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12 de febrero de 2019

La quiropráctica es una pseudociencia

Por J. M. Mulet

Cuando el ser humano se puso de pie, comenzó a dolerle la espalda. Un problema que dura milenios. La quiropráctica asegura que puede eliminarlo manipulando la espina dorsal. No es una buena solución.


Cuando el ser humano se puso de pie, comenzó a dolerle la espalda. Un problema que dura milenios. La quiropráctica asegura que puede eliminarlo manipulando la espina dorsal. No es una buena solución

PROBABLEMENTE DOS DÍAS después de que los antepasados de la actual especie humana anduvieran a dos patas, ya les dolía la espalda. La columna vertebral es un complejo de vital importancia, no solo para mantenernos erguidos. Si el cerebro es la CPU (la unidad central de procesamiento) de nuestro sistema nervioso, la columna vertebral es la autopista de la información por donde van los nervios que distribuyen las órdenes y recogen las señales de todo el organismo por debajo de la barbilla. Por eso cualquier problema que tengamos con la espalda, además de molesto por no permitirnos funcionar con normalidad, suele ser doloroso y puede afectar a diferentes partes del cuerpo si se produce el pinzamiento de algún nervio. Y dado que el hombre lleva milenios lidiando con ese dolor, desde que tenemos memoria ha habido gente que ha tratado de darle solución, de forma más o menos válida.

Dentro del curanderismo o de las medicinas tradicionales siempre ha habido una especialidad que se basaba en arreglar huesos. En Galicia existían los compoñedores d’osos; en la cultura mapuche de Chile, los gütamchefes; en Francia, los rebouteux, incluso algunos con nombre propio. En el siglo XVIII, en Londres, una curandera llamada Sarah Mapp, conocida como Sally la Loca, era famosa por su maña para arreglar huesos. Con estos antecedentes populares, es lógico que alguien quisiera legitimar el oficio. En 1895, en Estados Unidos, Daniel David Palmer, personaje con una oscura biografía que incluía varias etapas en la cárcel por hacerse pasar por médico sin serlo, tuvo un momento de inspiración. Según relató él mismo, manipulando la columna curó a un vecino suyo llamado Harvey Lillard, que se había quedado sordo 17 años atrás por un tirón muscular. Luego, siguiendo esa misma técnica, curó un problema cardiaco de otro paciente. Con estas premisas, abrió la primera escuela de quiropráctica en Davenport (Iowa). Según él, toda la energía humana fluía por la columna y la causa de las enfermedades (óseas o no) se debía a problemas en ella. Él podía detectar unas lesiones desconocidas por la ciencia hasta ese momento, llamadas subluxaciones, y arreglar desde un dolor de espalda hasta un cáncer manipulando vértebras.
Protege tu columna vertebral
El método inventado por Palmer fue un éxito, pero no así su final. Con las ganancias se compró el primer automóvil de su pueblo, con el que fue atropellado por su hijo en 1913, en un extraño accidente. El hijo heredó la escuela de quiropráctica y se encargó de hacerla universal. Diseñó unas extrañas máquinas y contrató programas de radio para difundir las bondades de su técnica. Así fue como la quiropráctica llegó a Europa en 1925. El problema es que en casi 100 años de existencia no ha podido contrastar ninguna de sus afirmaciones. De hecho, la historia del primer paciente parece ser un invento de Palmer. ¿Una sordera a consecuencia de un tirón muscular? Raro. ¿Y que se arregle manipulando la columna? Solo hace falta coger un espejo y ver dónde están el cerebro, el oído y la columna para comprobar que los nervios del oído no van por esta última.

Sin embargo, ello no ha sido impedimento para que las ideas de Palmer sigan teniendo predicamento. De hecho, en Estados Unidos se ha desarrollado toda una carrera académica propia, paralela a una carrera oficial. Hay escuelas de quiropráctica que reparten títulos en plan “yo me lo guiso, yo me lo como”, así que de la misma forma que es frecuente que un médico anglosajón ponga las siglas M. D. después de su nombre, o alguien que tiene un doctorado en alguna disciplina ponga Ph. D., un quiropráctico suele poner Bs. D. C., que parece que sea un título oficial aunque no lo es. Si tienes un problema serio, estás perdiendo el tiempo con algo que no es efectivo. En la quiropráctica, las manipulaciones de cuello tan agresivas que en ocasiones se realizan pueden ser peligrosas. Así que para los dolores de espalda, un buen médico o un buen fisioterapeuta. Y el cuello, nada de girarlo violentamente.

