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17 de octubre de 2012

Tras vencer a las tabacaleras ahora apuntan a la industria de alimentos

 Estas son las principales demandas...

Frutas

Don Barrett está demandando a mercados que comprenden los siguientes productos:
  • Jugos de frutas.
  • Papas fritas.
  • Refrescos.
  • Chocolates.
  • Tomates enlatados.
  • Frutas enlatadas.
  • Comida para bebés.
  • Té.

papitas

Los abogados que demandaron a las grandes tabacaleras de Estados Unidos y ganaron, ahora están enfocados en la industria de alimentos. La editora del programa Newsnight de la BBC, Susan Watts, entrevista a uno de ellos para preguntarle por qué escogieron esta pelea en particular.

A Don Barrett le gustan los contrincantes poderosos y ricos. Se trata del abogado que batalló durante una década para lograr que las grandes empresas tabacaleras admitieran que sabían que los cigarrillos eran adictivos y que, como consecuencia, debían pagar los gastos médicos de las víctimas, un caso que a la postre fue llevado al cine con la película "The Insider" (El informante). 
 
Él y sus colegas eventualmente lograron un acuerdo que le costó a la industria de los cigarrillos la astronómica suma de más de US$200.000 millones. La demanda hizo que Barrett se convirtiera en un hombre muy rico. Sin embargo, asegura que no es por la búsqueda de dinero que ahora está apuntando su artillería a la comida rápida.
"Tengo 68 años. Francamente, no necesito el dinero, el ejercicio del derecho ha sido bueno conmigo", explica. "Este es mi trabajo, pero en este caso tenemos la oportunidad de ayudar realmente a las personas. 
No estamos diciendo que la industria de la alimentación sea igual a la del tabaco, que mata a 500.000 estadounidenses al año, pero sí hay una epidemia de obesidad que está afectando la salud de los habitantes de este país".

Barrett forma parte del grupo de abogados que ha presentado demandas contra los representantes más importantes de la industria alimenticia en EE.UU.

Estas no son las primeras demandas que atacan a las compañías que procesan alimentos. Durante casi una década, abogados estadounidenses han realizado diversas solicitudes para persuadir a las cadenas de comida rápida a producir alimentos más sanos y nutritivos. Sin embargo, estas demandas recientes están siendo vistas como las más agresivas a pesar de su simplicidad.

Don Barrett

Don Barrett insiste que más allá de ganar mucho dinero -como en el juicio a las tabacaleras- su motivación es "ayudar a la gente".

El caso de Barrett contra los grandes procesadores de alimentos, conocidos en inglés como los "Big Food" es que las compañías están tergiversando la presentación de sus productos, promocionándolos como "naturales" o "saludables", cuando de hecho -asegura- no son tal cosa.

Su misión es hacer que se ajusten a las leyes vigentes. Según él, los reguladores han sido demasiado débiles para hacerlas cumplir. Afirma que la Administración Federal de Alimentos y Drogas (FDA, por su sigla en inglés), que supervisa la seguridad alimentaria en EE.UU., ha estado simplemente escribiendo cartas de advertencia, lo que, él piensa, no es suficiente.

Orgullo sureño

Tomando el sitial de honor en la pared de la oficina de Barrett en Lexington, Misisipi, hay una réplica de la bandera que llevó el décimo primer regimiento de infantería de Misisipi en los tiempos de la Guerra Civil. Barrett dice que, como la mayoría de los sureños, él tiene una debilidad por sus antepasados, que "lucharon tan valientemente contra abrumadores números y recursos, para defender lo que creían era correcto".
Por lo que él está luchando, dice, es por la libertad de las personas para tomar una decisión.

"Nadie está tratando de decirle al pueblo estadounidense lo que tiene que comer o lo que puede comer, los estadounidenses pueden tomar esas decisiones por sí mismos. Todo es cuestión de libre elección. Para tener la libre elección tienes que tener la información exacta. Eso significa que Big Food, las empresas de alimentos, tienen que empezar por decir la verdad sobre lo que hay en su producto. La ley así lo requiere".

Mujer obesa

Dos tercios de los estadounidenses mayores de 20 años son obesos o tienen sobrepeso.

Ve similitudes con las demandas que presentaron a las tabacaleras. "Un paralelo es que los estadounidenses asumen que si un producto está a la venta legalmente, entonces estas personas están diciendo la verdad acerca de este producto. Si es de venta legal, tiene que estar bien, de otro modo el gobierno tendría que haber hecho algo al respecto. Y eso es lo que pensaban acerca de los cigarrillos".

Una de las cosas que lo molesta son los estratosféricos niveles de obesidad entre los jóvenes estadounidenses. A pesar de que la tendencia al alza se está desacelerando, alrededor de dos tercios de los estadounidenses mayores de 20 años son obesos o tienen sobrepeso, de acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por su sigla en inglés).

Azúcares ocultos en los alimentos procesados, dice, son parte del problema, y las etiquetas erróneas son clave. Cita un ejemplo: el yogurt de la empresa de alimentos Chobani Inc, que contiene "jugo de caña evaporado" como ingrediente.

"Si usted es la madre de un niño diabético o la madre de un niño que es obeso, las etiquetas importan. Usted busca azúcar en las etiquetas, y no hay nada allí. Lo que tienen es "jugo de caña evaporado". Eso suena algo vago, y de alguna manera sano y natural.

"Jugo de caña evaporado si usted vive en el sur de Luisiana o en Cuba se entiende lo que es, eso es azúcar... Las leyes han estado allí por siempre. Y son muy claras. No se puede llamar a un producto por un eufemismo".

La compañía dijo a Newsnight: "En Chobani hemos construido nuestro negocio siendo auténticos y transparentes y apoyamos completamente a nuestros productos y siempre estamos escuchando a nuestros clientes para mejorarlos".

Barrett cita otro ejemplo, los alimentos cuyas etiquetas indican que se deberían mantener refrigerados una vez abiertos, dando así la impresión de que no contienen preservativos y que son más frescos de lo que realmente son.

yogurt

El yogurt Chobani tiene una etiqueta que dice que contiene "jugo de caña evaporada", o sea, azúcar.

Si Barrett tiene éxito en sus casos, la industria podría enfrentar costos sustanciales.

Afirma que si los tribunales consideran que los alimentos mal etiquetados son de venta ilegal, estos productos se convierten en ilegales y no tienen ningún valor. Si un producto se vende sin representar su valor, el monto por el cual fue vendido es la medida de los daños, dice.

Sus demandas son acciones colectivas, donde la acción legal viene definida por cada persona que compró uno de los productos mal etiquetados en los últimos cuatro años.

"Si cuesta un dólar y 25 centavos, entonces el cliente tiene derecho a que le devuelvan su dólar y 25 centavos", explica. "Y hay un estatuto de cuatro años de prescripción, por lo que los daños en cada uno de estos casos se define por cuánto han vendido esta basura con errores de marca durante los últimos cuatro años".

