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15 de octubre de 2022

Supergigante Betelgeuse tuvo una erupción masiva nunca antes vista

La astrofísica del Centro de Astrofísica Harvard & Smithsonian en Cambridge, detalló que se trata de un fenómeno completamente nuevo ya que “estamos observando la evolución estelar en tiempo real". 


La supergigante roja Betelgeuse, una estrella colosal en la constelación de Orión, experimentó una erupción estelar enorme, como nunca antes se había visto, según los astrónomos.

Betelgeuse llamó la atención por primera vez a finales de 2019 cuando la estrella, que brilla como una gema roja en el hombro superior derecho de Orión, experimentó un oscurecimiento inesperado. La supergigante siguió oscureciéndose en 2020.

Algunos científicos especularon que la estrella explotaría como una supernova, y desde entonces han tratado de determinar qué fue lo que sucedió.

Ahora, los astrónomos han analizado los datos del telescopio espacial Hubble y otros observatorios, y creen que la estrella experimentó una titánica eyección de masa superficial, perdiendo una parte sustancial de su superficie visible.

Fuente: CNN

 

29 de mayo de 2016

Descubren una molécula que juega un papel clave en la formación del ADN en regiones donde se forman estrellas

Allí donde se forman las estrellas, también se encuentran las semillas fundamentales para la vida. Un grupo internacional de científicos del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA, España), el Osservatorio Astrofisico di Arcetri (OAA, INAF, Italia) y el Max Planck Institute for Extraterrestrial Physics (MPE, Alemania) ha detectado por primera vez la molécula prebiótica PO, que juega un papel clave en la formación de la estructura de doble hélice del ADN. La han localizado en regiones interestelares a 24.000 años luz de la Tierra y el hallazgo acaba de publicarse en la revista The Astrophysical Journal.

El fósforo (símbolo, P) es un elemento químico clave para el desarrollo de la vida. Está presente en compuestos químicos como los fosfolípidos y los fosfatos, esenciales en la estructura y en la transferencia de energía en el seno de las células. Cuando el fósforo se une al oxígeno (O) se forma un enlace P-O -de ahí el nombre de la molécula- que forma parte del esqueleto del ADN. PO ya se había observado en estrellas viejas, pero ésta es la primera vez que se detecta en el polvo interestelar, en las regiones denominadas W51 e1/e2 y W3. La razón es que "la cantidad de fósforo en fase gaseosa es pequeña, en comparación con otros elementos como el carbono o el oxígeno y, además, tiene tendencia a introducirse entre los granos de polvo", explica a EL MUNDO Jesús Martín-Pintado, investigador del Centro de Astrobiología.

Detalle de la región de formación estelar donde se ha detectado la molécula PO y cómo ésta forma parte de la doble hélice de ADN (a la derecha) Víctor M. Rivilla / Adam Ginsburg / Richard Wheeler

La observación en el espacio de las moléculas que pudieron originar el nacimiento de la vida ha sido posible gracias a la nueva generación de telescopios. "Cada molécula, en función de la velocidad a la que gire, tiene una energía distinta de modo que, cuando este giro cambia, emite una radiación característica. Lo que hemos hecho ha sido identificar esa huella dactilar de estas moléculas", comenta Martín-Pintado. La búsqueda se llevó a cabo con el radiotelescopio de 30 metros de diámetro situado en Pico Veleta (Granada, España), que pertenece al Instituto de Radioastronomía Milimétrica (IRAM).

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia

15 de enero de 2016

Descubierta la supernova más brillante de la historia

Una red de telescopios detecta la mayor explosión estelar jamás registrada. Sucedió hace 3.800 millones de años y los astrónomos no pueden explicar su origen.


Reconstrucción de la supernova ASASSN15lh, vista desde un exoplaneta que estuviera a 10.000 años luz de la estrella. / Wayne Rosing

El 14 de junio de 2015, dos telescopios en Cerro Tololo (Chile) detectaron una potente fuente de luz en el cielo nocturno. Estos instrumentos pertenecen al Censo Automatizado de Supernovas de Cielo Completo (ASAS-SN), un proyecto liderado por EE UU que cartografía toda la bóveda celeste cada pocos días en busca de nuevos fenómenos astronómicos. Desde aquella noche, multitud de telescopios terrestres y espaciales se han lanzado a la carrera por observar ese mismo destello, pues, según los primeros análisis, y para sorpresa de los astrónomos, se trata de la explosión estelar más potente jamás registrada.

El equipo internacional de ASAS-SN explica hoy en un estudio publicado por Science todo lo que ha podido averiguar sobre esta enigmática supernova, bautizada como ASASSN15lh. Lo primero que les ha sorprendido es que no se parece a ninguna de las más de 200 supernovas que han descubierto desde 2014. Es dos veces más brillante que cualquier otra explosión estelar registrada y 20 veces más luminosa que todas las estrellas de nuestra galaxia juntas. De hecho, este monstruo es tan raro, tan inclasificable, que sus descubridores aún no pueden explicar cómo puede liberar tanta energía sin violar leyes fundamentales de la física.

Destacada con barras rojas, la galaxia que alberga la supernova observada antes y después de su estallido.
Destacada con barras rojas, la galaxia que alberga la supernova observada antes y después de su estallido. / The Dark Energy Survey, B. Shappee, ASAS-SN

Tras las primeras observaciones, el astrónomo José Prieto, que trabaja en el Instituto Milenio de Astrofísica y la Universidad Diego Portales de Chile y es miembro del equipo de ASAS-SN, fue el primero en proponer una explicación. “Pensé que una posibilidad es que fuera una supernova superluminosa, una clase de objetos muy poco frecuentes”, explica. Estas supernovas se descubrieron hace apenas dos décadas y aún no está claro qué tipo de estrellas las producen cuando implosionan al final de sus vidas.