Fuente: El País (España)
 

23 de septiembre de 2018

¿Izquierda o derecha? Por qué es importante hacia qué lado duermes y cuál es el que más beneficia tu salud

Dormir de lado es mejor que dormir boca arriba o abajo... pero ¿qué lado es mejor?


Quizás cuando estás dando vueltas en la cama en lo único que piensas es en alcanzar esa postura que te permita de una vez por todas conciliar el sueño. Pues bien, el lado que elijas para adentrarte en el reino de Morfeo también es importante. 

Así como dormir boca abajo está desaconsejado porque, entre otras cosas, dificulta la respiración, hay una postura que se apunta como la favorita entre los expertos: la lateral.
Argumentan que reporta un mayor descanso y facilita el funcionamiento de nuestro organismo.

Pero dentro de la posición lateral, el lado izquierdo es el mejor porque aporta más beneficios. Éstos son algunos de los más importantes, según la ciencia.

1. Bueno para el cerebro

Dormir sobre el lado izquierdo beneficia el drenaje linfático de nuestro sistema nervioso central, asegura un estudio publicado en la revista científica The Journal of Neuroscience y elaborado por las universidades de Stony Brook, Nueva York y Rochester, todas en Estados Unidos.

Es en esta posición, según la investigación, que se facilita la eliminación del exceso de proteínas, de vitaminas, grasas y residuos como los depósitos de beta-amiloides, altamente nocivos para la salud. 

La función es muy importante para nuestro organismo ya que ayuda a mantener constante nuestro volumen y presión sanguínea así como a un mejor funcionamiento de nuestro sistema inmune. Un mal drenaje linfático puede acarrear trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple.

2. Mejora la circulación

De acuerdo con la posición en la que se encuentran nuestros órganos, en este caso especialmente el corazón, dormir hacia el lado izquierdo impide la obstrucción de la arteria aorta, que bombea sangre desde nuestro corazón hacia el resto del sistema sanguíneo, indicó a CNN el doctor W. Christopher Winter, del Hospital Martha Jefferson de Charlottesville (Estados Unidos).

También, dijo Winter, al dormir sobre el lado izquierdo la vena cava inferior permanece libre, sin ningún órgano que la presione, por lo que la sangre vuelve de manera más fácil del resto del cuerpo a nuestro corazón.

3. Facilita la digestión

Esta es una simple cuestión de gravedad. El estómago y los intestinos delgado y grueso están ligeramente inclinados hacia la izquierda por lo que recostarse sobre el lado izquierdo hace que los alimentos pasen a través de estos órganos con más facilidad. 

4. Alivia el peso sobre la columna vertebral

Cuando te acuestas de lado, tu columna está más alineada que de espaldas o boca abajo. Además, de lado se evita que todo el peso del cuerpo recaiga sobre nuestra espalda. El lado izquierdo es el mejor porque, como hemos visto, evita la presión de importantes vías sanguíneas.

Dormir hacia el lado izquierdo está especialmente aconsejado para embarazadas ya que así evitan que el bebé presione la vena cava y la sangre circula con más facilidad haciendo llegar a la placenta los nutrientes necesarios para el bebé. 

Fuente. BBC Mundo

24 de octubre de 2016

Cómo nos esta transformando (fisicamente) los moviles a los seres humanos


AsapScience describe en este vídeo lo que sabe la ciencia sobre la transformación física que están realizando los móviles sobre nosotros, o más bien «nosotros mismos sobre nuestros cuerpos y mentes» por algunas malas costumbres:
  • Curvar la espalda para mirar el móvil estando de pie es como llevar un niño de 8 años sentado a hombros. Esto lo hacemos de promedio unas 5 horas al día.
  • Problemas de miopía debido a estar mirando las pantallitas (y también la del ordenador) todo el santo día.
  • Comportamientos compulsivos debido a la adicción a la dopamina que genera el cerebro como respuesta a los pequeños juegos con retos y logros (sí, del estilo Candy Crush).
  • Cambios de costumbres. Según estudio el 93% de los jóvenes usan el móvil como «remedio contra el aburrimiento» en vez de realizar otras actividades como leer o salir de paseo con los amigos.
  • Ansiedad y nomofobia: el terror a soltar el móvil y perderse algo.
  • Trastornos del sueño, especialmente del sueño profundo que más nos permite descansar… Lo cual puede producir a su vez otras enfermedades.
  • Dependencia de Internet. Un 7% de los americanos dependen totalmente del móvil para acceder a los conocimientos que hay en Internet. Sin ellos pueden tener un problema de desarrollo cultural.


