Latest Posts:

Mostrando las entradas con la etiqueta sociedad. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta sociedad. Mostrar todas las entradas

22 de diciembre de 2018

10 diferentes nombres para referirse a Santa Claus alrededor del mundo

La Navidad se celebra a lo largo y ancho del mundo. Cada país tiene sus tradiciones y leyendas, y aunque Santa Claus es solo uno. Sin embargo, la forma de llamarlo varía de un país a otro.

Algo que cambia muy poco es su figura. Ya que, normalmente es representado con su traje rojo y larga barba blanca. Además, normalmente, los regalos los reparte en Nochebuena en un trineo jalado por renos mágicos.

La tradición tiene sus orígenes en el folclor europeo. En Inglaterra, se hablaba de Father Christmas, un hombre vestido de verde que disfrutaba de la buena comida; en los países germánicos y nórdicos se referían al dios Odín, con una larga barba, que encabezaba la celebración de Yule.

Otra influencia es la de San Nicolás de Mira o San Nicolás de Bari, un obispo que vivió en los siglos III y IV de la era cristiana conocido por su generosidad con los más necesitados.

Hoy en día, Santa Claus es una de las figuras más representativas de la Navidad a nivel mundial.

Estos son los 10 diferentes nombres para referirse a Santa Claus alrededor del mundo:

  • 1. En Rusia, el entrañable “Ded Moroz” o “El Abuelo del Invierno”, es el encargado de entregar los regalos.
  • 2. Finlandia lo conoce como “Joulupukki”, término que significa “Cabra de Navidad”.
  • 3. En muchas partes de América lo llaman “Papá Noel”. Algunos ejemplos son Argentina, Colombia, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Perú, Uruguay y Brasil.
  • 4. En América Latina también se pueden encontrar otros nombre. Un ejemplo es Costa Rica. Ya que, Papá Noel es conocido con el nombre de “Colacho”.
  • 5. San Nicolás es como lo conocen en Venezuela. Este nombre viene de una fiesta en Bélgica y Holanda conocida como Sinterklass. Esta se celebra el 5 y el 6 de diciembre en ese país.
  • 6. En Chile a la Navidad la llaman comúnmente Pascua. Por eso, los chilenos se suelen referir a Santa Claus como el “Viejito Pascuero”.
  • 7. La persona responsable de hacer felices a los niños en Suecia es “Jultomtem”, “Gnomo de Navidad” en español.
  • 8. Babbo Natale es la versión italiana de Papá Noel en Navidad.
  • 9. En Alemania es conocido como “Nikolaus” o “Weihnachtsmann“, que significa literalmente, “Hombre de Navidad”.
  • 10. En Francia los niños lo conocen como “Père Noël”, “Papá de la Navidad” en español.

¿En tu país cómo lo dicen a Santa Claus?

Tomado de: National Geographic

9 de diciembre de 2018

Michael Moore: “Si vuelves a la gente estúpida, votarán a un estúpido”


En verano de 2016, Michael Moore (Flint, Michigan, 1954) publicó una carta titulada Cinco razones por las que Donald Trump ganará en la que pronosticaba con inquietante clarividencia los motivos que llevarían al empresario a derrotar a Hillary Clinton meses después. En el ecuador de la legislatura, y con elecciones legislativas a la vuelta de la esquina, el cineasta prefiere dejarse de profecías y entrar en campaña con el arma más poderosa que tiene a su alcance: sus películas. Moore habla con EL PAÍS en un hotel de Londres, entre sorbo y sorbo de un vaso de leche (la conversación proseguiría por teléfono dos días después). Está en la ciudad para presentar en su festival de cine Fahrenheit 11/9, su décimo documental, un análisis tan entretenido como tendencioso de las circunstancias que, contra todo pronóstico, acabaron con Trump en el Despacho Oval. El título alude al 9 de noviembre, día en que el republicano fue confirmado como el 45º presidente de Estados Unidos, y también es un guiño a su película más taquillera, la anti-Bush Fahrenheit 9/11, que se alzó con la Palma de Oro en Cannes en 2004. El filme se estrena el próximo viernes en España, que es... 9 de noviembre.

La figura de Moore no goza de la autoridad de hace una década, cuando la revista Time lo incluía en su lista de las 100 personas más influyentes del mundo y cada uno de sus documentales era considerado por la izquierda estadounidense poco menos que una brújula moral. Él sigue creyendo que el cine puede inspirar activismo político, aunque no aspira a hacer cambiar de opinión a los trumpistas (“Quien le sigue apoyando después de todo lo que hemos visto ya es irrecuperable”), sino a persuadir para que se acerquen a las urnas a ciudadanos que no tenían previsto hacerlo. Ha hecho las cuentas: “Solo perdimos por 77.000 papeletas; de entre los 100 millones que no votaron, bastaría con convencer a 77.000 de que esta vez sí lo hagan”. Desde su estreno en septiembre en Estados Unidos y Canadá, algunos espectadores se han ofrecido en Twitter a pagarle la entrada a otra persona para ayudar a propagar el mensaje.

En Fahrenheit 11/9, el dedo acusador de Moore apunta en todas direcciones. Empezando por él mismo, que admite haberse dejado manipular cuando participó codo con codo con Trump en el talk show de Roseanne Barr en 1998. También censura a los medios de comunicación por seguirle el juego y darle minutos de pantalla incluso a su atril vacío cuando hacía esperar a la prensa. Pero, por sorprendente, es la dura crítica contra la vieja guardia del Partido Demócrata –Obama incluido–, a quien Moore atribuye gran parte de culpa en el ascenso de Trump, la que deja un regusto más amargo. “Yo tengo que contar la verdad, por dura que sea. Mi objetivo era explicar que él no cayó del cielo; nosotros lo creamos, somos el doctor Frankenstein de este monstruo. Todos somos responsables por haber permitido durante años que sucedieran muchas cosas sin atajarlas”. Y enumera: “¿Que empeoren las escuelas? Hecho. ¿Que los medios de comunicación queden mermados y sean comprados por grandes empresas para que a la gente no le lleguen las historias reales? Hecho. ¿Cerrar bibliotecas por todo el país? Hecho. Si vuelves a la gente estúpida, votarán por un estúpido”.

