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24 de septiembre de 2012

Las 5 mejores aplicaciones para recuperar archivos borrados de una tarjeta de memoria, pendrive o disco duro

Documentos eliminados tarjeta de memoria

Son muchas las ocasiones en las que tenemos información importante almacenada en una tarjeta de memoria, un pendrive USB o un disco duro y por problemas técnicos o por que nos vemos forzados a borrarlas, nos encontramos en la difícil situación de tener que recuperar los archivos eliminados.

En futuros artículos veremos con mas detalle el proceso por el que se guarda la información en estos soportes, pero por ahora lo que nos interesa es tener un par de ideas claras. Por un lado que después de borrar un archivo o de formatear un disco duro, tarjeta de memoria... los datos siguen ahí. Por otro lado es muy importante saber esto por si nos encontramos en la situación contraria. Hemos vendido un PC o una cámara de fotos que ya no queremos usar y hemos dado junto con ella las memorias donde almacenábamos las cosas.


Todo esto lo tocaremos con mas profundidad mas adelante pero ahora vamos a centrarnos en como salvar la situación cuando tenemos que
recuperar archivos borrados. Para ello he recopilado varios programas gratuitos o muy baratos con los que llevar a cabo esta tarea.

Lea el artìculo completo en:

Cómo recuperar archivos

21 de septiembre de 2012

Cómo dar un discurso con todos los aciertos de Bill Clinton

El expresidente estadounidense hizo gala de sus mejores habilidades de orador en la última Convención Demócrata. ¿Qué puede aprender un CEO de su actuación?



El discurso del apodado “Comback Kid” de la política estadounidense fue visto 200,000 veces más que la aparición de Barack Obama en la Convención Demócrata celebrada a principios de setiembre. YouTube probablemente continúa registrando más visitas para Bill Clinton en estos momentos.

¿Qué hizo del expresidente de Estados Unidos el gran orador que demostró ser en este evento? Luisa García, socia y CEO para la Región Andina de Llorente & Cuenca, rescató diez pasos a seguir para repetir todos los aciertos de su ponencia para la revista G de Gestión:

1. Cuente una historia. Un discurso no puede ser una sucesión de hechos o ideas, sino elaborarse en una narrativa que contenga personajes y genere interés a través de momentos de intriga y lecciones aprendidas. Cuando Clinton dijo “tengo un candidato en mente para nominar a presidente”, fue un equivalente de “érase una vez…”.

2. Genere imágenes mentales. Nombres, apellidos y caras son la clave del contexto en un discurso. Los números deben ser ejemplos y deben aterrizarse en comparaciones.

3. No sea brillante. O al menos no intente parecer que se esfuerza en serlo. Hable en el mismo idioma que su público, no exaspere con palabras del “habla culta”.

4. Emociónese con su historia. Si va a dar buenas noticias, sonría. Las buenas vibras se transmiten al auditorio si son genuinas. Una buena señal de hacer esto bien es terminar cansado al finalizar un discurso.

5. Salte sobre los obstáculos. Elimine las palabras que no puede pronunciar bien. Tache frases del discurso que le causen molestia. Si se atasca, siga sin temor: la audiencia comprende más de lo que sospecha.

6. Gesticule. Use las manos para reforzar puntos clave y llamar la atención. Encuentre su propio estilo no verbal, así como el dedo índice de Clinton, que es prácticamente una marca registrada.

7. Siéntase cómodo. Familiarícese con el escenario, el podio y haga una prueba de sonido. Cambie las luces que le fastidien la vista. Si se siente como en casa, el público lo hará también.

8. Tenga picos de entonación. Hay voces con efectos somníferos. Juegue con la velocidad de su discurso y hable más despacio cuando quiera enfatizar puntos clave. Las pausas siempre son estratégicas.

9. Haga suyo el discurso. Como dice la expresión inglesa, own it. Si no le ha agregado un tono personal a su ponencia, la audiencia sentirá que no son sus palabras.

10. Invoque a la acción. La mejor manera de conectarse con la audiencia es pedirle algo. “¿Cuál es tu llamada a la acción? ¿Qué esperas de mí? Dímelo. Implícame. Déjame ayudarte”, señaló García.

Fuente:

20 de septiembre de 2012

Los PIN de seguridad más corrientes (y también los menos habituales y predecibles)


Nunca se sabe cuándo vas a tener que utilizar estos conocimientos, pero el saber no ocupa lugar: cuáles son los PIN secretos más habituales en tarjetas de crédito y probablemente en cajas de seguridad, candados, teléfonos y similares.

Según un estudio de DataGenetics -que examinaron 3,4 millones de números robados de tarjetas de crédito- los más «predecibles» o que más gente usa son:
  • 1234, 1111, 0000, 1212, 7777, 1004, 2000, 4444, 2222...
y los más impredecibles o poco habituales por otro lado:
  • 8068, 8093, 9629, 6835, 7637, 0738, 8398, 6793...
En la ristra de los menos predecibles suele haber pocos o ningún dígito repetido y tampoco aparecen fechas ni números a primera vista reconocibles. No es probable que de la noche a la mañana se vuelvan «populares» así que, en cierto modo, se pueden considerar una opción más segura que los que son casi triviales de adivinar.

Por otro lado, más del 10 por ciento de las tarjetas están protegidas por el número 1234: o visto de otro modo, alguien que robe diez tarjetas de crédito a personas distintas es muy probable que pueda sacar dinero de alguna ellas, simplemente «probando». El 1111 lo utilizan el 6 por ciento y el 0000 casi el 2 por ciento.

(Vía Lifehacker.)

Tomado de:

18 de septiembre de 2012

7 consejos para leer en ebook sin dañar la vista

libro-electronicoLas editoriales aseguran que uno de los regalos estrella de estas navidades serán los lectores de libros electrónicos o e-books. Pero ¿puede ser dañino para la vista la utilización de estos lectores? Los nuevos terminales de lectura digital tienen pantallas de tinta electrónica (e-ink), que no emiten luz, por lo que son más suaves para la vista, prometiendo ser “de fácil lectura para nuestros ojos” e incluso aseguran que son de “igual apariencia y capacidad de lectura” que la de un libro convencional.

Según Anabel Ríos, Responsable de Desarrollo de Producto de Multiópticas, estos son los 7 consejos básicos a tener en cuenta para un uso saludable de los nuevos terminales.

1. No los use cuando se encuentre demasiado cansado
2. Utilice una iluminación uniforme evitando generar sombras y reflejos
3. Adecúe el tipo de letra para ver correctamente desde 30/45 cm de distancia
4. Evite la sequedad ocular mediante sencillos parpadeos
5. Realice pausas cada hora de relajación ocular
6. Gestione de forma inteligente su exposición global
7. No olvide realizar una revisión anual de su vista.