En resumen: que aunque los móviles están muy bien, sirven para muchas cosas útiles y no son (al menos para la gran mayoría) la encarnación del mal de seguir así acabaremos todos literalmente con chepa, gafotas, comportándonos como posesos, solitarios y viviendo con siete gatos y para colmo enfermos de cualquier cosa rara debido a lo mal que dormimos.

Si no nos extinguimos antes, claro ;-)

Tomado de

MicroSiervos

26 de octubre de 2014

Trasplantes para volver a andar, un arma de doble filo

Un parapléjico ha logrado caminar de nuevo tras un trasplante de células olfatorias de su cerebro. Los expertos resaltan la validez científica del hallazgo, pero alertan ante un posible 'boom' de terapias sin fundamento en Europa y Asia.

Darek Fidyka camina con su andador en el Centro de Neurorehabilitación AKSON, en Wroclaw (Polonia). / AFP

En 2010, a Darek Fidyka le asestaron una puñalada que le dejó paralizado de pecho para abajo. La hoja le había cortado parte de la médula espinal. Cuatro años después, Fidyka ha logrado volver a caminar con ayuda de un andador tras recibir un trasplante con células olfativas extraídas de su propio cerebro.

El logro, publicado hoy en la revista científica Cell Transplantation, supone un hito médico que se llevaba persiguiendo durante años y que nadie había conseguido confirmar. Estos trasplantes han estado rodeados de polémica, pues la falta de pruebas sobre su efectividad no evitó la aparición del llamado turismo de células madre en el que pacientes desesperados acuden a supuestas clínicas para recibir tratamientos que no tienen ninguna validez clínica. La publicación del caso de Fidyka aporta fiabilidad científica y esperanza hacia la posibilidad de que estos trasplantes puedan usarse en un futuro como terapia, pero también podría originar un nuevo boom de falsas terapias sin pruebas en países como China, Rusia, Portugal o Alemania, advierten los expertos.

“Cuando no puedes sentir casi la mitad de tu cuerpo, te desesperas, pero cuando empiezas a sentirlo de nuevo es como si volvieses a nacer”, ha dicho Fidyka al programa de televisión Panorama de la BBC, que ha seguido su caso. El paciente, tratado en Polonia, también ha comenzado a sentir parte de sus sistema digestivo y su aparato sexual. Antes del trasplante, Fidyka no tenía movilidad ni sensibilidad por debajo del punto donde recibió la puñalada.

La operación a la que se sometió Fidyka no es sencilla. Se basa en el uso de células extraídas de la glía envolvente del bulbo olfativo, las que nos ayudan a tener sentido del olfato y que se encuentran en dos bulbos del cerebro situados encima de la nariz. A finales de los años noventa se comenzaron a publicar los primeros estudios en animales que apuntaban a que un autotrasplante con estas células podía reparar lesiones medulares. Científicos españoles fueron pioneros en algunos de estos estudios. Pero replicar el hallazgo en humanos no fue tarea fácil y hasta ahora ha llevado al descrédito a más de uno, pues no lograban demostrar que funcionasen. En este sentido, el caso de Fidyka es un hito por su validez científica, según los expertos.

El artículo completo en:

29 de julio de 2014

Los peligros del ‘headbanging’ en un concierto de Motörhead

El headbanging es la sacudida violenta de la cabeza al ritmo de la música heavy metal, inventado por Led Zeppelin en su primera gira por EE UU en 1968. Hoy en día, en cualquier concierto de heavy metal no es extraño que muchos ejecuten estas sacudidas de la cabeza, arriba y abajo (aunque existen múltiples y variados estilos), como si estuvieran poseídos.


Sin embargo, una investigación publicada en The Lancet y liderada por Ariyas Pirayesh Islamian, de la Escuela de Medicina de Hannover, señala los riesgos de esta conducta: si bien generalmente se considera inofensivo, puede producir lesiones relacionadas con el headbanging que incluyen disección de la arteria carótida, latigazo cervical, enfisema mediastínico (cuando el aire se filtra de las vías respiratorias hacia el mediastino, situado en el centro del tórax), y fractura de un hueso del cuello.