Tachado de populista por sus detractores, Moore no duda en recurrir al alarmismo para avisar de que no debemos dar la democracia por sentada, e incluye varias secuencias en las que Trump ¿bromea? con la posibilidad de ser “presidente de por vida”. Pero su recurso más provocador pasa por doblar una grabación de Adolf Hitler con la voz del republicano. “Las cosas pueden ponerse igual de feas que en la época nazi", insiste. "En el libro Friendly Fascism, Bertram Gross decía que el fascismo del siglo XXI no llegaría con campos de concentración y las esvásticas, sino con una cara sonriente en un programa de televisión, y eso es exactamente lo que está pasando”. Para Moore es crucial hacer entender que Trump está lejos de ser el bobo colérico e infantiloide que muchos ven en él: “Parte de su rutina es hacerse el loco. Como en Arma letal, cuando Mel Gibson se hacía el poli chiflado, y dejaba tan confuso al malo que lograba desarmarlo. En vez de reírse de Trump, lo que la gente tiene que hacer es tomárselo en serio y asumir su maldad”.

El polo positivo de la película está representado por los profesores de Virginia Occidental que decidieron ir a la huelga para mejorar sus condiciones laborales; o por la secretaria April Cook-Hawkins, que destapó un ardid para falsear los resultados del nivel de plomo en sangre de los niños afectados por el escándalo del agua contaminada en Flint; o por los candidatos “insurgentes” al Congreso, como la latina Alexandria Ocasio-Cortez o la musulmana Rashida Tlaib; y, sobre todo, por los alumnos del instituto Parkland que organizaron el movimiento March For Our Lives tras la masacre cometida en su centro. El filme se cierra con la mirada desafiante de la estudiante Emma González, lo que hace pensar que Moore tiene su esperanza puesta en los jóvenes. Sin embargo, ese no es un término con el que él comulgue. “Yo no tengo esperanza, la esperanza es como una droga que nos ayuda a calmarnos. No soy un cínico; si pensara que todo está perdido, me rendiría. Pero, ¿puedo prometer que las cosas van a salir bien el próximo martes o dentro de dos años? No. Podríamos no librarnos nunca de Trump, la cosa está así de mal. Lo que necesitamos es acción, no esperanza y oraciones. Acabé con la imagen de Emma porque te mira directamente desde la pantalla para que sientas su dolor y luches a su lado”.


5 de diciembre de 2018

La automatización eliminará 75 millones de empleos para 2025, pero creará 133 millones de nuevas funciones, según WEF

Las estimaciones con respecto a la cantidad de trabajos que se destruirán con la llegada de las máquinas (robots, inteligencia artificial o cómo le quieran llamar) son variadas, pero la gran mayoría apuntan a una pérdida importante que afectará principalmente a aquellos puestos que requieren trabajo físico.


El Foro Económico Mundial (WEF) acaba de publicar su informe 'Future of Jobs 2018', donde se lanzan con cifras que podrían sonar igual de alarmantes, pero que en esta ocasión nos plantean un escenario un poco más alentador. Y es que sí, el estudio pronostica que se perderán empleos, pero afirman que se crearán nuevas funciones que requerían un mayor grado de especialización.

Las máquinas harán más trabajos que los humanos

Hace casi un año, un estudio de McKinsey Global Institute (MGI), con la participación de expertos del departamento de Economía de Oxford y el Banco Mundial, pronosticó que entre 400 y 800 millones de personas serán desplazadas de sus puestos de trabajo en 2030 debido a la automatización.

Hoy el WEF plantea nuevos escenarios ante está potencial perdida de empleos. Según el informe, a día de hoy el 29% de las tareas laborales son realizadas por una máquina. Debido a los avances tecnológicos, en 2025 está cifra significaría la pérdida de 75 millones de empleos. Pero sugiere que esta misma tecnología dará vida a más de 133 millones de nuevos roles de trabajo, con lo que se generarán 58 millones de nuevos empleos.

Es decir, seguimos bajo el panorama de pérdida de empleos tras el avance de la automatización, pero se disminuye la cifra que pronostica hasta 800 millones de personas desplazadas de sus puestos de trabajo. Por otro lado, el informe apunta a que no sólo los trabajos bajo esfuerzo físico serán afectados, sino también aquellas labores rutinarias de oficina, como los encargados de capturar datos, contabilidad o el manejo de nóminas.

Se cree que en un periodo de cinco años se empezarán a demandar más analistas de datos, encargados de diseño, pensamiento crítico, inteligencia social, así como programadores y desarrolladores de software. Incluso se pronostica un cambio general en los planes de estudios para 2020, donde se romperían los viejos paradigmas y la clave de todo esto sería el entrenamiento. 

Se calcula que el 54% de todos los empleados necesitarán formación en nuevas habilidades durante los próximos cinco años, se trataría de capacitación centrada en internet móvil de alta velocidad, inteligencia artificial, análisis de big data y cómputo en la nube, con lo que se impulsaría la demanda de un nuevo tipo de fuerza de trabajo que conviviría con la llegada de las máquinas. De hecho, el informe menciona que los humanos deberán adaptarse a este escenario al exigir mayor preparación, algo que sería un trabajo conjunto entre empresas, gobierno y la misma fuerza de trabajo.

En resumen, el estudio predice que en los próximos siete años nos enfrentaremos a un cambio radical en cuanto a responsabilidades, una importante transformación dentro de los mercados laborales mundiales, lo cual se deberá manejar con prudencia, ya que esto nos conduciría a una nueva era de buenos trabajos y una mejor calidad de vida para todos. En caso de que esto se maneje mal, se correría el riesgo de ampliar las brechas de habilidades, una mayor desigualdad y una polarización más amplia.

Fuentes: Web Economic Forum y Xakata Ciencia
 

30 de noviembre de 2018

“Ahora uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose”

El filósofo surcoreano Byung-Chul Han, un destacado diseccionador de la sociedad del hiperconsumismo, explica en Barcelona sus críticas al “infierno de lo igual”.

