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5 de diciembre de 2019

El Litio: la “nueva gasolina” que hará rodar al mundo

Este mineral es llamado ‘White Petroleum’, el Petróleo Blanco.


La alta demanda de litio a superar unas cuotas en el mercado verdaderamente sorprendentes. Se ha más que duplicado su precio, y los analistas vaticinan que irá a más en los próximos años.
En el mundo hay una zona especial, que se denomina el Triángulo del Litio, que está ubicado en América del Sur entre Argentina, Chile y Bolivia. Allí se encuentra el 85% de todas las reservas mundiales de este metal blando.

En ese sentido, algunos ya se atreven a denominar al litio como ‘White Petroleum’, el Petróleo Blanco, la nueva gasolina que hará rodar al mundo entero. Hay un montón de razones para ser optimistas acerca de lo que Goldman Sachs llama «la nueva gasolina» que impulsará el mundo.

Según The Economist, “la lucha mundial de los mayores productores de baterías del mundo, y los usuarios finales, tales como los fabricantes de automóviles”, entre otras cosas, ha hecho que se dispare el precio del carbonato de litio importado a China, tanto que se ha más que duplicado sólo en noviembre y diciembre del año pasado, cuando alcanzó una increíble cota de 13 mil dólares por tonelada.

Algunos contratos en China, según Bloomberg, tienen previsto alcanzar los 23 mil dólares. Por su parte, Goldman Sachs predice que por cada 1% de aumento de la cuota de mercado de vehículos eléctricos, la demanda de litio se incrementará en 70 mil toneladas por año.

Además, esta firma prevé que el mercado de litio podría triplicar su tamaño en 2025 sólo en la parte trasera de los dichos vehículos.

Mina de litio en el Perú superaría 6 o 7 veces las reservas de Bolivia y Chile

La empresa Macusani Yellowcake espera iniciar la construcción de la planta de extracción a fines de 2020, en Macusani (Perú).

Las tobas litíferas que se encontraron en Falchani tienen un contenido de 3.500 a 4.000 partes por millón (ppm), con lo que Perú superaría seis o siete veces a las encontradas en los salares de Bolivia y Chile.

 “La demanda de litio es sólida, viene en crecimiento y el precio está en proceso de estabilización. La mejora en la demanda de uranio también incrementa las perspectivas. Y en especial, el Ministerio de Energía y Minas y el Gobierno electo muestran sólido apoyo y trabajan con miras a garantizar que se produzca en el futuro litio-uranio en el país”, indicó Solís.

Fuentes 01 y Fuente 02


27 de noviembre de 2019

¿Por qué los pies huelen mal?

Algunos cambios hormonales, el estrés, la alimentación o la presencia de hongos o de humedad hacen que se activen las glándulas sudoríparas.


Los pies no tienen por qué oler mal

Los pies no tienen por qué oler mal si se mantienen limpios y sanos. Pero todos sabemos que muchos pies huelen mal ¡o muy mal! Y es que sucede que algunos cambios hormonales, el estrés, la alimentación o los hongos o la humedad hacen que se activen unas glándulas que hay en ellos (las glándulas ecrinas y aprocrinas). Se trata de glándulas sudoríparas, es decir, poros por los que el sudor sale al exterior. Estas glándulas están en la piel de todo el cuerpo, no solo de los pies. El líquido que segregan, el sudor, no huele mal, es inodoro, y está formado por proteínas, ácidos grasos y esteroides.

Pero entran en escena las bacterias
 
Pero además, nuestra piel está totalmente cubierta por bacterias. Y esas bacterias se alimentan de este líquido, de esas proteínas, esos ácidos grasos y esos esteroides. Al consumir este producto de nuestro cuerpo, las bacterias inician una ruta metabólica, es decir una serie de reacciones químicas que a partir de los productos iniciales provocan la aparición de otros compuestos. Y entre esos productos puede haber algunos compuestos volátiles que son los que llegan a nuestra nariz, a nuestros receptores olfativos que mandan una señal a nuestro cerebro, y eso es lo que nos hace percibir un olor. Y en el caso de los pies, por lo general es un mal olor.