Según el autor del estudio:

A pesar de que solo hay unos pocos casos documentados de este tipo de hematomas, la incidencia puede ser mayor debido a que los síntomas de este tipo de lesión cerebral suelen ser clínicamente silenciosos o apenas causan dolor de cabeza leve que desaparece espontáneamente.
El propio autor detalla el caso de un hombre que desarrolló un hematoma subdural (acumulación de productos de descomposición de la sangre entre la superficie del cerebro y su capa más exterior) después de practicar el headbanging en un concierto de Motörhead, en enero de 2013.

En 2008, un estudio de la universidad australiana de Nueva Gales del Sur ya advirtió sobre los riesgos de mover la cabeza de este modo. Así, se descubrió que existía un mayor riesgo de lesión en el cuello a partir de los 130 movimientos por minuto. A partir de este ritmo, las agitaciones de la cabeza pueden ocasionar dolor de cabeza y mareos, sobre todo si se hacen con una inclinación de más de 75 grados.
Vía | Sinc

Fuente:

Xakata Ciencia

16 de octubre de 2012

¿Todos sentimos el dolor con la misma intensidad?

Aunque a nadie le gusta sufrirlo, el dolor es un excelente mecanismo de defensa y, sin él, nuestra vida sería particularmente complicada, como ya os expliqué en Menos mal que sentimos dolor: la insensibilidad congénita al dolor. Por otro lado, el dolor también tiene más de psicológico y de cultural de lo que creemos. De modo que no todo el mundo lo sufre del mismo modo.

Por ejemplo, el neurocientífico Bob Coghill y sus colegas de la Universidad Wake Forest de Carolina del Norte, en Estados Unidos, analizaron el cerebro de varios sujetos con ayuda de imágenes obtenidas mediante resonancia magnética nuclear mientras les sometían a un mismo estímulo doloroso, comprobándose que cada sujeto tenía una sensibilidad diferente al dolor, y que no siempre estaba directamente relacionada con el daño recibido.

Tal y como explica el propio Coghill, el tálamo, la región que recibe el mensaje doloroso de los nervios y que se encuentra en el centro del cerebro, encima del hipotálamo, se activa en todos nosotros de manera similar. No obstante, una vez que la señal alcanza el cerebro:
cada persona valora la información basándose en su experiencia previa, sus emociones y sus expectativas. (...) El dolor no sólo es el resultado de un proceso de señalización originado en la zona del cuerpo dañada, sino que surge de la interacción entre esa señalización y una información cognitiva exclusiva de cada paciente
Arne May, de la Universidad de Hamburgo, también comprobó en un experimento que la anticipación del dolor hace que su intensidad aumente.

Un reciente estudio alemán publicado en la revista Pain también sugería que las palabras empleadas para describir un dolor influyen en cómo registramos tal dolor. Por ejemplo, si describimos que el pinchazo de una vacuna va a ser “casi imperceptible” nuestro cerebro siente mucho menos dolor que si antes de aplicarla lo describimos como “horrible” o “desolador”.

La antropóloga médica Yewoubdar Beyenne, procedente de Etiopía, se asombró al comprobar cómo se vivía la menopausia en Estados Unidos: ella ignoraba que pudiera ser causa de depresiones y otros trastornos emocionales y físicos. La menstruación, pues, podía ser un hecho más traumático para una estadounidense que para una mujer etíope, sencillamente porque parece que la cultura vigente así lo dictaba.

Uno de lo estudios más populares sobre cómo se percibe el dolor en entornos culturales distintos y de cómo éste se propaga casi como una epidemia es el referido al dolor de espalda en Alemania antes de la caída del Muro de Berlín. El dolor de espalda entre los alemanes orientales era menos frecuente que entre los occidentales, pero transcurridos diez años desde la reunificación, a los ex alemanes orientales empezó a dolerles tanto la espalda como a sus vecinos. Lo cual también podría despejar el misterio de que las personas que se quejan de dolor de espalda varíe tanto entre países industrializados, tal y como señala Nicholas A. Christakis en su libro Conectados:
En Estados Unidos, el índice de dolor de espalda entre la población activa es del 10 por ciento, en el Reino Unido, del 36 por ciento, en Alemania, del 62 por ciento, en Dinamarca, del 45 por ciento, en Hong Kong, del 22 por ciento.

Tomado de:

31 de diciembre de 2011

Encuentran raro pez sin cerebro en Escocia

Una rara especie de pez sin cerebro y sin rostro fue descubierta cerca de las costas de Escocia, gracias a un amplia investigación realizada en ese país sobre vida marina.

El pez, un cefalocordado de la especie anfioxo o pez lanceta, es muy raro y, aunque se le considera casi prehistórico, es un visto como un representante "moderno" de los primeros peces que desarrollaron espina dorsal.

