Estos son algunos de los cambios cotidianos que puedes hacer en este
momento para ayudar a evitar una "catástrofe" como resultado del
calentamiento global.
1. Utilizar el transporte público
Caminar o andar en bicicleta o usar el transporte público, en lugar del carro reducirá las emisiones de carbono.
Y, también, te mantendrá en forma.
"Podemos elegir la forma en que nos movemos en las ciudades y, si no
tienes acceso al transporte público, asegúrate de elegir políticos que
ofrezcan opciones para eso", afirma Debra Roberts, copresidenta del
IPCC.
Si es absolutamente necesario, usa un vehículo eléctrico y elije el tren en lugar del avión para tus viajes.
Da un paso más allá cancelando tus viaje de negocios y utilizando, en cambio, las videoconferencias.
2. Ahorra energía
Pon la ropa húmeda al sol en lugar de utilizar secadoras y trata de ahorrar al máximo electricidad.
Usa temperaturas más altas para enfriar las habitaciones o más bajas para calentarlas.
Aísla el techo de tu casa para evitar la pérdida de calor durante los inviernos.
Apaga y desenchufa tus aparatos electrodomésticos cuando no estén en uso.
Y la próxima vez que salgas a comprar un equipo, asegúrate de verificar que haga un uso eficiente de la energía.
También puedes adoptar una fuente de energía renovable para algunas
de las necesidades de tu hogar, como los calentadores solares de agua.
3. Trata de consumir menos carne
La
producción de carne roja lleva a un número significativamente mayor de
emisiones de gases de efecto invernadero que la de pollo, frutas,
verduras y cereales.
En la cumbre del clima de París, 119 naciones
se comprometieron a reducir las emisiones agrícolas en este sentido,
sin embargo, no hubo ninguna indicación de cómo hacerlo.
Tú, en cambio, puedes contribuir a ello.
Come menos carne y trata de consumir más verduras y frutas.
Si esto te parece demasiado, considera tener al menos un día sin carne cada semana.
También vale la pena reducir el consumo de productos lácteos ya que
conllevan emisiones de efecto invernadero como resultado de la
producción y el transporte.
Opta por comprar más alimentos de temporada de origen local (¡y tira menos basura!).
4. Reducir y reutilizar... incluso el agua
Nos han hablado de los beneficios del reciclaje una y otra vez a lo largo de nuestras vidas. Pero
lo cierto es que el transporte y procesamiento de los materiales para
el reciclaje también conlleva la emisión de dióxido de carbono.
Lo mismo ocurre con el agua.
"Una alternativa es la recolección de agua de lluvia", asegura Aromar Revi.
5. Informar y educar a los demás
Entre todos podemos logarlo: reunirnos con nuestros vecinos para
compartir alternativas y educarnos mutuamente en cómo establecer una
vida comunitaria sostenible es también un paso importante.
Crea "redes compartidas" que puedan ayudar a agrupar recursos, como
cortadoras de césped o herramientas de jardín, y lograr así un nivel de
vida más ecológico.
"Todos estos cambios, cuando son practicados
todos los días por miles de millones de personas, permitirán un
desarrollo sostenible casi sin impacto en su bienestar", considera Revi
Por eso, si reduces los desechos que tiras y tratas de reutilizar los materiales que ya usaste, puedes marcar un cambio.
El Gobierno de Holanda asignó este año 100 millones de euros en el presupuesto para acelerar la construcción de carriles bici.
Cambiar los carros por las bicicletas, eso
es lo que quiere el gobierno de Holanda, quien negocia pagarle a los
empleados 0,19 euros por cada kilómetro que circulen en bicicleta desde
su casa al trabajo y además reembolsar el precio de una bicicleta nueva.
El Gobierno holandés asignó este año 100
millones de euros en el presupuesto para acelerar la construcción de
carriles bici y, sobre todo, para innovar o construir estacionamientos
de bicicletas cerca de las estaciones de transporte público.
Esto para reducir aún más el uso del carro en Holanda y mejorar la salud de los trabajadores.
La celebración del Día de la bicicleta cada 19 de abril no es lo que parece.
Aunque
el nombre de esta festividad hace referencia a ese omnipresente y
ecológico modo de transporte, la fecha conmemora en realidad el
aniversario de un particular "viaje" histórico en dos ruedas: el primero
que realizó el químico suizo Albert Hofmann bajo los efectos del LSD,
en 1943.
Tres días antes, mientras experimentaba en la búsqueda de nuevos medicamentos, Hoffman descubrió accidentalmente la dietilamida de ácido lisérgico, más conocida como LSD.
74
años después esta droga psicodélica semisintética se conoce más
popularmente como ácido, es ilegal y se utiliza principalmente con fines
recreativos.
Pero todo empezó con un incierto viaje en bicicleta por Basilea, en Suiza.
"Imágenes fantásticas, formas extraordinarias "
Mientras trabajaba para la compañía farmacéutica Sandoz, Hofmann estaba tratando de estabilizar el ácido lisérgico,
un derivado de la ergotamina, un componente químico que se obtiene a
partir de un hongo que crece en el centeno y que se utilizaba en una
medicina para tratar la migraña.
Desde 1938 el químico empezó a
mezclar el ácido lisérgico con otras moléculas orgánicas y ese mismo año
acabó sintetizando por primera vez el componente dietilamida de ácido lisérgico -25 (LSD).
Pero no fue hasta cinco años después, cuando accidentalmente Hofmann se expuso a él en el laboratorio.
Se
sintió mareado y tuvo alucinaciones. En sus propias palabras, sintió
"una remarcable inquietud combinada con un ligero mareo", según un video
explicativo producido por la American Chemical Society.
Vio "imágenes fantásticas, formas extraordinarias con intensos juegos de color caleidoscópico", describió el químico.
Así que tres días después, el 19 de abril de 1943, decidió probar intencionadamente los efectos de la sustancia.
Según las notas del químico, a las 16:20 tomó una dosis de LSD y 40 minutos después registró que empezaba a experimentar "un mareo incipiente, ansiedad, distorsiones visuales, síntomas de parálisis y deseo de reír".