Fuente:

15 de septiembre de 2012

Cómo saber si nos roban el WiFi (y cómo evitarlo)

Dicen algunos que es triste pedir, pero más lo es robar. Lo cierto es que con el WiFi a veces ocurre lo contrario. Hay quién piensa que resulta más sencillo robar un poco del WiFi al vecino que ir hasta su puerta y pedírselo. ¿Como podemos saber entonces si hay algún intruso en nuestra red? En "Conocer Ciencia" les vamos a explicar cómo detectarlo y también cómo evitarlo en el futuro.

No sabemos quién podría colarse en nuestro WiFi. Foto cortesía de sunface13

No sabemos quién podría colarse en nuestro WiFi. Foto cortesía de sunface13

Según una encuesta, el 99% de los usuarios de smartphone alguna vez ha buscado puntos WiFi gratuitos en la calle. Y según otro estudio, uno de cada dos británicos se conecta al WiFi de alguien sin su permiso (y uno de cada tres piensa que no hay nada de malo de ello). Con todo esto, no sería raro que alguien se haya colado en nuestra red, sobre todo si la tenemos proco protegida.

La mayoría de usuarios alguna vez ha buscado a un WiFi gratuito. Fuente: DeviceScape

La mayoría de usuarios alguna vez ha buscado a un WiFi gratuito. Fuente: DeviceScape

Descubrir al intruso

Si desde hace un tiempo notamos que nuestra conexión de Internet se vuelve más lenta a ciertas horas concretas del día, es un primer indicio de que alguien puede estar utilizando nuestra conexión sin permiso. Puede que esa persona, por ejemplo, tenga el hábito de descargar cada noche un capítulo de su serie favorita con nuestro WiFi, justo cuando notamos que se ralentiza conexión. Si además vemos que la luz del router destinada al WiFi (a veces se indica como WLAN) continúa parpadeando tras apagar completamente todos los dispositivos inalámbricos de casa, podemos sospechar que algo ocurre.

Una manera sencilla y rápida para descubrir si realmente alguien se ha colado en nuestro WiFi es instalar en nuestro ordenador o teléfono inteligente un programa que nos indique los dispositivos conectados a la red de casa. Pueden encontrarse aplicaciones gratuitas para smartphone, tanto para Android (Fing, Network Discovery, Net Scan) como para teléfonos iPhone (Fing, IP Network Scanner, iNet). Y también para ordenadores de sobremesa: aplicaciones multiplataforma (Angry IP Scanner, Wireshark) o métodos específicos para Microsoft Windows (Wireless Network Watcher, Microsoft Network Monitor), Mac y Linux.

Los aplicaciones Fing (para iPhone y Android) y Wireless Network Watcher (Windows)

Los aplicaciones Fing (para iPhone y Android) y Wireless Network Watcher (Windows)

Con estos programas podremos pillar al intruso con las manos en la masa. Si contamos los dispositivos y hay más de los que en ese momento sabemos que están conectados al WiFi, es muy probable que alguien esté usando nuestra conexión sin permiso. Si desactivamos todos nuestros aparatos inalámbricos, no debería aparecer ninguno en la lista.

En la aplicación, cada dispositivo aparece identificado con una dirección IP (que normalmente le asigna el router al aparato) y una MAC (que la asigna el fabricante y difícilmente puede cambiarse). También a veces con un nombre, que probablemente nosotros hemos elegido en un proceso de instalación o registo. De esta manera podemos saber con certeza quién es quién. Luego explicaremos cómo identificar estas direcciones IP y MAC, en el caso de que no lo sepamos.

El registro del router

Con estos programas sólo podremos detectar al intruso si está conectado en el mismo momento en el que miramos. En caso contrario, no aparecerá. Para saber si alguien se ha conectado antes, debemos acceder al lugar del crimen: el router. A él podremos entrar a través de una página web, escribiendo la dirección del aparato en el navegador. En alguno de los apartados de la web del router habrá un registro en el que podemos ver las conexiones que se han realizado hasta ese momento.

Para poder conectarse al router, primero hay que conocer su dirección. Debe ser algo parecido a 192.168.1.1. Podemos encontrarla en el manual o preguntar por ella a nuestro operador (en el caso de que é nos haya dado el router).

Otra manera de conocer la dirección del router es a través de un dispositivo que esté conectado a él (por WiFi o cable). En Windows hay que ir Inicio, luego Ejecutar, escribir cmd y aceptar. Luego escribimos ipconfig/all en la ventana que nos aparece y el número al lado de puerta de enlace predeterminada será muy probablemente la dirección IP del router WiFi. También podemos conocerla en Mac, Linux, iPhone y Android. En este momento seguramente también nos toparemos con la direcciones IP y MAC (también conocida ésta como dirección física, dirección de hardware o dirección Wi-Fi del dispositivo), que utilizaremos más adelante.

Una vez conocemos la dirección del router, la escribimos en la barra de direcciones del navegador. Si es correcta, aparecerá la web del router y nos pedirá un nombre de usuario y/o contraseña. Si no la hemos cambiado, nuevamente el manual o nuestro operador nos la podrán decir. También hay páginas que recopilan contraseñas. Y si no, una búsqueda en Internet con el modelo del router seguramente nos dará la respuesta.

Página de configuración de un router D-Link

Página de configuración de un router D-Link

Una vez hemos entrado en el router, estaremos en posición de recoger la prueba definitiva y expulsar al vecino de nuestro WiFi. Buceando por los diferentes apartados, encontraremos el registro del router (también llamado log) donde probablemente veremos las direcciones IP o MAC de los dispositivos que se han conectado últimamente. Seguramente también encontraremos en otro apartado la lista de dispositivos conectados en ese momento mediante DHCP (los que reciben automáticamente los parámetros de configuración). La IP de nuestros aparatos a veces cambian (si así lo tenemos configurado con DHCP, lo más habitual), por lo que será más fácil identificar un intruso por su dirección MAC, que siempre es la misma para cada aparato (aquí os explican cómo averiguarla en Android y iPhone; en Windows y Mac os debería haber aparecido antes).

Proteges nuestro WI-Fi

Si alguien ha estado utilizando nuestra conexión, es porque muy probablemente no está bien asegurada. O quizás todavía nadie se ha colado, pero podría ocurrir en el futuro si no tenemos un buen nivel de seguridad. Desde la página del router podemos hacer todos los cambios necesarios para que no vuelva ocurrir. Si estamos algo perdidos, el manual del aparato o el servicio técnico del operador nos ayudarán.