El equipo utilizó sus propios instrumentos y otros telescopios para averiguar la composición química y la lejanía de la estrella. Los resultados han confirmado la corazonada de Prieto e indican que está a 3.800 millones de años luz, es decir, el destello captado el 14 de junio tuvo lugar cuando todos los terrícolas eran simples microbios.

Hasta ahora, los astrónomos creían que estas supernovas las producen estrellas que, al explotar, forman en su núcleo una estrella de neutrones que gira sobre sí misma tan rápido que crea un potente campo magnético. Se las conoce como magnetares. Tras el derrumbe de sus capas más externas, estas caen hacia el núcleo y salen despedidas formando una supernova. Si a eso se le suma la energía del campo magnético en el núcleo, el resultado es uno de los mayores estallidos de energía que puedan observarse en el universo.

Pero la supernova recién descubierta es más potente incluso que el mayor magnetar que pueda concebirse. “La energía que ha radiado hasta ahora es tan grande que quiebra este modelo, el magnetar tendría que rotar demasiado rápido y no se sostendría, se rompería, por así decirlo”, explica Prieto. Así las cosas, un humilde Subo Dong, autor principal del estudio, reconoce: “La respuesta sincera es que no sabemos de dónde viene la energía de ASASSN15lh”.

Aunque no es visible a simple vista debido a su lejanía, la supernova sigue brillando, no se sabe hasta cuándo. Sus descubridores planean usar ahora el telescopio espacial Hubble para intentar desvelar su secreto.

Un récord descomunal

570.000 millones
Número de veces que la supernova supera el brillo del Sol.

16 kilómetros
Es el diámetro estimado para el núcleo de esta estrella. Los astrónomos no saben qué tipo de objeto ha podido generar esta explosión estelar, aunque sospechan que podría tratarse de una estrella de neutrones que tendría que dar unas 1.000 revoluciones por segundo.

20 veces la Vía Láctea
En nuestra galaxia hay 100.000 millones de estrellas. La supernova descubierta sería 20 veces más brillante que todos esos astros juntos.

Energía sin precedentes
Las bombas atómicas que arrasaron Hiroshima y Nagasaki tenían unos 20 kilotones de energía. La supernova ASASN-15lh equivale a más de un quintillón de bombas atómicas como esas, según ha calculado José Prieto.
 
Tomado de:
 

30 de diciembre de 2015

¿Cómo serían las plantas en un planeta con dos soles (como Tatooine)?

Un grupo de investigadores de la universidad escocesa de St. Andrews especula sobre cómo sería la vegetación de un planeta similar al nuestro si, como en algunas películas de ciencia ficción, tuviera dos soles o su estrella fuera una enana roja.


En el famoso planeta Tatooine, de la saga de Star Wars, hay dos soles sobre el horizonte. Aunque se trata de ciencia ficción, nuestro universo está lleno de sistemas dobles, e incluso múltiples, con hasta cuatro o cinco estrellas. El ejemplo más próximo lo tenemos a un paso, en términos astronómicos, pues el sistema de Alfa Centauri es múltiple y es el más cercano a nuestro sol.

¿Podría desarrollarse vida en uno de estos sistemas? Si fuera así, y el planeta fuera similar a la Tierra, ¿qué aspecto tendrían sus plantas? El investigador Jack O'Malley-James, de la Universidad de St Andrews, en Escocia, ha estudiado cómo sería la vegetación en uno de estos sistemas dobles o en presencia de otro tipo de estrellas diferentes al sol, como una enana roja. Su conclusión es que las plantas tendrían un aspecto exótico, aprovecharían la luz de diferentes formas para realizar la fotosíntesis y en algunos casos serían negras o grises.

La base de buena parte de la vida en la Tierra es la fotosíntesis, las plantas aprovechan la energía del sol y a partir de ahí comienza una larga cadena que sostiene casi todas las formas de vida. Si existieran varias fuentes de luz solar, la vida se habría desarrollado adaptándose a esos recursos. Si los soles iluminaran distintas zonas del planeta, cada forma de vida buscaría una manera distinta de aprovecharlos. En la Tierra, la clorofila refleja la luz del sol en la parte verde del espectro electromagnético, y por eso vemos las plantas de color verde. Pero si las longitudes de onda variaran, los mecanismos para aprovechar esta energía podrían dar a las plantas otro aspecto muy diferente.
"Si encontráramos un planeta en un sistema con dos o más soles, habría potencialmente múltiples fuentes de energía disponibles para realizar la fotosíntesis", explica O'Malley-James en una nota de prensa. "La temperatura de una estrella determina su color y por lo tanto, el color de la luz que se utiliza en la fotosíntesis. Dependiendo del color de la luz de la estrella, las plantas evolucionarían de manera diferente.

En los sistemas dobles es posible encontrar un 25% de estrellas como el sol y cerca de un 50% son enanas rojas, muy antiguas y suficientemente estables como para haber permitido la aparición de vida. Los investigadores han hecho distintas simulaciones con escenarios de dos estrellas de cada tipo io varias, a veces muy juntas y otras más alejadas entre sí. 