Barrett señala que alrededor del 25% de los productos están mal etiquetados en EE.UU. Por tanto, la magnitud de los daños en estos casos fácilmente podría igualar los miles de millones de indemnizaciones que tuvieron que pagar las grandes tabacaleras.

"Podrían ser, y serán, miles de millones de dólares en algunos casos", dice. "Una de las empresas de papas fritas que estamos demandando vende US$13.000 en productos al año".

Casos previos se han centrado en los reclamos por falsa publicidad en lugar de etiquetado incorrecto, lo que requirió a los demandantes a contratar expertos para demostrar que las etiquetas eran "engañosas" para un consumidor corriente y que tal engaño causó daños reales.

Estos casos han sido costosos y engorrosos. Muchos de estos han tendido a resolverse por indemnizaciones que terminaron en cantidades pequeñas.

Las demandas por lesiones personales son aún más difíciles de probar, de acuerdo con Barrett.

Vincular el cigarrillo con una enfermedad específica ha resultado bastante difícil. Sólo una vez las empresas tabacaleras trabajaron para llegar a acuerdos en casos presentados por algunos estados del país para recuperar costos médicos.

Golpear al bolsillo

Vincular cualquier asunto alimenticio a una condición médica posterior, tal como la diabetes, sería significativamente más difícil.

Entonces, ¿cuál es la probabilidad de que esta ola actual de demandas pueda tener éxito?

Barrett dice que en el pasado los abogados han pasado por alto las cruciales regulaciones de la FDA para las etiquetas: "Las falsas etiquetas en sí mismas son la única prueba que necesitamos y probar los daños es simple: se trata de las ventas del producto ilegal dentro del período de tiempo del estatuto de limitaciones: cuatro años".

Y como aquellos casos que pasan a la etapa de descubrimiento, éstos podrían evolucionar -al igual que ocurrió en las demandas de tabaco cuando los documentos calientes comenzaron a aparecer- quizás mostrando que las compañías de alimentos sabían más que el público general acerca el impacto de sus productos y de la publicidad en la salud de la gente.

Además, están comenzando a aparecer conexiones científicamente comprobadas que vinculan a los alimentos con la adicción, y que sugiere que ingerir alimentos altamente agradables al paladar, que contienen azúcar, grasa y sal, en realidad podrían cambiar nuestros cerebros -de forma que necesitamos más y más de estos alimentos para sentirnos satisfechos.

Si estos estudios científicos llegan a ser sólidos, entonces el paralelismo con los casos del tabaco podría también fortalecerse.

Por el momento Barrett dice que su enfoque es suficiente para cambiar las prácticas de la industria: "Hay una cosa que el mundo corporativo del país le presta atención, y es un fuerte golpe en el bolsillo. Todo es cuestión de ganancia. Y sólo cuando afectes sus ganancias es que afectarás su comportamiento. Y tenemos la intención de hacer eso".

Fuente:

BBC Ciencia

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24 de septiembre de 2012

Un buen desayuno con huevos y yogur ayuda a controlar el apetito

desayunar-proteinasDesayunar huevos, yogur y otros alimentos ricos en proteínas aumenta la sensación saciedad y ayuda a controlar el apetito a lo largo de todo el día, así como a “picar” menos antes de la siguiente comida, según se desprende de un reciente estudio de la Universidad de Missouri (EE UU). Para llegar a esta conclusión, los investigadores usaron imágenes obtenidas a través de resonancia magnética funcional con el fin de estudiar qué áreas del cerebro se activaban cada mañana en un grupo de adolescentes en función del contenido del desayuno. 

De este modo comprobaron que frente a los que tomaron cereales y leche para desayunar, los sujetos que consumían proteínas en forma de yogures y huevos al comenzar el día mostraban una mayor actividad en las áreas del cerebro que controlan la motivación por la comida y la recompensa, a la vez que se reducía su apetito.

“Un desayuno rico en proteínas puede mejorar el control del apetito y prevenir la obesidad en jóvenes”, apuntaban los autores en la revista Obesity.


Y además…
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22 de septiembre de 2012

Helicobacter pylori, la bacteria del apetito

El pasado mes de julio, Jorge Laborda nos descubría en su programa de radio Quilo de ciencia nos comentaba la curiosa relación que existe entre el apetito y la bacteria Helicobacter pylori. Este microrganismo nos resultará conocido, dado que es causante de las conocidas como úlceras pépticas.

Curiosamente, y tal como nos cuenta de forma muy amena el Dr. Laborda en su programa, existe una relación directa entre Helicobacter pylori y las hormonas encargadas de regular nuestro apetito, especialmente, de dos de ellas, la ghrelina y la liptina.

La ghrelina, de la que reicentemente se ha descubierto su relación con el desarrollo de la obesidad, se secreta cuando nuestro estómago está vacío, estimulando a ciertas neuronas del hipotálamo, produciéndonos la sensación de hambre. Por su parte, la leptina se secreta cuando nuestro estómago está lleno, siendo la responsable de desencadenar el proceso que nos producirá la sensación de saciedad.

Pero, ¿dónde entra aquí la Helicobacter pylori? Pues bien, tras realizar un tratamiento con antibióticos con el fin de erradicar esta «molesta» bacteria para evitar el desarrollo de úlceras, se encontró que los pacientes tratados vieron como aumentaba su peso, y, en los análisis de sangre posteriores a dicho tratamiento, se observó que los niveles de ghrelina eran seis veces superiores a los niveles mostrados antes del tratamiento. 

Por otra parte, los niveles de leptina habían aumentado pero en una proporción mucho menor. A raíz de estos resultados se observó que H. pylori juega un papel fundamental en el buen funcionamiento del mecanismo que nos produce la sensación de hambre, así como en el que nos dice que ya estamos saciados. Tal y como quedó demostrado, la presencia de H. pylori afecta directamente al correcto funcionamiento de la regulación del «hambre» en nuestro organismo.

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La presencia de Helicobacter pylori en el estómago ayuda a regular la segregación de ghrelina, hormona responsable de inducir en el hipotálamo el proceso por el cual se nos abre el apetito (Ilustración: Sara Campos Miranda).

Una vez más, vemos un claro ejemplo del papel que juegan las bacterias en nuestra vida cotidiana, y cómo su complejidad va más allá de ser responsables de determinadas patologías, incluso, como en este caso, siendo necesaria su presencia a pesar de que en determinados momentos pueda resultarnos muy molesta.

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2 de agosto de 2012

Chile: demandan a locales de comida rápida por incluir juguetes en alimentos

Un senador chileno aseguró que cadenas como McDonald’s, Burger King y KFC faltaron a la ley con estas promociones.

Cajita feliz
 
(Foto referencial: Percy Ramírez / El Comercio)

 McDonald’s, Burger King, Kentucky Fried Chicken y otras cadenas de comida rápida fueron demandadas el miércoles por violar la nueva ley del país que prohíbe incluir juguetes en los alimentos infantiles.

