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5 de marzo de 2020

¿Existieron dinosaurios en el antiguo Perú?


, en Perú se han encontrado muchas especies de dinosaurios. 


Hace 135 millones de años, Lima, la capital del Perú, se encontraba debajo del mar, y en la zona del actual Morro Solar (Chorrillos) se ha encontrado, a fines del año 2019, una aleta de Plesiosaurio.




Investigadores del museo y de la Universidad Marshal, en Huntington (EE UU), han corroborado, en el año 2011, que los plesiosaurios daban a luz a crías vivas, y que no incubaban huevos en la tierra.
En Bagua (Amazonas), que pertenece a la selva peruana, se han encontrado fósiles de un dinosaurio de largo cuello: el titanosaurio. Pero sin duda el dinosaurio más popular que vivió en Bagua fue bautizado como Carnotaurio, una réplica a escala natural de este dino se encuentra en el Museo de Historia Natural de Lima, Perú.



El Carnotauro (nombre que significa toro carnívoro) fue un dinosaurio que vivió en toda sudamérica hace 70 millones de años. Medía de 8 a 9 metros de longitud y pesaba entre 1350 y 2100 kilo
En Sicuani (Puno) vivieron los carnotauros y velociraptors. En Huallanca (Huánuco) vivieron los pteranodontes, que eran unos reptiles voladores gigantes, no tenían plumas pero si un gran parecido con los murciélagos actuales.



En la siguiente imagen. a la izquierda el pteranodon en pleno vuelo, a la izquierda el temible carnívoro: el velociraptor.

Y cerca de aquí, por la laguna de Conococha (Áncash)se han encontrado más de cien huellas de iguanadontes y terosaurios. Y en las aguas vivían los enormes ictiosaurios. En la imagen siguiente un iguanodote (o iguandon) que era herbívoro; y en la siguiente imagen un ictiosaurio, un carnívoro que podía llegar a medir hasta 26 metros de longitud.



Iguanadon. Su nombre significa dientes de iguana, era un herbívoro que vivía en la zona de Conococha (Áncash)
Y en las aguas de la laguna de Conococha vivían los ictiosaurios (su nombre significa "lagrto-pez"). Estos carnívoros fueron en un inicio terrestres, pero evolucionaron para vivir en el agua. Estos dinosaurios tenían un parecido con los delfines actuales.
Y estos restos de ictiosaurios, animales marinos, se han encontrado en Conococha (que está a más 4000 m.s.n.m) porque hace 120 millones de años en esa zona existía un mar. Sí, la zona de Conococha era un mar con extensas zonas de playa. 


También se han encontrado numerosas huellas de dinosurios en la zona de los Conchucos (Cerca a San Marcos, Áncash). En esa época no existí la Cordilera de los Andes y la zona de los Conchucos está poblada por bosques de coníferas y helechos.


Otro lugar con huellas de dinosaurios se encuentra en Querulpa (Castilla, Arequipa). Allí encontrarán nuestro Parque Jurásico, versión peruana, con algunas reproducciones, a escala real, de los dinosaurios que vivieron en esa zona.


Finalmente ingresa a esta web para conocer más detalles de cómo conocer a los dinosaurios que vivieron en Perú. 


Hasta pronto


Mag. Leonardo Sánchez Coello
leonardo.sanchez.coello@gmail.com

4 de marzo de 2020

Liga contra el cáncer: Perú ocupa el primer lugar de radiación solar más alto en el mundo

“Las sombrillas no nos protegen totalmente de la radiación UV”, mencionó la especialista de la Liga contra el cáncer. La temperatura sigue en aumentando en Lima y otras regiones. 


En estos últimos días, la temperatura se ha incrementado cerca de los 27°C y la radiación UV ha llegado a un promedio de grado 13 o 14, siendo muy alto y perjudicial para exponernos al Sol. Cientos de peruanos al día salen de sus hogares con una sombrilla en mano, pensando que estas protegen al cien por ciento de los rayos solares; sin embargo, esto no es cierto.

