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9 de abril de 2019

La ballena con 4 patas que vivó en el Perú

La recién descubierta ballena vivió hace aproximadamente 43 millones de años. 
 
Con cuatro patas, membranas entre los dedos y pezuñas: así era la ballena que se reconstruyó a partir de un fósil encontrado en Perú.

Los paleontólogos creen que el cuerpo de este mamífero marino, de cuatro metros de longitud, estaba adaptado para nadar y también para caminar sobre la tierra.

Con cuatro extremidades capaces de soportar su peso y una potente cola, se podría comparar a esta ballena semiacuática con una nutria o un castor.

El fósil se excavó en 2011 en unos sedimentos marinos a 1 kilómetro tierra adentro de la costa del Pacífico de Perú, en un yacimiento llamado Playa Media Luna (en Lambayeque, Perú)

El análisis de los huesos lo llevó a cabo un equipo internacional formado por paleontólogos de Perú, Francia, Italia, los Países Bajos y Bélgica liderado por el investigador Olivier Lambert, del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales. 

El artículo completo en: BBC Mundo 

 

12 de febrero de 2019

La quiropráctica es una pseudociencia

Por J. M. Mulet

Cuando el ser humano se puso de pie, comenzó a dolerle la espalda. Un problema que dura milenios. La quiropráctica asegura que puede eliminarlo manipulando la espina dorsal. No es una buena solución.


Cuando el ser humano se puso de pie, comenzó a dolerle la espalda. Un problema que dura milenios. La quiropráctica asegura que puede eliminarlo manipulando la espina dorsal. No es una buena solución

PROBABLEMENTE DOS DÍAS después de que los antepasados de la actual especie humana anduvieran a dos patas, ya les dolía la espalda. La columna vertebral es un complejo de vital importancia, no solo para mantenernos erguidos. Si el cerebro es la CPU (la unidad central de procesamiento) de nuestro sistema nervioso, la columna vertebral es la autopista de la información por donde van los nervios que distribuyen las órdenes y recogen las señales de todo el organismo por debajo de la barbilla. Por eso cualquier problema que tengamos con la espalda, además de molesto por no permitirnos funcionar con normalidad, suele ser doloroso y puede afectar a diferentes partes del cuerpo si se produce el pinzamiento de algún nervio. Y dado que el hombre lleva milenios lidiando con ese dolor, desde que tenemos memoria ha habido gente que ha tratado de darle solución, de forma más o menos válida.

Dentro del curanderismo o de las medicinas tradicionales siempre ha habido una especialidad que se basaba en arreglar huesos. En Galicia existían los compoñedores d’osos; en la cultura mapuche de Chile, los gütamchefes; en Francia, los rebouteux, incluso algunos con nombre propio. En el siglo XVIII, en Londres, una curandera llamada Sarah Mapp, conocida como Sally la Loca, era famosa por su maña para arreglar huesos. Con estos antecedentes populares, es lógico que alguien quisiera legitimar el oficio. En 1895, en Estados Unidos, Daniel David Palmer, personaje con una oscura biografía que incluía varias etapas en la cárcel por hacerse pasar por médico sin serlo, tuvo un momento de inspiración. Según relató él mismo, manipulando la columna curó a un vecino suyo llamado Harvey Lillard, que se había quedado sordo 17 años atrás por un tirón muscular. Luego, siguiendo esa misma técnica, curó un problema cardiaco de otro paciente. Con estas premisas, abrió la primera escuela de quiropráctica en Davenport (Iowa). Según él, toda la energía humana fluía por la columna y la causa de las enfermedades (óseas o no) se debía a problemas en ella. Él podía detectar unas lesiones desconocidas por la ciencia hasta ese momento, llamadas subluxaciones, y arreglar desde un dolor de espalda hasta un cáncer manipulando vértebras.
Protege tu columna vertebral
El método inventado por Palmer fue un éxito, pero no así su final. Con las ganancias se compró el primer automóvil de su pueblo, con el que fue atropellado por su hijo en 1913, en un extraño accidente. El hijo heredó la escuela de quiropráctica y se encargó de hacerla universal. Diseñó unas extrañas máquinas y contrató programas de radio para difundir las bondades de su técnica. Así fue como la quiropráctica llegó a Europa en 1925. El problema es que en casi 100 años de existencia no ha podido contrastar ninguna de sus afirmaciones. De hecho, la historia del primer paciente parece ser un invento de Palmer. ¿Una sordera a consecuencia de un tirón muscular? Raro. ¿Y que se arregle manipulando la columna? Solo hace falta coger un espejo y ver dónde están el cerebro, el oído y la columna para comprobar que los nervios del oído no van por esta última.

