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19 de noviembre de 2019

10 cosas que cambian tu cerebro (02/10): Leer novelas


“Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”, sentenciaba Jorge Luis Borges. Y la neurociencia ha demostrado que, al menos a nivel cerebral, el escritor argentino estaba en lo cierto.  

Ciertas estructuras cerebrales se transforman cuando leemos. Las conexiones de las neuronas del lóbulo temporal izquierdo, vinculado al lenguaje, y las del surco central del cerebro, relacionado con las sensaciones físicas motoras, aumentan tras la lectura de una novela de ficción como “Pompeya”, de Robert Harris, según un estudio del que se hacía eco la revista especializada Brain Connectivity. Y otro trabajo dado a conocer en Psychological Science sugería que devorar las obras de Frank Kafka y de otros autores surrealistas crea nuevos patrones cerebrales que nos hacen más inteligentes.
 
Importa el género que leas 
 
No es lo mismo leer una novela de aventuras que un texto sobre derecho penal para el cerebro. “Las novelas activan regiones que no solo interpretan los símbolos, también estimulan la imaginación o la acción motora. Es a lo que llamamos “meterse en un libro”, explica el neurólogo. 

"En la lectura hay dos aspectos importantes: uno referido a la complejidad sintáctica -que descodifica el lenguaje- y el otro al pensamiento simbólico o la narrativa que tiene la propia lectura”.

Crea más conexiones cerebrales
 
Leer nos modifica el cerebro de manera favorable. En un estudio del neurocientífico Alexandre Castro-Caldas y su equipo de la Universidad Católica Portuguesa, demostraron que esta actividad tenía repercusiones anatómicas pues las fibras nerviosas que unen ambos hemisferios son más gruesas en los lectores habituales que en los analfabetos.

“Aquellas personas que leen presentarán el mismo número de neuronas, pero mayor número de conexiones más eficientes”, sentencia García Ribas. 

“Esto implica aumentar nuestra reserva cognitiva ante el envejecimiento o enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. A mayor reserva notaremos después o evitaremos los efectos de estas dolencias, es decir, que se manifestarán más tarde”, concluye.

La lectura los cimientos del aprendizaje
 
Como pedagogo, Giner Tarrida, considera que no solo se debe tener una lectura mecánica, sino también comprensiva que te ayude a entender los mensajes subliminales y la riqueza del texto. “Aparte del acto mecánico e imprescindible en sí, ahora se está incidiendo más en la comprensión holística”, sentencia.

“Una de las mayores riquezas de la lectura es poder imaginar lo que estás leyendo a través de imágenes. Además, es una actividad que conecta con todo el resto de aprendizajes que poseemos”, continúa. 

Y es que la imaginación es tan poderosa que con solo leer un verbo que implique una acción, también se activan regiones encargadas del movimiento, tal y como demuestran muchas resonancias magnéticas funcionales de algunos estudios. “Esto implica que hay una conexión entre las zonas de la interpretación de los símbolos y otras, como la del movimiento, que hasta ahora desconocíamos”, concluye García Ribas.

Leer mejora la memoria 

La lectura retrasa el deterioro que sufre el cerebro con el paso de los años y ejercita nuestra memoria al hacer que el cerebro almacene nueva información constantemente: historias,personajes, lugares, expresiones..  Además, esta información va acompañada de las emociones que nos produce leer la historia, y toda emoción favorece que los recuerdos perduren más tiempo y con mayor claridad en nuestro cerebro. Tal es así,  que una investigación realizada en el Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago concluía que las personas que realizaban actividades estimulantes como la lectura, tanto de niños como de adultos, tenían una disminución de la memoria mucho menor que aquellos que no leían nunca.

La lectura reduce el estrés

Leer por placer nos ayuda a reducir el estrés, incluso más que escuchar música o hacer ejercicio. Cuando leemos, habitualmente nos sumergimos en una historia. Durante unos minutos nos olvidamos de nuestra propia vida y pasamos a vivir la de otra persona, la de los protagonistas de nuestro libro. Esto nos permite desconectar, dejar de pensar en nuestros problemas y dejamos de preocuparnos.

