Latest Posts:

Mostrando las entradas con la etiqueta contaminacion. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta contaminacion. Mostrar todas las entradas

28 de junio de 2019

Perú es el 22° país, a nivel mundial, con mayor grado de contaminación

El Perú se ubica en el puesto 22 a nivel mundial, como el país con mayor grado de contaminación ambiental, de acuerdo al reporte del 2018 de World Air Quality.

Y Lima es la otava ciudad más contaminada en América Latina.


Lima no solo se lleva la medalla de bronce –por catalogarse de alguna manera– al ubicarse en el tercer lugar como la ciudad con mayor congestión vehicular; sino que –además– se ubica como la octava ciudad más contaminada de Latinoamérica, de acuerdo al reporte del 2018 de World Air Quality.

Según este mismo reporte, el Perú se ubica en el puesto 22 a nivel mundial, como el país con mayor grado de contaminación ambiental. (Ver cuadro)

Contaminacion Ambiental
(Fuente: World Air Quality)

¿Qué generó este resultado? Según el reporte el exceso de autos, el deficiente sistema de transporte público, la mala organización de las rutas y la sobreoferta de taxis provocan que al menos 15,000 personas padezcan de enfermedades respiratorias y cardiovasculares producto de la contaminación.
A lo que se le suma la basura. Perú –según el Minam- produce 23 mil toneladas de basura al día.  A esto se le añade que existen 1,400 botaderos de basura, donde esta es recolectada, más no reciclada ni debidamente procesada. 

Ante ello la aseguradora Pacífico planteó cuatro tips para cuidar el planeta. ¿Cuáles son? 

1. Optar por transporte alternativo: El caótico caos vehicular que vive nuestra capital se debe al exceso de autos particulares. Si bien existen deficiencias en el transporte público, este es la mejor opción para dejar de emitir CO2 (gases contaminantes). 

Si tenemos la posibilidad de transportarnos a pie o en bicicleta, nuestra emisión de gases será nula. Además, con estos transportes alternos podemos realizar ejercicio, ahorrar dinero de gasolina o taxis además de que aportamos a que el tráfico disminuya. 

2. Antes de reciclar, ¡reducir y reusar! : El peruano promedio produce aproximadamente 1 kilo de basura al día. En su mayoría, estos desperdicios están conformados por utensilios de plástico que demoran entre 150 y 1,000 años en biodegradarse. 

Optar por utensilios de metal y nuestra propia botella pueden reducir en gran medida nuestro impacto negativo al ambiente. Asimismo, evitemos el uso de papel ya que para la elaboración de 1 tonelada se talan 15 árboles.  

3. ¡Separemos nuestros desperdicios! : Generar basura es a veces inevitable, por eso debemos ser conscientes y ayudar a facilitar el proceso de reciclaje. Separar nuestros residuos por categorías papel y cartón, vidrio y plástico; es la mejor opción. 

En este sentido, siendo conscientes de la falta de implementación de la cultura de reciclaje, el Minam lanzó este un aplicativo que nos permite encontrar los lugares más cercanos para dejar nuestros desperdicios. Esta iniciativa forma parte de la campaña ‘En casa yo reciclo’. 

4. El cambio parte de todos : Debemos aportar a las acciones que toman nuestras autoridades. Adoptando un compromiso con el ambiente mediante la reducción de nuestra basura y reciclándola podemos ayudar a que más personas se sumen, ya sea dejando de usar cañitas, llevando una bolsa de tela al momento de hacer las compras o incluso coordinar en nuestra residencia o barrio contenedores de reciclaje. 

Podemos averiguar si nuestra empresa o Municipalidad cuenta con un programa de reciclaje y si podemos contribuir con alguna asociación. 

 

7 de mayo de 2019

"Gran parte de la naturaleza ya está perdida, y lo que queda continúa en declive", según la ONU

¿Qué estamos haciendo con nuestro planeta? Estas son las conclusiones tras un proyecto de estudio de 1.800 páginas según la Organización de las Naciones Unidas.

