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30 de septiembre de 2018

El sorprendente método para combatir la "epidemia de violencia" en los barrios marginales de Chicago (EE.UU.)

Tras más de una década trabajando en el extranjero, el epidemiólogo estadounidense Gary Slutkin regresó a finales de los 90 a su Chicago natal porque quería "descansar" de enfermedades como la tuberculosis o el cólera.


Para combatir enfermedades contagiosas se depende mucho de los datos. Primero, las autoridades de salud localizan en mapas los focos de mayor infección y después ya pueden centrarse en frenar el contagio en estas áreas.

A menudo, la transmisión se controla haciendo que la gente cambie sus hábitos para que se pueda ver un efecto rápido incluso cuando existen factores estructurales que no pueden ser abordados.

Por ejemplo, la diarrea suele estar causada mayormente por un saneamiento y suministro de agua deficientes. Mejorar los sistemas de cañerías demora mucho tiempo, pero, a corto plazo, se puede salvar miles de vidas si se le da a la población soluciones de rehidratación oral.

Estos pasos le sirvieron a Slutkin para combatir los brotes que se dieron en los 40 campos de refugiados somalíes que atendía. También le fueron útiles cuando trabajó para la Organización Mundial de la Salud (OMS) en prevención del sida. Fuera cual fuera la naturaleza exacta del virus a tratar, los pasos para luchar contra él eran los mismos.

"¿Qué tienen todos en común? Que se esparcen", dice. "Los infartos y enfermedades coronarias no se esparcen".

Cambiar los patrones de conducta es mucho más efectivo que limitarse a darle información a la gente. Para conseguirlo, es fundamental que los mensajeros tengan credibilidad.

"En todos estos brotes usamos personal de divulgación pertenecientes al mismo colectivo" del público objetivo, explica. "Refugiados somalíes para llegar a refugiados somalíes con tuberculosis o cólera, trabajadores sexuales para llegar a trabajadores sexuales con sida, madres para llegar a madres con diarrea que estuvieran amamantando".

Así que cuando volvió a Chicago y se encontró con que la tasa de homicidio estaba por las nubes, decidió aplicar el método que tanto conocía.

Recopiló mapas y datos de violencia armada en su ciudad y vio cómo los paralelismos con los mapas de los brotes infecciosos se hacían inevitables. "Las curvas epidémicas son las mismas, la agrupación. De hecho, un evento daba a pie a otro, lo que es indicativo de un proceso contagioso. Una gripe genera más gripe, un resfriado causa más resfriados y la violencia provoca más violencia", asegura el experto.

En esa época, esto era una desviación radical de la opinión extendida sobre la violencia, que se centraba principalmente en la justicia. La idea popular era "esta gente es 'mala' y sabemos qué hacer con ellos: castigarlos", dice Slutkin. "Eso es, fundamentalmente, no entender bien al ser humano. La conducta se forma con el ejemplo y la imitación".

Patrones de violencia

Chicago está profundamente segregado de acuerdo a la raza. Muchos vecindarios del barrio de South Side tienen un 95% de población afroestadounidense; en otros, más del 95% de los habitantes son de ascendencia mexicana. La mayoría son áreas socioeconómicamente muy desfavorecidas y han sufrido años de abandono por parte del Estado. Las tasas de homicidio pueden llegar a ser hasta 10 veces más altas que en las zonas de población predominantemente blancas y ricas.

Pero Slutkin enfatiza que esta agrupación tiene menos que ver con razas y más con patrones de conducta (generalmente, entre una sección más pequeña de la población que normalmente es joven y masculina) que se transmiten entre personas. Según él, se podía salvar vidas cambiando estos comportamientos en los individuos y las normas del grupo.

En el año 2000, lanzó un proyecto piloto en el vecindario de West Garfield que replicaba los mismos pasos que la OMS aplica a los brotes de cólera, tuberculosis y sida: frenar la transmisión, prevenir un contagio futuro y cambiar las normas del grupo.

El primer año se registró una caída del 67% en los homicidios. El programa se extendió a otros vecindarios y, donde sea que se aplicara, los homicidios caían al menos en un 40%. Otras ciudades comenzaron a copiar este enfoque.

En la actualidad, la organización de Slutkin, Curar la Violencia, trabaja en 13 vecindarios de Chicago. Existen versiones del programa en Nueva York, Baltimore y Los Ángeles y en otras ciudades del mundo.

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

4 de marzo de 2018

Foro Económico Munndial: 10 hábitos que mejorarán dramáticamente tu vida

Vamos en búsqueda de cosas que creemos que nos harán felices y no nos damos cuenta de que esta actitud nos está llevando a un camino peligroso.

Debemos ser muy cuidadosos en elegir nuestros propósitos, porque nuestros hábitos los hacen. Cultivar los hábitos que se presentan a continuación te llevarán a la dirección correcta. Ellos te ayudarán a dirigirte a una vida significativa y plena por la cual cultivas lo mejor de ti.

1. Mantente alejado de las personas que erosionan tu calidad de vida

Si ver un logo de comida rápida puede hacerte sentir impaciente, piensa cómo puede impactar una persona tóxica en tu vida. Seguramente estas personas serán infelices con tu decisión de alejarte de ellas y te lo dirán con voz fuerte, ¿pero no vale la pena alejarte de los efectos negativos que acumulaste durante años con su influencia? Siempre van a haber personas tóxicas que tienen una forma de meterse debajo de tu piel y quedarse allí. Cada vez que te encuentres a ti mismo pensando en un colega o una persona que te hace hervir la sangre, practica ser agradecido por alguien más en tu vida. Hay muchas personas afuera que merecen tu atención y la última cosa que quieres hacer es pensar en gente que no lo vale.

2. No más teléfono, computadora o tablet en tu cama

La gente no se da cuenta del daño que daño que esto hace a su descanso y productividad. La luz azul de longitud de onda corta juega un papel importante en la determinación de su estado de ánimo, nivel de energía y calidad del sueño. La luz azul de longitud de onda corta juega un papel importante en la determinación de tu estado de ánimo, nivel de energía y calidad del sueño.

En la mañana, la luz de sol contiene grandes concentraciones de esa luz azul. Cuando los ojos se exponen directamente a esta, detiene la producción de la hormona que induce al sueño, la melatonina, y te pone alerta. En la tarde, los rayos de sol pierden luz azul, lo que permite que tu cuerpo produzca melatonina y esto empiece a hacerte sentir somnoliento. En la noche tu cerebro no espera ninguna exposición a la luz azul y es muy sensible a ella. Muchos de nuestros aparatos nocturnos favoritos (laptops, tablets y celulares) emiten luz azul de onda corta brillando en tu cara. Esta exposición perjudica la producción de melatonina e interfiere con tu habilidad para dormir, así como en la calidad de tu sueño. Así como todos experimentamos, las noches con un sueño pobre tiene efectos desastrosos. Lo mejor que puedes hacer es evitar estos dispositivos después de la cena (la televisión está bien para mucha gente, sólo si se sientan lejos de ella).

