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17 de enero de 2016

Lo mejor de la ciencia del 2015


Como cada año, la prestigiosa revista Science ha publicado la lista de los diez descubrimientos más importantes del año. Entre los más destacados se encuentran la llegada a Plutón, la herramienta para modificar el ADN, la primera vacuna contra el ébola y el descubrimiento de una nueva especie de homínido.
La revista Science ha publicado en su página web su top ten con las aportaciones más importantes a a la ciencia en 2015.

Dos mujeres revolucionaron la edición del ADN

En el número 1, Science ha destacado la herramienta CRISPR/Cas9 como el acontecimiento científico del año. Ese es el nombre que, por ahora, recibe la novedosa herramienta de edición de genomas desarrollada por las científicas Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier en 2012. Gracias a esta técnica, es posible manejar el ADN para modificar los genes, introducir o corregir mutaciones, y, en definitiva, reescribir a voluntad el mensaje de la vida.

Supone un avance revolucionario, porque sus aplicaciones abarcan desde el tratamiento y diseño de estrategias para enfermedades como la malaria o el cáncer, hasta la mejora de los cultivos transgénicos o la edición de embriones humanos.

Por todo ello, el trabajo de sus autoras ha sido reconocido con el premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2015.

Descubrimos el corazón helado de Plutón 

Imagen de Plutón captada por la sonda New Horizons. / NASA

El 14 de julio, la sonda New Horizons, lanzada por la NASA en 2006, realizó su máximo acercamiento a Plutón, a una distancia de 12.500 km. Con la llegada al planeta enano se completó el primer reconocimiento inicial de nuestro sistema solar.

Desde entonces, las imágenes aportadas por los instrumentos de New Horizons han desvelado secretos inesperados de Plutón, como su superficie en forma de corazón o el descubrimiento de una actividad geológica de varios millones de años que podría continuar hoy día.

El sistema linfático actúa en el cerebro 

Para sorpresa de los científicos, se ha descubierto que el sistema linfático también actúa en el cerebro. / Jonathan Kipnis and Antoine Louveau

El sistema linfático se encarga limpiar los residuos del organismo y juega un papel clave en el funcionamiento del sistema inmunológico. Los neurocientíficos se han sorprendido ante el descubrimiento de que este sistema actúa también en el cerebro.

Los expertos sugieren que el mal funcionamiento de los vasos linfáticos en el cerebro podría ser una de las causas de algunos trastornos neurológicos como la esclerosis múltiples o el alzhéimer. Por lo tanto, en el futuro deben investigarse a fondo la relación entre el sistema linfático y el cerebro para descubrir su conexión con este tipo de enfermedades.

La primera vacuna efectiva contra el ébola 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció este verano que los ensayos clínicos de una nueva vacuna contra el virus del ébola en Guinea habían presentado una efectividad del 100%. Los resultados demostraron que unas 4.000 personas que se expusieron a este virus durante diez días no se contagiaron de la enfermedad gracias a la vacuna.

VSV-ZEBOV, nombre que ha recibido el medicamento, combina distintos componentes  para lograr un virus debilitado que no causa la enfermedad, pero hace que el organismo genere una respuesta inmune.

Aunque la vacuna se encuentra en fase preliminar y serán necesarias más pruebas en el futuro para su mejora, el avance genera grandes esperanzas en la lucha contra esta grave enfermedad.

La acción fantasmagórica que Einstein odiaba 

. El experimento para demostrar la conexión de las partículas se realizó con dos electrones en el interior de pequeños diamantes. / ICFO

La teoría cuántica predecía que la observación de un objeto puede afectar justo en ese momento a otro, aunque esté en la otra punta del universo, un fenómeno en el que Einstein no creía, ya que consideraba que ninguna información puede viajar más rápido que la luz.

No obstante, este año se ha conseguido que dos electrones separados más de un kilómetro de distancia mantengan una conexión ‘invisible’ e instantánea, superando el problema que planteaba Einstein.

El descubrimiento, al que contribuyó el Instituto de Ciencias Fotónicas de Barcelona, permitiría desarrollar en el futuro tecnologías para mejorar la seguridad en las comunicaciones y la informática de alto rendimiento.

La fiabilidad de los estudios psicológicos, cuestionada

Durante estos últimos años se han intentado replicar los resultados de algunos estudios importantes en el campo de la psicología. Sin embargo, no ha sido hasta 2015 cuando un equipo de 270 investigadores ha descubierto que solo el 39% de los 100 estudios de referencia en el campo de la psicología pueden reproducirse sin ambigüedades.

Aunque este resultado pueda parecer inquietante, la mayoría de los expertos ha acogido los resultados de manera optimista, al considerar que esto les puede ayudar a comprender mejor la fiabilidad de estos estudios.

Homo naledi, la nueva especie de homínido 

. Reconstrucción de Homo naledi por el paleoartista John Gurche, que pasó más de 700 horas para recrear la cabeza a partir de los escáneres de los huesos. / Mark Thiessen/National Geographic

Recientemente se ha descubierto una nueva especie de homínido, llamada Homo naledi, de la que se encontraron los restos de al menos 15 individuos en el yacimiento Dinaledi en Sudáfrica.

Con una capacidad craneal de alrededor de 500 cm3, mucho menor que la de humanos actuales, Homo naledi tenía características muy cercanas al género Homo en cuanto a masticación, manipulación y locomoción se refiere.


Sin embargo, por la estructura de su torso y el juego del tórax con la pelvis, aparte de la capacidad craneal, se acercaría más a Australopithecus, un género que desapareció hace unos dos millones de años.

Levadura modificada para obtener opiáceos

Con la introducción de hasta 23 fragmentos de ADN modificado en la levadura, se ha logrado que esta produzca dos compuestos opiáceos, unas sustancias muy poderosas para el tratamiento del dolor. Normalmente, estos solo se podían obtener a partir de la llamada amapola o adormidera del opio –Papaver somniferum–, a través de un proceso extremadamente largo y costoso.

Con este avance, los científicos acaban con la limitación que suponía obtener estos compuestos únicamente de las plantas y abren las puertas para desarrollar nuevos tratamientos para combatir el cáncer, enfermedades infecciosas y problemas crónicos como la artritis o la alta presión sanguínea.

Secretos de las columnas del manto terrestre

Durante casi 40 años se ha debatido sobre las misteriosas columnas del manto terrestre, conductos de roca caliente que ascienden desde el interior de nuestro planeta. Sin embargo, hasta este año no se sabía mucho sobre su naturaleza.

Los científicos han corroborado la existencia de 28 de estas columnas a través de las ondas sísmicas generadas por los terremotos, que se curvan y cambian su velocidad cuando encuentran un obstáculo en su camino. 

