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1 de febrero de 2019

El delfín rosado del Amazonas está cerca de la extinción

El delfín rosado del Amazonas es uno de los animales más interesantes y hermosos que encontrarás en libertad. Y ahora, está en peligro. 


El delfín rosado es una interesante especie; que, de hecho, no está tan relacionada con los delfines comunes como podría pensarse, aunque definitivamente se parecen. Estos viven en ríos y pertenecen a la familia Platanistoidea, mientras que los delfines comunes de mar pertenecen a la Delphinidae. 

Esta es una de las cinco especies de delfines de río; y de hecho, son los machos adultos los que llegan a adquirir ese color rosa pastel que tanto los caracteriza. Sí, son bonitos, pero como casi todos los animales bonitos, ahora podrían desaparecer.

El delfín rosa en peligro de extinción

Según la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza; luego de haber estado fuera de la lista por 10 largos años, los delfines rosados han vuelto a estar en peligro de extinción.

Y es que estudios han identificado que la población de delfines en Brasil y Colombia está disminuyendo peligrosamente. Si las cosas siguen así, en 50 años ya no existirá la mitad de estos delfines.

Pero, ¿por qué se están extinguiendo? El problema, como suele ser, es la deforestación y el deterioro de su hábitat natural. La amazonia está desapareciendo poco a poco, y con ella cientos de especies que viven ahí. 

Se espera que con esta noticia los gobiernos relacionados incluyan en su agenda la protección de estos delfines; con ayuda de programas para evitar su desaparición, así como la deforestación de la selva del Amazonas.

Fuente:

FayerWayer

21 de enero de 2019

Ratifican cierre de mina Arasi por contaminar ríos en Puno

DAÑOS. Minera vierte agua turbia y ácida desde sus operaciones. Campesinos de Puno advierten que murieron más de diez mil cabezas de ganado.


Pobladores de la cuenca de Llallimayo, provincia de Melgar, ratificaron su decisión de insistir en el cierre de la mina Arasi. Esta empresa explota oro en la zona alta del distrito de Ocuviri, provincia de Lampa, al norte de la ciudad de Puno.

La insistencia para que la minera deje de explotar mineral se debe a que desde sus operaciones vierte agua turbia y ácida. Por segundo, miles de litros de agua contaminada se juntan con los ríos de la zona que cruzan varios poblados de Lampa, Melgar, hasta llegar al lago Titicaca.

“Hemos hecho una evaluación y se estima que son más de diez mil cabezas de ganado que en los últimos años murieron, sobre todo en Melgar”, dijo Javier Choque, productor ganador del distrito de Llallimayo.

Choque aseguró que si se mantiene la contaminación, los daños serán irreparables. Explicó que en su jurisdicción el 98% de la población se dedica a la crianza de ganado vacuno y ovino. La leche que producen sus animales es materia prima para producir quesos. “Si esto continúa, la contaminación afectará nuestra producción. La calidad de la leche está en función al pasto y agua. Esa empresa tiene que cerrarse, sí o sí”, reiteró. 

El gobernador regional Walter Aduviri aseguró que si el pueblo pide el cierre de la mina, él se encargará de hacer respetar esa posición. La autoridad dijo que los gobernantes de Lima deberían de darse una vuelta a la zona para que tengan una idea de qué trata el problema. 

Fuente: La República (Perú)

15 de enero de 2019

Las preferencias sexuales de las moscas indican que tienen cultura

Un estudio con moscas de la fruta muestra que las jóvenes deciden qué machos son más atractivos viendo con quién copulan las mayores y esos hábitos se mantienen durante generaciones.

Hace siglo y medio, Charles Darwin expulsó a la humanidad del centro de la creación y aseguró que nuestro linaje se hundía en la profundidad del tiempo y entroncaba con el origen de la vida. En el pasado, a más o menos distancia, compartíamos ancestros con todos los seres de la Tierra, desde la reina de Inglaterra a una babosa repugnante. Esa idea fue recibida con indignación y sigue resultando humillante para muchos que continúan agarrándose a cualquier resquicio que permita elevarse sobre el resto de animales.