Sin embargo, ello no ha sido impedimento para que las ideas de Palmer sigan teniendo predicamento. De hecho, en Estados Unidos se ha desarrollado toda una carrera académica propia, paralela a una carrera oficial. Hay escuelas de quiropráctica que reparten títulos en plan “yo me lo guiso, yo me lo como”, así que de la misma forma que es frecuente que un médico anglosajón ponga las siglas M. D. después de su nombre, o alguien que tiene un doctorado en alguna disciplina ponga Ph. D., un quiropráctico suele poner Bs. D. C., que parece que sea un título oficial aunque no lo es. Si tienes un problema serio, estás perdiendo el tiempo con algo que no es efectivo. En la quiropráctica, las manipulaciones de cuello tan agresivas que en ocasiones se realizan pueden ser peligrosas. Así que para los dolores de espalda, un buen médico o un buen fisioterapeuta. Y el cuello, nada de girarlo violentamente.

Fuente: El País (España)
 

2 de diciembre de 2018

Hallan los restos de un niño neandertal devorado por un ave gigante

Se trata de dos huesos de sus dedos que fueron digeridos por el pájaro prehistórico.


Hasta la fecha, los restos humanos más antiguos encontrados en Polonia tenían 52.000 años. Pero, ahora, un equipo de investigadores de la Jagiellonian University , en Cracovia, han hallado otros muchísimos más viejos en la cueva de Ciemna.

Se trata de las falanges de dos dedos que pertenecieron a un niño de entre cinco y siete años. Pero al examinarlos detenidamente descubrieron algo asombroso. Había señales que indicaban claramente que las piezas habían sido tragadas y pasadas por el sistema digestivo de un ave.

Los investigadores polacos creen que nos encontramos ante la evidencia de una tragedia prehistórica, y explican que todo hace pensar que aquel niño fue atacado por algún tipo de pájaro gigante que le dio muerte y devoró parcialmente su cadáver.

Las pruebas también han revelado que los huesos pertenecieron sin lugar a dudas a un niño neandertal. Aunque no hay datos de cual pudo ser el tipo de ave que devoró sus restos.


9 de enero de 2018

¡Astronauta japonés creció 9 centímetros en el espacio!

El japonés Norishige Kanai ha crecido nueve centímetros durante su estancia en la Estación Espacial Internacional (EEI) debido a la ingravidez, según escribió hoy en Twitter el propio astronauta.


"Hoy tengo una noticia importante. He pasado el examen médico con medición de los parámetros físicos y resulta que mi estatura ha aumentado en 9 centímetros. Así me he alargado en tres semanas", escribió Kanai, que llegó a la EEI el pasado 19 de diciembre a bordo de una nave pilotada rusa Soyuz.

El astronauta japonés, de 41 años, recordó que no crecía de esta forma desde la adolescencia. 

"Esto no pasaba desde los tiempos de la educación secundaria. Ahora estoy preocupado sobre si voy a caber en el asiento de la nave Soyuz", agregó, citado por la agencia rusa TASS.

¿Es normal este cambio?

El cirujano ortopeda ruso Vladímir Joroshev dijo a RIA Nóvosti que el drástico cambio de la estatura "es fácil de explicar".