3. Aprecia el aquí y el ahora

La gratitud es fundamental para la paz y la felicidad, no la riqueza, el glamour, la aventura o los carros rápidos, sino la simple apreciación de lo que tienes. Sólo porque no puedes costear una champaña o comer caviar, no significa que no puedas disfrutar un platillo. Hot-dogs y cerveza en la cubierta trasera con tus amigos puede ser muy bueno. Así que no te vuelvas loco pensandp que necesitas algo que aún no tienes para ser feliz, porque la verdad si no puedes ofrecer lo que tienes ahora, no podrás apreciar la “buena vida” incluso si la tienes.
 
El artículo completo en:
 

7 de noviembre de 2016

¿Debemos dejar que nuestro perro o gato nos "bese" en la cara?


La Asociación Estadounidense de Medicina Veterinaria calcula que en Estados Unidos hay 163 millones de perros y gatos mascotas: 78 millones son perros y 85 millones son gatos. 

Y en una encuesta llevada a cabo por la organización en 2015, 63% de esos dueños de mascotas dijeron que consideraban a sus animales como miembros de su familia.

Así, quienes tienen una mascota suelen jugar con ellas, compartir su comida con ellas y muchas veces hasta compartir la cama.

Entonces, como un miembro más de la familia, ¿debemos dejar que nos den muestras de afecto, como un "beso" en la cara?

Si pensamos en dónde ha estado el hocico de nuestra mascota, la respuesta que surge de inmediato es "no", por muy adorables y limpias que parezcan.

Aquí te explican las razones...



23 de abril de 2015

¿Cómo entrenar a tu cerebro para abandonar los malos hábitos?

Solo la práctica y la recurrencia lograrán modificar nuestras neuronas. Te mostramos el camino para lograrlo.



Siempre te lo propones, pero nunca lo consigues. No te preocupes porque es algo que nos ha pasado a todos. Lo intentas, vuelves a intentarlo, te prometes que esta vez no decaerás en tu cruzada por abandonar esa costumbre que te encanta aunque tanto te perjudica. ¿Pero por qué no lo logras? La solución está en tu cerebro. Sea cual sea el mál hábito que quieras corregir, te aseguramos que si sigues unas pautas y logras escuchar a tu cuerpo y entrenar a tu cerebro no habrá nada que te frene en tu camino hacia una nueva vida.
Silvia Escribano, psicóloga, coach y autora de «Neurocoaching», nos da las pautas para aprender a escucharnos, a salir de la temida «zona de confort» y a abandonar, de una vez por todas, esos malos hábitos que tanto nos atormentan:
— Escúchate a ti mismo. Desconecta el piloto automático en el que sueles vivir y no dejes que se conecte solo. En opinión de la experta, habitualmente «vamos por la vida sin vivir el presente, sin darnos cuenta de lo que nos rodea. Vivimos desde los hábitos del comportamiento y con pocos momentos para ser conscientes». Además, Escribano apunta que «ese piloto automático es una rutina de defensa, pues todo lo que sea nuevo descoloca al cerebro. Debemos salir de nuestra zona de confort».
— Decide que quieres cambiar de vida y ponte manos a la obra. ¿Qué es lo que nos lleva a iniciar un mal hábito? En opinión de la experta, «las personas funcionamos porque obtenemos un beneficio de forma consciente o inconsciente. Seguimos haciendo ciertas cosas porque para nuestro inconsciente es beneficioso, aunque no seamos capaces de verlo. Debemos pensar, hacer balance de qué hábitos nos compensan y cuáles no» y, por supuesto, tener muy en cuenta todo lo que ganas si logras dejarlo.
— Tu estado emocional cuenta. «Tus emociones implican una tendencia a sentirte de una manera y actuar de una forma determinada. El cambio de hábito, por tanto, se inicia en tu interior», dice Escribano. Pero, ¿cómo saber si realmente estamos preparados para iniciar ese nuevo camino? «Todo depende de la motivación y el grado de compromiso. Pregúntate qué te motiva o qué quieres incorporar a tu nueva vida».
— Presta atención a tu cuerpo y a tus sentidos. Nuestro sistema nervioso, dice la experta, nos envía constantemente mensajes que debemos escuchar y analizar con calma. «Hay veces que esas señales se materializan en tensiones musculares, hábitos de sueño, irritabilidad, frustración... La única manera de escuchar al cuerpo es estableciendo paradas programadas en las que te preguntes '¿cómo estoy?' '¿cómo ha ido el día?' ¿qué emociones tengo?'»
— Cuestiónate: ¿Qué quieres? Presta atencion de forma abierta a lo que diga tu interior y define con claridad tus objetivos sabiendo qué no quieres tener más dentro de tu vida. «Cuando quiero hacer algo y lo hago es porque he tomado la decisión de hacerlo. Cuando hay algo que no hago es porque no he sido capaz de tomar la decisión». Para lanzarnos a dar ese paso y salir de nuestra zona de confort, dice la experta, «deberemos buscar espacio en nuestro interior, escucharnos de verdad».
— Presta atención de forma abierta a todo lo que ocurra con aceptacion. No te aferres a determinadas rutinas. Sustituye hábitos ineficaces por buenos hábitos.
— Sé constante en la incorporación del nuevo hábito. El cuerpo aprende en la recurrencia.
— Voluntad y determinación son dos buenos compañeros de viaje.
— Haz que el cambio de hábito sea divertido. Celebra cada paso que des en la consecución de tu objetivo y date un premio.
— Tus neuronas comenzarán a modificarse: «Las conexiones entre neuronas se modifican cuando aprendes algo, cuando dedicas determinadas neuronas y conexiones específicamente para ello. No basta con aprender, es necesario aplicar lo que aprendes y experimentar las emociones de esa experiencia, solo así tus neuronas se darán por enteradas».
— No te pongas plazos: No hay un tiempo estipulado para saber que has conseguido cambiar de hábitos. Dependerá de lo que quieras dejar, de tu motivación e incluso de tu genética. «No todos los aprendizajes son iguales. Hay algunos aprendizajes más complicados que dependen de talentos o habilidades naturales, esfuerzo dedicado, grado de complejidad, grado de conocimiento…», asegura la experta.
Tomado de:

7 de noviembre de 2014

Pedibús: iniciativas para ir andando al colegio

Cada vez más ciudades de todo el mundo organizan pedibuses para que los estudiantes vayan a pie al colegio.

El coche privado protagoniza la movilidad urbana y la forma de estructurar las ciudades. El desplazamiento a los centros educativos no es una excepción. Las consecuencias: más atascos, más contaminación, y una peor salud. El pedibús pretende cambiar dicha situación. Esta iniciativa, cada vez más utilizada en todo el mundo, organiza grupos de escolares para llegar a pie a su colegio acompañados de uno o más adultos. Este artículo explica las ventajas de ir andando al colegio, cómo organizar un pedibús, y algunas iniciativas destacadas.