Esto ha desvelado que las columnas son más anchas de lo que se esperaba, lo que significa que expulsan hacia fuera más calor procedente del núcleo terrestre, una pista de que juegan un papel importante en la regulación de la temperatura del planeta.

El Hombre de Kennewick, antepasado de los americanos modernos

El esqueleto del hombre de Kennewick y una reconstrucción de su rostro / Brittney Tatchell, Smithsonian Institution

El Hombre de Kennewick está datado hace 9.000 años, por lo que es uno de los esqueletos más antiguos que se conocen. Fue hallado hace 19 años cerca de la localidad que le da su nombre, Kennewick, en el estado de Washington (EE UU).

La secuenciación del genoma de un hueso de la mano de este esqueleto ha permitido saber que algunas tribus de indios americanos, como las Tribus Confederadas de la Reserva de Colville, podrían ser descendientes de una especie muy cercana a este homínido. 

El descubrimiento desmiente la creencia de que el Hombre de Kennewick fuera el antepasado de pueblos nativos del Pacífico como los ainu y lospolinesios.

Fuente:

Vox Populi 

16 de marzo de 2014

Somos una especie evolucionada... ¡porque somos ociosos y vagos!

Los humanos, y nuestros parientes primates, somos muy diferentes del resto de los animales en muchas cosas. Somos más inteligentes, más visuales, mucho menos especializados desde el punto de vista corporal. Tendemos a ser mucho más generalistas en nuestra alimentación y a tener un tamaño relativamente pequeño (excepto chimpancés, orangutanes y gorilas, nuestros más cercanos parientes vivos). Pero algunas de las diferencias biológicas clave son menos visibles: los primates tendemos a tener pocas crías a las que cuidamos mucho (una estrategia ‘k’, se le llama en ecología), a diferencia de otros animales que tienen mucha descendencia que luego dejan a su suerte (con lo que muchos mueren). Además vivimos más años que los animales de nuestro tamaño, y crecemos mucho más despacio, alcanzando la edad adulta más tarde. Según un estudio recientemente publicado esto tiene una razón de ser: con la excepción del lémur ratón, uno de los más pequeños, el resto de los primates gastamos hasta un 50% de energía menos que animales de sus respectivos tamaños. Básicamente le debemos nuestra longevidad y algunas de nuestras características biológicas clave a nuestra parsimonia energética; o por decirlo de otra forma, a que somos unos vagos.

Schimpanse_Zoo_Leipzig

Y la diferencia no es pequeña. Si comparamos a los humanos con animales de tamaño parecido haría falta que corriésemos una maratón diaria para alcanzar los mismos niveles de gasto energético. Casi todos los primates tenemos metabolismos leeeeeentos, lo cual explica esa tendencia a la pereza y la modorra que compartimos con orangutanes, chimpancés e incluso gorilas, muy dados a pasar largas horas básicamente haciendo nada. Ese reducido gasto energético nos permite vivir más tiempo con un menos consumo de alimentos, lo cual hace más probable sobrevivir a los malos tiempos. A cambio el crecimiento se ralentiza y las crías han de ser cuidadas durante un periodo más largo, lo cual hace posible crear tradiciones culturales y educarlas en ellas, algo que hacen numerosos primates. El origen de este rasgo tan peculiar podría ser precisamente facilitar la supervivencia en épocas de hambruna, al permitir estirar las reservas durante más tiempo. Lo que parece cierto es que la pereza y el reducido gasto energético son rasgos fundamentales de nuestro grupo. Recuérdelo la próxima vez que alguien le regañe por querer echarse una siesta: dígale que se trata de un imperativo biológico.

Fuente:

RTVE Blog de Ciencias

9 de enero de 2014

¿Por qué los seres humanos pueden hablar?

En el lenguaje español, hay un refrán que enuncia “el hablar bien, nada cuesta”, y a pesar de las ciento de afirmaciones que alagan la veracidad de nuestro refranero, no nos queda otra opción que discrepar con éste. Millones de años han tenido que pasar, acompañados de procesos evolutivos y fisiológicos, para que el Homo sapiens fuera capaz de crear palabras y frases que adquirieran significados que todos los de su mismo grupo entendieran y compartieran. La mayoría de las especies animales son capaces de comunicarse entre sí, unas cuantas presentan vocalización, pero tan sólo el ser humano es capaz de generar un prácticamente ilimitado lenguaje hablado.
Para poder entender como el humano actual llegó a adquirir las habilidades lingüísticas que le hacen único, primero hay que conocer la anatomía y fisiología de su cerebro. Investigaciones anatómicas y fisiológicas han mostrado que hay una serie de circuitos neuronales que intervienen en el habla y que comprenden el área de Wernicke, la región temporoparietal y el área de Broca.
Según los estudios, el área de Wernicke es la encargada en el entendimiento de las palabras escuchadas, mientras que el área de Broca es la encargada de la producción de las palabras, ambas áreas están conectadas gracias al fascículo arcuato. Al tener una conversación, el sonido entra por nuestros oídos y es procesado por el área de Wernicke, que lo procesa, luego el cerebro trabaja la respuesta y la envía al área de Broca, que junto con las partes adyacentes en el cerebro se encarga de articular las palabras.
Partes del cerebro involucradas en el lenguaje articulado (Fuente: thebrain.mcgill.ca)

Partes del cerebro involucradas en el lenguaje articulado (Fuente: thebrain.mcgill.ca)

Pero teniendo en cuenta que esto se da en primates, hay que citar que no sólo los primates nos comunicamos. El lenguaje corporal se usa en la mayoría de los vertebrados, y unos cuantos de ellos también se ayudan de la vocalización para llevar a cabo sus funciones comunicativas. Pero, ¿qué nos hace diferentes a nosotros, los humanos? El ser humano es capaz de generar palabras y frases y describir cosas que ni siquiera existen, sin embargo, esa capacidad no se ha conseguido ver en ningún otro ser vivo a pesar de experimentos en los que se intentaba enseñar a chimpancés y a bonobos a hablar, nunca consiguiendo dicha meta. Sin embargo, sí se consiguió que individuos de estas dos especies fueran capaces de aprender y reproducir el lenguaje sordomudo y comunicarse gracias a él. Evidentemente, en un momento de la evolución nuestros caminos se separaron y nosotros adquirimos una habilidad única, pero la comunicación de los animales no comienza ahí.