"Nuestras simulaciones", aseguran, "sugieren que los planetas en sistemas múltiples podrían albergar formas exóticas de las plantas más familiares que vemos en la Tierra. Las plantas que crecieran junto a una enana roja, por ejemplo, podrían parecer negras a nuestros ojos, pues absorberían el espectro de luz completo con objeto de utilizar toda la luz disponible". También podrían usar radiación ultravioleta o infrarroja para realizar la fotosíntesis". "Para planetas que orbitaran dos estrellas como la nuestra", prosiguen, "la radiación dañina de las intensas erupciones solares podría llevar a las plantas a desarrollar su propia protección contra los rayos ultravioleta, u organismos fotosintéticos capaces de moverse en respuesta a una súbita erupción".

Fuente:

La Información

19 de mayo de 2015

¿Por qué se mueren las galaxias?


Logran mostrar, por primera vez, cuál fue el proceso que hizo que las galaxias "muertas" dejaran de formar estrellas hace miles de millones de años.


Viejas galaxias colosales mueren de dentro hacia afuera. /NASA/ESA

Un equipo internacional de científicos ha logrado mostrar, por primera vez, cuál fue el proceso que hizo que las galaxias "muertas" dejaran de formar estrellas hace miles de millones de años.

A través del telescopio VLT (Very Large Telescope) de ESO y Hubble de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), se ha revelado que tres mil millones de años después del Big Bang, estas galaxias todavía formaban estrellas en sus zonas exteriores, pero no en su interior. La disminución en el ritmo de formación estelar parece haberse iniciado en los núcleos de las galaxias, extendiéndose luego a las partes exteriores.

Uno de los grandes misterios de la astrofísica se ha centrado en cómo las masivas e inactivas galaxias elípticas, tan comunes en el universo moderno, frenaron hasta "desconectar" su otrora frenético ritmo de formación estelar. Estas colosales galaxias, a menudo también llamadas esferoides debido a su forma, típicamente contienen, en su atestado centro, una densidad de estrellas diez veces mayor a la de la Vía Láctea, y tienen cerca de diez veces su masa.

Los astrónomos se refieren a estas grandes galaxias como rojas y muertas, ya que exhiben una amplia abundancia de antiguas estrellas rojas, pero muestran la ausencia de jóvenes estrellas azules y no presentan evidencia de formación de nuevas estrellas.

La edad estimada de las estrellas rojas sugiere que estas galaxias dejaron de crear nuevas estrellas hace 10.000 millones de años.Este "apagón" comenzó justo en el clímax de la formación de estrellas en el Universo, cuando muchas galaxias aún estaban dando a luz a estrellas a un ritmo casi veinte veces más rápido que el actual.

"Los esferoides masivos muertos contienen aproximadamente la mitad de todas las estrellas que el universo ha producido durante toda su vida", ha señalado Sandro Tacchella, del Instituto Federal de Tecnología de Zúrich (ETH, Suiza). "No podemos pretender una comprensión de cómo el universo evolucionó y se convirtió en lo que hoy vemos a no ser que comprendamos a su vez cómo estas galaxias han llegado a ser lo que son", ha explicado.
El artículo completo en:

9 de agosto de 2014

¿Qué galaxia pesa más: la Vía Láctea o Andrómeda?

Por primera vez, un grupo internacional de astrofísicos ha sido capaz de calcular la masa de la Vía Láctea y Andrómeda basándose no solo en las galaxias enanas que las rodean, sino con referencias de otras aglomeraciones de estrellas más grandes, pertenecientes, como las dos citadas, al llamado Grupo Local.
Además, los expertos han conseguido conjugar en sus mediciones (algo que tampoco se había hecho nunca) dos variables: la gravedad que atrae a las galaxias y la fuerza repulsiva que expande el universo y, por lo tanto, las aleja entre sí.
El resultado ha sido sorprendente, ya que Andrómeda parece tener el doble de masa que la Vía Láctea. Antes de publicarse este cálculo en la revista especializada Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, el más preciso hasta la fecha, se pensaba justo lo contrario: que nuestro hogar estelar era bastante más pesado que su vecina. Además, nada menos que el 90 % de la masa de ambas es materia oscura, o sea, que no emite luz y cuya naturaleza es todavía un misterio.

Fuente:

Muy Interesante

20 de junio de 2014

“Somos estrellas muertas mirando de nuevo hacia el cielo”

La astrónoma Michelle Thaller ha realizado en este video en el que retoma la idea de que estamos hechos de materia cósmica, estelar, y la lleva a otro nivel, uno nostálgico en el que también somos estrellas que cada noche llevamos la mirada a nuestro lugar de origen primordial.


Las explicaciones sobre el origen del universo han transitado de las metáforas más fantásticas a la evidencia no menos increíble. Ahora, posiblemente, ya no creemos que un ser superior “creó” la realidad en la que vivimos y que observamos, pero, a cambio, los descubrimientos astronómicos, físicos y de otras ciencias afines igualmente nos asombran y nos sitúan en un estado de estupefacción, de incomprensión por los procesos que ocurren a cada instante frente a nuestros ojos (y también muy muy lejos de nuestro horizonte inmediato) y de los cuales usualmente no nos damos cuenta.

¿Cómo se originó el universo? Si la ciencia dice la verdad, hubo un momento en que el cosmos y todo lo que en él existe se encontraba concentrado en una densa esfera de energía, cuya explosión súbita marca el inicio del tiempo y de la materia, una expansión que continúa hasta ahora y en la cual surgieron los planetas, los asteroides, las estrellas, las hormigas, “una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio” nuestros cuerpos y todo lo que vemos y percibimos, de la partícula más ínfima a la más inconmensurable.

