A través de una investigación, que fue publicada en la revista médica British Medical Journal, los expertos del departamento de cirugía de la Universidad de Kyushu, en Japón, señalaron que existen componentes químicos correspondientes a ciertos tipos de cáncer específicos que circulan por el cuerpo humano y que un perro puede oler.
Para llegar a esta conclusión los científicos nipones realizaron un experimento con un perro labrador especialmente adiestrado, que realizó durante varios meses pruebas de olfato entre las que se incluyeron test de aliento y muestras de heces de los participantes.
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