La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte de que la concentración de dióxido de carbono (CO2) es la más alta desde hace tres millones de años.
La humanidad suma otra página para la crónica del desastre: la concentración en la atmósfera de los principales gases de efecto invernadero —dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)— marcó un nuevo récord durante 2018. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha recordado este lunes (25 de noviembre de 2019) que en el caso del CO2,
el principal de estos gases responsables del calentamiento global, hay
que retroceder al menos tres millones de años para encontrar una
concentración tan grande en la atmósfera. Y en aquel momento —en el que
ni siquiera existía el ser humano—, la temperatura era entre dos y tres
grados más cálida que ahora y el nivel del mar entre 10 y 20 metros
mayor, ha advertido la organización. La OMM, un ente
dependiente de la Naciones Unidas, ha presentado este lunes su boletín
anual de concentración de gases de efecto invernadero, el decimoquinto
que realiza.
Estos gases siempre han estado presentes en la atmósfera terrestre e
impiden que parte del calor que desprende la Tierra tras ser calentada
por el Sol se pierda en el espacio. Gracias a ellos el planeta tiene una
temperatura agradable que lo hace habitable para el hombre. Pero el
equilibrio que ha existido durante miles de años se ha roto y la OMM
tiene claro el responsable: "Hay múltiples indicios de que el aumento de
los niveles atmosféricos de CO2 está relacionado con la quema de combustibles fósiles", es decir, con el empleo por parte del ser humano del carbón, el gas natural y el petróleo.
La utilización de esos combustibles fósiles se disparó a partir de la
Revolución Industrial y, con ello, las emisiones de gases de efecto
invernadero. En el caso del CO2, la concentración alcanzó en
2018 las 407,8 partes por millón (ppm), lo que supone casi un 47% más
que el nivel preindustrial (en 1750, cuando la concentración era de 278
ppm). El metano atmosférico alcanzó las 1.869 partes por mil millones
(ppb) en 2018, casi un 159% más que el nivel preindustrial. Y en el caso
del óxido nitroso su concentración atmosférica fue de 331,1 ppb, un 23%
más que en 1750. Estos son los resultados de las más de 100 estaciones
de medición repartidas por el planeta que sirven para elaborar el
boletín de esta organización.
Más información en: El País (Ciencia)