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11 de octubre de 2012

Científicos dicen que no es posible "resucitar" dinosaurios por su ADN

Parque Jurásico

Es improbable que la ficción recreada en Parque Jurásico por Steven Spielberg pueda ocurrir en la realidad.

Científicos australianos descubrieron que el ADN no sobrevive más de 6,8 millones de años y por eso es "sumamente improbable" la extracción de material genético de los dinosaurios, que desaparecieron hace 65 millones de años.

"Hemos estado permanentemente afligidos por el mito creado por Parque Jurásico (filme de Steven Spielberg) desde principios de 1990", dijo al diario Sydney Morning Herald Mike Bunce, uno de los científicos que participó en la investigación al comentar el estudio que derriba estas creencias.

La película de Spielberg avivó la creencia de que el ADN de los dinosaurios se podía extraer de mosquitos preservados durante millones de años en el ámbar y reconstruir así los cromosomas para reproducir a los grandes reptiles de la era mesozoica.

Los científicos hallaron que el ADN sobrevive en fragmentos óseos durante 6,8 millones de años si se conservan a una temperatura de cinco grados bajo cero, lo que hace inviable resucitar a los dinosaurios.

Fuente:

BBC Ciencia

31 de agosto de 2012

Los dinosaurios pequeños que "cazaban como gatos"

Sinocalliopteryx cazando un Sinornithosaurus Cheung Chungtat

Uno de los fósiles tenía en su estómago restos de un dinsaurio volador pariente del velocirraptor (Ilustración: Cheung Chungtat).

Un dinosaurio que vivió hace más de 100 millones de años se alimentaba cazando ágilmente aves primitivas que aún no dominaban el arte de volar, según un nuevo estudio.

Un equipo internacional de científicos encontró los restos fósiles de tres aves en el estómago de un dinosaurio Sinocalliopteryx desenterrado en la región de Liaoning en China. 

Todas las presas fueron identificadas como Confuciusornis, un tipo de dinosaurio volador o ave primitiva, que probablemente era muy lenta al iniciar su vuelo y sólo conseguía desplazarse distancias cortas.

Dos de las aves parecen haber sido consumidas en rápida sucesión, ya que se encuentran en estados similares de digestión parcial. Las aves podrían ser carroñadas, pero los científicos señalan que la presencia de varias aves en el estómago de los dinosaurios implica que habrían sido el producto de una caza deliberada.

Cazador voraz

El hallazgo significa que Sinocalliopteryx, que vivió en el period Cretácico, entre 100 y 145 millones de años atrás, acechaba a sus presas y era un cazador muy hábil y sigiloso, que recurría a técnicas de emboscada simalares a las utilizadas por los gatos.
"El hecho de que tuviera en el estómago no una sino tres aves digeridas parcialmente indica que era un cazador muy activo y voraz"
Scott Persons, Universidad de Alberta

"Sinocalliopteryx no tenía alas o mecanismos físicos para trepar árboles", dijo uno de los autores del estudio, el paleontólogo Scott Persons, del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Alberta en Canadá.

"El hecho de que tuviera en el estómago no una sino tres aves digeridas parcialmente indica que era un cazador muy activo y voraz", agregó Persons.

El tamaño del trozo de pierna de una de las víctimas, correspondería a un individuo de casi un metro de longitud. Estos dinosaurios serían capaces por lo tanto de capturar y devorar a otros carnívoros de gran tamaño.

Sinocalliopteryx tenía el tamaño aproximado de un lobo y su cuerpo estaba cubierto de plumas rudimentarias, que probablemente cumplían una función de aislamiento térmico.

El fósil con restos de tres aves fue hallado junto a un segundo Sinocalliopteryx que también se había alimentado poco antes de morir.

Este segundo fósil había ingerido un Sinornithosaurus, un pariente alado de los temibles velocirraptores, que comía carne y probablemente podía volar o planear durante distancias cortas.

Debate

Los dos fósiles hallados sugieren que Sinocalliopteryx atrapaba presas voladoras, pero ¿cómo lo lograba?
"Los gatos son un ejemplo perfecto, son increíblemente sigilosos en la forma que acechan a sus presas antes de dar el zarpazo", señaló Phil Bell, de la Iniciativa para el Estudio de Dinosaurios Pipestone Creek de Canadá, otro de los autores del estudio.

Sinocalliopteryx cazando un Confuciusornis, un ave primitiva

Se cree que este dinosaurio era un depredador ágil (Ilustración: Cheung Chungtat).

"Puedo imaginar a Sinocalliopteryx acechando un ave entre arbustos, esperando el momento justo para saltar en el aire y capturar al ave en vuelo. Eran animales elegantes con extremidades largas y musculosas y dientes afilados, una máquina perfecta de matar".

Jingmai O'Connor, profesor de la Academia de Ciencias China, concuerda: "Sí, la presencia de más de un Confuciusornis sugiere que Sinocalliopteryx era un depredador ágil y sigiloso".

Otros investigadores creen que el depredador probablemente atacaba cuando las aves se alimentaban a nivel del suelo.

Sin embargo, esta conclusión no es compartida universalmente.
"No estoy totalmente convencido de que Sinocalliopteryx era necesariamente un cazador sigiloso (...) no tenemos suficiente evidencia para probar eso"
Zhonghe Zhou, Academia de Ciencias China

El profesor Zhonghe Zhou, también de la Academia de Ciencias China, señaló: "No estoy totalmente convencido de que Sinocalliopteryx era necesariamente un cazador sigiloso. Era un cazador muy hábil y podría haber sido sigiloso, pero aún no tenemos suficiente evidencia para probar eso".

Jakob Vinther, de la Universidad de Bristol, dijo a la BBC que "el hecho de que Sinocalliopteryx tenía una dieta variada de dinosaurios de distinto tamaño y aves primitivas podría sugerir que no eran depredadores especializados sino más bien carroñeros".

"El hallazgo de dos aves en el mismo Sinocalliopteryx plantea que potencialmente podría haberlas cazado. Para defender esta hipótesis se requiere más evidencia".

El estudio fue publicado en la revista científica online PLoS ONE.

Fuente:

BBC Ciencia

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11 de julio de 2012

Descubren un huevo fósil que enlaza los dinosaurios con las aves actuales

Fotografías de un ejemplar de huevo de dinosaurio Sankofa pyrenaica. | UAB-UCM
Fotografías de un ejemplar de huevo de dinosaurio Sankofa pyrenaica. | 
Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universitat Autònoma de Barcelona han identificado en Lleida huevos de dinosaurio con una característica única: tienen forma ovoide. El descubrimiento representa una prueba a favor de la hipótesis de que los pájaros y los dinosaurios del Cretácico podrían haber tenido un ancestro común.