Os damos a continuación algunas recomendaciones de configuración para que vuestro WiFi sea más seguro. Obviamente, cuántas más se apliquen, más segura será la red.  Pero sólo con seguir algunas de ellas ya será impenetrable para la mayoría de vecinos y curiosos.
  • Asegurarse de que tener una contraseña segura. El WiFi debe exigir una contraseña para conectarse que, a ser posible, sea larga y combine mayúsculas, minúsculas y números. Es recomendable que el cifrado sea de tipo WPA o WPA2. Las contraseñas de tipo WEP son muy fáciles de descubrir. Y cambiar la contraseña de tanto en tanto no está de más.
  • Filtrar las conexiones por direcciones MAC. Como hemos dicho, la dirección MAC es como la firma del dispositivo inalámbrico, y el router puede identificarla. Podemos configuarlo para que sólo permita que se conecten ciertos aparatos con unas MAC concretas. Aunque esta firma también puede impostarse, es un obstáculo más.
  • Asignar las direcciones IP manualmente. Por defecto, no hace falta configurar nada en nuestro dispositivo para que se conecte a un WiFI,  ya que recibe automáticamente del router todos los parámetros necesarios. Para dificultar la entrada de intrusos, podemos desactivar esta asignación automática (llamada DHCP). En ese caso, cada dispositivo que se conecte al WiFi deberá configurarse individualmente según los parámetros establecidos en el router (Windows, Mac, Android, iPhone).
  • Hacer invisible nuestro WiFi o cambiar el nombre (el SSID). Normalmente un router WiFi informa de su presencia a todo el que se acerca. Además, ciertos nombres identifican el dispositivo con el operador que lo ha suministrado, lo que facilita que pueda conocerse la contraseña por defecto. Para evitar que esto ocurra, podemos ponerle a nuestra conexión otro nombre y además que no informe de su presencia cuando alguien busque redes inalámbrica. Para conectar uno de nuestros dispositivos habrá que introducir manualmente el nombre exacto.
Al proteger nuestro WiFi no sólo evitamos que alguien utilice nuestra conexión gratuitamente sino que también impedimos que pueda acceder a nuestra información personal (archivos compartidos, webs que visitamos, etc.).  Ésta última es seguramente la razón más importante para proteger la red. Y no hay que olvidar que comprometemos información personal no sólo cuando un intruso se cuela en nuestro WiFi sino también cuando nosotros somos los que nos conectamos a un WiFi público.

Fuente:

24 de agosto de 2012

WSJ: Por qué las madres chinas son superiores

La catedrática Amy Chua ofrece su modelo de educación: nada de TV ni salidas con amigos y muchas horas de trabajo. Acabamos de leer este artículo y nos sorprende que los chinos rescaten mucho de la educación tradicional (respeto a los padres, horas  y horas de actividades académicas, practica de instrumentos musicales, nada o casi nada de televisión ni campamentos de verano ni salir a jugar copn los amigos) y los resultados son evidentes: adultos que alcanzan la excelencia. En contraste aquí en Occidente, dentro de la lógica neoliberal, se trata al niño con mucha liberalidad: pasando por agua tibia sus errores, sin castigos para no traumarlo, con muchas vacaciones y horas de televisión... y como resultado se obtienen jóvenes consumistas, individualistas y con poco apego al trabajo duro para lograr metas.


Por Amy Chua
 
[Chua]

Amy Chua con sus hijas, Louisa y Sophia, en su casa en Connecticut.

Mucha gente se pregunta cómo los padres chinos crían niños tan estereotípicamente exitosos. Se preguntan qué hacen esos padres para producir tantos genios matemáticos y prodigios musicales, cómo funciona la familia por dentro y si es un modelo imitable. Bueno, yo les puedo responder porque lo hice. Estas son algunas de las cosas que mis hijas, Sophia y Louisa, nunca tuvieron permiso para hacer:

- Ir a dormir a la casa de amigas.
- Quedar con los amigos para jugar.
- Participar en una obra de la escuela.
- Quejarse por no poder participar en la obra de la escuela.
- Mirar televisión y jugar con videojuegos.
- Elegir por sí mismas sus actividades extracurriculares.
- Tener una calificación inferior a excelente.
- No ser las número 1 en todas las asignaturas con la excepción de gimnasia y teatro.
- Tocar un instrumento que no sea piano o violín.
- No tocar el piano y el violín.

Estoy utilizando el término "madre china" con flexibilidad. Conozco algunas madres coreanas, indias, jamaiquinas, irlandesas y ghanesas que también entran en la categoría. A la inversa, conozco a algunas madres de origen chino, casi siempre nacidas en Occidente, que no son "madres chinas". También utilizo el término "padres occidentales" con holgura. Los padres occidentales vienen en todas las variedades.


En cualquier caso, incluso cuando los padres occidentales piensan que están siendo estrictos, normalmente no están ni cerca de ser una "madre china". Por ejemplo, mis amigos occidentales que se consideran severos hacen que sus hijos practiquen sus instrumentos 30 minutos al día. Una hora como mucho. Para una madre china, la primera hora es la parte fácil. Son la segunda y la tercera hora las que se ponen difíciles.

A pesar de nuestra aprensión a los estereotipos culturales, hay muchísimos estudios que evidencian diferencias marcadas y cuantificables entre los chinos y los occidentales a la hora de criar a sus hijos. En un estudio de 50 madres occidentales estadounidenses y 48 madres chinas inmigrantes, casi 70% de las estadounidenses dijo que "enfatizar el éxito académico no es bueno para los niños" o que "los padres tienen que alimentar la idea de que aprender es divertido". En contraste, aproximadamente 0% de las madres chinas opinaba lo mismo. En cambio, la gran mayoría de las madres chinas respondió que creían que sus hijos podían ser "los mejores" estudiantes, que "los logros académicos reflejan que están siendo buenos padres" y que si los niños no brillaban en la escuela había "un problema" y sus padres "no estaban haciendo su trabajo". Otros estudios indican que en comparación con los padres occidentales, los chinos dedican aproximadamente 10 veces más tiempo a repasar actividades académicas con sus hijos. En contraste, es más probable que los niños occidentales participen en deportes de equipo.

Lo que los padres chinos entienden es que nada es divertido hasta que uno logra ser bueno en algo. Para eso, hay que trabajar y por iniciativa propia los niños nunca quieren trabajar, por lo cual es crucial ignorar sus preferencias. Esto frecuentemente requiere entereza por parte de los padres porque el niño se resistirá; las cosas siempre son más difíciles al comienzo, motivo por el que los padres occidentales tienden a darse por vencidos rápidamente. Pero si es aplicada correctamente, la estrategia china produce un círculo virtuoso. 

La práctica tenaz es fundamental para la excelencia; la repetición está subvalorada en Estados Unidos. Una vez que un niño comienza a destacarse en algo (ya sea matemáticas, piano o el ballet), recibe elogios, admiración y satisfacción. Esto alimenta su confianza y hace que la actividad que no era tan divertida lo sea.

Una vez cuando era joven, cuando me mostré extremadamente irrespetuosa con mi madre, mi padre enojado me llamó "basura" en nuestro dialecto nativo Hokkien. Me sentí terrible y profundamente avergonzada por lo que había hecho. Pero no dañó mi autoestima ni nada por el estilo. Yo sabía bien el alto concepto que tenía de mí.