¿Qué implicaciones tiene esto? Por ejemplo, una que el conocido astrofísico y divulgador de la ciencia Carl Sagan popularizó hace unos años y la cual continúa vigente: que, desde cierta perspectiva, todos somos polvo de estrellas, que las estrellas y nosotros, el mundo en el que nos encontramos y que nos rodea, compartimos una especie de hermandad secreta, cósmica, irrevocable.
“La única cosa en el universo que puede hacer más grande un átomo es una estrella”, dice Michelle Thaller en el video que ahora compartimos. Thaller es astrónoma en el Goddard Space Flight Center de la NASA, y ha realizado este video para el sitio The Atlantic, una variación del tema propuesto por Sagan y que la científica aborda desde otro punto de vista: si las estrellas que vemos en realidad no están ahí, entonces somos como estrellas muertas que miran de nuevo al cielo, en un anhelante gesto de nostalgia por la forma que alguna vez fuimos.

Thaller realiza un rápido recorrido por la historia de los elementos, del hidrógeno primordial a todas las transmutaciones que este tuvo hasta quedar convertido en el hierro de nuestra sangre, o el oxígeno al interior de nuestros pulmones. Una noción que con todo lo admirable que es, Thaller lleva a un nivel superior.

La astrónoma plantea lo siguiente: llegará un día en el hidrógeno se consuma por completo y entonces muera la última estrella. El universo será entonces un lugar frío y oscuro por el resto del tiempo (“lo que sea que eso signifique”, acota Thaller), lo cual, tan solo de imaginarlo, resulta pesaroso. Un sitio sin vida, sumido en las sombras eternas. Y entonces Thaller concluye: el Sol brilla, el Sol nos ofrece energía que aprovechamos para nuestro desarrollo, el Sol y otros astros están ahí aún, siendo observados por nosotros, y esto “solo es un pequeña pieza del universo”, el fragmento más bien ínfimo de una historia que continuará por muchos siglos después de que nosotros también desparezcamos.

Eso nos da un sentido de pertenencia sobre lo maravilloso que es este tiempo, cuán maravillosa es nuestra vida ahora, nuestra vida real, y también cuán maravilloso es este tiempo en el universo.
  
Desafortunadamente para algunos de nuestros lectores no encontramos una versión subtitulada del video. Pero nos mantenemos al tanto, por si acaso pronto aparecen. Mientras tanto, es posible activar la opción CC que ofrece YouTube.

Tomado de:

Pijama Surf

19 de mayo de 2014

Chile: El auge del turismo de mirar estrellas



Observatorio del Pangue en Chile

El Observatorio del Pangue es uno de los varios que recibe turistas aficionados a la astronomía en Chile.


Cae la noche en el Valle del Elqui y una furgoneta llena de pasajeros trepa por un camino ventoso hacia las alturas, muy por encima de las brillantes luces de Vicuña, un pequeño pueblo ubicado en el corazón del reciente auge del turismo astronómico en Chile.

Tras 40 minutos en la ruta polvorienta, bordeada de arbustos esqueléticos, cactus y rocas, el vehículo llega al Observatorio del Pangue.

Inaugurado en 2008, es uno de los alrededor de 12 observatorios turísticos desperdigados en el norte de Chile, donde se pueden apreciar algunos de los cielos más claros del mundo.

"Yo solía ir a 'safaris astronómicos' con mis amigos canadienses. Llevábamos un telescopio, manejábamos hasta el valle y observábamos toda la noche, así que sabía que los visitantes extranjeros estaban interesados", dice Cristian Valenzuela, uno de los dos fundadores de Pangue.


Observatorio del Pangue

El norte de Chile ofrece cielos excepcionalmente claros para la observación nocturna.


El otro es Eric Escalera, un astrónomo profesional que dejó su Francia natal hace seis años.


"Allí los tours son imposibles", dice, "es un desastre con todas las nubes y problemas climáticos".

Pangue ofrece sesiones de observación astronómica con un telescopio de U$45.000 que pueden durar desde tres horas hasta toda la noche.

El máximo de personas por grupo es 15 y los programas están diseñados para entusiastas que saben más que el turista promedio.

El artículo completo en:

BBC Ciencia

20 de abril de 2014

Confirmado: El Sol se ‘apagó’ durante la ‘Pequeña Edad de Hielo’

Como reflejan cuadros, crónicas y hechos históricos, Europa vivió entre los siglos XIV y XVIII una concatenación de crudísimos inviernos que arruinó cosechas y extendió el hambre entre sus habitantes. De hecho, a esta época se la conoce como “Pequeña Edad de Hielo”.

Una investigación publicada por la revista Nature Geoscience refuerza la hipótesis de que el máximo responsable fue el Sol, que experimentó una acusada caída en su actividad durante aquella época.

Dirigidos por Paola Moffa-Sánchez, científicos de la Universidad de Cardiff (Gran Bretaña) y Berna (Suiza) han llegado a esta conclusión tras analizar microorganismos fosilizados en el fondo marino al sur de Islandia.

“Analizando la composición química de estos vestigios, que vivieron en la superficie del océano, podemos reconstruir la temperatura y la salinidad del agua en los últimos 1.000 años”, ha declarado Moffa-Sánchez.

De ese modo han podido cotejar los cambios ambientales del Atlántico Norte con el registro de manchas solares, que son un indicador del humor de nuestra estrella: a menos “pecas” en su superficie, menos actividad.