La paleontóloga de la Universidad Complutense de Madrid, Nieves López Martínez, investigó, antes de su muerte en diciembre de 2010, unos huevos de dinosaurio de forma ovoide, asimétrica. Junto al paleontólogo de la Universitat Autònoma de Barcelona, Enric Vicens, los dos científicos hicieron un análisis exhaustivo del hallazgo que ha sido publicado recientemente en la revista 'Palaeontology'.

Los ejemplares que se han encontrado corresponden a huevos pequeños, de unos 7 centímetros de altura y 4 de ancho. Todos los huevos de estos yacimientos pertenecen a una misma especie y la diferencia principal respecto de otros huevos de la misma época es su forma asimétrica, parecida a la de un huevo de gallina.

La forma de estos huevos es una característica única en los ejemplares de terópodos del Cretácico Superior y sugiere un vínculo con las aves. La asimetría en los huevos de los pájaros está asociada a la fisiología de las aves: toman esta forma por la existencia de un único oviducto que no puede formar más de un huevo a la vez. En este caso, el istmo, la región del oviducto que origina la membrana de la cáscara, confiere esta forma asimétrica al huevo. Gracias a esta forma el extremo más grueso aloja una bolsa de aire que facilita la respiración del pájaro en las últimas etapas de desarrollo. Se trata de un paso evolutivo que aún estaba muy poco desarrollado en los dinosaurios.

Los investigadores han bautizado el nuevo tipo de huevo de dinosaurio con el nombre científico de 'Sankofa pyrenaica'. Los ejemplares han sido descubiertos en el área de la sierra del Montsec, en Lleida, en dos yacimientos muy cercanos situados a ambos lados del paso de Terradets.

La zona sur-pirenaica es rica en yacimientos de huevos de dinosaurio. En aquella época, el paisaje correspondía a un litoral plagado de playas. En los bancos de arena de las playas y de las planicies aluviales ponían los huevos grandes grupos de estos animales. La arena y el barro de la época han dado lugar, a lo largo de millones de años, a las areniscas y margas donde ahora se encuentran los restos de dinosaurios.

El huevo encontrado por los investigadores de la UCM y la UAB representa, en cierto modo, el eslabón perdido entre los huevos de dinosaurio y los de las aves. Sólo un ejemplar de huevo hallado en Argentina, correspondiente a un ave primitiva de la misma época, tenía características similares.

Fuente:

El Mundo Ciencia

28 de junio de 2012

Descubrimiento: Los dinosaurios eran animales de sangre caliente

Reconstrucción del ambiente en Las Hoyas (Cuenca). | Raúl Martín
Reconstrucción del ambiente en Las Hoyas (Cuenca). | Raúl Martín
  • Este método permite mejorar las estrategias de conservación de especies.
En una de las primeras apariciones de un dinosaurio en la película 'Jurassic Park' de Steven Spielberg, uno de los protagonistas toca un ejemplar recreado a partir del ADN preservado en ámbar y exclama algo así como: "¡En efecto! Tenían sangre caliente".

En la comunidad científica ha habido durante cuatro décadas un encendido debate sobre si los dinosaurios eran o no de sangre caliente. Pero en los últimos años, el análisis de unas estructuras de los huesos parecidas a los anillos de crecimiento de los árboles en dinosaurios ha hecho que durante mucho tiempo predominase la hipótesis de que estos animales fueron reptiles de sangre fría (ectotermos), es decir, que necesitan energía del exterior para realizar sus funciones vitales de la misma forma que los lagartos o serpientes actuales que necesitan del calor del Sol para vivir.

Sin embargo, algunos investigadores de prestigio como Jack Horner, que sirvió de asesor a Spielberg para la película, tenían sus argumentos para seguir pensando que los dinosaurios eran animales de sangre caliente (endotermos). Pero les faltaba un argumento lo suficientemente sólido como para derribar la hipótesis dominante de que tenían sangre fría.

Análisis de huesos de mamíferos actuales

Ahora, una investigación realizada en España acaba de desmontar esta hipótesis y devuelve el debate al mismo punto en el que se encontraba hace 40 años. Pero, para lograrlo, los científicos, pertenecientes al Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP), no han tenido que tocar ni un solo resto de dinosaurio.

Hace años, un grupo de investigadores comenzó a estudiar estos anillos de crecimiento en los restos de huesos de algunos dinosaurios encontrados en yacimientos paleontológicos. Estas estructuras son en realidad lo que los investigadores llaman líneas de parada del crecimiento (LAGs), que se producen cuando el crecimiento del animal se detiene o ralentiza debido a condiciones ambientales desfavorables, como el invierno o las estaciones secas.

Corte del hueso de un cérvido. | Nature
Corte del hueso de un cérvido. | Nature

Estas líneas, que sí se habían encontrado en animales de sangre fría, nunca había sido vistas en mamíferos o en animales de sangre caliente (salvo algunas excepciones, como los osos, que fueron achacadas a los ciclos vitales con ralentizamiento del metabolismo durante la estación fría). En aquellas investigaciones, los investigadores encontraron estas LAGs en las muestras de dinosaurios. De forma que se convirtió rápidamente en uno de los principales argumentos que sustentaban la hipótesis de que los dinosaurios eran animales de sangre fría.

Sin embargo, la investigación española recién publicada en la revista 'Nature' ha ahondado en el estudio de estos anillos de crecimiento en mamíferos y ha demostrado su existencia en una gran variedad de especies de sangre caliente. "La creencia de que no había LAGs en los huesos de animales endotermos era el argumento principal que sostenía la hipótesis de la ectotermia de los dinosaurios. Nosotros hemos desmontado este argumento", explica a ELMUNDO.es Xavier Jordana, uno de los autores de la investigación y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Herramienta para la conservación de la biodiversidad

"El estudio que hemos hecho es muy potente, por la cantidad de material y la diversidad de especies con las que hemos trabajado, pero no lo diseñamos para encontrar la respuesta a la termofisiología de los dinosaurios. Nosotros pretendíamos conocer mejor la fisiología de los mamíferos actuales y queríamos entender cómo el ambiente los afecta: cómo cambia su crecimiento en función de la temperatura exterior, de las lluvias o de la disponibilidad de alimentos y agua", explica Meike Köhler en un comunicado remitido por el ICP.

