La tensión se ha instalado entre los fabricantes europeos de paneles
solares fotovoltaicos y sus competidores chinos. La razón es el presunto
dumping de las empresas chinas en la venta de módulos en el mercado
mundial en una industria con sobreoferta. En 2011 se instalaron 23.000
megavatios de potencia en todo el mundo, un 30% más que el año anterior.
El problema es que mientras las empresas europeas sufren este exceso
de oferta, las compañías chinas estarían vendiendo sus paneles solares
por debajo del precio de coste gracias a subvenciones y créditos blandos
de su Gobierno para apoyar a su industria, violando las reglas de la
competencia que fijan los organismos internacionales. Las compañías
europeas denunciaron esta supuesta competencia desleal china ante la
Comisión Europea el pasado junio.
Bruselas dio luz verde a la investigación y tiene de plazo hasta
julio de este año para dictar medidas provisionales; en concreto, la
imposición de aranceles a la importación de los paneles chinos.
Las compañías europeas siguen la estela de Estados Unidos, que en
septiembre de 2011 aprobó la instauración de aranceles a la entrada de
paneles chinos de entre un 15% y un 250% tras confirmar el dumping del
país asiático y las ayudas de ese Gobierno a sus empresas. "Ahora, la
entrada de módulos en Estados Unidos ha caído, pero China ha reaccionado
comprando células en Taiwán y fabricándolas en su país para escapar a
los aranceles", explican fuentes del sector.
Desde esta industria no dudan en apuntar a la presunta competencia
desleal china como principal causa de la caída en picado de las empresas
europeas. "En 2005 no se vendían módulos chinos en Europa; en 2009, el
63% de las ventas para los 5.800 megavatios de potencia que se
instalaron procedían de ese país", prosiguen desde el sector europeo.
Las empresas de Pekín coparon el 80% del mercado mundial en 2011
"gracias a las ayudas del Gobierno". Entre 2010 y 2012, el Banco de Desarrollo Chino habría concedido préstamos a empresas de energía solar fotovoltaica por valor de 33.000 millones de euros, informa Bloomberg.
El gesto de Pekín ha supuesto la caída de hasta el 70% de los precios
de los paneles en apenas un año. "Las empresas chinas pueden vender por
debajo del precio de coste porque saben que el Gobierno las apoyará,
pero en Europa no es así", insisten en la industria. Mientras el coste
de fabricación de un panel para las compañías chinas y estadounidenses
se situó en 72 céntimos de euro de media en 2011, el precio no subió de
50 céntimos. "El precio de los paneles baja año tras año gracias a la
tecnología, pero esa bajada no debe ser por el precio que marque China".
Por ello, las compañías europeas se unieron bajo el paraguas de la empresa alemana SolarWorld,
que lideró la demanda en Estados Unidos contra los fabricantes chinos.
La compañía, una de las mayores en Europa, ha logrado aglutinar al 25%
del sector europeo para pedir medidas compensatorias. En septiembre de
2012, esta coalición de empresas solicitó en paralelo una investigación
sobre las presuntas ayudas ilegales del Gobierno chino a sus fabricantes
de paneles.
La denuncia de las compañías del país asiático es ahora casi la única
esperanza para las empresas europeas y, en concreto, españolas. De
confirmarse el dumping, el precio de los paneles subiría y daría algo de
oxígeno a una industria que se asfixia y en la que prácticamente todos
los fabricantes están quebrados por la desaparición de las ayudas, el
caos regulatorio y la imposibilidad de acceder a un crédito. "Sería
paradójico que en un futuro dejáramos de comprar gas y petróleo en el
exterior para comprar paneles solares a China", dicen desde uno de los
pocos fabricantes que sobrevive en el desierto solar que es ahora
España.
Una opción para las empresas españolas sería reproducir el modelo de
incentivos económicos que aplican países como Italia y Francia a la
fabricación de paneles en suelo comunitario. El Estado galo paga un 10%
más de tarifa si al menos el 60% del panel se ha fabricado en Europa.
Por su parte, Italia aprobó en julio de 2012 hasta 20 euros por
megavatio en 2013, 10 euros en 2014 y 5 euros en 2015 para aquellos
módulos que estén fabricados en la Unión Europea. Por el momento, el
Ejecutivo español no se ha pronunciado.
El silicio en mínimos históricos
Hasta hace apenas cuatro
años la producción de polisilicio, la materia prima que se utiliza para
fabricar las obleas que dan lugar a los paneles solares, se concentraba
en un puñado de empresas de Japón, Europa y Estados Unidos. Cuando la
industria solar fotovoltaica explotó en España en 2007, el kilo de este
material que se obtiene a base de arena rondaba los 400 dólares. "En
España prácticamente no se fabricó ningún panel hasta entonces porque
era carísimo. Coincidió con el empuje de la industria en Alemania, que
también necesitaba comprar grandes cantidades de polisilicio", explican
desde el sector.
A medida que esta industria y la electrónica -que
también necesita esta materia prima para fabricar ordenadores o
teléfonos móviles- se ha ido desarrollando, el mercado ha visto la
entrada de nuevos fabricantes y la caída del precio del kilo de
polisilicio hasta los 30 dólares.
"Los paneles ahora son un 80%
más baratos que hace cuatro años gracias a los avances tecnológicos, sin
duda, pero también porque muchas empresas han entrado en la fabricación
de polisilicio", asegura Carlos Relancio, presidente de Europv,
dedicada al asesoramiento de empresas del sector fotovoltaico, en
respuesta a las críticas a los fotovoltaicos, a quienes acusa de haberse
enriquecido gracias a la caída de precios.
Tomado de:
Cinco Días