"El tejido cartilaginoso se modifica en condiciones de ingravidez. Nuestra columna espinal se compone no sólo por vértebras, que son un tejido óseo, sino también por los discos intervertebrales, que son tejido cartilaginoso", explicó el cirujano.

Ese tejido cartilaginoso es muy flexible y susceptible de sufrir cambios, a diferencia de los huesos, que permanecen inalterables en condiciones de ingravidez. 

"Cuando la carga sobre la columna vertebral se reduce en decenas de veces en condiciones de ingravidez, el tejido cartilaginoso de los discos intervertebrales se alarga, lo que lleva al incremento de la longitud del cuerpo", concluyó Joroshev. 

Kanai, ingeniero de a bordo en su primera misión espacial, llegó a la EEI junto al ruso Antón Shkaplerov el estadounidense Scott Tingle.

Los tres astronautas, que permanecerán en el espacio cerca de medio año, se sumaron al ruso Alexandr Misurkin y los estadounidenses Mark Vande Hei y Joseph Acaba, que se encuentran la la EEI desde septiembre pasado.

La EEI, un proyecto de más de 150.000 millones de dólares en el que participan 16 naciones, actualmente está integrada por 14 módulos permanentes y orbita a una velocidad de más de 27.000 kilómetros por hora a una distancia de 400 kilómetros de la Tierra.  

Tomado de:

6 de noviembre de 2014

El consumo de leche contribuye a una muerte prematura y a las fracturas

¿Sabías que somos la única especie animal que bebe leche a lo largo de toda su existencia? Pues sí, todos los mamíferos maman leche de sus madres durante su corta infancia, pero nosotros, los seres humanos, bebemos leche durante toda nuestra vida, y esto es así desde que nos volvimos sedentarios y descubrios la ganadería, pero siempre existiò un debate sobre la pertinencia de beber leche.

Un reciente estudio saliò a desmitificar las bondades de la leche, y casi al mismo tiempo (lo cual deja bien en claro los rápidos reflejos de la gran industria láctea global y de sus tentáculos con la prensa) salió un artículo en la BBC donde se hablaba de los beneficios de la leche (lea el artículo de la BBC aquí)

Los dejo con el rtículo de RT Actualidad que está dando la vuelta al mundo para que lo comparen con e informe de la BBC.





Durante 11 años investigadores suecos monitorearon los hábitos alimenticios de más de 45.000 hombres y durante 20 años de unas 60.000 mujeres y descubrieron que el consumo de tres vasos diarios de leche no protege los huesos contra las fracturas e incluso hace aumentar el riesgo de muerte prematura, revela un nuevo estudio publicado en la revista 'British Medical Journal.


Se señala que los efectos más pronunciados se registraron en las mujeres: el consumo excesivo de leche multiplicaba casi por dos las probabilidades de morir a causa de enfermedades del corazón y hacía aumentar el riesgo de sufrir fracturas de cadera. Los autores del estudio suponen que la galactosa, un azúcar simple que es uno de los componentes básicos de la leche, provoca una respuesta inflamatoria que hace que los huesos sean más frágiles.

Durante la investigación los científicos intentaron tener en cuenta cualquier otro factor que pudiera afectar negativamente la salud de los voluntarios, como el tabaquismo, el índice de masa corporal, la dieta y el ejercicio, el uso de suplementos dietéticos, etc. Sin embargo, algunos expertos creen que en el resultado del estudio podrían haber influido algunos factores que los autores ignoraron.

Por ejemplo, cuando comenzó el estudio la edad de las mujeres participantes era de 39 a 74 años, y la de los hombres de 45 a 79, por lo que no es nada sorprendente que un número significativo de voluntarios muriera en el transcurso de las dos décadas que duró el estudio, escribe el diario 'The Telegraph'.