Según la licenciada y vocera de la Liga Contra el Cáncer, Cathya López, la radiación solar en el Perú es la más alta a nivel mundial, por ello, la prevención es necesaria para evitar que nos produzca a largo plazo cáncer en la piel.

Si bien la mayoría de peruanos utilizan sus sombrillas como única protección, esta no es suficiente para combatir los rayos UV. Cathya López mencionó que las sombrillas no nos protegen de los reflectores indirectos del sol.

“Las sombrillas no nos protegen al 100 % del sol, al menos que tengan una protección UV adecuada. Si bien, a simple vista, se ve que protege la piel, esto no suele ser cierto, ya que el sol suele reflejarse en las lunas, en la acera, en la arena, en el mar, entre otros, así estamos desprotegidos”, manifestó.

También, mencionó que la eficacia de la sombrilla depende del horario de salida a las calles. “Se recomienda evitar salir entre las 10 de la mañana hasta las 3 de la tarde, y si es necesario acudir a algún lugar, usar todos los implementos necesarios como bloqueador, sombrilla, entre otros”, expresó.

Entre la eficacia de una sombrilla y un sombrero, López declaró que esto varía, ya que se recomienda que ambos cubran tanto el rostro como los hombros. “La radiación varía entre 1 y 14. En Lima están llegando al nivel máximo, y en otras regiones, están llegando a más”, indicó.

Por otro lado, indicó que la radiación es acumulativa. “La radiación se acumula. Desde que somos pequeños se va aglomerando hasta ser grandes, por ello, es importante el cuidado, ya que más adelante, los jóvenes pueden desarrollar cáncer o alguna enfermedad en la piel”, dijo.



Huancayo: universitario diseña drenaje ecológico que evita inundaciones por lluvias

Se denomina Permeasystem, y es económico y de beneficio social.


Miguel Núñez, estudiante de Ingeniería Civil de la Universidad Continental de Huancayo, en la región Junín, diseñó un sistema de drenaje ecológico que es una ingeniosa alternativa para evitar las inundaciones en ciudades donde se registran lluvias intensas .

El drenaje, denominado Permeasystem, que a su vez es económico y de beneficio social, es un innovador proyecto que tiene como propósito eliminar los charcos e inundaciones en las pistas por efecto del desborde de los inadecuados desagües de urbes del centro y sur del país ante las fuertes precipitaciones.

“El sistema tradicional de drenaje capta el agua de las lluvias y la conduce a los desagües domiciliarios, que por la gran cantidad de precipitación colapsan y rebasan, y toda esa agua con residuos fecales, bacterias y demás fluye por las pistas, lo cual contamina a transeúntes que muchas veces resultan salpicados”, manifestó Miguel Núñez.


Explicó que Permeasystem está compuesto por concreto permeable reforzado con una geocelda de plástico reciclado, diseñado en un patrón hexagonal regular inspirado en los panales de abejas y en las mallas de los arcos de fútbol; esta forma le permite distribuir las cargas equitativamente hacia todos lados, con lo cual aumenta la resistencia y durabilidad del concreto.

“Las pistas trabajan a flexocompresión: pasa un carro y estas se flexionan y se comprimen a la vez; esos esfuerzos al ser verticales se distribuyen hacia todos los lados y hacen que el concreto trabaje en conjunto y no en un solo punto”, precisó.

Para su aplicación se identifican las zonas críticas donde se acumula el agua pluvial y allí se implementa el sistema haciendo un corte en las pistas. “No es que vayamos a construir una pista completa, porque eso resultaría caro y, por un tema de gestión, complicado”, refirió.
 
 

Los bosques tropicales ya no pueden con tanto CO2

Las selvas amazónica y centroafricana han superado su capacidad de retener dióxido de carbono.