Las Torres Gemelas, edificios iguales entre sí y que se reflejan mutuamente, un sistema cerrado en sí mismo, imponiendo lo igual y excluyendo lo distinto y que fueron objetivo de un atentado que abrió una brecha en el sistema global de lo igual. O la gente practicando binge watching (atracones de series), visualizando continuamente solo aquello que le gusta: de nuevo, proliferando lo igual, nunca lo distinto o el otro... Son dos de las potentes imágenes que utiliza el filósofo Byung-Chul Han (Seúl, 1959), uno de los más reconocidos diseccionadores de los males que aquejan a la sociedad hiperconsumista y neoliberal tras la caída del muro de Berlín. Libros como La sociedad del cansancio, Psicopolítica o La expulsión de lo distinto (en España, publicados por Herder) compendian su tupido discurso intelectual, que desarrolla siempre en red: todo lo conecta, como hace con sus manos muy abiertas, de dedos largos que se juntan mientras cimbrea una corta coleta en la cabeza.

“En la orwelliana 1984 esa sociedad era consciente de que estaba siendo dominada; hoy no tenemos ni esa consciencia de dominación”, alertó ayer en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), donde el profesor formado y afincado en Alemania disertó sobre la expulsión de la diferencia. Y dio pie a conocer su particular cosmovisión, construida a partir de su tesis de que los individuos hoy se autoexplotan y sienten pavor hacia el otro, el diferente. Viviendo, así, en “el desierto, o el infierno, de lo igual”.

Autenticidad. Para Han, la gente se vende como auténtica porque “todos quieren ser distintos de los demás”, lo que fuerza a “producirse a uno mismo”. Y es imposible serlo hoy auténticamente porque “en esa voluntad de ser distinto prosigue lo igual”. Resultado: el sistema solo permite que se den “diferencias comercializables”.

Autoexplotación. Se ha pasado, en opinión del filósofo, “del deber de hacer” una cosa al “poder hacerla”. “Se vive con la angustia de no hacer siempre todo lo que se puede”, y si no se triunfa, es culpa suya. “Ahora uno se explota a sí mismo figurándose que se está realizando; es la pérfida lógica del neoliberalismo que culmina en el síndrome del trabajador quemado”. Y la consecuencia, peor: “Ya no hay contra quien dirigir la revolución, no hay otros de donde provenga la represión”. Es “la alienación de uno mismo”, que en lo físico se traduce en anorexias o en sobreingestas de comida o de productos de consumo u ocio.

‘Big data’.“Los macrodatos hacen superfluo el pensamiento porque si todo es numerable, todo es igual... Estamos en pleno dataísmo: el hombre ya no es soberano de sí mismo sino que es resultado de una operación algorítmica que lo domina sin que lo perciba; lo vemos en China con la concesión de visados según los datos que maneja el Estado o en la técnica del reconocimiento facial”. ¿La revuelta pasaría por dejar de compartir datos o de estar en las redes sociales? “No podemos negarnos a facilitarlos: una sierra también puede cortar cabezas... Hay que ajustar el sistema: el ebook está hecho para que yo lea, no para que me lea a mí a través de algoritmos... ¿O es que el algoritmo hará ahora al hombre? En EE UU hemos visto la influencia de Facebook en las elecciones... Necesitamos una carta digital que recupere la dignidad humana y pensar en una renta básica para las profesiones que devorarán las nuevas tecnologías”.

Comunicación. “Sin la presencia del otro, la comunicación degenera en un intercambio de información: las relaciones se reemplazan por las conexiones, y así solo se enlaza con lo igual; la comunicación digital es solo vista, hemos perdido todos los sentidos; estamos en una fase debilitada de la comunicación, como nunca: la comunicación global y de los likes solo consiente a los que son más iguales a uno; ¡lo igual no duele!”.

Jardín. “Yo soy diferente; estoy envuelto de aparatos analógicos: tuve dos pianos de 400 kilos y durante tres años he cultivado un jardín secreto que me ha dado contacto con la realidad: colores, olores, sensaciones... Me ha permitido percatarme de la alteridad de la tierra: la tierra tenía peso, todo lo hacía con las manos; lo digital no pesa, no huele, no opone resistencia, pasas un dedo y ya está... Es la abolición de la realidad; mi próximo libro será ese: Elogio de la tierra. El jardín secreto. La tierra es más que dígitos y números.

Narcisismo. Sostiene Han que “ser observado hoy es un aspecto central de ser en el mundo”. El problema reside en que “el narcisista es ciego a la hora de ver al otro” y sin ese otro “uno no puede producir por sí mismo el sentimiento de autoestima”. El narcisismo habría llegado también a la que debería ser una panacea, el arte: “Ha degenerado en narcisismo, está al servicio del consumo, se pagan injustificadas burradas por él, es ya víctima del sistema; si fuera ajeno al mismo, sería una narrativa nueva, pero no lo es”.

Otros. Es la clave de sus reflexiones más recientes. “Cuanto más iguales son las personas, más aumenta la producción; esa es la lógica actual; el capital necesita que todos seamos iguales, incluso los turistas; el neoliberalismo no funcionaría si las personas fuéramos distintas”. Por ello propone “regresar al animal original, que no consume ni comunica desaforadamente; no tengo soluciones concretas, pero puede que al final el sistema implosione por sí mismo... En cualquier caso, vivimos en una época de conformismo radical: la universidad tiene clientes y solo crea trabajadores, no forma espiritualmente; el mundo está al límite de su capacidad; quizá así llegue un cortocircuito y recuperemos ese animal original”.

Refugiados. Han es muy claro: con el actual sistema neoliberal “no se siente temor, miedo o asco por los refugiados sino que son vistos como carga, con resentimiento o envidia”; la prueba es que luego el mundo occidental va a veranear a sus países.

