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21 de octubre de 2018

Costa Rica: Primer país en América prohíbe la caza deportiva

El 25% del territorio de Costa Rica está protegido por reservas y parques naturales.


Costa Rica se ha convertido en este nuevo milenio en un ejemplo para todo el mundo en el cuidado de la naturaleza. Un gran ejemplo es que fue el primer país en América en tener la iniciativa de prohibir la caza deportiva. El principal objetivo de esta nación centroamericana es conservar la biodiversidad y atraer a turistas más respetuosos con el medio ambiente.

Un punto muy importante es que esta reforma de la ley, que regula la caza de animales, fue propuesta por los mismos ciudadanos. La norma fue llevada ante el Poder Legislativo con el respaldo inicial de 177,000 firmas que fueron recolectadas por la Asociación Preservacionista de Flora y Fauna (Apreflofas).

La persona que incumpla esta ley puede ser sancionada hasta con 1.5 millones de colones, esto equivale a 3,000 dólares, y dependiendo de la especie, podría incluso ser condenada a estar entre dos y cuatro meses en prisión. Por otro lado, esta ley va más allá y también castiga la exportación y el tráfico de cualquier especie de flora o fauna silvestre.

“Los costarricenses nos tenemos que sentir muy contentos de que se lanza un mensaje atrevido al mundo prohibiendo la caza deportiva, que se manifiesta en contra de la fauna silvestre. Es un paso muy grande e importante”, declaró el biólogo costarricense Freddy Pacheco, ex catedrático jubilado de la Universidad Nacional de Costa Rica a El País.

“Aunque algunos van a catalogar como exagerada esta propuesta de Costa Rica, lo cierto es que estamos muy contentos y es hora de que la flora y la fauna silvestre sean valoradas y no utilizadas como mecanismo para hacer dinero. La fauna silvestre merece todo respeto y protección de la humanidad” concluyó.

Fuente: Nat Geo

12 de octubre de 2018

Agricultor cusqueño mantiene vigentes más de 300 variedades de papa

Agricultor cusqueño Manuel Choque gana premio Summum a mejor productor por mantener vigente el cultivo de numerosas variedades antiguas de papa nativa.


Para Manuel Choque todo comenzó como un pasatiempo. En la parcela familiar se sembraba papa. En cada feria agropecuaria que iba veía distintas variedades de este tubérculo y sentía curiosidad por experimentar con ellas en la tierra de su padre. 

Empezó con 15 tipos de papa. Hoy, los Choque cultivan más de 20 veces ese número de variedades. 

Esa pasión le ha valido a este agricultor lograr el premio gastronómico Summum como “Mejor productor del año”. Sin embargo, el camino para llegar a este reconocimiento no ha sido fácil. 

El agricultor contó a la Agencia de Noticias Andina que tuvo que bregar mucho para conseguir un nicho del mercado y volver rentable su afición.

Cultura viva

Choque explicó que cada comunidad andina ha adaptado el tubérculo a las condiciones particulares de su terreno. Por ello, afirma, existen tantos tipos de papa.

El especialista refiere que estos saberes provienen de la época prehispánica. No obstante, manifiesta que prevalece en la actualidad un prejuicio hacia estas papas llamadas nativas.

Narró que es difícil comerciar los distintos tipos de papa cuando solo son conocidos en su zona de producción. Incluso, cuenta que en algún momento tuvo que sacrificar una cosecha de 30 toneladas y la dio como forraje para animales, pues nadie le compraba.

Eso cambió hace un par de años, cuando descubrió un filón para colocar su producción: los hoteles y restaurantes para turistas de la ciudad de Cusco.

Moderno y tradicional

Choque refiere que estudió Agronomía en la universidad, para luego trabajar en el Instituto Nacional de Innovación Agraria y en el Centro Internacional de la Papa.

Allí aprendió técnicas de mejoramiento genético. Una de sus metas es romper el mito de la pobreza en nutrientes del tubérculo andino. 

De acuerdo con Choque, en los terrenos de su familia emplean tecnología moderna, pero también se respetan las tradiciones ancestrales, como el pago a la tierra. Asimismo, echan mano de técnicas tradicionales aún vigentes.

350 variedades de papa nativa cultiva y comercia Manuel Choque.

Fuente: Agencia Andina (Perú) 

7 de octubre de 2018

Por qué la América española se dividió en muchos países mientras que Brasil quedó en un solo país


Cuando Cristóbal Colón tocó tierra tras su travesía del Atlántico, en 1492, no imaginaba todavía que cambiaría el curso de la historia para siempre.