Ventajas del ir andando al colegio

Los impulsores del pedibús señalan las siguientes ventajas de que los estudiantes vayan a pie a sus centros educativos:
  • Ambientales: Los coches son la principal causa de contaminación atmosférica en las ciudades al emitir gases nocivos como los óxidos de nitrógeno (NOx), y también contribuyen al cambio climático al expulsar gases como el dióxido de carbono (CO2). El pedibús reduce su uso y mejora así la calidad del aire urbano. Además, es un sistema de educación ambiental que inculca a los más jóvenes las bondades de caminar y de no usar el coche. 
  • Sanitarias: El rendimiento intelectual y físico de los estudiantes mejora, a la vez que sufren menores problemas de obesidad, según diversos estudios científicos.
  • Económicas: Al reducir el uso del coche privado, sus usuarios gastan menos en combustible y mantenimiento. La reducción de la contaminación se traduce en un menor impacto para la salud ciudadana y por tanto un menor gasto para la sanidad pública. Al reducirse los atascos en las horas punta, la productividad mejora.
  • De seguridad vial: Los automovilistas conducen con más cuidado al ver a los estudiantes en grupo y con una señalización adecuada. Se benefician así tanto los integrantes del pedibús como las zonas por las que transcurre el grupo. Los accesos a los colegios se vuelven más transitables y menos caóticos y se reduce el riesgo de atropello.
  • Psicológicas: Caminar es más relajante que ir en coche. Además, según una encuesta realizada a los participantes de una iniciativa de pedibús en San Sebastián, los niños prefieren esta forma de desplazarse cuando la prueban, y se vuelven más autosuficientes y responsables consigo mismos y con los más pequeños del grupo.
  • Sociales: Los estudiantes hacen amistades e interactuan entre ellos y con los responsables del grupo.

¿Se anima a organizar un pedibús? LEA ESTO

30 de agosto de 2014

Tácticas para cambiar de hábitos

Harvard Business Review. Hasta la gente más motivada puede frustrarse al intentar cambiar de hábitos. ¿Por qué no puedo forzarme a ir al gimnasio antes de trabajar ? ¿Por qué sigo posponiendo este proyecto?
CONSEJOS

El cambio de comportamiento no funcionará si se obsesiona con reglas difíciles y rápidas, como despertarse a las 5 a.m. todos los días para ir al gimnasio o reservar cada viernes a proyectos importantes. En cambio, experimente con distintas tácticas para ver realmente qué le funciona.

*1.- Cuáles esfuerzos no han estado funcionando. *Piense en su meta general. ¿Por qué esta actividad era importante para usted en primer lugar?

2.- Haga una lluvia de ideas de otras tácticas. Si odia el gimnasio o no es una persona madrugadora, considere salir en bicicleta después del trabajo o ejercitarse en casa antes de acostarse. Si nunca ha podido reservar todo un día para proyectos, intente encontrar dos medios días.

3.- Pruebe distintas tácticas cada semana, y haga que otras personas evalúen su progreso.

(Fuente: “The Key to Lasting Behavioral Change: Think Goal, Not Tactic”, de Elizabeth Grace Saunders)
+
Muestre vulnerabilidad para conectarse con los demás
 

Todos tendemos a ocultar a los demás nuestros fracasos por temor a sus reacciones o juicios. Pero esta insistencia en aparentar control todo el tiempo pone una enorme carga sobre sus hombros. Investigaciones muestran que compartir nuestros altibajos ayuda a formar conexiones más profundas.

Quizás lo sorprenda ver cómo, de hecho, demostrar vulnerabilidad hace que gane más respeto de los demás, quienes entonces podrían sentirse inclinados a confiarle sus propios retos. Al ocultar nuestras desilusiones, presentamos versiones idealizadas de nosotros mismos, lo que nos separa de los demás. Entonces, si en cambio compartimos lo que es real, ya sea bueno o malo (pero en la forma correcta y en el contexto indicado), podemos conectarnos mejor con otras personas.

(Fuente: “To Create a Real Connection, Show Vulnerability”, de Michael Simmons)
  
Lea el artículo completo en:

Gestión (Perú)

5 de abril de 2014

Las actuales técnicas para enseñar hábitos de estudio están quedando obsoletas

Estudiar siempre en el mismo escritorio, mantenerlo ordenado y sin ningún estímulo externo es la máxima que le han repetido a niños y jóvenes. La promesa es que esa práctica los convertiría en buenos estudiantes. Sin embargo, todo eso podría quedar en el olvido.

Según un artículo de The New York Times, una serie de estudios han destruido las antiguas reglas para adquirir buenos hábitos de estudio.

Robert A. Bjork, psicólogo de la Universidad de California, asegura que cuando el ambiente donde se estudia cambia, "la información se enriquece y el proceso de olvido se hace más lento".

Junto a un equipo de expertos separó en dos a un grupo de alumnos. Los primeros estudiaron dos días seguidos en el mismo espacio, mientras que los segundos cambiaron de locación. Luego, midieron los conocimientos de ambos grupos. Sorprendentemente, los que cambiaron de lugar de estudio tuvieron un mejor aprendizaje.

Validar científicamente las creencias populares sobre educación es clave, opina la doctora Valeria Rojas. "Es común que a los niños con déficit atencional se les pida que estén quietos y tranquilos en su silla, pero una investigación reciente descubrió que estos pequeños se concentran más cuando se mueven", comenta. Por eso, recomienda no inhibir a un niño cuando agita la pierna o el lápiz mientras estudia.

Constanza Garcés, psicopedagoga, asegura que los niños de hoy están acostumbrados a tener más estímulos. "Es difícil pedirles que estén una hora y media sentados realizando una sola actividad, sin distracciones".

Otra de las investigaciones citadas por The New York Times comprobó que estudiar un mismo tipo de ejercicios matemáticos es menos eficiente que estudiar varios temas intercalados. De biología pasar a geografía, por ejemplo, no está mal. No agota, renueva el interés y la atención.

A raíz de esta conclusión, Garcés propone "optar por asignaturas integradas, por ejemplo, juntar razonamiento lógico con otras habilidades".

Valeria Rojas recuerda la importancia de no realizar sesiones "maratónicas" de estudio. "En vez de estudiar por muchas horas una sola materia, es preferible hacerlo por poco tiempo y de manera espaciada. Pero también se sabe que el niño retiene el 90% de lo aprendido si repasa la materia después del colegio. Esto incluso puede ser más potente", agrega. Eso sí, antes de entrar al colegio, la mente ya puede comenzar a entrenarse para aprender más fácilmente.

Según la doctora Rojas inculcar el hábito de la lectoescritura es clave, ya que "no lo trae el cerebro de forma innata (como el habla) y debe aprenderse. Por eso, los especialistas debemos orientar a los padres para que este proceso adquirido se realice de la mejor forma".

Para ello propone enseñarles desde preescolar una forma lúdica de entender la lectura, leyéndoles cuentos o mostrándoles libros con dibujos.

Para promover una buena enseñanza, Garcés también plantea formar comunidades de estudio entre los niños.

"Hay una tendencia a catalogar el mal rendimiento escolar como déficit atencional, siendo que hay otros factores que inciden en esto. El más importante son los malos hábitos en el hogar: la falta de sueño y el abuso de las pantallas les quita tiempo para dedicarse a otras actividades", sostiene.