Compuestos activos y no activos

Un compuesto volátil es una molécula orgánica de bajo peso molecular y de bajo punto de ebullición. Pero tienes que saber que no todos los compuestos volátiles tienen olor, por eso decimos que algunos son activos y otros no son activos. Los que son activos son los que percibimos como un olor. Los compuestos volátiles activos más habituales que se han identificado en los pies son: el ácido isovalérico que tiene olor a queso, fecal, a fruta podrida, a rancio; y otros ácidos de cadena corta como el ácido propanoico al que se describe con olor a grasa, a rancio, a soja, a agrio y el ácido butírico que tiene olor a mantequilla, a queso rancio y a ácido. Estos tres son los principales compuestos que se han identificado en los pies.

Pero no son nuestras secreciones las que los contienen, sino que son las bacterias presentes en los pies las que al alimentarse de nuestro sudor segregan estos compuestos malolientes.

El que ocurra más habitualmente en los pies se debe al tipo de bacterias que viven en ellos. Algunas de esas bacterias aisladas en los pies son Brevibacterium linens y Bacillus subtilis que segregan estos compuestos. Por ejemplo, en el codo no tenemos este tipo de bacterias así que no se generan esos compuestos volátiles por lo que el codo no huele mal. Aunque no ocurra en ciertas partes del cuerpo como los codos, no sucede solo en los pies. También puede aparecer mal olor en las axilas, en el cuero cabelludo, etc… y el mecanismo porque el que aparece es el mismo que en los pies.

Percibimos el olor de distintas maneras

Sobre el mal olor debo decirte también que no todas las personas lo percibimos de la misma manera. No solo por el umbral de percepción que hace que algunas personas seamos más sensibles a los olores, o a ciertos olores, que otras, sino porque intervienen la experiencia previa y la memoria de cada individuo. Por ejemplo, puede que alguien haya olido un queso de Cabrales y que no le guste y le huela mal y eso queda como experiencia previa, entonces cuando huela a pies lo va a asociar, lo va a identificar con aquello anterior que no le gustó. Sin embargo, es posible que a otra persona a la que le guste ese tipo de queso y tolere esos olores, el de los pies no le parezca tan malo. Eso varía muchísimo entre los diferentes seres humanos.

Fuente:

El País (Ciencia)
 

26 de noviembre de 2019

2019: los gases de efecto invernadero marcan un máximo histórico

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte de que la concentración de dióxido de carbono (CO2) es la más alta desde hace tres millones de años.


La humanidad suma otra página para la crónica del desastre: la concentración en la atmósfera de los principales gases de efecto invernadero —dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)— marcó un nuevo récord durante 2018. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha recordado este lunes (25 de noviembre de 2019) que en el caso del CO2, el principal de estos gases responsables del calentamiento global, hay que retroceder al menos tres millones de años para encontrar una concentración tan grande en la atmósfera. Y en aquel momento —en el que ni siquiera existía el ser humano—, la temperatura era entre dos y tres grados más cálida que ahora y el nivel del mar entre 10 y 20 metros mayor, ha advertido la organización. La OMM, un ente dependiente de la Naciones Unidas, ha presentado este lunes su boletín anual de concentración de gases de efecto invernadero, el decimoquinto que realiza.

Estos gases siempre han estado presentes en la atmósfera terrestre e impiden que parte del calor que desprende la Tierra tras ser calentada por el Sol se pierda en el espacio. Gracias a ellos el planeta tiene una temperatura agradable que lo hace habitable para el hombre. Pero el equilibrio que ha existido durante miles de años se ha roto y la OMM tiene claro el responsable: "Hay múltiples indicios de que el aumento de los niveles atmosféricos de CO2 está relacionado con la quema de combustibles fósiles", es decir, con el empleo por parte del ser humano del carbón, el gas natural y el petróleo.

La utilización de esos combustibles fósiles se disparó a partir de la Revolución Industrial y, con ello, las emisiones de gases de efecto invernadero. En el caso del CO2, la concentración alcanzó en 2018 las 407,8 partes por millón (ppm), lo que supone casi un 47% más que el nivel preindustrial (en 1750, cuando la concentración era de 278 ppm). El metano atmosférico alcanzó las 1.869 partes por mil millones (ppb) en 2018, casi un 159% más que el nivel preindustrial. Y en el caso del óxido nitroso su concentración atmosférica fue de 331,1 ppb, un 23% más que en 1750. Estos son los resultados de las más de 100 estaciones de medición repartidas por el planeta que sirven para elaborar el boletín de esta organización.