Esa fue su última entrada del día.
Como
se empezó a sentir raro Hofmann decidió volver antes a casa, pero
debido a las restricciones de la segunda guerra mundial para la
movilidad en coche Hofmann tuvo que hacerlo en bicicleta, no sin antes
pedirle a su asistente de laboratorio que lo acompañara, probablemente
ante la incertidumbre de lo que podría pasar.
Ese memorable viaje de regreso, literal y figurado, es el que se recuerda cada 19 de abril con el Día de la bicicleta.
En los últimos 20 años, la extensión de áreas urbanas ha crecido hasta un 20% en Europa
Muchos investigadores analiza cómo el entorno moldea indicadores de salud o enfermedad
Iniciativas como el préstamo público de bicicletas tiene un efecto positivo en la salud
Contaminación vista en el 'skyline' de Madrid
¿Cuándo fue la última vez que paseó por un parque? ¿A qué distancia
de su casa está? ¿Cuánto tiempo tarda en desplazarse al trabajo? ¿Lo
hace en bicicleta, andando, en coche...? Todos estos pequeños gestos
cotidianos influyen en nuestra salud de manera más palpable de lo que
podamos imaginar y a la ciencia le preocupan de manera creciente.
"Cada vez está más claro que el campo de acción de la Medicina ha
desbordado los límites del hospital y del centro de salud", explica a EL
MUNDO Manuel Franco, investigador de la Universidad de Alcalá de
Henares (Madrid) y del Centro Nacional de Investigaciones
Cardiovasculares (CNIC). Como él, son muchos los investigadores que han
puesto su foco de estudio en nuestros barrios, ciudades, en cómo el
entorno físico en el que vivimos moldea indicadores como la tensión
arterial, la función pulmonar o el riesgo de enfermedades como el cáncer
o la diabetes.
"La salud debe ser parte de las consideraciones cuando se planifica
urbanísticamente una ciudad", coincide desde Ginebra María Neira,
responsable del departamento de Salud Ambiental de la Organización
Mundial de la Salud. "Y es necesario implicar a arquitectos, alcaldes, urbanistas... para definir lo que se puede ganar o perder en términos de salud".
Este desbordamiento de fronteras se nota también en la
incorporación a estos estudios de salud de expertos de disciplinas hasta
ahora muy alejadas, como el urbanismo, la sociología, la economía...
"Es verdad que cuando vas a pedir financiación para un tema de estos chirría un poco", admite Franco, que ha recibido un millón y medio de euros del European Research Council
para estudiar cómo influye la geografía de 90 barrios de Madrid en la
salud de sus habitantes. Y entendiendo por geografía desde la
disponibilidad de espacios verdes al número de puntos de venta de
tabaco, restaurantes de comida rápida o carriles bici. Precisamente, en febrero la revista Health and Place
publicaba un trabajo estadounidense en el que se mostraba que los niños
que viven cerca de establecimientos de comida rápida tienen mayor
riesgo de obesidad.
Como explica Mark Nieuwenhuijsen, del Centro de Salud Ambiental de
Barcelona (CREAL), hay numerosos estudios ya publicados en los que se
demuestran los beneficios de la cercanía de espacios verdes en
parámetros tan dispares como la ansiedad, la calidad de sueño, la salud
cardiovascular, la longevidad, mortalidad o tasa de partos prematuros.
"Pero no sabemos exactamente los mecanismos por los que esto se produce,
no sabemos si es porque estas personas tienen menos estrés, realizan
más actividad física, tienen una mayor red de contactos sociales o
respiran menos contaminantes", admite.
Para tratar de dar una respuesta a esta cuestión Nieuwenhuijsen y su equipo están llevando a cabo el estudio Phenotype
con 5.000 personas residentes en cinco ciudades europeas diferentes
(entre ellas, Barcelona). "Hemos visto ya que la cercanía a espacios
verdes reduce el riesgo de bajo peso al nacer y mejoras en el estado
cognitivo o las tasas de obesidad de los niños", explica este
investigador.
Ambos coinciden en que estos trabajos de ecología urbana
tienen un protagonismo creciente en la comunidad científica, donde cada
vez más equipos tratan de indagar en la cuestión. "No obstante, el 75% de la población mundial vive ya en áreas urbanas",
subraya Nieuwenhuijsen. Y aunque podría simplificarse pensando que la
población de áreas rurales tiene mejor estado de salud, el investigador
holandés afincado en Barcelona reconoce que no se puede comparar, porque
existen muchos otros indicadores, "como una mayor lejanía a los
servicios de salud. Además, la población rural no está expuesta a los
espacios verdes durante todo el tiempo". Según datos de la OMS, en los
últimos 20 años la extensión de áreas urbanas ha crecido hasta un 20% en
los países europeos, mientras que la población lo ha hecho sólo un 6%.
"En el centro de Madrid, la Plaza de Olavide está siempre llena de
gente; en cambio, si colocas esa misma plaza en un barrio nuevo, de las
afueras, probablemente esté vacía la mayor parte del tiempo", explica
Franco. "No sabemos si es porque la gente en ese barrio no se conoce, o
porque no hay tradición... Urbanísticamente es la misma plaza, con los
mismos columpios para los niños, los bancos para sentarse, pero allí no
funciona", explica este especialista. "Sabemos que si estás en la calle,
la gente no está en el sofá, así que eso tiene beneficios por sí solo,
aunque no esté haciendo ejercicio".
De hecho, sus primeras entrevistas cualitativas demuestran que no sólo son importantes los espacios verdes, sino también las zonas urbanas para pasear.
"Lo que hemos visto en las entrevistas es que para las personas mayores
es importante también poder ver tiendas, jaleo social. Es lo que
llamamos el land mix use, que la ciudad sea el espacio en el
que vivimos, paseamos, compramos... Eso es lo que diferencia Chamberí
[un barrio céntrico de Madrid] del Ensanche de Vallecas [un PAU a las
afueras], que allí la gente coge el coche para ir a un bar a tomar una
cerveza. Tenemos que convertir las ciudades en lugares donde la gente
pueda pasear despacio, cuando más despacio van las ciudades, más
agradables son para las personas".
