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2 de junio de 2010

El 90% de las proteínas humanas repetitivas compartidas con mamíferos se mantienen por selección

Miércoles, 02 de junio de 2010

El 90% de las proteínas humanas repetitivas compartidas con mamíferos se mantienen por selección


El 90 por ciento de las proteínas humanas que presentan estructuras repetitivas, en las que un mismo aminoácido se repite varias veces seguidas, y que al mismo tiempo se encuentran conservadas en otras especies de mamíferos, se conservan por selección y por tanto su razón de ser sería funcional para el organismo, según un estudio.

El trabajo, desarrollado por el grupo de investigación en Genómica Evolutiva del Programa de Investigación en Informática Biomédica (Grib) del Instituto Municipal de Investigación Médica (Imim-Hospital del Mar) y la Universitat Pompeu Fabra (UPF), se publica ahora en la revista 'Genome Resarch'.

Los investigadores han estudiado los genomas de once especies de vertebrados, incluyendo animales más próximos a los humanos como el ratón y la vaca, y otros más alejados como los peces, y observaron que la repetición de las proteínas está relacionada con el papel desarrollado por la selección natural en su preservación.

El estudio comparó el grado de conservación de los motivos repetitivos --las estructuras de un mismo aminoácido que se repiten, y que se encuentran en cerca del 20% de las proteínas humanas-- con el grado de conservación de una colección de motivos que no desarrollan ninguna función aparente.

"La mayoría de motivos repetitivos en las proteínas humanas podrían tener una función, ya que observamos una huella importante en la selección natural", señaló la coordinadora del grupo de investigación, Mar Albà.

Fuente:

Eco Diario

20 de abril de 2010

Una proteína podría frenar el desarrollo de cualquier cáncer

Martes, 20 de abril de 2010

Una proteína podría frenar el desarrollo de cualquier cáncer


Un equipo de investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB) ha descubierto en un estudio los posibles mecanismos de control de la proteína Myc, un elemento que está alterado en todos los tipos de cáncer, ya sea de riñón, mama, pulmón, colon, piel o de cualquier otro tejido.

El ensayo, publicado en esta semana en el 'EMBO Journal', ha descubierto en pruebas con moscas que la maquinaria de microRNA controla los niveles de Myc a través de la molécula Mei-P26. Los microRNA (miRNA) son pequeñas moléculas que representan menos del 1 por ciento del genoma humano, pero tienen un papel clave en el funcionamiento de la célula ya que son capaces de anular o modificar multitud de genes. De hecho, altos niveles de ciertos microRNA provocan cáncer.

En estudios anteriores realizados en ratones, se demostró que la proteína Myc controla los niveles de miRNA de las células, y ahora los científicos descubren en moscas que los miRNAs afectan los niveles de Myc. En este sentido, el estudios del IRB sugiere la existencia de "un mecanismo muy fino por el cual los miRNAs y Myc se regulan mutuamente", explicó el director del estudio, Marco Milán.

La teoría es que las células utilizan este mecanismo para mantener los niveles óptimos de miRNA y de Myc, indispensables para la buena marcha del organismo, pero evitando a su vez que se vuelvan peligrosos. A este respecto, los investigadores dieron con el nuevo mecanismo de regulación eliminando los 150 miRNA que tiene la Drosophila, el tipo de mosca estudiado, en un ala en desarrollo.

Sin miRNA obtuvieron un tejido de características muy similares a cuando se elimina Myc: el ala es más pequeña, las células son más pequeñas y no se dividen bien. "Myc es una suerte de director de orquesta del crecimiento de los tejidos, también de los sanos, y como las características del ala eran muy parecidas en los dos casos, pensamos que los miRNAs y Myc estaban relacionados; y acertamos", explicó Héctor Herranz, investigador postdoctoral en el IRB y primer autor del artículo.

Nueva vía en el estudio del cáncer

La disección del mecanismo molecular puso de manifiesto que la pieza clave en el círculo de control es Mei-P26, una molécula que los científicos sabían que interviene negativamente en la regulación de Myc en ratones. En las células sin miRNA, suben los niveles de Mei-P26 y baja Myc. "Hemos cerrado el círculo de este mecanismo de regulación de Myc, situando en el diagrama a los miRNA", dijo Herranz.

Dado que los miRNA, Mei-p26 y Myc tienen homólogos en ratones y humanos, y alteraciones en los niveles de estos homólogos causan tumores, los investigadores sugieren que este mismo mecanismo de regulación de Myc "podría darse en organismos superiores, lo que de confirmarse abriría nuevas vías en el estudio del cáncer", añadió.

Fuentes:

Europa Press

ABC.es

Lea también:

Cómo descubrir si "heredarás" un cáncer

6 de marzo de 2010

Priones en tu cerebro

Sábado, 06 de marzo de 2010

Priones en tu cerebro



Esto sí es avanzarse a las noticias y acercarnos las ideas científicas que se está cociendo en los principales laboratorios del mundo:

Recordareis los priones como unas extrañas proteínas con propiedades infecciosas que causaban la enfermedad de las vacas locas. Nosotros ya los habíamos olvidado, pero los investigadores no.

Miquel Bosch, nuestro neurocientífico del Massachusetts Institute of Technology (MIT), nos explica que los priones podrían tener un papel muchísimo más relevante y completamente inesperado en el funcionamiento interno del cerebro. Escuchemos a Miquel:


La Revolución de los Priones, por Miquel Bosch

¿Qué pasaría si os dijera que lo más profundo de vuestra mente está, en realidad, hecho de priones?

Pero, bueno -me contestaríais algunos/as-, los priones… ¿no eran los causantes del mal de las vacas locas y su equivalente humano, la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob? ¿No eran esos agentes infecciosos formados únicamente por proteína, sin material genético, ni ADN, ni ARN?

Efectivamente –añadiría yo-, pero puede que sean mucho más que eso. Puede que sean sólo la punta del iceberg de un nuevo mecanismo molecular que revolucionará la biología de arriba a abajo. Podrían llegar a explicar la causa de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson y podrían darnos algunas pistas para su curación. Y no sólo eso. Una provocativa hipótesis sugiere que podrían ser una parte esencial de lo más íntimo de nosotros mismos: nuestros recuerdos. Vayamos por partes.


Prionoides y enfermedades neurodegenerativas

Stanley Prusiner resolvió en los años 80 uno de los misterios más inquietantes de la historia de la medicina, y lo hizo con una sorprendente hipótesis: la existencia de los priones.