Köhler y sus colaboradores han analizado más de un centenar de rumiantes. En total han analizado hasta 115 fémures derechos de especies de 36 localidades diferentes en África y Europa, que en su conjunto cubren casi la totalidad de los regímenes climáticos actuales.

Las muestras provienen de Hamburgo (Alemania) y pertenecen a una completísima colección de animales salvajes elaborada hace más de 60 años por la exploradora Marguerite Obussier. En aquel entonces aún no había impedimento legal en ir de safari a África, matar los ejemplares que deseases, documentarlos y llevarlos a Europa para formar parte de una colección zoológica. Ahora, esas muestras han servido para que el equipo de Köhler y Jordana haya podido obtener las conclusiones publicadas en 'Nature'.

Para ello, los científicos tuvieron que cortar los fémures, incluirlos en una potente resina y pulirlos hasta dejar una muestra de 0,1 milímetros de espesor. Luego, esas láminas fueron observadas al microscopio óptico de luz polarizada para estudiar sus LAGs.

Pero la investigación no se queda solo en el debate sobre la termoregulación de los dinosaurios, sino que tiene también una clara aplicación directa en los estudios de conservación de la biodiversidad actual de nuestro planeta. "Podemos conocer detalles de la edad a la que ha muerto un individuo, a qué edad maduró sexualmente y cómo le están afectando cambios como los derivados del cambio climático", explica Jordana. "Esto es muy importante para evaluar el estado de conservación de una especie determinada".

Fuente:

El Mundo Ciencia

27 de junio de 2012

'Bicentenaria argentina', un nuevo dinosaurio de hace 90 millones de años

Esqueletos de la nueva especie de dinosaurio. | Efe
Esqueletos de la nueva especie de dinosaurio. | Efe
El Museo Argentino de Ciencias Naturales ha anunciado el hallazgo de los restos de un dinosaurio carnívoro que se puede considerar como una nueva especie y podría aportar datos clave sobre la evolución de los lejanos antepasados de las aves.
La nueva especie, presentada hoy por investigadores del Museo (MACN), de Buenos Aires, fue bautizada como 'Bicentenaria argentina' y sus restos fueron hallados en la sureña provincia de Río Negro.

"Es muy probable que sea el primer representante que se encuentra de un linaje nuevo dentro de la familia de celurosaurios, aquellos dinosaurios que eventualmente darían origen a las aves", destacó asimismo en un comunicado el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, del que depende el MACN.

El jefe del museo e investigador independiente del CONICET, Fernando Novas, señaló que "si bien dentro de los celurosaurios hay miembros como el Tyrannosaurus rex o el velociraptor, no se conoce mucho acerca de las formas primitivas, los primeros celurosaurios".

Los ejemplares adultos del 'Bicentenaria' medirían entre 2,5 y 3 metros de largo, y eran ágiles y delgados y, por la forma de sus dientes y la presencia de garras, seguramente eran cazadores.

"Se puede sospechar que podrían haberse alimentado de dinosaurios más pequeños, herbívoros o crías de dinosaurios", señaló Novas.

Los investigadores creen que este dinosaurio pudo tener el cuerpo cubierto por plumas. Las rocas que contenían los huesos del 'Bicentenaria' tienen alrededor de 90 millones de años y corresponden al período cretácico superior, entre 65 y 98 millones de años atrás.

Fuente:

El Mundo Ciencia

La soledad del mejor amigo de la tortuga "Solitario Jorge"

Don Fausto Llerena junto al Solitario Jorge Foto: gentileza Dirección del Parque Nacional Galápagos

Don Fausto Llerena fue el principal cuidador del Solitario Jorge durante tres décadas. Fotos: gentileza Dirección del Parque Nacional Galápagos

Con la muerte del Solitario Jorge, el mundo perdió al último sobreviviente de una subespecie y Ecuador al gran símbolo de las islas Galápagos. Pero don Fausto Llerena perdió a su mejor amigo.

Solitario Jorge Foto: gentileza Dirección del Parque Nacional Galápagos

El Solitario Jorge había sido hallado en el 72 en la Isla Pinta.

Durante tres décadas, Llerena fue el cuidador principal de la tortuga gigante de más de 100 años, último sobreviviente de la subespecie Chelonoidis Abingdoni. Y su devoción al solitario Jorge y a la conservación fue reconocida incluso en el nombre del centro donde habitaba el quelonio, el Centro de Crianza de Tortugas Gigantes Fausto Llerena, en la isla Santa Cruz.

El pasado domingo, cuando el guardaparque de 72 años fue a visitar a su amigo, como solía hacer incluso en sus días libres, notó que no fue a recibirlo como siempre y lo halló muerto en un sitio en su corral.

"Yo estuve cuidándolo desde el año 1983, siempre venía a dar el encuentro", dijo Llerena a BBC Mundo.

El solitario Jorge tenía una "personalidad compleja", y sólo "aceptaba hasta tres personas en su corral a un mismo tiempo, si no, se retiraba. Si estaba yo solo era cuando se quedaba más tiempo".

"Yo sentía mucho afecto por él, incluso lo iba a visitar los fines de semana. Venía a mi encuentro, se paraba enfrente y estiraba el cuello y abría la boca. Y ahí se quedaba parado con la boca abierta un buen momento, con la mirada fija, sin parpadear, como si quisiera decirme algo".

"Yo lo acariciaba en la cabeza, le daba unas palmaditas y él estiraba más el cuello, y cuando yo salía del corral él se iba al lugar donde descansaba".

Para Llerena, cuando subía la cabeza y estiraba el cuello, el solitario Jorge "quería comunicar un saludo, darme la bienvenida, como si me preguntara, ¿cómo estás?".

"¿Qué te pasa?"

El cuidado de la tortuga incluía la limpieza del corral y la laguna donde se bañaba, así como proveer su dieta de vegetales como porotillo y otoy.

Solitario Jorge Foto: gentileza Dirección del Parque Nacional Galápagos

"Comunicaba mucho con la mirada". El Solitario Jorge tenía más de 100 años y murió sin dejar descendencia.

Llerena cuidó al solitario Jorge las dos veces en que la tortuga gigante sufrió quebrantos de salud. "Una vez estaba más lento, no se movía, y yo le decía, ¿qué te pasa? Y él sólo alzaba la cabeza y miraba". En una primera ocasión un episodio de indigestión fue curado con papaya. "Le dimos primero un cuarto de papaya, luego una mitad y finalmente una entera hasta cuando estaba bien y se suspendió la papaya".