Como añade Neira por su parte, las enfermedades crónicas son una pata importante del binomio urbanismo-salud ("no podemos decirle a la gente que haga actividad física si la ciudad se mueve en el límite de lo peligroso"); el otro es la contaminación. "La contaminación es ya responsable de siete millones de muertes al año en el mundo, y si no planificamos las ciudades para reducir el uso del coche evidentemente estamos perdiendo oportunidades".
Tanto Franco como Nieuwenhuijsen coinciden en que convertir las ciudades en espacios saludables,
pensados para las personas y no para los coches, es un reto desde el
punto de vista político y urbanístico. Copenhague es un buen ejemplo de
ello. "No pensemos que en Dinamarca la gente ha ido siempre en
bicicleta, el urbanista Jan Gehl tiene buena culpa de ello", recuerda
Franco, aludiendo a la reorganización del tráfico promovida por este urbanista
que logró convertir la capital danesa en una de las ciudades con mayor
número de bicicletas del mundo, donde el 30-40% de los desplazamientos
se producen sobre dos ruedas (frente al porcentaje de ciudades españolas
como Madrid o Barcelona, con apenas el 2%). "No se puede comparar directamente la salud entre Copenhague y
Barcelona sólo por la diferencia en el número de bicicletas, porque
existen otros parámetros que influyen. Pero sí se han comparado
diferentes cohortes danesas en las que se demuestra que el uso de la bicicleta mejora la salud cardiovascular",
afirma el especialistal del CREAL. Incluso teniendo en cuenta el
posible riesgo de accidentes derivado de las bicicletas, la actividad
física de quienes van a trabajar en este medio de transporte repercute
positivamente en parámetros como las tasas de cáncer, diabetes o presión
arterial.
Así se ha demostrado también recientemente en Londres, donde un
trabajo de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical demostró en la
revista British Medical Journal que el sistema público de
préstamo de bicicletas tiene un efecto general positivo en la salud
(incluso descontando el riesgo de accidentes), "probablemente por la
reducción de ciertas patologías que se benefician de la actividad
física", concluía el análisis de James Woodcock.
"Desafortunadamente, las ciudades se diseñan pensando en cómo evitar
atascos, y cómo llegar rápido de casa al trabajo en coche", lamenta el
investigador, "no se piensa en los ciclistas ni peatones, y eso que
tendría beneficios directos para las ciudades, como menores tasas de
contaminación o de ruido".
"Las ciudades no están diseñadas para hacer ejercicio en el día a día,
y los lugares de trabajo cada vez están más alejados", explica
Nieuwenhuijsen, todo lo cual contribuye a las tasas de sedentarismo que
tanto preocupan a la OMS (con tasas en torno al 60% en los países
desarrollados) responsables de 3,2 millones de muertes anuales en el
mundo.
A los beneficios físicos habría que sumar también los efectos
psicológicos. De nuevo en Reino Unido, un estudio de la Oficina Nacional
de Estadísticas observó que los ciudadanos que usan el transporte
público a diario para ir a trabajar tienen más riesgo de ansiedad. Por
cada minuto adicional de desplazamiento empeoraban las sensaciones en
una escala que valora la calidad de vida; mientras que en EEUU se ha
asociado cada hora en el coche a un aumento del 6% del riesgo de
obesidad.
"Si comparamos Europa con el resto del mundo, salimos bien en la foto,
porque las ciudades europeas han experimentado un cambio radical en las
últimas décadas", señala Neira; "pero si nos comparamos con nosotros
mismos y con dónde podíamos estar, aún necesitamos mejorar", concluye la
responsable de la OMS.
Hace tan solo dos días, el Tour de Francia echó el cierre en su edición número 100. Aprovechando la resaca
de la prueba reina del ciclismo, el post de hoy tratará de Deporte y Química, dos magníficos símbolos de superación.
Gracias a la química, el deporte ha
experimentado una considerable evolución, y en la actualidad nadie duda
que si los deportistas tienen tan buenos resultados y baten
constantemente sus propias marcas, se debe en gran medida a los nuevos
materiales de los que están hechos sus equipamientos (más flexibles, más ligeros y más fuertes), capaces de hacer realidad el lema olímpico “más rápido, más alto, más fuerte”.
Lejos van quedando la madera, el hierro, el cuero y otros materiales
tradicionales, que han dejado paso a compuestos químicos de simple o
alta tecnología.
La bicicleta, tal y como la conocemos (dos ruedas, pedales que accionan la rueda trasera mediante una cadena, un sillín y un manillar que dirige la rueda delantera),
empezó a ser popular a finales del siglo XIX cuando John Dunlop inventó
la cámara de aire de caucho. Por aquella época, las bicicletas se
pusieron de moda en Francia y una mente brillante como la de Marie Curie
encontró en el deporte del ciclismo un aliado al que acudir para
relajarse. Este estilo de vida saludable pone de manifiesto que Marie
Curie creía en la idea mens sana in corpore sano, como recoge recientemente SINC en su reportaje “Genios en forma”.
“Como
cualquier otra pareja de recién casados, Pierre y Marie Curie
utilizaron el dinero que les dio uno de sus primos como regalo de boda
para comprarse algo que deseaban desde hacía tiempo: un par de
bicicletas. Era el mes de julio de 1895”. “Su pasión por el ciclismo
fue tal que, como viaje de novios, emprendieron una larga travesía en
sus flamantes bicis por la costa de la Bretaña francesa. El verano
siguiente ambos repitieron la experiencia en el interior del país y
siempre que podían utilizaban las dos ruedas para moverse por París,
donde residían. Una vez a la semana recorrían unos 12 kilómetros para
visitar a los padres de Pierre”. “En el libro de gastos de las cuentas
de la casa Curie, la columna dedicada al ciclismo muestra que gastaron
una considerable suma en la ropa adecuada para montar en bici, en
recambios y en pagar el impuesto de cada bicicleta todos los años,
puesto que poseer este vehículo, en esa época, se consideraba un bien de
lujo”.