“Las empresas saben que estos alimentos dañan la salud de los niños y saben que está vigente esta ley”, que entró en vigor el 7 de junio, dijo el promotor de la ley y de la demanda, el senador Guido Girardi.

Girardi también demandó a fabricantes de cereal, caramelos, helados y otros productos que incluyen juguetes, lápices de cera o pegatinas con una compra, como una forma de atraer a los niños, así como los mercados donde se venden estos alimentos.

“No se puede vender comida a niños con ‘gancho’ -adhesivos, juegos, colores- porque consideramos que son trampas para los niños”, dijo Girardi. “Esto ya entró en vigencia y tienen que respetar la ley, y ni McDonald’s ni Kentucky Fried Chicken, ni Nestlé, ni Kellogs, ni ninguna de estas empresas están respetando esto, así que yo presenté una denuncia en contra de estas empresas”.

Más niños son obesos
 
El senador dijo que casi una cuarta parte de los niños de seis años del país son obesos. Si el Ministerio de Salud ratifica las acusaciones, las empresas podrían ser obligadas a retirar los productos o enfrentar multas nominales.

En un McDonald’s del centro de Santiago, una niña de 4 años, y su padre Ricardo Moraga, de 47, jugaban con juguetes de la última película de La Era de Hielo incluidas en una Cajita Feliz.

“Me encanta McDonald’s porque me gustan los juguetes de la Cajita Feliz”, dijo la menor. Su padre aseguró que van una vez cada dos semanas pero que no regresarían si su hija tuviera sobrepeso.

El Centro por la Ciencia en el Interés del Público, una organización con sede en Washington, demandó en 2010 a McDonald’s por utilizar juguetes para promocionar sus alimentos infantiles, pero la queja fue rechazada en abril.

El año pasado, San Francisco prohibió a los restaurantes dar juguetes junto con alimentos altos en grasa, sal y azúcar, pero McDonald’s sigue ofreciéndolos a cambio de una pequeña cuota.

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11 de julio de 2012

¿Si dejas de fumar empezarás a ganar peso?




fumar-mujeresLas personas que dejan de fumar ganan entre cuatro y cinco kilos después de 12 meses sin encender ni un cigarrillo. Así lo indica un estudio que publica la revista British Medical Journal, que muestra como los exfumadores aumentan de peso sobre todo durante los primeros tres meses de dejar el hábito.


La investigación europea, basada en 62 estudios clínicos, ha analizado los cambios en el peso de los pacientes que dejaron de fumar después del primer año, con y sin tratamiento. Los pacientes que no siguieron ninguna terapia aumentaron 1,1 kg el primer mes, mientras que su peso subió a 2,3 kg el segundo mes, 2,9 kg el tercero, 4,2 kg al medio año, y 4,7 kg a los 12 meses. En relación con las personas que dejaron el hábito con ayuda de un tratamiento, los resultados son muy similares.


No obstante, como aclara a la agencia SINC Esteve Fernández, director de la Unidad de Control del Tabaquismo (UCT) del Instituto de Oncología de Cataluña (ICO) y coautor de un editorial sobre el hallazgo, los beneficios de dejar de fumar superan notablemente los posibles riesgos de ganar peso.


Sin embargo, hay excepciones en los resultados del estudio. Mientras que el 13% gana más de 10 kg después del año, un 16% de los exfumadores pierde peso. Los investigadores concluyen que son necesarios más análisis para identificar qué personas corren más riesgo de aumentar peso y prevenirlo, ya que el trabajo señala que ganar peso es algo que inquieta a las personas que intentan abandonar el hábito tabáquico, sobre todo a las mujeres. Según los resultados, las fumadoras solo están dispuestas a engordar, como máximo, 2,3 kg si dejan de fumar.

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10 de julio de 2012

Cuidado: La crisis te puede hace engordar






obesidadLa crisis ha supuesto un cambio en los hábitos de vida de las personas, y las consecuencias también se observan en la báscula. Según un informe realizado por el Instituto Sondea para la empresa Herbalife, un 25 por ciento de los españoles afirma haber aumentado de peso desde el comienzo de la crisis.


Los ciudadanos españoles se han apretado el cinturón en los últimos años, y esto ha supuesto disminuir las salidas a bares y restaurantes, consumir alimentos más baratos y, en muchas ocasiones, reducir la actividad deportiva. Por ejemplo, más de un 60 por ciento de los encuestados indica que no podrá pagarse un gimnasio a no ser que mejore su situación económica.


Cerca de un cuarto de los encuestados dice haber aumentado de peso desde que comenzó la crisis, y un 30 por ciento de los mismos podría haber engordado más de 7 kilos, según la encuesta. Los expertos recomiendan seguir una dieta sana, algo fácil de hacer sin necesidad de gastar más dinero. "Es el momento de realizar un consumo racional de alimentos y una compra más inteligente. Llenar la cesta de la compra con fruta y verdura, más barata en España en comparación con otros sitios, acudir a los productos de temporada, compra de carnes y pescados frescos", ha explicado Julián Álvarez, miembro del Consejo Asesor de Nutrición de Herbalife.

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2 de julio de 2012

6 cosas que dependen de la dopamina



riesgoDescubierta hace apenas medio siglo por los químicos suecos Arvid Carlsson y Nils-Åke Hillarp, la dopamina no sólo ha resultado ser el neurotransmisor responsable de las sensaciones placenteras. También está involucrada en la coordinación de los movimientos musculares, en la toma de decisiones y en la regulación del aprendizaje y la memoria. Sin ella no sentiríamos curiosidad ni motivación.

Personalidad. ¿Te consideras tímido? ¿Extrovertido? ¿Inseguro? ¿Valiente? De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Clínica Universitaria Charité de Berlín y publicado en Nature Neuroscience en 2008, la cantidad de dopamina que contiene la amígdala cerebral de una persona podría definir si es tranquila y confiada en sí misma (baja concentración) o si es miedosa y con tendencia a sufrir estrés (alta concentración).

Sobrepeso. No a todos nos produce el mismo placer saborear un pastel de chocolate. Las personas obesas tienen menos receptores de dopamina en su cerebro y, por lo tanto, necesitan comer más cantidad para compensar ese déficit y sentir la misma satisfacción que el común de los mortales, según se desprende de un estudio publicado hace poco en la revista Science.

Pasión por el riesgo. Que en la adolescencia se corren más riesgos que en otras etapas de la vida es un hecho. Lo que no sabíamos hasta hace poco era que este comportamiento se puede atribuir a un aumento de la cantidad de dopamina en ciertas zonas del cerebro de los adolescentes que les hace equivocarse en sus expectativas y predecir resultados excesivamente “positivos” de sus acciones.

Cuestión de estatus. Usando técnicas de neuroimagen, los científicos han demostrado que cuanto más alto es el estatus social de una persona mayor es el número de receptores D2 de dopamina que hay en su cerebro y, por lo tanto, más motivada y satisfecha se siente.