Además, la profesora Susan Lanham-New, directora del Departamento de Ciencias de la Nutrición en la Universidad de Surrey (Reino Unido), señaló que en Suecia la leche se enriquece con vitamina A, por los que el resultado no puede extrapolarse a otras partes del mundo. 

Fuente:

RT Actualidad

30 de junio de 2014

Los puñetazos marcaron la evolución del rostro masculino


mandíbula rota

El hueso de la mandíbula, que suele romperse en las peleas a puños, estaba naturalmente reforzada en algunos de nuestros ancestros evoluctivos.

Una nueva teoría sugiere que nuestros ancestros masculinos desarrollaron rasgos faciales musculosos y robustos como defensa ante los golpes de puños.

Los huesos que se quiebran más habitualmente por peleas con trompadas –las mandíbulas, la nariz– también se fortalecieron en la evolución de los primeros homínidos.
Y estos son, además, los huesos que muestran más diferencias entre hombres y mujeres.

El estudio, publicado en la revista especializada Biological Reviews, sostiene que estos refuerzos se desarrollaron en medio de las peleas por compañeras femeninas y recursos, sugiriendo que la violencia impulsó cambios evolutivos clave. 

Los registros fósiles muestran que los australopitecos, los predecesores inmediatos del género humano Homo, tenían estructuras faciales impresionantemente robustas.

Por muchos años, esta fuerza extra fue vista como una adaptación a una dieta dura que incluía nueces, semillas y hierbas.

Reconstrucción del rostro de un Paranthropus boisei

Reconstrucción del rostro de un homínido Paranthropus boisei.

Pero hallazgos más recientes, que examinaban los patrones de deterioro y los isótopos de carbono en dientes de australopitecos, han sembrado dudas sobre la hipótesis de la alimentación.

"De hecho, el (australopiteco) boisei, el "hombre cascanueces", probablemente comía frutas", dijo David Carrier, biólogo evolutivo de la Universidad de Utah, EE.UU., y autor principal del nuevo estudio.

Armadura masculina

En lugar de la dieta, Carrier y el médico Michael Morgan proponen que la competencia violenta provocó el desarrollo de estas fortificaciones faciales, lo que los científicos llaman la "hipótesis del refuerzo protector".

Box

En un estudio anterior, Carrier sugirió que las peleas a golpes, como las del boxeo, marcaron la evolución de la mano humana.

En apoyo de su propuesta, Carrier y Morgan ofrecen datos de peleas de humanos modernos. Varios estudios de salas de emergencias de hospitales, incluyendo uno del Hospital Real de Bristol, muestran que los rostros son particularmente vulnerables a las lesiones violentas.

"Las mandíbulas son los huesos que se rompen con más frecuencia – y ahora no es el fin del mundo, porque tenemos cirujanos, tenemos medicina moderna", explicó Carrier.

"Pero hace cuatro millones de años, si te quebrabas la mandíbula, probablemente era una lesión fatal. No podrías masticar alimentos… Morirías de hambre".

Las mandíbulas, mejillas y estructuras de ojos y nariz que más comúnmente sufren en las peleas de puños modernas son también las más protegidas por los cambios evolutivos observados en los australopitecos.
Es más, estos son los huesos que muestran más diferencias entre hombres y mujeres, tanto como entre nuestros antepasados.

Según señala Carrier, así es como uno esperaría que evolucionara una armadura defensiva.

"En humanos y en grandes simios en general… Es más probable que los machos sean los que se metan en peleas y también son los machos los que probablemente se lesionen", le explicó Carrier a la BBC.

Violencia o paz

Un dato interesante es que los descendientes evolutivos de los australopitecos –incluyendo los humanos– han demostrado cada vez menos refuerzos faciales.

Y esto coincide, de acuerdo con Carrier, con una menor necesidad de protección.

"Nuestros brazos y parte superior del cuerpo no son ni de cerca tan fuertes como eran los de los australopitecos", dijo Carrier.

"Hay una correlación temporal".