El descubrimiento fue hecho gracias a una investigación que cubrió 3.218 kilómetros cuadrados y en la que se utilizaron cámaras acuáticas que grabaron en tercera dimensión y con acústica.

Durante el trabajo se encontraron más de cien especies marinas, muchas de ellas nunca antes detectadas en la región, como el pez lanceta o mejillones abanicos de hasta 48 centímetros.

Los descubrimientos fueron descritos como "extraños y maravillosos" por el secretario de Medio Ambiente de Escocia, Richard Lochhead.

"Las aguas que rodean Escocia son ricas en fascinante biodiversidad y es nuestra responsabilidad proteger este frágil ecosistema".

Estas palabras tuvieron eco en Dan Barlow, integrante del Fondo para la Vida Silvestre en Escocia, que también dijo que era necesario hacer más para proteger el medio ambiente marino.

Fuente:

BBC Ciencia

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27 de septiembre de 2011

Barcelona: Logran rehacer discos vertebrales con células madre

Las intervenciones se realizaron tras el cultivo celular de médula ósea de los propios enfermos

Cirujanos de Teknon rehacen en 40 pacientes el tejido discal desgastado que causaba lumbalgia


El uso de células madre adultas para regenerar hueso o tejido cartilaginoso desgastado que causa dolor se va confirmando como una eficaz alternativa de la cirugía ósea convencional, que con frecuencia precisa implantar metales o inmovilizar la zona molesta. Diez pacientes de mediada edad, la mayoría mujeres, han experimentado gracias al implante de células madre la regeneración natural de discos de las vértebras lumbares que les causaban dolor al haberse desgastado. El tratamiento, experimentado en la Unidad de Terapia Regenerativa Tisular del Centro Médico Teknon, de Barcelona, ha consistido en inyectar en el núcleo viscoso de los discos degenerados células madre obtenidas del hueso de la cadera de los propios pacientes. Esas células idénticas a sí mismas fueron previamente cultivadas en el Instituto de Biología Molecular de Valladolid, que copió los más de 20 millones de unidades celulares, puras e inalteradas, que fueron inyectadas en el núcleo de cada disco desgastado. Las intervenciones, autorizadas y supervisadas por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios y sin precedente en el mundo, han sido realizadas por los doctores Lluís Orozco y Robert Soler, de Teknon.

zoom El doctor Lluís Orozco, en el quirófano.

SIN DOLOR / El proceso, cuyo resultado acaba de publicar la revista científica norteamericana Trasplantation, se inició en el 2007. Tres meses después de la inyección celular, nueve de los 10 pacientes habían dejado de sentir dolor, aseguró ayer el doctor Soler. «La regeneración celular del disco desgastado se inició, en un 50% de los pacientes, un año después de la inyección -añadió-. La desaparición del dolor, definitiva, es el dato más valorado por estos enfermos».

Posteriormente, y también bajo control de la citada agencia estatal, los traumatólogos de Teknon han tratado con células madre a otras 30 personas afectadas por lumbalgia en cuyo origen existía el desgaste del disco intervertebral. El resultado ha sido similar al ensayo inicial.

El equipo que coordinan Orozco y Soler se inició en el 2000 en la investigación con células madre adultas obtenidas de la médula ósea de los propios pacientes a tratar. En el 2003 resolvieron, también en ensayo clínico autorizado, una decena de lesiones derivadas de fracturas que la cirugía convencional no lograba soldar y consolidar como huesos compactos. También es esos casos el tratamiento consistió en cultivar células madre de la cadera de los enfermos que posteriormente fueron inyectadas en la zona fracturada. Lentamente, un 90% de ellos inició su regeneración fisiológica. Con el mismo método han recompuesto cartílago articular destruido por artrosis. En total, ya sea en forma de ensayos clínicos o por el procedimiento de uso compasivo -recurso previsto por el Ministerio de Sanidad para facilitar el uso de medicamentos aún no autorizados en España- esta unidad ha tratado a 130 pacientes afectados por degeneración ósea o articular. (Las células madre adultas están consideradas un fármaco).