Tomado de Río Negro On Line

4 de abril de 2014

18 cosas que las personas altamente creativas no hacen igual que el resto

La creatividad funciona de una forma misteriosa y a menudo paradójica. El pensamiento creativo es una característica estable, que define algunas personalidades, pero que también puede cambiar dependiendo de la situación y del contexto. A veces, la inspiración y las ideas vienen sin más, y luego, cuando más las necesitamos, no aparecen; el pensamiento creativo requiere un conocimiento complejo, si bien es completamente independiente del proceso de pensamiento.

La neurociencia ofrece una imagen muy compleja de la creatividad. Según plantean los científicos, la creatividad no es tan simple como la división entre las regiones derecha e izquierda del cerebro (la teoría dice que el hemisferio cerebral izquierdo es racional y analítico, mientras que el derecho es creativo y emocional). De hecho, se piensa que la creatividad implica numerosos procesos cognitivos, vías neuronales y emociones; aún no disponemos de una panorámica completa que explique cómo funciona una mente imaginativa.

Psicológicamente hablando, los tipos de personalidad creativa son difíciles de determinar, sobre todo porque son complejos, paradójicos y tienden a evitar el hábito o la rutina. No se trata de generalizar el estereotipo del "artista torturado", pero sí es verdad que los artistas suelen tener una personalidad compleja. Las investigacionessugieren que la creatividad implica la unión de una multitud de rasgos, comportamientos e influencias sociales en una misma persona.

"Es cierto que a la gente creativa le resulta difícil conocerse a sí misma, puesto que el yo creativo es más complejo que el yo no creativo", informa Scott Barry Kaufman, psicólogo de la Universidad de Nueva York que ha pasado varios años investigando sobre la creatividad. "Las cosas que sobresalen más son las paradojas del yo creativo… Las personas con mucha imaginación tienen una mente más caótica".

Aunque no existe la definición exacta de la "típica" persona creativa, hay algunos rasgos y actitudes que caracterizan a las personas altamente creativas.

Estas son 18 cosas que las diferencian del resto.

Sueñan despiertos



A pesar de lo que sus profesores les dijeran, las personas creativas saben que soñar despiertos no es, en absoluto, una pérdida de tiempo.

Según Scott Barry Kaufman y la psicóloga Rebecca L. Mcmillan, ambos autores del artículo Ode To Positive Constructive Daydreaming [Oda a lo positivo y constructivo de soñar despierto], dejar que la mente merodee libremente puede contribuir al proceso de "incubación creativa". Por supuesto, muchos de nosotros sabemos por experiencia que las mejores ideas se nos ocurren de repente, cuando tenemos la mente en las nubes.

Aunque nos puede parecer que soñar despierto es una actividad sin sentido, un estudio de 2012 sugiere que, en realidad, dicho proceso va ligado a un estado cerebral muy dinámico y exigente, pues conlleva conexiones y percepciones en relación con nuestra habilidad para captar la información frente a las distracciones. También se ha descubierto que soñar despierto activa los mismos procesos cerebrales que se asocian a la imaginación y la creatividad.

Lo observan todo

Las personas creativas se comen el mundo; ven posibilidades en cualquier lugar y están constantemente recopilando información que pueda servir para la expresión creativa. Como solía decir Henry James, "nada se pierde" en la mente de un escritor.

La escritora Joan Didion siempre llevaba encima un cuaderno en el que anotaba cualquier observación sobre la gente y los acontecimientos con el fin de entender mejor las complejidades y contradicciones de su propia mente:

"Por muy diligentemente que anotemos lo que vemos a nuestro alrededor, el común denominador de todo lo que vemos es siempre, de forma transparente y desvergonzada, el implacable 'yo'", escribió Didion en su ensayo "Sobre tener un cuaderno de notas". "Estamos hablando de algo privado, de fragmentos de la cadena mental que son demasiado cortos para usarlos, de un ensamblaje indiscriminado y errático que solo reviste significado para quien lo lleva a cabo".

Elaboran sus propios horarios de trabajo a su medida

Muchos grandes artistas afirman que cuando mejor hacen su trabajo es o por la mañana temprano o a altas horas de la noche. Vladimir Nabokov empezaba a escribir inmediatamente después de levantarse, a las 6 o a las 7 de la mañana; Frank Lloyd Wright decía que se había acostumbrado a levantarse a las 3 o a las 4 de la mañana, ponerse a trabajar durante unas horas, y luego volverse a acostar. Independientemente de cuál sea su horario, los individuos altamente creativos suelen saber en qué momento del día su mente está más activa, y en función de esto, organizan sus días.

Se reservan unos momentos de soledad



"Para estar más abiertos a la creatividad, tenemos que ser capaces de usar nuestra soledad de forma constructiva. Debemos superar el miedo a estar solos", escribió el psicólogo existencialista estadounidense Rollo May.

Con frecuencia, se describe a los artistas como personas solitarias. Aunque no siempre se cumple, la soledad puede ser una de las claves para llevar a cabo obras maestras. Para Kaufman, podemos volver a relacionar esta idea con el hecho de soñar despiertos; tenemos que concedernos momentos de soledad y, simplemente, dejar volar nuestras mentes.

"Tienes que contactar con tu yo interior para poder expresar tus pensamientos más internos", explica. "Es difícil encontrar esa voz creativa si no mantienes ningún contacto con tu interior ni reflexionas sobre ti mismo".

Lea el artículo completo en:

Todo lo que nos ocultan

5 de diciembre de 2013

¿Sirve de algo lavarse las manos después de ir al baño?


Si acudís al baño de vuestra propia casa, no temáis particularmente los asientos de los inodoros, que son mucho más limpios que, por ejemplo, el fregadero o el teclado de vuestro ordenador.

Si acudimos a un baño público, probablemente estamos entrando en una especie de granja de bacterias. De hecho, se recomienda no tocar las superficies del baño más de lo imprescindible. También no os preocupéis tanto por los asientos de los inodoros, que suelen estar más limpios que el lavabo (básicamente porque los asientos de los inodoros se mantienen más secos).

Eso es aplicable, también, en el caso de que el baño parezca una cascada rococó, como me pasó a mí no hace mucho. Y cuando tiréis de la cadena, acordaos de bajar la tapa, como ya os expliqué en Estamos rodeados de microbios o por qué es mejor tirar de la cadena con la tapa bajada.

Una vez hecho esto, ¿hasta qué punto es necesario lavarse las manos? Pues es mucho más importante de lo que parece. De hecho, la OMS estima que lavarse las manos con frecuencia sirve para reducir un 24 % las probabilidades de contraer enfermedades respiratorias, y en un 50 % las estomacales.

El problema, sin embargo, no reside tanto en que nos lavemos o no nos lavemos las manos, sino en que la mayoría de nosotros no sabe lavarse correctamente las manos. La mayoría de nosotros apenas se moja las manos, o dedica unos pocos segundos a frotárselas con jabón.

