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23 de noviembre de 2012

Cómo hacer un soporte para el portátil con una caja de pizza



Siguiendo una sencillas instrucciones de pre tecnología te puedes montar un soporte para el ordenador portátil en un periquete con la caja de la pizza de anoche.

Lo más importante: que no haya restos de pizza en el interior de la caja.

Laptop stand made of a pizza box, de Ilya Andreev, vía Somehow Design.

Tomado de:

Microsiervos

8 de enero de 2012

¿Cómo eran las porciones de comida hace 20 años?

Para "Conocer Ciencia" hay dos factores a considerar con respecto al alarmante incrmento mundial de la obesidad en el mundo:

1. El libre mercado con su flexibilidad laboral y sobre horas de trabajo (con el pretexto de "alcanzar la excelencia" y "ser productivois") impone a la PEA (población económicamente activa) un ritmo de vida acelerado y agotador (tanto a nivel físico como mental), la comida rápida es un producto del capitalismo, es la aplicación de modelos de producción industriales a la comida.

Y, como su nombre lo indica, el fast food es una cómida fácil de adquirir y de consumir; lo ideal para un trabajador cansado que quiere comer algo rápido, económico y de fácil acceso; y hecharse a dormir para continuar trabajando al día siguiente. La publicidad y el marketing de las multinacionales que producen cmida chatarra juega también aquí un factor importante.

2. Las sociedas actuales viven inmersas en una revolución de las comunicaciones. Ello conlleva a la pérdida de muchos hábitos antiguos y a la adquisición de otros nuevos. Ya no se manda un fax o se escribe carta; y la comunicación se hace impersonal con los SMSs y las redes sociales. Además, Internet nos conecta al mundo pero nos desenchufa del contacto personal, y si a esto le sumamos las horas que pasan los niños (y los no tan niños) delante de las pantallas consumiendo cine, video o video juegos... pues estamos ante un grave problema: el sedentarismo.

Debería de ser políticas nacionales: a) la implementación de almuerzos y desayunos SALUDABLES (con huevo sancochado, frutas y pan integral) en todas las escuelas públicas y privadas, estas meriendas serán elaboradas y supervisadas por nutricionistas; b) la eliminación de kioskos en las escuelas, o, en todo caso, prohibir la venta de comida chatarra en estos puestos, estos puestos deberían vender choclo sancochado, maní tostado, chicha morada de maiz o pan con queso fresco, por ejemplo; c) rescatar nuestra comida tradicional y crear nuevos platos (al estilo novoandino, por ejemplo) pero cuidando de que sea comida orgánica y nutritiva, consideramos que el futuro de todas las gastronmías apuntan (o deberían apuntar) en dicha dirección; d) promover políticas nacionales de educación física a todos los segmentos de la población, así como apoyo a todas las clases de deportes en todos los sectores sociales; los deportistas serán sinónimos de vida sana y modelos para la sociedad. Impulsar la construcción de ciclovías y el uso de la bicicleta como medio de transporte. Construir polideportivos en todas las provincias, con profesionales competentes y que sean pagados por el Estado; además cada polideportivo contará con planes de largo plazo (planes para 10 y 20 años en adelante).

Ahora los dejamos con esta nota del diario El Comercio...

En las últimas décadas, las raciones personales de algunos alimentos, especialmente la comida chatarra, han aumentado su tamaño. Estas no solo aportan más calorías, también incrementan la obesidad.

Imagen

Si bien las generosas cantidades de comida chatarra son el principal factor de obesidad, el aumento de las porciones y calorías hacen que la alimentación sea cada vez menos saludable. El Portion Distortion Quiz, del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, nos muestra cómo solían ser las raciones de alimentos hace 20 años.

SUPERHAMBURGUESA
La hamburguesa con queso de hace 20 años solo tenía 333 calorías, pero hoy en día pueden llegar a tener 590. Si tomamos en cuenta la variedad de ingredientes y presentaciones que nos ofrece el mercado, definitivamente el valor calórico se eleva.

EXTRA PIZZA
Hace 10 años, dos pedazos de pizza de pepperoni tenían 500 calorías. Hoy estas porciones vienen en tamaño grande y contienen alrededor de 850 calorías. Comiendo estos pedazos de pizza dos veces al mes, estaría agregando a su organismo 350 calorías extra, es decir, dos kilos adicionales por año.