La capacidad de los bosques tropicales de retirar de la atmósfera el dióxido de carbono (CO2) generado por los humanos se está acabando. Un estudio con cientos de miles de árboles de las selvas amazónicas y centroafricanas muestra que la cantidad del gas que retienen sus troncos, ramas y hojas en forma de carbono orgánico es cada vez menor. No se trata de que haya menos ejemplares por la deforestación, que también, sino que los que quedan crecen más deprisa y más grandes gracias a que hay más CO2, pero también están más expuestos al aumento de la temperatura y la sequía, muriendo antes.

Junto a los océanos, los bosques del planeta son actores claves en el ciclo del carbono. Por su extensión, su frondosidad y mayor tasa de crecimiento, las selvas tropicales son las que más dióxido de carbono retiran. Sus árboles lo incorporan mediante la fotosíntesis, absorbiendo el carbono como biomasa. Y allí se queda mientras viva el árbol. Los científicos contaban en sus planes con este efecto fertilizante para combatir el cambio climático provocado por el exceso del mismo gas. De hecho diversos estudios ya habían demostrado que las plantas han acelerado su fotosíntesis. Sin embargo, parece que ya no pueden más.

“Todos los modelos climáticos sugerían que las plantas continuarían tomando más CO2 durante varias décadas”, dice la investigadora de la Universidad de York y coautora del estudio Aida Cuní. “La tasa de fotosíntesis es más rápida pero tiene un límite fisiológico y este límite es el que estamos superando. En la selva amazónica se alcanzó hace 15 años y en la africana ya lo alcanzamos en 2012, añade.



La creatividad: el campo de batalla definitivo entre la inteligencia artificial y la humana


¿Cómo innova una máquina? 

Desde una perspectiva teórica, la creatividad y la innovación son procesos de búsqueda y combinación. Empezamos con un trozo de conocimiento y lo conectamos con otro trozo para crear algo nuevo y útil.

En principio, esto también es algo que puede ser hecho por máquinas. De hecho, son excelentes almacenando, procesando y haciendo conexiones entre datos.

Las maquinas producen innovaciones usando métodos generativos. Pero ¿cómo ocurre eso exactamente?

Hay diferentes estrategias, pero lo que es tecnología de punta se llama "red generativa antagónica"

Por ejemplo, piensa en una máquina que debe crear un retrato nuevo de una persona. Las redes generativas antagónicas abordan esa tarea creativa con la combinación de dos tareas secundarias.

La primera parte es el generador, que produce nuevas imágenes a partir de una distribución aleatoria de píxeles. La segunda parte es el discriminador, que le dice al generador qué tanto se aproximó a producir un retrato que parezca auténtico.

¿Cómo hace el discriminador para saber cómo se ven los humanos? Pues bien, se le alimenta con muchos ejemplos de retratos de personas reales antes de empezar la tarea.

En base a la información del discriminador, el generador mejora su algoritmo y sugiere un nuevo retrato.

Este proceso se repite una y otra vez hasta que el discriminador decide que el retrato se aproxima a los ejemplos que tiene en su memoria. Este proceso da como resultado un retrato que se parece muchísimo a un humano real.

La "chispa humana" 

Pero, aunque las máquinas puedan innovar en base adatos, eso no quiere decir que vayan a hacer sombra a la creatividad humana en breve.

La innovación es un proceso de resolución de problemas. Esto es, para que una innovación exista, hay que combinar los problemas con las soluciones.

Los humanos pueden ir en cualquiera de las direcciones: pueden empezar con un problema y resolverlo, o pueden partir de una solución y tratar de buscar nuevos problemas en torno a esta.

Un ejemplo de este último tipo de innovación es el Post-it (el papelito rectangular para escribir notas con adhesivo en una de las esquinas).

Un ingeniero desarrolló un pegamento que no era muy fuerte y lo dejó en su escritorio. Y un colega se dio cuenta de que esa era precisamente la solución que evitaría que se cayeran las notas que añadía a su partitura durante sus ensayos corales.

