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30 de junio de 2010

¿Qué clase de hombre eres, chimpancé o bonobo?

Jueves, 01 de julio de 2010

¿Qué clase de hombre eres, chimpancé o bonobo?


Pues si, olvídate de macho de toda la vida, o metrosexual. Los científicos acaban de descubrir que los hombres deberían de dividirse en dos grupos según su comportamiento: chimpancés agresivos o pacíficos bonobos. Y es que a la hora de competir, nos comportamos como nuestros parientes más próximos.

Mientras que los hombres ansiosos de reforzar su estatus tienden a producir la hormona de los machos (testosterona) cuando se les pone a prueba, tal y como hacen los chimpancés; los hombres relajados producen cortisol (también llamado el “compuesto de los abrazos”) tal y como hacen los bonobos.

Las sociedades de los chimpancés están dominadas por los machos, que compiten por su estatus de forma agresiva (en ocasiones hasta la muerte). Sin embargo las sociedades de los bonobos son casi siempre matriarcales, y la tolerancia entre sus integrantes permite que colaboren de forma flexible y que compartan los alimentos. No es de extrañar que se les conozca como los monos “hippies” (ya sabes… paz y amor).

Siendo bonobos (o chimpancé enano) y chimpancés tan similares, los científicos se preguntaban si las diferencias en su comportamiento podrían explicarse parcialmente por sus respuestas fisiológicas diferentes a la competición. Para responder a esta pregunta, investigadores de la Universidad de Harvard tomaron muestras de saliva de los primates y midieron los niveles hormonales antes y después de que se les ofreciese un buen montón de comida.

Descubrieron que los machos de ambas especies mostraban cambios hormonales a la hora de competir por la comida, aunque las hormonas diferían según la especie: aumento de testosterona en los chimpancés y aumento de cortisol en los bonobos.

La testosterona prepara a los animales para la competición y la lucha, mientras que el cortisol se asocia con el estrés y con estrategias sociales pasivas.

Es decir, ante la pila de comida, los chimpancés reaccionaban como si la competición fuese una amenaza a su estatus, mientras que los bonobos reaccionaron como si la posibilidad de la competición les estresara.

Los humanos reaccionamos normalmente como los bonobos ante la competición, salvo que el hombre en cuestión tenga un fuerte deseo de alcanzar un estatus más alto. Pero al contrario que los monos, los humanos reaccionamos tras la competición de un modo único. Si vencemos, experimentamos un subidón de testosterona, y si perdemos un subidón de cortisol.

Esto explicaría la cara que se nos quedó cuando perdimos con Suiza en el partido inaugural de España en el mundial. Espero que mañana contra Portugal la testosterona nos invada a oleadas...

Los resultados de la investigación se publicaron en Proceedings of the National Academy of Sciences journal.

Lo encontré en el Telegraph.

Tomado del:

Blog de Mailkenai

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