¿Puede un adulto aprender a leer?

Definitivamente. Se puede aprender durante toda la vida. Se puede llegar a ser alfabetizado en cualquier momento, sólo que se hace más difícil. El cerebro plástico de un niño hace que el aprendizaje del lenguaje oral y escrito sea más fácil que con el adulto.

¿Hay una edad mínima para aprender a leer?

Los niños en casi todo el mundo aprenden a leer entre los 5 y los 7 años. No existe un acuerdo al respecto. En Gran Bretaña, los niños comienzan a leer y a escribir a los 5 años, en China empiezan a leer a los 3 y a escribir a los 6, y en Finlandia, uno de los países en los que siempre destaca sus sistema educativo, los niños no comienzan a leer y escribir hasta los 7 años.

¿El mecanismo para aprender a leer es igual en todas las personas?

Existe un mismo cerebro para todas las razas pero el cerebro para la lectura es diferente según los diversos sistemas de escritura. El alfabeto chino es diferente al inglés. Incluso dentro de los alfabetos hay diferencias. Por ejemplo, por los regulares que son el alemán, italiano, holandés se hace más fácil y los circuitos cerebrales son ligeramente diferentes a los del francés o el inglés.

Y con el idioma chino habrá más corteza visual en ambos hemisferios porque tiene 5000 caracteres para reconocer. El circuito del cerebro para la lectura refleja los requisitos del sistema de escritura.

Con información:

La Vanguardia

BBC Mundo

RTVE

Hola

12 de noviembre de 2019

Harvard: Cómo llevar una alimentación sana ¡recetas con platos peruanos!



La pirámide nutricional, aquella que que mostraba en su base una gran cantidad de carbohidratos no va más. Ese esquema ha quedado obsoleto y la recomendación moderna apunta al consumo de verduras y frutas frente a otros grupos de alimentos. Leiste bien: frutas y verduras.



Esa es la propuesta de los expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, quienes diseñaron el Plato para Comer Saludable que es una guía para una alimentación balanceada. 

La mitad del plato con frutas y/o verduras

Si la pirámide nutricional del pasado nos indicaba que nuestro almuerzo podía contener hasta un 55% de carbohidratos, el esquema de Harvard revela que la mitad del plato debe estar compuesta por frutas y verduras. Sí, tenemos que ovidarnos del arroz, y eso no será fácil para nosotros los peruanos que acompañamos casi todos nuestros platos con arroz.

Algo más a tener en cuenta: la papa, en cualquiera de sus presentaciones, no es considerada un verdura. Así que también nos debemos ir olvidando de las papas. ¡Auch! ¿Eso sí dolió, verdad?

La nutricionista dietista Carla Torres Fernández–Cabero destaca que los vegetales y frutas constituyen una fuente importante de fibra, que se encarga de regular el colesterol y la glucosa en la sangre, favoreciendo el movimiento intestinal y la salud del colon, además de brindarnos un efecto de saciedad muy elevado.

La otra mitad del plato con proteínas y carbohidratos

Siguiendo con las recomendaciones el resto del plato deberá contener un cuarto de proteínas y el otro cuarto será de carbohidratos. ¡Ajá! ¿Eso quiere decir que aún puedes disfrutar de mi tan querido arroz?

Pues sí, pero también no. Primero el arroz ya no debe ocupar la mitad del plato sino la cuarta parte del pato. Y segundo: tendrás que elegir mejor entre las opciones de carbohidratos, pues se recomienda evitar el pan blanco, el arroz blanco y otros granos refinados que tienen un efecto en el azúcar de la sangre y la insulina. En cambio, será mejor optar por los granos integrales e intactos – trigo integral, cebada, granos de trigo, quínua, avena, arroz integral- y las comidas preparadas con estos ingredientes, como pasta de trigo integral.

“Lo que se promueve es que las personas elijan las opciones más sanas dentro de cada grupo de alimentos. Con la antigua pirámide, el consumidor se confundía y pensaba que comer 2 porciones de arroz blanco, 2 de pasta y 2 de panes al día era saludable”, explica la nutricionista Anunziata Morris. 