Los expertos de la ONU sobre la biodiversidad hicieron un informe que enumera los ecosistemas devastados, el agua contaminada, el aire viciado y las miles de especies con amenaza de extinción. Este es un proyecto de la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPBES).

Gracias a la naturaleza es que el hombre tiene agua, alimentos, energía, minerales y medicamentos. Entonces, ¿Qué estamos haciendo para cuidar el planeta? ¿Cuando vamos a dejar de destruirlo? 

Para mencionar uno de los trabajos de la naturaleza, está la producción agrícola, la cual se encuentra en constante alza y la pesca que ha aumentado un 50% en los últimos 50 años. Asimismo, más de 2.000 millones de personas usan la madera como fuente de energía. Entre el 25 a 50% de los productos farmacéuticos provienen de la naturaleza. La vegetación es de vital importancia en nuestras vidas, pues filtran el agua y el aire, además, junto al océano absorben más de la mitad de las emisiones de CO2. 

Explotación y contaminación

A pesar de ello, el hombre está explotando y contaminando la naturaleza como nunca antes en la historia.

"Hoy en día el 75% del medio ambiente terrestre, el 40% del medio ambiente marino y 50% de los cursos de agua presentan signos importantes de degradación", afirma el proyecto de informe. 

Más de 40% de las tierras son ahora agrícolas y urbanas, y sólo el 13% de los océanos y 23% de las tierras están clasificados como "vírgenes", en lugares muy aislados o improductivos. 

El deterioro de los suelos redujo la productividad agrícola en más del 20% de la superficie terrestre, afectando a más de 3.000 millones de personas. 

"Más de un tercio de las tierras y tres cuartas partes de los recursos de agua son utilizados para la producción agrícola y ganadera", de acuerdo con el texto. 

Y la agricultura continúa expandiéndose, sobre todo "a expensas del bosque tropical". 

Además, entre 1990 y 2015, la cobertura forestal mundial bajó cerca de 6%, de 4.280 millones de hectáreas a 3.990 millones. 

Más de 80% de las aguas servidas del planeta son vertidas en el medio ambiente sin tratamiento y al mismo tiempo de "300 a 400 millones de toneladas de metales pesados, aguas residuales tóxicas y otros desechos son arrojados por año al agua". Asimismo, "el 40% de la población del globo no tiene acceso a agua limpia y potable". 

Los océanos, es donde se vierten cada año millones de toneladas de plástico. Los 70.000 navíos de la flota de pesca industrial cubren ahora "al menos el 55% de los mares". Además, "cerca del 75% de las principales reservas de peces" se encuentran actualmente agotadas o sobrexplotadas.  

Consecuenciencias
 
Cerca del 25% de las 100.000 especies estudiadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) están clasificadas en peligro de extinción, y 872 se han extinguido desde hace 500 años.

Pero el informe del grupo de expertos del IPBES es mucho más dramático: entre 500.000 y un millón de especies estarían hoy en día en peligro. Y los científicos, que utilizan otro método de estimación basado en la desaparición de los hábitats, llegan a la cifra probablemente "prudente" de medio millón, entre ellos 3.000 vertebrados y más de 40.000 plantas. 

Estas especies están "muertas en suspenso", porque ya se encuentran probablemente "condenadas a la desaparición" a raíz de los daños provocados a su hábitat. 

 

BBC: 4 gráficos que muestran la "alarmante" degradación de la biodiversidad del planeta


La tala de bosques, el saqueo de los mares y suelos, y la contaminación del aire y el agua están llevando al mundo natural al borde del abismo.

Este lunes, la ONU presentó un nuevo informe sobre el estado de la biodiversidad del planeta.

El estudio señala que la destrucción de la naturaleza se está dando a una velocidad nunca antes vista y nuestra necesidad de más alimentos y energía son los principales impulsores.

Un millón de especies animales y vegetales están ahora en peligro de extinción.

Esto es lo que sabemos sobre la salud del planeta en términos de biodiversidad, la
variedad de seres vivos en la Tierra y los ecosistemas a los que pertenecen.