Creatividad. Según un artículo publicado recientemente en PLoS ONE, las personas muy creativas tienen menos densidad de receptores D2 de dopamina en el tálamo, una zona del cerebro encargada de filtrar los estímulos que llegan a la corteza cerebral. Esto impide que se filtren algunas señales y aumenta el flujo de información hacia el cerebro, lo que permitiría establecer conexiones entre conceptos que a otros se les escapan.

Memoria. La dopamina también controla la duración de la memoria, es decir, si una información se conserva durante sólo 10 o 12 horas en el cerebro y desaparece, o si perdura por más tiempo. “Si creemos que lo que aprendemos es importante, la dopamina activa al hipocampo para que se archive”, explica Jorge Medina, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y coautor del descubrimiento. “Si por el contrario lo que aprendemos no nos satisface, el recuerdo se diluye”.


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26 de junio de 2012

Los niños blogueros que luchan por una alimentación saludable

Marshall Reid

Marshall dice que ahora piensa con más claridad y que saca mejores notas en la escuela.

Marshall Reid regresó de la escuela a su casa en Carolina del Norte, Estados Unidos, con una decisión tomada.

"Me acerqué a mi mamá y le dije: '¿Sabes qué? Estoy harto'".
 
"Siempre tuve sobrepeso y en la escuela me molestaban constantemente", le dijo este niño de 12 años a la BBC.
Marshall decidió empezar a comer porciones más acordes a su tamaño y, con la ayuda de su madre, creó un videoblog para compartir sus experiencias.

"Nos sentamos a pensar y se nos ocurrieron seis objetivos que podían ayudarme a alcanzar la meta principal: mantenerme sano", cuenta Marshall.

"Eran ideas simples, como comer comida de verdad, hacer ejercicio, o ayudar en la cocina", explica este joven que ya ha bajado dos tallas de pantalón desde que puso en marcha su iniciativa.

Eso fue un hito para la familia Reid.

"Éste es el clásico ejemplo en el que los padres fallan. Y si mi hijo no se me hubiese acercado a hablar, hubiésemos continuado con un estilo de vida muy poco saludable y triste", dice Alex Reid, madre de Marshall.

"Creo que los niños necesitan hacerle frente a sus padres, a los vecinos, a la iglesia, a los clubes, en fin, a todo el mundo, y decirles que tienen derecho a sentirse mejor", agrega.
Marshall dedica ahora parte de su tiempo a mostrarle a los demás niños cómo una alimentación más saludable puede hacer que uno sea más feliz.

Niños a cargo

Niños en clase

Aprender a cocinar o estudiar de dónde provienen los alimentos ayuda a los niños a tomar decisiones acertadas sobre la comida.

El de Marshall no es un caso aislado, él es uno de los muchos niños que se interesan por la salud y la nutrición, y comparten sus experiencias a través de la red.

Martha Payne, de 9 años edad, está llevando a cabo una campaña similar en Escocia. Gracias a su blog en el que publica fotos de la comida que le sirven en la escuela, la institución mejoró su menú.

Poco tiempo atrás se le prohibió continuar con su proyecto, pero el apoyo que recibió por internet forzó a las autoridades a dar marcha atrás en su decisión y Martha continúa con su bitácora.

¿Pero por qué ahora los niños parecen estar tan interesados en la comida?

"Creo que se están empezando a dar cuenta de que tienen una voz", dice la madre de Marshall.

"Quizá es eso, sumado a la conciencia que han generado programas como 'Revolución en la comida', del chef británico Jamie Oliver, o como la iniciativa de Michelle Obama 'Movámosnos'", agrega.

Los beneficios de las clases

Niña comiendo

Las comidas que sirven en las escuelas han sido tema de varios programas de televisión.

El entusiasmo de estos niños corre a la par del de los adultos que hacen campaña por mejorar la alimentación en las instituciones educativas.

La organización británica sin fines de lucro "School Food Matters" (la comida de las escuelas es importante), trabaja para mejorar los servicios de alimentación en las escuelas de Richmond y Kingston, en el oeste de Londres.

Entre las actividades que llevan a cabo hay clases en las que enseñan a cocinar y otras que explican de dónde vienen los alimentos.

Un estudio realizado en Estados Unidos sobre los programas de educación alimentaria implementados en las escuelas concluyó que los niños que acuden a colegios que incluyen clases de cocina y demás asignaturas vinculadas a la producción de alimentos, tienen más herramientas para elegir una dieta más sana, una actitud más saludable respecto a la comida y mejores hábitos alimenticios en general.

Un Marshall diferente

Marshall Reid pone su granito de arena para mantener la atención del público sobre el tema.

Actualmente se encuentra de gira por 30 ciudades estadounidenses hablando sobre nutrición.

Pero quizá lo más importante de su campaña sea el efecto que los cambios en su dieta han tenido sobre su propia vida.

"Puedo pensar mejor, con más claridad, saco mejores notas en la escuela, soy más rápido y puedo correr distancias más largas".

Fuente:

BBC Ciencia


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22 de junio de 2012

Comer lento y cuatro veces al día ayuda a mantenerse delgado

Los adolescentes que siguen ciertos hábitos alimenticios, como comer lentamente y consumir cuatro comidas o más al día, tienen menores niveles de grasa corporal, independientemente del ejercicio que hagan, revela un estudio en España.

Obesidad

Los adolescentes más delgados consumían más de cuatro alimentos al día y más lentamente.

Los investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de la Nutrición (ICTAN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, estudiaron a cerca de 2.000 adolescentes de entre 13 y 18 años en cinco ciudades españolas.
 
El objetivo, dice el estudio publicado en Journal of Adolescent Health (Revista de Salud Adolescente), era investigar qué factores específicos del estilo de vida y la nutrición tienen una influencia en la prevención de la obesidad.
"Son muchos los factores de la dieta que influyen en la prevalencia de obesidad: composición, la cantidad de energía y macronutrientes, el tipo de alimentos, momento en el que se consumen etc." explica a BBC Mundo la doctora Sonia Gómez, quien dirigió el estudio en el ICTAN.

"El objetivo de nuestro trabajo era encontrar patrones de hábitos de alimentación y actividad física relacionados con la obesidad y que pudieran ser utilizados como medida preventiva de este problema que nos genera y generará problemas a corto y medio plazo" agrega.

Para el estudio los investigadores analizaron los registros de jóvenes que estaban participando en el estudio Alimentación y Valoración del Estado Nutricional en Adolescentes (AVENA), un sondeo nacional sobre salud y nutrición de adolescentes españoles.

Los investigadores compararon los hábitos dietéticos de los participantes: las comidas que hacían, el tiempo que pasaban en cada una de ellas, el número de comidas, consumo de bebidas gaseosas y alimentos de comida rápida.

También registraron sus niveles de grasa corporal tomando medidas de los pliegues cutáneos en seis partes del cuerpo y su circunferencia de cintura.

Y se preguntó a los participantes cuánto ejercicio y actividad física llevaban a cabo en su tiempo libre.

