Un grupo de jóvenes peruanos ha creado platos biodegradables a base de hojas del plátano para así reducir la contaminación ambiental ocasionada por el uso excesivo del plástico.
16 de diciembre de 2019
Perú: Crean platos biodegradables a base de hojas de plátano
Un grupo de jóvenes peruanos ha creado platos biodegradables a base de hojas del plátano para así reducir la contaminación ambiental ocasionada por el uso excesivo del plástico.
24 de agosto de 2019
Junín (Perú): la primera región en prohibir envases de plástico de un solo uso
Por unanimidad, el pleno del Consejo Regional de Junín aprobó el proyecto de ordenanza que prohíbe los envases de plástico de un solo uso, al igual que los recipientes o envases descartables, en esta región, se informó este 22 de mayo de 2019.
Reglamentarán medida
Envases biodegradables
31 de enero de 2019
Basureros biodegradable en playas del Perú
Durante este verano, varias playas de Lima contarán con basureros biodegradables diseñados en forma de pez construidos totalmente con bambú.
El primero de estos 15 contenedores ecológicos fue colocado en La Punta. La idea partió del científico peruanao Marino Morikawa cansado de ver como las playas se llenan cada verano de toneladas de desperdicios olvidados por los propios bañistas.
Cinco metros de largo. Dos metros de alto y dos y medio de ancho. Un peso aproximado de 45 kilos. Material: el bambú que es comprado a los agricultores de la selva central.
Forrada con malla raschel utilizada generalmente en los galpones y que produce un 90% de sombra. Los primeros contenedores ecológicos del Perú tendrán la forma de diversas especies marinas del litoral. Morikawa acudió a la experiencia de los amigos de Janko Ecobicis, empresa que innova el uso del bambú pues es un material ideal para construir en espacios naturales protegidos.
Este es el primero de 15 contenedores en forma de pez que serán instalados en las playas de Lima. Próximamente en parques y aeropuertos. El reto es llevarlo a todo el país.
“Tenemos que hacer algo pero de una forma no de un castigo sino imaginándonos de que esto sea amable no solamente para las personas sino dándole una concientización de que el mundo marino es también muy importante”, dijo Morikawa.
Fuente: Olas Perú
11 de octubre de 2018
Pamolsa fabricará envases biodegradables
En empaques para agroindustria, este año proyectan crecer 20%, gracias a mayores ventas de clamshells para arándanos. Prevén comenzar a exportar este formato a Chile y México el año que viene, adelanta el ejecutivo.
Bagazo importado. Pamolsa adquirirá 400 toneladas de bagazo de caña de Colombia por año para los nuevos envases. En el Perú,este insumo se emplea para generar energía en los ingenios azucareros.
Fuente: El Comercio (Perú)
9 de diciembre de 2015
El gusano que puede ser clave para acabar con la contaminación del plástico
En Estados Unidos, por ejemplo, tan sólo un 10% del plástico que se utiliza anualmente es reciclado.
Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Stanford, en California (oeste EE.UU.) acaba de presentar los resultados de un estudio que abre la puerta a que en un futuro próximo se pueda hacer frente al enorme problema de la contaminación de plástico, una sustancia que tarda decenas o incluso centenares de año en degradarse.
La clave se encuentra en el diminuto el gusano de la harina (Tenebrio molitor), que los investigadores descubrieron es capaz de alimentarse de espuma de poliestireno, un plástico no biodegradable utilizado, por ejemplo, para fabricar tazas deshechables.
Lea trambién: El joven que está obsesionado con sacar el plástico del mar
Lo que observaron los científicos es que estos insectos transforman el 50% de la espuma que consumen en dióxido de carbono y el otro 50% lo excretan como fragmentos biodegradados.
El artículo completo en:
BBC Ciencia
2 de agosto de 2013
El secreto del plástico ecológico está en Bolivia
¿Plástico y bacterias?
Hace tiempo que la ciencia investiga el uso de microorganismos para generar polímeros, compuestos químicos a partir de los cuales se pueden elaborar plásticos.Pero a diferencia de los polímeros que se sintentizan químicamente, los que resultan de microorganismos permiten fabricar plásticos naturales, biodegradables y biocompatibles. Y de hecho, ya algunos de estos materiales se utilizan en la industria farmacéutica y cosmética.