Al utilizar datos y código para formular problemas explícitos, la inteligencia artificial también puede ofrecer soluciones.

Sin embargo, identificar un problema es más difícil para las máquinas, ya que estos no suelen estar incluidos en los datos a partir de los cuales innovan las máquinas.

Es más, la innovación suele estar basada en las necesidades que ni siquiera sabíamos que teníamos.

Pensemos en el walkman. Aun cuando ningún consumidor manifestó el deseo de escuchar música mientras caminaba, esta innovación fue un gran éxito.

Así como es difícil formular ese tipo de necesidades latentes, también es improbable que entren a formar parte de los archivos de datos que las máquinas necesitan para inventar.

Los humanos y las máquinas se nutren de distintas materias primas para innovar.

Mientras las personas se basan en toda una vida de experiencias para generar ideas, las máquinas se limitan a hacerlo usando los datos con las que las alimentamos.

Estas últimas puede, pues, generar innumerables innovaciones, versiones nuevas en base a datos que van recibiendo.

Pero es poco probable que los inventos revolucionarios vengan de las máquinas, pues estos suelen crearse generalmente al relacionar campos distintos y desconectados. Un ejemplo de ello es el snowboard, que combina el mundo del surf con el esquí.

Lea el artículo completo en: BBC Mundo



27 de febrero de 2020

Entrevista con Alex Beard: "Ser maestro debe ser el trabajo más importante del siglo XXI"

Alex Beard (Reino Unido) era maestro en una escuela en el sur de Londres hasta que, después de un tiempo de sentirse estancado en su oficio como profesor, decidió partir en búsqueda de nuevas alternativas.


¿Cuáles son los peores errores que se están cometiendo en educación estos días?

Creo que el mayor error, que estamos cometiendo actualmente, es: las escuelas se quedaron en el pasado y, bajo estos métodos caducos, nos pasamos 12 años dentro de las aulas, por lo que es muy difícil cambiar nuestras ideas sobre cómo debe ser la escuela.

El segundo reto que afronta la educación de hoy es que no sabe con claridad en qué debe enfocarse, en qué debe centrarse teniendo en cuenta el futuro. Cuando me veo de nuevo en un aula de clases, me veo como un profesor que entrena a los niños para que superen un examen.

Para que saquen una nota aceptable, que es lo que necesitan, si hablamos en términos prácticos, para pasar de grado en el colegio.

Y eso no tiene nada que ver con formar profesionales del futuro…

Exactamente, los estamos entrenando para empleos y oficios que en el futuro van a poder hacer los robots. Me queda claro que no los estoy preparando para nada de lo que viene. Y el error que estamos cometiendo es que ponemos mucha de esa culpa en los maestros.

Lo que creo que debemos hacer es convertir al maestro o maestra en una de las personas más importantes de la sociedad. Porque al final son ellos los que van a moldear nuestra creatividad, nuestra cohesión social, los que van a sentar las bases que lleven a crear una economía fuerte y sostenible.

Debemos esforzarnos por darles autonomía y fortalecer su profesionalismo, en vez de culparlos porque las generaciones más jóvenes no dan la talla.

En ese sentido, ¿qué habilidades deben enseñar los maestros en las aulas para afrontar el futuro?

Creo que los niños requieren tres cosas.

La primera es aprender a pensar, pero de una manera acorde a los retos del futuro. Deben pensar de forma crítica sobre el mundo, sobre el rol que quieren ejercer a partir de un conocimiento profundo de ellos mismos.

Lo segundo es aprender a actuar, pero especialmente cómo ser unas personas creativas. Ahora estamos afrontando retos inmensos en cuestiones ambientales, el aumento de la desigualdad, un escenario donde los trabajos actuales serán reemplazados por máquinas… Así que allí vamos a necesitar que los niños desarrollen a fondo su creatividad. Y eso significa que los niños no solo deben aprender a ser creativos, sino también a trabajar, con la ayuda de las nuevas tecnologías, en conjunto con otras personas.