Más información en: El País (Ciencia)
 

12 de noviembre de 2019

Mercurio en el pescado: ¿cuánto atún puedo comer a la semana?

El atún rojo es uno de los pescados con mayor acumulación de mercurio, por ello conviene consumirlo con moderación.

¿De dónde procede el mercurio del pescado? 

Hasta que apareció la mano del hombre, el mercurio llegaba al mar únicamente por las erupciones volcánicas o por la erosión de las rocas por el agua y el viento. Actualmente, al explotar el mercurio como materia prima también se vierten sus residuos al mar. Es importante diferenciar el mercurio inorgánico del mercurio orgánico, que es más tóxico. Cuando las bacterias reaccionan con el mercurio lo convierten en metilmercurio y esta nueva molécula acaba formando parte de la carne de los peces.

No todos los peces son iguales

Por suerte, no todos los pescados presentan la misma cantidad de mercurio. El factor principal es su cantidad de grasa. Esto se debe a que el mercurio «se pega» mejor a la grasa que a otras zonas del cuerpo del animal. Así, los pescados azules, que tienen más grasa, pueden contener más mercurio. Por otro lado, en cuestión de peces y mercurio, el tamaño sí importa. Ya sabemos que pez grande se come al pez chico. Y si el pez chico tiene mercurio y el pez grande se come muchos peces chicos... al final son los grandes depredadores los que van más argados de mercurio. 

¿Con qué pescados tenemos que tener más precaución?

Se clasifican como «con alto contenido en mercurio» únicamente cuatro especies: el pez espada o emperador, el lucio, el tiburón (cazón, marrajo, mielgas, pintarroja y tintorera) y el atún rojo, que ahora se consume de formas como el tataki, el tartar o el sushi. Esto debe tenerse en cuenta especialmente en los niños. 

¡Importante! Cuando hablamos de atún rojo no nos referimos al atún en conserva, que generalmente es atún claro o bonito del norte. 

Como especies «con bajo contenido en mercurio» se consideran gran parte de las de de consumo muy frecuente como salmón, sardina, palometa, trucha, anchoa, dorada, lubina, merluza, pulpo, sepia, chipirón o mejillón.

¿Qué consecuencias tiene consumir mercurio en exceso?

El metilmercurio es una neurotoxina que afecta al sistema nervioso central en desarrollo, de ahí que el feto y los niños más pequeños sean los más sensibles a este metal. Esto ocurre porque es lipofílico, le gusta la grasa, y hace que pueda atravesar fácilmente la placenta y la barrera hematoencefálica. También se han observado efectos sobre la ganancia de peso, la función locomotora y la función auditiva.

En resumen: comer pescado es seguro.

No solo es seguro sino que también es recomendable y se aconseja consumirlo varias veces por semana. El consumo de alrededor de una o dos raciones de pescado/marisco por semana y hasta tres o raciones por semana durante el embarazo se asocia con mejores resultados funcionales del neurodesarrollo en los niños en comparación con la ausencia de consumo. Y en adultos, con un menor riesgo de mortalidad por enfermedad cardiaca coronaria. 

Por tanto no te hagas muchos problemas con el consumo de pescado. Solo hay que tener precaución con las especies citadas, y... ¡a disfrutar de lo que nos trae el mar!

Con información de:

El País (España)

El Mundo (España)
 

3 de septiembre de 2019

Bayer, L'Oréal, Merk y otras 650 empresas usan peligrosos productos químicos

El problema pude ser mucho mayor, ya que ciertas barreras de acceso a la información impidieron verificar alrededor de 700 productos químicos detectados y la identidad de más de 5.000 compañías involucradas.
 

Los principales productores de cosméticos, alimentos, medicamentos y plásticos de toda Europa están violando la ley al usar millones de toneladas de productos químicos sin completar importantes controles de seguridad. Así lo ha revelado un informe de la organización ambientalista alemana BUND, miembro de la Oficina Europea del Medio Ambiente.

