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31 de julio de 2018

Enel pone en marcha parque eólico de US$165 millones

Wayra I cuenta con una capacidad instalada de más de 132 MW. Se trata del proyecto más grande de su tipo en el país, lo que convierte a Enel en el principal generador de energías renovables del país.



Enel ha puesto en marcha el parque eólico más grande del país actualmente operación (14 de junio de 2018), Wayra I, convirtiéndose así en el principal generador de energías renovables del Perú, con una capacidad instalada de aproximandamente 1,1 GW. 

Wayra I, que es operada por Enel Green Power Perú (EGPP), la subsidiaria de energías renovables de Enel en Perú, está ubicada en Marcona, región Ica. Cuenta con una capacidad instalada de más de 132 MW,  y es el primer parque eólico del Grupo en el país.

Enel invirtió más de 165 millones de dólares en su construcción, en línea con la inversión contemplada en su plan estratégico.

"Con la entrada en servicio de Wayra I, que sigue la puesta en marcha de la planta solar Rubí, Enel Green Power ya ha completado y conectado a la red aproximadamente el 94% de la capacidad adjudicada en la cuarta subasta pública de energías renovables de Perú, cumpliendo con sus compromisos a tiempo y convirtiéndose un líder del sector en el país”, señaló Antonio Cammisecra, responsable de Enel Green Power (EGP), que es la División Global de Energías Renovables del Grupo Enel

"Este es un primer paso en el desarrollo a gran escala de las renovables en Perú", añadió. 
Se prevé que el nuevo parque eólico, el cual se construyó en aproximadamente un año y que comprende 42 aerogeneradores de más de 3 MW cada uno, producirá alrededor de 600 GWh al año, suficiente para evitar la emisión anual de más de 285.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.

La energía generada por la planta eólica es entregada al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN) a través de la subestación Poroma. El proyecto está respaldado por un contrato de suministro eléctrico a 20 años celebrado con el Ministerio de Energía y Minas del Perú.

Desde enero 2018 hasta la fecha, EGP ha conectado a redes alrededor del mundo seis centrales, entre las cuales Wayra I, alcanzando una capacidad renovable instalada de más de 1.000 MW.
EGPP llevó a cabo diversas iniciativas para apoyar a los negocios locales y a las comunidades, incluyendo el monitoreo ambiental por parte de asociaciones e instituciones.

En el lugar de construcción de Wayra I se aplicó el modelo “Sitios de Construcción Sostenible” de Enel, el cual comprende la medición del impacto social y ambiental del proyecto y las acciones para incorporar el uso racional de los recursos. 

En el sitio de construcción de Wayra I se ha utilizado una planta de nanotecnología y libre de CO2 para el tratamiento de aguas residuales, accionada por un pequeño aerogenerador con un sistema de almacenamiento con baterías.

Esta planta innovadora filtra las aguas residuales a través de una serie de membranas cerámicas con nanotecnología patentada por la compañía BioGill, lo cual permite que las bacterias purifiquen el agua de forma natural.

Esta tecnología permitió a EGPP reutilizar aproximadamente 350 metros cúbicos de agua durante los trabajos de construcción del parque eólico, ahorrando este recurso a la par de minimizar el uso de vehículos a motor para la remoción de lodos evitando la emisión de cerca de 1,64 toneladas de CO2.

3 de octubre de 2014

China y el edificio que funcionará solo con viento

Medirá 350 metros de altura y la electricidad generada por el viento alcanzará para todo el edificio y una parte de la ciudad en la que se construirá.


El estudio de arquitectura Decode Urbanism Office con sede en Beijing, ha diseñado un rascacielos conceptual con una fachada compuesta de miles de pequeñas turbinas eólicas que serían capaces de producir suficiente energía para abastecer a todo el edificio.

La estructura medirá 350 metros de altura, se ubicará en Taiwan, y estaría destinada a albergar departamentos de desarrollo urbano de la ciudad, que serían comercio, salas de exposiciones y museos entre otras. La fachada de la torre, inspirada en la flor del ciruelo (la flor nacional de China y Taiwán) reaccionaría a los cambios de dirección e intensidad del viento y crearía un efecto de cientos de brotes de ciruelo en la floración.

Cada cuadrícula de la fachada tendría un generador de energía eólica mecánica, que actuarían como veletas que oscilan con el viento. Cada generador tendrá su propia luz LED, que iluminará un pequeño trozo de la fachada con una intensidad que depende de la cantidad de energía producida. Esto produce un flujo pulsante de luz que viaja a través de la fachada ondulante. El color de las luces también sería ajustado para corresponder a los cambios en la temperatura y la temporada. Por la noche, los generadores de forma de diamante se iluminarían con las miles de pequeñas luces LED.

Aunque actualmente existen ya muchas estructuras que utilizan energía eólica, lo novedoso de esta torre es que la electricidad que se genera por medio del viento alcanza para toda la energía que la edificación requiere y también para abastecer a una parte de la ciudad taiwanesa de Taichung, que es en donde se construirá.

Fuente:

Veo Verde

16 de julio de 2013

Los molinos que quitan la sed en la sierra ecuatoriana

A principios de 2013 el Ministerio de Electricidad y Energía Renovable de Ecuador presentó un Atlas Eólico.

"Es una ilusión de niño, siempre quise tener un molino de viento y ya lo tengo. Al menos para esta cosa puedo morir tranquilo", suspira el francés Christopher Vercoutere, quien lleva 40 años viviendo en Ecuador.

A su lado asiente en silencio Agustín Seminario, el ingeniero que siete años atrás construyó su primer molino, ése que disfruta Vercoutere en su campo, el mismo que tímidamente comienza a moverse como si lo empujaran el francés y el ecuatoriano con la mirada.
El molino de Vercoutere se encuentra en la comunidad de San Roque, provincia de Imbabura, en el norte de la región Sierra, una de las zonas del Ecuador que más sufre para regar sus sembradíos.

"Vivimos en una zona que no tiene acceso a la energía. Si bien es cierto que la electricidad llega a la casa, no llega a las fuentes de agua. Incluso en una gran hacienda que tenga electricidad, ésta llega solo a la casa de la hacienda", explica Seminario, quien estudió ingeniería mecánica en Quito.

Aunque ha llevado sus molinos por todas las provincias serranas, desde Carchi hasta Azuay, Seminario se mueve en un mercado dominado por bombas que funcionan a gasolina o a diesel debido al bajo precio de estos combustibles, pero su apuesta por la generosidad de los vientos ha calado también en Quito.