El kuru era una enfermedad que se transmitía entre los miembros de una tribu indígena de Nueva Guinea siguiendo el mismo patrón que una infección. Daniel Gajdusek había descubierto que los contagios tenían lugar durante los rituales caníbales en los que mujeres y niños se comían los cerebros de los fallecidos. Pero no había manera de detectar ningún virus, ni bacteria, ni bicho alguno que explicase el contagio. ¿Qué era entonces lo que se propagaba y causaba la infección? Prusiner aplicó la máxima que Sherlock Holmes usaba en la resolución de sus casos: “Cuando se han eliminado todas las opciones, la que queda, por improbable que parezca, tiene que ser la cierta”. Y lo que quedaba eran simplemente proteínas.

Entonces ¿cómo puede una estructura proteica duplicarse, infectar y perpetuarse en el tiempo? Imaginaos un cajón donde guardáis todos vuestros calcetines limpios y bien dobladitos. Una noche os despistáis y metéis un par de calcetines sucios y mal doblados en ese cajón…y a la mañana siguiente aparecen todos los calcetines mal doblados y entrelazados en una maraña espesa.

Así es como actúan los priones. Los priones son cadenas de aminoácidos que pueden plegarse en dos conformaciones diferentes: la buena, que suele ser soluble, y que le proporciona a la proteína su función (como catalizador, como ladrillo estructural, la que sea); y la mala, que suele ser insoluble, pegajosa y con tendencia a agregarse con ella misma. Lo peor de la forma mal plegada es que posee la fastidiosa habilidad de reclutar a las formas bien plegadas, convertirlas a la forma aberrante y apilarlas en conglomerados que van creciendo con el tiempo. La rotura de estos agregados sería el equivalente genético de la replicación del ADN, puesto que cada pedazo se convierte en una semilla para el crecimiento de otro agregado.


Algunos científicos están proponiendo que este mecanismo no es exclusivo de las enfermedades priónicas (cuya incidencia es muy baja: un caso por año por millón de habitantes) sino que podría ser un mecanismo biológico más general que explicaría algunas patologías neurodegenerativas mucho más frecuentes. Enfermedades como las de Alzheimer, Parkinson o Huntington tienen en común la aparición de agregados proteicos dentro o fuera de las neuronas.



No se sabe si son la causa o la consecuencia de la muerte neuronal, pero se empieza a sospechar que estos agregados pueden expandirse por el cerebro siguiendo el mismo mecanismo que los priones, es decir, pervirtiendo y secuestrando las proteínas en agregados auto-perpetuantes. Ojo, esto no significa que estas enfermedades se transmitan entre personas, ni mucho menos. Pero cada vez hay más evidencias de que, en el caso del Parkinson, estos agregados pueden saltar de una célula a otra, expandiendo lentamente la “infección” por todo el cerebro. Por este motivo, estas proteínas empiezan a ser conocidas como prionoides.

Lejos de asustar al personal, si esta nueva perspectiva se confirma nos abrirá todo un abanico de posibilidades terapéuticas nuevas con las que atacar estas patologías. Se podría intentar frenar tanto la formación, como la rotura o el transporte de estos agregados, confinando así la expansión del daño neuronal y retrasando la evolución de la enfermedad.

Lea el artículo completo en:

Ciencia y Cosas

16 de febrero de 2010

El cambio climático pone en peligro la seguridad alimentaria


Martes, 16 de febrero de 2010


El cambio climático pone en peligro la seguridad alimentaria

Producir alimentos para un planeta cada vez más poblado y caliente será uno de los retos más importantes del siglo XXI

El incremento de la temperatura en más de tres grados centígrados para mediados de siglo traerá consigo la disminución de la capacidad productiva de la tierras cultivables que podría ocasionar una catástrofe alimentaria entre las más de 3.000 millones personas que vivirán en las cercanías del ecuador del planeta, según la información recogida en un especial de la revista Science (12 de febrero de 2010).

Arrozales chinos
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Muchos agricultores chinos tienden a utilizar excesivos fertilizantes nitrogenados para obtener mayores cosechas- SCIENCE/F.S.ZHANG

Exceso de fertilizante en el maíz
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Campos de maíz en China con exceso de fertilizante s nitrogenados (urea)- SCIENCE/F.S.ZHANG

"Estamos evaluando una disminución en la producción agrícola del 20% al 30% en los próximos 50 años para los campos entre las latitudes del sur de California o de Europa hasta Sudáfrica", ha comentado a EL PAíS David Battisti, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Washington.

Aún sin un clima más cálido, el crecimiento de la población mundial en más del 30% antes de 2050 representa un notable desafío que obligaría a duplicar la producción de granos en las zonas tropicales.

Más de 60 investigadores de 14 países son los autores del especial de Science en el que se recalca la necesidad de que los líderes del mundo "cambien drásticamente sus nociones" de este problema, lo que implica superar el temor popular a usar la biotecnología agrícola, incluida la producción de alimentos genéticamente modificados. Hay que usar "la mejor ciencia posible", han afirmado.

Nina Federoff, consejera de Ciencia y Tecnología de la Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y autora principal del artículo Repensando radicalmente la agricultura para el siglo XXI, ha expresado que su preocupación crece cada vez más porque todavía "no entendemos lo que implicará alimentar a una población en crecimiento en un planeta que se calienta".

Matthew Reynolds, jefe del departamento de Fisiología del Trigo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), ubicado al norte de México, y coautor del mismo estudio, ha dicho que algunos de los alimentos y cosechas más importantes disminuyen su fibra y valor nutricional de forma drástica a temperaturas superiores a los 30 grados centígrados.

"Entre otras razones, esto se debe a que la fotosíntesis de cosechas templadas importantes alcanza su grado óptimo a temperaturas de 20 a 25 grados, pero con el incremento de la temperatura las plantas se desarrollan rápidamente dejando menos tiempo para la acumulación de carbohidratos, grasas y proteínas, que constituyen la mayor parte de las frutas y granos".

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El País Ciencia

14 de febrero de 2010

Descubren el "arma secreta" de las células cancerígenas contra la quimioterapia


Domingo, 14 de febrero de 2010

Descubren el "arma secreta" de las células cancerígenas contra la quimioterapia


¿Qué es la quimioterapia?

La quimioterapia es, de forma general, cualquier tratamiento médico basado en la administración de sustancias químicas (fármacos). En medicina se llama tratamiento quimioterápico al que se administra para curar la tuberculosis, algunas enfermedades autoinmunes y el cáncer.

¿Qué es la quimioterapia?