Sin duda, Marie Curie
se sorprendería al ver las bicicletas modernas, donde gran parte de los
materiales tradicionales se sustituyen por materiales sintéticos de
origen químico. Por ejemplo, metales como el aluminio y el acero han
perdido terreno en beneficio de los materiales composites o resinas compuestas, tales como la fibra para-aramida (que hace el bastidor más ligero y sólido),
o la fibra de carbono, que aligera significativamente el peso del
cuadro. Estas mejoras se han ido incorporando a las diferentes partes de
la bicicleta, incluso a los sillines. Los actuales están recubiertos de
un gel hecho de un elastómero que los hace más confortables,
gracias a un mejor reparto del peso en su superficie. El gel, que se
encuentra entre el estado sólido y el líquido, se mantiene elástico
durante toda la vida de la bicicleta.
Como curiosidad, ¿sabéis quién ha sido el ciclista que aprovechando todos los avances de la química, más distancia ha recorrido con una bicicleta en una hora? El canadiense Sam Whittingham (2009) logró recorrer nada menos que 90 kilómetros (¡90 km en una hora!), utilizando una bicicleta reclinada, totalmente recubierta por un caparazón de fibra de vidrio que redujo al mínimo la resistencia al aire. Qué lejos quedan los 53 kilómetros del récord del belga Eddie Merckx (1972), o del español Miguel Induráin (1994)…
Un joven estudiante de diseño del Royal College of
Art en Londres creó un producto que podría ser una herramienta muy útil
para reciclar desechos: una bicicleta que convierte botellas recicladas
en tiras de plástico.
Su idea, dice Victor Monserrate, es que con esta
bicicleta, que él ha bautizado "El Ingenio", las comunidades de los
países en desarrollo puedan producir objetos como sillas o canastas
utilizando estas tiras de plástico.
Cuba tuvo que importar miles de bicicletas durante el "período especial" ante la falta de combustible.
Para los expertos en salud
pública, Cuba puede ser un objeto de estudio fascinante, pues en pocos
sitios en el mundo hay comportamientos tan homogéneos en cuanto a
nutrición y actividad física. Si a este factor se suman los cambios a
los que se sometió el país durante el llamado "período especial" (entre
1990 y 1995), entonces se pueden obtener resultados únicos.
El doctor español Manuel Franco, profesor de la
Universidad de Alcalá y la Johns Hopkins en EE.UU., aprovechó la
coyuntura que tuvieron que vivir los cubanos justo después de la
desaparición de la Unión Soviética para realizar un estudio de 30 años
sobre los efectos poblacionales en enfermedad cardiovascular y diabetes
cuando se cambian repentinamente los hábitos alimenticios y la actividad
física. El estudio no tomó en cuenta las deficiencias nutricionales durante los cinco años de crisis profunda.
El resultado fue una disminución en la
incidencia de diabetes y enfermedades relacionadas con el corazón,
acompañado de una disminución del peso corporal de 5,5 kilos en
promedio, durante los cinco años de crisis profunda. A partir de 1996, la población experimentó un aumento de peso de 9 kilos. "Ahora mismo, la diabetes está subiendo y la
enfermedad cardiovascular -que estaba bajando mucho- ha dejado de
declinar", le explica a BBC Mundo Franco. "Este es un resultado muy
negativo para Cuba hoy en día".
Antes, durante y después
El estudio indica que tras la recuperación económica, la población registró un aumento de peso de 9 kilos.
Para el estudio, publicado esta semana en el British American Journal,
Franco y su equipo revisaron los datos de la población de Cienfuegos,
en el centro de Cuba, durante las últimas tres décadas. Y lo dividieron
en tres períodos: precrisis, crisis y postcrisis. Quizás el período más interesante fue el
"especial", donde los cubanos aumentaron de un 30% a un 80% la actividad
física y disminuyeron la ingesta calórica diaria de 3.000 a 2.200
calorías. Este ejercicio y dieta forzados hizo que
disminuyera la tasa de mortalidad, particularmente por diabetes y
enfermedades cardiovasculares. "Este estudio lo que demuestra es que el cambio
en toda la población, sea para un lado o para el otro, tiene un efecto
muy grande sobre la enfermedad cardiovascular y la diabetes", señala
Franco. "Si queremos disminuir, controlar y prevenir las
enfermedades, la dieta y la actividad física tienen que ocurrir al
mismo tiempo". Y a nivel de salud pública, "esto tiene que ocurrir en
toda la población". Lea el artículo completo en: BBC Ciencia
La bicicleta se llama Audi e-bike Wörthersee y
su nombre se ha tomado del evento de coches deportivos que se celebró
entre el 16 y el 19 de mayo de 2012 en la ciudad austriaca de Reifnitz, donde se presentó el prototipo de esta bicicleta eléctrica con conexión a Internet. Su batería es de fácil extracción y están alojadas en el interior
del chasis de la bicicleta. La recarga total se completa en 2 horas y
media. Además, tiene un sistema de carga inalámbrico, evitando tener que enchufarse a ningún tipo de poste de recarga. Pero la función más interesante de esta bicicleta es la la posibilidad de conexión a Internet vía WiFi,
a través del smartphone. De este manera, por ejemplo, se puede competir
con otros usuarios que también estén montando en bicicleta a través de
la red. Sin duda, un motivo más para lanzarse a viajar por el mundo en bicicleta, un motivo más para sumar a las Diez razones para hacer cicloturismo o por qué viajar como las mariposas es la mejor forma de viajar Vía | Muy interesante
Conocer Ciencia no adopta posturas que aceptan el fin del mundo este 21 de diciembre. Es más desde este blog combatimos todo lo que signifique pseudociencia o creencias generalizadas (creencias que, por cierto, la prensa mundial ayuda a generar en sectores de la población). Este blog toma la tan cacareada "profecía" de los mayas como una "cortina de humo" global, un distractor global. Ya en un post anterior explicamos el por qué el planeta sobrevivirá a este 21 de diciembre.