Un lavado correcto de manos implica al menos 20 segundos de nuestro tiempo, frotándose concienzudamente las manos con jabón y agua. A continuación, también hay que tener cuidado al secarse las manos si estamos en un baño público, sobre todo si hay secador automático, tal y como explica Ken Jennings en su libro Manual para padres quisquillosos:
Un estudio de 2008 llevado a cabo en una universidad de Londres determinó que también existe una manera incorrecta de secarse las manos. Esos secadores eléctricos que calientan el aire duplicaban, de hecho, el número de bacterias de las manos de los sujetos durante el proceso de secado, y esos nuevos modelos de chorro de aire a inyección, esos que supuestamente lanzan un chorro a las manos a una velocidad de 650 kilómetros por hora, eran capaces de lanzar los gérmenes de las manos a dos metros a la redonda del aparato. En cambio, esas toallitas de papel que parecen tan anticuadas absorbían un 76 por ciento de todas las bacterias y no propagaban nada.
Otro factor que puede ir en nuestra contra, a pesar de que nos lavemos concienzudamente las manos, es que la pastilla de jabón o el dispensador de jabón líquido estén muy sucios. Sigue de nuevo Jennings:
Un estudio llevado a cabo en 2011 por una empresa de jabones con sede en Ohio arrojó resultados repugnantes: dispensadores de jabón de escuelas primarias que no habían sido lavados jamás, moho formándose en pastillas de jabón, y noveles de bacterias en jabones líquidos que superaban en diez mil veces los índices normales (hasta alcanzar los diez millones de bacterias por milímetro).
Y si finalmente te da pereza todo este ritual, tal vez te interese saber si hay una alternativa más cómoda en ¿El jabón antibacteriano sirve para acabar con los gérmenes?

Fuente:

Xakata Ciencia

21 de mayo de 2013

¿Realmente no desayunar engorda?

Definir el concepto de desayuno no es tan fácil
El impacto que tiene no desayunar en el peso es más difícil de estudiar sistemáticamente de lo que uno esperaría.

El primer problema es cómo definir a esa primera comida del día: ¿cuánto hay que consumir para que cuente como desayuno? ¿cuán temprano hay que comer para que sea considerado 'desayuno'?

Por ejemplo, cuando en EE.UU. el departamento de Agricultura condujo un revisión sistemática de investigaciones sobre el tema encontró que la mayoría de los estudios definían al 'desayuno' como los alimentos que se ingerían antes de las 10:00 a.m. Se consideraba que quien comía a las 10:05 a.m. no había desayunado (3).

Otra dificultad es que lo que se come al desayuno varía de país a país. En Escandinavia esa comida mañanera puede incluir pescado ahumado, en Alemania, carnes frías, en Reino Unido, cereales en caja. Eso hace del estudio el impacto del desayuno más difícil a escala global, pues los beneficios nutritivos dependen de lo que se coma.

Desayuno inglés

¿Comerlo o no comerlo?

A menudo se dice que el desayuno es una parte esencial de una dieta sana, especialmente cuando se trata de cuidar la figura.

Pero no a todo el mundo le queda fácil comer tan temprano en la mañana: en Europa y Estados Unidos entre 10% y 30% de la población se salta el desayuno (1).

Las adolescentes son las más propensas en hacerlo, diciendo que no tienen tiempo o hambre o que están a dieta (2).

Dejar de desayunar va en contra de lo que se aconseja generalmente: la lógica es que quien no come temprano estará con hambre el resto del día y por ende tentado a tomar refrigerios con muchas calorías, lo que hace que gane de peso.

La teoría es razonable, hasta que se trata de encontrar evidencia de que la gente que no desayuna consume más calorías que los que sí.

Estudios a granel

Sin embargo, si nos limitamos a revisar las calorías que se consumen, ha habido varios intentos de dilucidar la influencia del desayuno en el peso de la persona.

Una revisión de los estudios que se hicieron antes de 2004 (4) encontró que los que se saltan el desayuno no tienden a consumir más calorías durante el resto del día para compensar.

Lo revelado sobre el peso es un poco más complejo. Cuatro estudios encontraron que los niños que no comían desayuno tenían en promedio un índice de masa corporal más alto, pero otros tres estudios mostraron que no hacía ninguna diferencia.

La ventaja de los primeros cuatro estudios es que los equipos habían controlado más rigurosamente los factores que podrían haber sesgado los resultados. Así que la evidencia empieza a inclinarse ligeramente hacia el vínculo entre la falta de desayuno y la ganancia de peso.

Para enturbiar las aguas, una revisión de EE.UU. de 2011 (5) citó cinco estudios sobre ese vínculo: tres decían que no existía y uno encontró lo opuesto, es decir, que entre niños con sobrepeso, los que desayunaban eran más gordos.

Y, para confundir aún más, un meta análisis (6) que recogió los resultados de 19 estudios hechos en regiones de Asia y el Pacífico encontró una relación entre saltarse el desayuno y la subida de peso. Una revisión sistemática europea (7) obtuvo resultados similares, aunque uno de los estudios señaló que sólo los chicos que desayunaban subían de peso.

Lea el artículocompleto en:

BBC Ciencia

21 de marzo de 2013

Estos son los riesgos de depilarse la línea del bikini

Bikini

Expertos advierten de las infecciones que se pueden contraer con la depilación o afeitado.

En temporada de vacaciones, el bikini se convierte en una prenda esencial. Los hay de todos tamaños y formas, y para lucirlo -en la mayoría de los casos- se debe "limpiar" de pelillos la zona de la ingle.

Este ritual estético puede suponer riesgos para la salud, según un estudio publicado en el British Medical Journal.
Investigadores franceses aseguran que las mujeres y los hombres que se esmeran en tener bien arreglada la línea del bikini tienen más riesgo a infecciones.

La práctica de eliminación del vello púbico es cada vez más popular entre hombres.

Según los especialistas, la depilación y afeitado ocasiona micro trauma en la piel, dejándola vulnerable a patógenos como poxvirus.

Los especialistas estudiaron a 30 pacientes, 24 de ellos hombres, de una clínica privada de Francia con un tipo de poxvirus llamado Molluscum contagiosum.

En todos los casos estudiados, las lesiones aparecieron en la línea del bikini que fue afeitada, depilada o recortada.

No apretar

Hombre con tanga

El depilado es cada vez más popular en hombres.

El Molluscum contagiosum es altamente contagioso y se esparce con facilidad a través del contacto piel a piel de alguien infectado o tocando objetos contaminados como una toalla o tela.

Normalmente desaparece sólo y el único efecto secundario es la aparición de puntos rojos.

Los especialistas no recomiendan apretar esos granos porque puede ser doloroso y ocasionar sangramiento.

También pueden dejar cicatriz.

Además, al apretarlo se aumenta el riesgo de que la infección se esparza.

Los especialistas sugieren que la eliminación de pelo púbico también puede ser un factor de riesgo de otras infecciones "menores" como verrugas genitales.

Fuente:

BBC Ciencia

30 de enero de 2013

Reserva cognitiva, hábitos mentales saludables y Alzheimer

La reserva cognitiva es la capacidad de minimizar el deterioro mental asociado a la edad en enfermedades como el Alzheimer. La reserva cognitiva se adquiere ejercitando el cerebro. Un componente esencial es tener hábitos mentales saludables.

Reserva cognitiva

El Alzheimer es la enfermedad del siglo XXI. Conforme aumenta la esperanza de vida aumentan el número de casos afectados por esta terrible demencia. No hay curación actualmente, aunque la investigación es constante. Ni siquiera sabemos si es una forma extrema de un deterioro normal o es una enfermedad distinta. 