El término quimioterapia suele reservarse a los fármacos empleados en el tratamiento de las enfermedades neoplásicas que tienen como función el impedir la reproducción de las células cancerosas. Dichos fármacos se denominan medicamento citotástico, citostáticos o citotóxicos. La terapia antineoplásica tiene una gran limitación, que es su escasa especificidad. El mecanismo de acción es provocar una alteración celular ya sea en la síntesis de ácidos nucleicos, división celular o síntesis de proteínas. La acción de los diferentes citostáticos varía según la dosis a la que se administre. Debido a su inespecificidad afecta a otras células y tejidos normales del organismo, sobre todo si se encuentran en división activa. Por tanto, la quimioterapia es la utilización de diversos fármacos que tiene la propiedad de interferir con el ciclo celular, ocasionando la destrucción de células.

Descubren el "arma secreta" de las células cancerígenas contra la quimioterapia  (Imagen: ARCHIVO)
  • El arma es una proteína que actúa protegiendo a las células malignas.
  • Estas proteínas se encargan de echar por tierra los tratamientos contra los tumores y es una de las causas del rechazo a los tratamientos.
  • La investigación se centrará ahora en este descubrimiento para dar lugar a células más receptivas a los métodos para combatir el cáncer.
Un equipo de científicos británicos ha identificado el "arma secreta" que utilizan las células cancerígenas para combatir y sobrevivir a los tratamientos con quimioterapia.

El hallazgo realizado por expertos de Cancer Research UK, una organización no gubernamental (ONG) dedicada a la investigación de esta enfermedad, tiene que ver con la estructura de una proteína que se encuentra en el corazón del sistema de defensa de los tumores cancerígenos.

Identificada como FANCL, esta proteína ayuda a las células malignas a reparar el daño que sufre su ADN a consecuencia del tratamiento del enfermo con quimioterapia. "Hemos averiguado la estructura del motor del sistema de funcionamiento de la célula", dijo la máxima responsable del estudio, Helen Walden, quien explicó que "si conseguimos detenerlo conseguiríamos células mucho más receptivas a la quimioterapia".

"Hemos logrado la primera fotografía atómica completa de una proteína implicada en el sendero de la reparación de una célula, justo en el mismo corazón de la ruta por la cual la células cancerígenas se defienden de tratamientos que tienen como objetivo destruirlas", señaló esta experta.

Walden añadió que "bloqueando este interruptor de ignición de la reparación de la célula, es posible mejorar los tratamientos tradicionales" y subrayó que este hallazgo puede convertirse en una línea investigadora para la creación de un fármaco específico.

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20 Minutos

26 de enero de 2010

Aprendimos a cocinar ¡y evolucionamos!


Miércoles, 27 de enro de 2010

Aprendimos a cocinar ¡y evolucionamos!

Hace entre 1,9 y 1,8 millones de años, sobre suelo africano, la evolución horneaba lentamente los primeros especímenes de nuestro árbol genealógico. El Homo erectus se perfilaba como el primer eslabón en la cadena de los “nuestros”, la estirpe que podemos rastrear sin interrupciones hasta antes de ayer.



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Fue el primero en salir del continente cuna, y presentó un asombroso 42% de incremento en su capacidad craneal respecto a su especie homínida más cercana: el Homo habilis, con el que convivió y con el que no se sabe si tuvo lazos de parentesco.

Hasta ahora, uno de los argumentos más significativos para explicar el estirón que supuso el H. erectus se centraba en el famoso adagio de que somos lo que comemos. Por entonces, la dieta de raíces, frutos, tubérculos, insectos y hojas había hecho hueco a un potente y nuevo manjar: la carne.

Sin embargo, un conocido primatólogo de la Universidad de Harvard (EEUU), Richard Wrangham, ha llegado a la conclusión de que en este caso lo realmente decisivo es cómo comemos. En su último libro, Catching Fire, aún no publicado en España, defiende que no fue la carne, sino el uso del fuego para preparar los alimentos lo que lanzó a aquellos seres por un camino que culminaría en la humanización.

Su visión ha resultado controvertida, porque hasta ahora el control sobre la lumbre no se databa en una fecha tan temprana. Las cenizas más antiguas con trazas de haber sido provocadas voluntariamente se encuentran en el yacimiento de Gesher Benot Ya’aqov (Israel), y la investigadora Nira Alperson les ha atribuido una edad de 790.000 años. Sin embargo, Wrangham aduce que: “La arqueología del fuego es muy difícil de detectar”, y se ha apartado de ese indicio tradicional a la hora de establecer su teoría sobre la trascendencia de los fogones.

Lo que hay que tener

De hecho, su punto de partida ha sido la convicción de que “somos el único animal adaptado biológicamente a la comida cocinada”, según afirma, mientras nos explica que la causa reside exactamente en nuestras tripas.


Ejemplo salvaje. Los chimpancés se alimentan de frutos con muchos taninos, unas sustancias que a nosotros nos dejan la boca acorchada porque ya no estamos adaptados a ellos.

De todos los primates, poseemos el sistema intestinal más pequeño en relación al tamaño corporal. Nos lo podemos permitir, porque hemos trasladado a la encimera (y, a veces, otros sitios) una gran parte del trabajo que supone transformar las viandas en compuestos químicos aprovechables. Como ejemplo, exponer la carne a una temperatura de entre 60 y 70ºC derrite su tejido conjuntivo y reduce al punto mínimo la fuerza necesaria para cortarla. Y un diente destinado a partir una patata hervida puede ser hasta un 82% más pequeño que el que deba hincarse en una cruda.

Aunque también existen formas de adecuar el maná que nos ofrece la naturaleza sin necesidad de chispas. Eduardo Angulo, biólogo de la Universidad del País Vasco, argumenta que: “Una visión más amplia de la gastronomía incluye sistemas de conservación como el secado (seguramente el más antiguo), la salmuera, el enterramiento en la tundra para congelarlo…” En su libro El animal que cocina recoge con detalle cómo ya nuestros ancestros empezaron a ensayar sus primeros pinitos con todos ellos.

Buscando el cambio

Si queremos saber cuándo empezamos ese proceso único de trasteo culinario, bastará con detectar el momento en que se nos empezó a encoger el estómago. La mayor reducción se produjo precisamente en el Homo erectus. Acompañada de una disminución en los dientes, la pelvis y la caja torácica, y un aumento del cerebro. Algo que, desde luego, también contribuyó a hacernos humanos y que no se dio en el contemporáneo Homo habilis; según Wrangham, porque nunca llegó a dominar el fuego.

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QUO

20 de enero de 2010

¿Qué fue primero en el Origen de la Vida?


Miércoles, 20 de enero de 2010

¿Qué fue primero en el Origen de la Vida?