No obstante, al ser este un tema tan comentado, publicamos la lista, de FayerWayer, de objetos imprescindibles para sobrevivir a un "fin del mundo" (aunque, a nuestro parecer, en esta liosta hace falta un arma para protegernos y para cazar, pero...). Recalcamos que es un post que debería estar en la sección de humor... ¿o no?
Cada quien tiene una concepción diferente de lo que será el fin del
mundo. Yo personalmente preferiría que fuera con una invasión zombi,
pero hay quienes piensan que ocurrirá por la tercera guerra mundial, por
un invierno nuclear, embates del clima extremo, por una invasión
extraterrestre, en fin, cada quien es libre de imaginar lo que quiera.
En casi cualquiera de estos casos, sin embargo, hay objetos tecnológicos
que pueden volverse indispensables para la supervivencia.
Un cargador solar: Lo primero y más difícil es
encontrar energía (además de la comida); eventualmente la red eléctrica
fallará y no tendrás como recargar tu teléfono – o lo que sea. Un
cargador solar te proporcionará la suficiente electricidad para, por lo
menos, tener una laptop pequeña funcionando por algunos minutos y cargar
tu móvil, esto es, asumiendo que haya a quien llamar.
Una lámpara / radio auto-cargable: Seguro han visto
esas pequeñas lámparas con radio am/fm que venden en cualquier tienda y
que usualmente nadie toma enserio; pues bueno, este objeto te será
esencial para sobrevivir. Imagina que estás en el bosque o la ciudad
pero no hay luz, necesitas ver por donde vas y no puedes hacer ruido
para evitar que los zombis / aliens / sobrevivientes de la era nuclear
se den cuenta de tu presencia. Adicionalmente, el radio te permite
escuchar transmisiones de emergencia.
Una laptop de uso auténticamente rudo: Mi
recomendación, una Panasonic Toughbook. Piénsalo bien por un momento;
vas a tener que caminar mucho, seguro una vez por semana serás
perseguido por algo/alguien, caerás sobre tus cosas, te las robarán, las
recuperarás, las dejarás caer por lo menos dos veces al mes, etc.
Necesitas una laptop que te pueda sobrevivir contigo y que no muera en
el intento.
Reloj de pulsera: Necesitas un buen reloj, uno que
tenga brújula, que sea resistente a golpes, agua, que puedas sumergir
algunos metros, y sobre todo, que no necesite un cambio de batería. Una
buena opción son los relojes Pro Trek de Casio. Tienen brújula digital,
altímetro, barómetro, termómetro (muy importante), resiste hasta 100
metros bajo el agua, tiene 5 alarmas, luz LED para ver mejor en la
oscuridad, un increíble calendario con las fechas exactas hasta el año
2099 y lo mejor, la batería se carga con energía solar.
Una bicicleta eléctrica: Si vamos a estar luchando
por nuestras vidas, recorriendo ciudades y pueblos, no lo podemos hacer a
pie y, si algo nos ha enseñado the Walking Dead es que las carreteras
van a estar saturadas de autos descompuestos o que eventualmente, se
quedarán sin gasolina. Mi sugerencia para este escenario sería, por
ejemplo, la bicicleta eléctrica Eneloop de Sanyo. Su motor eléctrico
hace el viaje mas sencillo, te ayuda a no perder velocidad en las
pendientes inclinadas y al frenar se carga un poco la batería de la
bicicleta.
No olviden que también es importante cargar con otros objetos como un
machete o cuchillo de supervivencia, purificador de agua, una ballesta
(así puedes recuperar las flechas usadas y no haces ruido) así como una
mochila amplia y resistente, calzado para exteriores tipo Caterpillar y
luces de bengala.
¿Qué objetos podrían ustedes en su lista de supervivencia? Cuéntanos en los comentarios.
La bicicleta marcó el inicio de una migración reproductiva sin precedentes en la evolución humana.
¿Qué invento puede haber sido
más revolucionario para el sexo que la píldora anticonceptiva, los
preservativos o el viagra? Uno de los genetistas más reconocidos de
Reino Unido lo tiene claro: el primero de la lista es la bicicleta.
Stephen Jones, profesor del University College
de Londres, destaca que la invención de la bicicleta ha sido el evento
más importante en los últimos 100.000 años de la historia de la
evolución humana.
La razón, explicó a la BBC en el programa semanal Science Club,
es que "hizo que los humanos ya no se limitaran a encontrar a su
compañera sexual en la puerta de al lado, sino que pudieron trasladarse a
aldeas vecinas y mantener relaciones sexuales con la chica del pueblo
de al lado".
Transporte barato y eficiente
Aunque la bicicleta se inventó a principios del
siglo XIX, no fue hasta poco más de un siglo que se convirtió en todo un
fenómeno de masas.
Los primeros modelos tenían ruedas pesadas y
poco fiables, pero dos elementos convirtieron a la bicicleta en uno de
los milagros de la tecnología moderna: la cadena y las ruedas con
radios.
La rueda con radios de finos cables de metal en
tensión permitieron aligerar notablemente el uso de las ruedas. No
obstante, al no existir un sistema de cadena, las ruedas todavía
funcionaban accionando pedales que tenían acoplados, lo que obligaba a
contar con una rueda frontal de enorme tamaño, que resultaba incómoda e
inestable.
Así fue hasta que apareció la cadena y con ello
las marchas. El sistema permitió que con sólo una vuelta de pedal la
rueda se moviera varias veces, y así fue como vieron la luz hace un
siglo, las primeras bicicletas "seguras para damas".
Así es como este portento de la ingenieria se
convirtió en un sistema de transporte barato, eficiente y accesible a
todo sexo y clase social.
Más cortejo y menos piano
La prensa de la época reportó cómo la bicicleta cambió los estándares de cortejo entre la juventud finales del s.XIX.