GRAN COMBO
Si acostumbra ir al cine, seguro no se puede resistir ante el delicioso olor del pop corn. Las confiterías nos ofrecen una variedad de tamaños que van desde los más pequeños hasta los supercombos. Hace 20 años, las cajas de pop corn solo tenían 270 calorías. Hoy, la caja de tamaño grande tiene unas 630.

Un combo no tendría ese nombre si no viene acompañado de una bebida. Las gaseosas parecen ser la pareja perfecta del pop corn, y también han cambiado su presentación. Con un aumento de capacitad y un bajo precio, se han convertido en las bebidas preferidas de muchas familias.

MÁS QUE UNA TACITA DE CAFÉ
Hace dos décadas las personas no tenían tantas opciones para escoger el tamaño de una taza de café, que normalmente equivale a 8 onzas. Sin embargo, hoy un café simple es cuatro veces más grande de lo que solía ser. No se sorprenda al enterarse que el equivalente calórico de un café Mocha con leche y jarabe es igual a una comida completa.

Fuente:

El Comercio (Perú)

21 de diciembre de 2009

Mátemáticas para repartir una pizza a dos personas

Lunes, 21 de diciembre de 2009

Mátemáticas para repartir una pizza a dos personas

Imaginemos que vamos 2 personas a un italiano y pedimos una pizza. Cuando la trae el camarero, nos disponemos a partirla en 8 trozos. Para ello hacemos primero 2 cortes perpendiculares y luego otros 2 por las bisectrices de los cortes anteriores. Justo cuando vamos a empezar a comerla, nos damos cuenta que hemos hecho los cortes... pero no pasan por el centro, y claro, ahora hay trozos más grandes que otros. ¿Se podrá repartir la pizza de forma que cada uno de los 2 comensales coman exactamente la misma cantidad de pizza (sin volver a cortar, claro)?

Esta situación ya no es un problema gracias a los matemáticos Rick Mabry and Paul Deiermann, para quienes eso de calcular el área de cada trozo y sumar era demasiado aburrido y decidieron completar un problema tan común como este.

En primer lugar vamos a establecer las reglas del problema. Tenemos una pizza perfectamente circular a la que le hacemos cortes rectos que van de borde a borde de la pizza (cuerdas de la circunferencia), de forma que todos los cortes pasan por un punto (que vamos a suponer que no es el centro geométrico de la pizza), y, además, nos vamos a asegurar que los ángulos que forman los cortes son todos iguales.


Aunque todo esto pueda parecer una verdadera tomadura de pelo (matemáticamente hablando), la realidad es que el problema viene de antiguo, pues la primera vez que aparece es en 1967 cuando L. J. Upton (Mathematics Magazine 40 (5), p. 163) propone el problema para 4 cortes formando ángulos de 45º.

Pero vayamos a explorar un poco el problema. El caso más sencillo es cuando uno de los cortes pasa exactamente por el centro de la pizza, ya que así es muy fácil comprobar que en este caso, la pizza queda dividida de forma simétrica respecto de dicho corte, por lo que si comenzamos a comer cada uno de los 2 comensales de forma alternativa trozos adyacentes, al final cada uno tomará exactamente la mitad de la pizza, pues así si el primer comensal toma un trozo, el segundo comensal, comerá (en algún momento) el trozo simétrico.

Ahora bien, ¿qué ocurre si ningún corte pasa por el centro de la pizza? (sería el caso del dibujo anterior): esto empieza a ponerse algo serio.

El caso de 1 único corte es el más sencillo y no hace falta ni siquiera explicarlo. Para 2 cortes, podemos ver una demostración gráfica muy muy simple de que el que come el trozo que contenga el centro, comerá más:

En el dibujo se ve cómo los trozos con númetros iguales tienen la misma área, luego el que coma los trozos grises (el más grande de los cuales contiene el centro de la pizza), comerá más.

Para el caso de de 4 cortes, que fue el problema planteado por Upton en 1967, el desafío no duró demasiado, ya que en 1968 Michael Goldberg (y Robert Brennan y Hussein Demir, de forma independiente) lograron resolver el problema, e incluso generalizarlo para el caso en que haya un número par de cortes (cf. Mathematics Magazine 41 p.46).