Tras introducir todos los datos en modelos climáticos computerizados, el escenario resultante es que el enfriamiento del Sol generó una zona de altas presiones junto a las islas británicas, barrera que cortó el paso a los suaves vientos del oeste. Y sin el contrapeso de estas corrientes calefactoras, el aire gélido del Ártico campó a sus anchas durante los inviernos de la Pequeña Edad de Hielo, algo parecido a lo ocurrido en 2010 y 2013.

Fuente:

Muy Interesante

30 de marzo de 2014

La estrella más antigua del Universo

Un cúmulo de estrellas antiguas en la Vía Láctea.
Un cúmulo de estrellas antiguas en la Vía Láctea. THE HUBBLE HERITAGE

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Big Bang, hace unos 13.800 millones de años. El Universo era un recién nacido extremadamente caliente y denso que comenzaba a expandirse después de la gran explosión que formó los primeros átomos. Pero a diferencia del Cosmos que conocemos hoy, los únicos elementos que había eran los más ligeros, el hidrógeno y el helio, los dos primeros de la tabla periódica de la Química. Pero eran suficientes para formar las primeras estrellas, aún gaseosas. Marea pensar que algún astro primigenio haya podido navegar en la inmensidad del tiempo astronómico para llegar a nuestros días tal y como se formaron instantes después del Big Bang. Pero así es. Un grupo de arqueólogos de estrellas, ha excavado los confines del Cosmos hasta encontrar un astro de hace más de 13.000 millones de años: la estrella más antigua del Universo.


Telescopio Sky Mapper.

El telescopio Sky Mapper es único para buscar estrellas con bajo contenido de hierro
Todo parecía haberse esfumado bajo las llamas a principios de 2003. Aquel verano austral, un incendio forestal iniciado cerca de Canberra arrasó cinco telescopios del Observatorio del Monte Stromlo y con ellos el programa estrella que permitía a Australia soñar con convertirse en líder de la Astronomía mundial. Las pérdidas se cuantificaron en más de 20 millones de euros. Pero el daño científico trascendía lo económico. Sin embargo, tras la desolación de aquel aciago año, resurgieron nuevos programas y nuevos instrumentos. De hecho, el Sky Mapper, el telescopio que sustituyó al histórico y carbonizado Telescopio Gran Melbourne, ha sido la herramienta utilizada por los arqueólogos de estrellas -los astrofísicos dedicados a la búsqueda de astros primigenios- para localizar la estrella más antigua encontrada hasta la fecha.

El hallazgo ha supuesto un éxito rotundo, pero el reto intelectual que tienen ante sí estos excavadores de galaxias tiene unas implicaciones científicas mayúsculas. Tanto Stefan Keller, investigador del Observatorio del Monte Stromlo y autor principal de la investigación publicada en Nature, como sus colegas esperan poder estudiar a partir de esta estrella cómo era el Universo en los primeros instantes tras el Big Bang y cómo han evolucionado las estrellas y la materia hasta el Cosmos moderno.


Una flecha muestra la estrella más antigua recién encontrada.

La nueva estrella tiene un millón de veces menos de hierro que el Sol

A pesar de que las estrellas primigenias estaban formadas tan sólo por hidrógeno y helio, todos los elementos químicos son creados en las estrellas. En aquel Universo recién nacido, los astros eran nebulosas formadas por estos dos ingredientes (más trazas de litio, el tercer elemento de la tabla periódica), pero algunas de ellas llegaban a ser muy grandes, muy masivas. «Con una masa aproximada de ocho veces la del Sol, una estrella explota y se convierte en una supernova», explica Anna Frebel, investigadora del Massachusetts Institute of Technology (EEUU) y coautora del trabajo. «Las estrellas masivas, duran poco. Las pequeñas duran mucho tiempo», dice.

Cuando una estrella estalla se comporta como una suerte de reactor nuclear capaz de fusionar átomos ligeros y formar elementos más pesados, como los metales que ocupan las filas -periodos- bajas de la tabla periódica. Estos nuevos átomos expulsados al medio estelar, al Universo, enriquecen poco a poco las estrellas ya formadas en sucesivas rondas de explosión estelar y formación de nuevos elementos. Así se creó en el Cosmos la materia que forma cada objeto, cada charco de agua y que da vida a cada organismo sobre la Tierra. Sin que la mayoría de los seres humanos reparen en ello, somos polvo de estrellas. Tomando palabras del astrónomo y brillante divulgador Carl Sagan, somos «la ceniza de la alquimia estelar que ha cobrado vida».

El artículo completo en:

El Mundo Ciencia

23 de marzo de 2014

¿Cómo nacen las estrellas?


  • Nacen a partir de la agregación del gas y polvo frío de las nebulosas
  • Viven gracias al tenso equilibrio entre gravedad y reacciones nucleares
Corazón de NGC 604, una nebulosa con unas 200 estrellas nacientes.

Corazón de NGC 604, una nebulosa con unas 200 estrellas nacientes.NASA/Hui Yang

Las estrellas nacen por azar. Se juntan fragmentos de materia de las nubes frías de gas y polvo que flotan en el espacio, las llamadas nebulosas. Estas partículas se van agregando por atracción gravitatoria hasta formar una gran masa.

Este conglomerado, por efecto de la gravedad, se contrae sobre sí mismo y como consecuencia aumenta en su centro, la densidad, presión y calor. De esta manera, los átomos se mueven cada vez más rápido y chocan unos con otros. En esas condiciones, pronto se inician reacciones de fusión nuclear. Cuando comienzan ha nacido la estrella.