Un atlas de vientos

A comienzo de este año, el Ministerio de Electricidad y Energía Renovable de Ecuador presentó su Atlas Eólico, para identificar las zonas del país donde este recurso puede ser aprovechado para la generación de electricidad y diversificar la matriz energética.
"La participación de la energía eólica en la matriz de producción eléctrica hasta la fecha es marginal"

Esteban Albornoz, ministro de Electricidad y Energía Renovable de Ecuador.

"La participación de la energía eólica en la matriz de producción eléctrica hasta la fecha es marginal, con tan solo 16,5 MW en el territorio continental correspondientes al proyecto Villonaco que entró en operación en enero de 2013", dijo a BBC Mundo el ministro Esteban Albornoz y agregó:

"La información contenida en el Atlas Eólico, sumada a los incentivos que se vienen implementando a nivel regulatorio, establecen condiciones propicias para el desarrollo de nuevos proyectos eólicos de iniciativa pública y privada, que contribuirán al abastecimiento de la demanda y al desplazamiento de energía térmica que consume combustibles fósiles".

Pero los subsidios oficiales a estos combustibles han alejado del mercado a otros amantes de los molinos de viento como el ingeniero mecánico Marcos Cabrera, quien comenzó a construirlos como hobby en la provincia del Azuay, en el sur de la Sierra ecuatoriana, seis años atrás.

"La idea nació cuando un amigo me preguntó si le podría hacer un molino de viento y yo por alegrarlo le hice uno de adorno. Luego los fabriqué como negocio, pero hoy en día ya casi estoy retirándome de esta actividad porque la energía en Ecuador, el gas y la electricidad, es muy baratas y las posibilidades de hacer negocios son bien escasas".

Por eso, los artesanos de los molinos de viento han tenido que encontrarles nuevas funciones a las aspas de estos gigantes imaginados por Cervantes: bombear agua ya no es su única misión, sino oxigenarla.

Agua estancada 

Molino

Los molinos de viento ya no sólo bombean el agua, sino que también la oxigenan.

Inspirado por los molinos levantados en las zonas rurales del Ecuador por una misión internacional en la década del 60, Agustín Seminario comenzó a investigar cómo construirlos y cómo comercializarlos.

"Vi molinos de la Misión Andina que habían durado desde el año 65 y todavía seguían, aunque ya no bombeaban. Entonces fui a un molino, me subí, tomé fotos de sus partes, y dije 'esto ya está inventado, lo que hay que hacer es adaptarse a lo que tenemos acá'".

El principal inconveniente que enfrentó era el costo de cada uno de los cuatro piñones que movían estos molinos, que puede variar de 200 a 300 dólares, pero por fortuna, uno de sus trabajadores sugirió utilizar los piñones de una moto, mucho más baratos, y el invento funcionó.

Pero no todos los campesinos ubicados en la ladera del volcán Imbabura necesitaban bombear agua de pozos cavados en la tierra, algunos requerían hacer algo con el agua caída del cielo.

"Nosotros plantamos papa, zanahoria y hierva para el ganado pero para riego no hay nada de agua, solo esperamos a la lluvia en abril y mayo que son aguas medias duras, por eso hicieron esos reservorios", dice a BBC Mundo Luis Rosales, cuidador de unos de los campos de la comunidad Cerotal, ubicada a 3.200 metros de altura.

Fabricar piscinas para almacenar el agua pareció ser la mejor solución, pero los campesinos pronto descubrieron el agua estancada por mucho tiempo pierde el oxígeno y se pudre… y ahí entraron los molinos.

Otro sabor

"En Estados Unidos se diseñó un molino que en lugar de llevar una bomba de agua tenía un compresor, entonces el aire que es comprimido se inyecta debajo del agua y comienzan a salir burbujas como si estuviera hirviendo", cuenta el ingeniero Seminario, quien comenzó a reproducir este modelo en Ecuador.
"Lo interesante de esta agua es que es muy agradable para tomar porque no tiene gusto a cloro"

Christopher Vercoutere

Al oxigenar los reservorios se eliminan las algas y se prolonga la vida útil del agua que pueden beber los animales.


Mientras los animales sacian su sed en los molinos ideados para oxigenar el agua, los hombres que aman los molinos en la sierra ecuatoriana disfrutan del agua que bombean de los pozos estas máquinas inventadas hace siglos.

"Todo el mundo piensa hoy en día que el agua tiene que ser suministrada por redes, pero no se puede comparar a nivel de sabor del agua entubada con esta agua", dice el francés Vercoutere.

"Lo interesante de esta agua es que es muy agradable para tomar porque no tiene gusto a cloro. Es algo que me ha sobrado de niño, porque en cada persona hay algo de niño que hay que tratar de guardar", concluye.

Tomado de BBC Ciencia

24 de enero de 2013

Japón: Construyen un parque eólico en alta mar

Contaminación, ahorro y ciertas obligaciones internacionales para cumplir con la reducción de los niveles máximos de contaminación llevan a las naciones a gastar grandes sumas de dinero en el desarrollo de tecnologías sanas para el medioambiente. Japón es uno de los países que hace un esfuerzo considerable por balancear la contaminación que genera su ultra concentrada urbanización, por lo que ahora se ha propuesto construir un parque eólico en alta mar para generar energía que será el más grande del mundo una vez terminado.

La urgencia vivida en Marzo de 2011 con la central nuclear de Fukushima fue un llamado de atención para el país nipón, uno de los más preparados ante emergencias y tragedias con tecnología de punta en cada rubro. Aun así, la incertidumbre vivida ante el acontecimiento los sobrepasó y los problemas que por suerte no se desencadenaron en el corto plazo tuvieron consecuencias en el largo, pues los tres reactores principales de Japón se desplomaron (54 reactores inutilizables en total) y el país insular ahora está buscando reducir su dependencia de la energía nuclear. Para esto ha buscado refugio y solución en la energía renovable, para lo que ha de construir el parque eólico en alta mar más grande del mundo. 

Se implementará un moderno sistema de marcos flotantes.  
Se implementará un moderno sistema de marcos flotantes.

Ubicado a 16 kilómetros frente a la costa de Fukushima, el plan se compone de la instalación de 143 turbinas de viento que generarán 1 gigawatt de energía una vez que estén completados en, se espera, 2020. 

Se busca que sea un record, por lo que la granja eólica nipona superará los 504 megavatios generados por las 140 turbinas de la granja Gabbard Mayor de la costa de Suffolk, Reino Unido, que es la mayor granja eólica del mundo por el momento. Incluso será superada cuando a fines de este año se pase al estuario del Támesis, donde tendrá 175 turbinas y producirá 630 megavatios de energía. Según la revista japonesa que dio el anuncio, la primera etapa del proyecto Fukushima será la construcción de una turbina de 2 megavatios, la subestación y una instalación de cable submarino. La turbina se mantendrá a 200 metros de altura y si tiene éxito, las turbinas adicionales serán construidas progresivamente con sujeción a la disponibilidad de fondos.