Ya de adulta, una vez hice lo mismo con Sophia, llamándola "basura" en inglés cuando fue muy impertinente conmigo. Cuando mencioné durante una cena lo que le había dicho, fui inmediatamente marginada. Una asistente quedó tan afectada que comenzó a llorar y se fue temprano. Susan, la anfitriona, trató de reintegrarme al grupo de las demás invitadas.

El hecho es que los padres chinos pueden hacer cosas que serían inimaginables —incluso legalmente cuestionables— a ojos de los occidentales. Las madres chinas pueden decirles a sus hijas: "Eh, gordita, debes perder un poco de peso". Al contrario, los occidentales tienen que andar con los pies de plomo, hablando en términos de "salud" para que, al final, sus hijos terminen necesitando terapia igualmente por sufrir desórdenes alimenticios y con una autoestima por los suelos.
 
Tres diferencias

He dedicado mucho tiempo a pensar en cómo pueden salirse con la suya los padres chinos. Pienso que hay tres grandes diferencias entre las mentalidades de los padres chinos y los occidentales.

La primera es que he notado que los occidentales están muy ansiosos por la autoestima de sus hijos. Les preocupa cómo se sienten si fracasan en algo y constantemente intentan reafirmar a los niños sobre lo buenos que son en algo, aunque su desempeño en una prueba o un recital haya sido mediocre. En pocas palabras, a los padres occidentales les preocupa la psiquis de sus hijos. A los chinos, no. Asumen que son fuertes, no frágiles y, como resultado, se comportan de manera muy diferente.

Los padres chinos exigen notas perfectas porque creen que sus hijos pueden sacarlas. Si el niño no las saca, el padre chino asume que es porque el hijo no trabajó lo suficiente. Es por eso que la solución a un desempeño por debajo de la norma sea siempre reprobarlos, castigarlos y avergonzarlos. El padre chino está convencido de que su hijo es lo suficientemente fuerte como para aceptar la vergüenza y mejorar a partir de ella. A su vez, cuando los niños chinos se destacan, los padres se explayan con generosidad en halagos y elogios.

La segunda diferencia es que los padres chinos creen que sus hijos les deben todo. Se asume que los niños chinos deben pasar su vida pagando a sus padres, obedeciéndolos y haciendo que se sientan orgullosos. Por el contrario, no creo que la mayoría de los occidentales tenga la misma opinión respecto a que los niños tienen una deuda permanente con sus padres. Mi marido, Jed, en realidad tiene la opinión contraria. "Los niños no eligen a sus padres", me dijo una vez. "Ni siquiera eligen venir al mundo. Es la responsabilidad de los padres cuidarlos. Los hijos no les deben nada a los padres. Su deber será para con sus propios hijos". A mí, eso me parece un mal negocio para cualquier padre occidental.

La tercera es que los padres chinos creen que saben lo que es mejor para sus hijos y por lo tanto ignoran sus deseos y preferencias. Esa es la razón por la que las hijas chinas no pueden tener novios en la secundaria y por la que los niños chinos no se van de campamento.

Los padres occidentales tratan de respetar la individualidad de sus hijos, alentándolos a seguir sus verdaderas pasiones, respaldando sus opciones, reforzándolos positivamente y proporcionándoles un entorno enriquecedor. Por el contrario, los chinos creen que la mejor forma de proteger a sus hijos es preparándolos para el futuro, haciéndoles ver de lo que son capaces, armándolos con habilidades, disciplina de trabajo y confianza que nadie les podrá arrebatar.
 
—Amy Chua es catedrática de la Facultad de Derecho de Yale y autora de "El mundo en llamas". Este ensayo es un extracto de "Battle Hymn of the Tiger Mother" (algo así como 'El himno de batalla de la madre tigresa') de Amy Chua.

fUENTE:

21 de agosto de 2012

Decálogo del divulgador de la ciencia



Decálogo del divulgador de la ciencia | Fuente

I

Ante todo, tendrá conciencia de su altísima misión: poner al alcance de la mayoría el patrimonio científico de la minoría. Defenderá en sus escritos, sus palabras o sus imágenes el derecho de todo ser humano a participar en la sabiduría y a integrarse en la cultura y en la civilización, que les mantendrá unidos en un saber común.

II

El divulgador de la ciencia pondrá todo su esmero en difundir los descubrimientos y los hallazgos, situándolos en su propio marco, valorando su importancia para la humanidad y estableciendo una posición de equilibrio entre lo que los descubrimientos tienen de sensacionales y su valor como fruto de una tarea permanente y colectiva.

III

En cuanto a la ciencia pura, subrayará el hecho de que sin ella no hay progreso ni ciencia aplicada y expondrá la dignidad y la nobleza de este empuje de lo que hay de más sagrado en el hombre: la necesidad de saber y orientarse. Sin olvidar nunca el doble aspecto de lo visible y de lo Invisible, lo inmanente y lo trascendente, en la relación del hombre con el mundo que le rodea, y procurando, además, que su labor esté inspirada en la fe, en la unidad armoniosa de la vida humana.

IV

Combatirá, con todos los medios a su alcance, la desconfianza de la gente hacia la ciencia e insistirá en dos hechos evidentes: 1.º) Los hombres de ciencia están obligados a ir siempre más arriba, más adelante y a profundizar en los secretos de la creación, y es la propia sociedad humana la que, después, hace mal uso, en ocasiones, de los descubrimientos científicos; y 2.º) En el balance de aportaciones de la ciencia al progreso y al desarrollo de la humanidad es mínimo aquello que, incluso sin tener en cuenta el apartado anterior, podría considerarse como negativo.

V

Tratará de crear conciencia pública de la importancia de la investigación científica, de la necesidad de que participemos todos en esta nueva revolución universal, de la rentabilidad de la investigación científica y de la urgencia de una cooperación más eficaz por parte del estado, los sectores productores y de los servicios, empresarios y financieros y, en suma, la sociedad toda.

VI

Insistirá, una y otra vez, en que la ciencia es cada día menos una aventura personal y cada día más una vasta empresa colectiva que necesita hombres, medios y un clima favorable.

VII

Tratará de hacer ver al público el hecho de que, a pesar de lo que pueda parecer a los ojos del profano, la investigación científica no es algo misterioso, secreto, ni terrorífico, sino una obra de sabiduría, de razón, de paciencia, de tenacidad y, sobre todo, de ilusión.

VIII

Denunciará la superchería de las falsas ciencias, que en muchas zonas de la humanidad siguen constituyendo obstáculos muy serios al desarrollo. Los curanderos están desacreditados, por lo menos en nuestras sociedades occidentales, pero hay que seguir combatiendo a sus equivalentes en otras ramas del conocimiento o de la actividad humana.