Y lo tercero, aplicar esa creatividad en la resolución de problemas que afronta el mundo moderno. Para cuidarse a ellos mismos y a las personas que los rodean.

Mientras la sociedad se polariza cada vez más, los estudiantes necesitan desarrollar su inteligencia emocional (a modo de una competencia transversal) para ser capaces de conectar y sentir empatía con otras personas, ya sean de su comunidad o a nivel global.

Pero sobre todo que aprendan a comprender su propio desarrollo emocional, para que sean capaces de manejar su bienestar en un mundo en el que cada día es más difícil vivir.

Hay un tema que está presente en su libro "Nuevas formas de aprender", el papel de la educación en ayudar a buscar "el sentido en las cosas que estamos haciendo".

Y una de las cosas que los científicos cognitivos han encontrado es que hay una jerarquía en nuestras experiencias cuyos resultados nos llevan a aprender. Si insistimos en repetir y memorizar, entonces vas a retener una cierta cantidad de conocimiento y vas a aprender en alguna medida.

Pero, pero si las cosas que estás aprendiendo te causan una reacción emocional - o sea, te hacen sentir entusiasmado, triste, confundido, te estremecen y así- es posible que retengas más conocimiento que a través de la memorización.

Lo más importante de eso es que tanto los investigadores como los psicólogos han llegado a la misma conclusión: que si ese aprendizaje tiene un sentido para los estudiantes, es entonces cuando realmente ocurre. 

¿Y qué significa que el aprendizaje tenga sentido?

Por lo tanto, es posible que te interese el cambio climático, que te importe la creciente desigualdad dentro de la sociedad y si puedes aplicar el aprendizaje que se está llevando a cabo en el aula a intentar resolver problemas relacionados con esos temas que a ti te importan, entonces encontrarás significado en el aprendizaje y en la aplicación de ese aprendizaje.

El libro habla de la conexión entre el aprendizaje, la tecnología y la inteligencia artificial ¿es posible que el ser profesor pueda ser considerado una profesión obsoleta en el futuro?

Veía cómo las nuevas tecnologías, las redes sociales y el surgimiento del big data estaban tomándolo todo alrededor y, de un momento a otro, mi principal interés fue saber cómo esas nuevas tecnologías, entre las que se cuenta la inteligencia artificial, se aplicaban en el campo de la docencia. Si realmente las nuevas tecnologías podían transformar el modo en que aprendemos.

Por eso, si la premisa era que los robots nos iban a quitar nuestro trabajo, mi primer destino fue Silicon Valley. Y allí vi por primera vez a un robot profesor. Y no era un androide que estaba de frente a un salón de clases: era, en cambio, un software de inteligencia artificial dentro de un ambiente de aprendizaje por internet.

¿Cómo funcionaba eso? 

Ellos tenían un laboratorio de enseñanza donde había un profesor y unos diez niños de 5 años, cada uno frente a un computador, con audífonos. Todos los niños estaban callados, concentrados en su computadora, donde había programas diseñados para ayudarles con su aprendizaje de lengua o con la solución de problemas matemáticos.

Lo interesante allí era que mientras el programa ayudaba a los estudiantes, a la vez "aprendía" con los datos que obtenía en cada sesión cuáles eran las debilidades y fortalezas de esos niños y automáticamente adaptaba esa experiencia para la siguiente sesión.

Así que al final se ofrecía un trabajo casi personalizado de aprendizaje, a la vez que estos datos se pasaban a los profesores, que contaban así con más información sobre cada uno de sus estudiantes.
Este es un ejemplo de lo que ha ocurrido: la inteligencia artificial no ha sobrepasado a los maestros, sino que se ha convertido en una herramienta útil, en un complemento muy necesario.