Su finalización está programada para 2020.  
Su finalización está programada para 2020.

Algo muy interesante en estas noticias es comprender cómo hacen para resolver el problema de los costos, y en este caso para solucionar el gasto total de anclar las turbinas al fondo del mar, se construirán marcos flotantes de acero que se estabilizan con lastre y anclado a la plataforma de 200 metros de profundidad que rodea la costa japonesa vía líneas de amarre. Una vez esté funcionando a todo vapor (no, no usará vapor para funcionar), la intención es que suministre electricidad a la amplia red a la que dos de los reactores de Fukushima proveían. En Japón están interesados en ampliar el parque eólico en alta mar si las cosas salen como esperan, aunque los habitantes de la costa y la industria de la pesca demostraron antipatía por no saber cómo afectará esta construcción a su fuente de ingreso. Esperamos que por resolver un problema no generen otro, algo típico en las intenciones ecologistas de los descuidados.
Fuente:

8 de octubre de 2012

La mayor granja eólica 'offshore' del mundo abastecerá Londres

Planta eólica 'offshore'. | London Array Limited
Planta eólica 'offshore'. | London Array Limited
  • Generará energía suficiente para el 25% de los hogares de la capital británica
  • La primera fase de London Array se inaugura a finales de año
  • La pujanza de la eólica en las costas contrasta con el parón en tierra
La embocadura del Támesis siempre fue propicia para los fuertes vientos. Allí se construyó hace cuatro años la granja eólica 'offshore' Thamet, que ostentó durante un tiempo el título de la mayor del mundo. Y en esto llega la London Array, tres veces más grande, con 341 turbinas y una potencia de 1.000 megavatios, capaz de abastecer el 25% de los hogares de Londres.

La primera fase de London Array estará operativa a finales de año. Gran Bretaña confirmará en ese momento el primado mundial de la eólica 'offshore', por delante de Alemana, China y Dinamarca. El auge de las turbinas en la costas británicas contrasta sin embargo con el parón que se ha producido en tierra, donde se enfrentan a una férrea oposición por motivos 'paisajísticos', auspiciada hasta hace poco por el propio Príncipe Carlos.

La 'ventaja' de London Array es que las turbinas están a más de 20 kilómetros y ni siquiera se ven desde tierra, aunque ocupan una 'mancha' de 230 kilómetros cuadrados. El proyecto puso un especial énfasis en la evaluación del impacto ambiental en las aves migratorias y en la fauna marina. Las principales resistencias locales las han planteado los pescadores, pero el proceso de construcción ha discurrido como una 'balsa', en contraste con las protestas generadas por la eólica 'offshore' en lugares como España.

Obstáculos

Los principales obstáculos han sido si acaso los económicos. Con una inversión total estimada en 3.000 millones de libras (unos 3.700 millones de euros), la crisis estuvo a punto de dejar el proyecto en el alero. 

La retirada repentina de Shell fue cubierta sin embargo por el resto de los socios extranjeros (Dong, Masdar y Siemens) y por la subsidiria E.ON UK. El Gobierno británico dio el último impulso con el paquete 'extra' 700 millones de euros de apoyo a las renovables, antes de la marcha atrás iniciada en el 2010.
Con algunos meses de retraso -la idea original era inaugurar London Array para los Juegos Olímpicos-, la construcción de la primera fase ha entrado ya en el tramo final, con la mayoría de las primeras 175 turbinas en posición de espera.

"Nunca creí que acabaría trabajando en renovables, pero me cayó esa responsabilidad", admite al Daily Telegraph el gerente de London Array, Stephen Reynolds, abriéndose paso ente la neblina. Reynolds estaba especializado en pozos petrolíferos marinos, hasta que dio el salto a las energías limpias con la granja 'offshore' Thanet, 14 kilómetros hacia el sur.

Un centenar de operarios se desplazan todos los días en barco para completar la construcción, que ha sido posible gracias a un buque especial, el MPI Adventure, capaz de instalarse sobre el lecho marino y levantarse por encima de las olas como si fuera una plataforma, gracias a seis 'piernas hidráulicas' capaces de levantar su casco.

La construcción de las turbinas se realiza en tres fases: primero se clavan en el fondo la columnas cilíndricas, sobre las que van luego instaladas las piezas de transición. Una vez estabilizados los 'cimientos', al cabo de una semana, otro barco transporta e instala las torres metálicas de 90 metros de altura, acopla las palas y completa el cableado.

Sin apenas ruido, en todo caso un zumbido de fondo, London Array se dispone a entrar en la historia de las renovables en apenas tres meses y a relanzar a Gran Bretaña en momentos de gran incertidumbre para las energías limpias. El avance en el eólica 'offshore' contrasta con las resistencias feroces a las turbinas en tierra.

Por potencia total instalada en energía eólica, Gran Bretaña ocupa el octavo lugar en el mundo con 6,5 gigavatios, muy lejos de Alemania (29) y España (21). El viento, hoy por hoy, no supone aún más que el 4% de la tarta energética.

Fuente:

El Mundo Ciencia

12 de septiembre de 2012

Las turbinas eólicas pueden proporcionar toda la energía necesaria en el mundo

Investigadores de EEUU calculan que cuatro millones de aerogeneradores cubrirían más de la mitad de las necesidades energéticas planetarias.

Turbinas eólicas

Vista aérea de una instalación de generadores eólicos / Arenamontanus

El viento que sopla en la Tierra es suficiente para cubrir las necesidades energéticas de todo el mundo. Es la conclusión de dos estudios  publicados esta semana que utilizan complejos modelos informáticos para calcular cuánta energía pueden producir las turbinas eólicas llevada a su límite teórico. El primero de estos estudios, publicado ayer en Nature Climate Change y liderado por Kate Marvel del Laboratorio Nacional de Lawrence Livermore, calculó que sería posible extraer hasta 400 Teravatios (TW) de potencia del viento que sopla a pocos metros del suelo y más de 1.800 de turbinas suspendidas en el aire que aprovechasen las corrientes fuertes y continuas a grandes altitudes.

En un segundo estudio, elaborado por dos científicos de las universidades de Delaware y Standford (EEUU), los autores utilizan otro modelo para llegar a cifras algo distintas pero igualmente elevadas si se tiene en cuenta que la demanda mundial de energía ronda, según el primero de los estudios, los 18 TW. Según el artículo, publicado hoy en la revista PNAS, si se cubriese toda la superficie terrestre y marina con molinos eólicos de 100 metros de alto, se contaría con una capacidad de 250 TW. Si además se instalasen turbinas a diez kilómetros de altura para cosechar las corrientes atmosféricas, se obtendrían 380 TW más.