"Las compañías químicas han estado haciendo caso omiso de la ley durante años y saliéndose con la suya, vendiendo sustancias que podrían causar cánceres hormonales, trastornos cerebrales y otros problemas de salud graves", asegura Manuel Fernández, oficial de políticas químicas de BUND.
La Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) reconoció en noviembre pasado que estaba al tanto de tales violaciones luego de investigar 700 productos químicos ampliamente utilizados y descubrir que dos tercios de ellos infringían la regulación clave de la agencia —conocida como REACH—, que obliga a las empresas a realizar pruebas de seguridad. Sin embargo, BUND, basándose en una investigación gubernamental de 2014 que concluyó que 940 sustancias no cumplían con las normas, afirma que al menos 41 de esos productos aún son usados.

El documento identificó un total de 654 compañías que no cumplían con el REACH y detectó varias de las sustancias potencialmente mortales. Algunas de las empresas nombradas en el informe ya se enfrentan a escándalos, como Bayer, que afronta miles de juicios en EE.UU. por el supuesto riesgo de cáncer que conlleva su herbicida Roundup. Entre otras implicadas se destacan L'Oréal, la multinacional de alimentos DSM, 3M, ExxonMobil, BASF, Du Pont y el gigante farmacéutico Merk.

El ftalato de dibutilo es una de las sustancias nombradas por el informe. Se trata de un compuesto orgánico utilizado en pisos, juguetes, cuero, papel y cartón. Es altamente tóxico para la vida acuática, puede dañar al feto y disminuir la fertilidad. También aparece el acetato de metilo, un químico que puede causar somnolencia, mareos e irritación ocular grave. Se encuentra comúnmente en los adhesivos, productos de limpieza, cuidado personal y cosméticos.

"La punta del iceberg"

BUND subraya que el problema puede ser mucho mayor, ya que ciertas barreras de acceso a la información impidieron verificar alrededor de 700 de los 940 productos químicos detectados y la identidad de más de 5.000 de las 7.000 compañías involucradas.

"BUND reveló la punta del iceberg; ahora está en manos de la ECHA contarnos el resto. Tenemos derecho a saber si los productos químicos son seguros o no. REACH es la mejor y más ambiciosa regulación química del mundo y nos hizo sentir orgullosos de ser europeos cuando se creó por primera vez. Pero eso cuenta poco si no se toma en serio ", asevera la gerente de política de químicos de la Oficina Europea del Medio Ambiente,

Cortesía de RT Actualidad 

9 de julio de 2019

El agua es fuego (y el fuego es agua)

La relación entre el agua y el fuego es mucho más estrecha de lo que te imaginas.





No iba muy desencaminado Tales de Mileto, el más grande de los siete sabios de Grecia, cuando, en el siglo VI antes de Cristo, afirmó que el agua era la sustancia primordial de la naturaleza. Recordemos que, para los antiguos griegos, había cuatro elementos básicos que, mezclándose en distintas formas y proporciones, daban lugar a todo lo existente, y estos elementos eran el aire, el agua, la tierra y el fuego. Y Tales, observando que el agua puede ser líquida, sólida o gaseosa y que está presente en la tierra (en forma de humedad) y en el aire (en forma de vapor), pensó que esa era la esencia última de todas las cosas.



Pero ¿y el cuarto elemento, el fuego?, ¿acaso no es lo contrario del agua, que precisamente por eso se usa desde siempre para apagarlo? Parece el punto más débil de la teoría de Tales, y sin embargo la relación entre agua y fuego es la más estrecha de las que se dan entre los cuatro elementos.

La fórmula del agua, H2O, es sin duda la más conocida de las fórmulas químicas; pero no todo el mundo sabe que es el segundo término de una reacción que representa una combustión: 2H2 + O2 à 2H2O

El hidrógeno es muy inflamable (por eso en los globos aerostáticos se suele usar helio, menos ligero y más caro, pero inerte), y, cuando arde, dos moléculas de hidrógeno se combinan con una molécula de oxígeno para dar lugar a dos moléculas de agua. Así que el agua, en su origen, es fuego, lo que equivale a decir que el fuego -la intensa reacción exotérmica que se produce al combinarse el hidrógeno y el oxígeno- es agua, como intuía Tales.

¿Y los demás fuegos? Lo que arde habitualmente en la naturaleza y en nuestros hogares, o en los motores de explosión, no es hidrógeno. ¿O sí? En buena medida sí: los combustibles habituales son hidrocarburos y otros compuestos de hidrógeno y carbono, y cuando arden la combustión produce sobre todo agua y dióxido de carbono. Por ejemplo, al quemar metano, el más simple de los hidrocarburos, se produce la siguiente reacción: CH4 + 2O2 à CO2 + 2H2O

Una molécula de metano se combina con dos moléculas de oxígeno para dar lugar a una molécula de dióxido de carbono y dos moléculas de agua; en este caso el fuego es… gaseosa muy caliente.