Alexander Oparin (1894-1980)

(Uglic, Jaroslav, 1894 - Moscú, 1980) Bioquímico soviético, pionero en el desarrollo de teorías bioquímicas sobre del origen de la vida. Estudió en Moscú, donde posteriormente sería profesor de fitofisiología y bioquímica. En 1935, junto con Bakh, fundó y organizó el Instituto Bioquímico de la Academia de Ciencias de la URSS, que dirigiría desde 1946 hasta su muerte. Sus estudios sobre el origen de la vida plantean, en síntesis, que el proceso que condujo a la aparición de seres vivos se explica mediante la transformación de las proteínas simples en agregados orgánicos por afinidad funcional.

Oparin subrayó el hecho de que en los primeros momentos de la historia de la Tierra, la atmósfera no contenía oxígeno (que fue generado después, gracias a la fotosíntesis vegetal). Antes de la aparición de la vida podían haber existido substancias orgánicas simples en una especie de caldo primitivo. Añadió que los primeros organismos fueron, probablemente, heterótrofos, esto es, que utilizaban como alimento sustancias orgánicas y no poseían la capacidad, como los autótrofos actuales, de nutrirse de sustancias inorgánicas. Para Oparin, las características clave de la vida son su organización e integración, y los procesos que conducen a tal vida deberían ser susceptibles de especulación razonable y de experimentación.

Sus teorías se enfrentaron inicialmente a una fuerte oposición, pero con el paso del tiempo han recibido respaldo experimental y han sido aceptadas como hipótesis legítimas por la comunidad científica. Así, muchas de sus ideas fueron corroboradas en 1952 por los experimentos de S.L. Miller. El carácter pionero de sus obras sobre este tema supuso un estímulo fundamental en las investigaciones. Su ibra cumbre es "El Origen de la Vida"

"El Origen de la Vida"

Extracto:
¿Qué es la vida? ¿Cuál es su origen? ¿Cómo han surgido los seres vivos que nos rodean? La respuesta a estas preguntas entraña uno de los problemas más grandes y difíciles de explicar que tienen planteado las ciencias naturales. De ahí que, consciente o inconscientemente, todos los hombres, no importa cuál sea el nivel de su desarrollo, se plantean estas mismas preguntas y, mal o bien, de una u otra forma, les dan una respuesta. He aquí, pues, que sin responder a estas preguntas no puede haber ninguna concepción del mundo, ni aun la más primitiva.

El problema que plantea el conocimiento del origen de la vida, viene desde tiempos inmemoriales preocupando al pensamiento humano. No existe sistema filosófico ni pensador de merecido renombre que no hayan dado a este problema la mayor atención. En las diferentes épocas y distintos niveles del desarrollo cultural, al problema del origen de la vida se le aplicaban soluciones diversas, pero siempre se ha originado en torno a él una encarnizada lucha ideológica entre los dos campos filosóficos irreconciliables: materialismo e idealismo.

De ahí que, al observar la naturaleza que nos rodea, tratamos de dividirla en mundo de los seres vivos y mundo inanimado, o lo que es lo mismo, inorgánico. Sabido es que el mundo de los seres vivos está representado por una enorme variedad de especies animales y vegetales. Pero, no obstante y a pesar de esa variedad, todos los seres vivos, a partir del hombre hasta el más insignificante microbio, tiene algo de común algo que los hace afines pero que, a la vez, distingue hasta a la bacteria más elemental de los objetos del mundo inorgánico. Ese algo es lo que llamamos vida, en el sentido más simple y elemental de esta palabra. Pero, ¿qué es la vida? ¿Es de naturaleza material, como todo el resto del mundo, o su esencia se halla en un principio espiritual sin acceso al conocimiento con base en la experiencia.

Si la vida es de naturaleza material, estudiando las leyes que la rigen podemos y debemos hacer lo posible por modificar o transformar conscientemente y en el sentido anhelado a los seres vivos. Ahora bien, si todo lo que sabemos vivo ha sido creado por un principio espiritual, cuya esencia no nos es dable conocer, deberemos limitarnos a contemplar pasivamente la naturaleza viva, incapaces ante fenómenos que se estiman no accesibles a nuestros conocimientos, a los cuales se atribuye un origen sobrenatural.

Lea "El Origen de la Vida" en
versión completa.

Una investigación publicada en "Proceedings of the National Academy of Sciences" refuta la teoría de que el origen de la vida se originó como un sistema de moléculas autocatalítico capaz de experimentar evolución darwiniana sin la necesidad de ARN o ADN y de su replicación. El estudio, en que ha participado Mauro Santos, investigador del Departamento de Genética y Microlobiología de la UAB, ha demostrado, analizando lo que algunos investigadores han denominado "genomas compuestos", que estas redes químicas no se pueden considerar unidades evolutivas, porque pierden propiedades esenciales para evolucionar cuando alcanzan una medida crítica y una mayor complejidad.

La NASA (National Aeronautics and Space Administration) define la vida como un "sistema químico autosostenible capaz de evolución darwiniana". Las teorías científicas sobre el origen de la vida giran alrededor de dos ideas principales: la que prima la genética -con la replicación de ADN o ARN como condición esencial para que haya evolución darwiniana- y la que dice que primero fue el metabolismo. Ambas situaciones han de haber empezado obviamente a partir de moléculas orgánicas simples formadas por procesos prebióticos, tal y como demostró el experimento de Miller y Urey (consiguieron crear moléculas orgánicas a partir de sustancias inorgánicas). El punto de desacuerdo entre las dos teorías es que la replicación de moléculas como el ARN o el ADN es un proceso demasiado complejo y requiere una conjunción correcta de los monómeros dentro de los polímeros para producir las cadenas de moléculas resultantes de la replicación.

No hay todavía una explicación química plausible sobre cómo pudieron ocurrir aquellos procesos y, además, los defensores de que primero se produjo el metabolismo argumentan que los caminos evolutivos requeridos deben haber necesitado un metabolismo primordial. Este metabolismo es imaginado como una red química que comporta un alto grado de catálisis mutua entre sus componentes para permitir eventualmente la adaptación y la evolución sin la replicación de moléculas.

En la primera mitad del siglo pasado, Alexander Oparin estableció la hipótesis de "Primero el metabolismo" para explicar el origen de la vida, reforzando el papel primario de la célula como pequeñas gotas de coacervado (precursoras evolutivas de las primeras células procariotas). Él no hizo referencia a las moléculas de DNA y RNA porque a la sazón no estaba clara la idea del papel fundamental que estas moléculas jugaban en los organismos vivos, pero asentó sólidamente la idea de una auto-replicación como una propiedad colectiva de conjuntos moleculares.

