Científicos británicos están estudiando decenas de esqueletos de personas que murieron hace más de 100 años para tratar de encontrar nuevos tratamientos para el dolor crónico de espalda.
La investigación es un esfuerzo conjunto de médicos, arqueólogos y antropólogos de las universidades de Leeds y Bristol, en Inglaterra.
Aunque el dolor crónico de espalda es un trastorno extremadamente común, hasta ahora no ha sido posible desarrollar un solo tratamiento efectivo para curarlo, más allá de las terapias para controlar el dolor.
Esto se debe a que la columna vertebral contiene una compleja red de nervios, articulaciones, músculos, tendones y ligamentos, todos capaces de producir dolor.
Además, el tamaño y forma de la columna humana varía de persona a persona.
El estudio está siendo llevado a cabo con 40 columnas vertebrales de esqueletos de museos y colecciones anatómicas del Reino Unido.
El objetivo es crear modelos computacionales de distintos trastornos de la espina dorsal y de sus diversos tamaños y formas.
Los científicos esperan usar estos modelos para crear un programa que evalúe el potencial impacto de nuevos materiales de implante y nuevos tratamientos, como la cirugía laparsocópica de columna o el reemplazo de disco artificial, antes de que sean utilizados en el paciente.
Problema común
Se cree que nueve de cada diez adultos experimentan algún tipo de dolor de espalda en algún momento de su vida, y muchos de estos desarrollan dolor crónico.
A diferencia de los tratamientos para cadera o rodilla, en los cuales la ciencia ha avanzado mucho, la investigación ortopédica no se ha centrado en el estudio de probables terapias para los problemas de espalda.
Esto se debe principalmente a que actualmente es muy difícil, o imposible, probar nuevos tratamientos en pacientes con problemas de espalda, debido a que si el tratamiento no es correcto puede tener serias complicaciones en el individuo.
Los científicos esperan poder utilizar el nuevo programa para establecer con precisión cuál es el tipo de tratamiento más adecuado para cada paciente.
"El dolor de espalda es un trastorno extremadamente común pero como todos tenemos una columna vertebral distinta ha sido muy difícil desarrollar nuevos tratamientos", afirmó David Willets, del Consejo de Investigación de Ciencias de Ingeniería y Física (EPSRC), que está financiado el estudio.
"Esta investigación podría mejorar significativamente la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo".
"Y es fascinante que podamos unir huesos viejos y nueva tecnología para lograr un beneficio para estos pacientes", señala el funcionario.
Ensayos más rápidos
El programa será diseñado tomando escáneres de tomogragía computarizada de cada vertebra de cada una de las columnas analizadas, para crear imágenes tridimensionales detalladas de las vertebras.
Los investigadores esperan que este programa -el primero que se diseña para el tratamiento de dolor de espalda- pueda ser utilizado también para acelerar los ensayos clínicos de nuevos tratamientos.
Actualmente estos ensayos tardan unos diez años. Pero tal como explican los científicos, los datos obtenidos con los huesos antiguos podrán suministrar datos similares recogidos de cadáveres donados a la ciencia, que son muy limitados y principalmente provienen de grupos de edad avanzada.
"La idea es que una compañía farmacéutica pueda diseñar un nuevo producto para dolor de espalda y nosotros podamos simular cómo funcionaría en los distintos tipos de columna vertebral", explica la doctora Ruth Wilcox, quien dirige el estudio en la Universidad de Leeds.
"Lo bueno de los modelos computacionales es que podemos utilizarlos una y otra vez, de manera que podremos probar un número grande de distintos fármacos en el mismo modelo".
"Si tuviéramos que hacer esto en un laboratorio, necesitaríamos un gran número de columnas vertebrales donadas cada vez que necesitaramos probar un nuevo tratamiento", expresa la investigadora.
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