Comer más y más lento

Los resultados, como explica la doctora Gómez mostraron que los pliegues cutáneos y la circunferencia de cintura eran menores entre los adolescentes que consumían más de cuatro comidas.

Estos incluían: un refrigerio a media mañana, un refrigerio a medio día y cuatro comidas cada día.
Y según el estudio, los delgados también pasaban más tiempo del normal en cada comida.

"Nuestros resultados muestran que el consumo de un refrigerio a media mañana, un refrigerio a medio día, consumir más de cuatro comidas al día y pasar un tiempo adecuado en estas comidas son hábitos dietéticos importantes asociados con un nivel más bajo de grasa corporal en adolescentes españoles" dice la doctora Gómez.

El estudio mostró además que los adolescentes que consumían desayuno regularmente eran más delgados que los que se saltaban este alimento. Y los beneficios se observaron principalmente entre los varones que no llevaban a cabo ninguna actividad física en el día.

Tal como explica la doctora Gómez, los estudios en España muestran que 25% de los adolescentes -uno de cada tres niños y una de cada cuatro niñas- son obesos o tienen sobrepeso, y este período de desarrollo "es decisivo en la vida".

"La obesidad es una enfermedad crónica asociada al desarrollo prematuro de enfermedad cardiovascular, diabetes y cáncer" dicen los investigadores.

"Es necesario poner especial atención a la obesidad durante la niñez y adolescencia porque muchos estudios han revelado que los niños obesos tienen más probabilidades de convertirse en adultos obesos" agregan.

Dieta especial

El crecimiento que experimentan los jóvenes durante la pubertad -desarrollan casi 20% de altura y 50% de masa muscular y ósea- determina sus necesidades nutricionales.

Según la doctora Gómez, "durante la adolescencia se requiere una enorme cantidad de energía y nutrientes y se debe diseñar una dieta para satisfacer esas necesidades, especialmente con tres importantes minerales: calcio, hierro y zinc".

La recomendación para los adolescentes, agrega la investigadora, es que incluyan en sus alimentos tres o cuatro vasos de leche o yogur para obtener calcio, vitamina D y riboflavina; cinco o más porciones de frutas y vegetales; dos porciones de alimentos proteínicos magros; de seis a doce porciones de cereal, pasta, arroz y papas y consumir con moderación alimentos ricos en grasas y azúcar.

"Como conclusión podemos decir que determinados hábitos como comer menos de 4 veces al día o muy deprisa están asociados con mayor cantidad de grasa corporal en nuestros adolescentes" afirma la investigadora.

Fuente:

BBC Ciencia


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18 de junio de 2012

¿Qué desató la epidemia de obesidad en el mundo?

En las últimas tres décadas las tasas de obesidad global se han duplicado y ahora viven en el mundo más de 500 millones de personas obesas.

Joven comiendo pastel

Algunos científicos creen que hay algo en la fructosa que está causando adicción.

Este exceso en el peso corporal está causando tres millones de muertes cada año, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.

Pero ¿qué fue lo que causó está epidemia?

Algunos culpan a nuestro estilo de vida, que nos ha vuelto cada vez más sedentarios, pasando horas sentados frente al computador o la televisión.

Pero otros expertos creen que los responsables son los alimentos que comemos. Y más específicamente, dicen, las enormes cantidades de azúcar que consumimos.

"Genéticamente, los seres humanos no hemos cambiado, pero nuestro ambiente y nuestro acceso a la comida sí han cambiado", explica a la BBC el profesor Jimmy Bell, especialista en obesidad del Imperial College de Londres.

"Todos los días estamos siendo bombardeados por la industria alimentaria para que consumamos más comida".

"Es una guerra entre nuestro cuerpo y las demandas de nuestro organismo con el acceso a la comida que se tiene en una sociedad moderna. Y como científico me siento realmente deprimido, porque estamos perdiendo la batalla contra la obesidad" agrega.

Uno de los más grandes cambios en nuestra dieta se remonta a los años 70, cuando la industria agrícola de Estados Unidos se embarcó en la producción masiva del maíz y del jarabe de maíz de alta fructosa, comúnmente utilizado hoy en todo el mundo como edulcorante en alimentos procesados.

Esto provocó un incremento masivo en las cantidades de alimentos baratos abastecidos a los supermercados estadounidenses: desde cereal hasta galletas de bajo precio.

Como resultado, las hamburguesas se hicieron más grandes y las papas fritas se hicieron más grasosas.

Esto, según la nutricionista Marion Nestle, preparó el terreno para la epidemia de obesidad.

"El número de calorías producidas en Estados Unidos, y disponibles a los consumidores estadounidenses, se incrementó de 3.200 por persona en los años 70 a 3.900, casi el doble de lo que un individuo necesita".

"Este incremento es enorme y pienso que es la causa de muchos problemas", señala.

¿Adictivo?

El jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) es un subproducto de desecho del maíz, increíblemente azucarado e increíblemente barato.

Al principio se le utilizaba en casi todos los alimentos: pizza, ensaladas, carne, pasteles y pan.

Para mediados de los años 80 el JMAF ya había reemplazado al azúcar en las bebidas gaseosas, lo cual tenía sentido para la industria, ya que era un 35% más barato.

Pero según algunos científicos, además de más dulce, también es más adictivo que el azúcar.


En un principio, el jarabe de maíz de alta fructosa se utilizaba en pizzas, ensaladas, pasteles y toda clase de comidas.

Y esto, dicen, ha provocado que en las últimas dos décadas el consumo promedio de estas bebidas se duplique.

La industria, por su parte, afirma que este incremento no ha causado la epidemia de obesidad, sino el hecho de que la gente consume demasiadas calorías.

"Ciertamente nuestras bebidas gaseosas regulares son una fuente de calorías, pero si tú consumes muchas calorías y ves mucha televisión o no haces suficiente ejercicio, es claro que tendrás un problema", afirma Susan Neely de la Asociación Estadounidense de Bebidas Gaseosas.

Pero el doctor Jean-Marc Schwarz del Hospital General de San Francisco cree que lo peligroso es la enorme cantidad de fructosa que consumimos en todo el mundo.

"Ésta no tiene un efecto tóxico como el plomo o el mercurio, lo que es tóxico es la cantidad que se consume", dice.

La fructosa se convierte fácilmente en grasa en el cuerpo y los científicos han descubierto que también suprime la función de una hormona vital llamada leptina.

Se cree que esta hormona controla la regulación del hambre y apetito en el cerebro.

Cuando el hígado se ve inundado con azúcar, la leptina deja de funcionar y el organismo no sabe cuando está lleno.

"Esto provoca que tu cerebro piense que te estás muriendo de hambre aunque acabes de comer. Lo cual causa un círculo vicioso de consumo, enfermedad y adicción", dice a la BBC el doctor Robert Lustig, profesor de endocrinología de la Universidad de California, en San Francisco.

"Y esto explica lo que ha ocurrido en todo el mundo" agrega.