Tiempo.Es necesaria una revolución en el uso del tiempo, sostiene el filósofo, profesor en Berlín. “La aceleración actual disminuye la capacidad de permanecer: necesitamos un tiempo propio que el sistema productivo no nos deja; requerimos de un tiempo de fiesta, que significa estar parados, sin nada productivo que hacer, pero que no debe confundirse con un tiempo de recuperación para seguir trabajando; el tiempo trabajado es tiempo perdido, no es tiempo para nosotros”.

Fuente: El País (España)

28 de noviembre de 2018

Crece el número de personas sin hogar en los EE.UU.

El número de personas sin casa ha aumentado en las prósperas ciudades de la costa oeste de EE.UU. que suelen ser lugares de destino para trabajadores jóvenes con alto nivel educativo, como San Francisco y Seattle, donde achacan el problema a los precios en alza y los desahucios.


Las cifras exactas son siempre difíciles de establecer pero 553.742 personas estaban sin hogar en una misma noche en todo Estados Unidos en 2017, según informó el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. Fue la primera subida en siete años. No obstante, la cifra para todo EE.UU. sigue siendo un 13% inferior a 2010, gracias al descenso que se ha producido en 30 estados del país.

Los Ángeles, donde la situación se describe año tras años como sin precedentes, tiene más de 50.000 personas sin hogar, solo por detrás de Nueva York, que tiene unas 75.000.

La situación en Portland

Los ancianos y las minorías se ven afectadas por este problema de forma desproporcionada, según un estudio de la Universidad Estatal de Portland, que augura que la tecnología puede tener como consecuencia el recorte de miles de empleos de sueldos bajos, probablemente empeorando las cosas.

La presencia de los sin hogar en Portland y otras ciudades estadounidenses con el mismo problema es más visible que nunca.

Los residentes están cada vez más frustrados por el olor de orina, heces humanas y objetos abandonados que se amontonan en espacios públicos, a veces en sus propias escaleras.

En algunos sitios, cunde la sensación de que es una batalla que se está perdiendo.

Pero esta es una crisis que se está fraguando desde hace tiempo.

Los recortes del gobierno federal en los programas de vivienda asequible y en instalaciones para salud mental en las últimas décadas hicieron que muchas personas acabaran en la calle en Estados Unidos, según señalan autoridades y proveedores de servicios, mientras que los gobiernos locales son incapaces de llenar el vacío.

Informe de Naciones Unidas

El académico australiano Philip Alston, relator especial de Naciones Unidas para la pobreza extrema y los derechos humanos, viajó por todo Estados Unidos durante dos semanas en diciembre del año pasado.

Su misión incluyó visitas a Los Ángeles y San Francisco.

En su brutal informe, Alston declaró que "el sueño americano" se está convirtiendo rápidamente para muchos en "la ilusión americana". El gobierno del presidente Donald Trump criticó duramente sus hallazgos.

El futuro, advirtió Alston en una entrevista, no parece alentador.

"Las políticas del actual gobierno federal se centran en recortar, al máximo posible, los subsidios para vivienda, y creo que lo peor está por llegar".

Tomado de: BBC Mundo 



6 de noviembre de 2018

Las Tablas de Sarhua, una expresión que atesora la memoria de una comunidad

Este viernes, el Ministerio de Cultura declaró como Patrimonio Cultural de la Nación a la Pintura tradicional de Sarhua, conocida como las Tablas de Sarhua.





Las Tablas de Sarhua son relatos gráficos que atesoran la memoria de una comunidad, incluso si esta contiene episodios violentos y fatales. Sarhua, en Ayacucho, fue una de las zonas más golpeadas por el terrorismo y las Tablas estuvieron ahí como medio para expresar, sanar y relatar lo vivido en esa época.


Este viernes (02 de noviembre de 20189, el Ministerio de Cultura (Mincul) declaró la pintura tradicional de Sarhua (Tablas de Sarhua), como Patrimonio Cultural de Nación por constituir una herencia importante de sus antepasados. Las Tablas cuentan el trabajo comunal y transmiten valiosos mensajes sobre qué se hace en el pueblo. Toda la familia colabora en el proceso de pintura, una expresión - más allá de la artística - que queda plasmada sobre el molle o eucalipto.

La resolución viceministerial (N° 197-2018-VMPCIC-MC) publicada ayer en el diario oficial El Peruano precisa que las Tablas de Sarhua representan un elemento cultural genuino del pueblo que, en función de la antigüedad y autenticidad de ciertos elementos, estilos y técnicas, fortalecen la identidad y el sentido de pertenencia a la comunidad.

Según la tradición, la Tabla de Sarhua es pintada con la historia de la familia al terminar de construir su nuevo hogar. Este presente es entregado por el compadre o padrino, y debe ser colocado en las vigas del techo.

2 de noviembre de 2018

En la mente de un corrupto

A propósito de los vergonzosos audios del CNM, una exploración a la psicología de esos individuos que violan las leyes y los principios morales con tal de obtener poder, influencia, 10 o 1 millón de "verdecitos".



Hace 10 años, la psicóloga Susana Frisancho llevó a cabo un interesante estudio con un grupo de jueces peruanos.

Se reunió con cada uno de ellos por separado –eran 14, especializados y anticorrupción – y les presentó tres viñetas que contaban diferentes historias.

La primera historia era la de "María", la dueña de una lavandería, quien, como herramienta de marketing, prometía a sus clientes no mezclar su ropa con la de otros clientes. María sí la mezclaba, aunque solo ella y su equipo lo sabían.

La segunda, la del "juez Inga", quien para ascender a una plaza superior consignó en su hoja de vida maestrías y cursos que no había terminado y libros que no había escrito.

La tercera, la del "vocal Barriga", cuya sala emitía sentencias que habían sido preparadas previamente por grandes estudios de abogados.

La buena noticia fue que todos los jueces reconocieron que en los tres casos se incurría en transgresiones morales y aseguraron que ellos de ninguna manera las cometerían.

La mala, que la mayoría señaló que la razón por la que no las cometerían era evitar la vergüenza o la sanción que acarrearía ser descubiertos. Muy pocos indicaron que lo que les preocupaba era sentir culpa o vergüenza de sí mismo.