Se piensa que el posible origen del habla humana reside en las neuronas espejo. Las neuronas espejo son una cierta clase de neuronas que son activadas con ciertos movimientos, pero más impresionante, cuando el individuo observa a otro animal o persona desarrollando una actividad, aunque hay que mencionar que no todas las actividades observadas generan una activación de las mismas. Esta activación neuronal promueve la imitación, así que el individuo copia lo observado, suponiendo en este caso también una activación de estas neuronas. Pero este tipo de neuronas no es único de primates, de hecho han sido encontradas y ampliamente estudiadas en las aves que son capaces de cantar distintas canciones para comunicarse. Se pudo ver en ellas que estas neuronas se activaban tanto cuando el pájaro cantaba como cuando escuchaba una canción de otro individuo de la misma especie, suponiendo este descubrimiento una fuerte base para los pilares del complejo lenguaje humano.
Chimpancé imitando a Jane Goodall (Fuente: www.monografías.com)

Chimpancé imitando a Jane Goodall (Fuente: http://www.monografías.com)

La neurociencia  supone que las neuronas espejo tienen un papel importante en los aspectos sociales, ya que ayudan a imitar y aprender  los patrones y conductas.  Además, como se puede imaginar, la imitación es una parte importante en el lenguaje, no hay más que pensar en las madres repitiendo a sus bebes una y otra vez la palabra “Ajo” para que el bebé la termine repitiendo. En humanos las neuronas espejo se encuentran en una zona circundante al área de Broca, además de en la zona que contiene la vista y la memoria. Rizzolatti y Arbib proponen en su hipótesis que los circuitos neuronales responsables del procesamiento del lenguaje evolucionaron desde un circuito neuronal espejo presente en los simios actuales.
Pero este no es el único factor por el que somos capaces de hablar, también intervienen el bipedismo, el incremento del tamaño cerebral, la asimetría del cerebro, la memoria funcional (encargada de retener información a corto plazo), nuestro aparato fonador,  y el gen FOXP2. La suma de estos factores, y probablemente otros que aún no se hayan descubierto, es la que nos da al humano esta característica única entre los seres vivos.

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El efecto Paraguas

6 de enero de 2014

Descubren la mano humana más antigua, de 1,4 millones de años

Metacarpo hallado en Kenia sobrepuesto en una mano humana.

Metacarpo hallado en Kenia sobrepuesto en una mano humana. CAROL WARD

La mano alberga algunos de los mayores secretos del éxito evolutivo del ser humano. No cabe duda de que la capacidad para fabricar y utilizar herramientas ha sido determinante para el desarrollo técnico y tecnológico de las sociedades modernas. Pero las claves de la aparición de esta habilidad manual propia del ser humano actual y de otros homínidos primitivos siguen siendo un enigma para los científicos, sobre todo debido a los grandes periodos de tiempo de los que no se tiene apenas información en el registro fósil.

Lo que sí sabían los paleoantropólogos es que una estructura ósea de la muñeca que no tienen ni los grandes simios ni otros primates no humanos es responsable del perfeccionamiento del manejo de la mano para usar herramientas. Pero la primera aparición en el registro fósil de esta estructura de un hueso llamado tercer metacarpo -el hueso central de la mano, el que une la muñeca con el dedo corazón- corresponde a los homínidos de la Sima de los Huesos (Atapuerca, Burgos), de hace unos 800.000 años.

Ahora un equipo científico dirigido por investigadores de la Universidad de Missouri (EEUU) acaba de publicar en PNAS los resultados de una investigación en la que describen esta misma estructura ósea en restos encontrados en Katio, Turkana (Kenia), pero que datan de hace 1,42 millones de años, más de 600.000 años antes que los del yacimiento español.

La clave de la evolución de la mano



Tercer metacarpo hallado en Turkana, Kenia.

La estructura ósea presente en los homínidos modernos permite estabilizar la muñeca para hacer trabajos finos

Los expertos en el campo conocían desde hace tiempo las estructuras óseas de la mano de los homínidos del género Homo, que tenían esta característica llamada proceso estiloideo y que consiste en una protuberancia que sale del metacarpo y que permite estabilizar y bloquear la muñeca. Y también sabían que este mismo hueso de los Australophitecus no cuenta con esta protuberancia. Pero, ¿cuándo apareció por primera vez en el el árbol evolutivo humano?

"Hasta ahora sabíamos que los fósiles de la Sima de los Huesos y de la Gran Dolina, de 400.000 y 800.000 años, tenían una mano parecida a la de los humanos actuales. Y sospechábamos que esta estructura ya estaba antes, en los orígenes del género Homo, hace dos millones de años, pero no podíamos demostrarlo, era sólo una hipótesis", explica Carlos Lorenzo, profesor de la Universidad Rovira i Virgili e investigador de Atapuerca especialista en la evolución de la mano humana.

Los resultados obtenidos por Carol V. Ward, de la Universidad de Misouri, de alguna forma respaldan las sospechas del equipo de Lorenzo. "Hemos retrasado la primera aparición conocida de esta morfología en la evolución humana, así que podemos decir que las evidencias de la mano humana ya estaban presentes hace 1,4 millones de años", asegura Ward. A pesar de que sólo han encontrado un sólo hueso de esa mano del homínido de Katio, el equipo de Ward se aventura a decir que el resto de la mano también tendría una morfología semejante a la de las manos humanas actuales.

Los homínidos más primitivos hacían bifaces, pero muy toscos a pesar de tener la mano preparada para tallar con mayor precisión. "Sabemos que la mano ha cambiado poco, pero nuestro cerebro sí ha cambiado", dice Lorenzo. De hecho, Lorenzo se atreve a vaticinar que los primeros miembros del género Homo de hace dos millones de años ya tenían una mano moderna, como la que tenemos los seres humanos actuales.

Fuente:

El Mundo Ciencia

26 de octubre de 2013

Los seres humanos evolucionaron "de una especie única"

Los homínidos de Dmanisi

Homínidos

  • Los homínidos de Georgia vivieron hace unos 1,8 millones de años y representan una expansión temprana de los ancestros humanos fuera de África.
  • Se trata de la colección de fósiles más completa de más de 300.000 años encontrada de la especie Homo
  • Ellos tenían columnas similares a las humanas y sus extremidades inferiores habían sido bien adaptadas para viajes de larga distancia
  • El macho de la especie era mucho más grande que la hembra
  • También tenían cerebros relativamente pequeños y las extremidades superiores eran bastante primitivas, rasgos que comparte con el anterior H. habilis, e incluso con los Australopithecus más primitivos

Cráneo 5

La calavera tiene una caja craneana muy pequeña.

La llaman "cráneo 5". Un nombre simple para la calavera que dio un golpe de timón en la teoría de la evolución.

Un equipo de científicos que analizó el cráneo homínido más completo jamás encontrado, descubierto en Dmanisi, Georgia, asegura que los primeros fósiles humanos encontrados en África y Eurasia podrían haber formado parte de la misma especie.
Esto contradice la teoría evolutiva, hasta ahora aceptada, de que varias y diversas especies humanas caminaban sobre la Tierra hace dos millones de años.

Escribiendo en la revista Science, el equipo dice que el Homo habilis, Homo rudolfensis y el Homo erectus, son parte de un único linaje evolutivo, que derivó en los humanos modernos.