Grasa por azúcar

Pero hace dos décadas surgió un fuerte debate entre los expertos sobre lo que estaba causando el incremento de enfermedades cardiovasculares, que en gran parte eran provocadas por el aumento en el peso corporal.

Se dijo que el responsable quizás no era el azúcar sino las grasas.

Esto condujo a un nuevo término en nuestros hábitos de consumo: los alimentos "bajos en grasas".

Estos productos no sólo prometieron enormes ganancias para la industria, sino también acabar con el potencial desastre de salud de las enfermedades del corazón.

De la noche a la mañana, todo el mundo comenzó a comprar yogur, margarinas, postres y galletas "bajos en grasas".

Pero gran parte de la grasa que se retiró a estos productos fue reemplazada con azúcar.

Para cuando los científicos se dieron cuenta de que quizás no era buena idea reemplazar grasa por azúcar, ya era demasiado tarde: el mundo estaba enfrentando una crisis de obesidad.

Hoy, cada vez más expertos están comenzando a pensar que hay algo específico en la fructosa que está acelerando la obesidad.
"Si la grasa fuera la causa, esto no sería tan malo", dice el doctor Lustig.

"Pero si la causa es el azúcar, esto sí es algo desastroso. Y creo que con lo ocurrido en los pasados 30 años hemos respondido ya a esa pregunta", agrega el científico.

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8 de mayo de 2012

Compararán valor nutricional de gastronomía peruana y comida "chatarra"

El Instituto Nacional de Salud hará una evaluación del valor nutricional de 20 platos de la gastronomía peruana, de la costa, sierra y selva, y los comparará con las hamburguesas, habitual comida rápida consumida por gran cantidad de peruanos.
ANDINA/Héctor Vinces
ANDINA/Héctor Vinces


También se mostrarán jugos naturales de las tres regiones y se realizará la comparación nutricional con las bebidas gaseosas, con alto contenido de azúcar. 

La jornada se realizará a partir de las 07.00 horas en la sede del INS, ubicada en Jesús María.

Con esta demostración, el Ministerio de Salud renovará el debate sobre la comida chatarra y sobre la necesidad de regular la comercialización y publicidad para niños. 

Ese tema será tratado en la conferencia internacional de nutrición y obesidad, la cual tendrá lugar el miércoles 9 de mayo, en el centro de convenciones del Colegio Médico del Perú.
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14 de marzo de 2012

La dieta alta en grasas afecta la calidad del semen


Grasas saturadas

Los hombres que comen grasas saturadas tienen una menor calidad de esperma.

La dieta, particularmente una rica en grasas saturadas, puede tener un impacto en la calidad del esperma.

Una nueva investigación llevada a cabo en Estados Unidos encontró que los sujetos que comían regularmente dietas de comida chatarra o altos niveles de grasas saturadas, tenían una menor concentración y conteo espermáticos.

Estudios pasados han mostrado un vínculo entre la mejor calidad de esperma y el consumo de ácidos grasos omega 3, que se encuentra en el pescado y los aceites vegetales.

Y aunque la nueva investigación, publicada en Human Reproduction, fue llevada a cabo con un grupo pequeño de hombres, la misma confirma el impacto de la dieta en la fertilidad de un individuo.

En el estudio, dirigido por la profesora Jill Attaman de la Escuela Médica de la Universidad de Harvard, en Boston, 99 hombres respondieron a cuestionarios sobre su dieta y sometieron muestras de esperma para análisis durante cuatro años.

Los resultados mostraron que los sujetos que comían los niveles más altos de grasas saturadas tenían un conteo espermático 43% menor y una concentración espermática (el volumen de semen por número de espermatozoides) 28% más baja que quienes consumían la menor cantidad de grasas.

Por otra parte, los hombres que consumían la mayor cantidad de ácidos grasos omega 3 tenían esperma con una estructura

Lea el artículo cpompleto en:

BBC Ciencia

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8 de enero de 2012

¿Cómo eran las porciones de comida hace 20 años?

Para "Conocer Ciencia" hay dos factores a considerar con respecto al alarmante incrmento mundial de la obesidad en el mundo:

1. El libre mercado con su flexibilidad laboral y sobre horas de trabajo (con el pretexto de "alcanzar la excelencia" y "ser productivois") impone a la PEA (población económicamente activa) un ritmo de vida acelerado y agotador (tanto a nivel físico como mental), la comida rápida es un producto del capitalismo, es la aplicación de modelos de producción industriales a la comida.

Y, como su nombre lo indica, el fast food es una cómida fácil de adquirir y de consumir; lo ideal para un trabajador cansado que quiere comer algo rápido, económico y de fácil acceso; y hecharse a dormir para continuar trabajando al día siguiente. La publicidad y el marketing de las multinacionales que producen cmida chatarra juega también aquí un factor importante.

2. Las sociedas actuales viven inmersas en una revolución de las comunicaciones. Ello conlleva a la pérdida de muchos hábitos antiguos y a la adquisición de otros nuevos. Ya no se manda un fax o se escribe carta; y la comunicación se hace impersonal con los SMSs y las redes sociales. Además, Internet nos conecta al mundo pero nos desenchufa del contacto personal, y si a esto le sumamos las horas que pasan los niños (y los no tan niños) delante de las pantallas consumiendo cine, video o video juegos... pues estamos ante un grave problema: el sedentarismo.

Debería de ser políticas nacionales: a) la implementación de almuerzos y desayunos SALUDABLES (con huevo sancochado, frutas y pan integral) en todas las escuelas públicas y privadas, estas meriendas serán elaboradas y supervisadas por nutricionistas; b) la eliminación de kioskos en las escuelas, o, en todo caso, prohibir la venta de comida chatarra en estos puestos, estos puestos deberían vender choclo sancochado, maní tostado, chicha morada de maiz o pan con queso fresco, por ejemplo; c) rescatar nuestra comida tradicional y crear nuevos platos (al estilo novoandino, por ejemplo) pero cuidando de que sea comida orgánica y nutritiva, consideramos que el futuro de todas las gastronmías apuntan (o deberían apuntar) en dicha dirección; d) promover políticas nacionales de educación física a todos los segmentos de la población, así como apoyo a todas las clases de deportes en todos los sectores sociales; los deportistas serán sinónimos de vida sana y modelos para la sociedad. Impulsar la construcción de ciclovías y el uso de la bicicleta como medio de transporte. Construir polideportivos en todas las provincias, con profesionales competentes y que sean pagados por el Estado; además cada polideportivo contará con planes de largo plazo (planes para 10 y 20 años en adelante).

Ahora los dejamos con esta nota del diario El Comercio...

En las últimas décadas, las raciones personales de algunos alimentos, especialmente la comida chatarra, han aumentado su tamaño. Estas no solo aportan más calorías, también incrementan la obesidad.