IX

Tratará a la ciencia con respeto, pero con familiaridad, poniendo el acento en la simpatía y en los aspectos humanos del científico. Frente a tanto temor y tanta desconfianza parece necesario humanizar la ciencia al presentarla al público, y situarla entre nosotros de modo entrañable y cordial, sin por ello restarle seriedad y trascendencia.

X

Todo esto el divulgador lo presentará del modo más sugestivo posible, en su dimensión asombrosa y escalofriante, para llegar al mayor número de lectores, de oyentes o de espectadores, y utilizando la palabra, el sonido y la imagen de un modo periodístico, es decir, actual, interesante, directo y sencillo.

Tomado de:

4 de julio de 2012

Tip: Organiza tus cables con los Tubos de Papel Higienico

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Qué hacen con los tubos de papel higiénico, una vez que el papel se acaba? Probablemente terminen en la basura, verdad? Pues berserk, de Instructables, tiene un excelente tip para utilizarlos en algo productivo: ayudarnos a ordenar nuestros cables.

Seguramente les ha sucedido. Tienen una suerte caja / cajón donde guardan todos los cables que no estén utilizando; ya sea cables LAN, de audífonos, cables de Poder, SATA, etcétera. El problema? Que una vez que los arrojamos a la caja, tienden a enredarse. Y finalmente, cuando necesitamos uno, terminamos desperdiciando preciados minutos, desenrollándolos.

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Lo que este instructable propone, es bastante sencillo: simplemente agarrar un grupo de estos tubos, pegarlos con masking tape, y luego usarlos como pequeños contenedores para un tipo de cable. Así, en lugar de tener una caja repleta de cables enredados, tenemos algo como esto:

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Súper sencillo, y sumamente útil!


Fuente:

22 de junio de 2012

Consejos para protegerte de tus padres, jefes y otros en las redes sociales

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Las redes sociales son cada vez más populares entre las personas de todas las edades, pese a esto, un gran porcentaje de los usuarios no sabe cómo proteger su privacidad en Facebook o Twitter, sobre todo si tiene entre sus contactos a su jefe, compañeros de trabajo o incluso a los padres.

Si bien el comentar lo que hiciste el fin de semana o lo cansado que sales de tu trabajo podría ser una actitud de lo más normal, también puede significar un problema si no sabes poner los límites entre lo que es público y lo que deberías dejar que sólo vieran o leyeran tus cercanos.

Aunque al crearnos cuentas en estas plataformas estamos renunciando a nuestra completa privacidad, también tenemos derecho a elegir qué queremos que sea visto por nuestros contactos y qué no, y así evitar que toda nuestra información, mensajes y fotografías sean de libre acceso para todos.

Es por eso que queremos entregar algunos tips o consejos para cuidar tus publicaciones en las redes sociales:

Facebook y Twitter

- Crear grupos de personas: Esta opción es ideal para separar a tus grupos de amigos, familia, compañeros de trabajo, etc. en grupos o listas que más tarde nos serán útiles a la hora de distribuir contenidos que deseamos que unos vean y otros no. Para crearlas tenemos dos opciones: la primera es predeterminada de Facebook y filtra a tus amigos según sus intereses comunes y nivel de interacción -acá tenemos el famoso grupo “Mejores Amigos”-. La otra alternativa es que tú mismo armes los grupos yendo a Inicio, luego a Amigos en el panel de la izquierda, haces click en ‘Más’ pasando el mouse sobre la palabra y luego seleccionas la opción ‘Crear grupo’:



- Limitar la visibilidad de los posteos en tu muro: Si no quieres que alguien vea los mensajes que te escriben tus amigos en el muro, sólo basta con ir a la Configuración de la cuenta, seleccionar la opción ‘Biografía y etiquetado’, y luego hacer click en el link ‘¿Quién puede ver lo que otros publican en tu biografía?’ y personalizarlo. Esta opción sirve para cerrar tu biografía para una o varias personas, porque también puedes personalizarla usando los grupos creados anteriormente.

- Elige quién puede ver tus publicaciones: Facebook tiene la opción de elegir si quieres que algunas personas vean tus estados y otras no. Esto se puede configurar fácilmente en la barra de estados, donde puedes configurar si quieres que tu mensaje sea visto por: todos los amigos, algunos amigos elegidos por ti, o todos, excepto una lista de personas.

- Filtrar tus álbumes de fotos:  Hay muchas personas que suelen publicar todo tipo de fotos en su Facebook, sin tomar en cuenta que algunas pueden ser comprometedoras para sí mismos o para sus amigos. Si no quieres dejar de publicar este contenido, pero tampoco quieres que tus jefes o padres lo vean, basta con añadir un filtro a cada álbum, al igual como se hace con los estados, así podrás evitarte más de un problema por sobreexponer demasiado tu vida.

Por otra parte, en Twitter hay menos opciones, pero también son menos las posibilidades de exponer tantos detalles de tu vida privada, pero por si quieres resguardar la privacidad de tus tuiteos, la opción es poner el famoso ‘candado’. Para que tus mensajes sólo sean vistos por tus amigos, debes ir a tu Configuración, luego a la pestaña Cuenta, y finalmente marcar la casilla ‘Proteger mis twitts’ y guardar los cambios.

¿Qué hacer cuando tus padres tienen Facebook o Twitter?

A pesar de que te protejas de todas las formas posibles en las redes sociales, siempre corres el riesgo de que tus padres quieran estar ‘más conectados contigo’ a través de alguna de estas plataformas. Así es el caso de Karina M., que le enseñó a su mamá a usar Twitter para poder comunicarse mientras ella estaba de viaje, pero no se imaginó que los mensajes de su madre le podrían ocasionar algunos bochornos que ella, por supuesto, toma con humor. 

 
Le preguntamos a Karina qué tipo de cosas escribe su mamá en su cuenta de Twitter, y nos contó que “a veces me pide explicaciones de lo que digo, pero no le hago caso porque sabe como soy”.

En cuanto a lo que le molesta de que su madre use esta red social, Karina indicó que “no me gusta que tenga faltas de ortografía, pero tiene 60 años y se lo perdono”. Además, cree que es bueno que los padres usen las redes sociales como vía de comunicación, aunque también cree que, al no ser expertos en el uso de estas plataformas, también hay que preocuparse de “cuidarlos para que no expongan cualquier cosa en sus perfiles de redes sociales”.

Por otro lado, Diego Alarcón, dice que sus padres no tienen cuentas en redes sociales, pero sabe que leen su timeline de Twitter, aunque no por eso deja de escribir las cosas que quiere. Tampoco se preocupa de lo que puedan pensar  en su trabajo de lo que escribe en las redes sociales porque “no digo nada malo, sólo me divierto”.

En todos los casos, lo recomendable es que pensemos bien en las cosas que escribimos o en las fotos que subimos a nuestras redes sociales, y no olvidemos que más gente está viendo lo que publicamos, no sólo nuestros padres o jefes.