Tampoco pensaría que de allí a pocos años desencadenaría una lucha entre las dos mayores potencias económicas y militares de la época, España y Portugal, por hacerse con las riquezas de ese territorio aún desconocido para los europeos.

Dos años después, los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, y el de Portugal, Juan II, llegaron a un compromiso y firmaron en Tordesillas (entonces Reino de Castilla) un pacto para repartirse las tierras "descubiertas y por descubrir" fuera de Europa.


Más de 500 años después, el mapa latinoamericano sigue exhibiendo la herencia cultural de esa lucha: desde los cañones del río Bravo hasta las frías laderas de la Tierra del Fuego, los idiomas más hablados son el español y el portugués.

Pero, mientras el castellano se habla en 19 Estados distintos, el portugués sigue siendo la lengua oficial de uno solo, Brasil.

¿Por qué la América española se fracturó en tantos países mientras que la América portuguesa quedó sustancialmente igual que en la época de la colonización?

Hay varias razones que explican este acontecimiento y los historiadores no siempre coinciden.


Una de las causas tiene que ver con la distancia geográfica entre las ciudades de las antiguas colonias y la forma en que eran administradas por sus respectivas metrópolis.

Otra diferencia, según el historiador brasileño José Murilo de Carvalho, está relacionada con la formación de las elites en los dos imperios coloniales.

Según los historiadores, tal vez la razón más importante para explicar el mantenimiento de la unidad de Brasil fue la huida de la familia real portuguesa.

En 1808, después de que el ejército de Napoleón Bonaparte invadiera Portugal, el príncipe regente João huyó a Río de Janeiro y trasladó consigo toda la corte y el aparato gubernamental: archivos, bibliotecas reales, la tesorería y hasta 15 mil personas.

El artículo completo en:

BBC Mundo

22 de febrero de 2018

¿Qué significan las pinturas y las plumas de los nativos americanos?

Tenemos la imagen de que los nativos americanos usaban ambas ornamentaciones cuando guerreaban, pero su función era en realidad más amplia.


Las plumas de aves rapaces y las pinturas conferían a sus portadores propiedades espirituales, porque procedían del mundo natural, adorado por los indios. Eso no quita que su simbolismo fuese también muy importante en el momento de combatir.

De hecho, un guerrero ganaba plumas en función de los actos de valentía que llevaba a cabo en la lucha. Tocar a un enemigo y robarle armas o caballos eran algunos de ellos. Asimismo, resultar herido le hacía merecedor de ese trofeo. Según fuera la acción, adoptaría formas distintas: una pluma completa indicaba que había matado a un enemigo, y si se le quitaba un pico central, quería decir que además le había arrancado la cabellera.

Cuando estaba partida por el centro, su dueño había sido herido combatiendo, y si aparecía teñida de rojo, entonces simbolizaba un acto de máximo valor, como quitársela a un adversario. Los penachos o tocados –llamados warbonnets en inglés– con más de una decena de plumas, de águila o de halcón, estaban al alcance de muy pocos; era un signo evidente de autoridad. Se lucían únicamente durante las ceremonias, porque en la batalla hubieran sido incómodos.

En cuanto al hecho de pintarse, se consideraba un acto transformador de la personalidad. Por ejemplo, para los siux oglala conllevaba un cambio fundamental, como si hubiesen vuelto a nacer. El fundamento de este tipo de creencias era el animismo propio de los americanos nativos: creían que los elementos de la naturaleza estaban dotados de alma y entidad divina.

Así, confiaban en que al embadurnarse la cara con tintes naturales recibirían poderes y energías sobrenaturales, como el coraje y la fuerza. Un caso muy evidente era el de los exploradores pertenecientes a la tribu de los pawnees, que se blanqueaban el rostro para lograr las cualidades de sigilo de los lobos, así como su habilidad de seguir las huellas.

Las pinturas de guerra eran propias de las tribus de las praderas, los principales enemigos históricos de los colonos y del ejército estadounidense. Servían como talismán protector para evitar las heridas o la muerte en la batalla. Por eso, además de la cara, pintaban su cuerpo, así como a sus caballos. La protección no solo dependía de aplicarse un color determinado, sino que ciertas formas resultaban más propicias para lograr seguridad en el combate.