Más recientemente se ha demostrado que un conjunto de componentes químicos almacena información sobre su composición que puede ser duplicada y transmitida a sus descendientes, lo que ha llevado a denominarlos "genomas compuestos" o composomas. En otras palabras, la herencia no requiere información para ser almacenada en el ARN o en las moléculas de ADN. Estos "genomas compuestos" aparentemente cumplen las condiciones requeridas para ser considerados como unidades de evolución, lo que sugiere una vía desde las dinámicas pre-darwinianas hacia una mínima protocélula.

Los investigadores de este estudio han mostrado, sin embargo, que estos sistemas son incapaces de sufrir una evolución darwiniana. Por primera vez, han realizado un análisis riguroso sobre la supuesta evolución de estas redes moleculares, usando una combinación de simulaciones numéricas y analíticas y aproximaciones al análisis de redes. Su estudio muestra que las dinámicas de la población de los conjuntos moleculares que se dividen cuando llegan a una medida crítica no evolucionan porque en el proceso se pierden algunas propiedades que son esenciales para la evolución darwiniana.

Los científicos concluyen que esta limitación fundamental de los "genomas compuestos" induce a ser cautelosos respecto a las teorías que sitúan primero el metabolismo en el origen de la vida, a pesar de que los antiguos sistemas metabólicos podrían haber proporcionado un hábitat estable para la evolución posterior de polímeros primitivos como el ARN.

Se pueden considerar diferentes escenarios de la Tierra prebiótica, manifiestan, pero la propiedad básica de la vida como un sistema capaz de experimentar evolución darwiniana empezó cuando la información genética se consiguió almacenar y transmitir tal y como sucede en los polímeros de nucleótidos (ARN y ADN).

Artículo de referencia: Vasas, V., E. Szathmáry and M. Santos. “Lack of evolvability in self-sustaining autocatalytic networks constraints metabolism-first scenarios for the origin of life”. Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA PNAS. Published online before print January 4, 2010.

Para descargar el artículo en pdf clica aquí

Imagen cedida por Doron Lancet. Ilustra lo que sería un "genoma compuesto". Diferentes moléculas (en colores varios) se incorporan al glóbulo o vesícula, la cual se dividiría al alcanzar un tamaño crítico.

Fuente:

Universidad Autónoma de Barcelona

4 de enero de 2010

Aislan la proteína que produce la resistencia de las bacterias a los antibióticos


Lunes, 04 de enero de 2009

Aíslan la proteína que produce la resitencia de las bacterias a los antibióticos

Un trabajo de investigación de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del País Vasco (UPV) ha logrado aislar la proteína "acopladora TrwB", el canal de intercambio de información usado por las bacterias, lo que permitirá desarrollar estrategias contra la resistencia de las bacterias a los antibióticos.


Según ha informado en una nota de prensa la UPV, la tesis que ha permitido aislar esta proteína ha sido realizada por Ana Julia Vecino en el departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la citada facultad y en la Unidad de Biofísica, del Centro Mixto CSIC-UPV.

En dicha tesis se ha podido estudiar las características de TrwB en un ambiente similar al natural y obtener información sobre la proteína muy aproximada al funcionamiento de la misma en la bacteria.

"El trabajo aporta información relevante que nos permite estar más cerca de conocer el mecanismo de la conjugación bacteriana y por consiguiente de poder desarrollar estrategias contra la diseminación de la resistencia a antibióticos entre bacterias", ha afirmado Itzi Alkorta, directora de la tesis junto al profesor Fernando de la Cruz.

La conjunción bacteriana es un proceso mediante el cual una bacteria es capaz de transmitir una molécula de DNA (pásmido conjugativo) a otra, mediante un proceso que requiere el contacto físico entre ambas. Este proceso, se explica desde la UPV, permite que las bacterias intercambien información genética útil para hacer frente a su entorno y adaptarse al medio.

Entre la información compartida por las bacterias se encuentra aquella que les permite desarrollar la resistencia a distintos antibióticos y por ello, la conjugación bacteriana es el principal responsable de la diseminación de la resistencia a antibióticos que presentas las bacterias y que en las últimas décadas se ha convertido en uno de los mayores problemas de salud pública.

Tomado de:

Yahoo Noticias

10 de noviembre de 2009

Aumentan la resistencia a la sequía de las plantas

Martes, 10 de noviembre de 2009

Aumentan la resistencia a la sequía de las plantas


"Es como una mano que recoge una pelota"

Es la metáfora que plantea El Páis de España:

De forma parecida a la adrenalina en los humanos, el acido abscísico (ABA) es la hormona del estrés en las plantas, la que circula por ellas y dicta la respuesta a situaciones como la sequía. Esto se sabía, pero no cómo funciona. La clave ha resultado estar en la estructura de una proteína llamada PYR1 y cómo interactúa con la hormona. Es como una mano que recoge una pelota, han hallado científicos del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) en Grenoble, Francia, y del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas (CSIC) en Valencia. El estudio, que se publica en la revista Nature, indica nuevos caminos para aumentar la resistencia de las plantas a la falta de agua.

En condiciones normales, unas proteínas llamadas PP2C cierran la ruta de ABA, pero cuando una planta está sometida a la sequía, aumenta la concentración de esta hormona del estrés en sus células y el bloqueo desaparece, lo que permite que la planta responda a la sequía. La respuesta consiste en activar y desactivar determinados genes, de forma que se disparan mecanismos para absorber y almacenar una mayor cantidad de agua, y disminuir la pérdida de agua. Estudios recientes habían señalado a una familia de 14 proteínas como posibles intermediarios entre ABA y PP2C, pero el mecanismo seguía siendo un misterio.

Al estudiar la estructura en tres dimensiones de PYR1, una de estas proteínas, con cristalografía de rayos X, los científicos, encabezados por José Antonio Márquez, de EMBL, y Pedro Luis Rodríguez, del CSIC, encontraron que la proteína tiene forma de mano. Cuando no está presente ABA, la mano está abierta, pero cuando si está, ABA se sitúa en el hueco de la mano, que se cierra como si cogiera una pelota. Esto permite que la otra molécula, PP2C, pueda situarse encima de los dedos cerrados.

De esta forma se confirma que esta familia de proteínas constituye los receptores más importantes de ABA y se muestra cómo empieza el proceso de respuesta al estrés. Al acoplarse a PYR1, ABA le hace secuestrar moléculas de PP2C, que así no están disponibles para bloquear la respuesta al estrés.