Adicionalmente, el Plato para Comer Saludable de Harvard plantea mayor variedad de colores en nuestro menú del día y el consumo de agua en vez de otras bebidas azucaradas, nada de gaseosas señoras y señores.

Platos peruanos y saludables

¿Podemos adaptar esta propuesta a lo que comemos habitualmente en el Perú? 

Sí, con un gran número de nuestros paltos es bastante viable, debido a la gran riqueza de productos alimenticios en el país. El mayor obstáculo es que muchos peruanos no saben organizar los alimentos, según corresponda, al grupo de proteínas, carbohidratos o si contienen vitaminas, minerales o fibras.
 
En Conocer Ciencia les damos los siguientes tips para prepapara almuerzos balanceados:

a) Rediseñando el pescado frito:

1/4 plato con bonito frito, 1/4 plato con quinua (o arroz blanco o yuca sancochada) y1/2 plato con ensalada fresca (lechuga, pepinillos, rabanitos con zumo de limón).

Bebida: limonada. Fruta: manzana, papaya.

b) Rediseñando el arroz con pollo

1/4 plato con una pieza de pollo, 1/4 plato con arroz verde y 1/2 plato con ensalada fesca (lechuga, pepinillos, alverjas, zanahoria, pimiento).

Bebida: chicha morada. Fruta: manzana, naranja, kiiw.

c) Picante de cuy

1/4 plato con una pieza de cuy, 1/4 plato con trigo pelado o papas sancichadas y 1/2 plato con ensalada fresca y 1/2 plato con sarsa criolla (cebolla, limón, ají limo, culantro y perejil picado).

Bebbida: chicha de jora, cerveza rubia o roja. Fruta: uvas ngreas o verdes, capulí, sandía.

d) Lomo saltado

1/4 plato con las presas del lomo saltado, 1/4 plato con papas fritas o arroz blanco y 1/2 plato con verduras salteadas o al vapor (cebolla, tomate, ají amarillo, cebolla china).

Bebida: agua de maracuyá o chcicha morada. Fruta: manzana, sandía, plátano.

e) Ají de gallina

1/4 plato con ají de gallina (receta tradicional), 1/4 plato con arroz blanco y 1/2 plato con ensalada de lechuga, tomate, aceitunas verdes y negras. 

Bebida: agua de cebada o de carambola. Fruta: mandarina, naranja o piña.

f) Tacacho

1/4 plato con carne de cerdo (cecina), 1/4 plato con tacacho (plátano verde y manteca) y 1/2 plato con ensalada de cocona, cebolla y limón.

Bebida: camu-camu, cocona o aguaje. Fruta: mango, naranja o mandarina.

g) Tacu Tacu

1/2 plato con el tacu tacu (1/4 de arroz con frejol y 1/4 con la carne de su preferencia), 1/2 plato con ensalada criolla (lechuga, cebolla y ají aliñados con sal, pimienta y limón)

Bebida: limonada, maracuyá o cerveza. Fruta: mango, mandarina, naranja o piña.

h) Sudado de pescado

1/4 plato con pescado, 1/4 plato con quinua guisada y 1/2 plato con ensalada 

Bebida: chcicha morada, limonada. Fruta: manzana, papaya

i) Pollo frito con quinua

1/4 plato con pechuga de pollo, 1/4 plato con quinua guisada y 1/2 plato con ensalada: brócolí, col y zanahoria rallada.

Bebida: agua de cebada, agua de beterraga. Fruta: arándanos, uvas, aguyamanto, kiwi.

j) Estofado de pollo

1/4 plato con una pieza de pollo, 1/4 con papas del guiso y 1/2 plato con verduras: lechuga, zanahoria, pimiento, alverjas.

Bebida: chcicha morada, emoliente, agua de piña Fruta: plátano, chirimoya, lúcuma.


Bien, la idea debe quedar clara: la mitad del plato con frutas y verduras.