Fuente:

Muy Interesante

La niña que descubrió América

Los restos de una niña descubiertos en Alaska datados hace 11.500 años pertenecen a una población entera desconocida para la historia.

En la lengua local, su nombre significa 'niña del amanecer', y aunque solo vivió durante seis fugaces semanas, ya le ha contado a los científicos más de lo que sabíamos sobre los primeros nativos americanos.
Sunrise girl-child ("Xach'itee'aanenh T'eede Gaay") vivió hace unos 11.500 años en lo que ahora conocemos como Alaska, y su antiguo ADN revela no solo los orígenes de la sociedad nativa americana, sino que desvela al mundo entero una población de personas olvidadas por la historia hace milenios.

"No sabíamos que esta población existía", comenta el antropólogo Ben Potter de la Universidad de Alaska Fairbanks.

Se cree que los primeros colonos estadounidenses cruzaron Alaska desde Siberia a través del puente de tierra de Beringia, un puente terrestre que quedó sumergido al final de la última glaciación.

Y es que, hasta ahora, solo había dos ramas reconocidas de los primeros nativos americanos (conocidos como Norte y Sur). Pero, al secuenciar el genoma de la niña del amanecer, el perfil genético completo de un ser humano del Nuevo Mundo no coincidió con el suyo.

Utilizando análisis genéticos y modelos demográficos, los científicos concluyeron que un solo grupo ancestral fundador de los nativos americanos se separó de los asiáticos orientales hace unos 35,000 años, muy probablemente en algún lugar en el noreste de Asia.

En algún momento, se sospecha que estas personas se movieron en una única migración masiva hacia América del Norte y unos 15,000 años más tarde, la población se dividió en dos grupos.
Uno de los grupos se convirtió en los Antiguos Beringianos; el otro grupo fueron los ancestros de todos los otros nativos americanos, aunque sigue siendo posible que esta división ya estuviera ocurriendo antes de que se cruzara el puente de Beringia.

"
Es la primera vez que tenemos evidencia genómica directa de que todos los nativos americanos se remontan a una población de origen, a través de un solo evento de migración fundacional", aclara Eske Willerslev, genetista evolutivo de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido.

La vida no habría sido fácil para ellos con un clima tan extremo, pero la población en su conjunto, separada de aquellos que viajaron a otras partes del Nuevo Mundo, duró miles de años antes de ser finalmente absorbida por otras poblaciones de nativos americanos.

A la luz de este nuevo descubrimiento,
está claro que los primeros colonos de América tenían un linaje más diverso de lo que pensábamos.

Referencia: Terminal Pleistocene Alaskan genome reveals first founding population of Native Americans. J. Víctor Moreno-Mayar, mBen A. Potter, Lasse Vinner, Matthias Steinrücken, Simon Rasmussen, Jonathan Terhorst, John A. Kamm, Anders Albrechtsen, Anna-Sapfo Malaspinas, Martin Sikora, Joshua D. Reuther, Joel D. Irish, Ripan S. Malhi, Ludovic Orlando, Yun S. Song, Rasmus Nielsen, David J. Meltzer & Eske Willerslev Nature 2018 DOI: doi:10.1038/nature25173


 

5 de febrero de 2018

Por qué resisten mejor a los terremotos y huracanes los edificios prehispánicos que los nuevos

La construcción, los materiales y el sentido común, detrás de la resistencia de las construcciones mayas.

El cemento utilizado para reformas de edificaciones antiguas, menos resistente frente a la cal que ellos utilizaban


El sentido común con que construían, el secreto para hacer frente a terremotos y huracanes.
Según datos de la Secretaría de Cultura de México, 1.821 monumentos han sufrido daños tras los dos grandes terremotos que sufrió el país el pasado mes de septiembre. Una regla parece evidente al hacer el mapa de los desperfectos: cuanto más vieja es la construcción menores han sido los daños. De hecho, una pregunta surge de entre los escombros al constatar esta evidencia: ¿Por qué las construcciones mayas, aztecas, zapotecas... aguantan más huracanes y terremotos que los edificios más modernos hechos con tecnologías más avanzadas?

