobre el clítoris

¿Sabías que entre el 50 y el 75% de las mujeres alcanzan el orgasmo por medio de estimulación del clítoris, con o sin penetración vaginal?, descubre otros interesantes datos aquí.

El clítoris para muchos aún resulta un tabú a la hora de hablar del cuerpo femenino y su papel en la sexualidad de la mujer.

Aquí una recopilación de datos que seguro muchos desconocen sobre este ógano femenino.

1. El clítoris es el único órgano humano cuyo único propósito es dar placer (contrario al pene, que tiene fines reproductivos).

2. El clítoris está hecho de tejido eréctil que se endurece durante la estimulación sexual y se relaja después del orgasmo.

3. Entre el 50 y el 75% de las mujeres alcanzan el orgasmo por medio de estimulación del clítoris, con o sin penetración vaginal.

4. El clítoris no se deteriora con el tiempo, incluso se hace más grande. Al final de la pubertad, el clítoris de una chica habrá duplicado su tamaño. Para cuando una mujer tiene 32 años, su clítoris es casi cuatro veces más grande que cuando tenía 20 menos. Después de la menopausia, el clítoris es siete veces más grande que al nacer, lo cual podría explicar que las mujeres mayores reporten tener sexo tan glorioso.

5. Además de la punta del clítoris, una mujer tiene tres zonas erógenas dentro y alrededor de la vagina que se conectan y estimulan al clítoris. Estas incluyen al punto G, pero también al A y U.

Lea el artículo completo en:

Vanguardia (México)

10 de septiembre de 2013

¿Hay que dejar que los bebés lloren en la noche?

El primer dilema que enfrentan muchos nuevos padres es: ¿dejo llorar a mi bebé en la noche o corro para levantarlo y confortarlo?

Bebé llorando

Muchos padres se enfrentan al dilema si dejar que el bebé llore o levantarlo y confortarlo.

Un nuevo estudio en Estados Unidos encontró lo que dice es evidencia científica de por qué es mejor dejarlos llorar "hasta que el sueño los venza".
Muchos bebés al cumplir los seis meses de edad comienzan a dormir toda la noche, y por lo general despiertan a los padres una vez a la semana.

Pero no todos los niños siguen este patrón de desarrollo. Y algunos continúan presentando un sueño interrumpido durante meses.

De hecho, tal como afirman los investigadores en Developmental Psychology (Psicología del Desarrollo), estas dificultades del bebé para dormir son una de las principales preocupaciones por la que los padres consultan a sus pediatras.

Para la investigación, Marsha Weinraub, profesora de psicología de la Universidad de Temple y su equipo midieron los patrones de sueño y vigilia durante la noche de un grupo de 1.200 infantes de entre seis y 36 meses de edad.

Pidieron a los padres que llevaran un registro de las veces que se despertaba su bebé al cumplir 6, 15, 26 y 36 meses.

Los resultados mostraron que los bebés podían dividirse en dos grupos: los durmientes y los durmientes transitorios.

Se encontró que al cumplir los 6 meses, 66% de los bebés durmientes no se despertaban durante la noche o se despertaban sólo una vez a la semana, y después seguían una trayectoria similar al crecer.

Pero el 33% de los bebés durmientes transitorios, al cumplir los 6 meses se despertaban siete noches a la semana, a los 15 meses se despertaban dos noches semanalmente y una noche cuando cumplían 24 meses.

Los investigadores encontraron también que la mayoría de los bebés que despertaban eran varones y muchos estaban siendo amamantados.

Aprender solos a calmarse
"El mejor consejo es colocar a los infantes en su cama a una hora regular cada noche, dejarlos que se queden dormidos por sí solos y resistir la urgencia de responder de inmediato a sus llantos"

Dra. Marsha Weinraub

Los bebés también fueron sometidos a pruebas de temperamento para medir factores como irritabilidad y distracción.

Los resultados mostraron que los durmientes transitorios tenían niveles más altos de dificultad temperamental.

Según la doctora Weinraub, experta en desarrollo infantil, los problemas de sueño al inicio de la vida podrían tener dos explicaciones.