En determinados casos aparece en torno a los 40 años, aunque lo normal es que se manifieste al final de la vida. Las consecuencias son devastadoras para la persona, para sus familiares y para la sociedad en la que vive. A falta de curación, los hábitos saludables y en especial la reserva cognitiva parecen ser la mejor prevención.

Llamamos reserva cognitiva a la diferencia entre el daño cerebral y su manifestación clínica. Podemos resumirla en una ecuación:

Demencia observable = daño cerebral - reserva cognitiva o Daño cerebral = demencia observable + reserva cognitiva.

Es decir, en dos personas con el mismo daño cerebral, aquella con mayor reserva cognitiva tiene menos demencia observable, se encuentra mejor. Inversamente, en dos person as con la misma demencia observable, el daño cerebral es mayor cuanto mayor reserva cognitiva.

La reserva cognitiva protege del daño cerebral. Las personas a las que se les supone una mayor reserva cognitiva (mejores entrenamiento mental) manifiestan signos de demencia más tarde.

Pero la evaluación definitiva del daño cerebral en la enfermedad de Alzheimer es post mortem: el estudio del cerebro después de muerto.

En 2005 la revista Neurocase publicó un caso notable. Un jugador de ajedrez presentaba síntomas leves de Alzheimer. Poco después murió por otras razones. Tras examinar su cerebro, descubrieron que estaba mucho más dañado de lo que era de suponer. Su Alzheimer era muy avanzado, pero apenas se notaba. Como jugador de ajedrez, su reserva cognitiva era muy alta.

Un caso similar se ha descrito con pacientes bilingües. Los cerebros de los bilingües manifiestan mucho más daño cerebral del esperado por sus síntomas.

El número de casos crece y la reserva cognitiva se ha convertido en el santo grial de la lucha contra el deterioro mental asociado a la edad.

Hace años conocí a un cojo. Le habían amputado una pierna, pero con la otra hacía más cosas que muchos con dos, como jugar al tenis. La reserva cognitiva es algo parecido. Mueren muchas neuronas, pero las que quedan tienen muchas conexiones y suplen la falta de las muertas.

¿Cómo se consigue aumentar la reserva cognitiva?

Existe una abundante información sobre los hábitos corporales saludables o la higiene física. Una dieta equilibrada, ejercicio moderado, no fumar, no beber en exceso... Su eficacia está ampliamente demostrada. Los obesos viven menos, los fumadores viven menos, la vida sedentaria es perjudicial ... No existen dudas sobre cómo tratar el cuerpo.

¿Existen hábitos saludables para la mente? Sí, los hábitos mentales saludables, la higiene mental es tan necesaria como la corporal.

La vida moderna está repleta de posibilidades para lograr una buena higiene mental, pero también está llena de riesgos.

En el equilibrio está el secreto. Comer grasa no es malo. Tomarla en exceso sí. Igual ocurre con los dulces o la comida basura. Tomar un día patatas fritas no conlleva riesgo. Hacerlo a diario es letal. El ejercicio es saludable, pero el deporte profesional tiene riesgos.

Igual ocurre con la vida mental. La televisión es positiva, en ocasiones maravillosa. Ver 3 horas diarias de televisión es muy desaconsejable. Los videojuegos estimulan la mente, pero jugar 20 horas semanales no ayuda mucho.

Las posibilidades que están a nuestro alcance son muy numerosas. Internet, practicar la lectura, jugar casi a cualquier cosa, hacer deporte, ver cine, conversar.

La vida social es un capítulo muy importante. Somos seres sociales. Encerrarnos en casa es limitar nuestra vida. Precisamente, uno de los problemas de los ancianos (y más acentuado en los hombres) es su limitada vida social. Salir, conversar, relacionarse es clave.

El ejercicio físico también aumenta la reserva cognitiva. Por ejemplo bailar. ¿Bailar? Sí, requiere una enorme demanda de recursos cognitivos. Si no me crees, pruébalo: busca una coreografía de cualquier programa de televisión e intenta repetirla. Tienes que colocar el cuerpo en una posición muy precisa. Tienes que cambiar a la siguiente posición, tienes que hacerlo en el tiempo adecuado, es decir, manteniendo el ritmo. Y tienes que acordarte de toda la secuencia. Bailar es un excelente ejercicio mental.

Mención especial requiere una lacra social de nuestro tiempo: el paro, el desempleo. Estoy parado, me siento inútil, también me siento culpable (estoy desempleado porque no merezco el empleo), no busco trabajo porque he perdido la esperanza, me quedo en casa, veo la televisión, trasnocho, bebo, no me relaciono... Desde luego, estoy exponiendo un caso extremo, pero posible.

Estar desempleado es negativo, pero no debería ser incompatible con la felicidad. Unos hábitos saludables ayudan mucho. Aumenta tu autoestima. Ten un pensamiento positivo. Piensa en los problemas para resolverlos, no para atormentarte. De vez en cuando sal de la zona de confort. Plantéate retos a tu alcance, deja lo imposible para los que quieren salvar el mundo. Duerme bien. Come bien. Haz ejercicio. 

Valora lo que tienes. Aunque no te sirva para encontrar empleo, estudia algo solo porque te gusta. Cuida tus amistades. Sal de casa, relaciónate. Disfruta.

¿El dinero da la felicidad? Parece que en buena medida es así. Pero lo sorprendente es que lo contrario también parece cierto. La felicidad da el dinero. Las personas más felices tienen más oportunidades en la vida y a la larga ganan más dinero.

Los hábitos mentales saludables son imprescindibles. Si no tienes problemas. Si los tienes. Si eres joven. Si eres adulto. Si eres anciano.

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2 de enero de 2013

Los 10 propósitos de Año Nuevo que más nos cuesta mantener


ejercicioSegún publicaba a principios de 2012 la revista Time, los diez propósitos de Año Nuevo que con más frecuencia incumplimos son:

- Perder peso y mantenernos en buena forma física

- Dejar de fumar

- Aprender algo nuevo

- Comer sano y tener una dieta equilibrada

- Saldar las deudas y ahorrar

- Pasar más tiempo con la familia

- Viajar y ver lugares nuevos

- Estar menos sometidos a estrés

- Unirse a algún voluntariado

- Beber menos alcohol

Por otra parte, de acuerdo con un estudio realizado hace unos años por el psicólogo Richard Wiseman, solo el 12% de las personas consigue lo que se propone cada vez que el calendario señala el inicio de un nuevo año. Wiseman también llegó a la conclusión de que los hombres tienen más éxito cuando se unen a otros con un mismo objetivo (por ejemplo, ir al gimnasio) o cuando se centran en la recompensa que supondrá su objetivo. Sin embargo, las mujeres lo tienen más fácil a la hora de alcanzar sus objetivos cuando hablan de ellos con amigos y familiares.

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Muy Interesante

7 de diciembre de 2012

7 formas de aumentar tu fuerza de voluntad

voluntad¿Qué podemos hacer cuándo la voluntad flaquea? Los científicos han descubierto varias estrategias útiles para aumentar la fuerza de voluntad.