Algo parecido ocurre al quemar alcohol ordinario (etanol): CH3 – CH2OH + 3O2 à 2CO2 + 3H2O

Una molécula de etanol se combina con tres moléculas de oxígeno para formar dos moléculas de dióxido de carbono y tres de agua. En este caso el propio combustible aporta oxígeno y, por otra parte, la proporción de dióxido de carbono es mayor, pero la llama sigue siendo “agua con gas”.

La familiar fórmula H2O significa que una molécula de agua está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, y sus peculiares características moleculares convierten hacen del agua el “disolvente universal”: muchas de las reacciones químicas que se producen en la naturaleza tienen lugar en medio acuoso, y en otras muchas, como acabamos de ver, se produce agua. Además de la combustión, la más conocida reacción generadora de agua es la de un ácido con un hidróxido, como nos recuerda una frase muy familiar para quienes estudian química: “ácido más base, sal más agua”; por ejemplo, al reaccionar el ácido clorhídrico con el hidróxido sódico, se producen cloruro sódico (sal común) y agua: HCl + NaOH à NaCl + H2O

Su condición de disolvente universal hace que el agua sea fundamental para la vida tal como la conocemos, pues en estado líquido (en el que se mantiene de manera bastante estable entre 0º y 100º centígrados) suministra un medio idóneo para que las moléculas de otras sustancias se muevan libremente y se combinen entre sí. Por eso nuestro cuerpo contiene alrededor de un 70% de agua y no podemos sobrevivir mucho tiempo sin beber. Después de todo, Tales no iba desencaminado.

Tomado de: El País (España)

4 de junio de 2019

¿Qué pasaría si el núcleo de la Tierra se enfriara?


El núcleo
 
Además del nombre de una película de ciencia ficción lanzada en 2003, el núcleo es la parte más interna de la Tierra. Según estudios sismológicos, se encuentra justo en el centro del planeta y tiene un radio de aproximadamente 3.500 km (representa el 60% de la masa de la Tierra). Consiste principalmente en una aleación de níquel-hierro conocida como NiFe ("Ni" para níquel y "Fe" para hierro). El núcleo también es bastante denso, lo que implica que contine una gran cantidad de otros elementos pesados una cantidad muy pequeña de metales más ligeros, junto con rastros de silicio. La gravedad del núcleo es casi tres veces más fuerte que la gravedad en la superficie del planeta.

También se debe tener en cuenta que, aunque es lo suficientemente caliente por sí solo, su temperatura se ve acentuada por el calor generado por la fricción gravitacional, causado por el movimiento de materiales pesados cerca de la región donde se separan el núcleo y el manto.

¿Qué pasaría si el núcleo se enfría?

Aunque parezca un planteamiento curioso, no querremos que ocurra. El núcleo de nuestro planeta realiza una serie de funciones que son esenciales para mantener la vida en la Tierra. Todas esas funciones vitales serían interrumpidas si el núcleo se enfriara. Si el núcleo se enfriara tendríamos un planeta básicamente muerto. Esto resume bastante bien las consecuencias finales, ¿verdad? pero veamos los efectos específicos que serían causados por un enfriamiento del núcleo de la Tierra.

El enfriamiento del núcleo no solo provocaría una ausencia de energía geotérmica, sino que la oscuridad también caería sobre la Tierra, ya que las empresas de energía de todo el mundo utilizan el calor de la corteza terrestre para calentar el agua, que produce vapor, el vapor acciona las turbinas que generan electricidad a través de un proceso complejo... En otras palabras, un núcleo frío significa una Tierra más oscura.

Aparte de eso, el planeta también sería atacado por una gran cantidad de radiación peligrosa del Sol, ya que el núcleo ayuda a formar la capa protectora atmosférica y magnética alrededor de la superficie del planeta. El hierro en constante cambio en el núcleo forma este poderoso escudo alrededor de la Tierra que nos protege de la dañina radiación cósmica y solar.