Pongamos primero números para corroborar la afirmación. De las 1821 afecciones, de las cuales 242 tienen daños severos, 1.228 moderados y 351 menores, sólo hay cinco centros arqueológicos prehispánicos que tienen algún tipo de daño (ninguno severo). "Monte Albán, Oaxaca; Iglesia Vieja y Chiapa de Corzo, Chiapas; Xochicalco, Morelos y Malinalco, en Estado de México, son los cinco puntos donde ha habido afecciones", explica a EL MUNDO Pedro Francisco Sánchez Nava, Coordinador Nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Entender cómo desde hace casi 2.000 años se levantaban edificaciones que soportan mejor los duros eventos climáticos que han azotado durante siglos México, requiere contemplar diferentes planos que en ocasiones concluyen en una simplicidad asombrosa: sentido común.

"Cuando tenemos huracanes en la Península del Yucatán, y monitoreamos vía satélite lo que está ocurriendo con las inundaciones que afectan al terreno, comprobamos que las poblaciones actuales quedan anegadas y las viejas ciudades mayas son los únicos puntos sin inundaciones". ¿Por qué? "Porque los mayas entendieron que debían situarse en zonas altas y allí levantaron sus urbes. Hoy se construye en barrancos, laderas... El mundo prehispánico convivía con sismos y huracanes igual que nosotros. En Oaxaca hay constancia de un noble cuyo nombre era Ocho Terremoto, explica el responsable del INAH.

También influye, más allá de la capacidad de observar la naturaleza y de adaptarse a ella y no viceversa, los sistemas constructivos, la arquitectura y los materiales usados. "Los monumentos prehispánicos tienen plantas muy grandes. Se usaba un sistema de células que se iban rellenando y se recubrían con estuco, lo que les da mucha elasticidad", explica Sánchez Nava que vuelve a apuntar a la contemplación del entorno: "La forma piramidal es la construcción más estable. Ellos imitaban la forma de las montañas; las pirámides son una reproducción de lo que era sagrado para ellos. De la montaña llegaba el agua, vivían los ancestros, estaba el inframundo...".

Lea el artículo completo en:

El Mundo Ciencia

13 de enero de 2016

Civilización Caral estaba adelantada 6 siglos a Europa y el resto de América


La comunidad científica mundial no deja de sorprenderse con los avanzados conocimientos en agronomía, climatología, ingeniería, medicina y otras ciencias que poseían hace 5,000 años los peruanos que poblaron Caral, destacó la investigadora Ruth Shady.

Sostuvo que para elaborar calendarios agrícolas y pronosticar eventos climáticos se instalaron laboratorios que les permitieron determinar el inicio y término de las campañas de siembra y cosecha, así como los cambios que la naturaleza presenta a fin de adaptarse a ellos.

"En el campo del aprovechamiento de la energía y de la mecánica de fluidos, en Caral se aprovechó la fuerza del viento, conocido ahora como Principio de Venturi, canalizándolo a través de conductos subterráneos para tener temperaturas en fogones muy altos", remarcó. 

Shady refirió que cuando este conocimiento fue analizado por físicos de Estados Unidos, estos se preguntaron cómo esta civilizaron sabía esto hace 5,000 años, cuando en Europa recién fue descubierto en 1740.

"En el ámbito de la farmacología, en Caral hemos encontrado que para dolencias, como los dolores de cabeza se aplicaba paquetes de sauce que contienen el principio activo de la aspirina. Ese conocimiento ancestral subsiste hasta hoy", anotó.

La investigadora de la civilización Caral resaltó que otro conocimiento que sigue sorprendiendo tiene que ver con la ingeniería civil, dado que se aplicó la sismo resistencia a las construcciones de hace 5,000 años.

"Todavía nos preguntamos cómo esos monumentos se mantienen estables después de 5,000 años. Ello responde a que al darse cuenta que vivían en un país sísmico, las edificaciones de Caral se diseñaron con tecnología sismo resistente. Ingenieros de Japón que han conocido este método constructivo lo han puesto a prueba y tras comprobar su eficacia, han dicho que lo van a utilizar en sus construcciones", manifestó.

Shady subrayó que en ingeniería hidráulica la civilización Caral creó la "amuna" o río subterráneo que lleva el agua a través de canales hasta lugares permeables geológicamente.

Explicó que con este método de irrigación, se "siembra el agua" y evita que se evapore. De esta forma, el agua se almacena naturalmente y puede ser aprovechada en puquios o manantiales a lo largo de una cuenca para asegurar la campaña agrícola y la supervivencia de la población. 

"Un ingeniero belga que vio todo ese conocimiento dijo que los antiguos peruanos estaban adelantados en, por lo menos, seis siglos a Europa y el resto de América en conocimientos de ingeniería hidráulica, civil, estructural y agrícola", enfatizó.
 