Una es que quizás hay factores genéticos o biológicos, como los que se reflejan en un temperamento difícil, que tienen un impacto en la dificultad para dormir.

Y la otra, dice la doctora Weinraub, es que muchos bebés no han aprendido por sí mismos cómo quedarse dormidos, especialmente cuando son amamantados.

"Cuando las madres se adaptan a este despertar nocturno y/o si el bebé tiene el hábito de quedarse dormido durante el amamantamiento, entonces no está aprendiendo cómo tranquilizarse por sí solo, y esto es algo esencial para tener un sueño regular" explica la investigadora.

Pero los autores aceptan que puede haber otros factores, como la depresión materna, que tienen también un impacto en el sueño del bebé.

Bebé

Según el estudio los bebés deben aprender a calmarse solos para lograr un sueño regular.

Por ejemplo, no se sabe si una madre que está deprimida cuando el bebé tiene seis o 36 meses también estuvo deprimida durante el embarazo y esto podría haber tenido un impacto en el desarrollo neural del bebé y por lo tanto en sus problemas para dormir.

O, por otro lado, la depresión de la madre podría verse exacerbada por la carencia de sueño provocada por las interrupciones nocturnas del bebé.

Más estudios

Para encontrar respuestas a estas interrogantes, dice la doctora Weinraub, se necesitarán llevar a cabo más estudios.

Por ahora, dice, "recomendamos a los padres que establezcan una rutina minuciosa y cuidadosamente preparada para ayudar al bebé a tranquilizarse sólo" dice la psicológa.

"El mejor consejo es colocar a los infantes en su cama a una hora regular cada noche, dejarlos que se queden dormidos por sí solos y resistir la urgencia de responder de inmediato a sus llantos".

"Las familias que sigan experimentando problemas de sueño después de que el bebé cumpla 18 meses deben consultar a un experto" agrega la investigadora.

Tomado de:

BBC Ciencia

19 de julio de 2013

¿Por qué nos fascinan los pechos?

  • Masajearlos libera una hormona que refuerza los lazos afectivos
  • Activa los mismos circuitos cerebrales que la lactancia materna

Los pechos son el signo de femineidad por excelencia. Los hombres sienten debilidad por esta parte del cuerpo de la mujer y no hay mirada que no se les escape hacia un bonito escote. A su vez, las mujeres cuidan sus pechos con coquetería y los realzan con sujetadores de diseños diversos.

La razón de este comportamiento poco tiene que ver con las modas. Es una conducta instintiva. Los pechos tienen utilidad biológica más allá de la maternidad: sirven para maximizar el vínculo afectivo entre las parejas sexuales.

“No es algo aprendido, sino que viene programado en nuestro cerebro”, explica a RTVE.es el estadounidense Larry Young, neurocientífico especializado en el comportamiento social en la Universidad de Emory. A pesar de ello, desde el punto de vista biológico, esta fascinación humana por los pechos es bastante rara.

“Las mujeres son los únicos mamíferos cuyos pechos crecen en la pubertad independientemente de si están embarazadas o no y los hombres somos los únicos mamíferos fascinados por los pechos, que los masajean con las manos y la boca durante las relaciones sexuales”, comenta.

Una hormona provoca la fascinación por los pechos

La explicación a este comportamiento tiene que ver con la liberación de oxitocina en el cerebro, la apodada ‘hormona de los mimosos’ o ‘pegamento social’ porque produce un sentimiento de unidad. La sintetiza la glándula pituitaria del hipotálamo, los ovarios y los testículos.

Se libera con las caricias, los besos y la estimulación vaginal. Como todas las hormonas, tiene varias funciones, entre las que figuran desencadenar la contracciones del parto y las del orgasmo.

Esta hormona se libera con las caricias en los pechos y pezones durante las relaciones sexuales por una razón muy relacionada con la lactancia materna. En ese periodo de la vida de una madre se libera oxitocina en grandes cantidades.