¿Tienes otros consejos útiles? Compártelos con nosotros en los comentarios.

Lea el artículo completo y los comentarios en:

13 de junio de 2012

Ni el alcohol ni el tabaco afectan la fertilidad, pero sí el calzoncillo

Hasta ahora las recomendaciones para mejorar las posibilidades de reproducción de los hombres indican que hay que seguir un estilo de vida sano, con una dieta balanceada, limitar el consumo de alcohol y no fumar.

Calzoncillo ajustado

Para producir esperma sano los testículos deben estar uno o dos grados debajo de la temperatura corporal.

Un nuevo estudio, sin embargo, revela que ninguno de estos factores parece tener un impacto en la calidad del semen.
 
En lo que sí deben pensar los hombres que están deseando tener un bebé es en la ropa interior que usan: si usa trusa o slip ajustado, cambie a bóxers, los calzoncillos sueltos, afirma la investigación publicada en Human Reproduction, al menos en los meses en que está tratando de concebir.
Tal como expresan los investigadores de las universidades de Sheffield y Manchester, en Inglaterra, las recomendaciones médicas de cambiar el estilo de vida para combatir la infertilidad masculina "son inútiles".

El estudio reclutó a 2.249 hombres en 14 clínicas de fertilidad en el Reino Unido y se les pidió llenar un cuestionario detallado sobre su estilo de vida.

Posteriormente la información fue comparada con los cuestionarios de 939 hombres a quienes se les había detectado un nivel bajo de movilidad de espermatozoides.

Y con los de un grupo de 1.310 hombres sanos que habían producido esperma de alta movilidad.

El impacto del calzoncillo

El análisis de los datos mostró que los hombres que eyacularon números bajos de movilidad espermática mostraban 2,5 veces más probabilidades de haber sido sometidos a una cirugía testicular, dos veces más probabilidad de ser de raza negra y 1,3 veces más probabilidad de desempeñar un trabajo manual.

También se vio que estos hombres no usaban calzoncillos sueltos o no habían concebido previamente.
"Sorprendentemente -dicen los autores- el uso de drogas recreativas, tabaco y alcohol, y las mediciones del índice de masa corporal (IMC) tuvieron muy poco efecto".

Tal como explica el doctor Andrew Povey, uno de los autores del estudio, "a pesar de que las elecciones del estilo de vida son importantes para otros aspectos de nuestra salud, nuestros resultados sugieren que muchas de estas elecciones probablemente tienen poca influencia en el número de espermatozoides móviles que eyaculan".

"Por ejemplo, que un hombre fume o no tiene poca importancia. La proporciones de hombres con números bajos de esperma móvil fue similar entre los que habían fumado o fumaban más de 20 cigarrillos diarios".
"De la misma forma, hubo poca evidencia de algún riesgo asociado con el consumo de alcohol", agrega el investigador.

El análisis, explican los autores, estuvo basado en el número de espermatozoides móviles que un hombre eyaculaba porque esto está correlacionado con el éxito de fertilidad que tendrá el hombre y a menudo este dato también determina el tipo de tratamiento de fertilidad que se requerirá.

Lo que sí parece tener un impacto en este éxito de fertilidad, expresan los investigadores, es el tipo de trabajo que realiza un individuo y la ropa interior que usa.

Estudios pasados han vinculado el trabajo manual con bajo esperma móvil debido a las sustancias químicas tóxicas a las que muchos hombres están expuestos y que se sabe afectan la calidad del semen.

"A pesar de nuestros resultados, es importante que los hombres continúen siguiendo las recomendaciones sensatas de salud y vigilen su peso, dejen de fumar y limiten su consumo de alcohol", afirma el doctor Allan Pacey, otro de los investigadores.

"Pero no hay necesidad de que los hombres se vuelvan monjes sólo porque desean ser papás".

"Aunque si son aficionados a las trusas ajustadas, quizás sea buena idea que durante unos pocos meses cambien a calzoncillos más sueltos", agrega.

Para poder producir esperma sano los testículos necesitan estar un grado o dos debajo de la temperatura corporal, por eso es que los testículos poseen su propio saco donde pueden colgar fuera del cuerpo.

Las trusas o calzoncillos ajustados revierten esta sabia característica que se logró gracias a millones de años de evolución.

Fuente:

BBC Ciencia


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9 de mayo de 2012

Cómo Internet está cambiando la forma en que funciona el cerebro humano

La Nación entrevistó a científicos de la Argentina, Estados Unidos e Inglaterra para determinar si es cierto, como se ha afirmado durante años, que las nuevas tecnologías afectan nuestras funciones intelectuales, y cómo lo hacen. La respuesta es asombrosa.



 
Foto: SIMON CHAVEZ

Según la teoría de la evolución, el hombre está en constante cambio. Aunque muchas veces sea imperceptible, las modificaciones se van dando en función del entorno.


Con la masificación de Internet, las redes sociales, la telefonía celular, la cotidianidad se ha visto radicalmente modificada durante los últimos años. Por ejemplo, antes recordábamos con facilidad muchísimos números telefónicos, y ahora no es disparatado encontrar hasta nuestro propio número agendado en nuestro celular.


El Prof. Dr. Ricardo Allegri, jefe de Neurología Cognitiva de Fleni e investigador independiente del Conicet, explica este fenómeno: "Las nuevas tecnologías cambian paradigmas. De esta manera, las formas de procesamiento que eran habituales en generaciones anteriores se alteran; es decir, si en el pasado el procesamiento de la información era más lineal, actualmente es en paralelo, por eso una persona puede mantener al mismo tiempo varias conversaciones a través de Twitter, SMS y chat, sin inconvenientes".


Plástico como el cerebro


"La ortografía y escritura también se están alterando, y esto se evidencia a simple vista cuando se observa cómo escriben los más jóvenes. Esto no quiere decir que estén mermando las capacidades lingüísticas, simplemente hay un cambio comparado con el pasado", ejemplifica la Dra. Alba Richaudeau, neuropsicóloga del Hospital Austral y del Instituto Argentino de Psicología Aplicada (Iapsa).


Por su parte, la Dra. Tracy Alloway, experta en psicología cognitiva de la Universidad de Stirling, en Escocia, realizó un estudio para analizar el impacto de las aplicaciones tecnológicas en la memoria del trabajo , es decir, los procesos cerebrales involucrados en retener información durante un período corto y cómo manipulamos esta información. Esta memoria, además de almacenar los recuerdos, nos ayuda a utilizarlos para relacionar datos y resolver problemas.