Indicio de psicopatía

Los vergonzosos audios del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) no solo han permitido destapar los mugrosos tratos que arreglan a escondidas las autoridades que se supone deben impartir justicia en el país, violando leyes y principios morales para obtener beneficios particulares.

Uno de los efectos más interesantes de estas revelaciones ha sido escuchar –como antes con los Petroaudios y los Vladivideos– el tono de esos acuerdos, la lógica que los conduce y el lenguaje con el que son expresados. Nos ha permitido atisbar, una vez más, en la mente de esa especie social no por despreciable menos fascinante: el corrupto.

Lo primero que hay que enfatizar es que un corrupto no es necesariamente una persona con un trastorno mental. "La corrupción no es una patología, pero sí está asociada a una: la psicopatía", explica el psicoanalista Jorge Bruce.

"La psicopatía es cuando, de manera inescrupulosa y sin tomar en cuenta a las demás personas se actúa exclusivamente en función del interés personal, a cualquier precio".

En otros términos, un corrupto no es necesariamente un psicópata, pero un psicópata probablemente sea alguien dispuesto a cometer actos de corrupción, es decir, violar la ley para obtener un beneficio.

Para el psiquiatra español Alberto Soler Montagud, la corrupción puede ser un síntoma de dos distintas patologías: el trastorno narcisista de la personalidad y el trastorno antisocial de la personalidad.

Los corruptos narcisistas –ha escrito– están convencidos de ser superiores, se caracterizan por un patrón de grandiosidad, necesitan ser admirados y carecen de empatía para conectar con los otros.

Los antisociales, por su lado, son manipuladores y explotadores, violan sistemáticamente los derechos de los demás y son propensos a cometer actos delictivos. No aceptan la culpa de los delitos que cometen y nunca muestran arrepentimiento.

¿Grandiosidad? ¿Carencia de empatía? ¿Manipulación? ¿Ausencia de arrepentimiento? El lector es libre de asociar con estas categorías a cualquiera de los delincuentes y mafiosos que hemos tenido y tenemos aún en el país.

El artículo completo en: La República (Perú)

23 de octubre de 2018

Cómo Portugal logró convertir su sistema educativo en uno de los mejores del mundo

Poca inversión pero constantes mejoras, la estrategia de Portugal para superar la media de la prueba internacional Pisa. Estudiantes en la reconocida escuela Carcavelos de Portugal. Carcavelos cuenta con la tasa de repetición más baja del país (alrededor del 3%).

Esa escuela, sin adoptar un modelo educativo específico, decidió acabar con las repeticiones hasta el noveno año de la enseñanza básica. La acción viene acompañada por un programa más intensivo de apoyo al alumno.


En los últimos años en la Unión Europea se observa un fenómeno que llama la atención: uno de los miembros más pobres del bloque, que todavía siente los efectos de una grave crisis económica, está ascendiendo cada vez más en la principal prueba internacional de educación.

Portugal logró que sus alumnos de 15 años se situaran por encima de la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que agrupa a los países más ricos del mundo, en las tres áreas de estudio evaluadas por la prueba Pisa: ciencia, lectura y matemáticas.
Desde que la OCDE comenzó a aplicar la encuesta -que se realiza cada tres años- en 2000, Portugal ha avanzado "a pasitos".

Y lo logró sin apostar por ninguna estrategia educativa importante sino invirtiendo en las personas que componen la comunidad escolar, especialmente las madres y los niños de 0 a 6 años.

Entre los 72 países que participan en la prueba, la puntuación de Portugal en la última evaluación fue de ocho puntos por encima de la media en ciencia, cinco puntos en lectura y dos puntos en matemáticas.

Esto sitúa a Portugal entre los mejores del mundo, pero aún está lejos del rendimiento de los sistemas educativos de referencia internacional, como Singapur, Finlandia, Hong Kong, Canadá y Suiza.

Escolarización de las madres

En la década de 1970 Portugal universalizó la educación, logrando tener a todos los niños en edad escolar en centros educativos.

Esto significa que los padres de los niños que están hoy en la escuela son la primera generación escolarizada, y eso, a su vez, lleva a otra manera de educar y también a expectativas diferentes en relación al curso académico de los hijos.

En un período más reciente, entre 2003 y 2015, el número de madres que completaron la enseñanza secundaria subió en un 41%.

"El indicador que más influye en el rendimiento escolar es la educación y la escolarización de la madre", dice Gomes Ferreira.

"Si hoy tenemos madres más educadas y más apoyadas, es natural que tengamos niños más capaces de insertarse en la escuela, de involucrarse y de evolucionar".

Otro aspecto positivo tiene que ver con la primera infancia: la mortalidad infantil en menores de 5 años en Portugal ha caído en un 94% desde 1970, según Unicef.

Un informe de 2017 también indica que sólo 15 países, entre ellos Portugal, han adoptado tres políticas nacionales básicas para apoyar a los padres de bebés y niños pequeños durante el período más crítico de su desarrollo:
  • dos años de guardería gratuitos
  • pausas para lactancia en el trabajo para las nuevas madres por seis meses
  • licencia parental adecuada
"Eso (el desarrollo de los niños en los primeros años de vida) puede ser tan o más relevante para esos resultados que un método u otro aplicado a la educación", asegura Gomes Ferreira.

De acuerdo con un informe publicado recientemente por la OCDE, a pesar de los recientes avances, Portugal está entre los países más desiguales de esa organización, con una gran proporción de adultos sin educación y niveles de desigualdad de ingresos por encima de la media.

El 10% más rico tiene un rendimiento casi cinco veces superior al 10% más pobre, y la diferencia está relacionada con la baja educación de la población, ya que el 55% de las personas entre 18 y 64 años no concluyó la enseñanza secundaria.

"Los países que presentan mejores resultados educativos son aquellos que son más cohesionados socialmente". En este sentido, su opinión es que Finlandia, hoy referencia en educación, fue el primer "alumno aplicado", al garantizar un equilibrio de sus políticas sociales y crear un desarrollo sostenido.