El resultado de Goldberg nos dice que si se corta la pizza un número par de veces (mayor estricto que 2) de forma que todos los cortes pasen por un punto, que no sea el centro de la pizza y que, además, ningún corte pase por el centro, entonces si vamos tomando trozos adyacentes de forma alternativa, cda comensal comerá exactamente la mitad de la pizza.

Pero... ¿qué pasa si hacemos un número impar de cortes? ¿Ocurrirá lo mismo? En este caso las cosas se complican bastantes. El primer resultado al respecto data de 1994 cuando, de nuevo en Mathematics Magazine (vol 67, p.304), Larry Carter propone el problema para el caso de 3 cortes, indicando que la solución debe ser que el comensal que elija la parte con el centro comerá menos.

Tan complicado ha sido el problema, que no ha sido completamente resuelto hasta Mayo de 2009, cuando los matemáticos Mabry y Deiremann (citados al principio del artículo) publicaron el siguiente artículo: Of Cheese and Crust: A proof of the Pizza Conjecture and other tasty results, American Mathematical Monthly, 116 (5), pp.423-438 (esta revista no es cualquiera, en el área de matemáticas tiene un índice de impacto en 2008 de 0.361 y ocupa la posición 176 de entre las 215 revistas indexadas en el Journal of Citations Report).

En dicho artículo, utilizando grandes dotes de cálculo y técnicas de series algebraicas y funciones trigonométricas, logran completar el resultado. Así, consiguen demostrar que, en el caso de un número impar de cortes, ocurre lo siguiente:
  • Si se realizan 3, 7, 11, 15, ..., 4n-1, ... cortes, y repartimos sectores adyacentes de forma alternativa, el comensal que coma el trozo que contenga el centro, comerá más que el otro (esto también es válido si se realizan exactamente 1 ó 2 cortes).
  • Por el contrario, si se corta en 5, 9, 13, 17..., 4n+1, ... cortes, y hacemos el reparto habitual, entonces el comensal que tome la porción que contenga el centro comerá menos que el otro.

En resumen, que el dicho de El que parte y reparte, se lleva la mejor parte se pude hacer realid, siempre que sepas las matemáticas necesarias para comprender el Teorema del reparto equitativo de una pizza.

Sin embargo, éste no es el único problema que tratan Marbry y Deierman en su artículo, sino que estudian algunos porblemas relacionados como ¿Quién comerá más corteza? o ¿quien comerá más queso? o incluso qué ocurriría si en vez de una pizza tuviéramos un calzone.

Espero que, a partir de ahora, cuando vayáis a un italiano con vuestra pareja y pidáis una pizza, os acordéis que una vez, un bloguero matemático os contó el método para poder comer más que ella y parecer todo un caballero.


ACTUALIZACIÓN: Gracias a un comentario de emulenews en meneame.net, me he enterado que el artículo original de Mabry y Deiermann está disponible de forma gratuita The Pizza Conjecture y así os lo hago saber, por si queréis echarle un vistazo a los detalles técnicos (y no tan técnicos) que, en algún caso, puede resultar muy interesante para los no especialistas.

Fuente:

Tito Eliatron Dixit

4 de octubre de 2009

¿Por qué la masa de la pizza no se deshace?


Domingo, 04 de octubre de 2009

¿Por qué la masa de la pizza no se deshace?

La pizza (pronunciación pitsa) es un pan plano, habitualmente de harina de trigo, y en general cubierto de queso mozzarellasalsa de tomate y otros ingredientes como salami, cebolla y jamón. Es original de la cocina napolitana, pero se ha extendido por todo el globo. 



Para elaborar una buena masa se necesitan harina, huevos, levadura, agua, aceite y sal. La pasta comienza a obtener una ligera elasticidad cuando añadimos los huevos a la harina, ya que las proteínas de esta se hidratan y la mezcla se hace más compacta.

Sin embargo, la textura flexible y maleable se alcanza en el momento del amasado. Cuando las manos intervienen, la energía mecánica que se comunica da como resultado una masa compacta y elástica. Así, cuanto más tiempo se invierta amasando, más firme y flexible resulta la pasta y, al mismo tiempo, más resistente. Por eso, los verdaderos maestros de la pizza son, en realidad, auténticos expertos con las manos.

Fuente:

Muy Interesante
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