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¿Quién
no ha visto nunca a un perro mirar fijamente a su dueño, sin perder un
detalle de todos sus movimientos faciales? Está claro que el mejor amigo
del hombre nos observa y comprende, pero la forma por la que su cerebro
representa estas percepciones es un misterio. ¿Cómo distingue el perro
al hombre, por la vista o por el olfato? ¿Reacciona ante el lenguaje del mismo modo que responde a sonidos arbitrarios, o tiene estructuras neuronales específicas? Un grupo de investigadores de la Universidad Emory (EEUU) ha perfeccionado un método para escanear el cerebro de los perros mediante técnicas de resonancia magnética. Los resultados de la primera prueba, publicada en la revista PLoS ONE, muestran la región del cerebro canino que se activa en respuesta a las señales de sus propietarios. En la prueba participaron dos perros, uno de ellos había sido adoptado nueve meses antes, y el segundo ya había sido adiestrado por su dueña para participar en competiciones. Ambos animales fueron adiestrados para responder a señales hechas con la mano, una de ellas indicaba que iban a recibir un trozo de salchicha, y otra que no había premio. Los resultados revelaron que cuando los dueños hacían la señal que tenía recompensa, que activaba la región caudal de sus cerebros, una zona implicada en la percepción y el aprendizaje. Además, la activación era más intensa en el perro más adiestrado. "Los resultados indican que los perros prestan mucha atención a los hombres", indica Gregory Berns, uno de los autores. "Y estas señales parecen tener una conexión directa con el sistema de satisfacción del perro". Este trabajo abre la puerta a futuras investigaciones en torno a los `pensamientos´ caninos y a la comunicación entre especies. "Queremos entender la relación perro-hombre, desde la perspectiva del perro", explica Bern. |
Desde hace mucho tiempo los científicos han tratado de encontrar qué causa la distintiva piel arrugada de los perros Shar Pei.
Tras analizar la genética de 10 perros de raza con pedigrí, investigadores en Estados Unidos afirman creen haber encontrado la respuesta.
La investigación llevada a cabo en el Departamento de Ciencias Genómicas de la Universidad de Washington identificó 155 ubicaciones distintas en el genoma de los animales que podrían jugar un papel en la distintiva apariencia de esta raza.
En el Shar Pei, el equipo encontró diferencias en un gen llamado HAS2 que produce una enzima que se sabe es importante en la producción de piel.
"Probablemente hubo una mutación que surgió en ese gen que condujo al nacimiento de un cachorro realmente arrugado y su criador dijo: "Oye, se ve muy interesante. Voy a tratar de criar selectivamente esta característica y producir más perros así"" explicó a la BBC Joshua Akey, uno de los investigadores.
Pequeñas diferencias
El perro con pedigrí se ha convertido en una fascinación -y en una herramienta extraordinariamente útil- para los genetistas.
La domesticación del lobo, hace más de 10.000 años, y la crianza selectiva que siguió ha resultado en más de 400 razas de perro, cada una con sus propias características físicas, pelaje y temperamento.
Con estas poblaciones los científicos han tenido la oportunidad de comparar y contrastar la genética de distintos grupos, lo que ha facilitado el descubrimiento de las causas detrás de características específicas.
El "mejor amigo del hombre" está ayudando a los científicos a localizar los genes defectuosos que causan enfermedades tanto en perros como en humanos y además está ofreciendo información útil sobre cómo funciona la evolución a nivel molecular.
El doctor Akey y sus colegas estudiaron a 32 Shar Peis arrugados y 18 de piel lisa y compararon una porción específica de su ADN con el de otras razas.
Descubrieron cuatro diferencias pequeñas, pero importantes, en la genética de los dos tipos de Shar Pei. Estas diferencias, llamadas polimorfismo de nucleótido simple o SNP, están localizadas en el gen HAS2.
Nuevos blancos
"El HAS2 produce sintasa 2, una enzima que produce ácido hialurónico y que es uno de los principales componentes de la piel", explica el doctor Akey.
"Ha habido raros casos en humanos en los que las mutaciones provocan un arrugamiento realmente severo en individuos".
"Así que por eso pensamos que el Shar Pei era un buen candidato para estudiar y ciertamente, cuando lo secuenciamos, vimos que ese gen explica también las arrugas de estos perros", agrega el investigador.
Además de obtener información sobre los Shar Pei, los científicos también identificaron varias otras ubicaciones en el genoma del perro que ahora serán investigadas para entender por qué los animales con pedigrí tienen esa apariencia.
"Lo más interesante de nuestro estudio es que en los últimos cinco años han sido identificados cinco genes que contribuyen a esta vasta diversidad en las razas de perros", expresa el doctor Akey.
"Así que nuestro estudio encontró esos cinco genes y después descubrimos 150 nuevos objetivos para explorar. Es un enfoque muy amplio para estudiar el legado genético de la crianza de perros selectiva".
El doctor Akey publicó los detalles de su investigación en Proceedings of the National Academy of Sciencies (PNAS) (Actas de la Academia Nacional de Ciencias).
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