Aunque la regeneración de tejido humano con células madre adultas permanecerá durante años sometida a estrictos controles de los organismos científicos estatales, su validez en el tratamiento del desgaste óseo es indudable, consideran Orozco y Soler. «Sin duda, estamos ante una solución para quien no encuentra alivio en la cirugía ni en ningún otro tratamiento», afirmó Soler. Los pacientes que han accedido en Teknon a la terapia ósea celular han costeado un porcentaje sustancial de estos costosos tratamientos que, al tratarse de ensayos experimentales, han contado con diversas subvenciones por parte de las instituciones estatales interesadas en su desarrollo.Enlace

Fuente:

El Periódico

8 de marzo de 2011

E4studiarán huesos de 100 años para tratar los dolores de espalda

Científicos británicos están estudiando decenas de esqueletos de personas que murieron hace más de 100 años para tratar de encontrar nuevos tratamientos para el dolor crónico de espalda.

Vértebras (Foto: EPSRC)

El estudio analizará columnas vertebrales de personas muertas hace 100 años.

La investigación es un esfuerzo conjunto de médicos, arqueólogos y antropólogos de las universidades de Leeds y Bristol, en Inglaterra.

Aunque el dolor crónico de espalda es un trastorno extremadamente común, hasta ahora no ha sido posible desarrollar un solo tratamiento efectivo para curarlo, más allá de las terapias para controlar el dolor.

Esto se debe a que la columna vertebral contiene una compleja red de nervios, articulaciones, músculos, tendones y ligamentos, todos capaces de producir dolor.

Además, el tamaño y forma de la columna humana varía de persona a persona.

El estudio está siendo llevado a cabo con 40 columnas vertebrales de esqueletos de museos y colecciones anatómicas del Reino Unido.

El objetivo es crear modelos computacionales de distintos trastornos de la espina dorsal y de sus diversos tamaños y formas.

Los científicos esperan usar estos modelos para crear un programa que evalúe el potencial impacto de nuevos materiales de implante y nuevos tratamientos, como la cirugía laparsocópica de columna o el reemplazo de disco artificial, antes de que sean utilizados en el paciente.

Problema común

Se cree que nueve de cada diez adultos experimentan algún tipo de dolor de espalda en algún momento de su vida, y muchos de estos desarrollan dolor crónico.

A diferencia de los tratamientos para cadera o rodilla, en los cuales la ciencia ha avanzado mucho, la investigación ortopédica no se ha centrado en el estudio de probables terapias para los problemas de espalda.

Esto se debe principalmente a que actualmente es muy difícil, o imposible, probar nuevos tratamientos en pacientes con problemas de espalda, debido a que si el tratamiento no es correcto puede tener serias complicaciones en el individuo.

Los científicos esperan poder utilizar el nuevo programa para establecer con precisión cuál es el tipo de tratamiento más adecuado para cada paciente.

"El dolor de espalda es un trastorno extremadamente común pero como todos tenemos una columna vertebral distinta ha sido muy difícil desarrollar nuevos tratamientos", afirmó David Willets, del Consejo de Investigación de Ciencias de Ingeniería y Física (EPSRC), que está financiado el estudio.

"Esta investigación podría mejorar significativamente la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo".

"Y es fascinante que podamos unir huesos viejos y nueva tecnología para lograr un beneficio para estos pacientes", señala el funcionario.

Ensayos más rápidos

Dra. Ruth Wilcox (Foto: EPSRC)

Se espera que el estudio ayude a probar nuevos tratamientos para el dolor de espalda.

El programa será diseñado tomando escáneres de tomogragía computarizada de cada vertebra de cada una de las columnas analizadas, para crear imágenes tridimensionales detalladas de las vertebras.

Los investigadores esperan que este programa -el primero que se diseña para el tratamiento de dolor de espalda- pueda ser utilizado también para acelerar los ensayos clínicos de nuevos tratamientos.

Actualmente estos ensayos tardan unos diez años. Pero tal como explican los científicos, los datos obtenidos con los huesos antiguos podrán suministrar datos similares recogidos de cadáveres donados a la ciencia, que son muy limitados y principalmente provienen de grupos de edad avanzada.

"La idea es que una compañía farmacéutica pueda diseñar un nuevo producto para dolor de espalda y nosotros podamos simular cómo funcionaría en los distintos tipos de columna vertebral", explica la doctora Ruth Wilcox, quien dirige el estudio en la Universidad de Leeds.

"Lo bueno de los modelos computacionales es que podemos utilizarlos una y otra vez, de manera que podremos probar un número grande de distintos fármacos en el mismo modelo".

"Si tuviéramos que hacer esto en un laboratorio, necesitaríamos un gran número de columnas vertebrales donadas cada vez que necesitaramos probar un nuevo tratamiento", expresa la investigadora.