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

11 de octubre de 2018

Así se 'fabrican' los votantes de la extrema derecha: El caso de VOX

Por Luis Gonzalo Segura

Para temor y consternación de muchos, la extrema derecha sigue ganando terreno en el mundo. Este pasado domingo 7 de octubre de 2018 tuvimos una nueva constatación de ello con el triunfo de Jair Bolsonaro (PSL) en la primera vuelta electoral de Brasil y la demostración de fuerza de Vox en España, partido que congregó a 10.000 personas en el Palacio de Vistalegre (Madrid) mientras otras 3.000 quedaron a las puertas sin poder acceder al recinto.

Y no son dos gotas en el desierto, sino que llueve sobre un conato de riada que amenaza con destruir el mundo tal y como lo conocemos, pues ya hay gobiernos o coaliciones ultranacionalistas en Estados Unidos, Italia, Austria, Polonia, República Checa, Eslovaquia o Hungría. Impensable hace una década.

Pero ¿qué lleva a una persona a votar a un partido de extrema derecha?

La crisis económica

Por un lado, aun a riesgo de ser simplista y tosco, en este resurgir de las ideas más extremistas encontramos una crisis económica marcada por unas políticas de ajuste que han aumentado las desigualdades en Europa y han generado un aumento de la pobreza. Desempleo, pobreza, desahucios o recortes han sido cuatro de los titulares más utilizados en la última década.

Pensemos, por ejemplo, en los millones de personas que no tienen calefacción en invierno mientras las empresas energéticas (privadas) aumentan sus beneficios año a año. Situación que ha creado el término 'pobreza energética', inexistente cuando hace décadas las empresas energéticas eran públicas. Solo en el año 2016 las eléctricas duplicaron sus beneficios en España mientras que solo en Barcelona había 170.000 habitantes que habían dejado de pagar al menos un recibo de luz o no calentaban lo suficiente sus hogares. En paralelo, se contabilizaban treinta políticos de prestigio los contratados por las eléctricas como consejeros.

La crisis migratoria

Irak, Afganistán, Libia, Siria o Yemen han sido las grandes catástrofes humanitarias de los últimos quince años y sobre todas ellas subyace la mano de Occidente. Las invasiones de Irak y Afganistán han provocado que el número de desplazados supere los 68 millones de personas, algo que no sucedía desde la II Guerra Mundial. Son precisamente estos desplazados y aquellos explotados o extenuados por nuestras industrias los que ahora se agolpan a las puertas de Europa. También los que terminan siendo explotados en el sur de Turquía en fábricas españolas.

Por otra parte, en este mismo periodo la industria militar española se ha multiplicado de forma salvaje: el PSOE la sextuplicó en siete años y el PP duplicó lo hecho por el PSOE aprovechando el genocidio perpetrado por sauditas en Yemen. En 2018 España sigue consolidada como la séptimapotencia del mundo en venta de armamento tras pasar de 405 millones de euros en el año 2004 a 4.347 millones de euros en 2018.

La desconfianza hacia políticos e instituciones

Por otra parte, Occidente ha vivido una crisis política e institucional que ha generado desafección, descrédito y desconfianza ciudadana. Los occidentales no sienten, en general, que los gobiernos estén a su servicio, sino que los mismos se encuentran al servicio de los intereses de las élites. Un sentimiento de desengaño se ha instalado en la ciudadanía.

Los conflictos bélicos antes relatados no fueron en ningún caso acciones que emanaran del interés general, sino más bien el interés de ciertos grupos de poder como la industria armamentista, las petroleras, las industrias textiles o las farmacéuticas. Esas intervenciones construyeron un mundo peor, construcción por la que obtuvieron enormes beneficios (valga el caso anterior de la industria armamentista) y que ha dejado unos perjuicios que tendremos que asumir entre todos (los mencionados casi 68 millones de desplazados).

Si a ello le añadimos las decisiones económicas de ajuste que tanto han castigado a la ciudadanía generando desempleo, precariedad, pobreza y desigualdad mientras el número de millonarios continuaba aumentando (en España crecieron un 76% durante la crisis pasando de 127.000 en 2008 a 224.000 en 2017, pero la tendencia es a nivel mundial), pocos ciudadanos pueden considerar a la clase política como sus legítimos representantes. Que los ricos sean cada vez más ricos, los pobres cada vez más pobres y los países cada vez más endeudados no ha pasado inadvertido al ciudadano medio (la deuda mundial creció 70 billones de dólares en la última década).

Los recortes en educación y la destrucción de la educación pública

Y ello a pesar de los recortes en educación (en España el gasto en educación bajó en el año 2017 a niveles de 1995). Recorte considerablemente lucrativo para las élites y no solo en términos económicos, porque si uno de los enormes beneficios de recortar el gasto en educación es generar votantes cada más acríticos, lo que permite perpetuar a partidos políticos que no les representan en periodos de bonanza, uno de los grandes perjuicios es crear votantes disfuncionales que se encuentran a merced de cualquier predicador en periodos de crisis.

Y a mayor crisis, mayor inestabilidad del votante y ruleta rusa electoral. Baste como ejemplo que en España en los últimos cuatro años tres de los cuatro grandes partidos políticos (Podemos, PP y PSOE) han tenido en algún momento posibilidades de conseguir o superar el 30% de los votos (según el CIS) que les permitiría ganar las elecciones.

El descrédito de los medios de comunicación clásicos: verdad y posverdad

Y si este ciudadano empobrecido, desconectado de la clase política y con bajos índices educativos comprueba en las redes sociales que los grandes grupos de comunicación no han hecho su trabajo honestamente, sino al servicio de los intereses nacionales en algunos casos y elitistas en otros, nos encontramos con el caldo de cultivo ideal para la proliferación de los mensajes ultras. Sobre todo, porque cada vez es más complejo distinguir la verdad de lo que no lo es.