Uno de esos resquicios es la cultura, nuestra capacidad para recibir lo que han aprendido nuestros antecesores sobre el mundo, aportar nuestra propia experiencia y transmitirlo a la siguiente generación. Aunque la capacidad colectiva para construir bombas atómicas o sinfonías como la de Wagner sean motivos suficientes para considerar especial a nuestra especie, muchos herederos de Darwin sugieren que incluso la cultura es algo compartido con el resto de animales.

Desde hace tiempo, se han observado comportamientos que podrían considerarse parte de una cultura en animales como los monos o los delfines. En Brasil, por ejemplo, se han encontrado monos silbadores que llevan más de siete siglos utilizando piedras como herramienta para abrir anacardos y transmitiendo la técnica de viejos a jóvenes. Entre las orcas, un ejemplo de la diversidad cultural en animales de la misma especie se encuentra cerca del estrecho de Gibraltar, donde conviven dos grupos con hábitos muy diferentes. Uno de ellos caza atunes sin prestar atención a los humanos que faenan en esas aguas mientras el otro los sigue para robar los atunes que atrapan los pescadores de palangre.

Este tipo de comportamientos no se reduce a animales con inteligencias reconocidas por nosotros, los primates más abundantes del planeta. Esta semana, un equipo de homínidos de la Universidad de Toulouse III y el CNRS, en Francia, ha mostrado que las moscas también pueden tener algo parecido a una cultura. Quienes han estudiado con detenimiento a las moscas de la fruta (Drosophila melanogaster) saben que pueden copiar las preferencias sexuales de sus prójimos viéndoles copular. Sin embargo, definir ese comportamiento como cultural con criterios científicos es complicado.

Para decidir si es posible, los autores, que publican sus resultados en la revista Science, fijaron cinco criterios que se debían cumplir para considerar cultural el comportamiento de las moscas. Tenía que aprenderse de forma social, observando a sus congéneres, los jóvenes debían copiar a los mayores y se tenía que memorizar a largo plazo. Además, el rasgo decisivo tenía que ser una característica general, como el color, y no una característica exclusiva del propio individuo y, por último, los individuos tenían que adquirir el comportamiento más común entre su grupo.

Las moscas cumplieron todos los requisitos. Las jóvenes, cuando veían a las mayores copular con machos rosados adquirían una preferencia por el sexo con los individuos de ese color y rechazaban a los verdes. Si el experimento se realizaba invirtiendo el color de los machos con los que aprendían a copular las moscas, la preferencia posterior cambiaba. Y cuanto más consenso hubiese por un determinado color, más radical era la inclinación por ese color en las observadoras.

Aunque pueda parecer un rasgo caprichoso, según explica Etienne Danchin, investigador del CNRS y coautor del trabajo, al cabo de un tiempo, “el color de un macho, que no está vinculado con su adaptación al entorno, se convierte en una característica que hace que tenga más probabilidades de pasar sus genes a la siguiente generación”. Al ver la preferencia de las moscas mayores, las jóvenes aprenden que los individuos de un color determinado tendrán más posibilidades de copular y reproducirse. Una madre siempre quiere lo mejor para su cría y para tener un hijo verde lo mejor es tener sexo con una mosca verde.

Lea el artículo completo en: El País (España)



3 de enero de 2019

Las termitas han construido la mayor estructura del planeta

Durante milenios, un minúsculo insecto ha levantado una de las mayores estructuras jamás creadas por el ser vivo. Una especie de termitas, considerada una plaga en la ciudad, ha excavado millones de montículos en el nordeste de Brasil. Aunque conocidos por los lugareños, su extensión real no se ha podido determinar hasta que la deforestación y los satélites han desvelado su grandeza: más de 230.000 kilómetros cuadrados salpicados de montones de tierra repartidos de forma regular, casi matemática.


"Los montículos siempre estuvieron bien escondidos entre la vegetación de secano de la región (la catinga) y en general apenas se pueden ver. Los de fuera solo los han podido observar después de que alguna porción de tierra fuera deforestada para pastos", dice el investigador de la Universidad Estatal de Feira de Santana (Brasil) y coautor del estudio, Roy Funch. "Algunos locales pensaban que los habían levantado termitas, hormigas u otra criatura similar. Pero para muchos, simplemente estuvieron ahí, formaciones naturales hechas por Dios que siempre habían existido", añade.