Fuente:

BBC Salud

29 de agosto de 2009

Venimos del pez

Sábado, 29 de agosto de 2009

Venimos del Pez

Nuestras manos algún día fueron aletas, les debemos a los peces la estructura corporal, el cráneo y gran parte de lo que somos. Tomado de Quishca.



Venimos del pez. Cuesta imaginarlo. Si es duro admitir que nuestros ancestros fueron si­mios peludos, ¿có­mo aceptar que un pescado sea nuestro tatarabuelo? Neil Shubin, el paleon­tólogo que descubrió el Tiktaalik (el primer pez en el que se aprecia la transición de aletas a patas), acaba de publicar un burbujeante libro, Your inner fish (tu pez interior).

Tras examinar fósiles y ADN, de­muestra en él que nuestras manos proceden de aletas y que nuestra cabeza está organizada como la de los extintos peces sin mandíbula. Tus antepasados fueron acuáticos durante más de 150 millones de años. De hecho, los peces son los vertebrados más antiguos del planeta. Durante ese tiempo realizaron una gran inversión en I+D evolutivo. Y gran parte de lo que somos se lo debemos a sus “inventos”: los dientes, la musculatura segmentada que tanto hace suspirar a las féminas que ven a los espartanos de la película 300, la columna vertebral, los pulmones… To­das ellas, características físicas heredadas de nuestro pretérito evolutivo. Pero también nos han legado, al menos a las mujeres, algo insospechado: la menopausia. Lo ha descubierto el investigador David Reznick, de la Universidad de California, quien fue el primero en señalar que las hembras guppy (Poecilia reticulata), un pez nativo de Centroamérica, atraviesan una fase de menopausia que les permite alargar su vida, aun cuando haya terminado su edad reproductora. Por todo esto, y más, no cabe duda, nuestro tatarabuelo acuático se habría sentido orgulloso de nosotros.

Cuerpo de pescado

Como se puede apreciar en el diagrama evolutivo, los órganos suelen estar duplicados a izquierda y derecha, y la musculatura se basa en segmentos repetidos, que aún se distinguen en los abdominales masculinos que tanto furor causan. Esta configuración es muy diferente de la de un erizo de mar, una mariposa y una esponja. Es el esquema del tipo de animal al que llamamos “pez” y de sus descendientes. Algunos expertos, como el paleontólogo John Maysey, llevan este concepto al extremo afirmando que “somos peces, tanto si nos gusta como si no”

Una espina clavada

Cualquier animal terrestre de nuestro tamaño necesita un esqueleto mineralizado para no desparramarse. Nuestras osamentas proceden en última instancia de una raspa de pescado. Cuando nuestros antepasados con aletas salieron del agua, ya disponían de huesos bien sólidos; de lo contrario, la Tierra estaría poblada de seres blandos y agusanados. Es probable que el hueso sea un tejido tan antiguo como los peces. Su esqueleto estaba formado por cartílago (como el de los actuales tiburones y rayas). Pero el hueso ya estaba presente desde el principio en forma de duras placas, formando una armadura en mosaico. Por suerte, el tejido óseo es un material multifuncional, y los peces pronto descubrieron nuevas aplicaciones: dientes, escamas, densos esqueletos… Los mamíferos nos aprovechamos de toda esa variedad sin añadir nada más basado en el hueso. Salvo, quizá, los cuernos…

Los órganos a pares: oídos, pulmones, riñones, ojos, e incluso las extremidades, son otra herencia evolutiva que recibimos de los peces.

¿Tomas aire o agua?

Los peces tienen agallas para respirar agua, y nosotros pulmones para respirar aire, ¿verdad? Bueno, no es tan simple. El oxígeno del aire es mucho más abundante que el del agua, y puede conseguirse con un esfuerzo mucho menor; basta con que el pescadito trague una burbuja de la superficie para que el preciado gas se difunda hacia la sangre. Si se trata de una buena bocanada que puede alojarse temporalmente en una bolsita interna, mucho mejor. Los pulmones de nuestros ancestros acuáticos aparecieron millones de años antes de que se les ocurriera salir a caminar por la orilla.