Las agrupaciones de masa que no logran iniciar las reacciones nucleares, es decir, las estrellas frustradas, se denominan enanas marrones. Las que sí lo logran continúan un arduo camino cósmico. Las reacciones nucleares liberan presión del centro de la estrella, contrarrestan el efecto de la gravedad, lo que evita que la estrella colapse sobre sí misma.

La estrella vivirá gracias a ese tenso equilibrio entre gravedad y reacciones nucleares. Morirá cuando la gravedad gane la batalla, algo que sucederá sin excepción.

Evolución estelar

Las estrellas evolucionan a medida que van agotando su masa, que es el combustible de las reacciones nucleares. Cuanto más masa tiene una estrella, más combustible tiene para alimentar su ‘motor’ y brilla más, pero vive menos tiempo.

Cuando se agota el combustible de su centro, la estrella vuelve a contraerse y aumenta de nuevo su temperatura, lo que favorece las aparición de nuevas reacciones nucleares. Esta vez se producen en la siguiente capa de masa alrededor de la central, que ya está gastada y contrayéndose. Esta capa circundante se expande y así la estrella se hace más grande.

El aumento de volumen es el responsable del cambio de color de las estrellas. Cuanto más grande, más se enfrían las capas externas y emiten luz visible en un color determinado. Las estrellas más frías son rojas (con unos 2800 ºC), las amarillas rondan los 5500 ºC, las más calientes son azules (aproximadamente 20.000 ºC) y las verdosas (100.000 ºC).

Un estrella típica de masa media es nuestro Sol. Es joven, tiene tan solo unos 4.600 millones de años. Es una gigante amarilla y dentro de 7.000 millones de años habrá madurado y se habrá convertido en una gigante roja.

Será unas cien veces más grande de lo que es en la actualidad y habrá engullido a la Tierra. Morirá a la edad de 12.000 millones de años tras perder gran parte de su masa, que habrá lanzado eyectada en todas direcciones formando una nebulosa planetaria. Será entonces una enana blanca, que brillará con debilidad hasta que se agote, se vuelva negra e inerte.

La mayoría de la estrellas mueren como enanas blancas, excepto las estrellas supermasivas, que son de color azul. Ellas tienen un final apoteósico. Su final consiste en una explosión de brillo excepcional llamada supernova. Desprenden en unos pocos segundos tanta energía como la que ha emitido y emitirá nuestro Sol en toda su existencia.

Fuente:

RTVE Ciencia
 

21 de febrero de 2014

El brillo de la estrella polar viene aumentando desde hace siglos

Movimiento aparente de las estrellas en torno a la Polar
Movimiento aparente de las estrellas en torno a la Polar LCGS Russ


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El astrónomo Rafael Bachiller nos descubre en esta serie los fenómenos más espectaculares del Cosmos. Temas de palpitante investigación, aventuras astronómicas y novedades científicas sobre el Universo analizadas en profundidad.


El eje terrestre y la Polar en nuestros días
 
Gracias a la comparación de medidas recientes con otras realizadas a lo largo de la historia, se ha descubierto que el brillo de la Estrella Polar viene aumentando desde hace siglos, quizás milenios. Aunque en la Polar se conocían pulsaciones de tipo Cefeida, que van acompañadas por variaciones periódicas de su brillo, las causas de este incremento continuado de su luminosidad son desconocidas.

La Polar y Julio César


Posición del polo Norte en diferentes épocas
"Soy constante como la Estrella Polar que por su estabilidad no tiene rival en el firmamento".... los astrónomos parecen empeñados en hacer extemporáneas estas palabras que Shakespeare puso en los labios de Julio César. Naturalmente la Polar actual, la estrella más brillante de la Osa Menor, no siempre estuvo en el polo Norte (y no lo estaba en tiempos de Julio César) pues la precesión del eje terrestre hace que el polo Norte describa una circunferencia en la bóveda celeste. Pero además, resulta que unos trabajos recientes vienen a demostrar que la posición aparente en el firmamento no es lo único que cambia en la actual Estrella Polar, también cambia su brillo.

La Polar es una estrella supergigante amarilla, 2.440 veces más luminosa y 90.000 veces más voluminosa que el Sol. Situada a menos de 440 años luz de distancia, en la cola de la Osa Menor, es la estrella más fácil de localizar en el Hemisferio Norte. No es la más brillante, ni la más cercana, pero (después del Sol) la Estrella Polar es la más observada de nuestro hemisferio. Gracias a su posición fija en la bóveda celeste, con todas las estrellas girando aparentemente a su alrededor (como reflejo de la rotación terrestre), la Polar ha sido la guía de navegantes durante siglos. También para los astrónomos ha servido de referencia a lo largo de la historia tanto para orientarse en el cielo como para construir telescopios de montura estable.

Lea el artìculo completo en:

El Mundo Ciencia

20 de enero de 2014

¿Puede existir un planeta sin sol?

sol

La respuesta es sí. Los planetas pueden de hecho "flotar" con libertad, sin una estrella que los guíe. Este tipo de objetos planetarios pueden haber sido expulsados de su sistema solar original, y en este caso son denominados planetas nómadas.

Otra manera en la que pueden formarse es a través de la condensación de diversos materiales, como las mismas estrellas. Los planetas que se forman así se denominan subenanas marrones.