Y se deben descartar las ensaladas que contienen aliños basados en grasas saturadas. Mejor dicho, plantea medirnos en el consumo de la conocida ensalada rusa o aquella de papa con mayonesa, que es tradicional de las fiestas navideñas. 

También desataca que la fruta debe ir incorporada en las tres comidas del día y no necesariamente solo como postre. Es necesario incluirlas en las ensaladas o en la avena del desayuno.

Además, se debe tener en cuenta que no será lo mismo una alimentación para quienes estudian, trabajan y tienen labores en casa con relación a alguien que tiene una actividad más sedentaria. Como respuesta a ello, Torres Fernández-Cabero dice que es necesario asistir a una consulta nutricional al menos una vez al año para conocer la cantidad de calorías que debemos consumir en el día.

También se podría errar a la hora de consumir determinada cantidad de grasa buena, porque podría consumirse en exceso (riesgo cardiaco y exceso de calorías que llevan al sobrepeso) o, por lo contrario, a tener una deficiencia.

Queda claro que ajustarse a este tipo de alimentación no significa en la práctica una alteración profunda a lo que ya venimos consumiendo. Solo se trata de redistribuir las cantidades de algunos grupos de alimentos, para gozar de una vida saludable

Mag. Leonardo Sánchez Coello
Director de la UGEL de Ocros (Ancash)
 

Con información de: Gestión (Perú) Vive Tranquilo y Harvard

Los hongos solo tienen sexo si han comido y están a oscuras

Los hongos tienen hambre no se reproducen sexualmente. Sí, así es, y este descubrimiento podría ayudar a combatir patógenos micóticos al interferir en su evolución, según un estudio científico publicado este lunes en la revista PLOS. 


Esta investigación encaró “problema fundamental de la biología básica que puede tener repercusiones en el control de los hongos que causan enfermedades tanto en humanos como en las plantas”, señaló Gustavo Goldman de la Universidad de Sao Paulo (Brasil).

El equipo investigador, que incluyó a científicos de las Universidades de Sao Paulo y de Bath (Reino Unido), logró caracterizar por primera vez a un grupo de receptores único para los hongos, que les impiden reproducirse sexualmente.

El blanco de esta investigación fue el hongo Aspergillus nidulans que solo tiene sexo cuando está bien alimentado y se encuentra a oscuras. La reproducción sexual recombina el ADN de los progenitores para crear una descendencia genéticamente diversa que se disemina rápidamente en el entorno como esporas.

Esta diversidad y esta capacidad para propagarse son factores importantes en la adaptación de los hongos a ambientes nuevos, ya sea para la difusión de enfermedades o en la evolución de su resistencia a los fungidas.

Este artículo se elaboró con información de: La República (Perú), Deustche Well y Televisa


Mercurio en el pescado: ¿cuánto atún puedo comer a la semana?

El atún rojo es uno de los pescados con mayor acumulación de mercurio, por ello conviene consumirlo con moderación.

¿De dónde procede el mercurio del pescado? 

Hasta que apareció la mano del hombre, el mercurio llegaba al mar únicamente por las erupciones volcánicas o por la erosión de las rocas por el agua y el viento. Actualmente, al explotar el mercurio como materia prima también se vierten sus residuos al mar. Es importante diferenciar el mercurio inorgánico del mercurio orgánico, que es más tóxico. Cuando las bacterias reaccionan con el mercurio lo convierten en metilmercurio y esta nueva molécula acaba formando parte de la carne de los peces.

No todos los peces son iguales

Por suerte, no todos los pescados presentan la misma cantidad de mercurio. El factor principal es su cantidad de grasa. Esto se debe a que el mercurio «se pega» mejor a la grasa que a otras zonas del cuerpo del animal. Así, los pescados azules, que tienen más grasa, pueden contener más mercurio. Por otro lado, en cuestión de peces y mercurio, el tamaño sí importa. Ya sabemos que pez grande se come al pez chico. Y si el pez chico tiene mercurio y el pez grande se come muchos peces chicos... al final son los grandes depredadores los que van más argados de mercurio. 