Este descrédito mediático ha pretendido defenderse con la creación de la 'posverdad', atribuyendo a todo mensaje ajeno a los grandes medios de comunicación la condición de falacia. El problema es que la 'posverdad' no es nada más ni nada menos que el intento de los ciudadanos descontentos con la manipulación y la censura de buscar otros canales en los que encontrar la verdad. Porque si la verdad ya no se encuentra en los medios de comunicación tradicionales, en algún sitio estará. Y ese sitio es internet, las redes sociales, lugar en el que ciertamente se puede encontrar gran parte de la verdad censurada y ocultada por los grandes medios, pero también, desgraciadamente, otros relatos no tan honestos. Y en este desconcierto no resulta complejo el progreso de las ideas más populistas.
Valga como ejemplo de manipulación todo lo acaecido el 1 de octubre de 2016 en el 'golpe' de mano que sufrió el PSOE de Pedro Sánchez y que permitió la investidura de M. Rajoy. De aquel proceso salió especialmente herida La Sexta y el mediático Antonio Ferreras, cuya cuñada (la hermana de Ana Pastor, Mercedes), trabaja para el PSOE de Andalucía de Susana Díaz.

El caldo de cultivo ideal para las ideas extremas

Si los políticos no representan a los ciudadanos, los medios de comunicación ya no son de fiar y si cada día los ciudadanos son más pobres mientras los ricos siguen aumentando sus riquezas acabamos de creer el caldo de cultivo ideal para el surgimiento de ideas extremas. Basta con predicadores que sean capaces de envolver su mensaje en un envoltorio lo suficientemente atractivo como para que ese desempleado o empobrecido ciudadano crea que todos sus problemas se deben a los inmigrantes, a los movimientos secesionistas o la aparición de la Virgen de los Disparates. Sobre todo, porque ese mensaje ultra es transmitido después de un "los políticos están sirviendo a las élites, los medios de comunicación manipulan, cada vez hay más políticos y ganan más, tú cada vez estás peor…". Verdades evidentes sobre las que construir una falacia.

De lo contrario, ¿por qué triunfo Donald Trump? ¿Por sus ideas y sus planteamientos o por el evidente descrédito del sistema y su oponente político, Hillary Clinton? Ciertamente, en la elección de Donald Trump tuvo bastante más importancia las contradicciones del sistema y la propia Hillary Clinton, con todo lo que ella representa, que su propio mensaje. Y en ese sentido, su victoria es más una derrota de un mundo regido por el capitalismo y el liberalismo salvaje.

Esta disyuntiva ya la hemos vivido. Esto es un dejà vu. Hace un siglo el capitalismo salvaje, con unas características muy parecidas al actual, derivó en las extremas ideas que nos condenaron a las dos mayores catástrofes acaecidas hasta la fecha.

Ahora, ya sabemos que solo la regeneración nos salvará del apocalipsis: un mundo más justo, políticas más sociales, mayor calidad democrática, regeneración política, separación de poderes, disminución de las desigualdades, mejoras educativas y culturales o redistribución del capital a nivel global serán claves para detener e invertir un proceso que ya ha comenzado. Nuestro futuro está en juego.

Artículo tomado de: RT Actualidad

30 de septiembre de 2018

El sorprendente método para combatir la "epidemia de violencia" en los barrios marginales de Chicago (EE.UU.)

Tras más de una década trabajando en el extranjero, el epidemiólogo estadounidense Gary Slutkin regresó a finales de los 90 a su Chicago natal porque quería "descansar" de enfermedades como la tuberculosis o el cólera.


Para combatir enfermedades contagiosas se depende mucho de los datos. Primero, las autoridades de salud localizan en mapas los focos de mayor infección y después ya pueden centrarse en frenar el contagio en estas áreas.

A menudo, la transmisión se controla haciendo que la gente cambie sus hábitos para que se pueda ver un efecto rápido incluso cuando existen factores estructurales que no pueden ser abordados.

Por ejemplo, la diarrea suele estar causada mayormente por un saneamiento y suministro de agua deficientes. Mejorar los sistemas de cañerías demora mucho tiempo, pero, a corto plazo, se puede salvar miles de vidas si se le da a la población soluciones de rehidratación oral.

Estos pasos le sirvieron a Slutkin para combatir los brotes que se dieron en los 40 campos de refugiados somalíes que atendía. También le fueron útiles cuando trabajó para la Organización Mundial de la Salud (OMS) en prevención del sida. Fuera cual fuera la naturaleza exacta del virus a tratar, los pasos para luchar contra él eran los mismos.

"¿Qué tienen todos en común? Que se esparcen", dice. "Los infartos y enfermedades coronarias no se esparcen".

Cambiar los patrones de conducta es mucho más efectivo que limitarse a darle información a la gente. Para conseguirlo, es fundamental que los mensajeros tengan credibilidad.

"En todos estos brotes usamos personal de divulgación pertenecientes al mismo colectivo" del público objetivo, explica. "Refugiados somalíes para llegar a refugiados somalíes con tuberculosis o cólera, trabajadores sexuales para llegar a trabajadores sexuales con sida, madres para llegar a madres con diarrea que estuvieran amamantando".

Así que cuando volvió a Chicago y se encontró con que la tasa de homicidio estaba por las nubes, decidió aplicar el método que tanto conocía.

Recopiló mapas y datos de violencia armada en su ciudad y vio cómo los paralelismos con los mapas de los brotes infecciosos se hacían inevitables. "Las curvas epidémicas son las mismas, la agrupación. De hecho, un evento daba a pie a otro, lo que es indicativo de un proceso contagioso. Una gripe genera más gripe, un resfriado causa más resfriados y la violencia provoca más violencia", asegura el experto.

En esa época, esto era una desviación radical de la opinión extendida sobre la violencia, que se centraba principalmente en la justicia. La idea popular era "esta gente es 'mala' y sabemos qué hacer con ellos: castigarlos", dice Slutkin. "Eso es, fundamentalmente, no entender bien al ser humano. La conducta se forma con el ejemplo y la imitación".

Patrones de violencia

Chicago está profundamente segregado de acuerdo a la raza. Muchos vecindarios del barrio de South Side tienen un 95% de población afroestadounidense; en otros, más del 95% de los habitantes son de ascendencia mexicana. La mayoría son áreas socioeconómicamente muy desfavorecidas y han sufrido años de abandono por parte del Estado. Las tasas de homicidio pueden llegar a ser hasta 10 veces más altas que en las zonas de población predominantemente blancas y ricas.