1. La biodiversidad del planeta está desapareciendo rápido

La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) es una medida crítica de nuestro impacto en la naturaleza.

Casi 100.000 especies forman parte de este inventario de especies amenazadas. De estas, más de un cuarto están en peligro de extinción, desde los lemures de Madagascar hasta anfibios como ranas y salamandras, y plantas como coníferas y orquídeas.
Los científicos creen que la Tierra se dirige hacia un "evento de extinción masiva", el sexto en los últimos 500 millones de años.

"Ahora tenemos pruebas abrumadoras de que estamos perdiendo especies a una velocidad alarmante", le dijo a la BBC el profesor Alexandre Antonelli, director de ciencia en el jardín botánico de Londres, Kew Gardens.

Según las estimaciones, las tasas de extinción actuales son aproximadamente 1.000 veces más altas que antes de que aparecieran los humanos.

2. Pérdida de hábitat, cambio climático y contaminación, las mayores amenazas

Según un estudio reciente, si bien el cambio climático es una amenaza creciente, los principales impulsores del declive de la biodiversidad continúan siendo la pérdida de hábitat natural para obtener alimentos, combustible y madera, y la sobreexplotación de plantas y animales por parte de los humanos a través de la tala, la caza y la pesca.

La tala insostenible está contribuyendo a la disminución de la talla de los monos de Myanmar, mientras que la expansión de la agricultura está expulsando a animales como el guepardo.

"Los gobiernos se han centrado en el cambio climático mucho más que en la pérdida de biodiversidad o la degradación de la tierra", dijo a la BBC el presidente de IPBES, el profesor Bob Watson.

"Los tres son igualmente importantes".

Lea el artículo comleto en: BBC Mundo
 

6 de mayo de 2019

¡A cazar el CO2!

El calentamiento global necesita que se frenen las emisiones de gases contaminantes y también retirar los que ya están en la atmósfera.



El calentamiento global es el gran reto medioambiental de este siglo. La previsión de aumento de la temperatura se debe a la concentración de gases contaminantes, principalmente metano y dióxido de carbono (CO2). El Acuerdo del clima de París se comprometió a reducir estas emisiones, pero los expertos indican que no es suficiente. “Hay que retirar el CO2 que ya está en la atmósfera”, asevera el profesor de Química ambiental de la Universidad de Barcelona (UB), Xavier Giménez. Su equipo de investigación trabaja en el desarrollo de materiales porosos que capturen este gas. El docente también es autor del libro Matemáticas y cambio climático. Cuidar el planeta con cálculo superior, que pertenece a la colección de EL PAÍS Grandes Ideas de las matemáticas.

La atmósfera contiene un 0,04% de CO2. Parece muy poco, pero Giménez advierte que impera deshacerse de él. “Es muy complicado porque estamos hablando de muy poco y limpiar algo que casi está limpio, cuesta mucho energéticamente hablando”. Su grupo se encuentra analizando qué materiales retienen mejor este gas mediante simulaciones computacionales. La propuesta de uso será la de crear grandes árboles que configuren un bosque artificial. “Si se exponen al viento, al pasar a través del material, se capturaría el CO2”, explica. Este gas puede utilizarse como aditivo para bebidas o componente de combustibles, entre otras opciones.

El desarrollo de este tipo de soluciones se viene investigando desde hace décadas, aunque la captación de dióxido de carbono no compensaría su emisión. La clave, además de dar con un compuesto capaz de absorber el gas, sino que no sean precisas grandes cantidades de energía. Tampoco productos contaminantes, como las aminas, compuestos derivados del tóxico amoniaco, que actualmente se emplean en técnicas que evitan las emisiones de carbono.

Algunas industrias que liberan este gas con su actividad han implementado acciones para retenerlo y devolverlo a su origen. En 1996 se inauguró el proyecto Sleipner CCS (carbon capture and storage), en Noruega, el primero que tenía como objetivo almacenar CO2. La empresa Statoil Hydro comenzó a explotar un yacimiento de gas natural, el cual contiene hasta un 9% de este compuesto. La compañía lo depura y vuelve a inyectarlo bajo el lecho marino de la zona, de donde extrae el gas natural.