¿Con qué pescados tenemos que tener más precaución?

Se clasifican como «con alto contenido en mercurio» únicamente cuatro especies: el pez espada o emperador, el lucio, el tiburón (cazón, marrajo, mielgas, pintarroja y tintorera) y el atún rojo, que ahora se consume de formas como el tataki, el tartar o el sushi. Esto debe tenerse en cuenta especialmente en los niños. 

¡Importante! Cuando hablamos de atún rojo no nos referimos al atún en conserva, que generalmente es atún claro o bonito del norte. 

Como especies «con bajo contenido en mercurio» se consideran gran parte de las de de consumo muy frecuente como salmón, sardina, palometa, trucha, anchoa, dorada, lubina, merluza, pulpo, sepia, chipirón o mejillón.

¿Qué consecuencias tiene consumir mercurio en exceso?

El metilmercurio es una neurotoxina que afecta al sistema nervioso central en desarrollo, de ahí que el feto y los niños más pequeños sean los más sensibles a este metal. Esto ocurre porque es lipofílico, le gusta la grasa, y hace que pueda atravesar fácilmente la placenta y la barrera hematoencefálica. También se han observado efectos sobre la ganancia de peso, la función locomotora y la función auditiva.

En resumen: comer pescado es seguro.

No solo es seguro sino que también es recomendable y se aconseja consumirlo varias veces por semana. El consumo de alrededor de una o dos raciones de pescado/marisco por semana y hasta tres o raciones por semana durante el embarazo se asocia con mejores resultados funcionales del neurodesarrollo en los niños en comparación con la ausencia de consumo. Y en adultos, con un menor riesgo de mortalidad por enfermedad cardiaca coronaria. 

Por tanto no te hagas muchos problemas con el consumo de pescado. Solo hay que tener precaución con las especies citadas, y... ¡a disfrutar de lo que nos trae el mar!

Con información de:

El País (España)

El Mundo (España)
 

11 de noviembre de 2019

Científicos de IMUGENE descubren un virus que mata todos los tipos de cáncer conocidos

Los científicos de la farmacéutica Imugene, empresa que trabaja en inmunoterapia contra el cáncer, revelan cómo actúa este nuevo virus concebido en un laboratorio.

Señalan que pronto empezarán a hacer pruebas en humanos.


Un equipo de científicos liderados por Yuman Fong ha diseñado un nuevo virus basado en la viruela de la vaca, el cuál ha demostrado tener la capacidad de eliminar células que producen todos los tipos conocidos de cáncer.

El tratamiento se llama CF33, y ha sido desarrollado por la empresa australiana de biotecnología Imugene, que ha autorizado su innovación para combatir el cáncer. La vacuna es un virus de ADN bicatenario de la familia Poxviridae.


Después de que el profesor Fong realizó una serie de estudios y diseñó el virus, se comprobó que podía reducir toda clase de tumores en ratones. Por ello, viajó a Australia para planificar las pruebas en humanos, que estiman que comenzarán a principios del año 2020.

En décadas pasadas se utilizaron virus para el cáncer, pero fracasaron porque eran demasiado tóxicos. Otros tratamientos solo pueden tratar tipos de cáncer en células específicas como la piel o el tejido hepático. “El problema era que si se lograba que virus fuera lo suficientemente tóxico como para matar el cáncer, preocupaba que también matara al hombre”, advirtió Yuman Fong.

Al parecer estamos cerca a la cura para el cáncer, pero la gran pregunta es ¿los costos de esta medicina serán elevados o estarán al alcance de todos los bolsillos? Si los precios son elevados este medicamento estaría fuera del alcance de las grandes mayorías. 

Con información:



17 de septiembre de 2019

Pioneras de la ciencia (07/08): Nettie Stevens (1861-1912)


Para definir lo esencial de la bióloga Nettie Maria Stevens (7 de julio de 1861 – 4 de mayo de 1912) bastan dos ideas: descubrió que el sexo viene determinado por los cromosomas; y a pesar de la inmensa relevancia de su hallazgo, hoy apenas se la recuerda. El caso de Stevens es el de una carrera fulgurante e intensa, pero efímera. Nacida en Vermont (EEUU), en su biografía solo destaca su empeño de dedicarse a la investigación citogenética, para lo que tuvo que abrirse en  un mundo dominado por científicos varones. 