"Otra vez se le cayo una uña. No se movía, fui a verlo y tenía inflamado el brazo. Los veterinarios le pusieron unas inyecciones y ya se compuso".

La fascinación de Llerena con las tortugas comenzó a los 12 años, cuando el guardaparque, que había nacido en la provincia de Tungurahua, en el centro del país, llegó por primera vez con su familia a Galápagos.

"Mi ambicion era tener una tortuga en mi casa, en aquellos tiempos no había todavía un parque nacional. Yo traje una tortuga y la tuve en mi casa 20 años, hasta que se escapó del corral".

Llerena conoció al solitario Jorge desde que fue rescatado en 1972 en la isla Pinta, durante una misión para remover cabras, una especie introducida por el hombre que devastó el hábitat de las tortugas.

Se cree que en el pasado existieron cerca de 300.000 tortugas gigantes en las Galápagos, pero fueron diezmadas por piratas que las cazaban por su carne y que introdujeron especies depredadoras.

Desde que fue hallado en la Pinta, Jorge integraba el programa de crianza en cautiverio del Parque Nacional Galápagos, pero no logró dejar descendencia.

"Yo siempre tuve en mi pensamiento que alguna vez se iba a morir pero no se sabía cuando, siempre estaba pensando en eso. Tenía la esperanza de que dejaría un descendiente de él pero no fue así", dijo Llerena a BBC Mundo.

Los científicos batallaron para evitar la extinción de la subespecie a la que pertenecía la tortuga gigantes y se intentó cruzarlo con hembras de características genéticas similares, como las de la especie del volcán Wolf en la isla Isabela.

Pero la tortuga se tomó su tiempo. Sólo después de 15 años de contacto con las hembras Jorge se apareó con una de ellas, pero los huevos no fueron fértiles.

El legado de Jorge

El solitario Jorge murió sin dejar descendencia, pero no sin dejar un gran legado para la lucha por la conservación de especies.

"Hay que ser fuerte y continuar con el mismo ánimo nuestro trabajo porque aquí hay muchas tortugas, tenemos 70 adultas y más de mil pequeños, entonces no tenemos que decaernos. Tenemos que coger más fuerza porque tenemos más especies que recuperar. No están perdidas todavía pero si nos descuidamos puede suceder algo grave con esas especies, todavía están en peligro".

Llerena cree que la muerte del solitario Jorge es una perdida no sólo para Ecuador sino para todo el mundo y tiene un mensaje especialmente para la juventud. "Tenemos que tener más conciencia sobre las especies naturales, especialmente aquí en Galápagos".

El guardaparque no oculta su sensación de soledad. "Yo le tenia mucho cariño, la primera visita al centro siempre era a él, y ahora ya no hay quien reciba".

"Siento como que se ha ido el mejor amigo, hay un vacío y me da mucha pena, especialmente cuando veo las fotos. En mi corazón es como que no estoy convencido que se ha muerto".

"Pero hay que resignarse y seguir adelante y tener al solitario Jorge siempre en el corazón y en el pensamiento toda una vida".

Don Fausto Llerena junto al Solitario Jorge Foto: gentileza Dirección del Parque Nacional Galápagos

"Hay que resignarse y seguir adelante y tener al Solitario Jorge siempre en el corazón y en el pensamiento toda una vida".

Fuente:


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26 de junio de 2012

Muere en Galápagos el 'Solitario George', la última tortuga de su especie


'Solitario George', último superviviente de la subespecie 'Chelonoidis abingdoni' fue encontrado muerto, según informó la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG).

El cuerpo de George estaba en posición como si hubiera intentado dirigirse al bebedero, detalló la DPNG. 

Además, añadió que su edad exacta se desconoce, aunque "se estima que pasa de los cien años".

George era oriundo de la isla Pinta, la más septentrional de las Galápagos. Fue rescatado en 1972 por un grupo de cazadores dedicados a erradicar las cabras, una especie introducida por el hombre que diezmó el hábitat y llevó a las tortugas gigantes de esa isla al borde de la extinción.

Desde entonces, George formó parte del programa de crianza en cautiverio de la DPNG. Ejecutaron diferentes iniciativas para intentar que se reprodujera, inicialmente con hembras de la especie de volcán Wolf, de la isla Isabela, con las que consiguió aparearse tras 15 años de convivencia, pero los huevos no fueron fértiles.

Posteriormente, se colocaron en su corral hembras de la especie de la isla Española, genéticamente más cercana, con las que se encontraba hasta hoy.

Las Islas Galápagos deben su nombre a las grandes tortugas que la habitan y sus reservas terrestre y marina contienen una rica biodiversidad. Son consideradas como un laboratorio natural, que permitió al científico británico Charles Darwin desarrollar su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies.

El archipiélago de Galápagos está situado a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas. Fue declarado en 1978 Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Actualización: 

El Parque Nacional Galápagos albergará un museo en honor al "Solitario Jorge", el último individuo que quedaba de la subespecie de tortugas gigantes conocida científicamente como geochelone nigra abingdoni que murió el domingo en Ecuador.

Así lo informó la dirección del parque, que adelantó que este martes se darán a conocer los resultados de la autopsia que un grupo de expertos realiza a la tortuga gigante.

Una vez que se culminen las pruebas, el cuerpo del Solitario Jorge será embalsamado y colocado en el museo en su honor.

Fuente:

El Mundo Ciencia

BBC Ciencia

24 de junio de 2012

Un coito de 47 millones de años



A las tortugas de la imagen les sorprendió la muerte hace 47 millones de años mientras se apareaban. La de la izquierda, más grande, es la hembra, y ambas se hundieron en las aguas del lago Messel hasta llegar a una zona sin oxígeno. Sus cadáveres, y los de otras ocho parejas, quedaron impregnados en la roca y permanecieron allí durante millones de años. Sus fósiles proporcionan ahora una valiosísima información.


Leer más:
Abrazados para la eternidad: un coito de 47 millones de años

Tomado de:

Fogonazos

30 de mayo de 2012

El reptil que serrucha a sus víctimas



Un reptil de Nueva Zelanda usa un mecanismo único para masticar a sus presas, según científicos en Inglaterra.

El animal, denominado tuátara, utilizara sus maxilares como si fueran un serrucho. El nombre del animal proviene del maorí y significa "espalda espinosa".

Tuátara, reptil que vive en el medio silvestre sólo en Nueva Zelanda

El tátuara vive en el medio silvestre sólo en Nueva Zelanda.
La estrategia de masticación podría explicar por qué la especie ha logrado adaptarse a grandes cambios en su hábitat y en el tipo de presas a lo largo de más de 200 millones de años.