Pero Slutkin enfatiza que esta agrupación tiene menos que ver con razas y más con patrones de conducta (generalmente, entre una sección más pequeña de la población que normalmente es joven y masculina) que se transmiten entre personas. Según él, se podía salvar vidas cambiando estos comportamientos en los individuos y las normas del grupo.

En el año 2000, lanzó un proyecto piloto en el vecindario de West Garfield que replicaba los mismos pasos que la OMS aplica a los brotes de cólera, tuberculosis y sida: frenar la transmisión, prevenir un contagio futuro y cambiar las normas del grupo.

El primer año se registró una caída del 67% en los homicidios. El programa se extendió a otros vecindarios y, donde sea que se aplicara, los homicidios caían al menos en un 40%. Otras ciudades comenzaron a copiar este enfoque.

En la actualidad, la organización de Slutkin, Curar la Violencia, trabaja en 13 vecindarios de Chicago. Existen versiones del programa en Nueva York, Baltimore y Los Ángeles y en otras ciudades del mundo.

Lea el artículo completo en: BBC Mundo

29 de agosto de 2018

De cómo los jeans conquistaron el mundo

Tres iconos del cine: Dean, Monroe y Brandon, responsables, además, de popularizar los jeans en todo el planeta.

Es difícil encontrar una prenda tan ampliamente aceptada, usada y amada en el mundo como los jeans. El símbolo clásico del oeste estadounidense ahora es un elemento básico en todos los armarios. 

¿Cuál es la razón?

Los usan los vaqueros, sí. Pero también las supermodelos, los agricultores, los presidentes y las amas de casa.

Si le pregunta a cualquier grupo de personas por qué se viste con jeans es probable que obtenga varias respuestas. Para algunos son cómodos, duraderos y fáciles de combinar, mientras que para otros son frescos y hasta sexy. Los pantalones de jean significan distintas cosas para cada persona y puede que allí resida su atractivo.

Se trata de un tema que ha sido poco estudiado, dice el antropólogo Danny Miller, cuyo libro "Blue Jeans" se publicó en el 2013.

En todos los países que ha visitado -desde Filipinas hasta Turquía, India y Brasil- Miller se ha detenido un día cualquiera a contar las primeras 100 personas que ve pasar. El resultado de su pequeña encuesta reveló que casi la mitad de la gente vestía pantalones vaqueros.

Los jeans están en todas partes, asegura, con la excepción de extensiones rurales de China y Asia meridional.

La razón de su éxito tiene mucho que ver con su significado cultural además de su diseño.
Nacieron como ropa de trabajo para los trabajadores de granjas y minas del oeste de Estados Unidos a finales siglo XIX.

A un sastre de Nevada llamado Jacob Davis se le pidió que hiciera un par de pantalones resistentes para un leñador local y a él se le ocurrió la idea de reforzar con remaches. Los pantalones terminaron siendo extremadamente duraderos y pronto se generó una enorme demanda.

Davis se dio cuenta del potencial de su producto, pero no tenía el dinero para patentarlo. Así que le escribió a su proveedor de telas, el comerciante de San Francisco, Levi Strauss, en busca de ayuda.

El nacimiento

"El secreto de los pantalones son los remaches que puse en los bolsillos", dijo. "No puedo hacerlos lo suficientemente rápido. Mis vecinos sienten celos de este éxito".
Los Levi's, como luego se les conoció a los pantalones patentados, se realizaban en dos tipos de telas: lienzo y mezclilla.

"Muy pronto supieron que la versión hecha de mezclilla era la que iban a vender", dice Pablo Trynka, autor del libro "Denim: de los cowboys a las pasarelas". La mezclilla era mucho más cómoda y su tinte índigo le otorgaba un carácter único.

Ese color, al que también se le conoce como añil, no penetra en el hilo del algodón al igual que otros tintes, sino que pinta el exterior de cada hilo. Estas moléculas se desgastan con el tiempo y ello es lo que provoca que el tejido se desvanezca.

Lea el artículo completo en:

BBC Mundo

17 de julio de 2018

¿Qué diferencias hay en las preferencias de color de hombres y mujeres?

En un estudio realizado hace unos años con sujetos de 22 países, Joe Hallock llegó a la conclusión de que el 57% de los hombres eligen el azul como su color favorito, frente a un 35% de las mujeres que se decantan por esta opción. Las diferencias son especialmente significativas en lo que respecta al color violeta: un 23% de las mujeres encuestadas por Hallock lo escogieron como preferido frente a un 0% de los hombres. En lo que respecta al verde, la proporción de personas que lo eligen como favorito es igual en ambos sexos, un 14%. Curiosamente, a partir de los 70 años las respuestas son más homogéneas y el 82% de las personas escoge el azul como color preferido.

Los colores que menos gustan tanto a hombres como a mujeres son el marrón y el naranja, que juntos suman cerca del 50% de las respuestas negativas.

El estudio también reveló que los hombres se decantan por colores brillantes, mientras que las mujeres tienden a elegir colores suaves y tonos pastel. En cuanto a los nombres de los colores, lo que para ellos es "rosa" para ellas tiene matices como rosa fresa, rosa chicle, magenta o salmón. Lo mismo sucede con el verde, con el violeta y con los azules.

Fuente:

Muy Interesante

26 de junio de 2018

Los hombres viven menos que las mujeres en todo el mundo y la ciencia lleva décadas buscando por qué

Las mujeres sufren más estrés, más depresión, más ansiedad. Además, son más proclives a enfermedades crónicas. En muchos países, ganan menos dinero que sus compañeros masculinos; en otros tantos, tienen (muchos) menos derechos civiles y políticos. Y, sin embargo, viven más.

Es así. Las mujeres viven más tiempo que los hombres en todos los países del mundo. En todos, sin excepción. Y, en muchos de ellos, la diferencia es de más de una década. Como decían Austad y Bartke en 2016, “no hay patrón más robusto en la biología humana”. La cuestión es que no sabemos por qué.

Veamos los factores biológicos y culturales de este fenómeno AQUÍ
google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0