Tras 15 días sin agua, una planta de A. thaliana está seca (izquierda), pero las tratadas genéticamente para responder mejor a la hormona ABA (el resto) son más resistentes.


"Si las plantas se tratan con ABA antes de se produzca la sequía, están más preparadas y tienen más posibilidades de sobrevivir a la falta de agua", explica Rodríguez. "Hasta ahora el problema era que ABA es muy difícil y muy cara de producir", añade Márquez. "Gracias a lo que hemos descubierto a través de la biología estructural, sabemos con qué interactúa ABA y cómo lo hace, y esto puede ayudar a encontrar otras moléculas con el mismo efecto pero que puedan ser producidas y aplicadas más fácilmente". El estudio se ha hecho en la planta modelo Arabidopsis thaliana.


Así informó El Mundo (España):

Uno de los investigadores, junto a las plantas.|CSIC

Uno de los investigadores, junto a las plantas.|CSIC

  • Los investigadores han descifrado la estructura de un receptor hormonal
  • El trabajo permitirá desarrollar fertilizantes más eficaces

Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas han descifrado la estructura del receptor de una hormona que puede aumentar la resistencia de los cultivos de plantas a las situaciones de sequía.

Así lo ha anunciado el investigador del CSIC, Pedro Rodríguez Egea, quien ha indicado que "el hallazgo permitirá desarrollar productos fitosanitarios más eficaces con moléculas sintéticas que mimeticen el efecto de la hormona ácido abscísico (ABA)".

Los investigadores han conseguido elucidar la estructura tridimensional (a nivel atómico) de uno de los receptores, denominado PYR1, de la ABA.

Esta hormona es clave para que las plantas afronten las situaciones de sequía, y los investigadores han conseguido describir cómo el receptor PYR1 interactúa con la fitohormona para desencadenar la respuesta de la planta al estrés hídrico.

El resultado, que aparece publicado en la versión on line de la revista'Nature', favorecerá el desarrollo de moléculas sintéticas que mimeticen el efecto del ABA, superando las limitaciones del uso de esta fitohormona en agricultura, dado que es sensible a la luz y su síntesis química resulta cara.

Con este trabajo se sientan las bases para identificar estas moléculas en el campo de la resistencia a la sequía.

Como ha explicado Pedro Rodríguez Egea, que ha participado en el estudio, "estos resultados permitirán en un futuro plantear abordajes fitosanitarios, mediante el diseño de moléculas sintéticas que activen el receptor para que la planta responda al estrés hídrico y puedan ser aplicadas mediante pulverización ante situaciones de sequía".

En estudios anteriores, el grupo liderado por el investigador del CSIC había participado en el descubrimiento de los receptores de la fitohormona ABA (14 miembros de una familia génica).

En esta investigación se ha trabajado con uno de los miembros de la familia, el receptor PYR1, del que se ha conseguido resolver su estructura atómica.

"Ello nos permite conocer las coordenadas atómicas del 'bolsillo' donde encaja la hormona. Con esta información estamos actualmente buscando moléculas sintéticas que encajen en esas coordenadas o espacio atómico (solamente aquellas que encajen activarán el receptor y desencadenarán la respuesta hormonal), ha indicado el investigador.

"Potencialmente, ha precisado, algunas de esas moléculas pueden ser agonistas sintéticos que activen la ruta de señalización de la hormona, para que la planta consiga resistir la sequía".

La investigación se ha desarrollado por el grupo de trabajo del CSIC dirigido por Pedro Rodríguez en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-UPV) y por un equipo de investigadores liderado por José Antonio Márquez, en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL), con sede en Grenoble.

Fuentes:

El Mundo Ciencia

Levante

Mercado

El País

7 de octubre de 2009

Nobel de Química por aportes al conocimiento de las ribosomas

Miércoles, 07 de octubre de 2009

Nobel de Química por aportes al conocimiento de las ribosomas

¿Qué son los ribosomas?



Según
linux.ajusco: Todas las células de los organismos vivos contienen ribosomas, que son pequeñas estructuras distribuídas por todo el citoplasma y también concentradas en ciertos lugares en particular, como en el retículo endoplasmático rugoso, y dentro de los cloroplastos y las mitocondrias.

En los ribosomas ocurre uno de los pasos más importantes de la fabricación de proteínas al interior de la célula. Por ello se dice frecuentemente que los ribosomas son las fábricas de proteínas de las células.

Y
www2.uah agrega que "Los ribosomas son responsables del aspecto granuloso del citoplasma de las células.

Además es el orgánulo más abundante, varios millones por célula".

He aquí la noticia:


Tres científicos que han conseguido desentrañar una etapa clave del ciclo de la vida, cómo se producen las proteínas en las células a partir de los genes, han obtenido el premio Nobel de Química, ha anunciado la Academia de Ciencias sueca en Estocolmo. Este descubrimiento de bioquímica básica presenta un beneficio secundario importante: ha permitido descubrir cómo actúan los antibióticos en las células de las bacterias y da armas para luchar contra la preocupante resistencia bacteriana a estos fármacos.


Venkatraman Ramakrishnan (Universidad de Cambridge, Reino Unido), Thomas A. Steitz (Universidad de Yale, EE UU) y Ada E. Yonath (Instituto Weizmann, Israel) consiguieron, a través de la cristalografía de rayos X, conocer en tres dimensiones la estructura del ribosoma, la máquina molecular que en la célula produce las proteínas seleccionando aminoácidos según las instrucciones de cada gen. A partir de la estructura pudieron llegar a saber cómo funciona este traductor del código genético y vieron que muchos antibióticos atacan específicamente el ribosoma de las bacterias.

"Desde que Francis Crick planteó en 1956 el problema fundamental biológico de cómo se pasa del ADN al ARN y del ARN a las proteínas, han transcurrido más de 50 años", resaltó Gunnar Öquist, secretario de la academia y vicepresidente del comité Nobel. "Lo que han hecho los premiados es resolver la última pieza del rompecabezas, cuando muchos pensaban que resultaría imposible ver la estructura del ribosoma mediante la cristalografía", añadió. Curiosamente, es la misma técnica que permitió a Watson y Crick resolver la estructura de ADN en aquellos años.

Ramakrishnan, nacido en la India en 1952, Steitz, nacido en Estados Unidos en 1940 y Ada Yonath, nacida en 1939 en Israel, comparten los 975.000 euros del premio a partes iguales y nunca han trabajado juntos. Llamada desde Estocolmo por teléfono, Yonath ha comentado desde Israel que cuando empezó su trabajo en este tema sabía que era muy importante en el ciclo vital pero que no estaba segura de lograr su objetivo. "Al principio no pensé en que resultaría importante para los antibióticos, que es un aspecto práctico de nuestra investigación, pero ahora, gracias a ella, conocemos mucho mejor cómo funcionan", añadió.