Recortes de prensa de la época en Reino Unido hicieron eco del impacto que tuvo semejante innovación.
Reportes de aquel entonces la bicicleta
"disminuyó la asistencia a la iglesia, extendió nuevas tendencias de
cortejo entre los jóvenes e incluso provocó un declive en el uso del
piano".
Pero más allá del impacto que tuvo en las
costumbres amatorias, la ciencia destaca que la contribución más
importante de la bicicleta se refleja en nuestros genes.
Según destacó el profesor de ecología y biología
evolucionaria Stephen Stearns de la Universidad de Yale en Estados
Unidos a la publicación de divulgación científica Lifelittlemysteries,
la bicicleta amplió en 48km la distancia de cortejo de los hombres en
Inglaterra a finales del siglo XIX.
Stearns señaló que invención de la bicicleta
habría estimulado la pavimentación de las vías, lo que facilitó la
posterior incorporación del automóvil al mundo del transporte.
Estos eventos desataron un proceso de migración masiva sin precentes que dura hasta día hoy.
Diversidad genética
Jones destaca que la distancia entre el lugar de nacimiento de los esposos no ha cesado de aumentar desde entonces.
El científico pide a los lectores que se hagan
una pregunta ¿Cuán distante es el origen de su pareja o consorte, en
comparación con el origen de nacimiento de sus padres?
"Si caminamos por una ciudad como Londres hoy en
día, vememos una variedad genética que no hubiéramos visto hoy en día",
destacó.
La bicicleta inició así, según Jones, el camino
hacia una diversidad genética sin precedentes, lo que tiene un papel
primordial en el desarrollo de nuestro sistema inmune y que tendrá
repercusiones futuras todavía por ver.
"La diversidad genética es el material base de
la evolución, si no la tuviéramos todavía estaríamos en línea con los
primates", finalizó.
Si eres un amante del ciclismo, o de la aviación, esta
noticia seguro te va a emocionar tanto como a mí: Un grupo de
científicos checos ha anunciado que está trabajando en el desarrollo de
una bicicleta capaz de volar.
Capaz de desarrollar una potencia de 47 kilovatios, esta bici que
pesa 85 kilogramos sin el piloto, mide 3,5 metros de largo, 2,5 metros
de ancho y 1,2 metros de altura. Su tiempo aproximado de vuelo son de
tres a cinco minutos, y alcanzará una velocidad máxima de 50 kilómetros
por hora, siendo 170 kilogramos la carga máxima que puede desplazar en
el aire.
Esta bici que bien podría cumplirnos la fantasía de volar como E.T,
estaría siendo desarrollada por un grupo de empresas de República Checa,
Technodat, Evektor y Duratec; y cuenta con cuatro motores de 10
kilovatios, y dos motores estabilizadores de 3,5 vatios en ambos lados,
como vemos en la imagen que acompaña esta nota. La energía para hacer
volar esta bici se obtiene de una batería de litio con capacidad de 50
amperios/hora.
Claro que aún tenemos que armarnos de mucha paciencia: El primer
prototipo de bicicleta voladora llegaría en el mes de septiembre y sería
mostrado en la Feria Internacional de Maquinaria de República Checa.
Mientras, tendremos que conformarnos con el vídeo de simulación con el
que han emocionado al mundo:
¿Estaremos realmente cerca de una bici voladora? Visto lo visto, aún
falta para que la bici pueda ser una realidad, aunque de que veremos
vehículos voladores en el mediano plazo, los veremos, porque ya
recordaréis que os contamos que el auto volador comenzará a venderse en 2014. Así que probablemente nuestras calles luzcan como la de los Supersónicos, con sus casas suspendidas en el aire y sus aero-autos como medio de transporte, más pronto de lo que imaginamos.
La gente con metes débiles podrán seguir pasando los cambios de sus bicicletas con sus dedos gordos. Los demás ya podremos empezar a hacerlo con el pensamiento, porque de eso se trata esta bicicleta conceptual de la casa de diseño Deeplocal en el marco del Proyecto Número 11 de Toyota Prius.
La compañía desarrolló un sillín con un transmisor inalámbrico para pasar los cambios con el teléfono móvil. Luego agregaron una serie de neurotransmisores a un casco y reprogramaron el sistema para que el ciclista pueda controlar las velocidades de su bicicleta con sólo pensarlo. Acá un seguimiento del proyecto.
Ahora hagamos fuerza mental para que se convierta en una realidad, porque así -por ejemplo- podría incluso venirme al trabajo tomando desayuno en mi bicicleta…
En las ciudades desarrolladas las tareas de lavado y secado de la ropa son sencillas, principalmente por la facilidad de acceso a numerosos y modernos artefactos que para ese fin existen en el mercado. Pero en zonas alejadas de la ciudad y de escasos recursos económicos no lo es. Así lo entendió un grupo de estudiantes de la Universidad Privada Norbert Wiener que, tras revisar varios prototipos ya creados, decidió innovar una bicicentrifugadora. Su finalidad principal es ponerla a disposición de las poblaciones menos favorecidas. Si te interesa saber más sobre este proyecto, sigue leyendo esta nota de Sandro Medina.
“Es una máquina que utiliza la energía mecánica y que sirve para el secado de ropa. Puede ser empleada en todas las estaciones del año y no necesita electricidad, pues es impulsada con pedales. Así, se convierte en una alternativa para las zonas donde habitan personas de bajos recursos económicos”, explicó a El Comercio el ingeniero Nicolás Ortiz Vargas, asesor del proyecto.
Idea guatemalteca
Según recuerda el ingeniero Ortiz, en Guatemala existen equipos similares y sabe que algunos se están usando en nuestro país.
El creador de las máquinas a pedal fue Carlos Marroquín y una versión de la bicilavadora, desarrollada por alumnos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), funciona en un asentamiento humano de Ventanilla desde el 2009.
“La idea de las bicicentrifugadoras paulatinamente se ha ido masificando. Y, en este caso, los estudiantes que han realizado el proyecto han apelado a la innovación y a la utilización de material 100% reciclado para abaratar sus costos”, indicó Ortiz.