Efraïm Stevens, padre de Nettie María, era un humilde carpintero que, a pesar de su situación económica, trabajó duro para que sus dos hijas pudieran recibir una buena educación.

El sueño de Nettie, estudiar en la universidad, estaba muy lejos. Para conseguirlo, trabajó durante años como profesora y bibliotecaria hasta poder ahorrar el dinero suficiente. En 1896, cuando ya tenía treinta y cinco años, Nettie se matriculó en la Universidad de Stanford. Con el cambio de siglo ya se había licenciado y redactado su tesis doctoral.

Ingresó a la Universidad de Stanford (California) a los 35 años y culkminó su doctorado a los 42.  Por desgracia, la vida no le concedió mucho más tiempo: a los 50 años su carrera quedó truncada por un cáncer de mama.

Entre 1901 y 1902 viajó a Europa donde trabajó en la Estación de Zoología de Nápoles y luego en el laboratorio de Theodor Boveri, quien por entonces investigaba el rol de los cromosomas en la herencia, y donde se presume Nettie encontró su vocación por la genética.


Su inteligencia sobresaliente fue reconocida, pero no tanto sus logros. Buscando la clave de la determinación del sexo, que el pensamiento de entonces atribuía a factores ambientales, Stevens descubrió que los machos del escarabajo de la harina llevaban un cromosoma “accesorio” más corto; hoy lo conocemos como Y. 

Al estudiar al gusano de la harina, Nettie descubrió que las hembras sólo producían células X, mientras que el macho producía X e Y. Tras el análisis de 50 especies de escarabajos y nueve de moscas, publicó en 1905 Studies in Spermatogenesis with Special Reference to the “Accessory Chromosome” donde constató, por primera vez en la ciencia, que los cromosomas son parejas de células, donde si el óvulo fecundado por un espermatozoide portador del cromosoma X daría como resultado una hembra, y si era portador de Y el resultado sería un macho. Hasta ese momento la ciencia determinaba que los cromosomas eran largos bucles, mientras que la teoría de Stevens los propuso como parejas de células.

En 1905 Stevens escribía que esta diferencia, el cromosoma Y, era la responsable de la determinación del sexo. El mismo año, Edmund Beecher Wilson publicaba una idea similar, aunque sus insectos carecían de cromosoma Y.

Sin embargo, tanto Wilson como Thomas Hunt Morgan, supervisor de Stevens, no estaban convencidos de que los factores ambientales no tuvieran cierta influencia. Para demostrar que el sexo dependía sólo de los cromosomas, Stevens estudió las células de 50 especies de escarabajos y nueve de moscas. 

Pero cuando el cáncer se la llevó, aún no había conseguido que su visión se impusiera, y la mayor parte del reconocimiento fue para Wilson. Hoy se reivindica el trabajo de Stevens, al cual hay que añadir una curiosidad: a Morgan, premio Nobel en 1933, se le considera el fundador de los estudios genéticos con la mosca de la fruta Drosophila melanogaster, utilizada hoy por miles de investigadores. Pero quien llevó por primera vez esta especie al laboratorio de Morgan fue una estudiante suya llamada Nettie Stevens.

Fuente: Open Mind

EcuRed

Mujeres bacanas

20 de agosto de 2019

“Las plantas están estresadas, florecen en épocas en las que no toca”

Botánica y genetista del Instituto Salk, es una de las ganadoras del Premio Princesa de Asturias de Investigación por su revolucionario proyecto sobre el empleo de cultivos en la reducción de CO2 