Un modelo computarizado de la mandíbula del tuátara mostró claramente una técnica de alimentación completamente diferente a la utilizada por otros animales terrestres.

Las mandíbulas se cierran atrapando a la víctima entre dos filas de poderosos dientes. A continuación, la mandíbula inferior se desliza hacia adelante desgarrando y cortando a la presa como si el animal utilizara un serrucho. De esta forma el tuátara logra deglutir animales que parecerían demasiado grandes para su boca.

Otros reptiles, como lagartos o serpientes, utilizan en cambio "movimientos más simples de abrir y cerrar" sus mandíbulas, según Marc Jones, investigador de University College en Londres y autor principal del estudio.

Sobrevivientes

Los científicos filmaron tuátaras masticando en el zoológico de Chester, en Inglaterra, y se basaron en esas imágenes para crear un modelo computarizado de los movimientos.

Tuátara

Su técnica de masticación le permite deglutir una gran variedad de presas, incluso aves.

Debido a su técnica única, los tuátaras comen una amplia variedad de presas, desde arañas hasta lagartijas. 

Pero el estudio permite ahora resolver el enigma de extraños fenómenos reportados en los hábitats ocupados por estos reptiles.

"Algunas personas dicen haber visto aves decapitadas, como si les hubieran serruchado la cabeza", dijo Jones a la BBC.

"Los tuátaras suelen atacar polluelos o aves juveniles, pero a veces arremeten contra adultos. Cambian su dieta de acuerdo a la estación y comen más aves en el verano".

Si bien el tuátara tiene un aspecto similar a las lagartijas, pertenece a otro grupo de animales denominados esfenodontos (Sphenodontia) o rincocéfalos (Rhynchocephalia).

El reptil, que vive en forma silvestre sólo en Nueva Zelanda, es la última especie sobreviviente de ese grupo. Sus parientes desaparecieron hace más de 200 millones de años aunque llegaron a ser abundantes. Fósiles de los familiares extintos del tuátara fueron hallados en el Reino Unido.

No se sabe exactamente por qué se extinguieron esos parientes, pero la técnica de masticación única del tuátara puede haber sido un factor clave en su supervivencia.

El estudio fue publicado en la revista Anatomical Record

Fuente:

21 de mayo de 2012

Hallan tortuga gigante que vivió en Colombia hace 60 millones de años

Edwin Cadena compara su altura al tamaño de la caparazón de la tortuga gigante

El paleontólogo colombiano Edwin Cadena compara su altura al tamaño de la caparazón gigante hallada en el norte del país. Fotos: gentileza Edwin Cadena

Los restos de una tortuga gigante que vivió hace 60 millones de años fueron hallados en lo que es hoy territorio colombiano.

El fósil, descubierto por paleontólogos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte en Estados Unidos, recibió el nombre de Carbonemys cofrinii, que significa tortuga de carbón, en referencia a la mina de carbón en la que fue hallado en el norte de Colombia, en el llamado Cerrejón. 

Ilustración de la tortuga gigante encontrada en Colombia Ilustración de Liz Bradford

Carbonemys cofrinii tenía una potente mordida. Ilustración de Liz Bradford.
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El cráneo tiene 24 cms de largo y la caparazón 172, una medida similar a la altura del estudiante de doctorado de la universidad estadounidense que descubrió los restos, Edwin Cadena, autor principal del estudio publicado en la revista Journal of Systematic Palaeontology.

"Cerrejón está en el norte de Colombia, casi en el centro de una península que sale en el Mar Caribe. Es la mina a cielo abierto de carbón más grande en el mundo y hay unos huecos gigantes donde se extrae el carbón. Gracias a esos huecos podemos ver los fósiles", dijo el paleontólogo colombiano desde Carolina del Norte a BBC Mundo. Los restos de la tortuga gigante fueron hallados en el mismo sitio donde se encontró Titanoboa cerrejonensis, la serpiente más grande descubierta hasta ahora.

¿Cómo era territorio que habitó la tortuga gigante?

El lugar donde vivía Carbonemys "era muy similar a un bosque tropical actual como los bosques cercanos a los deltas del Orinoco y Amazonas, pero era mucho más diverso. Y una de las grandes diferencias es que era mucho más caliente, entre cuatro y seis grados más caliente que un bosque tropical actual", explicó Cadena".

"Lo interesante del Cerrejón es que se trata de la primera vez en el registro fósil en que podemos entender como era todo el ecosistema, no sólo los animales sino también las plantas porque tenemos fósiles de plantas, hojas, frutos, incluso polen y esporas".

Gigantismo

El desarrollo de especies de gran tamaño o gigantismo fue por diversos factores.

Edwin Cadena

Los restos fueron encontrados en el Cerrejón, en la mayor mina de carbón a cielo abierto del mundo.
Ampliar imagen

"Es muy difícil pensar que sólo hubo una razón por la cual estos animales desarrollaron un gigantismo. En primer lugar, Cerrejón es una de las primeras localidades que conocemos justo después de la extinción de los dinosaurios. E incluso Cerrejón no está muy lejos de donde ocurrió el impacto en México que causó la extinción."

La desaparición de los dinosaurios significó que las tortugas ya no tenían esos grandes predadores, porque "seguramente los ancestros de estas tortugas vivieron al mismo tiempo que los dinosaurios y tuvieron que competir por espacio y por comida o tratar de evadir ataques".

El segundo factor es que las tortugas, serpientes y cocodrilos en Cerrejón competían entre sí por espacio y alimento. Si el predador crecía la presa también tuvo que crecer para poder sobrevivir y ambas continuaron aumentando su tamaño en una secuencia de eventos, explicó Cadena a BBC Mundo.

"Todo esto ayudado por un ingrediente grande que es la temperatura, que en los reptiles es fundamental porque dependen de la temperatura exterior para funcionar bien. En mi opinión el gigantismo es el resultado de una combinación de esos tres grandes factores".

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia


10 de abril de 2012

¿Debe ocultarse la ubicación de las especies recién descubiertas?


La salamandra Laotriton laoensis de Laos.

El descubrimiento de una nueva especie puede suponer para un científico el momento más importante de su carrera, pero algunos creen que también expone a animales raros y vulnerables al peligro de ser comerciados como mascotas salvajes, con resultados catastróficos.

Es un dilema científico que ha llevado a algunos ambientalistas a cuestionar si no sería mejor ocultarle al mundo el descubrimiento.