En ausencia de ese escudo, habría un ataque brutal de rayos de radiación que pueden causar cáncer y sobrecalentar el planeta. También hay vientos solares que soplan sobre nuestro planeta todo el tiempo, pero son desviados en gran medida por estas fuerzas invisibles; Algunas de estas "ráfagas" de viento solar serían lo suficientemente fuertes como para secar océanos y ríos completos, pero nuestro núcleo caliente ayuda a prevenir que eso pase.

La Tierra acabaría convirtiéndose en un nuevo Marte. 
  

 

21 de mayo de 2019

¿Por qué son tan peligrosos los ácidos?

El ácido quema porque se disocia y entonces se produce una reacción química con calor que provoca una quemadura química.


El lector que nos ha enviado esta pregunta especifica que no entiende que si una sustancia necesita el agua para manifestar su nivel de acidez por qué en ausencia de agua, los ácidos siguen siendo peligrosos. Por poner un ejemplo claro: ¿por qué nos quemamos si nos cae un poco de, por ejemplo, ácido sulfúrico en la piel?

La respuesta es que también ahí hay agua. Vayamos despacio. El ácido quema porque se disocia, dona un protón al agua, (un ácido de Bronsted), y entonces se produce una reacción química con calor que provoca lo que llamamos una quemadura química. Es ese calor el que causa irritación cuando ocasiona una desnaturalización de proteínas, y, en el caso de algunos ácidos, quemaduras muy graves. Y eso ocurre cuando el ácido entra en contacto con nuestra piel y provoca corrosión en ella.
Y es así con todos los ácidos aunque unos son más fuertes y otros menos. Por ejemplo, el ácido acético que es un ácido orgánico es menos fuerte, aunque si te echaras ácido acético puro tu piel se irritaría pero no es lo mismo que, por ejemplo, el sulfúrico que es uno de los ácidos fuertes.

Lo que determina la capacidad de cada ácido para producir esas consecuencias es la constante de disociación o constante de acidez. Esta constante de disociación es la medida de la fuerza de un ácido en disolución, o lo que es lo mismo su capacidad de donar protones a la solución con la que entra en contacto. Todos sabemos que el ácido sulfúrico puede hacer agujeros y eso es porque tiene una constante de disociación muy alta, sin embargo, si te cae en la piel ácido acético solo te provoca una irritación y eso es porque su constante de disociación, su capacidad de ceder protones al medio con el que entra en contacto, es mucho más baja que la del sulfúrico. Cuantos más protones cede un compuesto, mayor es la reacción química que se produce y mayor su producción de energía y, por lo tanto, más capacidad de producir corrosión.
Sala de control del área química de la fábrica de ácido acetilsalicílico de Bayer en Asturias.
Sala de control del área química de la fábrica de ácido acetilsalicílico de Bayer en Asturias.
Hay que tener mucho cuidado al manejar ácidos por esa razón. Es necesario ponerse protección: gafas, guantes y, además, trabajar con ellos en una campana. Y las medidas son más estrictas en función de cuál sea la constante de disociación del ácido en cuestión. Por ejemplo, cuando usamos ácido acético para preparar fases móviles de los cromatógrafos en nuestro laboratorio no lo manejamos con tanta precaución como cuando manejamos ácido sulfúrico. El sulfúrico lo cogemos con guantes especiales resistentes al ácido y siempre trabajamos con él en la campana porque además emite gases.

En nuestro laboratorio usamos mucho el ácido sulfúrico para preparar un reactivo que se llama óleum y que es básicamente agua con ácido sulfúrico. Por ejemplo, cuando necesitamos separar los distintos productos naturales de las plantas los ponemos en unas placas finas de Silicagel y se rebelan con ácido sulfúrico. Y también usamos el ácido sulfúrico para limpiar material de vidrio (mezcla crómica) que no hay manera de limpiar de otra forma.

Los ácidos orgánicos están en todas partes. Por ejemplo, hay ácidos que se producen por fermentaciones biológicas como el láctico o el acético que son ácidos suaves y forman parte de muchos alimentos. Juegan un papel muy importante en nuestra alimentación diaria. También nuestro cuerpo produce ácidos, cuando hacemos ejercicio generamos ácido láctico que es el que más tarde provoca las agujetas en los músculos.

Toda nuestra vida cotidiana está rodeada de ácidos. Las hormigas secretan ácido fórmico y por eso cuando te pican y te irritan lo que te está irritando es el ácido fórmico que las hormigas usan como defensa.

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