Joanne Chory cree que una de las herramientas más efectivas para frenar el cambio climático está delante de nosotros. No hay que fabricar nada. Es algo que naturalmente se lleva perfeccionando millones de años y solo hay que dirigir el proceso un poco para que tenga un importante impacto en la reducción de CO2 . Con una modificación genética, las plantas pueden desarrollar raíces más duras y profundas que contengan parte del CO2 que normalmente expulsan a la atmósfera al pudrirse. A gran escala, si se aplica en los grandes cultivos de cereal en el mundo, podría reducir en un 20% la emisión de dióxido de carbono que está provocando el cambio climático. La idea de Chory (Boston, 63 años) le ha valido el Premio Princesa de Asturias de Investigación de este año. Chory recibió a EL PAÍS en su despacho del Instituto Salk en La Jolla, California. Los síntomas del párkinson que le diagnosticaron hace 15 años son ya muy visibles. Aun así, sigue acudiendo a diario a trabajar. Si acaso, es un estímulo para correr más deprisa en la batalla por el planeta.

PREGUNTA. Cuando empezó a estudiar la genética de las plantas, hace 30 años, el calentamiento global solo lo estudiaban los expertos en el clima, no preocupaba a otras disciplinas.
RESPUESTA. Sí, el resto de la comunidad científica estaba dormida. Los periódicos apenas hablaban de ello. El debate estaba circunscrito a la climatología. Como en todo, en la ciencia hay un mainstream. No sé de quién es la culpa, o si hay una culpa. Quizá la gente no tenía suficiente información para darse cuenta de que el problema lo estábamos causando nosotros.

P. ¿Qué efecto tiene el cambio climático en las plantas?
R. Todas las plantas están estresadas. Es fácil de ver desde hace 20 años. Yo lo noto en mi jardín: todo florece cuando no toca. Tengo una magnolia china que está dando flor en medio del invierno, no tiene ningún sentido. Y luego se muere en verano, cuando debería estar verde y bonita. Suelo decir que mi magnolia vive en la zona horaria de China y tiene jet lag.

P. Su proyecto en cuestión, ¿cómo favorece que las plantas participen en la lucha contra el cambio climático?
R. El objetivo es ayudar a las plantas a redistribuir parte del dióxido de carbono que absorben normalmente con la fotosíntesis. Es decir, toman CO2 del aire y agua de la tierra, y por medio de la fotosíntesis lo convierten en azúcares. Cuando la planta muere, esos azúcares vuelven a la atmósfera transformados de nuevo en dióxido de carbono. Nuestro proyecto trata de que la planta guarde ese CO2 en una parte que sea resistente a la descomposición. Los niveles de CO2 son más altos en invierno, cuando sucede la descomposición, y más bajos cuando las plantas están creciendo. Eso nos indica que hay una forma de facilitar que las plantas ayuden a reducir el dióxido de carbono.

P. ¿Cómo son esas plantas modificadas?
R. Tienen raíces más profundas y producen más suberina, que es básicamente corcho. Ahí almacenan carbono. En sequías, eso evita que se seque la planta. Y si hay mucha agua evita que se ahogue. Le hacemos fabricar más corcho, en raíces más grandes y más profundas. La planta absorbe la misma cantidad de CO2, y nuestro trabajo afecta solo a la manera en que lo distribuye. En vez de ponerlo en las hojas, que se descomponen y lo devuelven a la atmósfera, lo ponemos en ese tejido, dentro del suelo y estable. Para reducir el nivel de dióxido de carbono de la atmósfera puedes utilizar máquinas muy grandes y caras. O puedes dejar que las plantas hagan lo que saben hacer y llevan perfeccionando durante 500 millones de años. Solo queremos entrenarlas para que una parte del CO2 lo entierren en lugar de soltarlo todo a la atmósfera.

El artículo completo en: El País (Ciencia)
 

10 de junio de 2019

Edvard Moser, el Nobel que descubrió el GPS de nuestros cerebros

El paciente HM

Cuando tenía 7 años, Henry Molaison se dio un golpe en la cabeza y se fracturó el cráneo. 

Tres años después empezó a tener unas convulsiones que cada vez se volvieron más intensas y frecuentes, a pesar de la medicación.

Para cuando cumplió los 27 años ya no podía tener una vida normal.