Aunque la industria todavía sigue decantándose por el uso de procedimientos químicos, empleando esencialmente derivados del petróleo, para la elaboración de estos materiales al ser los procedimientos con bacterias todavía muy costosos.
Sin embargo, la investigadora Marisol Marqués, doctora en Ciencias Biológicas de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), confía en que en un futuro próximo la bacteria boliviana pueda dar buenos frutos.
Bacterias y polímeros
"Es conocido que hay bacterias que en condiciones extremas, tanto de temperatura, de presión o concentración de sal, pueden sintetizar cantidades importantes de polímeros de reserva, como por ejemplo el conocido como poli-beta-hidroxibutirato (PHB)", le explicó la científica a BBC Mundo.
La bacteria boliviana pertenece a este último caso al habitar en un entorno con altas concentraciones de sal. Tras ser cultivada en el laboratorio en un estudio preliminar, demostró poder generar grandes cantidades de PHB, que los investigadores aprovecharon para producir micro y nanoesfereas con antibióticos en su interior.
Este tipo de bacterias acumula el poliéster PHB, tal y como nosotros acumulamos glucosa, para dotarse de energía en el momento que la necesiten. Para optimizar la producción, lo que hicieron los científicos fue disminuir la concentración de nitrógeno en el cultivo, para que así la bacteria reaccionara acumulando más PHB.
Este procedimiento lo llevaron a cabo en conjunto científicos de la UPC y de la Universidad Técnica de Graz (Austria), que lograron así que las bacterias generaran la mayor cantidad de PHB del género Bacillus que se conoce hasta el momento.
Optimizar resultados
A pesar de los buenos resultados, Marqués afirma que este sistema para producir plásticos biodegradables y biocompatibles es poco competitivo económicamente frente a los procedimientos químicos.Pero ahora el equipo de la UPC planea seguir investigando y optimizar así la producción del polímero utilizando esta bacteria, así como estudiar varias aplicaciones, entre ellas la generación de plásticos para bolsas de basura, embalajes o sistemas para eliminar el salitre.
Los trabajos sobre la bacteria boliviana fueron publicados en las revistas científicas Food Technology Biotechnology y Journal of Applied Microbiology.
Fuente:
BBC Ciencia
1 de octubre de 2012
Investigadores desarrollan circuitos electrónicos biodegradables
13 de enero de 2011
Investigadores locales buscan obtener biodiésel de microalgas
Científicos de la Universidad de Piura trabajan cerca de empresas privadas.
Aunque queda mucho camino por recorrer, cada vez son más evidentes los esfuerzos para estrechar la relación entre la universidad y la empresa en nuestro país, en el desarrollo de trabajos sobre ciencia y tecnología. Tal es el caso de la Universidad de Piura (UDEP) que, junto a un par de empresas, está punto de culminar un estudio que permitirá elaborar una metodología de cultivo de microalgas para la extracción de aceite y otras aplicaciones.
“El trabajo permitirá verificar in situ en el Perú, concretamente en Piura, una metodología de cultivo de microalgas para extracción de aceite, en escala piloto. Paralelamente, se explorarán otras opciones del cultivo de microalgas como, por ejemplo, para la producción de concentrados proteicos o insumos relacionados con la alimentación”, explicó a El Comercio Gastón Cruz Alcedo, el director del proyecto.
¿Cómo surge el estudio? De acuerdo con Cruz, este se debió a la demanda insatisfecha de materia prima (aceites) para la elaboración del biodiésel, así como las condiciones favorables que ofrece la costa norte del país. “Tenemos una alta radiación solar y temperatura más o menos uniforme durante todo el año, con disponibilidad de terrenos al lado del mar donde se podría instalar cultivos de microalgas”, detalló.
Para ello, el equipo de investigación diseñó y construyó tres tipos de fotobiorreactores (sistema de cultivo de algas), los cuales están instalados en el Piura. “Lo que se busca saber con precisión es hasta dónde podemos elevar el contenido de aceite en las microalgas para su utilización como biocombustible y otras aplicaciones”.