Huesos de los ancestros humanos

Carrier ve un paralelismo en los rasgos faciales más fuertes (segunda y tercera columna desde arriba) y la capacidad de pelear a puños de los australopitecos.

La idea de la "fortificación" facial se basa en una observación anterior de Carrier y Morgan que sugería que los homínidos primitivos fueron los primeros en desarrollar una mano capaz de formar un puño, y por consiguiente, de lanzar un puñetazo.

Aquel primer trabajo suscitó críticas de otros investigadores, y Carrier supone que esta nueva contribución también será controversial.

Tal como apunta, el debate sobre el rol de la violencia en la evolución humana no es nuevo.

"(Nuestro estudio) apunta a este debate sobre si nuestro pasado fue violento o pacífico", le dijo Carrier a la BBC.

"Esa es una discusión que se mantiene desde hace mucho tiempo".

"El registro histórico es desde hace un corto tiempo atrás, el registro arqueológico se remonta unas decenas de miles de años más… Pero la anatomía tiene indicios de qué selección era importante, qué comportamientos eran importantes y así nos da información sobre el pasado muy lejano".

Fuente:

BBC Ciencia

8 de marzo de 2014

Un rompecabezas de 2.300 años de antigüedad esconde una tabla de multiplicar

Foto: Imagen de las dos caras del Hueso de Ishango

Hace algo más de 50 años, en 1960, el geólogo de origen belga Jean de Heinzelin de Braucourt encontró un extraño objeto mientras se encontraba trabajando en una excavación, cerca del nacimiento de una de las fuentes del río Nilo. El lugar era un pequeño poblado llamado Ishango, dentro de las fronteras de lo que actualmente conocemos como República Democrática del Congo.

Fuente: Javier Peláez | Yahoo.es, 16 de enero de 2014

El hallazgo era un pequeño hueso, concretamente el peroné de un babuino, que presentaba unas curiosas marcas, organizadas en tres columnas y realizadas mediante algún objeto punzante de cuarzo. En un principio se pensó que se trataba alguna clase de objeto decorativo pero cuando se analizó detenidamente el número y la disposición de estas marcas, los arqueólogos llegaron a una sorprendente pero definitiva conclusión: Quienquiera que fuese el autor de aquellas muescas, hace ya 20.000 años, claramente estaba contando.


Foto: Marcas en el hueso de Ishango

En una de las partes talladas se pueden observar sesenta marcas, algo que podría parecer aleatorio si no fuese porque en la parte posterior, aparece otra columna con exactamente el mismo número de muescas, sesenta…

No quiere decir que los humanos que vivieron con anterioridad a este hueso (20.000 años) no supieran contar, sin ir más lejos existen otros objetos de similares características y más antiguos, como los encontrados en Lebombo o Checoslovaquia sobre los que aún todavía un interesante debate. Sin embargo, lo que sí podemos afirmar con rotundidad es que este hueso de Ishango está considerado como el primer “artefacto matemático” confirmado de la Humanidad…

Esta semana, a la fascinante cadena de acontecimientos e hitos arqueológicos que han ido marcando la Historia de las Matemáticas, podemos sumar ahora un interesantísimo descubrimiento realizado por investigadores de la Universidad de Tsinghua en Pekín y que ha salido publicado en la última edición de la Revista Nature.

La historia comienza hace cinco años cuando en 2009 un coleccionista encontró en un mercado callejero de Hong Kong una extensa serie de más de 2.500 tiras de bambú con antigua caligrafía china. Las tiras se encontraban cubiertas de barro y seguramente habían sido extraídas de la excavación ilegal de alguna tumba.

Por suerte aquel comprador se dio cuenta de la importancia de su adquisición y en un generoso gesto, terminó donándolas a un equipo de historiadores que, tras analizarlas mediante la técnica de Carbono 14, concluyeron que tenían más de 2.300 años. En concreto pertenecen a una etapa histórica conocida como “el periodo de Los Reinos Combatientes” y su datación exacta las sitúa en el año 305 a.C.
Sin embargo, esto solo era el principio… ante ellos tenían un enorme rompecabezas con miles de pequeñas tiras de bambú con apenas unos milímetros de ancho y hasta medio metro de largo.