 
 
Dra. Alba Richaudeau, neuropsicóloga del Hospital Austral y el Instituto Argentino de Psicología Aplicada (Iapsa). Foto: LA NACION / Hernán Zenteno

"Los cerebros de los niños, por su relación con las nuevas tecnologías y por la evolución propia del hombre, tienen diferencias respecto de los cerebros de las generaciones anteriores, por eso es indispensable cambiar el sistema educativo, que está prácticamente obsoleto. Nosotros aprendimos acumulando datos y lo valioso era saber muchas cosas. Sin embargo, hoy los datos están accesibles todo el tiempo, de modo tal que ya no es un valor para el cerebro el acumular información", sostiene la Dra. Alba Richaudeau, neuropsicóloga del Hospital Austral y el Instituto Argentino de Psicología Aplicada (Iapsa).


A tal fin, Alloway reunió a 104 estudiantes universitarios y a 284 adultos, de entre 18 y 30 años. A esos dos grupos los dividió en dos equipos. Por un lado, los que llevaban más de 12 meses usando Facebook y por el otro, los que contaban con menos tiempo en esa red social. Se sometió a todos los participantes a distintas pruebas vinculadas con la memoria y el lenguaje. Los resultados obtenidos indican que los del primer grupo tuvieron una mayor puntuación en todas las pruebas en comparación con los del segundo.

"De esta manera pudimos observar que el acto de comprobar el estado de un amigo y sus actualizaciones en Facebook fue un importante predictor del coeficiente intelectual verbal. Esto es así porque cuando una persona está usando Facebook tiene que tener en cuenta la nueva información de su amigo (es decir, el estado de actualización) y descartar el conocimiento previo acerca de dicho individuo. De esta manera es posible que usar Facebook sirva para aumentar las capacidades cognitivas como la memoria de trabajo y el coeficiente intelectual verbal", dijo en diálogo con La Nacion.


Además, Alloway está analizando el impacto de aplicaciones populares como YouTube y Twitter en la memoria de trabajo. Según los primeros resultados del estudio, tales aplicaciones estarían disminuyendo dicha habilidad: "Mis conclusiones indican que estas herramientas podrían estar perjudicando las capacidades del ser humano, que existe la posibilidad de que este tipo de tecnología pueda dañar nuestra memoria de trabajo ya que nos insta a realizar actividades muy breves y cortas. Con Twitter, que se basa en mensajes de 140 caracteres, utilizamos muy poca información en cada mensaje. De esta manera no estamos usando la memoria ni la capacidad del lenguaje tal como lo hacíamos en el pasado, y lo mismo sucede con el uso de los mensajes de texto. Por otro lado, cuando una persona está usando Facebook tiene que tener en cuenta la nueva información de su amigo (que sería el estado de actualización), y descartar el conocimiento previo acerca de dicha persona. De esta manera es posible que el acto de usar Facebook sirva para aumentar las capacidades cognitivas como la memoria de trabajo y el coeficiente intelectual verbal", sostiene.


 
 
Dra. Marcela Cohen, neuróloga de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina. Foto: LA NACION / Ignacio Colo

Con respecto a estas conclusiones, el médico de Fleni advierte: "Si uno evalúa las funciones cognitivas en forma aislada, puede decir que el impacto es positivo o negativo. Por ejemplo, si analizo el efecto de los buscadores de Internet puedo afirmar que alteran de alguna manera nuestro cerebro, ya que la memoria episódica (que es un sistema de memoria explícita y declarativa que se utiliza para recordar experiencias personales enmarcadas en nuestro propio contexto, como es el hecho de recordar números de teléfonos) se vuelve menos efectiva que antes, pero si lo analizo en el nivel global, sin duda se trata de un impacto positivo, porque rescato que las redes sociales como Facebook nos facilitan la memoria operativa porque nos permite interrelacionar situaciones, mientras que Twitter, por sus características de instantaneidad y linealidad, pone al cerebro en contacto con infinidad de personas que discuten una misma información".


En este sentido, una investigación publicada en la revista Science a mediados de 2011 sugiere que cuando las personas confían en tener acceso futuro a la información tienen menor recuerdo de los datos, pero mayor de la fuente de esa información. Este estudio asegura que Internet se ha convertido en la fuente primaria de memoria externa. Al respecto, el experto de Fleni opina: "Estamos ante un problema si la actividad que antes tenía el cerebro ahora se la delegamos a los aparatos, dejando al órgano inactivo. Pero si descargo parte de mi memoria en Internet para poder usar mis capacidades para interactuar y procesar diversas informaciones, entonces el efecto es positivo. Antes teníamos una capacidad mucho más limitada para ubicar y manejar información. Ahora tenemos más acceso y mayor capacidad para procesar y relacionar mucha información. Definitivamente, no es que el cerebro deja de trabajar, sino que lo hace de otra manera".


El Efecto Google


Los motores de búsqueda tienen un impacto fundamental en el funcionamiento de nuestro cerebro. Los expertos denominan Efecto Google al fenómeno por el cual la población ha comenzado a utilizar Internet como su banco de datos. De esta manera, las computadoras y los buscadores se han convertido en una especie de sistema de memoria externa al que puede accederse a voluntad del usuario y al que la memoria humana se está adaptando.


"Este alejamiento de la memorización en última instancia puede ayudar a la gente a mejorar su comprensión, porque la memoria es mucho más que la memorización, y el Efecto Google nos permite liberar más espacio en nuestros cerebros para orientarlo más al procesamiento de información", asegura Alloway.


 
 
Prof. Dr. Ricardo Allegri, jefe de Neurología Cognitiva de Fleni e investigador independiente del Conicet. Foto: LA NACION / Diego Spivacow/AFV

"Cuando usamos el GPS dejamos de estimular nuestro cerebro para crear una estrategia para desplazarnos de un punto a otro". , subraya la Dra. Marcela Cohen, neuróloga de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina.


"Está claro que hoy, el Efecto Google es la forma actual de acopio de datos. Si bien puede verse como detrimento para el ejercicio de la memoria, desarrolla otras áreas como la creatividad y asociación rápida, y la posibilidad de realizar lecturas simultáneas. El acceso instantáneo a la información variada permite la comparación, la asociación de ideas, y estimula la flexibilidad cognitiva mediante la utilización de juegos y programas informáticos. El cerebro tiene muchas funciones, una es la memoria. Si bien ésta es la que parece descansar en el nuevo escenario, otras como la rapidez visual y motora, la deducción, la concentración y la atención utilizadas en Internet son propiciadas como una forma de gimnasia cerebral", destaca la Dra. Marcela Cohen.


Mentalmente social


Casi el 40% de los argentinos tiene una cuenta en Facebook, según un reciente estudio de la consultora eMarketer, que vaticina que para 2014 existirán 17 millones de personas registradas en esta red social. Con estos datos, el país se coloca como el tercero a nivel mundial con mayor penetración y como líder en América latina.


"Hay evidencia de que los individuos que están más conectados socialmente pueden retrasar la pérdida de memoria en la edad avanzada", dice Alloway, y explica que, por ejemplo con el uso de Facebook, la memoria de trabajo puede ser estimulada y mejorada a cualquier edad, obteniendo un impacto enorme en las capacidades cognitivas y de aprendizaje.