Siempre no, pero sí al menos desde hace más de 3.800 años. La datación de una muestra de murundus (como se conoce a estos montículos en la zona) indica que muchos de ellos llevan milenios ahí, lo que los convierte en una de las estructuras de origen biológico más antiguas. Y tampoco son obra divina, sino de la Syntermes dirus, una termita. Mejor dicho, de colonias y colonias de ellas. Pero no son sus nidos. Es la tierra que los insectos excavan mientras buscan hojas caídas con las que alimentar a la colonia.

El artículo completo en: El País (España)

3 de diciembre de 2018

¿Por qué están desapareciendo las tortugas?

El 60% de las 356 especies de tortuga cuyo linaje se remonta a más de 200 millones de años están amenazadas o se han extinguido.


Cuando uno piensa en los indicadores del Antropoceno —las cosas que los arqueólogos del futuro lejano identificarán como marcadores de como los procesos básicos de la Tierra adquirieron un matiz característicamente humano— lo que suele venir a la cabeza son las innovaciones. Cuestiones que, para bien o para mal, se han añadido a la biogeoquímica del planeta: cemento, plástico, residuos radioactivos, ciudades, minas, niveles de gases invernadero extremadamente elevados y cosas por el estilo.

Pero el Antropoceno también puede quedar marcado por lo que ha desaparecido. Por ejemplo, las tortugas.

“Las tortugas luchan por subsistir en el mundo moderno y en general ese hecho no se reconoce o incluso se pasa por alto”, escribe un grupo de biólogos dirigidos por Jeffrey Lovich, del Servicio Geológico de EE UU, en la revista BioScience.

De las 356 especies de tortuga cuyo linaje se remonta a más de 200 millones de años, escriben Lovich y sus compañeros, “aproximadamente el 61% de ellas están amenazadas o se han extinguido en tiempos modernos”. Son “supuestamente el más amenazado de los grandes grupos de vertebrados”, y su futuro es aún más precario que “los muy asediados y promocionados anfibios”.

Los investigadores lamentan que ni los conservacionistas ni la opinión pública en general reconozcan la difícil situación de las tortugas, pero su artículo —titulado ¿A dónde han ido todas las tortugas y por qué importa?— no es simplemente un llamamiento para evitar que desaparezca un legado biológico insustituible. El equipo de Lovich más bien enmarca el declive de las tortugas dentro de las funciones ecológicas perdidas.

“Los descensos y las extinciones de poblaciones de tortugas a escala global significan que sus funciones ecológicas se ven ahora enormemente reducidas en comparación con los tiempos en que las tortugas eran más abundantes”, sostienen los autores. “Las consecuencias de la disminución de sus funciones no se valoran debidamente ni se entienden suficientemente”.

El artículo completo en: El País (España)

 

21 de noviembre de 2018

Estas son cinco especies de mamíferos al borde de la extinción en el Perú

Con 519 variedades de mamíferos, Perú ocupa el cuarto lugar en el mundo con mayor cantidad de estas especies. También está entre los primeros países del planeta con mayor número de mamíferos con algún grado de peligro. 

El mono tocón, uno de los primates más amenazados del mundo. La destrucción de los ecosistemas por el avance de la deforestación, la expansión urbana o actividades extractivas como la tala y la minería es el principal problema para la sobrevivencia de muchos animales. | Fuente: Mongabay
Un mono que solo habita en una región peruana (el Tití de los Andes) o el camélido silvestre más grande de Sudamérica (el Guanaco) son dos especies de mamíferos que están al borde de la extinción en Perú.

Según el Libro rojo de fauna silvestre amenazada en Perú, en el país existen 519 mamíferos y diez de ellos están En Peligro Crítico, es decir que sus poblaciones se han reducido drásticamente por lo que, de no cambiar su situación de vulnerabilidad, podrían desaparecer del país, y en algunos casos, del planeta.

Las amenazas que enfrentan son varias, pero la destrucción de los ecosistemas por el avance de la deforestación, la expansión urbana o actividades extractivas como la tala y la minería es el principal problema para la sobrevivencia de muchos animales.

Las cinco especies son: a) tocón de San Martín (o tití de los andes); b) musaraña de orejas cortas peruana; c) tuco tuco de dientes blancos; d) guanaco; y e) ratón arrozalero de Zuñiga.