Ambos artículos se ocupan también de una preocupación surgida de otros modelos planteados por investigadores como Alex Kleidon, del Instituto Max Planck para Biogeoquímica de Jena (Alemania). Según el investigador, aunque sería posible extraer hasta 70 TW de la energía eólica, hacerlo tendría graves consecuencias sobre el planeta comparables a doblar las emisiones de dióxido de carbono. Los nuevos estudios aseguran que es posible instalar un número de turbinas suficiente para cubrir al menos la mitad de las necesidades energéticas mundiales sin afectar al clima ni agotar la energía eólica.

Consecuencias para el clima

El grupo de Lawrence Livermore estima que las instalaciones eólicas suficientes para cubrir las necesidades energéticas globales solo afectarían la temperatura terrestre en 0,1 grados, y las precipitaciones, en un 1%. Por su parte, el equipo formado por Mark Jacobson y Cristina Archer hace una propuesta algo menos ambiciosa y calcula el número de generadores necesarios para cubrir algo más de la mitad de la demanda energética mundial. Con cuatro millones de turbinas de 5 MW sería posible, según ellos, proporcionar 7,5 TW de potencia (este grupo estima la demanda energética mundial en poco más de 10 TW) sin efectos negativos sobre el clima.

Para realizar sus cálculos, el equipo que hoy publica su artículo en PNAS introdujo un modelo de tierra, mar y aire (GATOR-GCMOM) en el que se extrajo la energía a los 100 metros de altura a los que estarían situadas en realidad las turbinas. Según este modelo, esa extracción de energía a esa altura determinada no agotaría la energía del aire de la atmósfera por encima y por debajo de ese nivel y no provocaría los efectos sobre el clima calculados por Kleidon en un análisis que tomaba como referencia la extracción de aire a ras de suelo.
 
“No decimos que haya que poner turbinas por todos los lados, pero hemos mostrado que no existe ningún obstáculo fundamental para obtener la mitad o, incluso, varias veces la demanda energética mundial del viento hacia 2030″, dice Jacobson. El espacio cubierto por los molinos, no obstante, sería descomunal. Si su propuesta se llevase a cabo, se instalarían dos millones de turbinas en el mar y las restantes sobre tierra. 

Solo estas últimas ocuparían un territorio similar al de España y Alemania juntas. La distribución de los generadores debería ser, se puntualiza en los dos estudios, lo menos concentrada posible para minimizar el impacto sobre el clima y que las turbinas no se roben viento entre sí.

Los resultados de estos dos estudios contradicen las estimaciones presentadas en otros no tan optimistas respecto al potencial de la energía eólica. Es el caso de un artículo publicado por investigadores de la Universidad de Valladolid, con el investigador Carlos de Castro a la cabeza. Este estudio se afirma que muchos de los estudios que obtenían unos resultados de energía potencial eólica tan optimistas estaban mal planteados. Medían la velocidad del viento en distintos puntos del planeta y después evaluaban dónde se podían colocar molinos y cuánta energía se podía sacar de ellos. Este planteamiento olvidaría, según el equipo español, la extracción de la energía cinética del viento que suponen los molinos eólicos, violando el principio de conservación de la energía. Aplicando esta y otras limitaciones, los autores de este análisis consideran que no sería posible obtener más de 1 TW de la energía eólica de todo el planeta. De este modo, la energía eólica no superaría nunca el 10% del consumo actual de energía fósil.
Algunos autores creen que la energía eólica no proporcionará más del 10% de las energías fósiles actuales
Tras ver el nuevo estudio, De Castro considera que, pese a la mejora de los modelos empleados por los autores, la aplicación práctica de estos cálculos sigue siendo poco realista. “Yo podría llegar a estar de acuerdo con los límites geofísicos que ellos dan para la energía eólica, pero otra cosa es cómo llevas esto a la realidad”, explica. “Alcanzar la concentración de molinos que ellos proponen sería imposible sin reducir la eficiencia mínima que suelen exigir las compañías para instalar”, añade. “Al final, se trataría de obligar a las empresas a que instalasen sus turbinas en determinados lugares sin pensar en la rentabilidad, o llenar de molinos un desierto como el Sáhara, sin tener en cuenta las grandes dificultades tecnológicas de llevarlo a cabo”, señala el investigador de la Universidad de Valladolid.

La discusión entre estos grupos, forma parte del debate sobre cómo hacer la transición energética. Aunque De Castro está completamente de acuerdo en la necesidad de abandonar los combustibles fósiles por las renovables, cree que esa metamorfosis no puede ser tan rápida como creen Jacobson y Archer. “Por un lado, creo que las renovables no nos permitirán continuar con los niveles de consumo energético actuales y por otro, creo que la transición requerirá muchos años”, dice De Castro.

Archer, por su parte, considera que la celeridad del cambio depende solo de voluntad política: “El mundo produjo unos 800.000 aviones en 5 o 6 años durante la Segunda Guerra Mundial, así que producir cuatro millones de turbinas eólicas no es técnicamente difícil 70 años después”.

Fuente:


11 de septiembre de 2012

La eólica podría satisfacer la mitad de la demanda mundial de energía en 2030

Un parque eólico al sur de Australia, sin relación con este estudio. | EL MUNDO

Con los precios de los combustibles en alza y en pleno debate sobre el modelo energético mundial, un equipo de investigadores estadounidenses sostiene que la eólica sería capaz de satisfacer más de la mitad de la demanda mundial de energía en las próximas décadas.

En un estudio publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), Mark Jacobson, de la Universidad de Stanford, y Cristina Archer, de la Universidad de Delaware, desarrollan un modelo teórico en tres dimensiones de la atmósfera para calcular la cantidad de energía eólica que podría generarse en 2030 si los gobiernos apostaran por ella. Según sostienen, esta fuente renovable podría llegar a satisfacer buena parte de las demandas mundiales de energía para ese año sin producir un impacto ambiental significativo.

Según sus cálculos, aunque existe un límite en la cantidad de energía que puede generarse a partir del viento, su potencial supera con creces las necesidades de consumo. Y es que, aunque la cantidad de energía que se obtiene aumenta proporcionalmente al número de turbinas instaladas, llega un momento en el que la producción se satura. Aunque se instalen más turbinas, no aumenta la cantidad de energía generada.

"De las principales fuentes energéticas que pueden abastecer el planeta, sólo la eólica y la solar pueden hacerlo por sí mismas. La generación de energía a partir del sol no disminuye la fuente disponible. Sin embargo, algunos [investigadores] habían argumentado que generar energía eólica podría afectar la velocidad del viento, de manera que no se pudiera generar suficiente energía para satisfacer las demandas mundiales. Queríamos probar esta hipótesis", explica Mark Jacobson a ELMUNDO.es a través de un correo electrónico.