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Si bien las generosas cantidades de comida chatarra son el principal factor de obesidad, el aumento de las porciones y calorías hacen que la alimentación sea cada vez menos saludable. El Portion Distortion Quiz, del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, nos muestra cómo solían ser las raciones de alimentos hace 20 años.

SUPERHAMBURGUESA
La hamburguesa con queso de hace 20 años solo tenía 333 calorías, pero hoy en día pueden llegar a tener 590. Si tomamos en cuenta la variedad de ingredientes y presentaciones que nos ofrece el mercado, definitivamente el valor calórico se eleva.

EXTRA PIZZA
Hace 10 años, dos pedazos de pizza de pepperoni tenían 500 calorías. Hoy estas porciones vienen en tamaño grande y contienen alrededor de 850 calorías. Comiendo estos pedazos de pizza dos veces al mes, estaría agregando a su organismo 350 calorías extra, es decir, dos kilos adicionales por año.

GRAN COMBO
Si acostumbra ir al cine, seguro no se puede resistir ante el delicioso olor del pop corn. Las confiterías nos ofrecen una variedad de tamaños que van desde los más pequeños hasta los supercombos. Hace 20 años, las cajas de pop corn solo tenían 270 calorías. Hoy, la caja de tamaño grande tiene unas 630.

Un combo no tendría ese nombre si no viene acompañado de una bebida. Las gaseosas parecen ser la pareja perfecta del pop corn, y también han cambiado su presentación. Con un aumento de capacitad y un bajo precio, se han convertido en las bebidas preferidas de muchas familias.

MÁS QUE UNA TACITA DE CAFÉ
Hace dos décadas las personas no tenían tantas opciones para escoger el tamaño de una taza de café, que normalmente equivale a 8 onzas. Sin embargo, hoy un café simple es cuatro veces más grande de lo que solía ser. No se sorprenda al enterarse que el equivalente calórico de un café Mocha con leche y jarabe es igual a una comida completa.

Fuente:

El Comercio (Perú)

OMS limita publicidad de comida chatarra para niños

La Organización Mundial de la Salud instó a empresas como McDonald’s y Coca-Cola a no promocionar productos que ocasionen obesidad.

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Ginebra (Reuters). El comité ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reunido esta semana (22 de enero de 2011), ha estado debatiendo sobre cómo implementar lo definido por los líderes de estado, y un paquete de nuevas recomendaciones para combatir el marketing de alimentos perjudiciales para los niños es parte de ese esfuerzo.

Los gobiernos deben trabajar con la industria para restringir la publicidad de alimentos con alto contenido de sal, azúcar y grasas peligrosas destinada a los niños, para combatir así la epidemia de obesidad y otras enfermedades, dijeron funcionarios sanitarios.

El pedido es parte de un intento por focalizarse en la lucha contra las enfermedades no contagiosas -como el cáncer, la diabetes, las cardiopatías y dolencias pulmonares-, que son una causa creciente de muerte prematura en los países pobres.

Las enfermedades no transmisibles -o no contagiosas- serán el foco de las políticas de salud este año, según se estableció tras un debate de líderes de estado en la Asamblea General de Naciones Unidas, llevada a cabo en Nueva York en septiembre del 2010.

El doctor Timothy Armstrong, que dirige los esfuerzos de la OMS en la promoción de una alimentación saludable y educación física, dijo que las enfermedades no transmisibles representan actualmente el 90 por ciento de las muertes prematuras en los países de bajos y medianos ingresos, donde la obesidad es un problema cada vez mayor.

EN CIFRAS
De los 42 millones de niños menores de 5 años que viven en todo el mundo con obesidad o sobrepeso, 35 millones habitan países pobres, indicó Armstrong en una conferencia de prensa.

El reconocimiento de que la promoción de comida chatarra y bebidas ricas en sal, azúcar y grasas saturadas y trans puede alentar el consumo infantil de esos productos, y de que la publicidad también puede promover una dieta saludable, llevó a la asamblea de la OMS en mayo del año pasado a instar a la agencia a delinear las recomendaciones.

Esos consejos apuntan a combatir tanto la frecuencia como el “poder” de la publicidad, por ejemplo el uso de dibujos animados para cautivar a los niños.

COMPROMISO DE LAS EMPRESAS
Funcionarios de la OMS consultaron a las compañías líderes del sector -Coca-Cola , Grupo Bimbo, General Mills, Kellogg, Kraft, McDonald’s, Mars, Nestle, Pepsico, Unilever – y a la Federación Mundial de Publicistas.

Las empresas acordaron delinear un código de conducta y se comprometieron a no promocionar productos poco saludables para los niños menores de 12 años, dijo Armstrong, quien señaló que en otros mercados las empresas no están adoptando las mismas políticas a la hora de no publicitar sus productos a los niños.

¿Por qué cuando tenemos un antojo elegimos comidas poco saludables?

La comida “chatarra” o los postres (con mucha grasa o azúcar) son preferidos antes que las frutas o las verduras.

Comida chatarra

Para muchas personas los antojos están ligados a una hamburguesa con papas, un pollo a la brasa, un milkshake o una torta de chocolate. Alimentos, todos ellos, carentes de un alto valor nutritivo y que, por el contrario, tienen la fama de poco saludables.

Se dice siempre que los antojos reflejan las necesidades de nuestro organismo, es decir, lo que nuestro cuerpo requiere. Algo que no es del todo cierto. Para explicar este fenómeno un grupo de expertos realizó un estudio en donde se da respuesta a esos “gustitos” que muchas veces no son la mejor elección.

Nutricionistas, psiquiatras y expertos en ciencias del comportamiento de la Universidad de Leed en Inglaterra se cuestionaban: si en verdad nuestro organismo es tan sabio, por qué sentimos la necesidad de comer algunos alimentos excedidos en grasa, colesterol o azúcar, que a la postre nos harán engordar o padecer de alguna enfermedad. En fin ¿Por qué cuando tenemos un antojo, lo último que elegimos son verduras, menestras y comidas saludables?

“Los especialistas atribuyen este fenómeno a factores psicológicos tales como tensión y la infelicidad y (a veces) a una necesidad genuina de ciertos alimentos”, señala la web del diario Daily Mail.

Andrew Hill, jefe de la unidad de investigación de esta universidad, señala que los antojos van más allá del hambre. “Cuando una persona tiene hambre come cualquier cosas, incluso alimentos que no son de su agrado”.

Por el contrario, “los antojos son una abrumadora sensación de deseo de un determinado producto”. Al parecer todo estaría en el cerebro.

LA COMIDA “CHATARRA”
La Dopamina es una hormona y un neurotransmisor implicado en el aprendizaje y la concentración. “Cuando vemos o aprendemos algo nuevo se libera del cerebro”, dice Hill. En segundo lugar están los opiáceos que nos dan la sensación de placer. “La combinación de estos dos factores hacen que comamos determinados productos y los volvamos a comer otra vez”.

“Desde el punto de vista evolutivo, los antojos de comida chatarra (grasas y azúcar) están ligados a la prehistoria cuando los opiáceos del cerebro y la dopamina reaccionó en beneficio de los alimentos altos en calorías como mecanismo de supervivencia”, señala el estudio.