El "cráneo 5"

La calavera analizada tenía una pequeña caja craneana, dientes grandes y una cara larga, características que comparte con H. habilis. Sin embargo, muchas características de la caja craneana fueron también "únicas" del H. erectus.

La pieza ósea tiene unos 1,8 millones de años y proviene de un sitio donde se han encontrado la mayor colección de restos bien preservados de los inicios del ser humano en el mundo.

La colección de Dmanisi también representa la evidencia más temprana de los humanos primitivos fuera de África, un grupo que surgió poco después de los primeros Homo que se diferenciaron del Australopithecus o "Lucy".

"Ahora tenemos la mejor prueba de lo que los primeros Homo realmente fueron", asegura David Lordkipanidze del Museo Nacional de Georgia en Tiflis, autor principal de la investigación.

"Una de las cosas más importantes es que tenemos una colección tan extraordinaria, muy rara de encontrar en un solo sitio".

Los restos fósiles mostraron una gran variación que desconcertó a los investigadores al principio, pero el profesor Lordkipanidze dice que lo estaba claro era que estas características eran de una sola población.

Cráneo homínido

El cráneo homínido de Georgia es el más completo jamás descubierto.

"Cuando nos fijamos en esta variabilidad y la comparamos con los humanos modernos, se puede ver es un rango normal de variación", le comenta Lordkipanidze a la BBC.

El cráneo fue descubierto hace ocho años y desde entonces el equipo lo ha comparado con otros fósiles de Homo encontrados en África hace 2.400.000 años.

El análisis comparativo del cráneo homínido reveló similitudes suficientes como para considerar que los antiguos de Homo eran de la misma especie que los homínidos de Dmanisi.

Christoph Zollikofer del Instituto de Antropología y el Museo de Zúrich, Suiza, y coautor del estudio dijo que si se hubieran encontrado la caja craneana y el rostro del "Cráneo 5" como fósiles separados en diferentes lugares de África, podrían haber sido atribuidas a diferentes especies.

"Eso es porque el cráneo 5 reúne algunas de las características clave, como la pequeña caja craneana y la cara grande, que no se había observado juntos en un fósil de Homo temprano hasta ahora".

"Es más, ya que vemos un patrón y rango de variación similar en los registros de fósiles de África, es razonable suponer que había una sola especie de Homo en África en ese momento", agrega el profesor Zollikofer.

"Y puesto que los homínidos de Dmanisi son tan similares a los africanos, suponemos además que ambos representan la misma especie".

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

8 de agosto de 2013

La fidelidad del macho es fruto evolutivo para evitar los infanticidios

Un estudio en primates demuestra que los animales fieles cuidan y protegen más a los descendientes.

Reproducción y comida son los principales motores evolutivos. Pero ¿dónde encaja la monogamia (o el hecho de que un macho se sienta vinculado a una o un grupo de hembras) en este proceso? Investigadores de las universidades de Londres, Manchester, Oxford y Auckland han estudiado los comportamientos de 239 especies de primates –humanos incluidos- y han llegado a una sorprendente conclusión: la fidelidad del macho sirve para proteger a las crías de los infanticidios a manos de otros ejemplares. Lo publican en PNAS.

La razón de esta protección está en que las crías –y sobre todo en especies que tienen que dedicar mucho tiempo a su crianza- son un obstáculo para un nuevo proceso reproductivo. Las hembras no son receptivas mientras tienen que estar pendientes al completo de la descendencia. Y para un macho nuevo que llega eso es un obstáculo. Animales como los leones lo solucionan mediante un infanticidio generalizado: cuando un nuevo macho se hace cargo de la manada, lo primero que hace es sacrificar a los descendientes del macho desplazado. De esta manera las hembras, libres de la crianza, vuelven a tener el celo.

En algunos primates se han visto comportamientos parecidos. De ahí que para la hembra y las crías, mantener la relación con el progenitor sea tan importante. Este las defiende, y además puede ayudar en el cuidado de los ejemplares jóvenes. De esta manera el ciclo reproductivo se acorta, explican los investigadores. Esto es muy importante según el desarrollo cerebral se va haciendo más complicado, ya que el proceso de aprendizaje de las crías es cada vez más complicado y estas son dependientes de la madre durante más tiempo.

“Es la primera vez que se han verificado sistemáticamente las teorías de la monogamia en primates, demostrando de manera concluyente que su causa es evitar los infanticidios”, ha dicho el antropólogo de la Universidad de Londres Kit Opie.

Susanne Schultz, de la Universidad de Manchester, añade: “Lo que hace este estudio tan emocionante es que nos permite bucear en nuestro pasado para entender los factores que fueron tan importantes para hacernos humanos. Una vez que los padres deciden quedarse y cuidar de los pequeños, las madres pueden cambiar sus decisiones reproductivas para tener más descendencia y con un desarrollo cerebral más complejo”.

Fuente:

El País Ciencia

25 de julio de 2013

La fauna de la playa (2): Marcar el territorio


Los primates deben dejar clara su posición en la jerarquía allá donde van. Las playas no son una excepción y también en estos contextos la demuestran. Los individuos más poderosos casi siempre se ubican en los barcos que anclan a la vista de todos. En algunas de las playas, es posible alquilar los mismos toldos fijos año tras año. En realidad, estos trozos de tela marcan un territorio cuyos límites coincide con la sombra que proyectan sobre la arena.

Existen playas para diferentes usos y segmentos sociales. Las peores suelen estar frecuentadas por los extranjeros o 'guiris' que desconocen la zona. Algunas son preferidas por los jóvenes para interaccionar entre ellos y practicar el cortejo. Otras, son colonizadas por familias de primates humanos al completo, las cuales instalan un sofisticado mobiliario y establecen una zona de fuego con el que cocinar. A estos últimos se les denomina popularmente domingueros.

El caso más interesante de estratificación social reflejada en la playa que conozco es el de las Playas 1 y 2 del Sardinero, en Santander. El nombre proviene de la posición social del tipo de personas que las frecuentaban. En la 1, las arenas son más finas y por tanto de más calidad. En ésta, la burguesía tomaba "baños de ola" tapados hasta las orejas desde mediados del s. XIX. En la 2, más popular, uno podía comerse un bocadillo sin ser mal visto por los allí presentes. Aún hoy existen reminiscencias de aquella división clasista en la capital cántabra.

Tampoco en las playas uno debe mostrar sus debilidades ni por asomo. Si el agua está helada y una hembra pregunta a un macho "¿cómo está el agua?", entonces éste debe afirmar: "¡está buenísima!" o "el Caribe no refresca".

Pero sobre la arena también se relajan y disfrutan. Se aplican cremas protectoras unos a otros, juegan y duermen. El grooming o acicalamiento es una actividad frecuente entre la fauna playera. Las parejas más estables se inspeccionan el cuerpo el uno al otro, preferiblemente la espalda, en busca de irregularidades de la piel y hacen explotar los granos que están en fase más avanzada.