"Las nuevas tecnologías cambian paradigmas. De esta manera, las formas de procesamiento que eran habituales en generaciones anteriores empiezan a cambiar, es decir, si en el pasado el procesamiento de la información era más lineal, hoy el cerebro trabaja de otra manera, por eso las conversaciones hoy no son lineales, sino que se dan en paralelo, motivo por el cual una persona puede mantener al mismo tiempo varias conversaciones diferentes a través de Twitter, SMS y chat, sin inconvenientes", advierte el Prof. Dr. Ricardo Allegri, jefe de Neurología Cognitiva de Fleni e investigador independiente del Conicet.


 
 
Tracy Alloway, experta en Psicología Cognitiva de la Universidad de Stirling, en Escocia. 

El investigador Ryota Kanai, del Instituto de Neurociencias Cognitivas del Colegio Universitario de Londres, lleva tiempo investigando el funcionamiento del cerebro. Junto a su equipo encontraron que existe una relación directa entre el número de amigos que una persona tiene en Facebook y el tamaño de ciertas regiones del cerebro, lo que eleva la posibilidad de que el uso de redes sociales pueda cambiar este órgano.


Para llegar a esta conclusión escanearon el cerebro de 125 estudiantes universitarios usuarios de Facebook y compararon los resultados con el tamaño de sus grupos de amigos, tanto en la red como en el mundo real. Entrevistado por La Nacion, explica: "Concluimos que cuantos más amigos tenía una persona en esta red social, mayor era su volumen de materia gris en cuatro regiones del cerebro, entre ellas la amígdala, asociada a la respuesta emocional y la memoria, así como otras zonas clave para identificar las señales que se producen durante la comunicación con otras personas".


El espesor de la materia gris en la amígdala también se vinculó con el número de amigos que tenía la gente en el mundo real, pero el tamaño de las otras tres regiones parecía estar correlacionado sólo con las conexiones online.


"Creo que la razón por la cual se encontró dicha correlación entre el número de amigos de Facebook y lo que sucede en varias regiones del cerebro tiene que ver con el impacto de la actividad social online de las personas, que podría reflejar su nivel de sociabilidad general o de extroversión. Las redes sociales son enormemente influyentes, pero todavía conocemos muy poco sobre el impacto que tienen en nuestros cerebros", reconoce Kanai, y agrega que a pesar de los estudios realizados, hasta ahora no es posible afirmar si tener más contactos en Facebook hace más grandes determinadas partes del cerebro, o si algunas personas están simplemente predispuestas para tener más amigos.


 
 
Mark Mapstone, de la Universidad del Rochester Medical Center en Rochester, Nueva York, Estados Unidos. Foto: LA NACION 

Está claro que las nuevas tecnologías no atrofian el cerebro, como muchos creen. De todos modos, los entrevistados enfatizan que son herramientas para realizar determinadas acciones, y no deben ser utilizadas como un fin en sí mismo.


Al ritmo al que avanzan las tecnologías parece imposible prever cómo funcionará nuestro cerebro en sólo 20 años. "Este órgano tiene una gran capacidad de adaptación. Es mentira que tenemos zonas del cerebro que no se usan. Todo lo que tenemos lo usamos y todo se adapta para una mejor interacción con el mundo", concluye el Dr. Allegri.


Si bien hay en marcha diversos estudios científicos al respecto, para la Dra. Alba Richaudeau no es posible aún probar científicamente cómo se están dando esos cambios: "Las investigaciones demandan tiempo y los avances tecnológicos avanzan a una velocidad superior. Tenemos la impresión de que Internet impacta en el funcionamiento cerebral, pero todavía no hay resultados concluyentes. Entonces, si bien ya hay ciertos estudios que dan cuenta de cómo el cerebro se está adaptando al nuevo medio, lo cierto es que aún hay mucho por investigar".


En definitiva, como dice el neuropsicólogo Mark Mapstone, de la Universidad del Rochester Medical Center de Rochester, Nueva York, Estados Unidos, al ser consultado por La Nacion: "El hombre se ha centrado en la tecnología desde los albores de los tiempos. Controlar el fuego, inventar la rueda y desarrollar el lenguaje escrito son sólo algunos ejemplos de lo que ha sido la evolución. Los humanos somos animales de adaptación, y en este contexto utilizamos la tecnología para que la especie continúe avanzando".


Fuente:


Bonus:

 A todos los maestros y padres de familia preocupados por la educación de sus hijos y pupilos les dejo esta presentación que trata sobre el uso de Internet como una herramienta "a nuestro favor".

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20 de octubre de 2011

7 maneras de encontrar el norte si estás perdido en el bosque


Ahí van un buen puñado de trucos para encontrar el norte, en plan boyscouts o Jóvenes castores. Algunos de estos trucos no funcionan especialmente bien en el denso follaje, en todas las condiciones meteorológicas, o en todas partes del mundo, pero en casi cualquier situación una de estas ideas puede funcionar. Tampoco es una lista exhaustiva, así que podéis contribuir si se os ocurre alguno más.

1. Buscar musgo. Por lo general crece orientado al norte (porque suele ser el más sombrío y húmedo.), o, al menos, crece más abundantemente allí, en la base de los árboles o las piedras. Las ramas de los árboles se desarrollan más en la parte sur.

2. Buscar telas de araña. Tienden a aparecer en el lado sur de los árboles.

3. Situar un palo en el suelo verticalmente. Marcar su sombra. Esperar un poco, y marcar el lugar donde está luego la sombra. La línea que va entre esos dos puntos va aproximadamente de este a oeste. A continuación, puedes ver, por la dirección del movimiento del sol, dónde está el norte.

4. Contemplar el sol, que se eleva (más o menos) en el este y se pone (más o menos) en el oeste. Sin embargo, la posición exacta del sol varía según la estación y la latitud, así que es un truco bastante inexacto.

5. En el hemisferio norte, si es de noche y el cielo está claro, por lo general puedes localizar la estrella Polar. La estrella está apuntando hacia el norte. Se encuentra entre dos constelaciones muy brillantes, que son Casiopea (con forma de W) y la Osa Mayor (con forma de carro, o cazuela).

6. Ten en cuenta la dirección en la que se mueven las nubes, que generalmente es de oeste a este. (Esto sólo puede proporcionar una idea aproximada a lo sumo, y no funciona en todas partes.)

7. Fabricar una brújula. Convertimos un alfiler en un imán frotando la aguja con el imán siempre en la misma dirección y sentido para obtener una buena imantación. Pinchamos la aguja en un trocito de porexpan para que flote y la colocamos en un recipiente con agua. También podemos colocar la aguja sobre papel higiénico aprovecahando la tensión superficial del agua para que la aguja flote una vez que el papel higiénico se haya hundido.
La aguja apunta al polo norte.

Vía | Sense List

Tomado de:

Xakata Ciencia

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