En el Tiktaalik, que vivió hace 375 millones de años, las aletas comenzaron a convertirse en brazos

Abre la boca

Los peces tienen agallasaLa capacidad de morder es algo muy interesante. Sin ella no habría tiburones, tiranosaurios, cacatúas, conejos ni humanos. Al principio, los peces no podían morder por la sencilla razón de que no tenían mandíbulas. Sus bocas se limitaban a raspar o chupar el alimento. Pero hace más de 450 millones de años tuvo lugar una transformación espectacular: parte del esqueleto que sostenía las branquias comenzó a colaborar en la succión, abriéndose y cerrándose. El sistema funcionaba tan bien que la evolución acabó hipertrofiando aquella bisagra y convirtiéndola en las primeras quijadas. Entonces, se abrió todo un mundo de posibilidades gastronómicas y predatorias. Excepto las ex­quisitas lampreas y los viscosos mixinos, parásitos de bocas chupadoras, todos los peces actuales –y, por supuesto, todos los vertebrados terrestres– descendemos de aquel linaje de inventores de las mandíbulas. Lo que no hace sino dejarnos con la boca abierta de asombro.

En la foto aparece el primer 4x4, una reconstrucción del Tiktaalik, uno de los primeros peces en los que se aprecia la transición de aletas a piernas y brazos.

De patitas a la orilla

Los peces inventaron las aletas pares allá por el período Silúrico. Los científicos pensaban hace unos años que las aletas carnosas se habían convertido gradualmente en patas a medida que se iban aventurando en tierra firme, pero hoy saben que esa transformación sucedió casi totalmente dentro del agua. A esas aletas les salieron codos y muñecas. Más tarde surgieron los dedos, y solo después, nuestro ancestro, algo vago, se decidió a conquistar la orilla. Una vez más, los peces nos dieron casi todo el trabajo hecho.

23 de febrero de 2007

Implante emite impulsos eléctricos para inhibir dolores en el cuerpo
Entre otros usos, se recomienda para pacientes operados de la columna. Click en la imagen para agrandarla...

Se lo conoce como estimulador del cordón espinal (SCS por sus siglas en inglés) y es la opción para que, aquellos pacientes que sufren de dolores crónicos neuropáticos que no responden a los tratamientos con analgésicos y demás procedimientos propios de la medicina de terapia del dolor, puedan vivir sin él.

"Es un dispositivo que transmite una corriente eléctrica de muy bajo voltaje para inhibir las fibras nerviosas que llevan el dolor. Su indicación más frecuente es en el dolor posquirúrgico de columna, llamado síndrome de cirugía de espalda fallida", explica el doctor Víctor Espinoza Aranguren, jefe del servicio de Recuperación y Terapia del Dolor del Hospital Guillermo Almenara y presidente de la Asociación Peruana para el Estudio del Dolor.

Este síndrome no significa que la cirugía haya sido mal realizada, detalla el galeno, sino que la evolución del paciente no fue buena, lo que tiene una incidencia entre el 10% y 40% en el ámbito mundial.

El SCS también se indica para los dolores causados por una insuficiencia vascular periférica o por una angina inestable.

SENSACIÓN DE HORMIGUEO
"Hay una teoría de la compuerta que dice que al estimular el nervio sensitivo normal se inhibe el nervio que transmite el dolor", dice el doctor Espinoza Aranguren. Este es el mecanismo que sigue el SCS.

El resultado es una sensación de hormigueo en la zona en la que anteriormente se sentía dolor. El paciente posee una especie de control remoto con el que puede aumentar la intensidad de las estimulaciones, pero no hay peligro de que sufra algún daño. Tampoco existe la posibilidad de sufrir efectos secundarios, solo los que puede producir cualquier cirugía, por ejemplo una infección.

Sin embargo, no todos los pacientes obtienen el mismo resultado. El éxito del implante del estimulador del cordón espinal depende de la buena selección del paciente, de una buena evaluación psicológica y del cuadro doloroso porque "no todos los pacientes que se operan de la columna y tienen dolor son candidatos para el SCS. Puede haber otras indicaciones", señala Espinoza.

En el país, si bien hay quienes cuentan con un impulsor, este les fue colocado en el extranjero. Aún no se ha realizado el procedimiento, a decir del doctor Espinoza, debido a la falta de formación profesional y por el costo, que rodea los US$20.000. Sin embargo, el médico se mostró optimista con la posibilidad de que próximamente se empiece a aplicar.

CLAVES
Medicina busca más terapias del dolor

Si el SCS no logra calmar el dolor, una última opción es la bomba implantable para infusión intraespinal de morfina.

Otros procedimientos que se realizan en las unidades de terapia del dolor son el uso de analgésicos simples y opiáceos, y el bloqueo de nervios guiado por rayos X.

Más información:
La evaluación psicológica es clave

Fuente.

El Comercio
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