El bebé aprieta con la boca y las manitas el pecho de la madre. Esta estimulación envía señales al cerebro que hacen que se produzca la hormona, que hace que la leche fluya adecuadamente. Además aumenta la unión entre la madre y el bebé. “La madre centra su atención en el bebé, que se vuelve lo más importante de este mundo”, explica este experto autor del libro La Química entre nosotros: amor, sexo y la ciencia de la atracción.

Por otro lado, el hecho de que los humanos tengamos sexo cara a cara y nos miremos a los ojos sirve para ayudar a establecer un vínculo entre amantes. Para ello explota el mismo circuito cerebral que el que se forja con el vínculo madre e hijo durante la lactancia.

“De manera simultánea se libera otra hormona, la dopamina, relacionada con la plenitud, la euforia y también con la motivación para conseguir un objetivo en concreto”, explica Young. “Las dos hormonas juntas ayudan a que la cara del recién nacido, su olor y sus sonidos se fijen en el circuito cerebral de recompensa de la madre y así ella relacione la tarea de cuidar a su bebé como una experiencia buena y motivadora”, detalla Young.

En definitiva, despierta el instinto maternal. En la cama despierta el amor romántico.

Fuente:

RTVE Ciencia

12 de junio de 2013

¿Por qué las mujeres se acuerdan mejor de las caras?


El estudio sugiere que la memoria de las mujeres para reconocer las caras es "superior" a la de los hombres.

¿De qué me suena esa cara? Todos nos hemos despistado alguna vez y nos lo hemos preguntado.

Ahora, un estudio sugiere que a los hombres les pasa con más frecuencia que a las mujeres.
El motivo, según los investigadores, es que las mujeres invierten más tiempo estudiando las facciones de las personas con las que hablan.

"La manera en que dirigimos nuestra mirada por el rostro de una cara nueva afecta a nuestra capacidad para reconocer a ese individuo después", explica la investigadora Jennifer Heisz, de la universidad canadiense de McMaster, coautora del estudio junto a los académicos de psicología David Shore y Molly Pottruff.

"Tanto los hombres como las mujeres nos fijamos en los ojos, la nariz y la boca. La diferencia está en el número de veces que nos fijamos en cada uno de esos rasgos: dentro de un límite de tiempo concreto, de cinco segundos, las mujeres hicieron más movimientos con los ojos hacia la cara nueva que los hombres", le dijo Heisz a BBC Mundo.

Esa diferencia en el recorrido de la mirada generó después "una memoria superior" entre las mujeres, que quedó patente, según los investigadores, cuando los participantes del experimento volvieron a encontrarse con las caras.

"Nuestro descubrimiento aporta nuevos conocimientos sobre los mecanismos potenciales de la memoria episódica y sobre las diferencias entre los sexos", dijo Heisz.

La memoria episódica está relacionada con sucesos autobiográficos, que pueden ser evocados, y es distinta de otros tipos de memoria humana, como la semántica o la procedimental o empírica.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

El rostro de las mujeres se calienta conversando con el sexo opuesto

Investigadores de la Universidad St Andrews (Reino Unido) han demostrado que las interacciones sociales no sexuales entre hombres y mujeres hacen que la temperatura de la cara de las mujeres aumente considerablemente. Para llegar a esta conclusión, los científicos emplearon imágenes térmicas para registrar la temperatura de la piel en los brazos, las palmas de la mano, la cara y el pecho de los interlocutores. Y detectaron que en las interacciones entre ambos sexos había una respuesta fisiológica al contacto social mucho más intensa de lo que imaginaban, ya que la temperatura facial en las mujeres aumentaba un grado centígrado, a pesar de que no existía sensación de rubor por parte de los participantes. Sin embargo, en interacciones similares entre dos mujeres no se producía ningún cambio de temperatura, según desvelan los autores en el último número de la revista Biology Letters.

Los investigadores tratarán ahora de determinar si esta respuesta fisiológica es detectada por los demás y si afecta de algún modo a las interacciones sociales. "Estamos explorando la relación entre variaciones en la temperatura de la piel y el color de la piel, que debería ser ligeramente más roja al aumentar el flujo de sangre", explica Carmen Lefevre, coautora del estudio, que sospecha que esos cambios podrían ser detectados inconscientemente en la conversación y afectar a la percepción del atractivo físico, cumpliendo así una función biológica. 