Precisó que con este trabajo no se buscaría reemplazar los combustibles fósiles en nuestro país. “Nuestro proyecto no pretende crear tales expectativas. Es un proyecto en el cual se trata de investigar, de estudiar una serie de factores del cultivo, y poner los resultados a disposición de las empresas que participan en él. Como en todo proyecto, los resultados científicos y técnicos luego tienen que ser evaluados económicamente”, advirtió.
Socios estratégicos
La idea de este proyecto le pertenece a Ecoenergías del Perú S.A.C., empresa que se acercó a la UDEP y les propuso presentar este innovador estudio al Programa de Ciencia y Tecnología (Fincyt). Así lo reveló el docente universitario Gastón Cruz. Posteriormente, se sumó a esta iniciativa a Agromar del Pacífico S.A.C.
“La primera empresa estaba dedicada en Piura a la producción de biodiésel de semillas [piñón, higuerilla y otras], la segunda cuenta con un laboratorio de cultivo de larvas de moluscos bivalvos [conchas de abanico], dentro de cuyo proceso también está la producción de microalgas como alimento”, señaló el especialista norteño.
Añadió que en varias universidades e institutos actualmente investigan el cultivo de microalgas con fines de obtención de aceite y biocombustibles.
“Tenemos relación con universidades de Chile y de Colombia, donde se estudia el tema con similares dificultades y logros. También tuvimos la oportunidad de visitar proyectos de investigación en Alemania, Francia y Australia. Existen empresas norteamericanas y europeas que invierten montos muy altos en investigaciones, patentes, pero yo diría que a la fecha aún no se da la producción comercial de aceite de microalgas”, aclaró.
Sepa más
Según la Universidad de Piura, hasta la fecha “las microalgas se cultivan con fines acuícolas [alimento en criaderos de langostinos o conchas de abanico] y en Arequipa hay algunas empresas que producen concentrado proteico de microalga ‘Spirulina’, pero todavía no existe un cultivo de microalgas con fines industriales y bioenergéticos”.
Los resultados finales de la investigación se cono-cerán en marzo próximo.
CRONOLOGÍA
[31/1/2010]
El Comercio revela que, tras un año de haberse de-tenido la depredación, di-versas especies de algas marinas logran reaparecer.
[12/9/2010]
Este Diario alerta que a lo largo de la costa iqueña (playas El Negro, Antana, Peñón, Media Luna) se ha detectado el retorno de depredadores de algas.
[15/9/2010]
Unas seis toneladas de algas son incautadas en lo que va del año. Las algas fueron extraídas de diversas playas del sur de ica, por depredadores que no respetan las restricciones.
[16/11/2010]
El Comercio informa que la depredación de algas empeora en las playas de la Reserva Nacional de Paracas.
Fuente:
15 de noviembre de 2010
Una bacteria que fabrica plástico biodegradable
- Produce un polímero biodegradable que le permite subsistir en temperaturas extremas y sin nutrientes.
Fue hallada en la Antártida, en una laguna que se mantiene congelada la mayor parte del año. Fue bautizada como Pseudomonas extremaustralis y, si bien su crecimiento óptimo se produce a los 28°C, se las arregla muy bien por debajo de cero grado. Es una bacteria imbatible: resiste el frío y la radiación ultravioleta, así como la escasez de nutrientes, y para enfrentar esas duras condiciones ambientales produce una sustancia de reserva que resulta de sumo interés: el polihidroxibutirato (PHB), un polímero con el cual se puede fabricar plástico biodegradable.
"Buscábamos en estos ambientes extremos porque pensábamos que allí habría organismos que produjeran polímeros con propiedades interesantes", señala la doctora Nancy López, investigadora del Departamento de Química Biológica de la FCEyN, que publicó el hallazgo en Current Microbiology . Cabe aclarar que esta bacteria no es patógena para el hombre, a diferencia de su pariente, la Pseudomonas aeruginosa, un bacilo oportunista que infecta, sobre todo, el tracto pulmonar en seres humanos y causa neumonías.