Fuentes:

El País (Sociedad)


Muy Interesante

Prensa Latina

ABC.es

La Gaceta de Tucumán

15 de septiembre de 2009

Evolución molecular


Miércoles, 16 de septiembre de 2009

Evolución molecular

La complejidad irreducible reducida

Pero antes conozcamos principios básicos del "Diseño Inteligente", la teoría que pretende demostrar que un Diseñador Inteligente (o sea Dios) creó la Naturaleza:

El Diseño Inteligente

"La Teoría del Diseño Inteligente" dice que las causas inteligentes son necesarias para explicar la compleja información de las ricas estructuras de la biología y que estas causas son empíricamente detectables.

Ciertas características biológicas desafían la explicación Darwiniana de "coincidencias fortuitas". Ellas parecen haber sido diseñadas. Puesto que el diseño lógicamente necesita de un diseñador inteligente, la aparición del diseño es citado como evidencia para la existencia de un Diseñador.

Hay tres argumentos primarios en la Teoría del Diseño Inteligente: (1) complejidad irreducible, (2) complejidad especifica, y (3) el principio antrópico..

La complejidad irreducible

(1) La complejidad irreducible es definida como un solo sistema, el cual está compuesto por varias partes interactivas bien integradas que contribuyen a la función básica, en donde el retiro de cualquiera de las partes causa que el sistema deje de funcionar con efectividad. En otras palabras, la vida es comparada con partes interconectadas que descansan una en la otra a fin de resultar útil. La mutación fortuita puede contribuir al desarrollo de una parte nueva, pero no puede contribuir para el desarrollo concurrente de las múltiples partes necesarias para el funcionamiento del sistema.

Por ejemplo, el ojo humano es obviamente un sistema muy útil. Sin el globo ocular (el cual es en sí mismo un complejo sistema irreducible), el nervio óptico, y la corteza visual; una mutación fortuita del ojo, sería en realidad contraproducente para la supervivencia de una especie, y por lo tanto sería eliminada a través del proceso de la selección natural. Un ojo no es un sistema útil, a menos que todas sus partes estén presentes y funcionando apropiadamente al mismo tiempo.

Bien, ahora, leyendo Ciencia Kanija me entero que la complejidad irreducible ¡ha siso reducida!, es decir se ha encontrado una explicación al cómo evolucionaron nuestras células (y las máquinas moleculares que las conforman) . Disfrútenlo:

Un equipo internacional de investigadores dice que ha descubierto un diseño para una comprensión general de la evolución de la “maquinaria” de nuestras células, proporcionando más pruebas a nivel molecular, que apoyan uno de los principios clave de la Teoría de la Evolución de Darwin.

Una explicación no Darwiniana, procedente de los creyentes en el Diseño Inteligente, propone que estas complejas máquinas eran de una “complejidad irreducible”. En otras palabras, son tan claramente complejas y completas que no podrían haber evolucionado sino que deben haber sido diseñadas por una entidad inteligente.

“Nuestras células, y las células de todos los organismos, están compuestas de máquinas moleculares. Estas máquinas están compuestas de partes, cada una de las cuales contribuye a una función parcial o elemento estructural de la máquina. Cómo unas máquinas de múltiples componentes tan sofisticadas pudo evolucionar ha sido algo bastante misterioso y muy controvertido”, dijo el profesor de la Universidad Monash Trevor Lithgow. “Nuestra investigación demuestra que estas máquinas, aunque completas y complejas, fueron el resultado de la evolución. Las máquinas “núcleo” simples se establecieron en los primero eucariotas basándose en las proteínas pre-existentes que habían proporcionado anteriormente funciones distintivas simples. Por tanto se mantienen como una prueba de que la Teoría de la Evolución de Darwin accede al nivel molecular”.

Como sistema modelo, la investigación se centró en una máquina molecular específica, el complejo TIM, el cual transporta proteínas a las mitocondrias. Las mitocondrias son un compartimento de las células humanas que sirven como “centrales” de producción de energía. En una primera etapa de la evolución, las mitocondrias se derivaron a partir de las bacterias que vivían en las primeras células eucariotas.

“Nuestras células literalmente son quimeras de una célula “nodriza” y estas bacterias intracelulares. Las bacterias no tienen complejos TIM – para comprender de dónde procede el complejo TIM simplemente aplicamos el razonamiento científico aplicado y observamos a las bacterias modernas similares a los organismos que dieron lugar a las mitocondrias”, dijo Lithgow.

El grupo estudió la bacteria Caulobacter crescentus y encontró proteínas bacterianas relacionadas con los componentes del complejo TIM mitocondrial. Demostraron entonces que estas proteínas bacterianas no se encuentran como parte de máquinas de transporte de proteínas.

“François Jacob describió la evolución como un mecánico, adosando proteínas de una función para generar máquinas más complejas capaces de nuevas funciones”, dijo Lithgow. “Nuestro trabajo describe un ejemplo perfecto de la propuesta de Jacob, y demuestra que la Teoría de la Evolución de Darwin explica maravillosamente cómo pueden llegar a existir las máquinas moleculares”.

¡Gernial! Un punto más para Charles Darwin...

Fuente:

Ciencia Kanija

14 de abril de 2009

En biología los principios son simples, pero los detalles no

Miércoles, 15 de abril de 2009

Entrevista a Peter Agre Premio Nobel de Química por los canales celulares de agua.

Peter Agre, estadounidense de ascendencia noruega, tenía el objetivo de hacer algo por sus semejantes y por eso se convirtió en médico, pero el premio Nobel que obtuvo en 2003 fue, curiosamente, el de Química, su primera licenciatura. En Medicina empezó como hematólogo y terminó descubriendo, "por casualidad", recalca, las acuaporinas, canales celulares para el agua, fundamentales para el funcionamiento del cuerpo humano (y de cualquier organismo). Ése fue el descubrimiento que le hizo merecedor del Nobel. Ahora, a los 60 años, a pesar de que cualquiera diría que ya ha hecho suficiente por sus semejantes, se dedica a impulsar en su universidad de siempre, la John Hopkins, la investigación de la malaria, sin perder de vista las posibilidades de sus queridas acuaporinas en la lucha contra esta enfermedad. Participó en el Foro Científico que reunió recientemente en Madrid a investigadores de todo el mundo de la empresa GlaxoSmithKline.