Fuente:

Muy Interesante

4 de junio de 2013

¿Es inútil usar sostén?

Desde hace 15 años, el doctor Jean-Denis Rouillon se ha propuesto estudiar los efectos que tiene el uso del sostén en los senos de las mujeres.

Para ello, este médico deportivo, que también es profesor de la universidad francesa de Franche-Comté, ha observado y medido cuidadosamente el busto de decenas de voluntarias.
Algunas han aceptado vivir su vida, e incluso hacer deporte, sin usar sujetador. Otras sólo lo hacen en algunas de sus actividades. El objetivo es ver si sus senos se caen más o menos al no estar contenidos.
Según resultados preliminares, el médico ha logrado comprobar que –entre las mujeres de 18 a 35 años que participan en el estudio– el pezón vuelve a subir un promedio de siete milímetros en un año cuando no se usa sostén. Los pechos, asegura, se fortalecen.

"Las voluntarias son estudiantes en carreras deportivas o en kinesioterapia, y muchas veces se trata de mujeres que quieren volver a una vida más natural, sin artificios", le explicó el doctor Rouillon a BBC Mundo.

El estudio

Laurette es una de ellas. Tiene 31 años y lleva diez participando en las investigaciones. "Rouillon era uno de mis profesores en la universidad, donde estudiaba deporte. Él nos ofreció participar en la investigación y me pareció interesante", le cuenta a BBC Mundo.
"Las cosas pueden ser diferentes entre mujeres de más de 30 años que ya han tenido hijos"

Jean Masson, cirujano plástico

Mide una talla 90C (34B) y ya no usa sostén. "No fue difícil cambiar mis costumbres. Antes, cuando me quedaba en casa, muy raramente me ponía un sujetador. Ahora sólo lo uso de vez en cuando, con algunos vestidos, para salir en la noche, pero sólo por razones estéticas", aclara.

Laurette es deportista. Practica el triatlón y es entrenadora deportiva. "Cuando trabajo, visto un sujetador deportivo sin aros por la gente que está en las clases. Pero cuando corro, por ejemplo, sólo uso una camiseta de tirantes y no siento ningún tipo de incomodidad", afirma.

Desde el principio, Laurette sintió confianza porque nunca experimentó dolor en los senos cuando se movía. Recuerda que su entorno le aconsejaba no hacer deporte sin sostén. Sin embargo, siguió con el proyecto de Rouillon.

Los únicos inconvenientes, según ella, son la mirada y los comentarios de los demás, pero prefiere no fijarse en ellos. Cuando se siente incómoda, usa un sostén sin varillas.

Resultados preliminares

A pesar de los primeros resultados, Rouillon no quiere sacar conclusiones definitivas, ya que el grupo de mujeres estudiado no es representativo de la población francesa.

Chicas usando sostén. Foto de archivo

El objetivo del estudio es comprobar si los senos se caen más o menos al no estar contenidos.

Aclara que sólo se trata de resultados preliminares y que está prosiguiendo sus investigaciones con mujeres de más edad.

El doctor Jean Masson, un cirujano plástico que trabaja en París, está de acuerdo con estas precauciones. "Las mujeres que han participado en las investigaciones son jóvenes, que no tienen senos muy grandes", explica.

"Para este tipo de mujeres, puede que no sea indispensable el uso de un sostén. Sin embargo, las cosas pueden ser diferentes entre aquellas con más de 30 años que ya han tenido hijos", afirma.

Durante el embarazo, explica Masson, los pechos ganan volumen, lo que tiene consecuencias en la elasticidad de la piel de los senos. Y menos elasticidad significa que las glándulas mamarias pueden desplazarse hacia abajo.

Entonces, ¿más vale usar sostén o no? Para tener una respuesta clara y científica, habrá que esperar un poco más.

"Aunque no tenemos la respuesta por el momento, es una problemática que merece plantearse", concluye Rouillon, que afirma que ninguna investigación científica ha comprobado la eficiencia del sostén para mantener los senos.