Según los autores, aunque es cierto que cada turbina reduce la cantidad de energía disponible para otras, estos efectos negativos sólo resultarían significativos si se instalara un gran número de turbinas, muy superior al necesario.

Cuatro millones de turbinas

Hacia 2030, calculan los autores, los humanos necesitarán alrededor de 11,5 teravatios (Tw) de energía (generada por todas las fuentes de manera combinada). Su modelo teórico en tres dimensiones, bautizado como GATOR-GCMON, calcula la cantidad de turbinas que harían falta para abastecer la mitad de las necesidades de la población, es decir, unos 5,75 teravatios.

Para hacer la estimación, exploran varios escenarios con el objetivo de averiguar el potencial de la energía eólica. Según sus cálculos, cuatro millones de turbinas con una altura de 100 metros y una potencia de cinco megavatios generarían 7,5 teravatios de energía, bastante más de la mitad de la demanda mundial.

En la actualidad, sólo hay instaladas algo más de un 1% de estas turbinas. Los autores proponen colocar la mitad de los cuatro millones de unidades en el agua. Los otros dos millones estarían en tierra firme, y ocuparían una extensión equivalente al 1% de la superficie terrestre (la mitad del área ocupada por el estado de Alaska). Los investigadores sugieren instalar los parques eólicos en zonas muy ventosas situadas en distintos lugares del mundo, como el desierto de Gobi, del Sahara o las llanuras de América.

Pero ¿es realista esta estimación teniendo en cuenta que habría que instalar un 99% más de turbinas de las que operan en la actualidad? "No es tan irrealista si la sociedad decide que quiere hacerlo. Durante la II Guerra Mundial se fabricaron en todo el mundo 800.000 aviones en un periodo de 5-6 años, así que fabricar cuatro millones de turbinas 70 años después no entraña dificultades técnicas. En la actualidad se producen entre 70 y 80 millones de coches cada año. Además, lo que necesitaríamos es fabricar esta cantidad de turbinas en 30 años, lo que supondría unas 133.000 cada año", afirma Jacobson.

Impacto ambiental de la energía eólica

Según este investigador, su estudio contradice las conclusiones de otras dos investigaciones anteriores que rebajaban el potencial de la eólica. Según sostenían esos dos 'papers', cada turbina roba energía a otras turbinas, a lo que habría que sumar las consecuencias negativas para el medio ambiente de este tipo de instalaciones, dos factores que contribuirían a que la valoración global de esta fuente renovable no fuera tan positiva.

"Hemos visto que las 'consecuencias dañinas' que enumeran otros, como temperaturas más altas, no se daban, sobre todo, por la disminución del agua evaporada de la superficie debido a las turbinas. Las turbinas eólicas reducen la velocidad del viento, lo que a su vez disminuye la evaporación de agua. Debido a que el vapor de agua es el mayor responsable del efecto invernadero causado de forma natural, reducir esta evaporación necesariamente disminuye el efecto invernadero y las temperaturas globales. Otros estudios sostenían lo contrario, es decir, que las temperaturas aumentarían", recuerda.

Sin embargo, la energía eólica también suscita críticas entre otros sectores. Por un lado, los conservacionistas alertan del impacto ambiental que puede causar en algunas especies animales, en particular en las aves, mientras que al sector turístico le preocupa la alteración del paisaje como consecuencia de la construcción de parques eólicos. La instalación de las turbinas en lugares ventosos y aislados, como los que proponen los autores, evitaría estos inconvenientes.

"No estamos pidiendo que se coloquen turbinas en todas partes. Pero sí hemos demostrado que no hay barreras para obtener la mitad de la energía que necesita la Humanidad o incluso para satisfacer varias veces toda la demanda mundial. Su potencial está ahí si construimos las turbinas necesarias", asegura.

Fuente:

El Mundo Ciencia

16 de abril de 2011

Eólica en China: las turbinas eólicas instaladas sumarán 90 GW en 2015

La Asociación China de Energía Eólica destacó que ya había instalados aerogeneradores con una potencia de 44.700 megavatios en 2010, superando a EE UU, Alemania y España.

Eólica en China: las turbinas eólicas instaladas sumarán 90 GW en 2015

China es el mayor emisor de CO2, la segunda economía mundial y la primera potencia eólica, y en 2014 duplicará la actual potencia eólica instalada, con 90.000 megavatios eólicos. Los datos proceden de la Corporación Estatal de Red Eléctrica de China.

El mercado eléctrico se centra en las regiones norte, este y centro del país, mientras que los parques eólicos se localizan en el norte, noreste y noroeste, lo que hace necesario impulsar la construcción de infraestructura de redes eléctricas, como sucede en otros países. La instalación de aerogeneradores en China se ha duplicado cada año en los últimos cinco años. Totalizó 45 gigavatios eólicos en 2010, superando a Estados Unidos.

La potencia eólica conectada a las redes nacionales asciende a unos 30 gigavatios, lo que crea un problema de conexión importante, y es el principal cuello de botella de la energía eólica en China. China Grid presentó las cifras en el primer libro blanco de una empresa sobre el desarrollo de la energía eólica en el país, lo que hizo, dijo, por responsabilidad social y para impulsar el desarrollo del sector eólico.

La energía eólica supone el 21,1% del consumo local de electricidad en Mongolia Interior, el 5,6% en Jilin y el 4,6% en Heilongjiang. Los parques eólicos están en el norte de China y el consumo de energía eléctrica se produce en las regiones central y oriental, por lo que China tiene que transmitir la energía eólica a través de largas distancias hacia esas regiones.

Los vehículos eléctricos con baterías de litio no emiten CO2 ni dañan el medio ambiente, siempre que la electricidad provenga de energías renovables, como la eólica, la energía solar fotovoltaica y la termosolar. Los aerogeneradores podrán suministrar la electricidad al vehículo eléctrico, que en un futuro servirán también para almacenar y regular la electricidad intermitente del sector eólico.

spanish.china.org.cn/

Tomado de:

EVWind

18 de marzo de 2011

Renovables vs. nuclear


Por José Espinoza

Quisiera comenzar esta columna, parafraseando a Hayek: cuando alguien escribe un artículo político, su primer deber es decirlo abiertamente. Pues bien, este es un artículo político.

¿Qué quiero decir? Quiero decir que en el debate sobre cuál debe ser la energía o energías que muevan nuestro futuro no hay una respuesta científica y lo que, por el contrario, hay (o debería haber) son objetivos (o fines) y cifras o datos para guiar una decisión sensata por un modelo energético basado más en unas fuentes de energía que en otras; es decir, se trata de una respuesta (y apuesta) política.