Apareamientos nocturnos

Algo que intriga a científicos de medio mundo y permanecerá cubierto de un halo de misterio durante mucho tiempo es el por qué los primates humanos seguimos marcando los océanos con orina, cuando hace cientos de millones de años que salieron del agua. Debe tratarse de un reflejo inconsciente producto de nuestro pasado acuático.

Por las noches, el escenario es frecuentado por primates completamente diferentes. Al caer el sol, las playas se convierten en lugar de apareamiento y se llenan de primates humanos que demuestran su amor de manera abierta. Para los más trasnochadores y afectados por las consecuencias de la marcha nocturna, las arena también puede servir de nido improvisado hasta que sale el sol.

En este punto, puede que el lector tenga la percepción de que es en estos ambientes donde sale el lado más casposo del ser humano. Nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que las playas, al igual que los estadios de fútbol o las verbenas de los pueblos, son entornos en los que debido a su naturaleza pública, existe una continuidad con otros escenarios de la vida social de los primates humanos. La playa se ha convertido en un escenario más, donde queda reflejada la selva que todos llevamos dentro.

Fuente:

El Mundo Ciencia

Duelo de machos: Dinámicas de conflicto en primates

El dilema del prisionero es un problema clásico de la Teoría de Juegos que ejemplifica los conflictos de intereses que se dan entre dos personas o grupos cuando se enfrentan ante la decisión de colaborar o ser egoístas. Fue diseñado por el matemático norteamericano Melvin Dresher para demostrar las bases e importancia de la cooperación.

Imagine que la policía arresta a dos sospechosos de robo y les coloca en celdas separadas, de manera que no pueden comunicarse entre sí. Como no hay pruebas suficientes para condenarles a un castigo acorde con el delito, a los dos les conviene callarse para que la pena sea de tan solo seis meses. Pero un juez o policía les visita por separado y les ofrece el mismo trato: si delatas a tu compañero, tú sales libre y al cómplice le caerán 8 años de prisión.

Lo que suele ocurrir es que como ninguno de los dos sabe lo que hará el otro, ambos desconfían y finalmente se delatan, con lo que a ambos les cae la pena máxima. De haber confiado y permanecer callados, ambos se podrían haber librado en tan solo unos pocos meses.

Con algunos matices, éste es un dilema muy similar al que han tenido que hacer frente Mariano Rajoy y Luis Bárcenas. Al primero, por lo que se desprende de los sms publicados, probablemente le hubiera gustado cooperar para esconder lo sucedido. El problema está en que desde el principio ambos han desconfiado, y finalmente han decidido pasar a otro tipo de estrategias que también detectamos en los primates no humanos que habitan la selva.

Las alianzas son algo común entre los animales sociales, pero cuando éstas no son posibles para alcanzar un equilibrio, se emplean otros métodos. Los gorilas y chimpancés, por ejemplo, para demostrar a otros machos lo peligroso que puede llegar ser meterse con ellos, realizan demostraciones de fuerza a la vista de todo el grupo, cuyo objetivo es disuadir a los posibles rivales de una verdadera lucha abierta de la que ambos podrían salir gravemente heridos.

El castigo altruista

Los patadas que dan a los objetos los adolescentes o los portazos, puñetazos y gritos de algunos directivos tienen el mismo fin. Pues bien, ésta parece ser la estrategia que está siguiendo Bárcenas frente a Rajoy y otros altos cargos del PP. Con la publicación de parte de la información que posee, Bárcenas trata de demostrar su posición de poder y fuerza.

Pero si dos machos con vocación de dominantes entran en conflicto, ambos realizarán estas demostraciones de fuerza. Entonces se llegará a un equilibrio mediante el mecanismo del miedo mutuo. La táctica más empleada durante la guerra fría consistió en este tipo de tácticas, basadas en la intimidación y cuyo fin es que el contrario no inicie las hostilidades. Una manera violenta de evitar la violencia.

Lo que llama la atención es que en algunas de esas demostraciones, también pone en peligro su propia supervivencia. En biología evolutiva, a este fenómeno mediante el cual un individuo se daña a sí mismo para perjudicar a su enemigo, lo denominamos castigo altruista. Por el momento, sólo ha sido detectado en humanos, aunque puede que los chimpancés lo posean también.

Recuerdo que en una ocasión acudí a un seminario del doctorado con el filósofo y científico Camilo José Cela Conde. Allí nos contó un pasaje de 'Las mil y una noches' que lo ilustra a la perfección. Hace miles de años, un pastor que caminaba por el desierto se encontró una lámpara mágica. Al frotarla, apareció un genio que estaba dispuesto a concederle un deseo, con la única condición de que su enemigo recibiría el doble. El pastor escogió quedarse ciego de un ojo

Fuente:

El Mundo Ciencia

11 de julio de 2013

La fauna playera (1): los primates exhibicionistas


El uso de las playas como destino recreativo es una actividad muy reciente en la historia evolutiva de la especie humana. Las primeras referencias de su disfrute datan de hace apenas dos siglos. Esto no ha sido impedimento para que los primates humanos hayan hecho rápidamente de la playa un escenario más al cual trasladan sus instintos más ancestrales durante unos meses al año.

Además, las playas se han convertido en un lugar de exhibición e interacción con otros congéneres que merece la pena estudiar en profundidad. En ellas encontramos casi todo el repertorio de comportamientos identificados también en la vida social de los primates no humanos. En otras palabras, las arenas y costas españolas, una temporada más se convertirán en una extensión de la selva.

Pero hagamos un repaso de los patrones de comportamiento de la fauna que ocupa en verano las costas españolas. Por un lado, detectamos en general una necesidad de aparentar más jóvenes de lo que realmente son. Esto no es algo exclusivo de estos ambientes, pero debido al calor, la edad aquí es más evidente. Para cuando llega el momento esperado, tanto machos como hembras se han preparado durante meses para la ocasión. Principalmente existen dos estrategias: operación bikini y machacarse en el gimnasio.
El típico macho ibérico, que aún sin manada mantiene intacta su vocación de alfa, suele esconder la tripa cuando pasa delante de otras hembras, contrayendo sus músculos abdominales. Este método, si bien no sirve de nada, parece dejarles el orgullo inalterado porque así creen disimular su deteriorado estado de salud.

El primate ibérico

El primate ibérico macho también suele enseñar su melena pectoral como un trofeo y prueba de virilidad. La vestimenta, más propia de las olimpiadas de Berlín, que de un lugar público, en el mejor de los casos marca los genitales para que no quede duda del género al que pertenece. En el peor, deja entreverlos. Los hábitats de aguas frías son peligrosos para los machos porque las telas se pegan a la piel y ponen de manifiesto el efecto menguante que las aguas de estas temperaturas tienen sobre los genitales.