Hay un pequeño número de objetos que han sido identificados como subenanas marrones, el más intrigante de los cuales es posiblemente S Ori 52, un miembro del sistema solar Delta Orionis.

El más cercano a nuestro planeta es el PSO J318.5-22, que está a unos 80 años luz de distancia. Estudios recientes sugieren que en la Vía Láctea podría haber más objetos flotantes de este tipo que estrellas.

Fuente:

BBC Ciencia

6 de enero de 2014

¿Por qué titilan las estrellas?


La ornamentación navideña que decora las calles de las ciudades estos días intenta simular con sus luces parpadeantes las estrellas que, en lugares con poca contaminación lumínica, se pueden observar durante la noche. Pero, ¿por qué titilan las estrellas? ¿Varía la luz que emitieron hace millones o miles de años y que nos llega ahora a la Tierra?
 
La respuesta nos la da Antonio Ruiz Elvira, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá, desde el museo CosmoCaixa de Madrid. En realidad, lo que fluctúa es la atmósfera. 

Las variaciones de temperatura de cada capa de la atmósfera según el viento en ellas causan variaciones en la dirección de la luz de cada estrella desde que llega a las capas altas de la atmósfera hasta que llega a nuestros ojos en la superficie.

La luz se refracta como lo hace en los cristales de las joyas. Cuando éstas se mueven, la luz refractada cambia de dirección como hace la luz que llega de las estrellas.

La refracción vibrante es mucho más pronunciada cuando la luz de la estrella llega desde el horizonte, mientras que la Polar, que está arriba, fluctúa mucho menos. La atmósfera está siempre en movimiento, y este es turbulento, en pequeños vórtices que van uniéndose hasta formar los grandes ríos de aire que producen el tiempo meteorológico. La luz de las estrellas no viene de las varitas de las hadas en el cielo. "La ciencia genera menos ilusión, pero es mas bella que ésta".
Fuente:

31 de diciembre de 2013

¿Varía la luz que emitieron las estrellas hace millones o miles de años y que nos llega ahora a la Tierra?

La ornamentación navideña que decora las calles de las ciudades estos días intenta simular con sus luces parpadeantes las estrellas que, en lugares con poca contaminación lumínica, se pueden observar durante la noche. Pero, ¿por qué titilan las estrellas? ¿Varía la luz que emitieron hace millones o miles de años y que nos llega ahora a la Tierra?
 
La respuesta nos la da Antonio Ruiz Elvira, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Alcalá, desde el museo CosmoCaixa de Madrid. En realidad, lo que fluctúa es la atmósfera.

Las variaciones de temperatura de cada capa de la atmósfera según el viento en ellas causan variaciones en la dirección de la luz de cada estrella desde que llega a las capas altas de la atmósfera hasta que llega a nuestros ojos en la superficie.

La luz se refracta como lo hace en los cristales de las joyas. Cuando éstas se mueven, la luz refractada cambia de dirección como hace la luz que llega de las estrellas.

La refracción vibrante es mucho más pronunciada cuando la luz de la estrella llega desde el horizonte, mientras que la Polar, que está arriba, fluctúa mucho menos. La atmósfera está siempre en movimiento, y este es turbulento, en pequeños vórtices que van uniéndose hasta formar los grandes ríos de aire que producen el tiempo meteorológico. La luz de las estrellas no viene de las varitas de las hadas en el cielo. "La ciencia genera menos ilusión, pero es mas bella que ésta".

Fuente:

El Mundo Ciencia

19 de noviembre de 2013

El Sol terminará con la vida terrestre dentro de dos mil 800 millones de años


La estrella centro que posibilita el hábitat en la Tierra terminará con toda la vida terrestre dentro de dos mil 800 millones de años, asegura un estudio de la National Geographic.

Según esta revista especializada, en ese momento el planeta será demasiado caliente para albergar, incluso, a los microbios más resistentes.

Las altas temperaturas comenzarán a incrementarse dentro de mil millones de años, período durante el cual los océanos comenzarán a hervir y la vida solo comprenderá a los microbios.

Sin embargo, estos organismos también desaparecerán cuando la Tierra alcance los 140 grados celsius, umbral en el que el ADN se rompe.

Científicos de la Universidad St. Andrews de Escocia probaron a partir de modelos de reacciones químicas producidas en la atmósfera y biosfera que el vapor de agua resultante de las altas temperaturas provocará un constante flujo de dióxido de carbono.

Debido a ello, el estudio refiere que las plantas serán las primeras en extinguirse, seguidas de las especies que más dependen de ellas y así sucesivamente.

Además, la investigación sostiene que dentro de cinco mil millones de años el Sol agotará su combustible nuclear y se convertirá en un gigante rojo que engullirá a los planetas a su alrededor.

Los expertos abogan para que este análisis incremente los esfuerzos en la búsqueda de vida fuera de la Tierra.

En la actualidad, las agencias internacionales del espacio mantienen varios proyectos que abarcan desde vehículos exploradores como el Curiosity que se encuentra en Marte, telescopios que ayudan a estudiar galaxias lejanas hasta proyectos de búsqueda de vida inteligente denominados SETI.

Fuente:

Radio Ángulo

25 de septiembre de 2013

¿Cómo obtenemos vitamina D de la luz del Sol?

Mujer tomando el sol
La vitamina D no es un ingrediente de la luz, sino que la luz del Sol activa una reacción que la produce. La vitamina D es un grupo de componentes relacionados y D3 es el que requiere de luz solar.