Y, como nos recuerdan las recientes tragedias de Japón, es una apuesta también en el sentido de que cualquier decisión se implementará en el complejísimo mundo real en el que vivimos rodeados de variables aleatorias, incertidumbres -conocidas y desconocidas- y de errores humanos.

A continuación trataré de presentar algunas cifras que pueden ayudar a esa toma de decisión, en función de los objetivos que nos fijemos; entre otros, qué coste queremos pagar por la energía, cuánto estamos dispuestos a pagar por la independencia energética o la seguridad y continuidad de ese suministro respecto a terceros países, qué costes medioambientales estamos dispuestos a asumir y qué riesgos para la seguridad de las personas -incluso en eventos imposibles de efectos devastadores cuando se materializan… ¿les suena un tal Taleb y su Black swan? -.

Aquí van algunos materiales, centrados inicialmente en el debate de actualidad, entre nuclear y renovables. Empecemos por el coste de la energía nuclear:

" A un coste mínimo de inversión en países OCDE -sin tener en cuenta posibles medidas de seguridad adicionales a raíz de lo sucedido en Japón– de €3 mill/MW que, dividido en 40-60 años de vida útil y 7.500-8.000 horas de funcionamiento anual (factor de carga: 85%-91%), supone un coste de amortización de €7-10/MWh.

" Adicionalmente es preciso considerar el coste del capital empleado (rentabilidad para los financiadores y accionistas); asumiendo un coste medio ponderado del 7%-9% ello supone €26-36/MWh adicionales.

" A ello hay que añadir los costes variables del combustible nuclear, los costes de operación y mantenimiento (conjuntamente €15-20/MWh), los costes de desmantelamiento de la instalación, de tratamiento y almacenamiento del combustible usado, etc. Hasta este punto los costes directos de producción de la tecnología nuclear ascenderían a aprox. €50-70/MWh.

" Esta cifra resulta inferior al coste de la energía eólica en emplazamientos de bajo/medio recurso (ver abajo), pero hay que añadirle otros costes más difícilmente cuantificables como el coste de la seguridad de suministro (las reservas de uranio, como las de gas y petróleo, son finitas y se concentran en pocos países) o los costes económicos y humanos de posibles accidentes como el de Japón. Pongan Uds. un número si lo tienen para llegar al coste final de la energía nuclear.

A continuación analizaremos el coste de la energía eólica, como la representante de las energías renovables que resulta a día de hoy más barata:

" A un coste mínimo de inversión de €1,2 mill/MW en países OCDE, con 20 años y 2.000-2.400 horas anuales equivalentes de funcionamiento, resulta un coste de amortización de € 25-30/MWh; más € 35-40/MWh de coste de capital empleado (al 7% utilizado habitualmente por los analistas). En emplazamientos con 3.000 horas de funcionamiento, estos costes bajan a €20/MWh y € 28/MWh respectivamente.

" Añadan los costes de operación y mantenimiento (€10-15/MWh), para obtener un coste de la energía eólica de €70-85/MWh (emplazamientos de bajo/medio recurso eólico) o de €55-65/MWh (emplazamientos de alto recurso). Además, habría otros costes indirectos para el sistema (cuantificados p.ej. por el Departamento de Energía de los Estados Unidos en menos de 0,6 $/MWh asumiendo un 20% de producción eólica en ese país, nivel similar al de España actualmente [1]).


Para terminar, unas líneas sobre las otras energías renovables, aún en fase de desarrollo incipiente, y lo que ello puede enseñarnos sobre por dónde puede ir el mundo:

  • Si bien es cierto que la energía solar presenta todavía costes muy superiores a los de la energía eólica o nuclear (en torno a €180/MWh para la fotovoltaica y algo más para la termosolar), no lo es menos que su coste ha experimentado una fortísima reducción en los últimos 3 años fundamentalmente debido a:

    • la reducción de los costes de los equipos (la inversión por MW en instalaciones fotovoltaicas en suelo ha pasado de € 6-8 millones en 2006-2008 a € 3 millones/MW en 2010, y es previsible que se siga reduciendo a un ritmo similar en los próximos 3-4 años;

    • el aumento de la eficiencia con la que las instalaciones transforman la energía del sol en electricidad, que ha crecido desde niveles del 6%-8% a cerca del 15% (y en laboratorio se llega al 30%-40%), lo que supone que con el mismo MW se puede generar una cantidad significativamente superior de energía –aunque sea preciso ajustar, en su caso, por el incremento de coste.

Este proceso industrial de reducción de costes ha sido favorecido por el crecimiento de la industria fotovoltaica, que ha pasado de instalar 300 MW anuales en 2000-2001 a más de 7.200 MW en 2009, con las consiguientes economías de escala, y por la fuerte competencia existente entre los fabricantes de equipos, impulsada fundamentalmente por compañías chinas.


Por cierto, que es significativo cómo en la eólica no se han producido (aún) unas mejoras comparables y el precio del MW se ha incrementado de forma notable desde 2000-2001, pese a que el crecimiento de la industria ha sido similar... ¿adivinan ustedes por qué?

Asuman Uds. que a futuro desaparece esa diferencia y se producen mejoras en el coste de los aerogeneradores y en la cantidad de energía producida por estos por unidad de recurso eólico similares a las conseguidas en el sector fotovoltaico y aplíquenlas al coste de la energía eólica antes calculado… ¿creen ustedes que tiene sentido apostar por las renovables como una fuente de energía básica a futuro?

*José Espinosa es socio director de Green Capital Advisors.

Fuente:

El Confidencial

10 de enero de 2011

El Empire State anunció que obtendrá toda su energía de fuentes eólicas


El Empire State anunció que obtendrá toda su energía de fuentes eólicas

Así, el famoso rascacielos de Nueva York evitará la emisión de 45 mil toneladas de CO2 al año

El emblemático rascacielos Empire State Building de Manhattan anunció hoy que obtendrá toda la electricidad que consume de fuentes eólicas, con lo que se convertirá en el mayor consumidor comercial de energías renovables en todo Nueva York.

Con esta medida, el edificio evitará la emisión de unas 45.000 toneladas de dióxido de carbono al año, lo que equivaldría a plantar 150.000 árboles en la ciudad, suprimir 40 millones de viajes en taxi o apagar las luces de prácticamente todas las casas del estado de Nueva York por una semana, según sus responsables.

Los dueños del veterano edificio, quizás el más conocido de Manhattan, detallaron hoy que han alcanzado un acuerdo de dos años con la firma Green Mountain Energy, que proveerá al inmueble con 55 millones de kilovatios hora (kwh) anuales de energía renovable, lo suficiente para cubrir su consumo eléctrico.