López relata: "Para nuestra sorpresa, encontramos que la P. extremaustralis producía una alta cantidad del polímero, más del 80% del peso seco, que es muy alta en una especie de pseudomonas que normalmente produce 40%, y además un tipo de polímero que no es habitual en este microorganismo". El producto en cuestión es una sustancia de reserva que las bacterias fabrican y la utilizan cuando la necesitan, porque las ayuda a sobrellevar el estrés ambiental.
Un objetivo de los investigadores era identificar los genes responsables de la producción del polímero. Finalmente, pudieron determinar que la bacteria posee un mosaico de genes de distinto origen y que probablemente los haya adquirido por transferencia de otros microorganismos. "Pensamos que esos genes se mantuvieron en esta cepa porque constituían una ventaja en ese ambiente tan adverso", comenta.
Lo cierto es que esta bacteria parece indestructible. "Cuando la trajimos a Buenos Aires, y todavía no la habíamos identificado con precisión, pensamos que formaría esporas y la calentamos a 80°C para extraer las esporas. La sorpresa fue que aguantó esa alta temperatura", dice López, en cuyo equipo se desempeñan los licenciados Nicolás Ayub, Paula Tribelli, Mariela Catone y Carla Di Martino, además de la doctora Laura Raiger Iustman.
La poderosa bacteria fue sometida a pruebas de resistencia al frío y al congelamiento. El equipo observó que si mutaban el gen responsable de la producción del polímero, la bacteria no era capaz de crecer en el frío porque no soportaba el estrés oxidativo: no podía hacerle frente al aumento de moléculas de oxígeno reactivo que se producen por los cambios metabólicos frente a las duras condiciones del entorno.
Ante una situación de estrés por el frío, esos cambios en el metabolismo de la célula bacteriana dan lugar a moléculas reactivas de oxígeno (superóxidos y peróxidos, como el agua oxigenada) que dañan las macromoléculas, como el ADN. La bacteria con el gen mutado no pudo defenderse de esa agresión porque no alcanzaba a fabricar las enzimas para la detoxificación.
"Ante el frío extremo, la bacteria degrada sus reservas del polímero y los materiales de esa degradación le sirven para contrarrestar el estrés oxidativo causado por el frío", afirma López, que publicó este resultado en la revista Extremophiles , dedicada a los estudios sobre microorganismos capaces de sobrevivir en condiciones extremas y que, por eso, se denominan extremófilos.
Ahora bien, la propuesta no es que la P. extremaustralis se ponga a fabricar plástico. La idea es tomar los genes responsables de esa producción e insertarlos en otra bacteria, la Escherichia coli , que es más fácil de cultivar. Además, los investigadores quieren utilizar la alta capacidad de supervivencia y resistencia al estrés de la bacteria para otras aplicaciones biotecnológicas, como la biorremediación.
Fuente:
4 de marzo de 2010
Pipí y pupú en inodoros ecológicos
Jueves, 04 de marzo de 2010
Pipí y pupú en inodoros ecológicos
Pipi y pupú, o pichi y caca, o el uno y el dos, o los excrementos líquidos y sólidos
Tras recorrer los barrios más pobres de Ciudad de México, Sao Paulo, Nairobi y otras grandes urbes del mundo, un arquitecto sueco halló una posible solución a los problemas originados por la falta de un sistema sanitario adecuado.
Anders Wilhemson y su equipo diseñaron un inodoro descartable, bautizado Peepoo, que una vez utilizado puede transformarse en una rica fuente de abono para las plantas.
Su apariencia es la de una bolsa plástica como cualquier otra. Pero en su interior, este recipiente flexible de 14 por 38 centímetros, cuyo costo no supera los US$0,03 contiene una delgada capa de urea que descompone la materia fecal y la orina y la transforma en nutrientes.
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Después de cada uso, la bolsa se cierra -impidiendo el paso de los olores y los agentes patógenos propios de las heces- para colocarse en la tierra, donde desaparecerá por completo al cabo de un año.
Según la Organización de Naciones Unidas, 2.600 millones de personas en el mundo no tiene acceso a un sistema sanitario básico. Esta cifra representa el 40% de la población del planeta.