A nivel mundial se capturan más de 30 millones de toneladas de CO2 anualmente gracias a instalaciones de este tipo, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA en sus siglas en inglés). Más del 70% de estas capturas ocurre en Norteamérica. La IEA calcula que los costes de extracción varían desde los 20 dólares por tonelada (unos 17,50 euros) —si la fuente es de alta pureza, como un yacimiento de gasta natural— hasta los 100 dólares por tonelada (87,70 euros). EE UU, frente a la paradoja negacionista del cambio climático de su presidente, Donald Trump, impulsó el pasado abril ventajas fiscales para quienes aplicasen estas técnicas.

 El origen es químico

La comprensión del funcionamiento del cambio climático, así como el desarrollo de soluciones para combatirlo tiene su origen en la química y las matemáticas. “La química participa en toda una serie de casos y procesos absolutamente críticos para poder entender cómo se comporta el clima”, explica el profesor Giménez. “Sin conocer la estructura química de los gases invernadero y su comportamiento no se puede entender el problema”.

Una vez identificados estos fenómenos, la formulación físico-química se produce en lenguaje matemático. “Es lo que permite tener capacidad predictiva”, apunta Giménez. Los modelos no son infalibles y solo se demuestra su eficacia con el tiempo. En los años 70 se describió el desarrollo del deterioro de la capa de ozono. Las siguientes décadas fueron las que confirmaron que los modelos eran correctos. Por este motivo los modelos matemáticos que estiman un aumento de temperatura de entre 1,5 y 2 grados se revisan continuamente. “Se puede discutir si son más acertados o no, pero el cambio climático existe, eso es incuestionable”, zanja. Reconoce que lo que no se puede asegurar es cuánta culpa tiene la acción del ser humano sobre él, pero matiza que este “no puede perturbar el ambiente de tal forma que pueda llegar a causar un problema grave”.

Giménez considera que todos los problemas de este tipo “o se han resuelto o están en vías de hacerlo”. Aunque advierte: “Excepto el calentamiento global. Es el único problema que aún no tiene un horizonte de solución y eso es porque aún no estamos haciendo lo suficiente”.

Tomado de: El País (España)

1 de mayo de 2019

‘Pequedragas’: la nueva modalidad usada por los mineros ilegales en la Amazonía

Escribe: Yvette Sierra Praeli / Mongabay Latam.


Viajar a las cuatro de la mañana por el río Napo hace que el movimiento en la embarcación se sienta como una amenaza. El motorista del ‘rápido’ que nos llevará desde Santa Clotilde hasta la comunidad nativa de San Fernando, en el distrito del Napo, región Loreto, pide a los pasajeros mantener la calma. “Los chalecos salvavidas están atrás”, advierte.

En la proa, uno de los tripulantes tiene como tarea alumbrar el río con una lámpara, el motorista sigue sin dudar el camino que marca la luz. Comienza a amanecer y de pronto, Betty Rubio, nuestra guía en esta travesía, señala una estructura precaria en el agua: “Ahí está una ‘peque-draga’ ”. Han pasado tres horas desde que dejamos Santa Clotilde y frente a nosotros aparecen dos embarcaciones tradicionales pequeñas hechas a base de madera, conocidas como ‘peque peques’, sobre las cuales se ha montado una plataforma y maquinaria para extraer ilegalmente oro del río Napo.

La embarcación avanza con dirección a la ‘peque-draga’. Desde el fondo de la lancha, un hombre se acerca con su equipaje en la mano. Mientras se prepara para bajar, los tres ocupantes de la ‘peque-draga’ continúan con sus actividades sin perturbarse, uno de ellos manipula incluso una manguera naranja hundida en el río. Nos acercamos más, casi hasta chocar, y el pasajero salta y aterriza en la plataforma.