Que se tranquilicen las aficionadas a la lencería, aún no ha llegado el momento de tirar sus sujetadores a la basura.

Fuente:

BBC Ciencia

11 de abril de 2013

Embarazada sin sexo: ¿cómo ha podido pasar?

Seguro que a todos os suena el mito de que si un hombre eyacula en una piscina, una chica que se bañara en ella podría quedar embarazada.


Generalmente, ese mito, y otros similares, se ha usado como forma de excusar un embarazo fortuito fuera del matrimonio que la mujer o la familia ha preferido escamotear. (Aunque seguro que mucha gente se lo ha creído, como también hay personas mayores de edad que, hoy en día, aún dudan de que una mujer pueda quedarse embarazada tras una felación. Palabra).

Antes de que se popularizaran las piscinas (o el mito del embarazo por baño), sin embargo, hubo otros mitos similares, algunos que también buscaban restituir de algún modo el honor de ciertas mujeres; otros, espoleados por los escasos conocimientos médicos de la época.

En 1750, por ejemplo, a la Royal Society de Londres le llegó una misiva de un tal Abraham Johnson, titulada Lucina Sine Concubita (del latín, embarazo sin sexo). Allí explicaba el uso de “una maravillosa máquina cilíndrica, catóptrica, rotundo-cóncavo-convexa” para capturar “animálculos” que flotan en el aire y que, al examinarse bajo el microscopio, tenían la forma de hombres y mujeres en miniatura.

Cuando, con frecuencia, una mujer juraba que se había mantenido casta y virgen, a pesar del evidente bombo que traía desde hacía meses, sólo podía deberse a que la fecundación se había producido por el aire, a través de esos animáculos, tal y como sospechaba Johnson.

Para probar esta teoría, proponía que se promulgara un edicto que prohibiera el sexo durante todo un año en Gran Bretaña: si incluso así se producían embarazos, entonces la teoría tendría fundamento. No era una idea tan descabellada, la de no tener sexo durante un año, porque las huelgas de sexo se han usado en muchas ocasiones para toda clase de cosas: por ejemplo, conseguir que el agua llegue en tuberías hasta los hogares, como pasó en Turquía: podéis leer la historia completa en Los lugares más anti sexuales del mundo (y que sirvieron para cambiar el mundo).

Sin embargo, todo ello no era más que una sátira perpetrada por sir John Hill, que se reía de las “supuestas vírgenes”, así como de la teoría del espermismo, una teoría que explica así Ian Crofton en La historia de la ciencia sin los trozos aburridos:
según la cual se propugnaba que cada individuo de la Tierra había existido originalmente como un homúnculo en el interior de los testículos de Adán, un homúnculo que se había transmitido de generación en generación a través de la línea masculina. Incluso la detección de espermatozoides por parte de Anton van Leeuwenhoek al usar su microscopio no erradicó la teoría, y en 1694 Nicolaas Hartsoeker, en su Essai de diptrique, publicó una imagen de un espermatozoide.

Pero ¿hay peligro o no?

Para aclarar las cosas, vamos a explicar cuánto tiempo sobrevive un espermatozoide fuera del cuerpo de un hombre a fin de que calculéis los riesgos que existen de embarazo sin que haya sexo, en el sentido tradicional del término.

Si eyaculamos fuera de la vagina, la esperanza de vida del espermatozoide es muy corta. Dependiendo de la humedad y la temperatura, pueden durar sólo minutos. Lo que tarde en secarse el líquido seminal, que es donde los espermatozoides pueden sobrevivir.

Irónicamente, los espermatozoides no se llevan muy bien con las vaginas. Más del 90 % de los espermatozoides de la eyaculación se mueren en la vagina antes de llegar a las trompas de Falopio, dado el ambiente ácido de la vagina. Por ello un hombre que cuente con menos de 20 millones de espermatozoides por eyaculación se considera infértil.

De hecho, la cifra de espermatozoides que expulsa el macho de una especie es una primera indicación de lo difícil que resulta alcanzar el óvulo. En un ser humano normal, una dosis de semen contiene más de unos 180 millones de espermatozoides.