La falta de un sistema adecuado para lidiar con las necesidades fisiológicas de la población (una persona excreta al año entre 30 y 60 kilos de materia fecal y produce cerca de 500 litros de orina) provoca la contaminación de las aguas dulces y las aguas contenidas en los suelos y numerosas enfermedades.
Se estima que cada año mueren al menos 1,5 millones de niños por diarrea u otras enfermedades derivadas de la contaminación de las aguas.
"Inodoros voladores"
La propuesta de Peepoo resulta tan simple que, a ojos de un no entendido, es difícil ver cuáles son las ventajas de esta bolsa comparada con cualquier otra bolsa biodegradable que podemos encontrar en el mercado.
"Esto es algo mucho más complejo: aunque parezca una bolsa, es un baño que cumple con todas las funciones necesarias", le dijo Wilhemson a BBC Mundo.
"Si logras cerrar perfectamente una bolsa biodegradable común que contiene excrementos, sin sustancias que los traten, estos comenzarán a desprender metano y hasta podrían provocar una explosión. ¡Sería incluso más peligroso que defecación al aire libre!", añadió el creador de Peepoo.
Por otra parte, la bolsa se mantiene intacta hasta que finaliza el proceso de descomposición de los desechos -que puede tomar desde horas hasta semanas- y comienza a degradarse en un lapso promedio de un año.
La idea de embolsar la materia fecal se le ocurrió a Wilhemson tras observar una costumbre arraigada en los vecindarios más pobres de Nairobi, en Kenia, que también se practica en muchas otras partes del mundo, y que consiste en depositar las heces en una bolsa plástica que se tira por cualquier parte.
Son las llamadas "pocetas voladoras" o "baños helicópteros".
Wilhemson se inspiró también en los problemas que aquejan a las grandes urbes latinoamericanas, como los que pudo notar en los barrios marginales de Ciudad de México.
"Allí la situación es muy mala. Las personas hacen sus necesidades en letrinas o en cloacas abiertas, lo cual es mucho peor. Por eso creo que podría funcionar muy bien en México, una ciudad que necesita importar agua y en la que se avecina un crisis ecológica importante, ya que este sistema no requiere agua", le dijo Wilhemson a BBC Mundo.
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16 de marzo de 2007
Wong. En 120 días, empaques se deshacen con la luz y el oxígeno.
A partir del boom de los supermercados, los hogares limeños empezaron a llenarse de bolsas plásticas de todo tipo que terminaron invadiendo los rincones, cuando no se utilizaban para los desperdicios.
Más allá de la cuestión doméstica, los científicos se preocupaban verdaderamente, pues los plásticos convencionales tardan entre 100 y 600 años en desaparecer, causando un daño irreparable al medioambiente.
La cadena de tiendas de Wong parece haber encontrado la solución al problema: el uso de bolsas cien por ciento biodegradables que al término de 120 días, al contacto con la luz solar, el oxígeno y la fricción, se deshacen en pedazos cada vez más pequeños, permitiendo que microorganismos como los hongos y las bacterias se alimenten de ellas y las conviertan en agua, biomasa (humus), sales minerales y gas carbónico.
Para ilustrar lo grave del problema, señalaremos que anualmente en el mundo se utilizan entre 500 mil millones y billón de bolsas. De todo el plástico que se ha producido en la Tierra desde los años 30, menos de un 5 por ciento ha sido incinerado y el resto continúa en algún lugar del planeta.
Hace cinco años, en las costas de Normandía, se encontró a una ballena enana muerta con 800 kilos de bolsas de plástico en su interior. Anualmente, cientos de delfines, tortugas y aves marinas mueren asfixiadas o atragantadas por estos envases.
Efraín Wong, director de Operaciones de Corporación Wong, señala: “Esta medida complementa las campañas para el cuidado del medioambiente que siempre hemos promovido, como el reciclaje de botellas de vidrio, papel, botellas plásticas, pilas y baterías usadas”.
ADITIVO
Las bolsas que ha empezado a utilizar Wong se fabrican con tecnología Oxo-biodegradable-TDPA (Totally Degradable Plastic Additives). El aditivo lo desarrolla la empresa canadiense EPI.
Fuentes.
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El Comercio