El artículo completo en: RPP (Perú)

4 de noviembre de 2018

Perú: Delfines de río serán monitoreados vía satélite para proteger su hábitat

Los delfines de río enfrentan un destino incierto, porque las poblaciones de esta especie se redujeron de forma severa en los últimas décadas. La contaminación del agua, la construcción de represas y su captura –dirigida o incidental– son las amenazas más graves que enfrentan estos animales que cumplen un rol clave en los ríos que habitan.


"Los delfines son como los jaguares en el bosque [...] El estado de sus poblaciones es un indicador del estado de los ecosistemas y de todas las demás especies que los habitan. Si ellos están bien, los demás lo están", afirmó el biólogo José Luis Mena, Director de Ciencias de WWF Perú.

Para conocer el estado de las poblaciones de esta especie, de la que se sabe muy poco en el mundo, es que se realizó la primera expedición científica para instalar transmisores satelitales en delfines de río rosados en Perú.

Así, un equipo de biólogos, veterinarios y geógrafos se internó en la Reserva Nacional Pacaya Samiria en Loreto, considerada uno de los lugares con mayor densidad de delfines de agua dulce en el mundo.

De la mano de los pobladores de la Comunidad 20 de enero, el equipo liderado por WWF y su socio local ProDelphinus recorrieron el río Yanayacu Pucate en busca del delfín rosado (Inia Geoffrensis). "En apenas un par de horas de recorrido, se logró capturar, examinar y colocar transmisores en tres delfines machos y una hembra", señala Mena.



Con paciencia y mucho cuidado, los habitantes del lugar, guiados por el equipo de científicos ayudaron a rodear a los delfines con una red de pesca para trasladarlos en una camilla, fuera del agua, al proceso de examinación, que incluye obtención de muestras de sangre y tejido que servirán para conocer datos sobre su salud y dieta.

Luego se colocaron los transmisores y se inició la sistematización de información de forma automática. "Hay un estricto protocolo para asegurar que los animales  retornen rápidamente al agua y con la menor incomodidad posible", dijo la bióloga Elizabeth Campbell, Investigadora Asociada de ProDelphinus.

Según la experta, gracias al seguimiento satelital "vamos a poder ver por dónde van los delfines, qué están haciendo a diario, cómo usan su hábitat, y cómo esto cambia dependiendo del clima".

Lea el artículo completo en: La Mula


21 de octubre de 2018

Costa Rica: Primer país en América prohíbe la caza deportiva

El 25% del territorio de Costa Rica está protegido por reservas y parques naturales.


Costa Rica se ha convertido en este nuevo milenio en un ejemplo para todo el mundo en el cuidado de la naturaleza. Un gran ejemplo es que fue el primer país en América en tener la iniciativa de prohibir la caza deportiva. El principal objetivo de esta nación centroamericana es conservar la biodiversidad y atraer a turistas más respetuosos con el medio ambiente.

Un punto muy importante es que esta reforma de la ley, que regula la caza de animales, fue propuesta por los mismos ciudadanos. La norma fue llevada ante el Poder Legislativo con el respaldo inicial de 177,000 firmas que fueron recolectadas por la Asociación Preservacionista de Flora y Fauna (Apreflofas).

La persona que incumpla esta ley puede ser sancionada hasta con 1.5 millones de colones, esto equivale a 3,000 dólares, y dependiendo de la especie, podría incluso ser condenada a estar entre dos y cuatro meses en prisión. Por otro lado, esta ley va más allá y también castiga la exportación y el tráfico de cualquier especie de flora o fauna silvestre.

“Los costarricenses nos tenemos que sentir muy contentos de que se lanza un mensaje atrevido al mundo prohibiendo la caza deportiva, que se manifiesta en contra de la fauna silvestre. Es un paso muy grande e importante”, declaró el biólogo costarricense Freddy Pacheco, ex catedrático jubilado de la Universidad Nacional de Costa Rica a El País.

“Aunque algunos van a catalogar como exagerada esta propuesta de Costa Rica, lo cierto es que estamos muy contentos y es hora de que la flora y la fauna silvestre sean valoradas y no utilizadas como mecanismo para hacer dinero. La fauna silvestre merece todo respeto y protección de la humanidad” concluyó.

Fuente: Nat Geo
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