Tomado de:

Xakata Cierncia

7 de abril de 2013

Por qué Japón no es un buen lugar para ser madre


Las mujeres japonesas son más propensas a tener un título universitario que los hombres, y el número de mujeres que trabaja crece de manera constante desde hace diez años. Pero, por una serie de razones, una madre todavía tiene dificultades para conseguir un buen trabajo.

Nobuko Ito es el modelo de japonesa moderna profesional.

Es abogada calificada y habla inglés con fluidez. Tiene años de experiencia trabajando en derecho contractual internacional. 
 
Pero Nobuko ya no trabaja en un estudio de abogados internacional grande. De hecho, casi no trabaja en la abogacía.

Nobuko  Ito

Nobuko dice que los hombres tienen miedo de quedarse sin trabajo si cuidan a sus hijos.

En cambio, tiene tres hijos. En Japón todavía hay que decidirse por lo uno o lo otro. Hacer las dos cosas es muy difícil.

"Antes de tener hijos recuerdo un mes de mucho trabajo en el que le facturé al cliente ¡300 horas de trabajo!", dice Nobuko.

"Llegaba a la oficina a las 9 de la mañana y me iba a las 3 de la mañana del día siguiente, y también iba los sábados y domingos.

"Si se quiere seguir trabajando hay que olvidarse de los hijos, sólo hay que dedicarse a la empresa. No puedo hacer eso, es imposible", agrega.

El ejemplo de Nobuko muestra cómo la cultura de trabajo de Japón puede ser brutal. Es una de las razones por las que el 70% de las mujeres japonesas deja su trabajo apenas tiene su primer hijo.

Otra de las razones son sus maridos.

Si se habla de ayudar en la casa, los japoneses van muy por detrás de sus congéneres de Europa o Estados Unidos.

En Suecia, Alemania y EE.UU. los maridos pasan, en promedio, tres horas al día ayudando con los niños y las tareas domésticas. En Japón lo hacen una hora, y pasan sólo 15 minutos al día con sus hijos.
 
Licencia para cuidar
Luego está la licencia de paternidad. Los hombres japoneses tienen derecho a tomarla, pero sólo una pequeña minoría realmente lo hace: sólo un 2,63%, según el Ministerio de Salud y Bienestar Social.

"Mi esposo no se tomó licencia por paternidad", dice Nobuko Ito.
 
Mercado 
Muchas mujeres japonesas todavía dejan el mercado laboral después de ser madres y muchas veces no puede volver a su ritmo de empleo anterior: en el mercado laboral japonés, las mujeres a menudo terminan en un empleo irregular y mal remunerado.

"La mayoría de los hombres japoneses son muy reticentes a utilizar ese sistema. Tal vez quieren quedarse en casa para ayudar a la familia, pero por otro lado creen que tienen que trabajar tan duro como sea posible o de lo contrario no tendrán un ascenso, o puede que pierdan su trabajo".

A pesar de todo esto, muchas japonesas quieren seguir trabajando después de tener hijos.

Pero entonces surge el siguiente problema: el cuidado de los niños o, más bien, la falta de él.

Según estadísticas del gobierno de Tokio, hay 20.000 niños en lista de espera en las guarderías diurnas de la ciudad.

Los centros públicos que existen son buenos, pero son muy pocos. E incluso si uno consigue una plaza, es costoso y hay que demostrar que uno dispone de los medios.

"Yo tendría que pagar cerca de US$1.000 al mes por cada niño, incluso en una guardería del Estado", dice Nobuko Ito.

"Las guarderías privadas cuestan cerca de US$2.000 por niño por mes. ¡Pero esas son muy buenas!", dice riendo.
 
Mascotas
 
Todo esto se resume en dos hechos. Las mujeres que tienen hijos no trabajan y las mujeres que trabajan no tienen hijos. Ambas situaciones son terribles para el futuro de Japón.

En su innovador trabajo "Womenomics: el activo oculto de Japón", la economista japonesa-estadounidense Kathy Matsui dice que retener a las madres japonesas en el trabajo o hacer que vuelvan a trabajar debe ser una "prioridad nacional".