Se trata así del consumidor comercial de energía renovable -en este caso eólica- más importante de la ciudad, con un consumo que será el doble del de cualquier otro edificio, compañía o entidad en Nueva York .

“Combinar el uso del 100% de energía limpia con las rompedoras reformas acometidas recientemente en el edificio para que su consumo energético fuera más eficiente era un movimiento natural para nosotros”, indicó el representante de la empresa propietaria del Empire State Building, Anthony Malkin, en un comunicado.

Lea el artículo completo en:

El Comercio Perú

25 de noviembre de 2010

Derritiendo una roca con la luz del Sol


Lo que vais a ver a continuación es una prueba realizada en un "horno solar" al sur de Francia (probablemente el de Odeillo). En estas instalaciones se utilizan diversos paneles para hacer converger los rayos de sol y obtener energía. Ese rayo convergente, como veréis a continuación, es capaz de fundir el metal y la roca. Atentos:



Las imágenes pertenecen al programa "Bang Goes the Theory" de la BBC, presentado entre otros por Jem Stansfield.

Tomado de:

Fogonazos

24 de noviembre de 2010

Descubren cómo almacenar de modo estable el calor del sol


Molécula de fulvaleno dirutenio. (Foto: Jeffrey Grossman)

La sustancia estudiada, que fue descubierta en 1996, experimenta una transformación estructural cuando absorbe la luz solar, pasando a un estado de alta energía en el cual puede permanecer estable por tiempo indefinido. Para activar la transformación que la saca de ese estado, basta con agregar una pequeña cantidad de calor o bien usar un catalizador. Esa transformación hace que la sustancia regrese a su forma original, liberando durante el proceso el calor que había retenido. De todas formas, tal como ha tenido oportunidad de comprobar el equipo de Jeffrey Grossman del MIT, el proceso es más complicado de lo que podría parecer.

Resulta que hay un paso intermedio que desempeña un papel fundamental. En este paso intermedio, la sustancia forma una configuración semiestable entre los dos estados conocidos previamente. El hallazgo ha sido inesperado. El proceso de dos pasos ayuda a explicar por qué la sustancia es tan estable, por qué el proceso es fácilmente reversible y también por qué la sustitución del rutenio por otros elementos no ha funcionado hasta ahora.

De hecho, este proceso hace posible producir una batería de calor recargable, capaz de almacenar y liberar repetidamente el calor obtenido de la luz solar u otras fuentes. En principio, un combustible hecho de fulvaleno, al liberar su calor almacenado, podría alcanzar una temperatura de hasta 200 grados Celsius, lo suficiente para ser usado en un sistema de calefacción, o incluso para alimentar un motor que produzca electricidad a partir de ese calor.

Comparada con otras tecnologías que se valen de la energía solar, esta singular batería de calor aprovecharía muchas de las ventajas de la energía solar térmica, pero con la diferencia de que almacena el calor en forma de combustible. El hecho de que sus transformaciones sean estables a largo plazo pero reversibles a voluntad del usuario es también una baza importante. Al usuario le bastaría exponer el combustible al sol para cargarlo, luego lo utilizaría para que emitiera calor, y de nuevo se iniciaría el ciclo volviendo a exponer el mismo combustible al sol para recargarlo.

Además de Grossman, en esta investigación han intervenido Yosuke Kanai del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, Varadharajan Srinivasan del MIT, y Steven Meier y Peter Vollhardt de la Universidad de California, Berkeley.

Fuente:

Solo Ciencia

19 de septiembre de 2010

Greenpeace ya no es amigo de Facebook


Fayer Wayer: Es una buena decisión la jugada que iniciaron al mostrar que Facebook, fiel a su filosofía de mostrar siempre el lado más cool de su universo, promueve el uso de energías limpias y renovables pero no practica lo que predica.

Zuckerberg y compañía decidieron ampliar su datacenter para poder albergar a los más de 500 millones de perfiles de amigos que posee en la actualidad y el imparable tráfico de datos que circula las 24 horas del día. Este centro fue montado en Oregon, Estados Unidos y consume energía proveniente de una central termoeléctrica, la cual genera energía quemando carbón. Este tipo de centrales son de las más contaminantes del planeta.

Greenpeace decidió crear una campaña dentro de Facebook para difundir esta acción (queda claro que hoy en día, en las oficinas de Zuckerberg la prioridad es ahorrar dinero y no tener una buena imagen) y ahora lanzó la misma campaña pero en su sitio oficial junto con este video donde sugieren que Mark tiene 500 millones de amigos, pero con estas decisiones no es amigo de nadie, a través de un dibujo y el relato en off de un niño.

Está claro que obtener grandes ganancias genera grandes responsabilidades, así como también cierta impunidad para tomar algunas decisiones que benefician a unos pocos, pero si Google además de informar sobre sus intereses por las energías renovables, implementa algunas acciones de este tipo, no hay muchos argumentos para poder justificar este tipo de acciones por parte de otras grande compañías.

Link: Greenpeace presenta un video para advertir a Facebook (PuntoGeek)

Fuente: Fayer Wayer

11 de diciembre de 2009

El primer aerogenerador eólico flotante



Viernes, 11 de diciembre de 2009

El primer aerogenerador eólico flotante del mundo

Un gran molino de viento destaca en el horizonte, flotando en el mar, a unos 12 kilómetros de la costa suroeste de Noruega. Es el Hywind, el primer aerogenerador flotante que se instala en el mundo en mar abierto.


De momento es un prototipo para verificar la tecnología. "Está calculado para aguantar olas de hasta 30 metros de altura", explicó Oistein Johannessen, de la empresa StatoilHydro, en el barco que se ha aproximado a la instalación. "Aquí el fondo del mar está a unos 220 metros, pero puede instalarse en aguas de hasta 700 metros de profundidad. El aerogenerador está flotando y amarrado con tres tensores al fondo", añade. El molino, según los ingenieros, se balancea en el mar, pero no se hunde: su línea de flotación siempre está en el mismo nivel.




El Hywind es un cilindro de 200 metros, con la mitad emergida y tres palas de 42 metros de longitud en su extremo más alto y otros 100 metros sumergidos, con ocho de diámetro, que hace de lastre. El enorme molino, de 5.300 metros cúbicos y 138 toneladas de peso, está amarrado con tres cables al fondo marino. Se instaló en el mar del Norte el pasado verano, y en otoño se ha empezado a tomar datos de su funcionamiento, generando 2,6 megavatios, añade Johannessen, durante una visita al Hywind patrocinada por el Gobierno noruego. Las futuras instalaciones operativas de este tipo estarán unidas a tierra por cables submarinos para transportar la electricidad generada.