A pesar de la potencia que supuestamente se le atribuye al macho ibérico, esta especie está en peligro de extinción y otra nueva, los surfistas, parecen estar ocupando su nicho ecológico. Estos nuevos primates utilizan unos trajes de neopreno ajustados que marcan sus músculos como señal de poder físico, incluso cuando el agua supera varios centígrados el calificativo de: ¡arde!. También los adictos al gimnasio encuentran en la playa una gran oportunidad de exhibición. En los últimos años, se ha visto a machos con influencias modernas adoptar estrategias rejuvenecedoras que hasta ahora solo habían sido vista en hembras: depilarse todo el cuerpo hasta que no quede un solo pelo.

Las hembras, con idéntico objetivo de aparentar ser más saludables y jóvenes, y por lo tanto ser deseadas, se broncean incluso antes de acudir. También retiran el vello de su piel, exageran su feminidad y muestran el tamaño de sus atractivos sexuales: reales o artificiales. Aunque no es algo generalizado, algunas primates también se pintan la cara, como lo hacen cuando tienen eventos sociales. Según me cuentan algunas expertas, también está mal visto para este género llevar el mismo bikini varios días seguidos, lo que prueba que la gente posee un registro mental de la conducta del resto. De hecho, los grupos pasan las horas muertas criticándose unos a otros. El tamaño y forma de los bañadores, junto a las operaciones estéticas que cada uno es capaz de detectar, son algunos de los temas más recurrentes.
Fuente:

30 de mayo de 2013

Es la evolución y no la religión la que determina los comportamientos

Bonobo

La moral tendría un origen más animal que divino.

Ni Jesús ni Rousseau ni Hobbes. Más bien la mona chita, o Darwin, para los más letrados, tendrían que ver con la moral.

La moral humana tiene un pasado evolutivo ligado al comportamiento social, no religioso ni filosófico. Así lo plantea el primatólogo y profesor Frans de Waal en su último libro "El bonobo y el ateo".
"Muchos de los patrones que consideramos 'morales' vienen de la evolución de las especies", le explica De Waal a BBC Mundo.

Basado en 40 años de observación de primates, De Waal asegura que lo que los seres humanos denominamos como "moral" está mucho más cerca del comportamiento social de los simios que a una imposición divina o una decisión filosófica.

Para el científico, la moral no pasa por una decisión que se toma o que se impone desde arriba -filosofía, religión o incluso autoridad- sino que es innata al comportamiento social humano. No sólo eso: no es exclusiva, sino que viene como parte del "paquete social" que también puede encontrarse en otros animales como nuestros parientes primates.

Según el autor, los dos pilares de la moral: reciprocidad y justicia, por un lado y empatía y compasión por el otro, están presentes en el comportamiento social de los simios, el cual es ampliamente retratado en el libro.

Ética primate

Portada del libro "El bonobo y el ateo"

El bonobo y el ateo salió a la venta hace menos de un mes y ya causó polémica.

Lo anterior está relacionado con los dos grados de moralidad que De Waal distingue en el comportamiento de estos animales. La primera, denominada moral "uno a uno", tiene que ver con cómo un individuo espera ser tratado.

Los estudios de De Waal, así como los de otros investigadores, han comprobado que chimpancés y bonobos respetan el concepto de propiedad y tratan a sus pares según la escala de jerarquía.

Sin embargo, muchas otras especies parecieran regirse por un sistema parecido. Entonces, ¿cuándo un comportamiento social se vuelve moral?

La clave es que estos primates esperan que se les respeten sus "derechos" y ser tratados según su grado jerárquico. Como animales sociales, muestran gratitud e incluso pueden tomar venganza, dependiendo del comportamiento de otros hacia ellos.

El segundo grado de moralidad se denomina "preocupación social" y tiene relación con un concepto más abstracto, que involucra el sentido de armonía de la comunidad o grupo como un todo. Aunque bastante rudimentario, los simios sí muestran ciertas formas de reconocimiento de este grado de moralidad al compartir su comida, tranquilizar a sus vecinos o incluso "intervenir" en peleas de terceros para evitar disturbios en la comunidad.

En una charla TED dictada por De Waal previo al lanzamiento del libro, el autor explicó que una de las cosas que más le llamó la atención de los primates que estudió fue su afán por reconciliarse luego de una pelea. "El principio es que tienes relaciones valiosas que resultan dañadas por el conflicto, por lo que tienes que hacer algo al respecto", explicó en esa ocasión.

Frans de Waal

Frans de Waal lleva 40 años investigando a los primates.

Todo, siempre en miras a la aceptación -y cooperación- social.

Los humanos, tal como nuestros parientes simios, evolucionamos en pequeños grupos donde la cooperación se volvió fundamental. Tal como ellos, también, ser sensible a las necesidades, intenciones y ánimos de nuestros pares se volvió una necesidad vital. Y eso, según de Waal, no tiene nada que ver con una decisión o un mandato superior, sino con la básica supervivencia.

"Los seres humanos tenemos todo tipo de intereses egoístas y conflictos individuales que necesitamos resolver para lograr una sociedad cooperativa. Por eso es que tenemos moral, y las abejas u hormigas no", señaló De Waal en una entrevista.

Sin embargo, tampoco es que la moral provenga de una especie de Leviatán hobbesco.

"El concepto de 'el hombre es un lobo para el hombre' es bastante injusto. Tanto para los lobos, que son animales bastante cooperativos, como para la humanidad que también es bastante más cooperativa y empática que lo que suele decirse", aseguró el científico en su charla TED.

Polémica religiosa

Ni dios ni la filosofía entonces habría influido en el desarrollo del comportamiento moral.

Sin embargo las teorías de De Waal, basadas en sus descubrimientos, no caen muy bien entre filósofos, antropólogos e incluso economistas, según el mismo De Waal ha contado.

"Ellos decidieron en su mente que la justicia es un concepto muy complejo y que los animales no pueden tenerlo. Hubo un filósofo incluso que nos escribió quejándose de que era imposible que los monos tuvieran un sentido de equidad, ya que la equidad era un concepto inventado durante la Revolución Francesa", relató el científico en su charla TED.

Y hoy se ha visto envuelto en otra polémica. Esta vez con religiosos. O no religiosos, para ser exactos.

"La religión no es irrelevante, pero no es la base de la moralidad", le dice De Waal a BBC Mundo.

Originario de los Países Bajos, De Waal le cuenta a BBC Mundo que el libro es también una reacción a una sociedad como la estadounidense, donde la mayoría de las personas asocian directamente la moral con la religión.

Bonobos

Los bonobos y los chimpancés se reconcilian después de pelear con un par que consideran valioso.