Matsui dice que eso podría aumentar hasta un 15% el Producto Interior Bruto de Japón.

Pero agrega que hay otra razón aún más apremiante. Japón se está quedando sin gente.

"A pesar de que la tasa de fecundidad baja es común en otros países desarrollados, Japón debe ser el único país de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) donde el número de mascotas es superior al número de hijos", dice.

La tasa de natalidad de Japón es de sólo 1,37 nacimientos por mujer, muy por debajo de la cifra de 2,1 necesaria para que una población se mantenga estable.

Los datos de Europa y EE.UU. indican que ayudar a las mujeres a permanecer en el trabajo puede aumentar la tasa de natalidad.

Mujer japonesa

El 70% de las mujeres japonesas deja su trabajo apenas tiene su primer hijo.

En países como Suecia, Dinamarca y EE.UU., donde las tasas de empleo femenino son altas, las tasas de natalidad son también más altas. En los países donde el empleo femenino es bajo, como Italia, Corea del Sur y Japón, las tasas de natalidad también son bajas.

En Japón ya hay una crisis demográfica. En 2006 la población de Japón empezó a encogerse.

Si las tendencias actuales persisten, Japón perderá un tercio de su población en el próximo medio siglo.

Nada de eso ha ocurrido antes.

Fuente:

BBC Ciencia

28 de noviembre de 2012

¿Son las actrices porno más felices?


Las mujeres que ejercen de actrices porno son más felices que el resto y disfrutan más del sexo (y tienen mucho más, por cierto).

Esa tajante afirmación se deriva de los resultados obtenidos en un nuevo artículo científico. James Griffith y sus colaboradores utilizaron una muestra de 177 actrices de la industria del porno americana, y compararon sus resultados con un grupo control de otras 177 mujeres de la misma edad y situación sentimental. Los resultados obtenidos fueron bastante claros: las actrices empezaron a tener sexo antes, tuvieron más relaciones con personas distintas durante su vida (una media de 75 vs 5, sin tener en cuenta su actuación ante las cámaras). 

Además, había entre ellas más bisexuales (67% vs 7%), disfrutaban más del sexo, estaban más satisfechas con su vida sexual, eran más felices y tenían una autoestima más elevada.

En la parte negativa, las actrices porno mostraban una mayor preocupación y estrés por contagiarse con enfermedades de transmisión sexual, y consumían más drogas (el 50% había probado el éxtasis, el 40% la cocaína y el 27% la metanfetamina). 

Finalmente, como último dato y muy enfatizado por los autores, las actrices no presentaban mayor probabilidad que la población control de haber sufrido abusos sexuales cuando eran pequeñas.

Los resultados son bastante claros, pero hay que analizarlos en detalle. Uno de los aspectos cuestionables, es que los datos recogidos se han hecho por autoinforme, y este tipo de estudios suele presentar problemas de subjetividad y sesgo. Pero bueno, esta es una característica de todos los estudios de este tipo, especialmente cuando se dedican a analizar un tema como el de la felicidad.

Además de esto, desde mi punto de vista, el mayor problema que se le puede achacar al trabajo ,es la representatividad del grupo estudiado. El grupo control fue recogido en una Universidad y un aeropuerto, lo cual entraría dentro de lo normal. Las actrices fueron reclutadas mediante anuncios puestos en clínicas de Los Ángeles, lo cual también es correcto, al menos para las actrices de Los Ángeles. Ese es el principal problema, las actrices porno de Los Ángeles no son una muestra representativa de las actrices porno de todo el mundo.

La industria profesional del porno americana es la más grande, la más regulada, la más popular y posiblemente la mejor pagada del mundo. Lamentablemente, fuera de los EEUU la cosa no es igual: la explotación, la coacción, la pobreza y el abuso en el mundo del porno es algo bastante frecuente. Lo que muestra este estudio es que las actrices porno de EEUU son más felices y disfrutan más de su vida sexual, pero desgraciadamente, no todas las mujeres que trabajan en el porno lo hacen en EEUU.