En 1999, el herpetólogo Bryan Stuart estaba trabajando en el norte de Laos cuando encontró por casualidad una llamativa salamandra que nunca había visto antes.

La criatura tenía una apariencia prehistórica con una piel verrugosa y puntos amarillos y brillantes por toda su espalda.

La detectó en una botella de alcohol que un colega de Laos había traído de una boda en un lugar remoto del país. El veneno de la piel de la salamandra había sido usado para fabricar una bebida con propiedades medicinales especiales para brindar por los recién casados.

El descubrimiento

Stuart comenzó a buscar más salamandras de ese tipo y, tres años más tarde, publicó un artículo en la revista Journal of Herpetology, anunciando el descubrimiento de una nueva especie, la Laotriton laoensis.

"Cuando ves a uno de estos animales en la naturaleza y lo pones sobre tu mano por primera vez y reconoces que es absolutamente único, es como descubrir un tesoro", dice.

Pero su alegría terminó en un horror cuando se dio cuenta de que su descubrimiento había llamado la atención de comerciantes de anfibios de todo el mundo. Fotografías de ejemplares de la especie comenzaron a aparecer en foros sobre mascotas anfibias en lugares tan distantes como Alemania y Japón.

Stuart se dio cuenta pronto de que los comerciantes de animales salvajes habían usado su artículo como una hoja de ruta para capturar y vender grandes cantidades de esas salamandras.

clic Lea: Comprar un tigre mascota en EE.UU., al alcance de un clic

"La mentalidad de estos comerciantes es conseguir el máximo número de ejemplares en el menor tiempo posible, para ganar cuanto más mejor", dice.

"Lo que es peor es que los lugareños colaboran con las redes de comercio, ayudándoles a recolectar a los animales".

Del hallazgo a la extinción

La salamandra de Laos vive en la superficie de las rocas y es fácil encontrarla. Los locales solían recibir menos de un dólar por cada una de ellas y luego los comerciantes las vendían por hasta US$200.

Debido a que ese tipo de salamandra solo ha sido encontrada en tres pequeñas zonas del norte de Laos, su número se redujo vertiginosamente.

En 2008, seis años después de la publicación del artículo de Stuart, una bióloga de la Universidad Nacional de Laos, Somphouthone Phimmachak, reveló que la especie estaba al borde de la extinción.

La salamandra Laotriton laoensis de Laos.

Los coleccionistas de mascotas salvajes llegaron a pagar US$200 por un ejemplar de la salamandra Laotriton laoensis.

Tras su descubrimiento, la salamandra de Laos recibió estatus oficial de especie amenazada, lo que supuso la ilegalización del comercio de especímenes cazados en la naturaleza.

No era la primera vez que un descubrimiento científico había puesto en peligro a una especie singular.

"Una tortuga de la pequeña isla indonesia de Roti fue cazada hasta tal punto que hoy está casi extinguida", dijo Stuart. Un tipo de lagartija del sureste de China desapareció por completo de su habitat natural después de que su precio en el mercado llegase hasta US$2.000 por cada una.

Jason Lee Brown, un herpetólogo que ha estudiado los venenos de las ranas en Perú desde 2003 enumera hasta tres incidentes separados en los que sus descubrimientos han puesto a una especie en peligro.

En 2006 publicó en internet la fotografía de una nueva especie de rana venenosa, la Ranitomeya benedicta. Casi inmediatamente apareció en ferias comerciales de Europa y Norteamérica.

Dos años después volvió a pasar cuando publicó la descripción de una segunda nueva especie y de nuevo cuando informó sobre el redescubrimiento de una tercera especie que se pensaba estaba extinta.

En 2010, Brown volvió al área de Perú donde había descubierto inicialmente la Ranitomeya benedicta y descubrió que la población local había estado cortando la corteza de los árboles en los que sabían que vivían las ranas.

Ranas en peligro de extinción encontradas muertas en Perú. Tenían Europa como destino.

"Casi dejo lo que estaba haciendo", dice.

Dos de estas ranas fueron declaradas en peligro el año pasado.

clic Lea: Descubren nueva especie de mariposa peruana

Problema de estatus

El estatus de especie amenazada es concedido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, de acuerdo con la Convención de Comercio de Especies en Peligro, que fue firmada en 1973 y ha sido ratificada por 175 países.

Pero según algunos conservacionistas, el estatus de especie en peligro crea nuevos problemas. Chris Shepherd, de Traffic, una organización que vigila el tráfico de animales salvajes, cree que la etiqueta de animal en peligro puede acabar elevando el valor del animal en el mercado negro.

Visita a menudo los mercados de animales salvajes de Jatinegara en Yakarta, Indonesia, y de Chatuchak en Bangkok, Tailandia, donde ha visto a comerciantes anunciando -aunque disimuladamente- que los animales que venden están en peligro y son ilegales.

Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia

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3 de abril de 2012

Un fósil colombiano revela la serpiente gigante que acechó la Tierra

Serpiente gigante

El reciente descubrimiento de una monstruosa serpiente prehistórica ofrece respuestas sobre el pasado y plantea preguntas para el futuro.

Hace unos 58 millones de años, una víbora gigante se deslizó a través de las selvas pantanosas de América Latina y comenzó un reinado de terror.

Con un peso de más de una tonelada y 14 metros de largo, esta culebra gigante era capaz de tragarse a un cocodrilo entero sin mostrar siquiera un bulto.

Hace unos años, sin embargo, los científicos ni siquiera sabían de su existencia.

"Uno no espera encontrar una boa de 14 metros ni en los sueños más arriesgados. La serpiente más grande de hoy representa la mitad de ese tamaño", dice Carlos Jaramillo, científico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y miembro del equipo que realizó el descubrimiento.

Un mundo de reptiles perdidos

Se cree que la serpiente bautizada con el nombre de "Titanoboa" era pariente lejana de la anaconda y la boa constrictor, y no era venenosa (no necesitaba serlo).

En su lugar, aplastaba a su presa con una fuerza de constricción de más de 180 kilos por pulgada cuadrada: el equivalente al peso de un puente de Brooklyn y medio.

El Cerrejón, Colombia

El Cerrejón, la mina de explotación de carbón a cielo abierto, en donde fueron hallados los fósiles.

Los fósiles quedaron expuestos por la excavación en la enorme mina de carbón a cielo abierto de El Cerrejón, en el norte de Colombia. En 2002, científicos habían descubierto en ese lugar los restos de una selva tropical de la era del Paleoceno; tal vez la primera del planeta.