“Estamos programados para disfrutar de grasas y sustancias azucaradas, y nuestros cerebros nos dicen que ellos las necesitan. Hoy en día, todavía tenemos las mismas reacciones a pesar de que existe una necesidad nutricional menor. Es decir lo hacemos por el simple hecho del sabor”.

EL ESTADO DE ÁNIMO Y EL CHOCOLATE
Otro factor en el deseo por los alimentos azucarados o grasos es el estrés. “El cuerpo produce una hormona llamada cortisol en respuesta al estrés,” explicó Leigh Gibson, especialista de comportamiento humano.

“Sus funciones principales son aumentar el azúcar en la sangre para ser utilizado como energía por las células del cuerpo, reforzar el sistema inmunológico y también bloquear la liberación del leptina e insulina, aumentando el hambre”, acotó

Ana Raymond, de la Asociación Dietética Británica, sostuvo que los antojos son una necesidad psicológica de alimentos altos en grasas y azúcar pero que deben, por supuesto, formar solamente una parte pequeña de nuestra alimentación diaria”.

“El 50% de los antojos están relacionados con el chocolate, dulces o galletas”, señala Hill.

Fuente:

El Comercio (Perú)

El 20% de escolares peruanos sufre de sobrepeso y el 3% de obesidad

Para "Conocer Ciencia", además del sedentarismo y la proliferación de comida chatarra, la obesidad es también un hábito por consumir alimentos nada saludables. Las grandes multinacionales lo saben y por elo invierten gran parte de su publicidad y penetración en los sectores de niños. Junto con los impuestos a la comida chatarra se debería de prohibiur su venta en todos los nidos, escuelas y colegios (públicos y privados) de todo el Perú.

Además, el 28,6% de alumnos entre 13 y 15 años pasa tres o más horas al día viendo televisión, jugando en la PC o conectado a Internet.

Hamburguesas

Atención, padres de familia. El 20% de escolares de entre 13 y 15 años en el Perú presenta sobrepeso, mientras que el 3% padece de obesidad. Así lo determinó la Encuesta Global de Salud Escolar 2010, que realizó el Ministerio de Salud.

Otro importante dato es que el 28,6% de los estudiantes prefiere pasar tres o más horas al día realizando actividades sedentarias como ver televisión, jugar en la computadora o estar conectado a Internet.

Asimismo, se detalla que el 10,7% de colegiales tiene inadecuados hábitos alimentarios, pues consume comida rápida o ‘chatarra’ tres o más días a la semana.

Además, se reveló que el 54% de alumnos de segundo, tercero y cuarto grado de secundaria en el país consume bebidas gaseosas una o más veces al día, lo que pondría en riesgo su salud al predisponerlos a sufrir de hipertensión, problemas cardíacos y diabetes.

El estudio fue realizado en 50 instituciones educativas de 16 regiones del país durante el año pasado.

MÁS HORAS DE EDUCACIÓN FÍSICA
Para atenuar esta problemática, la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) recomendó que las horas de clase de educación física en los colegios se incrementen hasta llegar a las cinco horas semanales.

“Es una política pública que se aspira conseguir desde el sector Salud para lo cual se vienen realizando las coordinaciones pertinentes con el Ministerio de Educación”, dijo el director de la Dirección General de Promoción de la Salud (DGSP) del Minsa, Hamilton García, quien se mostró de acuerdo con el planteamiento.

Fuente:

El Comercio (Perú)

Perú: Cuáles son los productos que pagarían el impuesto a la comida chatarra

El decano El Comercio y su Santa Cruzada a favor de la comida chatarra y la obesidad infantil...

El viceministro de Salud, Enrique Jacoby, señaló que “los productos naturales” como el “pollo a la brasa” no estarán sujetos a esta medida.

Comida chatarra

MARTÍN ACOSTA GONZÁLEZ @martiacosta
Redacción Online

Las hamburguesas son el ícono de la comida chatarra. Un título que se han ganado a puro pulso gracias su poco aporte proteico y a su abundante carga calórica. Sin embargo, al compararla con otro tipo de platillo, como un pollo a la brasa, parecería que ambos son igual de dañinos para la salud, si son consumidos en exceso.

Pese a ello, nuestro popular pollo a la brasa estaría excluido del polémico impuesto que acaba de proponer el Ministerio de Salud. ¿Razón? Según el viceministro de Salud, Enrique Jacoby,” los productos naturales enteros, como el pollo no sufren modificaciones exageradas, ni son ultraprocesados, ni emulsificados, ni producido con aditivos abundantes”, comentó al elcomercio.pe.

Ello nos hace pensar en una nueva pregunta: ¿Qué considera el Ministerio de Salud como comida chatarra y qué productos estarán sujetos a este impuesto ?

QUÉ SÍ Y QUÉ NO
Según un documento de la Organización Panamericana de la Salud, son considerados alimentos chatarra aquellos productos que en 100 gr no excedan los 5 gr de azúcar, 1.5 gr de grasa saturadas o 30 miligramos de sodio. Además de ello no deben poseer grasas trans. Ello infiere que no deben ser sometidos a ultraprocesos, emulsificaciones, ni elaborados con abundantes colorantes ni aditivos”.

Los productos más cuestionados son los snacks, las gaseosas y los jugos con colorantes, que sí o sí estarán sujetos a este popular impuesto ¿Qué pasará con las hamburguesas? En principio el Ministerio de Salud informó que recogerá muestras de los productos que se ofrezcan en restaurantes y fast food, para después de un análisis saber si califican como saludables o no.

Del mismo modo, el viceministro señaló que otros productos como los cereales, leche, pescado, carnes, huevos y semillas también estarán exentos de esta medida. “Los picarones o el suspiro a la limeña consumidos en exceso también son dañinos pero a ellos no se le aplicará ningún impuesto porque no califican. Sabemos de qué están hechos”, comentó.

“En el caso de estos platillos solo vamos a sugerir que consumidos de forma continua y desmedida también resultan peligrosos para la salud. Sin embargo, hay una gran diferencia entre unos y otros: la comida chatarra es una especie de Frankenstein, una cosa inventada, que se elabora con diferentes productos artificiales, saborizantes y resaltadores de sabor. Si nos preguntamos de qué están hechos no sabríamos qué responder”.

PRIMERA PARTE DE LA CAMPAÑA
Jacoby resalta que el impuesto por sí solo no acabará con el problema de obesidad pero ayudará a disminuir el consumo de estos productos indeseables. “Esto irá acompañada de una serie medidas para promover la actividad física y una correcta alimentación”, comentó.

Según señaló la propuesta será estudiada por un grupo de congresistas para ver su factibilidad y a partir de ahí empezar una iniciativa legislativa, que deberá pasar por el Congreso o será sujeta a un debate público entre las partes interesadas.

Fuente:

El Comercio (Perú)

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