En su libro, el científico dedicó un capítulo completo al ateísmo. "Estoy por un rol reducido de la religión, con menos foco en Dios todopoderoso y más foco en la potencialidad humana", escribe. Pero eso parece no ser suficiente para los ateos.

Prominentes representantes del ateísmo como PZ Myers y AC Grayling han criticado duramente el libro, molestos no sólo porque De Waal es un científico que no "demoniza" la religión, sino que además critica al ateísmo, advirtiendo sobre los peligros de convertirlo en un dogma tan fuerte como la propia religión.

"Creo que deberían calmarse un poco", le dice De Waal a BBC Mundo, poniendo paños fríos a la discusión.

"Si dios existe es una pregunta interesante, pero no es la pregunta de mi libro y tampoco es una pregunta que un científico va a poder contestar", concluye.

Fuente:

BBC Ciencia

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23 de abril de 2013

Las raíces de la agresividad: Los primates terroristas

Los dos hermanos chechenos, presuntos autores del atentado de Boston. | Reuters

Los dos hermanos chechenos, presuntos autores del atentado de Boston. | Reuters
En los atentados terroristas, como el ocurrido en Boston el martes pasado, en el que varias bombas estallaron al paso de los corredores de una maratón, se puede extraer mucha información a partir de la cual generar debate sobre el simio bipolar que es el ser humano, como dice el primatólogo Frans de Waal.

Por un lado están los autores del atentado, los cuales, presuntamente han sido dos jóvenes estudiantes chechenos con permiso de residencia en los Estados Unidos. Sea cual sea el mantra que se repitieron a sí mismos para justificarlo, uno de los elementos esenciales es que estamos ante grupos de personas que utilizan el miedo como elemento de persuasión, debido a que apuestan por causas que no pueden ser defendidas mediante las palabras y el debate.

Los chimpancés carecen de lenguaje hablado y de afiliación religiosa, pero existen comunidades en los que un individuo o varios pueden llegar a comportarse como verdaderos terroristas. Algunos individuos muestran comportamientos xenofóbos, motivados una ansiedad que, tanto a ellos como a nosotros los humanos, nos genera "el otro" o "lo diferente". Por esta razón hay que tener mucho cuidado cuando se forman grupos de primates de manera artificial, ya que siempre es un momento de gran tensión.

El resentimiento del macho expulsado

Pero también hemos identificado otras causas. En varias especies de primates, algunos machos jóvenes son expulsados del grupo a la fuerza. Estos suelen aliarse con otros machos que están en su misma situación, creando así una tropa compuesta exclusivamente de machos expulsados o periféricos. Este tipo de alianzas pueden ser peligrosas.

De modo similar y sin ser en caso alguno una justificación para realizar tales atrocidades, muchos terroristas y asesinos en serie tienen en común un sentimiento de rechazo o expulsión, ya sea en su país de origen o destino.

En Sudáfrica, por ejemplo, se han producido más de cien muertes de rinocerontes por ataques de elefantes en tiempos recientes, una especie con la que no se tenía noticia de que entraran en conflicto. Cuando se estudió el historial de los agresores, todos tenían en común el que eran huérfanos macho que habían presenciado la muerte de sus madres, en la mayoría de los casos por armas de fuego, a manos de cazadores furtivos. La solución consistió en introducir individuos adultos de elefantes que controlaran la agresividad de los más jóvenes.

Hasta tiempos recientes, se pensaba que los terroristas eran psicópatas, pero en estudios de personalidad quedó reflejado que no poseen trastornos de la personalidad diferentes a los de las personas 'normales'. Posteriormente se hicieron estudios en barrios donde habían nacido y habitado tradicionalmente los terroristas. Tampoco se encontró una mayor tasa de este desorden.

El lado positivo de nuestro instinto tribal

Pero por otro lado está la reacción de las víctimas y la sociedad a la que pertenecen. Tanto en el 11-S como el 11-M, la actitud de la ciudadanía fue ejemplar. Boston no ha sido una excepción. En estas circunstancias es cuando más comportamientos altruistas por segundo se producen. Es el momento en el que se activa el lado más positivo del instinto tribal que todos llevamos dentro, responsable de los actos más bellos de nuestra especie.

Gente que se queda sosteniendo la mano de víctimas hasta que una ambulancia libre pueda atenderles, personas que comparten su poco o mucho conocimiento para afrontar este tipo de situaciones, grupos de vigilancia que se organizan de manera espontánea para vigilar los barrios y un largo etcétera.
Del mismo modo, entre primates no humanos es frecuente que se consuelen los unos a otros tras un suceso que ha generado angustia. Estos suelen abrazarse, lo que disminuye el estrés. Y es que la cohesión es una buena estrategia ante las consecuencias psicológicas del miedo.

Cohesión y unidad frente al dolor

Pero los humanos, además del uso del contacto físico, también somos capaces de contener la ansiedad del grupo mediante la palabra, lo que nos permite llegar a más gente de manera simultánea. El discurso pronunciado por Obama es un intento de aliviar el dolor psicológico en forma de estrés, tristeza o angustia que estos atentados terroristas han generado. La llamada a la cohesión, la unidad y la corresponsabilidad en superar estos sucesos es lo mismo que haría un líder de una tribu africana tras un asesinato de uno de sus miembros.

Algunos expertos en psicología del terrorismo, como Clark McCauley, creen que debemos aceptar que todos podemos ser terroristas bajo determinadas circunstancias. Aceptemos o no esta hipótesis, esta ínfima minoría violenta representa lo peor del ser humano. El límite extremo negativo de lo que es capaz de hacer el simio bipolar que representa el ser humano.

Aún así, no podemos permitir que acontecimientos como el de Boston nos hagan centrar la atención en el lado más oscuro y eclipsen el hecho de que por cada gramo de metralla emergen miles de acciones altruistas, las cuales ponen al descubierto nuestro mejor lado como especie.

Fuente:

El Mundo Ciencia

18 de abril de 2013

¿Qué animales se automedican como los hombres?


Chimpancé

El concepto de automedicación no es exclusivo del Homo sapiens. Se conocen muchas especies de animales que deciden ingerir ciertas sustancias por su interés farmacológico y no solo por cuestiones de nutrición. No obstante, es un fenómeno poco estudiado en la naturaleza.
 
Varios expertos en ecología y biología evolutiva analizan las causas de este comportamiento en un artículo publicado en Science, y centrado en el uso de la automedicación para curar o prevenir enfermedades parasíticas. 

Aunque los chimpancés buscan hierbas medicinales para purgarse de posibles parásitos, no solo se automedican las especies de animales con una alta capacidad para observar y aprender. De hecho, muchos lo hacen mediante comportamientos innatos, no aprendidos. 

En el artículo, los autores exponen varias consecuencias de la automedicación, que incluso pueden afectar al ser humano de manera indirecta. 