Foto: Las 21 tiras de bambú que componen la tabla de multiplicar

Imaginad que tenéis que intentar reconstruir un documento después de rallarlo con una de esas típicas máquinas destruye-papeles, algo así era el reto al que se enfrentaban los historiadores. Finalmente, y después de varios años componiendo este gigantesco puzle compuesto por los más diversos textos de la época, dispersos entre los miles de tiras de bambú, los investigadores localizaron 21 de ellas que contenían una serie de números, y es aquí donde llegó la sorpresa.

Ordenadas correctamente estas tiras componen una tabla de resultados entre los mismos números en los dos ejes de la tabla, del 0.5 al 19, dispuestos como podéis ver en la representación de la imagen inferior realizada con números occidentales:


Foto: Correspondencia de los números encontrados en la tabla china.

He de aclarar que aunque se conocen otras tablas de multiplicar pertenecientes a las civilizaciones sumerias o babilonias, algunas de ellas más antiguas, aún así ésta que se ha descubierto en China es la más antigua que utiliza nuestro actual sistema decimal (de base 10), ya que las anteriores se basaban en un sistema sexagesimal, (base 60)

Los autores del descubrimiento resaltan, además de la gran dificultad que ha requerido recomponer y ordenar este gigantesco puzle de 2.500 pequeñas piezas, que nos encontramos ante una verdadera calculadora antigua puesto que con ella se podían realizar multitud de operaciones matemáticas, entre los que se encuentran desde el cálculo de superficies y cultivos, distribución de cosechas o el porcentaje de impuesto que correspondía pagar al estado.
Fuente:
Terrae Atiqvuae

29 de noviembre de 2013

Si te rompes un hueso, no bebas alcohol

Consumir bebidas alcohólicas en exceso es nocivo para los huesos humanos, especialmente para la curación tras sufrir una fractura ósea, debido a que el alcohol reduce la presencia de mineral en su estructura. Así se desprende de un estudio realizado por investigadores del Centro Médico de la Universidad Loyola, en Chicago (EE UU), que proporciona una idea de cómo el alcohol retarda la curación en los niveles celular y molecular.

En los experimentos, un grupo de roedores fue expuesto a niveles de alcohol equivalente a tres veces el límite legal para conducir, mientras un grupo de control se expuso a cantidades idénticas de una solución salina. Los análisis mostraron que el callo, el tejido óseo duro que se forma alrededor de los extremos de los huesos fracturados, resultó menos mineralizado en los roedores que habían consumido alcohol, y el hueso que se formó no era tan fuerte.

Durante el proceso de curación, el cuerpo envía células madre inmaduras a un sitio de la fractura y, después de llegar al sitio, las células madre maduran hasta convertirse en células óseas. Dos proteínas, conocidas como SDF -1 y de OPN, están involucradas en el reclutamiento de células madre para el sitio de la lesión, pero en el grupo de ratones expuestos al alcohol, los niveles de OPN fueron significativamente más bajos.

A esto se suma que los ratones expuestos al alcohol mostraron signos de estrés oxidativo, un proceso que afecta a las funciones celulares normales, pues tenían niveles significativamente más altos de malondialdehído, marcador de este tipo de estrés.

Los investigadores plantean ahora dos posibles tratamientos para contrarrestar los efectos negativos del alcohol sobre la cicatrización ósea: inyectar células madre en ratones para mejorar la cicatrización y administrar NAC, un antioxidante que combate el estrés oxidativo. Si estas terapias resultan efectivas para los consumidores de alcohol en exceso, es posible que también puedan acelerar la curación en los no bebedores, apuntan los autores del estudio.

Fuente:

Muy Interesante
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