Otro ejemplo: en 2013, un estudio de la Oxford Martin School reveló que había 700 profesiones que podrían ser reemplazadas por robots en el futuro, pero ninguno de los trabajos relacionados con la docencia -o sea, maestro de primaria, preescolar, profesor bachillerato e incluso universitario- iban camino a desaparecer. Y es verdad. Y eso ocurre porque enseñar es el proceso humano definitivo.

¿Y no hay riesgos en esas convivencias con los datos y la inteligencia artificial?

Aunque haya inteligencia artificial o robots, la educación depende de la interacción humana. Aprendemos de manera natural, pero nacemos para aprender en sociedad. Nosotros conocemos las cosas de otras personas. Y en el futuro, vamos ver muchos avances tecnológicos, pero van a ser incorporados y utilizados por los maestros.

El gran riesgo es que esa inteligencia artificial logre ser mejor que los peores maestros en algunas zonas del mundo. Y el riesgo existe porque la inteligencia artificial es barata. Y tal vez no sea la mejor educación que un maestro pueda dar, pero al menos va ser más barata. Y eso es un gran peligro.

Pero esa es mi versión pesimista del futuro. Yo creo que podemos evitarla si invertimos más en los maestros, en su formación, que dé como resultado profesores más expertos y mucho más capaces de manejar adecuadamente las herramientas tecnológicas.

Pero hablando de eso, varias veces has dicho que los profesores son bastante reacios a aceptar esas nuevas maneras de enseñar, ¿por qué ocurre esto y cómo se puede resolver?

Creo que, en primer lugar, la enseñanza va ser el trabajo más importante del siglo XXI.

Estamos viviendo una era en la que los recursos de la Tierra se están agotando, nos estamos quedando sin nada.

Y lo único que es ilimitado, el único recurso ilimitado que tenemos, es la inteligencia humana, el ingenio humano, nuestra capacidad para resolver problemas. Los maestros son los que cultivan ese potencial humano.

¿Cuál crees que son los principales desafíos que enfrenta la educación en América Latina?

El principal es el tema de la inequidad. Creo que el sistema educativo en América Latina es significativamente desigual en el mayor nivel con relación al de los niveles más bajos.

Hay unos colegios excelentes, pero la gran mayoría de ellos solo son accesibles para el sector pudiente de la sociedad. Y al mirar hacia el otro lado del espectro, tienes unas escuelas que realmente están luchando por sobrevivir. Esa desigualdad es mucho más evidente entre centros urbanos y zonas rurales.

El otro gran desafío creo que es el acceso a la educación misma para muchos niños. Ya ni hablar de educación de calidad: hay lugares donde los niños solo tienen acceso a cinco años de colegio, no más.

Y el tercer punto, creo que el más crítico, son los maestros. Que es el mayor desafío también alrededor del mundo. Hay que resolver los problemas de formación, pero no solo eso, sino de capacitación, de fomento de la vocación y de que no dejen el oficio por otros trabajos mejor pagos.

Muchas de las escuelas en América Latina tienen un cariz religioso o confesional, ¿eso no es un obstáculo para un proceso de aprendizaje óptimo?

Bueno, creo que hay dos elementos que son fundamentales en el trabajo que realiza la escuela hoy en día.

Por un lado, ayuda a los estudiantes a entender quiénes son como ciudadanos, como miembros de una comunidad. Y transmite los valores de esa comunidad.

Y por otro lado, está el objetivo de formar personas creativas y comprometidas con la sociedad y que deseen acceder a la mayor cantidad de conocimiento posible.

Los colegios religiosos, en la mayoría de los casos, hacen muy bien lo primero, pero el error en el que no pueden caer estos colegios es el de limitar la ejecución de proyectos educativos excitantes que ayuden a desarrollar las habilidades necesarias para afrontar el siglo XXI.

La entrevista completa en: BBC Mundo




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