En medio del mar, sin puntos de referencia, no se aprecia el tamaño del molino de alta tecnología hasta que el barco no se coloca a su lado. Alrededor no hay más que agua. "Ésa es su gran ventaja, al no estar cerca de la costa no plantea problemas medioambientales a la fauna, ni estorba a los pescadores de la zona ni a los vecinos que puedan protestar por el impacto visual o el ruido de los aerogeneradores convencionales", destaca el representante de StatoilHydro. Además, los vientos son más fuertes y más constantes en mar abierto que en la costa.



El Hywind es producto de una alianza tecnológica entre la empresa alemana Siemens, que aporta el aerogenerador, y la experiencia noruega en el desarrollo y explotación de plataformas de gas y petróleo flotantes en mar abierto, comenta Borge Rygh Sivertsen, responsable de los proyectos de nuevas energías de StatoilHydro, en su sede de Stanvanger (suroeste de Noruega). La botadura de la turbina en el mar fue una compleja operación realizada a principios del verano con buques y grúas que fueron montando las grandes piezas que la componen (los varios segmentos del cilindro primero y las palas después).

Antes de pasar a la turbina real a escala ya industrial, los ingenieros diseñaron y probaron un modelo de tres metros de alto en un estanque de ensayos para estudiar factores esenciales como su flotabilidad y su respuesta al oleaje.

Desde luego es más costoso este aerogenerador (el Hywind ha costado unos 40 millones de euros) que uno convencional en tierra o fijado en aguas costeras, pero los expertos recuerdan que éste es un prototipo y que si los ensayos validan esta tecnología, se abaratará y ofrecerá muchas ventajas para producir energía eólica. De momento, está previsto tomar todos los datos posibles del funcionamiento del molino noruego durante dos años. Si todo sale como está previsto, el siguiente paso, afirman los expertos, será crear parques eólicos de molinos flotantes en el océano.

Fuente:

El País (España)

Vista al mar

2 de noviembre de 2009

El niño que atrapó el viento y lo trasnformó en luz

William Kamkwwamba:

El niño que atrapó el viento y lo transformó en luz

El es de Malawi y su trabajo despierta la admiración en todo el planeta...

Datos sobre Malawi

Malaui o Malawi , oficialmente la República de Malaui es un país sin salida al mar ubicado en el sureste de África, antiguamente conocido como Nyasalandia.

Se encuentra entre los países menos desarrollados y más densamente poblados del mundo. La economía está basada en la agricultura, con una población altamente rural. Por ello tiene un bajo índice de esperanza de vida y una tasa alta de mortalidad infantil. Además de contar con la existencia de miles de casos de SIDA, hecho que ha provocado la disminución de fuerzas de trabajo y el aumento de gasto gubernamental.



La nota llega vía No Racismo y No Sexismo:
Malawi es uno de los países más pobres del mundo. Las dificultades a las que hace frente su población cada día, simplemente para sobrevivir, son difíciles de imaginar en el primer mundo.
Pero los sueños, la imaginación y el interés por la ciencia son una herramienta poderosa en manos de todos los seres humanos, estén donde estén. Y William Kamkwamba es uno de los mejores ejemplos.
William Kamkwamba compatibilizó la escuela con el penoso trabajo en los campos de maíz hasta los 14 años, momento en que sus padres ya no tuvieron dinero suficiente para pagar sus estudios. Tuvo que dejar la escuela, pero su deseo de aprender y educarse era grande, y no se rindió. Siguió estudiando de forma autodidacta gracias a los libros que le prestaban en la biblioteca de la escuela primaria.
Un día, encontró por casualidad un libro llamado "Usando la energía", que describía cómo se podía obtener electricidad a partir del viento usando molinos eólicos. Para William, acostumbrado a una vida en Malawi donde sólo el 2% de la población tiene electricidad, aquello fue una revelación. Decidió emprender el proyecto de construir un molino para su aldea que sirviera para bombear agua del pozo (en lugar de transportarla a mano durante horas) y obtener mejores cosechas de las huertas.
¿Por dónde empezar? Un adolescente que ni siquiera tenía recursos económicos para ir al colegio no lo iba a tener fácil para conseguir los componentes necesarios para su empresa. William recorrió los vertederos y reunió todo tipo de desechos, entre ellos el ventilador de un viejo tractor, los restos de una bicicleta, tuberías de plástico viejas…
Su familia y vecinos no lo tomaron muy en serio. William trabajó entre las risas de todos, pero no abandonó, a pesar de la dificultad.
En unas semanas, completó la construcción de su primer molino. Tenía un aspecto un tanto estrafalario, y nadie pensaba que fuera a servir de mucho. William conectó la batería del molino a unos cables, y estos a unas bombillas (un artículo inusual en la aldea, ya que todo el mundo dependía de las lámparas de parafina para el alumbrado nocturno). Y cuando las bombillas empezaron a lucir, las risas cesaron.
Con su primer aerogenerador, William consiguió electricidad suficiente para cuatro bombillas, una radio y la recarga del único teléfono móvil de todo el pueblo. Un gran avance, pero no era suficiente. William siguió trabajando en el diseño de los aerogeneradores con el fin de construir suficientes para abastecer la aldea. Paradójicamente, seguía sin tener dinero para ir al colegio.
Pero el primer molino atrajo curiosos y visitantes, entre ellos un periodista que publicó un reportaje sobre William. Tuvo tanto éxito fuera y dentro del país, que permitió reunir fondos para el proyecto de los aerogeneradores. Y para que William pudiera continuar sus estudios en un internado de la capital.


La historia del niño que construía molinos siguió expandiéndose. William Kamkwamba ha sido invitado a dar conferencias en varios lugares del mundo, que aprovecha para concienciar a quienes le escuchan acerca de las dificultades que atraviesa su país. Tiene en proyecto un documental y un libro donde relata su experiencia. En su aldea natal se están construyendo más molinos, que permiten que el agua se distribuya en las huertas y las condiciones de vida de sus habitantes mejoren. Y William sigue estudiando.
Todo esto empezó con una mente inquieta, un libro viejo, la capacidad de soñar y el deseo de aprender. Los libros, nuevos o viejos, están a veces disponibles, y otras veces no. Pero las otras tres cualidades son el mayor patrimonio de la Humanidad, y se encuentran en todos los lugares deHa creado su blog personal, ha escrito un libro y está rodando una película documental sobre su vida en Malawi. la tierra, en todas las razas, edades y sexos. Que no se nos olvide.


 

Kamkwamba ha creado su blog personal, ha escrito un libro y está rodando una película documental sobre su vida en Malawi.

Visite también:

El blog de William Kamkwamba

Enlaces:
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