El colesterol de nuestra dieta primero se convierte en 7-dehidrocolesterol. La radiación ultravioleta de la luz solar provoca una reacción que genera primero previtamina D3 y luego la vitamina D3.

Para que esto ocurra la persona debe exponerse a la luz del Sol en el exterior, ya que en interiores los cristales de las ventanas bloquean la radiación ultravioleta.

Fuente:

BBC Ciencia

Espectacular: Panorama nocturno del salar de Bonneville

No llega a ser un 1 en la escala de cielo oscuro de Bortle, pero el cielo nocturno del Salar de Bonneville se le aproxima, y es un recordatorio de lo que supone la pérdida de la oscuridad.


Night Sky Panorama-Bonneville Salt Flats-3D Panorama es un panorama navegable creado por Martin van Hemert en el que se puede apreciar la oscuridad del desierto del oeste de Utah, sólo interrumpido por una interestatal y la ciudad de Wendover, cuya iluminación resalta el suelo pero sin desdibujar el cielo.

En Bonneville Salt Flats - 3D Panorama se puede ver el Salar de día.

Fuente:

Microsiervos

4 de septiembre de 2013

El dramático nacimiento de una estrella

Imagen de la estrella recién nacida. | ESO

Imagen de la estrella recién nacida. | ESO
Un estudio del Observatorio Astronómico Europeo (ESO) empleando el telescopio 'Atacama Large Millimeter/submillimeter Array' (ALMA) ha logrado obtener un nítido primer plano de grandes emanaciones de material provenientes de una estrella de recién formada. Al observar el brillo producido por las moléculas de monóxido de carbono presentes en dicha estrella, se ha descubierto que sus chorros poseían mayores niveles de energía de lo que se pensaba. 'Herbig-Haro 46/47'm como se llama este objeto, está a una distancia de 1.400 años luz de la Tierra.

Diego Mardone, uno de los colaboradores de la investigación, hace énfasis en el hecho de que "este sistema es muy similar a la mayoría de las estrellas remotas de baja masa durante su período de formación y nacimiento. Sin embargo, es también bastante inusual debido a que el flujo expelido impacta a la nube de manera directa en uno de los lados de la joven estrella y sale fuera de la nube por el otro. Esto lo hace ideal para estudiar el impacto de los vientos estelares sobre la nube madre a partir de la cual se forma la nueva estrella".

La nitidez y sensibilidad alcanzada por estas observaciones de ALMA también permitieron al equipo descubrir una inesperada emanación que al parecer proviene de un compañero de la incipiente estrella, que posee una masa menor. Este flujo secundario se presenta en un ángulo prácticamente recto con respecto al objeto principal y parece cavar su propio agujero para salir de la nube que lo rodea.
El autor principal del estudio, Héctor Arce concluye que "ALMA ha permitido detectar características en el flujo de material observado con mucha más claridad que los estudios anteriores. Esto demuestra que sin duda habrá muchos descubrimientos que presenciar con todo el conjunto de antenas".
Tomado de:

30 de agosto de 2013

Esta es la canción de las estrellas

Vídeo: Science
Un equipo de científicos estadounidenses ha convertido las señales lumínicas que emiten estrellas distantes en sonidos. Según explican esta semana en la revista 'Science', analizando la cantidad de ruido pueden hacer estimaciones sobre la gravedad en su superficie y determinar en qué etapa evolutiva se encuentra, desde que son estrellas enanas a gigantes rojas.

La gravedad en la superficie de un objeto celeste es la aceleración gravitacional que experimenta en su superficie. Según recuerdan los autores de este estudio, es muy difícil medirla de una manera precisa. Gracias a esta propiedad, los astrofísicos pueden determinar si es una estrella enana, como el Sol, o gigante y más evolucionada.

Para realizar este estudio han aprovechado las mediciones que se habían realizado de las variaciones en el brillo de más de 150.000 estrellas. Así, gracias a los datos recabados por telescopio espacial 'Kepler' de la NASA, han desarrollado un método para determinar la gravedad superficial de las estrellas en pocos segundos.

Variaciones en el brillo

Las variaciones en el brillo de las estrellas similares al Sol están impulsadas por muchos factores, incluida la granulación, que es una consecuencia de la convección de calor por debajo de la fotosfera –la superficie luminosa que la delimita–.

Como la granulación está relacionada con la gravedad en la superficie estelar, ésta se podría medir observando las variaciones en el brillo de la estrella.

Un patrón del parpadeo de la estrella durante ocho horas sirve para determinar la gravedad de la superficie. Su procedimiento consigue una incertidumbre del 25% para estrellas enanas, similares al Sol.

"El 25% de incertidumbre está muy bien, ya que las otras técnicas que se utilizan normalmente tienen una incertidumbre mucho mayor, de hasta el 150%. Medir la gravedad de la superficie de una estrella es muy difícil y puede llevar horas o días de trabajo", declara a SINC Fabienne Bastien, coautora del estudio que publica la revista Nature e investigadora de la Universidad Vanderbilt (EEUU).

Se espera que el nuevo método desarrollado también servirá para ampliar el conocimiento sobre los exoplanetas (planetas fuera de nuestro Sistema Solar), de los cuales no se pueden medir masas ni dimensiones directamente, sino a partir de la información sobre de las estrellas que orbitan.

"Al mejorar la medida de la gravedad en la superficie estelar, que a su vez nos da el tamaño y la masa de la estrella, sabremos los tamaños y masas de los planetas que la orbitan con mucha más precisión", asegura Bastien.

Fuente:

El Mundo Ciencia
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