Esta bicicentrifugadora fue uno de los prototipos que sobresalió de los 65 proyectos presentados recientemente en la feria tecnológica organizada por la Universidad Norbert Wiener. “Debido a la acogida que tuvo esta actividad se repotenciará el área de investigación y desarrollo de proyectos”, dijo por su parte Emigdio Alfaro, decano de la Facultad de Ingeniería.
Cómo funciona
Quien encabezó el proyecto fue el alumno Manuel Yangali. Según detalló, con el pedaleo por 15 minutos se llega a centrifugar hasta ocho kilos de ropa. “Es una alternativa de solución para el manejo de energía barata. Aquí aplicamos principios de física y mecánica. Sería, sin duda, una valiosa herramienta que apoyaría a familias de escasos recursos”, refirió. El resto del grupo investigador está formado por Francisco Ccolcca y Elizabeth Aybar.
Una secadora de ropa, que para su funcionamiento emplea energía eléctrica, cuesta 600 soles en promedio. La bicicentrifugadora sería una alternativa mucho más económica.
“Este equipo, que es de-sarmable y de fácil transporte, no superaría los 500 soles, incluyendo la asesoría técnica”, indicó Yangali, quien cursa el noveno ciclo de Ingeniería Industrial y trabaja en la empresa Luz del Sur.
La bicicentrifugadora, que según sus creadores ha sido pensada también por la elevada humedad de la costa peruana, será motivo de mayores innovaciones. “Próximamente trataremos de construir un tambor interno de plástico o de fibra de vidrio para reemplazar el metal que ahora luce. Esta corrección significará menos gasto y mayor facilidad de trasportarlo a cualquier parte del país”, puntualizó.
En constante evolución
Con ayuda de un grupo de canadienses de la organización Pedal, desde 1997, el guatemalteco Carlos Marroquín creó la ONG Mayapedal. Ellos usan partes de bicicletas usadas para construir bicimáquinas, que son dadas a precios subvencionados. Además apoyan diversos proyectos autosostenibles para mejorar el medio ambiente.
Según informó la revista “Somos” en abril del 2009, Lisa Tacoronte, estudiante de Ingeniería Mecánica del Programa D-lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) se encargó de construir una bicilavadora –inspirada en el proyecto guatemalteco– que se usa con éxito en el hogar de niños Sagrada Familia de Ventanilla.
Las cifras
S/.900 es el costo aproximado de una secadora de ropa de 7 kilos de capacidad.
S/.600 cuesta en promedio una lavadora automática de 7,5 kilos de capacidad.
Investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) desarrollaron la “rueda de Copenhage“, una rueda de bicicleta que transforma cualquiera de estos vehículos a pedales automáticamente en una bici eléctrica. Ya habíamos comentado este invento anteriormente, pero ahora ganó el premio de diseño James Dyson, y ojalá que con este respaldo la rueda pueda entrar en producción de forma más masiva.
El MIT explica:
El compartimento rojo no sólo contiene el motor, baterías y un sistema interno de engranajes – ayudando a los ciclistas en terrenos como colinas y largas distancias – sino que también incluye sensores de ubicación y ambiente que entregan datos para aplicaciones móviles relacionadas con el ciclismo. Los ciclistas pueden usar la información para planear rutas más sanas, alcanzar sus metas de ejercicios o crear conexiones con otros ciclistas. Al compartir los datos con amigos de la ciudad, también contribuyen a una base de datos mayor de la que toda la comunidad puede beneficiarse.
Sin duda es un invento que hace muchísimo más fácil acceder a una bici eléctrica y al mismo tiempo convertirla en un aparato inteligente, probablemente más fácil y barato que una iBici.
La marca Sanyo ha lanzado laEneloop Bike,un modelo de bicicleta con motor eléctrico que se abastece de la energía solar captada por el panel de su manillar. No es una moto, ya que su usuario tiene que darle a los pedales, pero el motor ayuda a reducir el esfuerzo. La batería se recarga con el desplazamiento de la bici.
La Eneloop Bike se puede utilizar en diferentes ciudades niponas, ya que se han instalado puntos de alquiler y recarga, principalmente cerca de las estaciones ferroviarias. El objetivo de esta bicicleta solar es que los desplazamientos desde el metro o tren hasta el lugar de trabajo se puedan hacer en este vehículo.
Por el momento sólo se podrá ver en Japón, aunque Sanyo se plantea exportarlo al resto del mundo si tiene éxito.
Comparando energia usada por persona-milla (calorias), ellos encontraron que una bicicleta necesita solo 35 calorias,cuando un coche derrocha 1,860. AutoBus y tren cayeron sobre la mitad del trayecto(necesitan el doble, esto es un 100% mas), y caminar tomo tres veces mas calorias +200% que ir en bici para la misma distancia. Cifras publicadas por el WorlWacht Istitute
Hábito saludable
El estudio tambien refiere como el montar en bici contribuye a la salud de una nacion. Por ejemplo ellos encontraron que solo el 1% de transporte urbano es en bicicleta en US, un pais con un 30.6% de adultos considerados obesos. Esto contrasta con el ejemplo de Holanda donde el 28% del trafico urbano es por bicicletas, y solo hay un 10% de obesos. Mas datos en el estudio de WorldWacht
¿Qué son las bicimáquinas?
Son máquinas impulsadas con la fuerza de pedales. Las bicimáuinas son una iniciatica de la ONG de Guatemala Maya Pedal. Veamos algunos ejemplos:
Esta es la bicilicuadora...
¡Qué fénomeno, hombre! Pedalea, suda y luego tómate un jugo de frutas (zumo) ¡sin gastar electricidad y sin gastar donero! Ahora si podrás alimentarte con el sudor de tu frente...
Una manera genial de ahorrar energía, además nos mantenemos en buena condición física y un medio de reciclar biciletas usadas. Y pos si fuera poco ahora usted puede vender sus licuados en cualquier esquina.