Pregunta. Las acuaporinas son una familia de proteínas implicadas en muchos procesos fisiológicos.

Respuesta. Claro, son responsables de la concentración de la orina en el riñón, del sudor y de las lágrimas, pero también son muy importantes en trastornos como la hidrocefalia, el glaucoma, la retención de líquidos, el ojo seco o la fibrosis quística. Y son prácticamente universales, existen en los microbios y también en las plantas.

P. Usted bromea con que le han citado hasta en un anuncio de cremas de belleza.

R. Sí, las acuaporinas se expresan en la membrana de la célula, especialmente en algunos órganos, como el riñón, y en la piel. Me llamaron de una conocida marca de cosméticos para decirme que tenían unas moléculas que aumentan la expresión de las acuaporinas en la piel y consiguen más hidratación. No estoy nada convencido de eso y no colaboré con ellos, pero en el anuncio mencionaron mi premio Nobel y mi madre me dijo: "¡Hijo, por fin has hecho algo útil!".

P. También dice que las acuaporinas están en todos los organismos y que pueden existir hasta en Marte.

R. Sí, ahora creemos que hay agua en cantidad en Marte, y si existen formas de vida allí seguro que tienen acuaporinas. Y si las tienen, yo aseguraría que la vida en la Tierra ha venido del espacio.

P. Volviendo a la Tierra, está interesado en las implicaciones de las acuaporinas en situaciones de estrés.

R. Sí, su papel es más importante cuando hay estrés, como sucedió en 2003 durante la ola de calor en Europa. Muchas de las varias miles de muertes no esperadas se produjeron en personas mayores. A medida que envejecemos concentramos la orina menos eficientemente y también sudamos menos. Sudar es lo que nos refrigera, cuando se evapora el agua sobre la piel. Al no sudar sube demasiado la temperatura, es el golpe de calor, que puede ser fatal. Por eso hay que tomar mucho líquido, para sudar más.

P. ¿Y también tienen que ver estas proteínas con la necesidad de orinar tras tomar cerveza?

R. Es un mecanismo que está relacionado efectivamente con la ruta metabólica en la que están las acuaporinas. El alcohol actúa sobre el cerebro disminuyendo la liberación de la hormona vasopresina, y esta disminución influye en una menor concentración de la orina, por lo que surge la necesidad de orinar. La causa es la mezcla del alcohol con un gran volumen de líquido, como sucede en la cerveza. Con el whisky, por ejemplo, no pasa tanto, porque ingerimos menos líquido, pero con el café sí, porque actúa también sobre la liberación de la vasopresina.

P. ¿Cómo descubrió la primera acuaporina?

R. Según la teoría, debía de existir, pero en mi laboratorio, donde trabajábamos en hematología, la descubrimos sin querer. La aislamos, pero no conocíamos su función. Estábamos atascados. Gracias a mis conversaciones con otros colegas, conseguimos avanzar y nos concentramos en averiguar su estructura. Tiene un diámetro de 3 angstroms, adecuado para dejar pasar las moléculas de agua.

P. ¿Qué es para usted la biología, es una verdadera ciencia, sabemos ya casi todo sobre la célula, por ejemplo?

R. Creo que la biología es la ciencia de la vida, la química de la vida. Sabemos cada vez más, pero todavía queda mucho por conocer. Ahora ya tenemos el genoma, pero todavía no sabemos ni la mitad de lo necesario. Cualquiera diría que los canales del agua se tendrían que haber descubierto hace 100 años, pero no.

P. En química el oxígeno y el hidrógeno siempre forman agua, pero en biología no es tan fácil.

R. Es que la biología no es tan simple como la química. Los principios básicos sí son simples, pero los detalles son complicados. Conseguir conocer la estructura de una proteína es muy difícil, y la estructura es lo que determina su función. Pero estamos en la edad de oro de la investigación en biología y la medicina moderna ha conseguido que personas de mi edad tengan una muy buena calidad de vida.

P. Pero en el cáncer las cosas no van tan bien.

R. Es que es muy complicado el cáncer. Mi amigo Bert Vogelstein me lo dice.

P. ¿Conoce bien al médico español Pedro Cuatrecasas, descubridor de muchos medicamentos?

R. Sí, su padre era un naturalista muy famoso y él nació en Madrid pero se trasladaron a Colombia. Fue mi mentor cuando llegué al John Hopkins y allí escuché también a Severo Ochoa.

Fuente:

El País - España

21 de diciembre de 2008

Los diez avances científicos del año


Recopilación de Andrea Naranjo, de diversas fuentes: Barrapunto Por la boca muere el pez y Time. Tenía que publicarlo en este blog. Amantes de la Ciencia ¡disfrútenlo!


Top Ten de Science

1. Reprogramación celular

2. Planetas extrasolares o Exoplanetas

3. El libro gordo del gen cancerígeno

4. Nuevos superconductores a altas temperaturas

5. Atención: proteínas trabajando

6. Quemar agua

7. El vídeo embrionario

8. Grasas buenas, malas y de colores

9. La predicción de la masa del protón

10. Secuenciación de genoma en oferta: más rápida y más barata



Top Ten Time

1. El Gran Colisionador de Hadrones - Large Hadron Collider

Conocer Ciencia dedicó varios artículos: LHC 1 - LHC 2 - LHC 3

2. El polo Norte… de Marte

3. Genoma articial

4. China al Espacio

5. El caso de los gorilas en el Congo

6. Los explanetas (y sus primeras imágenes)

7. El poder de la invisibilidad en Berkeley

8. La reconstrucción del 80% del genoma del mamut

9. La alfabetización científica de la población en Estados Unidos ¿Hacia dónde va? Universidad de Michigan

10. La primera familia (Descubrimiento comentado ya en La revolución naturalista en El mito de la familia



Fuentes:

Luna Antágonica de Andrea Naranjo

Diario El Mundo - Ciencia

ABC - España

Time Top 1O

Por la boca muere el pez

13 de marzo de 2008

Vida y Evolución (séptima parte)

Serie: Ciencias_Naturales Nº 17 (g)

Enzimas y síntesis de proteinas

¿Qué hacen las proteínas en una célula? En primer lugar, la mayor parte de las proteinas son enzimas, las enzimas son partículas que separan o unen a otras moléculas. Estas proteinas son muy importantes, ya que casi todas las reacciones químicas de los seres vivos entrañan la participàción de alguna enzima.

Podemos decir que un organismo está hecho por sus enzimas.



Saludos:

Leonardo Sánchez Coello
Profesor de educación Primaria
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