Así como hojas y plantas fosilizadas, desenterraron reptiles tan grandes, que desafiaban a la imaginación.

"Lo que encontramos fue un mundo gigantesco de reptiles perdidos; tortugas del tamaño de una mesa de cocina y los cocodrilos más grandes en la historia de los registros fósiles", dice Jonathan Bloch, un experto en la evolución de los vertebrados en la Universidad de Florida.

También hallaron las vértebras de una serpiente colosal.

"Después de la extinción de los dinosaurios, este animal, la titanoboa, fue el depredador más grande en la superficie del planeta durante al menos 10 millones de años", afirma el Dr. Bloch. "Este fue un animal importante en todo sentido de la imaginación".

Búsqueda de calaveras

Pero los científicos necesitaban el cráneo de la serpiente para llevarse una idea total de cómo lucía, qué comía y cómo podría relacionarse con especies modernas. El año pasado, un equipo se propuso encontrarla, con pocas expectativas de éxito. Debido a que los huesos de la calavera de una serpiente son tan frágiles, pocos sobreviven.

"A diferencia de nuestras calaveras, las de las serpientes no están fusionadas. En cambio, están conectadas con tejido", señala el Dr. Jason Head, especialista estos reptiles de la Universidad de Nebraska.

"Cuando el animal muere, el tejido se decompone y todos los huesos individuales generalmente se dispersan. Son muy delgados y frágiles también y con frecuencia son destruidos. Gracias a que la titanoboa es tan enorme y los huesos de la calavera tan grandes, se trata de una de las pocas serpientes que llegan al registro fósil".

Para su asombro, el equipo recuperó los restos de tres calaveras, con los cuales el reptil pudo ser reconstruido con exactitud por primera vez.

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BBC Ciencia

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19 de enero de 2012

La precisa manera como mata la boa constrictora

Boa constrictora Foto: DAVID AUBREY/SCIENCE PHOTO LIBRARY
  • Las boas constrictoras pueden tener hasta 4 metros de largo y viven hasta 30 años
  • No tienen veneno, sino que utilizan sus dientes en forma de gancho para atrapar a sus víctimas y luego las rodean con su cuerpo musculoso para apretarlas hasta matarlas
  • Atacan una gran variedad de presas, incluyendo roedores, monos y javalíes. Al igual que en el caso de otras serpientes, su maxilar inferior de unión flexible les permite tragar a sus presas enteras


Boa constrictora matando una rata Foto gentileza Scott Boback

Las boas constrictoras pueden sentir el latido del corazón de sus víctimas.

Las boas constrictoras matan a sus víctimas lentamente, rodeándolas con su cuerpo musculoso y apretándolas hasta causarles la muerte.

Y se trata de una operación de alta precisión, según un nuevo estudio.

Científicos en Estados Unidos descubrieron que las boas saben exactamente cuánto tiempo deben estrujar a sus víctimas. Estas serpientes pueden sentir el latido del corazón de su presa, dejando de apretar sólo cuando cesa.

Los investigadores creen que durante su evolución, las boas desarrollaron mecanismos para percibir señales físicas en los organismos de sus presas.

Esta habilidad es crucial para depredadores como las boas constrictoras, que deben balancear la necesidad de alimentarse con la de gastar energía para apretar sus músculos con la suficiente duración y fuerza para sofocar a su víctima.

Corazones falsos

Los investigadores, dirigidos por Scott Boback de Dickinson College en la Universidad Estatal de Pensilvania, querían determinar si las serpientes podían medir hasta cuándo debían seguir apretando a su presa.

Los científicos usaron ratas como presas para estudiar el ataque de las boas constrictoras.

Pero Boback y su equipo utilizaron roedores muertos a los que habían implantado corazones simulados, válvulas conectadas a un mecanismo que replicaba la acción de bombear sangre en un corazón saludable.

Cuando la serpiente atacó a su víctima, los investigadores pudieron controlar el corazón falso en forma remota y colocaron también sensores en el cuerpo de la rata para medir la presión ejercida por la serpiente.

Funciones complejas

"No podía creer lo que estaba viendo cuando comenzamos estos experimentos", dijo Boback a la BBC.

Cuando los científicos prolongaron los latidos del corazón falso, percibieron que "las boas apretaban a las ratas durante un tiempo muy superior al observado en otros ataques".

Cuando el corazón no estaba latiendo, la reacción de las serpientes fue muy diferente. Las constrictoras "atacaban, apretaban, mataban y luego aflojaban la presión".

"La diferencia fue tan clara en uno y otro caso, que supimos que estábamos descubriendo algo interesante", señaló Boback.

De acuerdo a los científicos, "la serpiente siente el latido de su presa durante la constricción. Muchas personas piensan que estas boas son incapaces de realizar funciones complejas más típicas de los vertebrados, pero nosotros observamos lo contrario", señaló el investigador.

El sentido del tacto de estas serpientes podría significar incluso "que estos animales son capaces de cosas que hasta ahora no hemos percibido", explicó Boback a la BBC.

"Podrían por ejemplo utilizar esta habilidad táctil para coordinar los movimientos complejos asociados con el desplazamiento en animales sin extremidades".

El estudio fue publicado en la revista de la academia de ciencias británicas Royal Society Biology Letters.

Fuente:

BBC Ciencia

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14 de octubre de 2011

Los gusanos que resistieron el impacto del meterorito que mató a los dinosaurios

Yacimiento con madrigueras de gusanos, en Dakota del Sur. | Universidad de Colorado

Yacimiento con madrigueras de gusanos, en Dakota del Sur. | Universidad de Colorado

Los científicos han acumulado evidencias de que la caída de un meteorito, hace unos 65 millones de años, provocó una extinción masiva en el planeta que afectó a los dinosaurios y permitió que los mamíferos nos hiciéramos dueños de la superficie terrestres. Ahora, una nueva investigación, realizada en la Universidad de Colorado (EEUU), sugiere que los humildes gusanos fueron también de las primeras especies que triunfaron en tierra firme después de la catástrofe.

Hasta ahora, el llamado límite K-T, como se llama a los sedimentos el fin del Cretácico, se estudiaba como el momento en el que los mamíferos se hicieron con el control, con tan escasa biodiversidad botánica que proliferaron las plantas acuáticas oportunistas.

Sin embargo, aunque los sedimentos inmediatamente superiores a impacto del meteorito tienen pocos fósiles animales, los investigadores de Colorado, y especialmente la geóloga Karen Chin, han encontrado pruebas de que había muchas madrigueras en estos escasos centímetros. "Esas madrigueras fosilizadas son la prueba de que hubo actividad animal y mucha, porque son numerosas", apunta Chin quien sugiere que las hicieron los gusanos.