En primer lugar, influye en la transmisión y virulencia del parásito. Por ejemplo, cuando la mariposa monarca deposita sus huevos en asclepias –plantas herbáceas–, tóxicas para los parásitos, estos aumentan su virulencia. 

La respuesta inmune de estos animales –que tiene un costo muy alto–, puede reducirse o incluso eliminarse por efecto de la automedicación. Es el caso de las abejas, que al utilizar antimicrobianos en sus nidos han evolucionado hasta perder ciertos genes inmunológicos. 

Además, los autores se atreven a pronosticar que, si se llevan a cabo más estudios, podrá observarse que los huéspedes han adaptado su comportamiento a sus parásitos, y que la automedicación está más extendida de lo que se creía. 

El estudio de la automedicación también afecta a la producción de comida y medicamentos por parte del ser humano. Algunas enfermedades animales pueden ser peores si se interfiere en la capacidad de los animales para medicarse, como puede pasar con las abejas seleccionadas para producir poca resina en sus panales –sustancia antimicrobiana que reduce la producción de miel–, y que se ven expuestas a infecciones. 

Por último, dado que el Homo sapiens es también un animal ‘farmacéutico’, y muchas medicinas modernas derivan de plantas y productos naturales, estudiar la medicación animal puede ayudar a descubrir nuevos fármacos de utilidad.

¿Existen las farmacias entre los animales?

Desde que en 1978 se describiera este comportamiento aplicado a la eliminación de parásitos, la lista de animales ‘farmacéuticos’ ha crecido hasta incluir polillas, hormigas, abejas e incluso la mosca de la fruta Drosophila

Las plantas medicinales pueden emplearse para curar o prevenir parásitos en el propio animal –como hacen babuinos y algunas orugas–, pero también se utilizan con la misma intención de manera social –como hace Drosophila con sus crías, o ciertas hormigas con sus compañeras–. 

Las investigaciones sobre esta medicación social o transgeneracional indican que el estudio de la automedicación no debe centrarse en el ‘auto’, sino en la eficacia biológica que estos comportamientos aportan a la población.

Fuente:

GeoMundo

15 de abril de 2013

'Australopithecus sediba': el ancestro con sonrisa humana y andares de chimpancé

Reconstrucción de A. sediba junto a un esqueleto humano y otro de chimpancé. | L. Berger

Reconstrucción de A. sediba junto a un esqueleto humano y otro de chimpancé. | L. Berger
El homínido que pudo dar lugar a la rama evolutiva del ser humano era un puzle biológico imprevisible con sonrisa humana y andares de chimpancé. Hasta que su descubrimiento en 2008 permitió a los investigadores reconstruir la anatomía de la especie 'Autralopithecus sediba', la comunidad científica daba por asumidos algunos rasgos que debía tener el ancestro que dio paso al género Homo (al que pertenece la especie humana actual, Homo sapiens). Sin embargo, el estudio de los restos fósiles de tres individuos -dos bastante completos y una tibia de un tercero- encontrados en una sima en Malapa, cerca de Johannesburgo (Sudáfrica), le han dado un vuelco a los prejuicios de los paleontólogos.

A. sediba. | L. Berger

A. sediba. | L. Berger

Desde la publicación del hallazgo y de las primeras conclusiones en 2010, ya ha habido 11 estudios publicados en la revista 'Science' analizando sus características y las implicaciones que tiene la especie para la evolución humana. Los seis últimos, referentes a la investigación de sus órganos locomotores y de su boca y que se acaban de publicar, suponen una "mirada sin precedentes a la anatomía y la posición en el árbol de la vida de este primitivo ancestro humano", en palabras de Lee Berger, líder de la investigación y autor principal de las seis investigaciones.

"Este último examen nos aporta una visión nueva de una especie que parece un mosaico anatómico que presenta una serie de complejos funcionales que son diferentes tanto a los que pensábamos que eran propios de los Australopithecus, como a los de los primeros Homo", explica este investigador del Instituto de Evolución Humana de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo.

Un mosaico entre humanos y australopitecus

'A. sediba' era una extraña criatura que caminaba erguida, pero de una forma muy primitiva, tenía un cerebro muy pequeño, unas manos hábiles y, sorprendentemente, una dentadura muy similar a la humana. Pero algunas de estas características ya se conocían de anteriores estudios.

Las principales conclusiones que se pueden extraer de las seis investigaciones recién publicadas en 'Science' al alimón son la 'sonrisa humana' y una morfología de su talón parecida a la de los chimpancés actuales que le obligaba a caminar bamboleándose de un lado a otro. De hecho, esta última característica ha sido un descubrimiento reciente hecho por el equipo de Berger durante una reunión en mayo de 2012.

Cráneo de 'A. sediba'. | L. Berger

Cráneo de 'A. sediba'. | L. Berger

Desde hace muchos años, la comunidad científica se preguntaba cómo podría esta especie caminar erguida. La clave está en el talón preservado en uno de los ejemplares que corresponde con el de una hembra adulta. El hueso está retorcido y tiene forma apuntada, al contrario del humano, que es plano y ancho. Por ese motivo, la especie debía caminar retorciendo el pie tras el apoyo para poder dar el siguiente paso, de una forma parecida a la que usan los chimpancés, haciendo para ello un bamboleo obligatorio.

"Los talones estrechos ofrecen menos mucha menos superficie sobre la que distribuir el peso cuando los pies tocan el suelo", asegura el antropólogo de la Universidad de Boston Jeremy DeSilva, autor principal del estudio sobre el mecanismo locomotor de la especie.

¿Es de verdad el eslabón perdido?

Todos los investigadores coinciden con las conclusiones de Berger y su equipo sobre el modo de andar de A. sediba y remarcan que definitivamente su modo de caminar es muy diferente que el del resto de los homínidos.

Lo que no parece estar tan claro es que esta especie sea definitivamente el eslabón perdido, la pieza clave que falta en la evolución del ser humano moderno. Una mandíbula de 2,4 millones de años de antigüedad encontrada en Etiopía es el primer fósil atribuido al género 'Homo'. Lo que deja la edad de 'A. sediba' -cerca de 2 milones de años- como muy joven para ser el primer ancestro del género. "Sediba es único y muy interesante, pero llegó demasiado tarde a la fiesta como para ser el ancestro", asegura Brian Richmond, de la Universidad George Washington de Washington D.C..

Sin embargo, Berger defiende con uñas y dientes la posición en el árbol de la vida de la especie que él mismo descubrió junto a su hijo en una sima cercana a la ciudad en la que viven. Para el investigador sudafricano, esa mandíbula aislada de la calavera o de otros huesos no tiene por qué pertenecer al género 'Homo'. La bonita sonrisa de A. sediba podría haber engañado a los descubridores de la mandíbula de Etiopía haciéndoles pensar que era del género humano.

Fuente:

El Mundo Ciencia
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