Mientras retomamos la ruta, nuestra acompañante nos cuenta que esas estructuras rústicas, que surcan el Napo desde hace algunos años, pueden movilizarse a lo largo del cauce para extraer oro ilegal. Las comunidades indígenas asentadas en las orillas del río, las más afectadas por la contaminación de su principal fuente de agua, han denunciado su presencia ante las autoridades, pero el problema persiste.
Mongabay Latam navegó un sector del Napo por tres días y visitó algunas de las comunidades acorraladas por la minería ilegal.

El silencio se instala nuevamente en la lancha. Algunos pasajeros se acomodan para seguir durmiendo. La escena no llama su atención, están acostumbrados a esa dinámica. “Muchos de los que trabajan en minería ilegal se hospedan en Santa Clotilde”, comenta casi susurrando Betty Rubio, presidenta de la Federación de Comunidades Nativas del Medio Napo Curaray y Arabela (Feconamncua), quien está decidida a darle batalla a la minería ilegal.

“Hemos denunciado a los dragueros ante la Fiscalía. Nos preocupa porque cada vez aumentan más. Nosotros vivimos del río y del bosque, pero ahora, cuando salimos a pescar ya no encontramos nada, solo pescados flacos sin gusto y sin sabor”, reclama Betty.

Los ‘peque peque’, esas pequeñas canoas artesanales que navegan por las cuencas amazónicas, han sido adaptadas por los mineros ilegales para desarrollar una nueva y peligrosa modalidad que es capaz de cubrir espacios mucho más amplios y que les brinda mayor movilidad para escabullirse ante de la presencia de la Policía o de la Capitanía de Puerto de Iquitos.

Sobre esos dos pequeños botes, que lucen algo endebles, se construyen e instalan las máquinas que utilizan los mineros para succionar los bancos de arena y sedimentos del fondo del río en busca del preciado metal. Hay lugar para una draga y en el reducido espacio que queda se las arreglan para vivir. La ropa tendida, alimentos y combustible quedan expuestos sobre la plataforma. 

Si bien las primeras ‘peque-dragas’ aparecieron hace más de cinco años, esta modalidad ha crecido hoy en el Napo y está expandiéndose en el río Curaray y en el Mazán.

“No hay autorización de extracción de oro aluvial ni en el Napo ni en ningún otro río porque está prohibido, es ilegal”, indica el director regional de Energía y Minas de Loreto, Ruller Cárdenas, en una entrevista con Mongabay Latam.

Lea el artículo completo en: El Comercio (Perú)


4 de abril de 2019

La Unión Europea prohíbe los plásticos de un solo uso a partir del 2021

Este jueves, con 560 votos a favor, 35 en contra y 28 abstenciones, el Parlamento Europeo ha aprobado prohibir a partir del 2021 los plásticos de un solo uso. Platos, cubiertos, pajitas, bastoncillos de algodón y envases de poliestireno para comida serán retirados del mercado para reducir su impacto en el medio ambiente.


Según cálculos de la Unión Europea, alrededor de 10 millones de toneladas de basura acaban en los océanos. Un 80 % de esta es plástico, y, de ese porcentaje, un 70 % corresponde a este tipo de productos.

La nueva normativa establece un objetivo de recuperación del 90 % de botellas de plástico en el año 2029. Una tarea ambiciosa, dado que en el mundo se compran un millón de botellas cada minuto, de las cuales apenas el 50 % se destinan a reciclaje, a pesar de ser un producto que puede ser reciclado hasta 20 veces sin que pierda sus propiedades.

La grave amenaza de la contaminación plástica

Un país de la extensión de Argentina podría ser cubierto en su totalidad con la cantidad de residuos de plásticos existentes en el mundo.

Europa quiere ponerle freno a este tsunami de contaminación, que finalmente acaba en nuestras mesas ya que su degradación es lenta. Hablamos de nada menos que 5,2 billones de partículas de plástico con un peso de 250.000 toneladas flotando en el mar. Dado su tamaño, las micropartículas se confunden con plancton y son ingeridas por animales marinos y peces.