Aún están analizando la relación entre las madrigueras y la extinción masiva, pero Chin cree que se hicieron tan sólo unos miles de años después, algo que tendrán que confirmar futuras investigaciones.

Madrigueras en tres dimensiones

Los resultados preliminares, según informó su universidad en una nota de prensa, fueron presentados en la reunión anual de la Sociedad Geológica Americana, celebrada en Minneapolis.

Las madrigueras en tres dimensiones se encontraron entre una capa de carbón y otra de roca en Dakota del Norte, donde Dean Pearson, del Pioneer Trails Regional Museum, lleva años estudiando el límite K-t. Los investigadores creen que aquellos gusanos se alimentaron de materia orgánica en descomposición.

También han comprobado que la capa arcillosa inferior, que se relaciona con el fin del Cretácico, tiene mucho iridio, un elemento común en asteroides y extraño en la Tierra. Aquella tremenda explosión se cree que generó mil millones de veces más energía que la bomba atómica en Hiroshima, levantando grandes tormentas de polvo y ceniza y provocando terremotos y tsunamis. Fue el comienzo de un helado invierno.

Los gusanos que vivieron en esas condiciones se estima que debían tener un diámetro similar a un gusano medio actual. Sus madrigueras son más horizontales que verticales, lo que indicaría cómo se movían para conseguir alimento. Como están hechas en turba, pudo ser un pantano que luego se cubrió de sedimento. Según Chin, aquellos gusanos soportaron un ambiente muy duro, con terrenos inundados y con poco oxígeno y mucho ácido.

Esas condiciones provocaron grandes pérdidas de plantas terrestres, de las que se alimentaban los dinosaurios, entre los mayores afectados por el cataclismo. Otros vertebrados si sobrevivieron, como pájaros, serpientes, lagartos, tortugas, pescados y pequeños mamíferos, y por lo que se sabe ahora también los gusanos. "El hecho de que sean las madrigueras lo que encontramos en ese límite las hace más sorprendentes", señala la investigadora, que recuerda: "Cuando reconstruimos los ambientes del pasado, animales blandos, como los gusanos, se detectan por este tipo de rastros, dado que no mineralizan como los que tienen huesos", recuerda la investigadora.

Fuente:

El Mundo Ciencia

6 de octubre de 2011

Rumbo a los polos: qué especies podrán adaptarse al calentamiento global

La habilidad de una especie para sobrevivir al calentamiento global no depende sólo de lo rápido que pueda desplazarse a un nuevo hábitat. Un elemento crucial es su capacidad para sobreponerse a las fluctuaciones climáticas que enfrentará en el camino, según un nuevo estudio.


Dicamptodon tenebrosus Foto: Chris Brown USGS

El estudio analiza la trayectoria de especies como Dicamptodon tenebrosus y su desplazamiento por el cambio climático. Foto: Chris Brown USGS

Dicamptodon tenebrosus fue una de las 15 especies de anfibios estudiadas. Los investigadores analizaron su posible desplazamiento hacia el norte y cómo respondería a fluctuaciones climáticas.

Científicos de Brown University, en Estados Unidos, se basaron en simulaciones y modelos de predicción climática para estudiar las posibles trayectorias de 15 especies de anfibios en California desde el presente al 2100.

Los investigadores Dov Sax y Regan Early estimaron que los anfibios se desplazarían 15 kms por década y encontraron que más de la mitad de las especies estudiadas desaparecería o pasaría a estar en peligro de extinción. La razón es que, según las proyecciones, el clima experimentará variaciones pendulares que pueden "atrapar" a una especie en diferentes puntos de la trayectoria.

Hacia los polos

"Muchas especies son sensibles a cambios en el clima y para sobrevivir deberán cambiar su distribución geográfica. Las especies que responden al cambio climático moviéndose hacia los polos (hacia el norte en el Hemisferio Norte y hacia el sur en el Hemisferio Sur) a medida que aumenta la temperatura, verán su avance interrumpido o incluso revertido si el clima es más frío durante ciertas décadas", dijo a BBC Mundo Dov Sax, profesor del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de Brown University.

"Es como si, por las oscilaciones en el clima, una población diera dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás. Pero si una especie puede tolerar durante décadas condiciones subóptimas, no tiene por qué retroceder, y eso significa que podrá continuar su avance hacia los polos cuando aumente nuevamente la temperatura".

Muchas especies que actualmente no se consideran vulnerables podrían estar amenazadas para finales de siglo, de acuerdo a los investigadores.

Fluctuaciones

Proyecciones de desplazamientos de especies en California Foto gentileza Sax lab/Brown University

Una de las salamandras estudiadas podría desplazarse en California de su hábitat actual (naranja) hacia el norte (gris). Foto: Sax lab/Brown University

"Se estima que algunos aspectos del clima cambiarán en patrones regulares, pero otros mostrarán grandes variaciones según décadas. Dependiendo de qué aspectos particulares sean importantes para una determinada especie, ésta avanzará, por ejemplo, dos pasos hacia delante y uno hacia atrás".

De acuerdo a los autores, el estudio es único porque identifica un factor que no se había considerado antes, la habilidad de distintas especies para persisitir en condiciones que no son óptimas. ¿Podrán subsistir? La respuesta varía de una especie a otra, según Sax.

Un número creciente de expertos asegura que las especies deberán adaptarse a temperaturas proyectadas que no se han visto en los últimos dos millones de años y deberán hacerlo mientras sus hábitats se ven cada vez más presionados por la acción humana.

¿Reubicar especies?

El estudio tiene importantes implicaciones para un tema intensamente debatido por expertos en conservación.

Rhyactriton variegatis Foto Chris Brown/USGS

Algunos expertos creen que podría ser necesario reubicar algunas especies para que puedan subsistir. Foto: Chris Brown/USGS

"Nuestro trabajo muestra que los corredores de hábitats, especialmente los que consisten en extensions intactas que conectan dos o más áreas protegidas, no serán tan efectivos para muchas especies como se pensaba", dijo Sax a BBC Mundo.

"Por ello, si se quiere mantener poblaciones silvestres (diferentes de las especies que que están en zoológicos), la reubicación deliberada podría ser una respuesta. Es una opción que actualmente es motivo de una gran controversia".

El estudio de Sax y Early fue publicado en la revista Ecology Letters.

Fuente:

BBC Ciencia

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