Fuente:
 

16 de diciembre de 2015

Un niño de 7 años asesinado por los incas da pistas sobre el poblamiento de América

El ADN de un chico sacrificado a 5.300 metros de altura en el Aconcagua hacia el año 1500 confirma que los primeros americanos llegaron al continente hace unos 15.000 años.


Momia del niño inca sacrificado en 1500
 


Un día alrededor del año 1500, un grupo de personas debió de ascender por las faldas de la cumbre más elevada de América, el Aconcagua, en la actual Argentina. Eran incas y llevaban consigo a un niño de 7 años elegido por su belleza y su buen estado de salud. La comitiva, por una ruta escarpada, alcanzó los 5.300 metros de altura. Y allí, rodeados de hielo y riscos, presumiblemente acabaron con la vida del niño de un golpe en la cabeza.

Casi cinco siglos después, el 8 de enero de 1985, cinco montañeros argentinos se toparon con un montón de huesos y plumas asomando en los hielos del Aconcagua. Pensaron que era el cadáver de un cóndor, pero era aquel niño inca. Estaba vestido, con adornos de plumas, y enterrado con seis estatuillas de hombres y de llamas talladas en oro y conchas de moluscos.

Tres décadas después de su hallazgo, el niño sacrificado a los dioses incas vuelve a hablar. Un equipo dirigido por el genetista Antonio Salas, de la Universidad de Santiago de Compostela, ha leído su ADN y lo ha comparado con una base de datos de 28.000 genomas. Sus resultados muestran que el niño perteneció a un linaje humano que se formó hace unos 14.300 años y que ya no existe sobre la faz de la Tierra. La investigación respalda los últimos estudios genéticos con americanos actuales y esqueletos ancestrales, que sostienen que los primeros humanos que pisaron América lo hicieron hace 15.000 años desde Siberia.



La momia del Aconcagua. / SCIENTIFIC REPORTS

El grupo de Salas no ha leído el genoma nuclear, el libro de instrucciones presente en el núcleo de cada una de nuestras células, sino el ADN residual que existe en las mitocondrias, las pilas que dan energía a las células. El ADN mitocondrial se hereda de madres a hijos y es muy útil para averiguar si dos personas están emparentadas. “El linaje de este niño entró por el norte de América, evolucionó y desapareció, lo cual no es sorprendente, porque la mayoría de los incas murió tras su contacto con los europeos, por enfermedades como el sarampión, la gripe, la viruela o la difteria”, explica Salas.
Los científicos pueden reconstruir el pasado comparando genomas, de la misma manera que es posible ordenar cientos de biblias manuscritas por orden cronológico fijándose en sus erratas acumuladas. En julio, otro equipo liderado por el genetista Eske Willerslev, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), concluyó que los primeros americanos proceden de un grupo que partió hace 23.000 años de Siberia y se quedó aislado durante 8.000 años en Beringia, una lengua de tierra hoy inundada entre Rusia y la punta noroccidental de América.

“Toda la variedad genética americana surge de la incubación en el estrecho de Bering [la antigua Beringia] y entró en varias oleadas. El linaje madre del niño inca data de hace 18.300 años y el de la momia es una rama”, detalla Salas. Es la primera vez que se lee el genoma mitocondrial entero de una momia americana, según afirman los autores en su estudio, publicado hoy en la revista Scientific Reports.

Los investigadores, entre los que también se encuentra el pediatra Federico Martinón Torres, del Hospital Clínico Universitario de Santiago, han utilizado una pequeña muestra tomada en su momento del pulmón del niño. La momia completa “sigue custodiada por la Universidad Nacional de Cuyo, congelada a -20 grados, pero su lugar concreto es un secreto”, señala Salas.

El siguiente objetivo de los investigadores es analizar el genoma entero de la momia y, sobre todo, su microbioma: el ADN de los microorganismos que vivían en el interior del niño y que pudieron modificarse con la llegada de los europeos y sus enfermedades.
El niño inca, conocido en Argentina como “la momia del Aconcagua”, fue sacrificado en la Capacocha, una ceremonia inca que consistía en hacer ofrendas al Sol en la época de las cosechas o al soberano del Imperio en caso de enfermedad. En el ritual se podían ofrecer objetos o sacrificios humanos, de niños sanos y bellos destinados a transmitir su energía al Inca.
Tomado de:
El País
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