Es por eso que, en 1953, Molaison aceptó formar parte de un procedimiento experimental en el que le extirparon los dos hipocampos del cerebro.

La operación funcionó y el hombre dejó de tener convulsiones. Incluso su coeficiente intelectual aumentó.

Pero entonces los médicos se dieron cuenta de que, en el proceso, habían dañado su memoria. El joven no podía recordar si había desayunado o cómo llegar hasta el baño.

Olvidaba las caras y nombres del personal médico y, lo que era más perturbador, debían decirle una y otra vez que su tío había muerto.

El trágico desenlace de su cirugía dio inicio a cinco décadas de estudios que lo inmortalizaron como el paciente "HM", el más famoso de la historia de la neurociencia.

Molaison no llegaría a verlo, pero su caso derivó en un descubrimiento crucial sobre el funcionamiento del cerebro y la memoria.

No en vano le valió el premio Nobel de Medicina al neurocientífico noruego Edvard Moser.


Filosofía y ciencia

"El espacio y tiempo son propiedades totalmente fundamentales de nuestra propia experiencia subjetiva", dice Edvard Moser.

"Es difícil mantener cierto entendimiento del mundo si no podemos colocar las cosas en algún lugar del espacio y organizar los eventos en un tiempo", agrega.

"Por eso, cuando estas habilidades se pierden, de alguna manera nos perdemos a nosotros mismos".

La propia Academia Sueca reconoció al anunciar su premio en 2014 que había logrado resolver "un problema que ha ocupado a filósofos y científicos durante siglos".

El GPS del cerebro
 
"El premio Nobel fue por descubrir las células que forman parte del sistema que nos permite saber dónde estamos y encontrar el camino" para ir de un lugar a otro, explica Moser.

En otras palabras, se trata de células que funcionan como el "GPS interno" del cerebro.

Pero el galardón no lo recibió en solitario, sino que lo compartió con el estadounidense John O'Keefe y la noruega May-Britt Moser.

El apellido Moser no es una extraña coincidencia.
Edvard y May-Britt no solo forman parte del selecto club de los laureados por la Academia Sueca, sino que además son parte de uno todavía más reducido: el de los cinco matrimonios Nobel.

Un camino difícil

A pesar de no haber crecido en una familia ni un lugar con tradición académica (un poblado de 500 habitantes en Noruega), a través de su ávido consumo de libros descubrió la ciencia y se apasionó por ella.

Cumplió con el servicio militar obligatorio, hizo algunos cursos de matemáticas y estadística, se doctoró en neuropsicología y comenzó un periplo internacional por distintos laboratorios.

"Creo que venir de un lugar donde no había nada más me ayudó a tener una perspectiva diferente y original sobre los problemas".

A lo largo de esos años, May-Britt se convertiría en su esposa, pero también en su compañera de investigación y cofundadora del Instituto Kavli para Sistemas de Neurociencia en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología en Trondheim, en el centro del país.

Y si bien los Moser ahora están divorciados, sus carreras siguen profundamente interrelacionadas.

Espacio y tiempo

"El intrincado sistema de mapeo del espacio que derivó en el descubrimiento de la célula red en 2005 y el premio en 2014 fue apenas el principio", afirma Moser.

En estos años, por ejemplo, descubrieron que esas células "no solo se encargan del espacio, sino también del tiempo, por lo que hay un cambio a medida que el tiempo pasa".

"Ahora sabemos también que el espacio y tiempo son elementos de los recuerdos que son almacenados en este sistema".

Hasta han dado inicio a lo que llaman la "fase dos" de sus investigaciones: "Entender la enfermedad de Alzheimer y, ojalá, contribuir al desarrollo de algún tipo de tratamiento".
"El área del cerebro que contiene todas estas células especializadas y registra el pasaje del tiempo suele ser la primera área que se daña en el alzhéimer", dice el Nobel.

Esta enfermedad, que aún no tiene cura, afecta a entre el 60 y 70% de personas con demencia, que son nada menos que 50 millones alrededor del mundo, según la Organización Mundial de la Salud.

Tomado de BBC Mundo

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