Lea el artículo completo en RT Actualidad 

16 de marzo de 2019

UNMSM: Diminutas algas pueden ayudar a descontaminar los lagos del país

Biólogos de la Universidad de San Marcos trabajan en un experimento que consiste en recolectar las microalgas para luego fortalecerlas con nitrógeno, fósforo y potasio para que combatan a los contaminantes en los lagos y ríos.

Estas pequeñas algas podrían salvar los lagos de Perú de la contaminación. (Foto: AFP)

Unas pequeñas algas verdes pueden ayudar a purificar las aguas de los lagos de nuestro país, contaminados con residuos minerales. 

Un equipo de nueve biólogos desarrolla un experimento consistente en la recolección de microalgas, que luego son fortalecidas con nutrientes y oxígeno en un laboratorio de Lima, para después ser llevadas de vuelta a lagos y ríos contaminados por la minería para purificar sus aguas.

"Estas microalgas recibieron por casi dos años nutrientes para fortalecerlas con el objetivo que puedan absorber los contaminantes minerales", explica Enoc Jara Peña, jefe de este equipo de investigación de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos , la más antigua de América. 

Los nutrientes son nitrógeno, fósforo y potasio, y fortalecen a las microalgas para que combatan a los contaminantes y tengan una reproducción más rápida. 

"Los trabajos ahora están centrados en la reproducción masiva de las fortificadas microalgas", dice Jara, quien desde hace una década investiga el uso de hongos, plantas o enzimas para restaurar suelos y aguas. 

El científico explica que estas microalgas pasaron su prueba de fuego al vencer "en dura lucha" a microorganismos que contaminaban el lago Junín y que los biólogos habían llevado al laboratorio limeño para la investigación. 

El lago más contaminado

El lago Junín o Chinchaycocha está situado a unos 200 kilómetros al noreste de Lima, a 4,000 metros de altitud, y es el segundo más grande de Perú después del Titicaca.

De 530 kilómetros cuadrados, es el lago más contaminado en el país por residuos de minerales. 

Luego de ser reproducidas y fortalecidas las algas en Lima en recipientes con aguas contaminadas del Junín, se realizará una segunda etapa cerca del lago.

Los científicos montarán un laboratorio para conseguir toneladas de microalgas, que luego serán vertidas al lago. Después se realizará el seguimiento y evaluaciones para ver los avances en el proceso de descontaminación. 


 

15 de marzo de 2019

9 de las 10 ciudades más contaminadas de Sudamérica están en Chile

La única del lamentable top ten que no pertenece a Chile es Lima, la capital de Perú. En Norteamérica las ciudades más contaminadas son mexicanas. 


De las 10 ciudades sudamericanas más contaminadas del mundo, 9 son chilenas. Según un informe de Greenpeace y AirVisual que mide el índice de calidad del aire con base en los niveles de partículas finas conocidas como PM2,5, la contaminación en estas urbes puede llegar a ser no saludable en algunos meses del año.

En comparación con las ciudades más contaminadas del mundo –7 de las 10 primeras son de India– la calidad del aire en Sudamérica es mucho mejor. En Gurugram, India, el índice de calidad es de 135,8 casi tres veces más que el nivel que la agencia de protección ambiental de EE.UU. (EPA, por sus siglas en inglés) considera saludable. Por su parte, la calidad en Padre las Casas, una ciudad en el sur de Chile, es en promedio de 43,3, lo que se considera no saludable para grupos sensibles.

Sin embargo, según el reporte, de abril a agosto, la calidad del aire en esta ciudad en la región de la Araucanía llega a niveles no saludables. Para Coyhaique, más al sur en Chile, la calidad del aire en junio alcanza niveles muy poco saludables.

La única ciudad no chilena en el top 10 es Lima, capital de Perú, que en promedio tiene un puntaje moderado de contaminación 28, pero que en mayo y junio registró niveles no saludables para grupos sensibles.

Lea el arículo completo en CNN Chile

google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0