Cambiar hábitos. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Case Western Reserve (EE UU), basta con pequeños cambios en hábitos cotidianos, por ejemplo lavarnos los dientes durante varios días con la mano contraria a la que solemos usar (la izquierda en el caso de los diestros), para fortalecer la voluntad.

Tensión muscular. Iris W. Hung, de la Universidad de Singapur, ha descubierto un curioso truco para ejercer el autocontrol: si cuando notamos que se nos hace la boca agua ante un pastel tensamos los bíceps o los músculos de la mano durante un minuto, nos resultará más sencillo evitar la tentación. “La mente y el cuerpo están tan estrechamente unidos que simplemente apretando los músculos se puede activar la fuerza de voluntad”, concluía en la revista Journal of Consumer Research.

Buenas acciones. Por su parte, Kurt Gray, de la Universidad de Harvard, ha demostrado que hacer una buena acción aumenta nuestra fuerza de voluntad y nuestra resistencia física. “Tal vez la mejor manera de resistirse a un donut a media mañana es donar el dinero que costaría para una buena causa”, sostiene Gray, que dió a conocer sus conclusiones en la revista Social Psychological and Personality Science.

Exponerse a la tentación. Aunque puede parecer contradictorio, para aumentar la fuerza de voluntad es mejor exponerse a tentaciones reales. En una serie de experimentos, científicos de la Universidad de Chicago demostraron que si una persona está a dieta fortalecerá mejor su voluntad si tiene pasteles o caramelos en la cocina, al alcance de la mano, y evita comerlos, que cuando solamente ve imágenes de chocolate y golosinas en las revistas o en la televisión.

Distracción. La distracción también es una buena estrategia, como han demostrado investigadores de la Universidad de Columbia (EE UU). Si canturreamos o pensamos conscientemente en otra cosa cuando algo nos tienta, nos costará menos controlarnos.


Uno a uno. Cumplir a la vez varios objetivos que exijan mucho autocontrol puede resultar casi imposible. Según Sandra Aamodt, editora jefe de la prestigiosa revista Nature Neuroscience, hay varias actividades que pueden agotar rápidamente nuestra fuerza de voluntad: resistirnos a probar ciertas comidas o bebidas, reprimir respuestas emocionales, hacer un examen, dormir poco y tratar de impresionar a alguien. Y, por lo tanto, es mejor no hacerlas todas a la vez.

Cinco comidas al día. Cuando nos falta glucosa en sangre nuestra capacidad de autocontrol se resiente, según demostró hace poco Roy F. Baumeister, de la Universidad de Florida (EE UU). De ahí que los expertos recomienden no saltarse ninguna comida para conservar la fuerza de voluntad que necesitamos para hacer ejercicio físico, dejar de fumar, estudiar, adquirir algún hábito como ir en bicicleta al trabajo, e incluso perserverar en una dieta de adelgazamiento


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Muy Interesante 

16 de noviembre de 2012

¿Hemos comido siempre tres veces al día?

Niño comiendo un sándwich

El sándwich es el alimento básico del almuerzo moderno.

Muchos de nosotros, procedentes de distintos países del mundo, crecimos con la idea de que comer tres veces al día es un esquema normal de alimentación, pero la realidad es que no siempre ha sido así.

Con frecuencia escuchamos que la sagrada cena familiar alrededor de la mesa está en declive y Reino Unido no es el único país que está experimentando este cambio.

El argumento en defensa del desayuno, que muchos se saltan con sus correspondientes efectos perjudiciales, es que nos hace estar más alerta, nos mantiene esbeltos y mejora el trabajo y comportamiento de los niños en la escuela.
Pero, cuando las personas se preocupan porque creen que romper las tradicionales tres comidas al día es dañino, ¿tienen razón en cuanto a la parte tradicional? ¿Ha comido la gente siempre de acuerdo a dicho patrón?

Desayuno

Desayuno inglés

No todas las culturas valoraron el desayuno de la misma manera.

El desayuno tal como lo conocemos no existió durante grandes etapas de la historia. Los Romanos no lo tomaban, puesto que generalmente sólo consumían una comida al día, alrededor de mediodía, según explica la historiadora especializada en alimentación, Caroline Yeldham. De hecho, el desayuno se veía con desagrado.

"Los Romanos creían que era más sano hacer sólo una comida al día", dice. "Estaban obsesionados con la digestión, y comer más de una vez se consideraba una forma de glotonería. Esta manera de pensar influyó en la manera en que la gente comió durante mucho tiempo".

En la Edad Media, la vida monástica diseñó cómo comía la gente, explica el historiador experto en comidas, Ivan Day. No se podía comer nada antes de la misa de la mañana, y sólo se podía comer carne la mitad de los días del año. Se cree que la palabra desayuno se introdujo en esta época y literalmente significaba "romper el ayuno de la noche".
"Los Romanos creían que era más sano hacer sólo una comida al día. Estaban obsesionados con la digestión, y comer más de una vez se consideraba una forma de glotonería"
Caroline Yeldham, historiadora especializada en hábitos de comida

La Revolución Industrial de mediados del siglo XIX regularizó los horarios laborales y los trabajadores necesitaron adoptar una comida temprana para mantener la energía durante el trabajo.

Todas las clases sociales empezaron a comer una comida antes de ir a trabajar, incluso los jefes.

Al llegar el siglo XX, el desayuno vivió una nueva revolución de la mano del estadounidense John Harvey Kellogg. Accidentalmente, Kellogg dejó trigo hervido y se puso duro.

Lo pasó por unos rodillos y lo cocinó, creando el primer copo de maíz (cornflake) del mundo. De ahí desarrolló una industria que generaría miles de millones de dólares.

Llegadas las décadas de los años 1920 y 1930, las autoridades promocionaban el desayuno como la comida más importante del día, pero entonces, la Segunda Guerra Mundial convirtió al desayuno en algo difícil de conseguir.

Conforme los británicos se fueron recuperando de los años post-bélicos y se adentraron en la década de los 50, de liberación económica, objetos como las tostadoras estadounidenses, o alimentos como el pan en rebanadas, el café instantáneo y los cereales invadieron los hogares.

Es decir, el desayuno tal como lo conocemos.

Almuerzo

Menú británico

El almuerzo ayuda a continuar con energía la jornada laboral.

La terminología alrededor de la comida es confusa. Para algunos el almuerzo o comida es la cena, y viceversa. Desde tiempos de los Romanos hasta la Edad Media, todo el mundo comía en la mitad del día, pero se le llamaba cena y era la principal comida del día.

El almuerzo tal como lo conocemos actualmente no existía, ni siquiera la palabra.

Durante la Edad Media, la luz del día marcaba las comidas, dice el historiador Day.

Sin electricidad, la gente se levantaba antes para aprovechar la luz. Los trabajadores estaban en el campo desde el amanecer, por lo que para mediodía estaban hambrientos.

Para mediodía, los empleados habían trabajado ya hasta seis horas. Se tomaban un descanso rápido y comían una suerte de tentempié, generalmente pan y queso.