Referencias
Griffith JD, Mitchell S, Hart CL, Adams LT, & Gu LL (2012). Pornography Actresses: An Assessment of the Damaged Goods Hypothesis. Journal of sex research PMID: 23167939
Fuente:

La Bitácora del Beagle

6 de septiembre de 2012

Encuentran el gen de la felicidad de las mujeres

risa-salud
¿Hay diferencias de género en la felicidad? Científicos estadounidenses han demostrado que existe un gen que hace felices a las mujeres pero que, sin embargo, no funciona en el género masculino. Se trata del gen de la monoamina oxidasa A (MAOA), que regula una enzima que descompone neurotransmisores cerebrales como la serotonina y la dopamina, dos sustancias que provocan bienestar.

En sus experimentos, los investigadores hallaron que las mujeres con una versión de baja expresión del gen MAOA eran mucho más felices que el resto de féminas. Concretamente, las que tenían una copia de esta versión puntuaron más alto en la escala de felicidad, y las que tenían dos copias puntuaron incluso más. En el sexo opuesto, sin embargo, aunque muchos hombres sometidos al análisis de ADN portaban la versión de expresión baja del gen MAOA, no eran ni más ni menos felices que el resto de sus compañeros, tal y como aclaran los autores en la revista Progress in Neuro-Psychopharmacology & Biological Psychiatry.

El hallazgo de este nuevo "gen de la felicidad femenina" sorprendió a los investigadores, porque hasta ahora el MAOA de baja expresión se había relacionado con el alcoholismo, la agresividad y la conducta antisocial. “Algunos científicos incluso lo han apodado el 'gen guerrero' pero, al menos para el sexo femenino, nuestro estudio apunta a una cara más brillante de este gen", explica Henian Chen, del Departamento de Epidemiología y Bioestadística de la Universidad del Florida del Sur.

En las mujeres se da la doble circunstancia de que, aunque muestran tasas más elevadas de trastornos del estado de ánimo y ansiedad, también tienden a exhibir una mayor felicidad vital que los hombres. El nuevo hallazgo podría ayudar a explicar esta diferencia sexual en el estado de ánimo y su relación con genes específicos, ha señalado Chen.

Una posibilidad que barajan los autores del trabajo es que las diferencias se expliquen porque los hombres tienen mucha más testosterona que las mujeres, de forma que la hormona podría anular el efecto de felicidad de la versión de expresión baja del MAOA en los varones.

Fuente:

Muy Interesante

Y además…

27 de agosto de 2012

El sexo oral mejora la salud de las mujeres

La Universidad Estatal de Nueva York también revela que aquellas que mantienen relaciones sexuales sin protección son menos depresivas.


Científicos estadounidenses, tras examinar la vida sexual de un par de centenares de mujeres, han llegado a la conclusión de que el sexo oral y las relaciones sin preservativos son buenos para la salud de las féminas y las hace sentir más felices. 

Según el estudio de la Universidad Estatal de Nueva York, en el que se analizó los efectos del semen, refiere que la secreción seminal contiene al menos tres antidepresivos, así como “productos químicos que alteran el estado de ánimo”, aumentando el afecto e induciendo al sueño a las mujeres. El semen contiene también otros productos químicos como el cortisol, la estrona y la oxitocina, "los cuales elevan el estado de ánimo". 

De igual modo muestran en su composición serotonina, un antidepresivo; melatonina, un agente de inducción al sueño y tirotropina, "una hormona que también funciona como antidepresivo", señalan los responsables del estudio publicado en la revista ‘Archives of Sexual Behaviour’. 

La investigación fue realizada con el apoyo de 293 mujeres, a quienes se les examinó su vida sexual y salud mental. Además, los resultados del estudio revelaron que las mujeres, con una vida sexual activa y que “nunca” han utilizado preservativos, tienden a mostrar menos síntomas depresivos, que aquellas que “siempre” o “normalmente” utilizan protección. 

Los autores de la investigación sugieren que, "es el semen y no solo el sexo, el factor que hace feliz a las mujeres". 

Fuente:

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