EOtras bicimáuinas son la bicidesgranadora de maíz, la bicibomba (de agua), la bici sierra (para madera)... puede ver todas estas bicimáquinas en este enlace.
Pero las palmas son, a mi parecer, para la bicilavadora...
La bicilavadora
Tras cuatro años de investigaciones en el MIT, un equipo de científicos encabezados por Radu Raduta han creado una bicilavadora, y la prueba del fuego del prototipo se ha llevado a cabo en nuestra Patria (Lima, Perú). Encontré el video en YouTube:
Se trata de una "bicilavadora", que como su nombre lo dice, es una lavadora de ropa que funciona con el poder del pedal.
Es, dicen los expertos, un buen ejemplo de la verdadera tecnología verde.
El aparato no sólo se encarga de dejar la ropa limpia sino también previene la contaminación del agua de ríos y lagos, no genera emisiones de carbono y ayuda al usuario a hacer ejercicio.
La bicilavadora, probada por primera vez en Ventanilla, Perú, fue diseñada específicamente para los lugares remotos en el mundo en desarrollo donde por falta de luz o agua corriente la gente debe lavar su ropa a mano.
Alternativas verdes
"Lo que intentamos es vender los aparatos a precios subvencionados para ayudar a mejorar el medio ambiente, la salud y la productividad de las comunidades rurales", le dijo a BBC Ciencia Carlos Marroquín, ingeniero a cargo de MayaPedal.
"Queremos buscar alternativas para reciclar las partes de la bicicleta, el plástico y otros materiales".
"Así, a la vez que evitamos la contaminación del medio ambiente ofrecemos soluciones a comunidades que no cuentan con recursos para comprar máquinas", asegura.
Lavar la ropa, para mucha gente en el mundo en desarrollo, no es tarea fácil.
La labor, que es llevada a cabo generalmente por mujeres, requiere pasar unas ocho horas cada semana tallando y exprimiendo cada prenda en pequeños recipientes o en la orilla de ríos o lagos.
En muchas de estas regiones rurales hay lavadoras eléctricas, pero son poco prácticas porque tanto la electricidad como el agua de grifo son caras o no están disponibles.
El nuevo aparato utiliza piezas que están fácilmente disponibles, como barriles de plástico y componentes de bicicletas usadas.
La bicilavadora consiste de un barril de plástico cortado en secciones que después son soldadas para formar un barril más pequeño.
Dentro de éste va otro cilindro, también hecho de partes de plástico soldadas, encargado de rotar durante ciclos de lavado y enjuague.
Este cilindro, que va colocado en el armazón de una bicicleta sin llantas, tiene una capacidad de unos 200 litros, la máxima carga que una persona promedio podría pedalear.
Estudiantes de la MIT, la Universidad de Tecnología de Massachussets de renombre mundial, han diseñado una bicilavadora a partir de piezas de bicicletas y barriles metálicos vacíos que pueden resolver estos problemas y, al mismo tiempo, crear puestos de trabajo.
La han estado desarrollando durante casi cuatro años, pero ha sido el mes pasado cuando el primer prototipo hizo su aparición sobre el escenario real al ser utilizado en un orfanato de los arrabales de Lima. Tiene 670 niños, y se genera suficiente ropa sucia como para que la máquina funcione sin parar durante todo el día.
La lavadora a pedales fue diseñada para que fuese sencilla de utilizar, utilizando piezas fáciles de comprar en casi cualquier lugar del mundo. Una primera versión de 2005 fue desarrollada por el estudiante de ingeniería mecánica Radu Raduta, que ganó el primer premio en el concurso de ideas que hace el MIT anualmente. Esto le reportó un capital que le permitió trabajar de forma más profunda sobre el diseño del tambor interior para que su fabricación y transporte fuese aún más sencillo.
La parte exterior del tambor está fabricado a partir de un barril de petróleo recortado, pues el volumen inicial sería demasiado grande. El tambor interiorestá frabricadoa partir de piezas de plástico idénticas que pueden desmontarse y guardarse dobladas para facilitar el transporte. Ésta es la parte más complicada de fabricar, afirma el ingeniero Raduta, “porque se sumerge en agua y se introduce ropa que puede llevar botones de metal, que rozan el interior. Tiene que ser suficientemente rígido para no deformarse, pero si se utiliza metal sale más caro y además se puede oxidar.” La clave fue cómo hacer el tambor lo suficientemente fuerte, barato y sencillo de transportar.la última versión fue fabricada a partir de paneles de plástico moldeados, ensamblables y lo suficientemente compactos como para meterlos en una maleta, que es como lo llevaron los estudiantes del MIT hasta Perú.
El ‘motor’ de la máquina consiste en un marco de bicicleta con una cadena hasta un engranaje situado al final del eje del tambor. La lavadora utiliza varias marchas. La más elevada se corresponde al centrifugado, mientras que la más lenta es para el ciclo de lavado.
La prueba realizada en Perú no supuso un éxito total. Se detectaron escapes de agua, lo que puede crear óxido, y algunos cojinetes baratos usados en el eje eran muy tiesos. Pero el diseño general fue aprobado, y tras algunas pequeñas modificaciones, una versión posterior debería ser capaz de llevar a cabo su tarea sin problemas. Durante la primavera se realizarán nuevas pruebas.
Es maravilloso ver como el ingenio humano `puede crear esta maravillas, pero la sociedad de libre mercado, en la que se encuentra inmersa la sociedad, genera productos solamente para sociedades "occidentalizadas" y que cuenten con energía eléctrica, el resto del planeta (y estamos hablando de dos tercios de la población mundial que vive en la pobreza y la extrema pobreza) no encuentran productos que se ajusten a la satisfación de sus necesidades.
Felicitaciones a la ONG Maya Pedal por esta iniciativa que no sólo es una muestra de las altas cumbre a las cuales puede llegar la inventiva humana sino que también se preocupa por las masas desfavorecidas y el cuidado del medio ambiente. Todo un enfoque integral.