Con el desarrollo de la luz artificial, la cena empezó a ser más tardía para los más adinerados, y como resultado, se necesitó incorporar una comida más ligera durante el día.

Fue el famoso snack de última hora de la noche del Conde de Sandwich en 1750 lo que terminó de dominar el menú del almuerzo moderno. Una noche, el aristócrata le pidió a su ayuda de cámara que le trajera carne fría en pan. Podía comer el tentempié con sólo una mano sin mancharse de grasa.
"Reino Unido fue el primer país del mundo en alimentar a la gente con comida industrial"
Ivan Day, historiador

No está claro si el conde estaba jugando a las cartas o trabajando, se barajan ambas opciones. Pero sea lo que fuera que estaba haciendo, esto supuso el nacimiento del sándwich.

En esa época, el almuerzo, sin embargo, seguía siendo conocido "como un evento accidental que ocurría entre comidas", comenta la historiadora Monica Askay.

Una vez más, fue la Revolución Industrial la que ayudó a modelar el almuerzo tal como lo conocemos actualmente.

Los patrones de comida de las clases baja y media se definieron por los horarios de trabajo. Muchas personas trabajaban largas jornadas en las fábricas y una comida a mediodía era esencial para mantenerlos con fuerza.

Se vendían pastelillos fuera de las fábricas. La gente empezó también a confiar en los alimentos producidos en masa, ya que no había sitio suficiente en las ciudades para tener establos o cultivar alimentos propios. Muchos no tenían siquiera una cocina.

"Reino Unido fue el primer país del mundo en alimentar a la gente con comida industrial", dice Day.

El ritual de llevar el almuerzo al trabajo se convirtió en parte de la rutina diaria.

Cena

Cena familiar

Las cenas con toda la familia están en declive.

La cena es la única comida que hacían los Romanos, incluso aunque fuera a una hora diferente del día.

En Reino Unido, el apogeo de la cena llegó con la Edad Media. La aristocracia comía cenas formales y extraordinariamente fastuosas en torno al mediodía.

Pese a su reputación de ser encuentros sin normas, las cenas eran en realidad bastante sofisticadas, con estrictos modales de comportamiento en la mesa.

Eran una muestra ostentosa de riqueza y poder, con cocineros que trabajaban en la cocina desde el amanecer para tenerlo todo listo, cuenta Yeldham.

Sin electricidad, cocinar la cena en la noche no era una opción. Los campesinos comían la cena alrededor del mediodía también, aunque era algo mucho más modesto.

Según se extendió el uso de la luz artificial, se empezó a comer la cena cada vez más tarde en el día.

Para finales del siglo XVIII, la mayor parte de la gente hacía tres comidas al día en las ciudades, asegura Day.

A comienzos del siglo XIX, la cena se había pospuesto hasta la noche, después del trabajo, cuando la gente regresaba a casa. Muchos, sin embargo, mantuvieron la tradicional hora de la cena los domingos.

La sagrada cena familiar a la que estamos tan acostumbrados se hizo accesible a todos durante la locura del consumo de los años 50. Nuevos electrodomésticos llegaron a Europa desde Estados Unidos y se configuró la imagen de la mujer cocinando en casa.

El golpe mortal a la cena familiar llegó supuestamente en 1986, cuando apareció la primera comida para microondas.

Pero si bien es cierto que menos personas celebran una cena formal familiar hoy en día, indudablemente éstas no han desaparecido – impulsadas por las fenomenales ventas de libros de receta escritos por chefs populares.

Fuente:

BBC Ciencia

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14 de octubre de 2012

¿Sin 'tele' antes de los tres años?

Dos niños pegados a una pantalla de televisión.| El Mundo
Dos niños pegados a una pantalla de televisión.| El Mundo
  • Un psicólogo británico sugiere limitar las pantallas a los niños más pequeños
  • Además del sedentarismo advierte de problemas en su desarrollo
  • Otros especialistas sugieren que los padres les acompañen ante la pantalla
Los niños de hoy en día conviven en casa con al menos cinco pantallas, sumando televisiones, ordenadores, videojuegos, teléfonos de última generación y tabletas. Con toda esta tecnología a su alcance, un especialista británico acaba de abrir el debate sugiriendo que los padres deberían limitar el uso de estos aparatos en la infancia e incluso prohibírselos antes de que cumplan los tres años.

En las páginas de 'Archives of Disease in Childhood', el mediático Aric Sigman, un asiduo de los medios de comunicación británicos cuando se trata de hablar de psicología infantil, ha sugerido que demasiados padres utilizan la televisión como "niñera electrónica", lo que podría estar causando problemas en el desarrollo de los niños.

Según las estadísticas que cita Sigman, los adolescentes británicos (aunque los datos españoles no son muy diferentes) pasan una media de seis horas diarias viendo la televisión; "aunque está demostrado que los problemas de obesidad y de corazón derivados del sedentarismo comienzan sólo a las dos horas". Ya no es extraño que los pequeños visualicen al mismo tiempo la televisión y el ordenador, o que tengan un aparato de televisión en su propia habitación, "y esta práctica comienza cada vez antes en la vida".

Además de los problemas físicos, el psicólogo británico alerta de los perjuicios para el desarrollo infantil en una etapa en la que los niños deberían, sobre todo, jugar con sus padres e interaccionar cara a cara, no con una pantalla.

A su juicio, las autoridades europeas deberían tomar medidas restrictivas, o al menos recomendaciones que desaconsejen el uso de la televisión entre los más pequeños, "como ya han hecho países como EEUU, Australia o Canadá". Los pediatras canadienses, por ejemplo, aconsejan a los padres que no pongan una televisión en el cuarto de los niños; mientras que sus colegas estadounidenses recuerdan que no hay ningún beneficio conocido derivado de ver la televisión antes de los dos años.

Y es que, según este último informe, ya no es sólo una cuestión de sedentarismo, ni siquiera del contenido televisivo; sino del propio acto de ver la televisión en sí; y cómo esta actividad pasiva puede dañar el desarrollo social de los niños en una etapa clave en la formación de su cerebro. Incluso a partir de los tres años, Sigman recomienda limitar a media hora diaria el contacto con la 'caja tonta' y sólo una a partir de los siete años.

A pesar de que existe cierto acuerdo entre la comunidad científica sobre los peligros de la televisión y el sedentarismo de los espectadores más pequeños, la prohibición que sugiere Sigman no ha estado exenta de polémica. En declaraciones al diario 'The Guardian', algunos psicólogos infantiles recuerdan que Sigman no tiene formación específica en el tema y sus comentarios no están basados en una investigación propia, sino que se trata de un comentario basado en diversas publicaciones previas sobre el tema.

"Es importante poner esta actividad en el contexto del resto de la vida del niño", tercia con cautela Louise Arsenault, del Instituto de Psiquiatría; "y tener en cuenta el 'consumo' de pantallas cuando se enmarcan dentro de otros hábitos de vida poco saludables".

Para Lynne Murray, de la Universidad de Reading, por ejemplo, los efectos perjudiciales de la televisión pueden mitigarse si los padres interactúan con los niños y ven con ellos la televisión de una manera activa.

Fuente:

El Mundo Ciencia
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